sábado, 11 de abril de 2020

LECTURAS BÍBLICAS PARA LA VIGILIA PASCUAL DE HOY SÁBADO SANTO 11 DE ABRIL DE 2020


MISA SÁBADO DE SANTA VIGILIA PASCUAL 2020

La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Sábado, 2020-04-11 lo siguiente:


San Estanislao, obispo y mártir, Memoria 2020:
PRIMERA LECTURA DE LA MISA
Ap 12, 10-12a


SALMO RESPONSORIAL
Salmo Responsorial Sal 33, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9


EVANGELIO DE LA MISA
Jn 17, 11b-19

Notas
Ver lecturas del Común de Mártires.
O bien lecturas del Común de Pastores






PRIMERA LECTURA DE LA MISA
Vio Dios todo lo que había hecho: y era muy bueno
Lectura del Libro del Génesis 1, 1-31;2, 1-2.

Al principio creó Dios el cielo y la tierra. [La tierra era un caos informe;sobre la faz del Abismo, la tiniebla. Y el aliento de Dios se cernía sobre la faz de las aguas.
Y dijo Dios: Que exista la luz. Y la luz existió. Y vio Dios que la luz era buena. Y separó Dios la luz de la tiniebla: llamó Dios a la luz «Día»;a la tiniebla «Noche».
—Pasó una tarde, pasó una mañana: el día primero—
Y dijo Dios: Que exista una bóveda entre las aguas, que separe aguas de aguas. E hizo Dios una bóveda y separó las aguas de debajo de la bóveda de las aguas de encima
de la bóveda. Y así fue. Y llamó Dios a la bóveda «Cielo».
—Pasó una tarde, pasó una mañana: el día segundo—
Y dijo Dios: Que se junten las aguas de debajo del cielo
en un solo sitio, y que aparezcan los continentes.
Y así fue. Y llamó Dios a los continentes «Tierra».
y a la masa de las aguas la llamó «Mar».
Y vio Dios que era bueno.
Y dijo Dios: Verdee la tierra hierba verde,
que engendre semilla y árboles frutales
que den fruto según su especie,
y que lleven semilla sobre la tierra.
Y así fue.
La tierra brotó hierba verde
que engendraba semilla según su especie,
y árboles que daban fruto
y llevaban semilla según su especie.
Y vio Dios que era bueno.
—Pasó una tarde, pasó una mañana: el día tercero—
Y dijo Dios: Que existan lumbreras en la bóveda del cielo,
para separar el día de la noche,
para señalar las fiestas, los días y los años;
y sirvan de lumbreras en la bóveda del cielo,
para dar luz sobre la tierra.
Y así fue.
E hizo Dios dos lumbreras grandes:
la lumbrera mayor para regir el día,
la lumbrera menor para regir la noche;
y las estrellas.
Y las puso Dios en la bóveda del cielo,
para dar luz sobre la tierra;
para regir el día y la noche,
para separar la luz de la tiniebla.
Y vio Dios que era bueno.
—Pasó una tarde, pasó una mañana: el día cuarto—
Y dijo Dios: Pululen las aguas un pulular de vivientes, y pájaros vuelen sobre la tierra
frente a la bóveda del cielo. Y creó Dios los cetáceos y los vivientes que se deslizan y que el
agua hace pulular según sus especies, y las aves aladas según sus especies. Y vio Dios que
era bueno. Y Dios los bendijo diciendo: Creced, multiplicaos, llenad las aguas del mar;que las aves se multipliquen en la tierra.
—Pasó una tarde, pasó una mañana: el día quinto—
Y dijo Dios:
Produzca la tierra vivientes según sus especies:
animales domésticos, reptiles y fieras según sus especies.
Y así fue.
E hizo Dios las fieras según sus especies,
los animales domésticos según sus especies
y los reptiles según sus especies.
Y vio Dios que era bueno.]
Y dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza;que domine los peces
del mar, las aves del cielo, los animales domésticos, los reptiles de la tierra. Y creó Dios al
hombre a su imagen;a imagen de Dios lo creó;hombre y mujer los creó.
Y los bendijo Dios y les dijo: Creced, multiplicaos, llenad la tierra y sometedla;dominad los peces del mar, las aves del cielo,
los vivientes que se mueven sobre la tierra.
Y dijo Dios: Mirad, os entrego todas las hierbas
que engendran semilla sobre la faz de la tierra;
y todos los árboles frutales que engendran semilla
os servirán de alimento;
y a todas las fieras de la tierra,
a todas las aves del cielo,
a todos los reptiles de la tierra
—a todo ser que respira—
la hierba verde les servirá de alimento.
Y así fue.
Y vio Dios todo lo que había hecho: y era muy bueno.
[—Pasó una tarde, pasó una mañana: el día sexto—
Y quedaron concluidos el cielo, la tierra y sus ejércitos. Y concluyó Dios para el día
séptimo todo el trabajo que había hecho;y descansó el día séptimo de todo el trabajo que
había hecho.]



SALMO RESPONSORIAL
Salmo responsorial Sal 103, 1-2a. 5-6. 10 y 12. 13-14. 24 y 35a

V/. Envía tu espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra.

R/. Envía tu espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra.

V/. Bendice, alma mía, al Señor,
¡Dios mío, qué grande eres!
Te vistes de belleza y majestad,
la luz te envuelve como un manto.

R/. Envía tu espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra.

V/. Asentaste la tierra sobre sus cimientos, y no vacilará jamás;la cubriste con el manto del océano, y las aguas se posaron sobre las montañas.

R/. Envía tu espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra.
V/. De los manantiales sacas los ríos para que fluyan entre los montes, junto a ellos habitan las aves del cielo, y entre las frondas se oye su canto.

