lunes, 31 de mayo de 2021

IMÁGENES DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

 








































SALTÓ DE GOZO EL NIÑO EN MI SENO


 «Saltó de gozo el niño en mi seno»

+ Mons. F. Xavier CIURANETA i Aymí Obispo Emérito de Lleida

(Lleida, España)


Hoy contemplamos el hecho de la Visitación de la Virgen María a su prima Isabel. Tan pronto como le ha sido comunicado que ha sido escogida por Dios Padre para ser la Madre del Hijo de Dios y que su prima Isabel ha recibido también el don de la maternidad, marcha decididamente hacia la montaña para felicitar a su prima, para compartir con ella el gozo de haber sido agraciadas con el don de la maternidad y para servirla.

El saludo de la Madre de Dios provoca que el niño, que Isabel lleva en su seno, salte de entusiasmo dentro de las entrañas de su madre. La Madre de Dios, que lleva a Jesús en su seno, es causa de alegría. La maternidad es un don de Dios que genera alegría. Las familias se alegran cuando hay un anuncio de una nueva vida. El nacimiento de Cristo produce ciertamente «una gran alegría» (Lc 2,10).

A pesar de todo, hoy día, la maternidad no es valorada debidamente. Frecuentemente se le anteponen otros intereses superficiales, que son manifestación de comodidad y de egoísmo. Las posibles renuncias que comporta el amor paternal y maternal, asustan a muchos matrimonios que, quizá por los medios que han recibido de Dios, debieran ser más generosos y decir “sí” más responsablemente a nuevas vidas. Muchas familias dejan de ser “santuarios de la vida”. El Papa San Juan Pablo II constata que la anticoncepción y el aborto «tienen sus raíces en una mentalidad hedonista e irresponsable respecto a la sexualidad y presuponen un concepto egoísta de la libertad, que ve en la procreación un obstáculo al desarrollo de la propia personalidad».

Isabel, durante cinco meses, no salía de casa, y pensaba: «Esto es lo que ha hecho por mí el Señor» (Lc 1,25). Y María decía: «Engrandece mi alma al Señor (...) porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava» (Lc 1,46.48). La Virgen María e Isabel valoran y agradecen la obra de Dios en ellas: ¡la maternidad! Es necesario que los católicos reencuentren el significado de la vida como un don sagrado de Dios a los seres humanos.

PAPA FRANCISCO CLAUSURA LA MARATÓN DEL ROSARIO POR EL FIN DE LA PANDEMIA 2021


Papa Francisco clausura la maratón del Rosario por el fin de la pandemia
POR MIGUEL PÉREZ PICHEL | ACI Prensa




Ante una reproducción del icono de la Virgen Desatanudos, a la que tiene una gran devoción, el Papa Francisco clausuró desde los Jardines Vaticanos el maratón del Rosario que, desde el 1 de mayo, se ha rezado en diferentes santuarios de todo el mundo para pedir por el fin de la pandemia de coronavirus.

Durante el transcurso de la ceremonia, el Papa pidió que “continuemos pidiendo al Señor que proteja al mundo entero de la pandemia y a todos, sin exclusiones, se les dé la posibilidad de protegerse mediante la vacunación”.

La ceremonia dio comienzo con la entrada a los jardines del icono mariano en una procesión solemne presidida por el Obispo de Augsburgo, donde se custodia el icono original, Mons. Bertram Johannes Meier.

En la procesión participaron también niños que recibieron recientemente la Primera Comunión en la parroquia de Santa María de la Grotticella de Viterbo, jóvenes que se acaban de confirmar en la parroquia de Santo Domingo de Guzmán, un grupo de scouts de Roma, familias y religiosos en representación del pueblo de Dios. Custodiaba la procesión una representación de la Guardia Suiza y de la Gendarmería Vaticana que rindieron honores a la Virgen.

Los misterios del Rosario se rezaron por cinco intenciones, “cinco nudos a desatar”: El primer nudo a desatar es el “las relaciones heridas, la soledad y la indiferencia, que se han profundizado en este tiempo”.

El segundo nudo que se ha pedido a la Virgen que desate es el del “desempleo, con especial atención al desempleo juvenil, al femenino, al de los padres y madres de familia, por quienes buscan trabajo y por aquellos que intentan proteger a sus empleados”.

