sábado, 28 de octubre de 2023

IMÁGENES DE TARJETAS DE LOS FIELES DIFUNTOS - 2 DE NOVIEMBRE

 















 

IMÁGENES DE VELAS DE ADVIENTO - 4 SEMANAS






 

IMÁGENES DE CALENDARIO DE ADVIENTO 2023

 






BREVES MEDITACIONES DIARIAS PARA ADVIENTO 2023



BREVES MEDITACIONES PARA ADVIENTO 2023

A continuación, se muestra una breve reflexión para cada día de Adviento. Te servirán para preparar tu pesebre espiritual para cuando nazca el Niño Jesús. Por cada pequeño sacrificio que realices durante Adviento, añade una pajita al pesebre del Niño Jesús. Cuantos más pequeños sacrificios realices, más mullidito encontrará tu pesebre el Niño Jesús cuando nazca.



Domingo 3 de diciembre
Enciende la primera de las cuatro velas de la corona de Adviento.

Reza un Avemaría para que la Virgen te ayude a preparar tu corazón para recibir a Jesús en la Sagrada Comunión en este primer domingo de Adviento.

- Virgen María, ayúdame para que pueda recibir dignamente a Jesús.


Lunes 4 de diciembre
Reza un padrenuestro para pedirle a Dios que prepares bien la venida del Niño Jesús durante este Adviento.

- Jesús, me comprometo a dedicar un rato cada día de Adviento para meditar tu venida.


Martes 5 de diciembre
Reza al menos una decena del Rosario en honor a la Virgen y dedícalo a una intención.

Virgen María, te rezo esta decena del Rosario por la intención 
 (se indica la intención)


Miércoles 6 de diciembre
Saca las figuras del Belén y todas las piezas complementarias. Haz una lista ordenada de todo lo que vas a montar. Reza un padrenuestro por aquellas personas que no creen.

- Jesús, te pido por los que no creen, para que algún día cambien.


Jueves 7 de diciembre
A menudo durante el día, entrega tu corazón al Niño Jesús y pídele que haga en él su morada.

- Querido Jesús, toma mi corazón y hazlo manso y puro.


Viernes 8 de diciembre
Mira si el tejado del establo se encuentra en buen estado, para que el Niño Jesús esté protegido de la lluvia y la nieve. Harás esto evitando cuidadosamente cualquier pecado contra la caridad.
- Jesús, enséñame a amar a mi prójimo como a mí mismo.


Sábado 9 de diciembre
Limpia las telarañas de tu pesebre espiritual. Tira de tu corazón todo deseo desordenado de ser alabado.
- Jesús mío, quiero complacerte en todo lo que haga en el día de hoy.


Domingo 10 de diciembre 
Construye una valla alrededor del pesebre de tu corazón, manteniendo una vigilancia, especialmente en la oración.

- Jesús mío, quiero verte, especialmente en los que necesitan de mí.

Enciende la segunda vela de Adviento.




Lunes 11 de diciembre - Manta Suave
Proporciona una manta suave a su cuna, superando todos los sentimientos de orgullo, ira o envidia.
- Jesús, enséñame a conocer y corregir mis mayores pecados.


Martes 12 de diciembre  - Paja

Proporciona paja a la cuna del pesebre de la siguiente forma: por cada pequeño sacrificio que vayas realizando, añade una paja al pesebre. Los niños pueden, por ejemplo, privarse de comer golosinas en algún momento , no quejarse,  prestar o regalar un juguete, obedecer, etc. Los mayores pueden, por ejemplo, hablar sólo lo necesario, realizar sus tareas de forma diligente, no fumar un día, privarse de dulces o del café, etc.)

- Querido Jesús, que sufriste tanto por mí, quiero sufrir por tu amor.


Miércoles 13  de diciembre  - Pesebre
Obtén el más cálido espacio en tu corazón, para pesebre de Jesús. Reza el rosario aunque sea una decena cada día solamente.

- María, usa mis actos de amor para preparar mi corazón al recibir a Jesús en la Sagrada Comunión.


Jueves 14 de diciembre - Pañales y Abrigo
Prepáralos para el Divino Niño, orando cada día de manera tranquila y con el corazón.

- Jesús, haz que te ame cada vez más.