R/. Envía tu espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra.
V/. Desde tu morada riegas los montes, y la tierra se sacia de tu acción fecunda;haces brotar hierba para los ganados y forraje para los que sirven al hombre.

R/. Envía tu espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra.

V/. ¡Cuántas son tus obras, Señor!, y todas las hiciste con sabiduría, la tierra está llena de tus criaturas. ¡Bendice, alma mía al Señor!

R/. Envía tu espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra.



SEGUNDA LECTURA DE LA MISA
Sacrificio de Abrahán, nuestro padre en la fe
Lectura del Libro del Génesis 22, 1-18.

En aquellos días Dios puso a prueba a Abrahán llamándole:
—¡Abrahán !
El respondió:
—Aquí me tienes.
Dios le dijo:
—Toma a tu querido hijo único, a Isaac, y vete al país de Moria y ofrécemelo allí en sacrificio en uno de los montes que yo te indicaré. [Abrahán madrugó, aparejó el asno y se llevo consigo a dos criados y a su hijo Isaac; cortó leña para el sacrificio y se encaminó al lugar que le había indicado Dios.
El tercer día levantó Abrahán los ojos y descubrió el sitio de lejos. Y Abrahán dijo a sus criados:
—Quedaos aquí con el asno;yo con el muchacho iré hasta allá para adorar y después volveremos con vosotros.
Abrahán tomó la leña para el sacrificio, se la cargó a su hijo Isaac, y él llevaba el fuego y el cuchillo. Los dos caminaban juntos.
Isaac dijo a Abrahán, su padre:
—Padre.
El respondió:
—Aquí estoy, hijo mío.
El muchacho dijo:
—Tenemos fuego y leña, pero, ¿dónde está el cordero para el
sacrificio?
Abrahán contestó:
—Dios proveerá al cordero para el sacrificio, hijo mío.
Y siguieron caminando juntos]
Cuando llegaron al sitio que le había dicho Dios, [Abrahán levantó allí el altar y apiló la leña, luego ató a su hijo Isaac y lo puso sobre el altar, encima de la leña. Entonces] Abrahán tomó el cuchillo para degollar a su hijo;pero el ángel del Señor le gritó desde el
cielo:
—¡Abrahán, Abrahán!
El contestó:
—Aquí me tienes.
El ángel le ordenó :
—No alargues la mano contra tu hijo ni le hagas nada. Ahora sé que temes a Dios,
porque no te has reservado a tu hijo, tu único hijo.
Abrahán levantó los ojos y vio un carnero enredado por los cuernos en la maleza. Se acercó, tomó el carnero y lo ofreció en sacrificio en lugar de su hijo.
[Abrahán llamó aquel sitio «El Señor ve», por lo que se dice aún hoy «El monte del Señor ve».]
El ángel del Señor volvió a gritar a Abrahán desde el cielo:
—«Juro por mí mismo —oráculo del Señor—: por haber hecho esto, por no haberte reservado tu hijo, tu hijo único, te bendeciré, multiplicaré a tus descendientes como las estrellas del cielo y como la arena de la playa. Tus descendientes conquistarán las puertas
de ciudades enemigas. Todos los pueblos del mundo se bendecirán con tu descendencia, porque me has obedecido.»




SALMO RESPONSORIAL
Salmo responsorial Sal 15, 5 y 8. 9-10. 11

V/. Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.

R/. Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.

V/. El Señor es el lote de mi heredad y mi copa, mi suerte está en tu mano. Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré.

R/. Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti

V/. Por eso se me alegra el corazón, se gozan mis entrañas, y mi carne descansa serena: porque no me entregarás a la muerte ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción.

R/. Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.

V/. Me enseñarás el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia, de alegría perpetua a tu derecha.

R/. Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.




TERCERA LECTURA DE LA MISA
Los israelitas entraron en medio del mar a pie enjuto
Lectura del Libro del Éxodo 14, 15-15, 1.

En aquellos días, dijo el Señor a Moisés:
—¿Por qué sigues clamando a mí? Di a los israelitas que se pongan en marcha. Y tú, alza tu cayado, extiende tu mano sobre el mar y divídelo, para que los israelitas entren en medio del mar a pie enjuto. Que yo voy a endurecer el corazón de los egipcios para que los persigan, y me cubriré de gloria a costa del Faraón y de todo su ejército, de sus carros y de los guerreros. Sabrán los egipcios que yo soy el Señor, cuando me haya cubierto de gloria a costa del Faraón, de sus carros y de los guerreros.
Se puso en marcha el ángel del Señor, que iba al frente del ejército de Israel, y pasó a retaguardia. También la columna de nube de delante se desplazó de allí y se colocó detrás,
poniéndose entre el campamento de los egipcios y el campamento de los israelitas. La nube era tenebrosa y transcurrió toda la noche sin que los ejércitos pudieran trabar contacto. Moisés extendió su mano sobre el mar, y el Señor hizo soplar durante toda la
noche un fuerte viento del Este que secó el mar y se dividieron las aguas. Los israelitas entraron en medio del mar a pie enjuto, mientras que las aguas formaban muralla a derecha e izquierda. Los egipcios se lanzaron en su persecución, entrando tras ellos en
medio del mar, todos los caballos del Faraón y los carros con sus guerreros.
Mientras velaban al amanecer, miró el Señor al campamento egipcio desde la columna de fuego y nube y sembró el pánico en el campamento egipcio. Trabó las ruedas de sus carros y las hizo avanzar pesadamente.
Y dijo Egipto:
—Huyamos de Israel, porque el Señor lucha en su favor contra Egipto.
Dijo el Señor a Moisés:
—Extiende tu mano sobre el mar y vuelvan las aguas sobre los egipcios, sus carros y sus jinetes.
Y extendió Moisés su mano sobre el mar;y al amanecer volvía el mar a su curso de siempre. Los egipcios huyendo iban a su encuentro y el Señor derribó a los egipcios en medio del mar.
Y volvieron las aguas y cubrieron los carros, los jinetes y todo el ejército del Faraón, que lo había seguido por el mar. Ni uno solo se salvó.
Pero los hijos de Israel caminaban por lo seco en medio del mar;las aguas les hacían de muralla a derecha e izquierda.
Aquel día salvó el Señor a Israel de las manos de Egipto. Israel vio a los egipcios muertos, en la orilla del mar. Israel vio la mano grande del Señor obrando contra los egipcios, y el pueblo temió al Señor y creyó en el Señor y en Moisés, su siervo.
Entonces Moisés y los hijos de Israel cantaron un cántico al Señor.