El tercer misterio se ofreció para desatar el nudo del “drama de la violencia, en particular la que se origina en la familia, en el hogar dentro de la casa, por las mujeres y por las tensiones sociales generadas por la incertidumbre de la crisis”.

El cuarto misterio se ofreció “por el progreso humano, para que la investigación científica que está llamada a apoyar, ponga en común los descubrimientos para que sean accesibles a todos, especialmente a los más débiles y pobres”.

Por último, el quinto misterio se rezó por “la pastoral, para que las iglesias locales, las parroquias, los oratorios, los centros de pastoral y de evangelización puedan recuperar el entusiasmo y tengan nuevo impulso en toda la vida pastoral y para que los jóvenes puedan casarse y construir una familia y un futuro”.

En el rezo del Rosario participaron, alternándose en cada misterio, jóvenes de Acción Católica, familias de recién casados o en espera de un niño, y una familia de personas sordas donde ha nacido una vocación religiosa.

Tanto la procesión de entrada como el rezo del Rosario estuvo animado por el coro de la Diócesis de Roma.

La maratón del Rosario para pedir por el fin de la pandemia de coronavirus fue una iniciativa del propio Papa Francisco. El Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización se encargó de organizarla y promoverla, involucrando a treinta santuarios marianos de todo el mundo que, por turnos, han guiado cada día durante el mes de mayo el rezo de la oración mariana.


La maratón la inauguró el mismo Pontífice desde la Capilla Gregoriana de la Basílica de San Pedro del Vaticano. 

El Santuario de Nuestra Señora de Częstochowa (Polonia), la Basílica de la Anunciación (Nazaret), el Santuario de Nuestra Señora de Aparecida (Brasil), el Santuario de Nuestra Señora de Luján (Argentina), la Santa Casa de Loreto (Italia), el Santuario de la Inmaculada Concepción (Estados Unidos), el Santuario de Nuestra Señora de Lourdes (Francia), el Santuario de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre (Cuba), el Santuario de la Virgen de Nagasaki (Japón), el Monasterio de Nuestra Señora de Montserrat (España), la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe (México), entre otros santuarios y basílicas, participaron en la iniciativa.

Al finalizar la celebración, el Papa Francisco procedió a coronar el icono de la Virgen Desatanudos que, finalmente, se venerará en el Vaticano.

Por último, el Papa rezó la siguiente oración a la Virgen:

“Oh, María. Tú resplandeces siempre en nuestro camino como signo de salvación y de esperanza. Nosotros nos encomendamos a ti, salud de los enfermos, que junto a la Cruz quedaste asociada al dolor de Jesús, manteniendo firme tu fe. Tú, que sabes desatar los nudos de nuestra existencia y conoces los deseos de nuestro corazón, acude en nuestra ayuda. Estamos seguros de que, como en Caná de Galilea, harás que pueda volver la alegría y la fiesta a nuestras casas después de este momento de prueba. Ayúdanos, Madre del Divino Amor, a cumplir la voluntad del Padre y hacer aquello que nos pedirá Jesús que ha tomado nuestros sufrimientos y ha cargado nuestros dolores para conducirnos, por medio de la Cruz, a la gloria de la resurrección. Amén”.

FIESTA DE LA VISITACIÓN DE MARÍA A SANTA ISABEL, 31 DE MAYO



 Hoy es la Fiesta de la Visitación de María: “¡Bendita tú entre las mujeres!”

Redacción ACI Prensa




Cada 31 de mayo la Iglesia celebra la Fiesta de la Visitación de la Virgen María a su prima Santa Isabel. Cerrar el mes dedicado a nuestra Madre de esta forma constituye un poderoso llamado a vivir el amor que la Madre de Dios hace a cada uno: como Ella salió al encuentro de su prima, nosotros también debemos salir al encuentro de quien nos necesita, llevando a Jesús en nuestro interior.

De acuerdo al relato evangélico, así como el ángel Gabriel le anunció a María que sería la Madre de Jesús, Redentor del mundo, así también le comunicó que su prima Isabel estaba encinta a pesar de ser mayor. Acto seguido, la Virgen fue en ayuda de su pariente Isabel, la que sería madre de Juan el Bautista, por un periodo de tres meses.

De los textos correspondientes del Evangelio surgen dos importantes oraciones: la segunda parte del Avemaría y el canto del Magníficat.