Proporciona a su cuna un abrigo suave y cálido.  Evita los enojos y las discusiones. Sé amable y paciente con todos.

- Jesús, ayúdame a ser manso y humilde como tú.


Viernes 15 de diciembre - Combustible y Agua
Lleva el combustible al pesebre de Jesús. Acomoda tu voluntad a la voluntad de Dios y acepta en paz lo que no se puede cambiar.

- Jesús, que yo haga tu voluntad en todas las cosas.

Trae agua fresca y limpia para el pesebre.  Evita la mentira y habla con sinceridad.

- Querida María, obtenme la verdadera contrición de mis pecados.


Sábado 16 de diciembre  - Alimentos
Trae alimentos para el pesebre.

Prívate de algunos de los alimentos que te gustan pero que dañan tu salud.

- Jesús, sed mi fuerza y mi comida.


Domingo 17 de diciembre  - Luz
Procura que el lugar tenga suficiente luz.

Sé limpio y ordenado en tu persona y en tu hogar.

- Jesús, sed vida y luz de mi alma.

Enciende la tercera vela de Adviento



Lunes 18 de diciembre  - Calor
Trata de tener el pesebre de tu corazón cálido y acogedor. Agradece a Dios por el amor que Él nos mostró al hacerse hombre.

Sé agradecido con tus padres y familiares.
- Jesús, ¿Cómo puedo ser agradecido para contigo?


Martes 19 de diciembre  - El buey
Lleva el buey al pesebre.

Obedece y respeta a tus superiores. Lleva una disciplina adecuada y sé diligente.

- Obedeceré por tu amor, Jesús y seré disciplinado y diligente.


Miércoles 20  de diciembre  - La mula
Lleva la mula al pesebre.

Ofrece al Divino Niño todos tus trabajos y hazlo con amor.

- Jesús, acepta mi servicio de amor por aquellos que no te aman.


Jueves 21 de diciembre  - Regalos
Reúne algunos regalos para el Niño Dios y su Madre, obsequiando lo que está de más en tu vida a quienes lo necesitan.

- Ven, Jesús, acepta mis regalos y toma posesión de mi corazón.


Viernes 22 de diciembre -  Corderos
Procura traer algunos corderos, mansos y humildes de corazón. Ejercítate en la humildad y la paciencia cuando sea necesario.

- Jesús, haz mi corazón como el tuyo.


Sábado 23 de diciembre  - Pastores
Invita a los pastores para rendir homenaje a nuestro Rey. Imita su vigilancia y medita la idea de que la Navidad es importante porque Jesús nacerá de nuevo en ti.

- Jesús, enséñame a amarte sobre todas las cosas.


Domingo 24 de diciembre  - Llave
Proporciona una llave al establo, para mantener fuera a los ladrones.

Quita de tu corazón los malos pensamientos o temores por falta de fe.

- Querido Jesús, cierra mi corazón a todo lo que te pueda herir.

Enciende la cuarta vela de Adviento.





domingo, 15 de octubre de 2023

EL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 15 DE OCTUBRE DE 2023



Domingo 28 (A) del tiempo ordinario

Domingo 15 de octubre de 2023



1ª Lectura (Is 25,6-10a): Aquel día, el Señor de los ejércitos preparará para todos los pueblos, en este monte, un festín de manjares suculentos, un festín de vinos de solera; manjares enjundiosos, vinos generosos. Y arrancará en este monte el velo que cubre a todos los pueblos, el paño que tapa a todas las naciones. Aniquilará la muerte para siempre.

El Señor Dios enjugará las lágrimas de todos los rostros, y el oprobio de su pueblo lo alejará de todo el país. Lo ha dicho el Señor. Aquel día se dirá: «Aquí está nuestro Dios, de quien esperábamos que nos salvara; celebremos y gocemos con su salvación. La mano del Señor se posará sobre este monte».



Salmo responsorial: 22

R/. Habitaré en la casa del Señor por años sin término.

El Señor es mi pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace recostar; me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas.


Me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre. Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo: tu vara y tu cayado me sosiegan.


Preparas una mesa ante mí, enfrente de mis enemigos; me unges la cabeza con perfume, y mi copa rebosa.


Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida, y habitaré en la casa del Señor por años sin término.