SALMO RESPONSORIAL
Salmo responsorial Ex 15, 1-2. 3-4. 5-6. 17-18

V/. Cantemos al Señor, sublime es su victoria. 

R/. Cantemos al Señor, sublime es su victoria. 

V/. Cantemos al Señor, sublime es su victoria: caballo y jinete ha arrojado en el mar. Mi fuerza y mi poder es el Señor, él fue mi salvación. El es mi Dios: yo lo alabaré;el Dios de mis padres: yo lo ensalzaré. 

R/. Cantemos al Señor, sublime es su victoria. 

V/. El Señor es un guerrero, su nombre es el Señor. Los carros del Faraón los lanzó al mar, ahogó en el Mar Rojo a sus mejores capitanes. 

R/. Cantemos al Señor sublime es su victoria.

 V/. Las olas los cubrieron, bajaron hasta el fondo como piedras. Tu diestra, Señor, es fuerte y terrible;tu diestra, Señor, tritura al enemigo. R/. Cantemos al Señor, sublime es su victoria.

 V/. Los introduces y los plantas en el monte de tu heredad, lugar del que hiciste tu trono, Señor;santuario, Señor, que fundaron tus manos. El Señor reina por siempre jamás. 

R/. Cantemos al Señor, sublime es su victoria.



CUARTA LECTURA DE LA MISA
Con misericordia eterna te quiere el Señor, tu redentor
Lectura del Profeta de Isaías 54, 5-14.

El que te hizo te tomará por esposa: su nombre es el Señor de los Ejércitos.
Tu redentor es el Santo de Israel, se llama Dios de toda la tierra.
Como a mujer abandonada y abatida te vuelve a llamar el Señor;
como a esposa de juventud, repudiada, —dice tu Dios—.
Por un instante te abandoné, pero con gran cariño te reuniré.
En un arrebato de ira te escondí un instante mi rostro,
pero con misericordia eterna te quiero
—dice el Señor, tu redentor—.
Me sucede como en tiempo de Noé:
Juré que las aguas del diluvio
no volverían a cubrir la tierra;
así juro no airarme contra ti ni amenazarte.
Aunque se retiren los montes y vacilen las colinas,
no se retirará de ti mi misericordia ni mi alianza de paz vacilará —dice el Señor, que te quiere—.
¡Oh afligida, zarandeada, desconsolada!
Mira, yo mismo coloco tus piedras sobre azabaches, tus cimientos sobre zafiros; te pondré almenas de rubí, y puertas de esmeralda, y muralla de piedras preciosas.
Tus hijos serán discípulos del Señor, tendrán gran paz tus hijos. Tendrás firme asiento
en la justicia. Estarás lejos de la opresión, y no tendrás que temer;y lejos del terror, que no se acercará.



SALMO RESPONSORIAL
Salmo responsorial Sal 29, 2 y 4. 5-6. 11 y 12a y 13b

V/. Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.

R/. Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.

V/. Te ensalzaré, Señor, porque me has librado y no has dejado que mis enemigos se rían de mí. Sacaste mi vida del abismo, y me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa.

R/. Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.

V/. Tañed para el Señor, fieles suyos, dad gracias a su nombre santo; su cólera dura un instante, su bondad de por vida;
al atardecer nos visita el llanto, por la mañana, el júbilo.

R/. Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.

V/. Escucha, Señor, y ten piedad de mí, Señor, socórreme.
Cambiaste mi luto en danzas.
Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre.

R/. Te ensalzaré Señor, porque me has librado.



QUINTA LECTURA DE LA MISA
Venid a mí, y viviréis;sellaré con vosotros alianza perpetua
Lectura del Profeta de Isaías 55, 1-11.

Esto dice el Señor:
Oíd, sedientos todos, acudid por agua, también los que no tenéis dinero: venid, comprad trigo, comed sin pagar vino y leche de balde. ¿Por qué gastáis dinero en lo que no alimenta y el salario en lo que no da hartura? Escuchadme atentos y comeréis bien, saborearéis platos sustanciosos.
Inclinad el oído, venid a mí: escuchadme y viviréis.
Sellaré con vosotros alianza perpetua, la promesa que aseguré a David: a él lo hice mi testigo para los pueblos, caudillo y soberano de naciones;tú llamarás a un pueblo desconocido, un pueblo que no te conocía correrá hacia ti; por el Señor, tu Dios,
por el Santo de Israel que te honra.
Buscad al Señor mientras se le encuentra, invocadlo mientras está cerca;que el malvado abandone su camino, y el criminal sus planes;
que regrese al Señor, y él tendrá piedad, a nuestro Dios, que es rico en perdón.
Mis planes no son vuestros planes, vuestros caminos no son mis caminos —oráculo del Señor—.
Como el cielo es más alto que la tierra, mis caminos son más altos que los vuestros, mis planes, que vuestros planes.
Como bajan la lluvia y la nieve desde el cielo,
y no vuelven allá, sino después de empapar la tierra,
de fecundarla y hacerla germinar,
para que dé semilla al sembrador
y pan al que come;
así será mi Palabra, que sale de mi boca:
no volverá a mí vacía,
sino que hará mi voluntad,
y cumplirá mi encargo.