Cuando Isabel oyó el saludo de María, “el niño saltó en su seno. Entonces Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó a grandes voces: ‘¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! Pero ¿cómo es posible que la madre de mi Señor venga a visitarme? Porque en cuanto oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno’”.

María, la sierva humilde y fraterna que siempre está dispuesta a atender a quien la necesita, respondió alabando a Dios por sus maravillas: “Proclama mi alma la grandeza del Señor; se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava…”

San Bernardo de Claraval señalaba que “desde entonces María quedó constituida como un ‘Canal inmenso’ por medio del cual la bondad de Dios envía hacia nosotros las cantidades más admirables de gracias, favores y bendiciones”.

IMÁGENES DE JACULATORIAS AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS






















LAS 12 PROMESAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS



 Promesas del Sagrado Corazón



Promesas principales hechas por el Sagrado Corazón de Jesús a Santa Margarita de Alacoque:


1.- A las almas consagradas a mi Corazón, les daré las gracias necesarias para su estado.

2.- Daré la paz a las familias.

3.- Las consolaré en todas sus aflicciones.

4.- Seré su amparo y refugio seguro durante la vida, y principalmente en la hora de la muerte

5.- Derramaré bendiciones abundantes sobre sus empresas

6.- Los pecadores hallarán en mi Corazón la fuente y el océano infinito de la misericordia

7.- Las almas tibias se harán fervorosas

8.- Las almas fervorosas se elevarán rápidamente a gran perfección

9.- Bendeciré las casas en que la imagen de mi Sagrado Corazón esté expuesta y sea honrada.

10.- Daré a los sacerdotes la gracia de mover los corazones empedernidos

11.- Las personas que propaguen esta devoción, tendrán escrito su nombre en mi Corazón y jamás será borrado de él.

12.- A todos los que comulguen nueve primeros viernes de mes continuos, el amor omnipotente de mi Corazón les concederá la gracia de la perseverancia final.

¿POR QUÉ JUNIO ES EL MES DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS?



 ¿Por qué junio es el mes del Sagrado Corazón de Jesús?

Redacción ACI Prensa




La Iglesia Católica dedica el mes de junio al Sagrado Corazón de Jesús, para que los fieles veneren, honren e imiten más intensamente el amor generoso y fiel de Cristo por todas las personas.

Es un mes donde se le demuestra a Jesús, a través de las obras, cuánto se le ama; correspondiendo a su gran amor demostrado al entregarse a la muerte por sus hijos, quedándose en la Eucaristía y enseñando el camino a la vida eterna.

Sobre esta fiesta, el Papa Benedicto XVI afirmó que "al ver el corazón de Señor, debemos de mirar el costado traspasado por la lanza, donde resplandece la inagotable voluntad de salvación por parte de Dios, no puede considerarse culto pasajero o de devoción: la adoración del amor de Dios, que ha encontrado en el símbolo del ‘corazón traspasado’ su expresión histórico-devocional, la cual sigue siendo imprescindible para una relación viva con Dios".

La devoción al Corazón de Jesús ha existido desde los inicios de la Iglesia, desde que se meditaba en el costado y el corazón abierto del Señor.

Cuenta la historia que el 16 de junio de 1675, el Hijo de Dios se le apareció a Santa Margarita María de Alacoque y le mostro su Corazón rodeado de llamas de amor, coronado de espinas, con una herida abierta de la cual brotaba sangre y, del interior del mismo salía una cruz.

Santa Margarita escuchó al Señor decir: "he aquí el Corazón que tanto ha amado a los hombres, y en cambio, de la mayor parte de los hombres recibo ingratitud, irreverencia y desprecio".



BUENOS DÍAS!!! FELIZ SEMANA!!!

 





 

domingo, 30 de mayo de 2021

DIOS PADRE, HIJO Y ESPÍRITU SANTO



 Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo


Si nos hemos reunido en una iglesia esta mañana o tarde es porque amamos a Dios. Desde nuestra infancia, hemos aprendido a amar al que nos ha creado. Y sin embargo, si alguien nos pregunta: ¿Quién es Dios?”, experimentamos que no tenemos siempre la misma idea o la misma imagen de él.