2ª Lectura (Flp 4,12-14.19-20): Hermanos: Sé vivir en pobreza y abundancia. Estoy entrenado para todo y en todo: la hartura y el hambre, la abundancia y la privación. Todo lo puedo en aquel que me conforta. En todo caso, hicisteis bien en compartir mi tribulación. En pago, mi Dios proveerá a todas vuestras necesidades con magnificencia, conforme a su espléndida riqueza en Cristo Jesús. A Dios, nuestro Padre, la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Versículo antes del Evangelio (Ef 1,17-18): Aleluya. Que el Padre de nuestro Señor Jesucristo ilumine nuestras mentes para que podamos comprender cuál es la esperanza que nos da su llamamiento. Aleluya.

Texto del Evangelio (Mt 22,1-14): En aquel tiempo, tomando Jesús de nuevo la palabra les habló en parábolas, diciendo: «El Reino de los Cielos es semejante a un rey que celebró el banquete de bodas de su hijo. Envió sus siervos a llamar a los invitados a la boda, pero no quisieron venir. Envió todavía otros siervos, con este encargo: Decid a los invitados: ‘Mirad, mi banquete está preparado, se han matado ya mis novillos y animales cebados, y todo está a punto; venid a la boda’.

»Pero ellos, sin hacer caso, se fueron el uno a su campo, el otro a su negocio; y los demás agarraron a los siervos, los escarnecieron y los mataron. Se airó el rey y, enviando sus tropas, dio muerte a aquellos homicidas y prendió fuego a su ciudad.

»Entonces dice a sus siervos: ‘La boda está preparada, pero los invitados no eran dignos. Id, pues, a los cruces de los caminos y, a cuantos encontréis, invitadlos a la boda’. Los siervos salieron a los caminos, reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos, y la sala de bodas se llenó de comensales.

»Entró el rey a ver a los comensales, y al notar que había allí uno que no tenía traje de boda, le dice: ‘Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin traje de boda?’. Él se quedó callado. Entonces el rey dijo a los sirvientes: ‘Atadle de pies y manos, y echadle a las tinieblas de fuera; allí será el llanto y el rechinar de dientes’. Porque muchos son llamados, mas pocos escogidos».





«Id a los cruces de los caminos y, a cuantos encontréis, invitadlos a la boda»

P. Julio César RAMOS González SDB

(Mendoza, Argentina)



Hoy, Jesús nos muestra al rey (el Padre), invitando —por medio de sus “siervos” (los profetas)— al banquete de la alianza de su Hijo con la humanidad (la salvación). Primero lo hizo con Israel, «pero no quisieron venir» (Mt 22,3). Ante la negativa, el Padre no deja de insistir: «Mirad mi banquete está preparado, (...) y todo está a punto; venid a la boda» (Mt 22,4). Pero ese desaire, de escarnio y muerte de los siervos, suscita el envío de tropas, la muerte de aquellos homicidas y la quema de “su” ciudad (cf. Mt 22,6-7): Jerusalén.

Así es que, otros “siervos” (los apóstoles) —fueron enviados a ir por «los cruces de los caminos» (Mt 22,9): «Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas...», dirá más tarde el Señor Jesús en Mt 28,19— y así fuimos invitados nosotros, el resto de la humanidad, es decir, «todos los que encontraron, malos y buenos, y la sala de bodas se llenó de comensales» (Mt 22,10): la Iglesia.

Aun así, la cuestión no es sólo estar en la sala de bodas por la invitación, sino que tiene mucho que ver también con la dignidad con la que se está (el «traje de boda», cf. Mt 22,12). San Jerónimo comentó al respecto: «Los vestidos de fiesta son los preceptos del Señor y las obras cumplidas según la Ley y el Evangelio que son las vestiduras del hombre nuevo». Es decir, las obras de la caridad con las que se debe acompañar a la fe.

Conocemos que la Madre Teresa de Calcuta, salía todas las noches a las calles de Calcuta a recoger moribundos para darles, con amor, un buen morir: limpios, bien arropados y, si era posible, bautizados. Cierta vez comentó: «No tengo miedo de morir, porque cuando esté delante del Padre, habrá tantos pobres que le entregué con el traje de bodas que sabrán defenderme». ¡Bienaventurada ella! —Aprendamos la lección nosotros. 

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