SALMO RESPONSORIAL
Salmo responsorial Is 12, 2-3. 4bcd. 5-6

V/. Sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salvación.

R/. Sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salvación.

V/. El Señor es mi Dios y salvador:
confiaré y no temeré, porque mi fuerza y mi poder es el Señor, el fue mi salvación. Sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salvación.

R/. Sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salvación.

V/. Dad gracias al Señor, invocad su nombre, contad a los pueblos sus hazañas, proclamad que su nombre es excelso.

R/. Sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salvación.

V/. Tañed para el Señor que hizo proezas, anunciadlas a toda la tierra; gritad jubilosos, habitantes de Sión: «Qué grande es en medio de ti el Santo de Israel.»

R/. Sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salvación.



SEXTA LECTURA DE LA MISA
Camina a la claridad del resplandor del Señor
Lectura del Profeta Baruc 3, 9-15. 32-4, 4

Escucha, Israel, mandatos de vida, presta oído para aprender prudencia.¿A qué se debe, Israel, que estés aún en país enemigo, que envejezcas en tierra extranjera,
que estés impuro con los muertos, que te cuenten con los del Abismo? —Es que abandonaste la sabiduría.
Si hubieras seguido el camino de Dios, habitarías en paz para siempre. Aprende dónde se encuentra la prudencia, el valor y la inteligencia, así aprenderás dónde se encuentra la vida larga, la luz de los ojos y la paz. ¿Quién encontró su puesto o entró en sus almacenes?
El que todo lo sabe la conoce, la examina y la penetra.
El que creó la tierra para siempre y la llenó de animales cuadrúpedos; el que manda a la luz, y ella va, la llama, y le obedece temblando; a los astros, que velan gozosos en sus puestos de guardia, los llama y responden: «Presentes»; y brillan gozosos para su Creador.El es nuestro Dios y no hay otro frente a él:
investigó el camino del saber y se lo dio a su hijo Jacob, a su amado, Israel.Después apareció en el mundo y vivió entre los hombres.Es el libro de los mandatos de Dios, la ley de validez eterna: los que la guardan, vivirán, los que la abandonan, morirán.
Vuélvete, Jacob, a recibirla, camina a la claridad de su resplandor;
no entregues a otros tu gloria ni tu dignidad a un pueblo extranjero.
¡Dichosos nosotros, Israel, que conocemos lo que agrada al Señor!



SALMO RESPONSORIAL
Salmo responsorial Sal 18, 8. 9. 10. 11

V/. Señor, tienes palabras de vida eterna.

R/. Señor, tienes palabras de vida eterna.

V/. La ley del Señor es perfecta y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel e instruye al ignorante.

R/. Señor, tienes palabras de vida eterna.

V/. Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida y da luz a los ojos.

R/. Señor, tienes palabras de vida eterna.

V/. La voluntad del Señor es pura y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos y eternamente justos.
R/. Señor, tienes palabras de vida eterna.

V/. Más preciosos que el oro, más que el oro fino;
más dulce que la miel de un panal que destila.

R/. Señor, tienes palabras de vida eterna.



SÉPTIMA LECTURA DE LA MISA
Derramaré sobre vosotros un agua pura, y os daré un corazón nuevo
Lectura del Profeta Ezequiel 36, 16-28.

Me vino esta Palabra del Señor:
Cuando la casa de Israel habitaba en su tierra, la profanó con su conducta, con sus acciones, como sangre inmunda fue su proceder ante mí. Entonces derramé mi cólera sobre ellos, por la sangre que habían derramado en el país, por haberlo profanado con sus idolatrías. Los esparcí entre las naciones, anduvieron dispersos por los países; según su proceder, según sus acciones los sentencié. Cuando llegaron a las naciones donde se fueron, profanaron mi santo nombre; decían de ellos: «Estos son el pueblo del Señor, de su tierra han salido.» Sentí lástima de mi santo nombre, profanado por la casa de Israel en las naciones a las que se fue. Por eso, di a la casa de Israel: Esto dice el Señor: No lo hago por vosotros, casa de Israel, sino por mi santo nombre, profanado por vosotros, en las naciones a las que habéis ido. Mostraré la santidad de mi nombre grande, profanado entre los gentiles, que vosotros habéis profanado en medio de ellos; y conocerán los gentiles que yo soy el Señor —oráculo del Señor—, cuando les haga ver mi santidad al castigaros.
Os recogeré de entre las naciones, os reuniré de todos los países, y os llevaré a vuestra tierra. Derramaré sobre vosotros un agua pura que os purificará: de todas vuestras inmundicias e idolatrías os he de purificar; y os daré un corazón nuevo, y os infundiré un espíritu nuevo;arrancaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Os infundiré mi espíritu, Y haré que caminéis según mis preceptos, y que guardéis y cumpláis mis mandatos.
Y habitaréis en la tierra que di a vuestros padres. Vosotros seréis mi pueblo y yo seré vuestro Dios.



SALMO RESPONSORIAL
Salmo responsorial Sal 41, 3. 5bcd;42, 3. 4

V/. Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío.

