jueves, 11 de junio de 2020

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY JUEVES 11 DE JUNIO DE 2020 - SOLEMNIDAD DE CORPUS CHRISTI


Décima semana del Tiempo Ordinario
Jueves 11 de Junio de 2020

Lecturas del día y comentario Hoy es: 
San Bernabé (11 de Junio)
“ Vete primero a reconciliarte con tu hermano ”



Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 
11, 21b-26; 13, 1-3

Llegó la noticia a oídos de la Iglesia de Jerusalén, y enviaron a Bernabé a Antioquía; al llegar y ver la acción de la gracia de Dios, se alegró y exhortaba a todos a seguir unidos al Señor con todo empeño, porque era un hombre bueno, lleno de Espíritu Santo y de fe. Y una multitud considerable se adhirió al Señor. Bernabé salió para Tarso en busca de Saulo; cuando lo encontró, se lo llevó a Antioquía. Durante todo un año estuvieron juntos en aquella Iglesia e instruyeron a muchos. Fue en Antioquía donde por primera vez los discípulos fueron llamados cristianos.
En la Iglesia que estaba en Antioquía había profetas y maestros: Bernabé, Simeón, llamado Níger; Lucio, el de Cirene; Manahén, hermano de leche del tetrarca Herodes, y Saulo. Un día que estaban celebrando el culto al Señor y ayunaban, dijo el Espíritu Santo: «Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado». Entonces, después de ayunar y orar, les impusieron las manos y los enviaron.


Salmo
Sal 97, 1-6 R/. El Señor revela a las naciones su justicia

Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas.
Su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R/.

El Señor da a conocer su salvación,
revela a las naciones su justicia.
Se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel. R/.

Los confines de la tierra han contemplado
la salvación de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad. R/.

Tañed la cítara para el Señor,
suenen los instrumentos:
con clarines y al son de trompetas,
aclamad al Rey y Señor. R/.


Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Mateo 5, 20-26


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.
Habéis oído que se dijo a los antiguos: «No matarás”, y el que mate será reo de juicio.
Pero yo os digo: todo el que se deja llevar de la cólera contra su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano «imbécil”, tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama “necio”, merece la condena de la “gehenna” del fuego.
Por tanto, si cuando vas a presentar tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda.
Con el que te pone pleito procura arreglarte enseguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. En verdad te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último céntimo».




Reflexión del Evangelio de hoy

Gratis lo recibisteis, dadlo gratis.
Hoy celebramos la fiesta de San Bernabé, hombre bondadoso, lleno del Espíritu Santo y de mucha fe. Así nos lo presenta el libro de los Hechos de los Apóstoles. Bernabé no hizo parte del grupo inicial de los seguidores de Jesús, los Doce, pero se destacó por su fe y su dinamismo evangelizador, al punto que se nos dice que por su predicación “una considerable multitud se unió al Señor” (Hch 11,24).

Y los anima a “permanecer fieles al Señor con un corazón firme”
La primera lectura de hoy nos presenta el dinamismo de la Iglesia naciente. Y en ella la presencia y dinámica de fe de Bernabé, cuya presentación es breve y, al mismo tiempo, incisiva en elementos que nos revelan quien fue este hombre: enviado por la Iglesia de Jerusalén (judíos seguidores de Jesús) a Antioquia (ciudad constituida por una gran variedad de pueblos, aunque predominantemente era una ciudad griega); participa del discernimiento: ¿A quién se debe anunciar el Evangelio? ¿Sólo a los hijos de Israel?  ¿A todos?

Pero no se limita a esto, sino que sabiendo que Saulo está en Tarso (quien había perseguido a los cristianos anteriormente), lo fue a buscar y, encontrándolo, lo lleva para Antioquia, lugar donde ambos viven como miembros de la Iglesia y continúan anunciando el Evangelio. Y será esta Iglesia de Antioquia quien percibe que el Señor llama a todos ellos – a la comunidad, a Bernabé y a Saulo –  a salir de su lugar de seguridad y conforto para anunciar el Evangelio a todos. Se inicia así la gran Evangelización a todos los pueblos…

¡Y todo cambia!
Jesús tiene una actitud de ruptura y continuidad ante la Ley de Moisés. Rompe con la interpretación al pie de la letra y reafirma el objetivo último de la Ley: el Amor es la mayor expresión de la justicia. De esta forma, Jesús nos invita a ir más allá de una cuestión ética. Lo importante no es leer leyes escritas en tablas de piedra, sino descubrir y comprometerse con las exigencias del amor en la vida cotidiana de las personas. Está llegando el reino de Dios… ¡y todo cambia!

De diversas maneras Jesús nos insiste en que, cuando experimentamos el amor del Padre, no podemos vivir encerrados en nosotros mismos. El amor va más allá de las fórmulas y recetas… nos exige creatividad, imaginación, valentía… Sí, valentía para superar los moldes de una justicia humana que sólo busca sentirse recompensada. Valentía para “dejar mi ofrenda y volver para reconciliarte con mi hermano”. Una creatividad que me lleva a dialogar y buscar otras posibilidades mientras voy de camino con quien me lleva al tribunal… Toda ofensa exige reparación, acercarme, buscar la relación, sanar heridas.