Para algunos, Dios es un Padre intransigente y severo. Para otros, es más bien gentil y perdona fácilmente el mal que se ha podido cometer. Algunos lo imaginan al mismo tiempo como un Padre y una Madre. Otros añadirán que es extremadamente justo y poderoso, pero bueno, comprensivo y que ama.

Ante esta diversidad, admiramos la prudencia de los antiguos hebreos que se abstenían de nombrar a Dios por miedo a imponerle nuestros límites. Sabían que ningún ser humano puede saber plenamente quién es Dios.

Jesús lo entendió bien. Sabía que no podía dar a sus discípulos la descripción completa de su Padre. Conocía sus límites y sus fragilidades. Por eso envió al Espíritu Santo para llevarlos “a la verdad completa” (Juan 16, 13). Lo que nos dice Jesús es que podemos crecer en el conocimiento de Dios: un crecimiento que puede durar toda una vida.

¿Cómo crecer así? Seguramente no sólo oyendo hablar de Dios. Pues millones de palabras no bastarían. Y si la teología nos ayuda a captar mejor quién es Dios, sólo la experiencia nos llevará a conocerlo verdaderamente. Creados a su imagen, lo reconoceremos en la generosidad de la que toma tiempo de escucharnos, de que pasa respondiendo a una llamada, o de un niño que se arroja incondicionalmente en sus brazos.

Ya conocemos al Hijo, por así decirlo, como si lo hubiéramos encontrado. Le hablamos en la oración. Lo conocemos por haber oído sus palabras y la narración de todo lo que hizo en Galilea y en Jerusalén.

En cuanto al Espíritu Santo, sabemos que ha sido llamado para quedarse junto a nosotros como un amigo, un defensor, un guía personal. Está encargado de centrarnos en la misión que Jesús nos ha confiado: “Id por todo el mundo, haced discípulos míos, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.”


(P. Felipe Santos S.D.B.)

PAPA FRANCISCO ALIENTA A BUSCAR EL AMOR Y LA UNIDAD IMITANDO A LA SANTÍSIMA TRINIDAD



 Papa Francisco alienta a buscar el amor y la unidad imitando a la Santísima Trinidad

POR MERCEDES DE LA TORRE | ACI Prensa

 Foto: Vatican Media



El Papa Francisco invitó a buscar el amor y la unidad siguiendo el ejemplo de la Santísima Trinidad porque “la unidad es esencial al cristiano” y es necesario “testimoniar la concordia entre nosotros”. Así lo dijo el Santo Padre antes del rezo del Ángelus este domingo 30 de mayo, Solemnidad de la Santísima Trinidad.

Al explicar el misterio de la Santísima Trinidad, el Pontífice reconoció que “no es fácil de entender, pero se puede vivir este misterio en todos nosotros, se puede vivir mucho”.

“En esta fiesta celebramos a Dios, el misterio de un único Dios. Y este Dios es el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, tres personas, pero Dios es uno. Pero el Padre es Dios, el Hijo es Dios, el Espíritu es Dios, pero no son tres dioses, es un solo Dios y tres personas”, advirtió el Papa.

En esta línea, el Santo Padre recordó que el misterio de la Santísima Trinidad nos fue “revelado por Jesucristo” por lo “hoy nos detenemos para celebrar este misterio porque las personas no son adjetivos de Dios, no, son personas, reales, diversas, diferentes”.

“No son como decía aquel filósofo de Dios ‘emanación de Dios’ no, son personas: está el Padre, a quien yo rezo con el Padre Nuestro; está el Hijo que me ha dado la Redención, la justificación; está el Espíritu Santo que vive en nosotros y da vida a la Iglesia”, añadió.


Dios es amor

Por ello, el Papa indicó que “esto habla a nuestro corazón” y recordó la frase de San Juan “que resume toda la Revelación: Dios es amor”.

“El Padre es amor, el Hijo es amor, el Espíritu Santo es amor. En cuanto amor, Dios, aunque es uno y único, no es soledad sino comunión, entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo porque el amor, en efecto, es esencialmente don de sí mismo, y en su realidad originaria e infinita es Padre que se da generando al Hijo, que a su vez se da al Padre, y su amor mutuo es el Espíritu Santo, vínculo de su unidad”, explicó el Papa.