Cuando se celebran Bautismos puede decirse también :

V/. Sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salvación.

R/. Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío.

V/. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo: ¿cuándo entraré a ver el rostro de Dios?

R/. Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío.

V/. Desahogo mi alma conmigo: cómo marchaba a la cabeza del grupo hacia la casa de Dios, entre cantos de júbilo y alabanza, en el bullicio de la fiesta.

R/. Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío.

V/. Envía tu luz y tu verdad;que ellas me guíen
y me conduzcan hasta tu monte santo, hasta tu morada.

R/. Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío.

V/. Que yo me acerque al altar de Dios, al Dios de mi alegría;
que te dé gracias al son de la cítara, Dios, Dios mío.

R/. Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío.


También puede recitarse este otro salmo :


Sal 50, 12-13. 14-15. 18-19

V/. Oh Dios, crea en mí un corazón puro.

R/. Oh Dios, crea en mí un corazón puro.

V/. Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme; no me arrojes lejos de tu rostro, no me quites tu santo espíritu.

R/. Oh Dios, crea en mí un corazón puro.
V/. Devuélveme la alegría de tu salvación, afíánzame con espíritu generoso.

Enseñaré a los malvados tus caminos, los pecadores volverán a ti.
R/. Oh Dios, crea en mí un corazón puro.

V/. Los sacrificios no te satisfacen, si te ofreciera un holocausto, no lo querrías. Mi sacrificio es un espíritu quebrantado, un corazón quebrantado y humillado tú no lo desprecias.

R/. Oh Dios, crea en mí un corazón puro.



EPÍSTOLA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 6, 3-11

Hermanos:
Los que por el bautismo nos incorporamos a Cristo fuimos incorporados a su muerte. Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para que, así como Cristo fue resucitado de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en una vida nueva.Porque, si nuestra existencia está unida a él en una muerte como la suya, lo estará también en una resurrección como la suya. Comprendamos que nuestra vieja condición ha sido crucificada con Cristo, quedando destruida nuestra personalidad de pecadores, y nosotros libres de la esclavitud al pecado;porque el que muere ha quedado absuelto del pecado.
Por tanto, si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con él;pues sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más;la muerte ya no tiene dominio sobre él. Porque su morir fue un morir al pecado de una vez para siempre;y su vivir es un vivir para Dios. Lo mismo vosotros, consideraos muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo
Jesús.




SALMO
Salmo responsorial Sal 117, 1-2. 16ab-17. 22-23

V/. Aleluya, aleluya, aleluya.

R/. Aleluya, aleluya, aleluya.

V/. Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia. Diga la casa de Israel:
eterna es su misericordia.

R/. Aleluya, aleluya, aleluya

V/. La diestra del Señor es poderosa, la diestra del Señor es excelsa.
No he de morir, viviré, para contar las hazañas del Señor.
R/. Aleluya, aleluya, aleluya.

V/. La piedra que desecharon los arquitectos, es ahora la piedra angular.

Es el Señor quien lo ha hecho, es un milagro patente.

R/. Aleluya, aleluya, aleluya.




EVANGELIO DE LA MISA
Ha resucitado y va por delante de vosotros a Galilea
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 28, 1-10

En la madrugada del sábado, al alborear el primer día de la semana, fueron María laMagdalena y la otra María a ver el sepulcro. Y de pronto tembló fuertemente la tierra,pues un ángel del Señor, bajando del cielo y acercándose, corrió la piedra y se sentó
encima. Su aspecto era de relámpago y su vestido blanco como la nieve;los centinelas temblaron de miedo y quedaron como muertos. El ángel habló a las mujeres:
—Vosotras no temáis, ya sé que buscáis a Jesús el crucificado.
No, está aquí: HA RESUCITADO, como había dicho. Venid a ver el sitio donde yacía eid aprisa a decir a sus discípulos: «Ha resucitado de entre los muertos y va por delante de
vosotros a Galilea. Allí lo veréis.» Mirad, os lo he anunciado.
Ellas se marcharon a toda prisa del sepulcro;impresionadas y llenas de alegría corrieron a anunciarlo a los discípulos.
De pronto, Jesús les salió al encuentro y les dijo:
—Alegraos.
Ellas se acercaron, se postraron ante él y le abrazaron los pies.
Jesús les dijo:
—No tengáis miedo: id a comunicar a mis hermanos que vayan a Galilea;allí me verán.




Notas

Para la Vigilia Pascual se proponen nueve lecciones: siete del Antiguo Testamento y dos del Nuevo. Si lo exigen las circunstancias y por causas particulares se puede disminuir el número de las lecturas asignadas. Ténganse al menos tres lecturas del Antiguo Testamento, y, en casos más urgentes, por lo menos dos, antes de la Epístola y el Evangelio. Nunca se omita la lectura del Éxodo sobre el paso del mar Rojo (3ra lectura).
El texto entre [ ] puede omitirse por razón de brevedad.

IMÁGENES DEL VÍA CRUCIS 2020 - PAPA FRANCISCO


Imágenes del Vía Crucis 
Plaza San Pedro
2020

Este año, el Vía Crucis tuvo lugar en la Plaza de San Pedro en lugar del Coliseo debido a la Pandemia. Como toda Semana Santa, hubo el Crucifijo de San Marcelo en Corso, al que se atribuye la salvación de la plaga de Roma en 1522.

Las meditaciones estuvieron a cargo de la Capellanía de la prisión "Due Palazzi" en Padua.















IMÁGENES DE SÁBADO SANTO




























viernes, 10 de abril de 2020

¿POR QUÉ LA CRUZ?


¿Por qué la cruz?





"Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del Hombre" (Mt 24,30). La cruz es el símbolo del cristiano, que nos enseña cuál es nuestra auténtica vocación como seres humanos.

Hoy parecemos asistir a la desaparición progresiva del símbolo de la cruz. Desaparece de las casas de los vivos y de las tumbas de los muertos, y desaparece sobre todo del corazón de muchos hombres y mujeres a quienes molesta contemplar a un hombre clavado en la cruz. Esto no nos debe extrañar, pues ya desde el inicio del cristianismo San Pablo hablaba de falsos hermanos que querían abolir la cruz: "Porque son muchos y ahora os lo digo con lágrimas, que son enemigos de la cruz de Cristo" (Flp 3, 18).

Unos afirman que es un símbolo maldito; otros que no hubo tal cruz, sino que era un palo; para muchos el Cristo de la cruz es un Cristo impotente; hay quien enseña que Cristo no murió en la cruz. La cruz es símbolo de humillación, derrota y muerte para todos aquellos que ignoran el poder de Cristo para cambiar la humillación en exaltación, la derrota en victoria, la muerte en vida y la cruz en camino hacia la luz.

Jesús, sabiendo el rechazo que iba producir la predicación de la cruz, "comenzó a manifestar a sus discípulos que Él debía ir a Jerusalén y sufrir mucho... ser matado y resucitar al tercer día. Pedro le tomó aparte y se puso a reprenderle: '¡Lejos de ti, Señor, de ningún modo te sucederá eso!' Pero Él dijo a Pedro: ¡Quítate de mi vista, Satanás!¡...porque tus pensamientos no son de Dios, sino de los hombres!" (Mt 16, 21-23).
Pedro ignoraba el poder de Cristo y no tenía fe en la resurrección, por eso quiso apartarlo del camino que lleva a la cruz, pero Cristo le enseña que el que se opone a la cruz se pone de lado de Satanás.

Satanás el orgulloso y soberbio odia la cruz porque Jesucristo, humilde y obediente, lo venció en ella "humillándose a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz", y así transformo la cruz en victoria: "...por lo cual Dios le ensalzó y le dio un nombre que está sobre todo nombre" (Flp 2, 8-9).

Algunas personas, para confundirnos, nos preguntan: ¿Adorarías tú el cuchillo con que mataron a tu padre?

¡Por supuesto que no!

1º. Porque mi padre no tiene poder para convertir un símbolo de derrota en símbolo de victoria; pero Cristo sí tiene poder. ¿O tú no crees en el poder de la sangre de Cristo? Si la tierra que pisó Jesús es Tierra Santa, la cruz bañada con la sangre de Cristo, con más razón, es Santa Cruz.

2º. No fue la cruz la que mató a Jesús sino nuestros pecados. "Él ha sido herido por nuestras rebeldías y molido por nuestros pecados, el castigo que nos devuelve la paz calló sobre Él y por sus llagas hemos sido curados". (Is 53, 5). ¿Cómo puede ser la cruz signo maldito, si nos cura y nos devuelve la paz?

3º. La historia de Jesús no termina en la muerte. Cuando recordamos la cruz de Cristo, nuestra fe y esperanza se centran en el resucitado. Por eso para San Pablo la cruz era motivo de gloria (Gál 6, 14).

Nos enseña quiénes somos

La cruz, con sus dos maderos, nos enseña quiénes somos y cuál es nuestra dignidad: el madero horizontal nos muestra el sentido de nuestro caminar, al que Jesucristo se ha unido haciéndose igual a nosotros en todo, excepto en el pecado. ¡Somos hermanos del Señor Jesús, hijos de un mismo Padre en el Espíritu! El madero que soportó los brazos abiertos del Señor nos enseña a amar a nuestros hermanos como a nosotros mismos. Y el madero vertical nos enseña cuál es nuestro destino eterno. No tenemos morada acá en la tierra, caminamos hacia la vida eterna. Todos tenemos un mismo origen: la Trinidad que nos ha creado por amor. Y un destino común: el cielo, la vida eterna. La cruz nos enseña cuál es nuestra real identidad.

Nos recuerda el Amor Divino

"Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que todo el que crea en Él no perezca sino que tenga vida eterna". (Jn 3, 16). Pero ¿cómo lo entregó? ¿No fue acaso en la cruz? La cruz es el recuerdo de tanto amor del Padre hacia nosotros y del amor mayor de Cristo, quien dio la vida por sus amigos (Jn 15, 13). El demonio odia la cruz, porque nos recuerda el amor infinito de Jesús. Lee: Gálatas 2, 20.

Signo de nuestra reconciliación

La cruz es signo de reconciliación con Dios, con nosotros mismos, con los humanos y con todo el orden de la creación en medio de un mundo marcado por la ruptura y la falta de comunión.

La señal del cristiano

Cristo, tiene muchos falsos seguidores que lo buscan sólo por sus milagros. Pero Él no se deja engañar, (Jn 6, 64); por eso advirtió: "El que no toma su cruz y me sigue no es digno de mí" (Mt 7, 13).

Objeción: La Biblia dice: "Maldito el que cuelga del madero...".

Respuesta: Los malditos que merecíamos la cruz por nuestros pecados éramos nosotros, pero Cristo, el Bendito, al bañar con su sangre la cruz, la convirtió en camino de salvación.

El ver la cruz con fe nos salva

Jesús dijo: "como Moisés levantó a la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado (en la cruz) el Hijo del hombre, para que todo el que crea en Él tenga vida eterna" (Jn 3, 14-15). Al ver la serpiente, los heridos de veneno mortal quedaban curados. Al ver al crucificado, el centurión pagano se hizo creyente; Juan, el apóstol que lo vio, se convirtió en testigo. Lee: Juan 19, 35-37.