El evangelio de hoy resalta que hacer el bien a las personas, respetarlas, hace parte de la propia dinámica del reino de Dios. La acogida y ofrecer nuevas oportunidades es propio del corazón de Dios y de todas las personas que, experimentando el amor del Padre, lo acogen y se suman a su proyecto.

Las dificultades, los conflictos, los intereses particulares o de grupitos, la sed de una justicia reivindicativa de egos y reconocimientos… hacen parte de la vida. Jesús, el Maestro, nos enseña a vivir desde la libertad que brota del Amor a Dios. Así lo experimentó Bernabé, quien, yendo más allá de “las etiquetas”, fue a buscar al “perseguidor de cristianos” para vivir y anunciar el Evangelio. Un testimonio que nos lanza a ser creativos, audaces y misioneros. Así lo expresa José María Rodríguez Olaizola, sj en su poema “Apóstol”

Vamos, amigo,
no te calles ni te achantes,
que has de brillar
como fuego nocturno,
como faro
en la tormenta,
con luz
que nace en la hoguera de Dios.

Vamos amigo,
no te rindas ni te pares,
que hay quien espera,
anhelante, que compartas
lo que Otro te ha regalado.

¿Aún no has descubierto
que eres rico para darte a manos llenas?
¿Aún no has caído en la cuenta
de la semilla que, en ti,
crece pujante
fértil, poderosa,
y dará frutos de vida y

Vamos, amigo.
Ama a todos
con amor único y diferente,
déjate en el anuncio
la voz y las fuerzas,
ríe
con la risa contagiosa
de las personas felices,
llora las lágrimas
valientes del que afronta la intemperie
hasta el último día,
hasta la última gota,
hasta el último verso.
En nombre de Aquel
que pasó por el mundo
amando primero. 


Hna. Ana Belén Verísimo García OP
Dominica de la Anunciata

HOY ES JUEVES DE CORPUS CHRISTI


Jueves de Corpus Christi
Fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristo, de la presencia de Jesucristo en la Eucaristía.


Por: Tere Vallés | Fuente: Catholic.net




Explicación de la fiesta

Corpus Christi es la fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristo, de la presencia de Jesucristo en la Eucaristía.

Este día recordamos la institución de la Eucaristía que se llevó a cabo el Jueves Santo durante la Última Cena, al convertir Jesús el pan y el vino en su Cuerpo y en su Sangre.

Es una fiesta muy importante porque la Eucaristía es el regalo más grande que Dios nos ha hecho, movido por su querer quedarse con nosotros después de la Ascensión.

Origen de la fiesta:

Dios utilizó a santa Juliana de Mont Cornillon para propiciar esta fiesta. La santa nace en Retines cerca de Liège, Bélgica en 1193. Quedó huérfana muy pequeña y fue educada por las monjas Agustinas en Mont Cornillon. Cuando creció, hizo su profesión religiosa y más tarde fue superiora de su comunidad. Por diferentes intrigas tuvo que irse del convento. Murió el 5 de abril de 1258, en la casa de las monjas Cistercienses en Fosses y fue enterrada en Villiers.

Juliana, desde joven, tuvo una gran veneración al Santísimo Sacramento. Y siempre añoraba que se tuviera una fiesta especial en su honor. Este deseo se dice haberse intensificado por una visión que ella tuvo de la Iglesia bajo la apariencia de luna llena con una mancha negra, que significaba la ausencia de esta solemnidad.

Ella le hizo conocer sus ideas a Roberto de Thorete, el entonces obispos de Liège, también al docto Dominico Hugh, más tarde cardenal legado de los Países Bajos; a Jacques Pantaleón, en ese tiempo archidiácono de Liège, después obispo de Verdun, Patriarca de Jerusalén y finalmente al Papa Urbano IV. El obispo Roberto se impresionó favorablemente y como en ese tiempo los obispos tenían el derecho de ordenar fiestas para sus diócesis, invocó un sínodo en 1246 y ordenó que la celebración se tuviera el año entrante; también el Papa ordenó, que un monje de nombre Juan debía escribir el oficio para esa ocasión. El decreto está preservado en Binterim (Denkwürdigkeiten, V.I. 276), junto con algunas partes del oficio.

El obispo Roberto no vivió para ver la realización de su orden, ya que murió el 16 de octubre de 1246, pero la fiesta se celebró por primera vez por los cánones de San Martín en Liège. Jacques Pantaleón llegó a ser Papa el 29 de agosto de 1261. La ermitaña Eva, con quien Juliana había pasado un tiempo y quien también era ferviente adoradora de la Santa Eucaristía, le insistió a Enrique de Guelders, obispo de Liège, que pidiera al Papa que extendiera la celebración al mundo entero.