En este sentido, el Santo Padre destacó que Jesús “nos hizo conocer el rostro de Dios como Padre misericordioso; se presentó a sí mismo, verdadero hombre, como Hijo de Dios, y Palabra del Padre que da su vida por nosotros y habló del Espíritu Santo que procede del Padre y del Hijo, Espíritu de la Verdad, Espíritu Paráclito, es decir, nuestro Consolador y Abogado”.

Además, el Papa señaló que “cuando Jesús se apareció a los apóstoles después de la Resurrección, los invitó a evangelizar a todas las personas, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”.

“La fiesta de hoy, pues, nos hace contemplar este maravilloso misterio de amor y luz del que procedemos y hacia el cual se orienta nuestro camino terrenal”, afirmó.


No se puede prescindir de la unidad

Por último, el Santo Padre subrayó que “en el anuncio del Evangelio y en toda forma de misión cristiana, no se puede prescindir de esta unidad, a la cual llama Jesús, entre nosotros, siguendo la unidad del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo. No se puede prescindir de esta unidad”.

“La belleza del Evangelio requiere ser vivida y testimoniada en la concordia entre nosotros, que somos tan diferentes. Y esta unidad, me atrevo a decir, que es esencial al cristiano".

"No es una actitud, un modo de decir, no, es esencial, porque es la unidad que nace del amor, de la misericordia de Dios, de la justificación de Jesucristo y de la presencia del Espíritu Santo en nuestros corazones”, confió el Papa.

Por ello, el Santo Padre alentó a rezar a María Santísima que “en su sencillez y humildad, refleja la Belleza de Dios Uno y Trino, porque recibió plenamente a Jesús en su vida”.

“Que ella sostenga nuestra fe; que nos haga adoradores de Dios y servidores de nuestros hermanos”, invitó el Papa.

EN EL NOMBRE DEL PADRE, DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO - SANTÍSIMA TRINIDAD - REFLEXIÓN



EN EL NOMBRE DEL PADRE, DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO



¿Cómo se comunicaba Jesús con Dios?, ¿Qué sentimientos se despertaban en su corazón?, ¿Cómo lo experimentaba día a día? Los relatos evangélicos nos llevan a una doble conclusión: Jesús sentía a Dios como Padre, y lo vivía todo impulsado por su Espíritu.

Jesús se sentía «hijo querido» de Dios. Siempre que se comunica con él lo llama «Padre». No le sale otra palabra. Para él, Dios no es solo el «Santo» del que hablan todos, sino el «Compasivo». No habita en el templo, acogiendo solo a los de corazón limpio y manos inocentes. Jesús lo capta como Padre que no excluye a nadie de su amor compasivo. Cada mañana disfruta porque Dios hace salir su sol sobre buenos y malos.

Ese Padre tiene un gran proyecto en su corazón: hacer de la tierra una casa habitable. Jesús no duda: Dios no descansará hasta ver a sus hijos e hijas disfrutando juntos de una fiesta final. Nadie lo podrá impedir, ni la crueldad de la muerte ni la injusticia de los hombres. Como nadie puede impedir que llegue la primavera y lo llene todo de vida.

Fiel a este Padre y movido por su Espíritu, Jesús solo se dedica a una cosa: hacer un mundo más humano. Todos han de conocer la Buena Noticia, sobre todo los que menos se lo esperan: los pecadores y los despreciados. Dios no da a nadie por perdido. A todos busca, a todos llama. No vive controlando a sus hijos e hijas, sino abriendo a cada uno caminos hacia una vida más humana. Quien escucha hasta el fondo su propio corazón le está escuchando a él.

Ese Espíritu empuja a Jesús hacia los que más sufren. Es normal, pues ve grabados en el corazón de Dios los nombres de los más solos y desgraciados. Los que para nosotros no son nadie, esos son precisamente los predilectos de Dios. Jesús sabe que a ese Dios no le entienden los grandes, sino los pequeños. Su amor lo descubren quienes le buscan, porque no tienen a nadie que enjugue sus lágrimas.

La mejor manera de creer en el Dios trinitario no es tratar de entender las explicaciones de los teólogos, sino seguir los pasos de Jesús, que vivió como Hijo querido de un Dios Padre y que, movido por su Espíritu, se dedicó a hacer un mundo más amable para todos.


Evangelio Comentado por:

José Antonio Pagola

Mt (28,16-20)

 

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