Fuerza de Dios

"Porque la predicación de la cruz es locura para los que se pierden... pero es fuerza de Dios para los que se salvan" (1 Cor 1, 18), como el centurión que reconoció el poder de Cristo crucificado. Él ve la cruz y confiesa un trono; ve una corona de espinas y reconoce a un rey; ve a un hombre clavado de pies y manos e invoca a un salvador. Por eso el Señor resucitado no borró de su cuerpo las llagas de la cruz, sino las mostró como señal de su victoria. Lee: Juan 20, 24-29.

Síntesis del Evangelio

San Pablo resumía el Evangelio como la predicación de la cruz (1 Cor 1,17-18). Por eso el Santo Padre y los grandes misioneros han predicado el Evangelio con el crucifijo en la mano: "Así mientras los judíos piden milagros y los griegos buscan sabiduría, nosotros predicamos a un Cristo crucificado: escándalo para los judíos (porque para ellos era un símbolo maldito) necedad para los gentiles (porque para ellos era señal de fracaso), mas para los llamados un Cristo fuerza de Dios y sabiduría de Dios" (1Cor 23-24).

Hoy hay muchos católicos que, como los discípulos de Emaús, se van de la Iglesia porque creen que la cruz es derrota. A todos ellos Jesús les sale al encuentro y les dice: ¿No era necesario que el Cristo padeciera eso y entrara así en su gloria? Lee: Lucas 24, 25-26. La cruz es pues el camino a la gloria, el camino a la luz. El que rechaza la cruz no sigue a Jesús. Lee: Mateo 16, 24

Nuestra razón, dirá Juan Pablo II, nunca va a poder vaciar el misterio de amor que la cruz representa, pero la cruz sí nos puede dar la respuesta última que todos los seres humanos buscamos: «No es la sabiduría de las palabras, sino la Palabra de la Sabiduría lo que San Pablo pone como criterio de verdad, y a la vez, de salvación» (JP II, Fides et ratio, 23).

MEDITACIÓN DE LAS 7 PALABRAS DE JESÚS EN LA CRUZ


Meditación de las 7 palabras de Jesús en la Cruz






Oración

Jesús en la Cruz aboga:
da al ladrón: lega su Madre:
quéjase: la sed le ahoga:
cumple: entrega el alma al Padre
Al Calvario hay que llegar
porque Cristo, nuestra Luz,
hoy también nos quiere hablar
desde el ara de la Cruz.

¡Virgen de dolores y Madre mía! Que, como Tú, acompañe yo siempre a tu Hijo en vida, redención y muerte. Y después de glorificado en la tierra, le glorifique por toda la eternidad, junto a Él y junto a Ti. Te lo pido por tu aflicción y martirio, al pie de la Cruz. Asísteme siempre especialmente en este último momento del combate cristiano que abrirá la eternidad feliz, en compañía de tu Hijo. Así sea.

Señor pequé, Ten piedad y misericordia de mí.

Primera Palabra:
"Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen" (Lc 23,34)

Aunque he sido tu enemigo,
mi Jesús: como confieso,
ruega por mí: que, con eso,
seguro el perdón consigo.

Cuando loco te ofendí,
no supe lo que yo hacía:
sé, Jesús, del alma mía
y ruega al Padre por mí

Señor y Dios mío, que por mi amor agonizaste en la cruz para pagar con tu sacrificio la deuda de mis pecados, y abriste tus divinos labios para alcanzarme el perdón de la divina justicia: ten misericordia de todos los hombres que están agonizando y de mí cuando me halle en igual caso: y por los méritos de tu preciosísima Sangre derramada para mi salvación, dame un dolor tan intenso de mis pecados, que expire con él en el regazo de tu infinita misericordia.

Señor pequé, Ten piedad y misericordia de mí.

Segunda Palabra:
"Hoy estarás conmigo en el Paraíso" (Lc 23, 43)

Vuelto hacia Ti el Buen Ladrón
con fe te implora tu piedad:
yo también de mi maldad
te pido, Señor, perdón.
Si al ladrón arrepentido
das un lugar en el Cielo,
yo también, ya sin recelo
la salvación hoy te pido.

Señor y Dios mío, que por mi amor agonizaste en la Cruz y con tanta generosidad correspondiste a la fe del buen ladrón, cuando en medio de tu humillación redentora te reconoció por Hijo de Dios, hasta llegar a asegurarle que aquel mismo día estaría contigo en el Paraíso: ten piedad de todos los hombres que están para morir, y de mí cuando me encuentre en el mismo trance: y por los méritos de tu sangre preciosísima, aviva en mí un espíritu de fe tan firme y tan constante que no vacile ante las sugestiones del enemigo, me entregue a tu empresa redentora del mundo y pueda alcanzar lleno de méritos el premio de tu eterna compañía.

Señor pequé, Ten piedad y misericordia de mí.

Tercera Palabra:
"He aquí a tu hijo: he aquí a tu Madre" (Jn 19, 26)

Jesús en su testamento a su Madre Virgen da:
¿y comprender quién podrá de María el sentimiento?

Hijo tuyo quiero ser, 
sé Tu mi Madre Señora:
que mi alma desde a ahora 
con tu amor va a florecer.

Señor y Dios mío, que por mi amor agonizaste en la Cruz y , olvidándome de tus tormentos, me dejaste con amor y comprensión a tu Madre dolorosa, para que en su compañía acudiera yo siempre a Ti con mayor confianza: ten misericordia de todos los hombres que luchan con las agonías y congojas de la muerte, y de mí cuando me vea en igual momento; y por el eterno martirio de tu madre amantísima, aviva en mi corazón una firme esperanza en los méritos infinitos de tu preciosísima sangre, hasta superar así los riesgos de la eterna condenación, tantas veces merecida por mis pecados.