Urbano IV, siempre siendo admirador de esta fiesta, publicó la bula “Transiturus” el 8 de septiembre de 1264, en la cual, después de haber ensalzado el amor de nuestro Salvador expresado en la Santa Eucaristía, ordenó que se celebrara la solemnidad de “Corpus Christi” en el día jueves después del domingo de la Santísima Trinidad, al mismo tiempo otorgando muchas indulgencias a todos los fieles que asistieran a la santa misa y al oficio. Este oficio, compuesto por el doctor angélico, Santo Tomás de Aquino, por petición del Papa, es uno de los más hermosos en el breviario Romano y ha sido admirado aun por Protestantes.


La muerte del Papa Urbano IV (el 2 de octubre de 1264), un poco después de la publicación del decreto, obstaculizó que se difundiera la fiesta. Pero el Papa Clemente V tomó el asunto en sus manos y en el concilio general de Viena (1311), ordenó una vez más la adopción de esta fiesta. Publicó un nuevo decreto incorporando el de Urbano IV. Juan XXII, sucesor de Clemente V, instó su observancia.

Ninguno de los decretos habla de la procesión con el Santísimo como un aspecto de la celebración. Sin embargo estas procesiones fueron dotadas de indulgencias por los Papas Martín V y Eugenio IV y se hicieron bastante comunes en a partir del siglo XIV.

La fiesta fue aceptada en Cologne en 1306; en Worms la adoptaron en 1315; en Strasburg en 1316. En Inglaterra fue introducida de Bélgica entre 1320 y 1325. En los Estados Unidos y en otros países la solemnidad se celebra el domingo después del domingo de la Santísima Trinidad.

En la Iglesia griega la fiesta de Corpus Christi es conocida en los calendarios de los sirios, armenios, coptos, melquitas y los rutinios de Galicia, Calabria y Sicilia.

El Concilio de Trento declara que muy piadosa y religiosamente fue introducida en la Iglesia de Dios la costumbre, que todos los años, determinado día festivo, se celebre este excelso y venerable sacramento con singular veneración y solemnidad, y reverente y honoríficamente sea llevado en procesión por las calles y lugares públicos. En esto los cristianos atestiguan su gratitud y recuerdo por tan inefable y verdaderamente divino beneficio, por el que se hace nuevamente presente la victoria y triunfo de la muerte y resurección de Nuestro Señor Jesucristo.

Fuente: www.corazones.org


El milagro de Bolsena

En el siglo XIII, el sacerdote alemán, Pedro de Praga, se detuvo en la ciudad italiana de Bolsena, mientras realizaba una peregrinación a Roma. Era un sacerdote piadoso, pero dudaba en ese momento de la presencia real de Cristo en la Hostia consagrada. Cuando estaba celebrando la Misa junto a la tumba de Santa Cristina, al pronunciar las palabras de la Consagración, comenzó a salir sangre de la Hostia consagrada y salpicó sus manos, el altar y el corporal.

El sacerdote estaba confundido. Quiso esconder la sangre, pero no pudo. Interrumpió la Misa y fue a Orvieto, lugar donde residía el Papa Urbano IV.
El Papa escuchó al sacerdote y mandó a unos emisarios a hacer una investigación. Ante la certeza del acontecimiento, el Papa ordenó al obispo de la diócesis llevar a Orvieto la Hostia y el corporal con las gotas de sangre.

Se organizó una procesión con los arzobispos, cardenales y algunas autoridades de la Iglesia. A esta procesión, se unió el Papa y puso la Hostia en la Catedral. Actualmente, el corporal con las manchas de sangre se exhibe con reverencia en la Catedral de Orvieto.

A partir de entonces, miles de peregrinos y turistas visitan la Iglesia de Santa Cristina para conocer donde ocurrió el milagro.

En Agosto de 1964, setecientos años después de la institución de la fiesta de Corpus Christi, el Papa Paulo VI celebró Misa en el altar de la Catedral de Orvieto. Doce años después, el mismo Papa visitó Bolsena y habló en televisión para el Congreso Eucarístico Internacional. Dijo que la Eucaristía era “un maravilloso e inacabable misterio”.



Tradiciones mexicanas de Corpus Christi

Esta fiesta tradicional data del año 1526. Se acostumbra rendir culto al Santísimo Sacramento en la Catedral de México. El centro de la festividad era la celebración solemne de la Misa, seguida de una imponente procesión que partía del Zócalo, en la que la Sagrada Eucaristía, portada por el arzobispo bajo palio, era escoltada por autoridades virreinales, cabildo, cofradías, ejército, clero y pueblo. Había también representaciones teatrales alusivas, música y vendimia especial.

Los campesinos traían en sus mulas algunos frutos de sus cosechas para ofrecérselas a Dios como señal de agradecimiento. Esto dio origen a una gran feria que congregaba artesanos y comerciantes de distintos rumbos del país, que traían mercancías a lomo de mula (frutos de la temporada y artesanías que transportaban en guacales).

Cuentan que un hombre, llamado Ignacio, tenía dudas acerca de su vocación sacerdotal y un jueves de Corpus le pidió a Jesucristo que le enviara una señal. Al Pasar el Santísimo Sacramento frente a Ignacio en la procesión, Ignacio pensó: "Si ahí estuviera presente Dios, hasta las mulas se arrodillarían" y, en ese mismo instante, la mula del hombre se arrodilló. Ignacio interpretó esto como señal y entregó su vida a Dios en el sacerdocio y se dedicó para siempre a transmitir a los demás las riquezas de la Eucaristía.

Así fue como surgieron las mulitas elaboradas con hojas de plátano secas con pequeños guacales de dulces de coco o de frutas, de diversos tamaños.
Ponerse una mulita en la solapa o comprar una mulita para adornar la casa, significa que, al igual que la mula de Ignacio, nos arrodillamos ante la Eucaristía, reconociendo en ella la presencia de Dios.

Esta fiesta se celebra cada año el jueves después de la Santísima Trinidad. Se lleva a cabo en la Catedral y los niños se visten de inditos para agradecer la infinita ternura de Jesús. Se venden mulitas con gran colorido.



Diversas maneras de celebrar esta fiesta

Participar en la procesión con el Santísimo

La procesión con el Santísimo consiste en hacer un homenaje agradecido, público y multitudinario de la presencia real de Cristo en la Eucaristía. Se acostumbra sacar en procesión al Santísimo Sacramento por las calles y las plazas o dentro de la parroquia o Iglesia, para afirmar el misterio del Dios con nosotros en la Eucaristía.
Esta costumbre ayuda a que los valores fundamentales de la fe católica se acentúen con la presencia real y personal de Cristo en la Eucaristía.


La Hora Santa

Es una manera práctica y muy bella de adorar a Jesús Sacramentado. El Papa Juan Pablo II la celebra, al igual que la mayoría de las Parroquias de todo el mundo, los jueves al anochecer, para demostrar a Cristo Eucaristía amor y agradecimiento y reparar las actitudes de indiferencia y las faltas de respeto que recibe de uno mismo y de los demás hombres.

Consiste en realizar una pequeña reflexión evangélica, en presencia de Jesús Sacramentado y, al final, se rezan unas letanías especiales para demostrarle a Jesús nuestro amor.

Se puede celebrar de manera formal con el Santísimo Sacramento solemnemente expuesto en la custodia, con incienso y con cantos, o de manera informal con la Hostia dentro del Sagrario. Cualquiera de las dos maneras agrada a Jesús.
Se inicia con la exposición del Santísimo Sacramento o, en su defecto, con una oración inicial a Jesucristo estando todos arrodillados frente al Sagrario.

A continuación, se procede a la lectura de un pasaje del Evangelio y al comentario del mismo por parte de alguno de los participantes.
Luego, se reflexiona adorando a Jesús, Rey del Universo, en la Eucaristía.

Se termina con las invocaciones y las letanías correspondientes y, en el caso de que la Hora Eucarística se haya hecho delante del Santísimo solemnemente expuesto, el sacerdote da la bendición con el Santísimo; en caso contrario, se finaliza la Hora Santa con una plegaria conocida de agradecimiento.


Recordar en familia lo que es la Eucaristía

¿Qué es la Eucaristía?
La Eucaristía es uno de los siete Sacramentos. Nos recuerda el momento en el que el pan y el vino se convierten en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo. Éste es el alimento del alma. Así como nuestro cuerpo necesita comer para vivir, nuestra alma necesita comulgar para estar sana. Cristo dijo: "El que come mi Carne y bebe mi Sangre, tiene vida eterna y yo lo resucitaré el último día."

¿En qué nos ayuda la Eucaristía?
Todos queremos ser buenos, ser santos y nos damos cuenta de que el camino de la santidad no es fácil, que no bastan nuestras fuerzas humanas para lograrlo. Necesitamos fuerza divina, de Jesús. Esto sólo será posible con la Eucaristía. Al comulgar, nos podemos sentir otros, ya que Cristo va a vivir en nosotros. Podremos decir, con San Pablo: "Vivo yo, pero ya no soy yo, sino Cristo quien vive en mí."



¿En qué parte de la Misa se realiza la Eucaristía?
Después de rezar el Credo, se llevan a cabo: el ofertorio, la consagración y la comunión.

Ofertorio: Es el momento en que el sacerdote ofrece a Dios el pan y el vino que serán convertidos en el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Nosotros podemos ofrecer, con mucho amor, toda nuestra vida a Dios en esta parte de la Misa.

Consagración: Es el momento de la Misa en que Dios, a través del sacerdote, convierte el pan y el vino en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo. En este momento nos arrodillamos como señal de amor y adoración a Jesús, Dios hecho hombre, que se hace presente en la Eucaristía.

Comunión: Es recibir a Cristo Eucaristía en nuestra alma, lo que produce ciertos efectos en nosotros:

nos une a Cristo y a su Iglesia, une a los cristianos entre sí, alimenta nuestra alma, aumenta en nosotros la vida de gracia y la amistad con Dios, perdona los pecados veniales, nos fortalece para resistir la tentación y no cometer pecado mortal.