Señor pequé, Ten piedad y misericordia de mí.

Cuarta Palabra:
"Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?" 
(Mt 27, 46)

Desamparado se ve
de su Padre el Hijo amado,
maldito siempre el pecado
que de esto la causa fue.

Quién quisiera consolar
a Jesús en su dolor,
diga en el alma: Señor,
me pesa: no mas pecar.

Señor y Dios mío, que por mi amor agonizaste en la Cruz y tormento tras tormento, además de tantos dolores en el cuerpo, sufriste con invencible paciencia la mas profunda aflicción interior, el abandono de tu eterno Padre; ten piedad de todos los hombres que están agonizando, y de mí cuando me haye también el la agonía; y por los méritos de tu preciosísima sangre, concédeme que sufra con paciencia todos los sufrimientos, soledades y contradicciones de una vida en tu servicio, entre mis hermanos de todo el mundo, para que siempre unido a Ti en mi combate hasta el fin, comparta contigo lo más cerca de Ti tu triunfo eterno.

Señor pequé, Ten piedad y misericordia de mí.

Quinta Palabra:
"Tengo sed" (Jn 19, 28)

Sed, dice el Señor, que tiene;
para poder mitigar la sed que así le hace hablar,
darle lágrimas conviene.

Hiel darle, ya se le ha visto: la prueba, mas no la bebe:
¿Cómo quiero yo que pruebe la hiel de mis culpas Cristo?

Señor y Dios mío, que por mi amor agonizaste en la Cruz, y no contento con tantos oprobios y tormentos, deseaste padecer más para que todos los hombres se salven, ya que sólo así quedará saciada en tu divino Corazón la sed de almas; ten piedad de todos los hombres que están agonizando y de mí cuando llegue a esa misma hora; y por los méritos de tu preciosísima sangre, concédeme tal fuego de caridad para contigo y para con tu obra redentora universal, que sólo llegue a desfallecer con el deseo de unirme a Ti por toda la eternidad.

Señor pequé, Ten piedad y misericordia de mí.

Sexta Palabra:
"Todo está consumado" (Jn 19,30)

Con firme voz anunció Jesús, ensangrentado,
que del hombre y del pecado
la redención consumó.

Y cumplida su misión,
ya puede Cristo morir,
y abrirme su corazón
para en su pecho vivir.

Señor y Dios mío, que por mi amor agonizaste en la Cruz, y desde su altura de amor y de verdad proclamaste que ya estaba concluída la obra de la redención, para que el hombre, hijo de ira y perdición, venga a ser hijo y heredero de Dios; ten piedad de todos los hombres que están agonizando, y de mí cuando me halle en esos instantes; y por los méritos de tu preciosísima sangre, haz que en mi entrega a la obra salvadora de Dios en el mundo, cumpla mi misión sobre la tierra, y al final de mi vida, pueda hacer realidad en mí el diálogo de esta correspondencia amorosa: Tú no pudiste haber hecho más por mí; yo, aunque a distancia infinita, tampoco puede haber hecho más por Ti.

Señor pequé, Ten piedad y misericordia de mí.

Séptima Palabra:
"Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu" (Lc 23, 46)

A su eterno Padre, ya el espíritu encomienda;
si mi vida no se enmienda,
¿en qué manos parará?

En las tuyas desde ahora
mi alma pongo, Jesús mío;
guardaría allí yo confío
para mi última hora.

Señor y Dios mío, que por mi amor agonizaste en la Cruz, aceptaste la voluntad de tu eterno Padre, resignando en sus manos tu espíritu, para inclinar después la cabeza y morir; ten piedad de todos los hombres que sufren los dolores de la agonía, y de mí cuando llegue esa tu llamada; y por los méritos de tu preciosísima sangre concédeme que te ofrezca con amor el sacrificio de mi vida en reparación de mis pecados y faltas y una perfecta conformidad con tu divina voluntad para vivir y morir como mejor te agrade, siempre mi alma en tus manos.

Señor pequé, Ten piedad y misericordia de mí.

Oración Final

1 Padre Nuestro, 1 Ave María, 1 Gloria

________________________


Fuente: Churchforum.org

MEDITACIÓN DE HOY VIERNES SANTO 10 DE ABRIL DE 2020


VIERNES SANTO
(10 de abril)




Hoy muere. Al amanecer del viernes, le juzgan. Tiene sueño, frío, le han dado golpes. Deciden condenarle y lo llevan a Pilatos. Judas, desesperado, no supo volver con la Virgen y pedir perdón, y se ahorcó. Los judíos prefirieron a Barrabás. Pilatos se lava las manos y manda crucificar a Jesús. Antes, ordenó que le azotaran. La Virgen está delante mientras le abren la piel a pedazos con el látigo. Después, le colocan una corona de espinas y se burlan de Él. Jesús recorre Jerusalén con la Cruz. Al subir al Calvado se encuentra con su Madre. Simón le ayuda a llevar la Cruz. Alrededor de las doce del mediodía, le crucificaron. Nos dio a su Madre como Madre nuestra y hacia las tres se murió y entregó el espíritu al Padre. Para certificar la muerte, le traspasaron con una lanza. Por la noche, entre José de Arimatea y Nicodemo le desclavan, y dejan el Cuerpo en manos de su Madre. Son cerca de las siete cuando le entierran en el sepulcro.

¡Dame, Señor dolor de amor! Ojalá lleves en el bolsillo un crucifijo y lo beses con frecuencia.
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