 ¿Qué condiciones pone la Iglesia para poder comulgar? 
La Iglesia nos pide dos condiciones para recibir la comunión:

Estar en gracia, con nuestra alma limpia todo pecado mortal.
Cumplir el ayuno eucarístico: no comer nada una hora antes de comulgar.


¿Cada cuánto puedo recibir la Comunión Sacramental?
La Iglesia recomienda recibir la Comunión siempre que vayamos a Misa. Es obligación recibir la Comunión, al menos, una vez al año en el tiempo de Pascua, que son los 50 días comprendidos entre el Domingo de Resurrección y el Domingo de Pentecostés.

¿Qué hacer después de comulgar?
Se recomienda aprovechar la oportunidad para platicarle a Dios, nuestro Señor, todo lo que queramos: lo que nos alegra, lo que nos preocupa; darle gracias por todo lo bueno que nos ha dado; decirle lo mucho que lo amamos y que queremos cumplir con su voluntad; pedirle que nos ayude a nosotros y a todos los hombres; ofrecerle cada acto que hagamos en nuestra vida.

¿Qué hacer cuando no se puede ir a comulgar?

Se puede llevar a cabo una comunión espiritual. Esto es recibir a Jesús en tu alma, rezando la siguiente oración:

"Creo, Jesús mío, que estás realmente presente en el Santísimo Sacramento del altar. Te amo sobre todas las cosas y deseo ardientemente recibirte dentro de mi alma,
pero no pudiendo hacerlo sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Quédate conmigo y no permitas que me separe de ti.
Amén"

HOY CELEBRAMOS LA SOLEMNIDAD DE CORPUS CHRISTI


Hoy celebramos la Solemnidad del Corpus Christi
Redacción ACI Prensa






Un milagro eucarístico del siglo XIII fue el origen de la Fiesta del Corpus Christi, que la Iglesia celebra el jueves siguiente a la Solemnidad de la Santísima Trinidad; aunque en algunos países las Iglesias locales deciden trasladarla para el domingo por una cuestión pastoral.

En esta solemnidad la Iglesia tributa a la Eucaristía un culto público y solemne de adoración, gratitud y amor, siendo la procesión del Corpus Christi una de las más importantes en toda la Iglesia Universal.


A mediados del siglo XIII el P. Pedro de Praga dudaba sobre la presencia de Cristo en la Eucaristía y realizó una peregrinación a Roma para rogar sobre la tumba de San Pedro una gracia de fe. Al retornar, mientras celebraba la Santa Misa en Bolsena, en la Cripta de Santa Cristina, la Sagrada Hostia sangró manchando el corporal.

La noticia llegó rápidamente al Papa Urbano IV, que se encontraba muy cerca en Orvieto, y mandó que se le lleve el corporal. Más adelante el Pontífice publicó la bula “Transiturus”, con la que ordenó que se celebrara la Solemnidad del Corpus Christi en toda la Iglesia el jueves después del domingo de la Santísima Trinidad.

El Santo Padre encomendó a Santo Tomás de Aquino la preparación de un oficio litúrgico para la fiesta y la composición de himnos, que se entonan hasta el día de hoy: Tantum Ergo, Lauda Sion.

El Papa Clemente V en el Concilio general de Viena (1311) ordenó una vez más esta fiesta y publicó un nuevo decreto en el que incorporó el de Urbano IV. Posteriormente Juan XII instó su observancia.

SANTORAL DE HOY JUEVES 11 DE JUNIO DE 2020

Máximo de Nápoles, SantoMáximo de Nápoles, Santo
Obispo, 11 de junio
Paris, SantoParis, Santo
Presbítero, 11 de junio
Bardón de Maguncia, BeatoBardón de Maguncia, Beato
Obispo y Abad, 11 de junio
Paola Frassinetti, SantaPaola Frassinetti, Santa
Fundadora, Junio 11
Hildegard Burjan, BeataHildegard Burjan, Beata
Madre de familia y política, 11 de junio
Alicia de Schaerbeek, SantaAlicia de Schaerbeek, Santa
Virgen, 11 de junio
Yolanda de Polonia, BeataYolanda de Polonia, Beata
Abadesa, 11 de junio
Ignacio Maloyan, BeatoIgnacio Maloyan, Beato
Obispo y Mártir, 11 de junio
Esteban Bandelli, BeatoEsteban Bandelli, Beato
Dominico, Junio 11
Bernabé, SantoBernabé, Santo
Apóstol, 11 de junio
Juan de Sahagún, SantoJuan de Sahagún, Santo
Presbítero Agustino, 11 de junio

FELIZ CORPUS CHRISTI!!!





miércoles, 10 de junio de 2020

HUBO UN MOMENTO


Hubo un momento




La esperanza no muere nunca. La ilusión acaba en desilusión. Pero la esperanza es una fuerza estable, serena e inmortal que, cuando todo está en el suelo, ella siempre responde: no importa, comencemos otra vez, mañana será mejor, ¡arriba!, vamos adelante, (Ignacio Larrañaga).

Hubo un momento en el que creías que la tristeza sería eterna, pero volviste a sorprenderte a ti mismo riendo sin parar. Hubo un momento en el que la amistad parecía no existir. Y conociste a ese amigo que te hizo reír y llorar en los mejores y peores días de tu vida. Hubo un momento en el que una pelea prometía ser eterna. Y sin dejarte ni siquiera entristecerte terminó en un abrazo. Así como hubo momentos en que la vida cambió en un instante, nunca olvides que aún habrá momentos en que lo imposible se tornará maravillosa realidad. Nunca dejes de esperar, porque esperar es el principio de alcanzar lo que se anhela.

La esperanza busca lo bueno en la gente, en lugar de subrayar lo malo. La esperanza descubre lo que se puede hacer, en lugar de protestar por lo que no se puede. La esperanza obtiene su poder de una profunda confianza en Dios y en la bondad innata de la humanidad. La esperanza considera los problemas, sean grandes o pequeños, como oportunidades.



* Enviado por el P. Natalio

FESTIVIDAD DE CORPUS CHRISTI


Festividad del Corpus Christi
Pan vivo que das vida al hombre.


Por: Ángel Gutiérrez Sanz | Fuente: Catholic.net




Es de noche. En una habitación espaciosa con las puertas bien cerradas está reunido el Maestro con sus discípulos para celebrar la Pascua, arde en ansias de darles a conocer el secreto supremo de su amor. Había llegado la hora trascendental. Jesús tomando el pan entre sus manos lo bendijo, lo partió y se lo fue dando a sus discípulos diciendo: “tomad y comed este es mi cuerpo que es dado por vosotros”. Entre la admiración y el miedo los discípulos comieron del pan y lo mismo sucedió momentos después con la copa de vino: “tomad y bebed, les dijo de este cáliz pues ésta es mi sangre del Nuevo Testamento que será derramada por muchos en remisión de los pecados. Con estas palabras quedaba inaugurada la nueva humanidad. La presencia real de Cristo estará ya para siempre entre nosotros aunque no le toquemos, aunque no le veamos, aunque no sintamos sus pasos, ni los latidos de su corazón. Los discípulos que en principio no penetraron lo que el misterio eucarístico entrañaba, fueron tomando conciencia poco a poco. Las primeras eucaristías se celebrarían en el Cenáculo y luego se irían extendiendo por todos los cenáculos del mundo, hasta que el misterio eucarístico pasó a ser  el centro neurálgico de la vida cristiana.

La festividad del “Corpus” por el contrario tardaría en llegar varios siglos. Su origen se remonta a la Edad Media. Juliana de Cornillón es la que por inspiración divina promueve la idea de celebrar una fiesta en honor al Cuerpo y la Sangre de Cristo presente en la Eucaristía, idea que fue bien acogida por Roberto obispo de Lieja (Bélgica) que fue la primera diócesis en celebrar esta festividad el año 1246. Pasado un tiempo hacia el 1263 sucede en Bolsena un caso prodigioso, estando celebrando misa en esta localidad un sacerdote que tenía sus dudas sobre la presencia real de Jesús en la eucaristía, en el momento de fraccionar la sagrada forma constató que de ella salía sangre que iba empapando los corporales y la piedra del altar, reliquias que aún se conservan y son veneradas en la ciudad de Orvieto. El hecho como es natural causó un enorme impacto y fue el motivo por el que el papa Urbano IV tomó cartas en el asunto e hizo extensiva la fiesta del Corpus Christi a toda la Iglesia por medio de la bula "Transiturus" encomendando la liturgia de las horas a San Buenaventura y a Santo Tomás de Aquino. Su sucesor el Papa Clemente V dio un gran impulso a esta festividad a través del concilio general de Viena (1311) que acabó extendiéndose a la Iglesia universal.

Posteriormente a partir del siglo XIV vendrían las populares procesiones del Corpus propiciadas por los Papas Martín V y Eugenio IV. Por fin el Concilio de Trento reconoce y ratifica esta costumbre popular con estas palabras: «la costumbre de celebrar con singular veneración y solemnidad todos los años, en cierto día señalado y festivo, este sublime y venerable sacramento, la de ser conducido en procesiones honorífica y reverentemente por las calles y lugares públicos, se introdujo en la Iglesia de Dios con mucha piedad y religión».

Esta festividad llegó a alcanzar un esplendor inusitado en  toda la geografía del mudo católico, igual en las ciudades que en los pueblos pequeños, donde triunfalmente las artísticas custodias se deslizaban sobre alfombras primorosas tejidas amorosamente con flores y con hierbas aromáticas, los balcones y fachadas engalanadas con los mejores tapices, cortinajes y  colgaduras primorosamente bordadas a lo largo todo el recorrido por donde iba a pasar Jesucristo Sacramentado. Se levantaban altares aderezados con vascos, floreros y jarrones con flores frescas de primavera y sobre todo con devoción, con mucha devoción para dar acogida por un momento al Rey de reyes. Todo el mundo ha oído alguna vez esa coplilla que dice: «Hay tres jueves en el año que relucen más que el sol: Jueves Santo, Corpus Christi y Ascensión». En algunas partes como Toledo, Granada y en algunos sitios más, esta sagrada tradición se conserva en todo su esplendor; pero desgraciadamente en otros lugares ha ido perdiendo solemnidad. La festividad del “Corpus Chrtisti”, el “Día del Señor”.

Puede que los piadosas costumbres se vayan perdiendo; pero como perenne recordatorio de esta entrañable Festividad nos quedarán los sublimes himnos que Sto. Tomás compusiera para esta celebración, con que los devotos fieles siguen honrando a Jesús Sacramentado. “El tantum ergo”, “Adorote debote”, “Verbum Supernum prodiens”.


“Pange Lingua”. Himnos todos ellos de acendrada espiritualidad, donde se alaba y glorifica lo que es alimento celestial para las almas, pan de los ángeles para saciar los anhelos espirituales de los fieles.

“Pan vivo que das vida al hombre: concede a mi alma que de Ti viva y que siempre saboree tu dulzura”.

NARDO Y MEDITACIÓN DÍA 10 - SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS


Nardo del 10 de Junio
¡Oh Sagrado Corazón, modelo de virtudes sos!


Meditación: Jesús, que desde pequeño fuiste perfecto, que corrías y cantabas dando al mundo esperanza, pues ya se acercaba la Primera Santa Pascua. La Luz del Sol se ocultaba en Tu interior, cubierta con pétalos de humildad y obediencia al Creador. ¿Por qué no entendemos los hombres que tenemos que imitarte, que es un honor llevar Tu imagen, y que debemos dejarnos modelar por Tus Benditas Manos de Carpintero, para llegar a ser a semejanza de Nuestro Maestro?. ¡Qué honor el nuestro!. Pero qué bajo que caemos, pues cuan pocos son los que quieren ser como Cristo, Nuestro Rey Divino. Cambiemos nuestro pobre corazón por Su Sagrado Corazón, sabiendo que recibiremos todos los gozos, pues así el Señor habitará en nosotros, y tendremos la dicha de participar en la Santa Llaga, pues la humanidad hoy le clava nuevamente en Su Sagrado Corazón la lanza.

Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!

¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.

Florecilla: Leamos la Santa Palabra para conocer más profundamente cómo es Nuestro Señor, y así llegar a ser Su imitación.

Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.





10.-LA MURMURACIÓN

Toma la vida de Jesús y léela a fondo: no verás en Él una palabra de murmuración. El Sagrado Corazón es siempre Él mismo: tiene una palabra dulce para los justos y los pecadores, una palabra de ternura para sus traidores, una palabra de perdón para los que le crucifican. Sobre todos extiende el manto benigno de la caridad. Por eso odia tanto la murmuración y establece una regla especial: "No juzguéis y no seréis juzgados", dice.

En la medida con la que juzguéis a los otros, seréis juzgados. ¿Por qué ves la mota en el ojo de tu hermano y no ves la viga en el tuyo?



LECTURAS BÍBLICAS DE HOY MIÉRCOLES 10 DE JUNIO DE 2020



Lecturas de hoy Miércoles de la 10ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, miércoles, 10 de junio de 2020



Primera lectura
Lectura del primer libro de los Reyes (18,20-39):

En aquellos días, el rey Ajab despachó órdenes a todo Israel, y los profetas de Baal se reunieron en el monte Carmelo. Elías se acercó a la gente y dijo: «¿Hasta cuándo vais a caminar con muletas? Si el Señor es el verdadero Dios, seguidlo; si lo es Baal, seguid a Baal.»
La gente no respondió una palabra. Entonces Elías les dijo: «He quedado yo solo como profeta del Señor, mientras que los profetas de Baal son cuatrocientos cincuenta. Que nos den dos novillos: vosotros elegid uno; que lo descuarticen y lo pongan sobre la leña, sin prenderle fuego; yo prepararé el otro novillo y lo pondré sobre la leña, sin prenderle fuego. Vosotros invocaréis a vuestro dios, y yo invocaré al Señor; y el dios que responda enviando fuego, ése es el Dios verdadero.»
Toda la gente asintió: «¡Buena idea!»
Elías dijo a los profetas de Baal: «Elegid un novillo y preparadlo vosotros primero, porque sois más. Luego invocad a vuestro dios, pero sin encender el fuego.»
Cogieron el novillo que les dieron, lo prepararon y estuvieron invocando a Baal desde la mañana hasta mediodía: «¡Baal, respóndenos!»
Pero no se oía una voz ni una respuesta, mientras brincaban alrededor del altar que habían hecho.
Al mediodía, Elías empezó a reírse de ellos: «¡Gritad más fuerte! Baal es dios, pero estará meditando, o bien ocupado, o estará de viaje; ¡a lo mejor está durmiendo y se despierta!»
Entonces gritaron más fuerte; y se hicieron cortaduras, según su costumbre, con cuchillos y punzones, hasta chorrear sangre por todo el cuerpo. Pasado el mediodía, entraron en trance, y así estuvieron hasta la hora de la ofrenda. Pero no se oía una voz, ni una palabra, ni una respuesta.
Entonces Elías dijo a la gente: «¡Acercaos!»
Se acercaron todos, y él reconstruyó el altar del Señor, que estaba demolido: cogió doce piedras, una por cada tribu de Jacob, a quien el Señor había dicho: «Te llamarás Israel»; con las piedras levantó un altar en honor del Señor, hizo una zanja alrededor del altar, como para sembrar dos fanegas; apiló la leña, descuartizó el novillo, lo puso sobre la leña y dijo: «Llenad cuatro cántaros de agua y derramadla sobre la víctima y la leña.» Luego dijo: «¡Otra vez!» Y lo hicieron otra vez. Añadió: «¡Otra vez!» Y lo repitieron por tercera vez. El agua corrió alrededor del altar, e incluso la zanja se llenó de agua.
Llegada la hora de la ofrenda, el profeta Elías se acercó y oró: «¡Señor, Dios de Abrahán, Isaac e Israel! Que se vea hoy que tú eres el Dios de Israel, y yo tu siervo, que he hecho esto por orden tuya.
Respóndeme, Señor, respóndeme, para que sepa este pueblo que tú, Señor, eres el Dios verdadero, y que eres tú quien les cambiará el corazón.»
Entonces el Señor envió un rayo que abrasó la víctima, la leña, las piedras y el polvo, y secó el agua de la zanja. Al verlo, cayeron todos sobre su rostro, exclamando: «¡El Señor es el Dios verdadero! ¡El Señor es el Dios verdadero!»

Palabra de Dios


Salmo
Sal 15

R/. Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti

Protégeme, Dios mío,
que me refugio en ti;
yo digo al Señor:
«Tú eres mi bien.» R/.

Multiplican las estatuas de dioses extraños;
no derramaré sus libaciones con mis manos,
ni tomaré sus nombres en mis labios. R/.

El Señor es el lote de mi heredad y mi copa;
mi suerte está en tu mano.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré. R/.

Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (5,17-19):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No creáis que he venido a abolir la Ley o los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud. Os aseguro que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la Ley. El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos. Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el Reino de los cielos.»

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy miércoles, 
10 de junio de 2020
 ImprimirJuan Carlos Martos, cmf



Los que dicen muchos, o acaso algunos… Es frecuente encontrarse con quienes, sin conocerlo bien, desdeñan el Antiguo Testamento al considerar que sus libros presentan una imagen de Dios muy lejana al Dios de Jesucristo. Además de contraria, tal imagen es asfixiante y hasta perversa. También es frecuente escuchar a otros que rechazan todo tipo de ley o de norma porque entiende que constriñe la libertad; ellos apuestan exclusivamente por el amor, dando por supuesto que la ley es un obstáculo para amar en libertad. También hay quien dice que nuestra fe no debe ceñirse a conservar piezas de un museo que guarda cuidadosamente antiguos textos escritos o costumbres trasnochadas; aducen que la vida, también la fe, es cambio, desarrollo, progreso… todo se muda. Como eso es así, hay que sacar del congelador, de una vez por todas, ese helado Antiguo Testamento.

Lo que dice Jesús… Las palabras de Jesús apuntan en otra dirección. En efecto, Él no repite sin más la sabiduría recogida en el Antiguo Testamento. La asume, pero la complementa, la perfecciona y la lleva a su plenitud. Por eso, en su comunidad seguimos leyendo, estudiando, orando, enseñando y predicando el Antiguo Testamento. Pero desde una clave: la que Jesús con sus palabras, con su vida, con sus hechos y, sobre todo con su Pascua, nos transmitió. ¿Qué aporta de nuevo Jesucristo a lo antiguo?... Transparencia, plenitud, coherencia y actualidad.

El poeta Ezra Pound tenía razón cuando afirmaba: “En el principio existía la Palabra. Y la Palabra fue traicionada”. La tarea de Jesús no fue de ruptura con todo lo anterior. Él no anula, sino que rescata y desempolva; desvela la esencial pureza y claridad de la Palabra, desteñida por el pecado y la torpeza… Jesucristo aporta la inteligencia de la Palabra contenida en el Antiguo Testamento. Como indica ese sustantivo, inteligencia nos constriñe a «intus legere», a profundizar más allá de la superficie, a penetrar en el meollo de las cuestiones, a dejarnos herir por las preguntas de fondo sobre el verdadero sentido de la historia de salvación, a combinar y concertar lo que aparentemente parece opuesto y contradictorio en sus páginas. Cristo es el password que nos abre el acceso al misterio escondido de Dios, revelado en su persona.
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