jueves, 24 de enero de 2019

HOY ES LA FIESTA DE SAN FRANCISCO DE SALES, PATRONO DE LA PRENSA CATÓLICA


Hoy es la fiesta de San Francisco de Sales, patrono de la prensa católica
Redacción ACI Prensa





“El amor es la perfección del espíritu y la caridad es la perfección del amor”, decía San Francisco de Sales. Conocido como el santo de la amabilidad, luchó varios años de su vida para dominar su ira y logró la conversión de muchos. La fiesta de este Doctor de la Iglesia y patrono de la prensa católica es cada 24 de enero.

San Francisco de Sales nació en el castillo de Sales, en Saboya, en 1567. De niño era muy inquieto y juguetón. Tanto así que su madre y su nodriza tenían que estar constantemente viendo qué era lo que hacía.

Su lucha contra la ira fue constante. Cierto día un calvinista visitó el castillo, el pequeño Francisco se enteró, tomó un palo y se fue a corretear a las gallinas gritando: “Fuera los herejes, no queremos herejes”.

Su padre le puso como profesor al P. Deage, un sacerdote muy exigente. Este preceptor le haría pasar ratos amargos, pero le ayudaría mucho en su formación.

A los 10 años hace su primera comunión y confirmación y desde ese día se propuso frecuentar la visita al Santísimo. Más adelante consiguió que su padre lo enviase al Colegio de Clermont, dirigido por los jesuitas y conocido por la piedad y el amor a la ciencia.

Acompañado por el P. Deage, Francisco se confesaba y comulgaba cada semana, era entregado en el estudio y dedicaba un par de horas diarias a ejercicios de equitación, esgrima y baile. Todo esto le permitió ser el invitado preferido en la reuniones de gente de la alta sociedad porque era sencillo y “la cultura personificada”.

No obstante, muchas veces la sangre se le subía a la cara por las burlas y humillaciones. Pero se lograba contener de tal manera que muchos ni se imaginaban de su mal genio. Pero el enemigo le hizo sentir que se iba a condenar al infierno para siempre. Este pensamiento lo atormentaba hasta el punto que perdió el apetito y ya no dormía.

Entonces le dijo a Dios: “No me interesa que me mandes todos los suplicios que quieras, con tal de que me permitas seguirte amando siempre”. Luego, en la Iglesia de San Esteban en París, arrodillado ante la imagen de la Virgen pronunció la famosa oración de San Bernardo: “Acuérdate Oh piadosísima Virgen María…” De esta manera recuperó la paz.


Esta prueba le ayudó mucho a curarse del orgullo y a saber comprender a las personas en crisis para así tratarlas con bondad. Obedeciendo a su padre va a estudiar abogacía a Padua, tiempo que aprovechó para estudiar también teología por su gran deseo de ser sacerdote.

A los 24 años obtuvo su doctorado en leyes y luego, junto a su familia, mantuvo una vida ordinaria de joven de la nobleza. Su padre deseaba que se casara y que obtuviera puestos importantes, pero Francisco se mantenía en reserva por su inquietud de consagrarse al servicio de Dios.

A la muerte del deán del Capítulo de Ginebra, su primo, el canónico Luis de Sales, con unos conocidos hicieron que el Papa le otorgara este cargo. El joven santo por otro lado empezó a dialogar con su padre sobre su inquietud vocacional y poco a poco lo convenció.

Vistió la sotana el día que obtuvo la aprobación de su papá y recibió el orden del sacerdocio seis meses después. Ejercía los ministerios entre los más necesitados con mucho cariño y sus predilectos eran los de cuna humilde.

Entre los habitantes de Chablais, los protestantes habían hecho difícil la vida de los católicos y Francisco se ofreció para ir a allá con permiso del Obispo. El camino era muy peligroso. Una noche Francisco fue atacado por lobos y tuvo que subirse a un árbol para salvar la vida.

En la mañana unos campesinos protestantes lo encontraron y lo llevaron a su casa para darle de comer. Ellos eran calvinistas y con el tiempo se convirtieron al catolicismo.

Con el fin de tocar los corazones de la población, el santo empezó a escribir panfletos en los que exponía la doctrina de la Iglesia y refutaba a los calvinistas. Estos escritos más tarde formarían el volumen de las “Controversias”.

Lo que la gente más admiraba era la paciencia con que el santo vivía las dificultades y persecuciones. Alrededor de tres a cuatro años después el Obispo fue a visitar la misión, muchos católicos salieron a recibirlo y pudo administrar muchas confirmaciones.

Francisco cae en una grave enfermedad y al recuperar la salud va a Roma donde el Papa. Ahí teólogos y sabios, que habían oído de sus cualidades, le hacen preguntas difíciles de teología. Todos se quedaron maravillados por la sencillez, modestia y ciencia de sus respuestas.


El Pontífice lo confirmó como coadjutor de Ginebra y el santo regresó a su diócesis a trabajar con más empeño. Cuando muere el Obispo, Francisco le sucedió en el gobierno y fijó su residencia en Annecy.  

Tuvo como discípula a Santa Juana de Chantal y del encuentro de estos dos santos surge la fundación de la Congregación de la Visitación en 1610. De las notas con que instruía a la santa surge el libro “Introducción a la vida devota”. Más adelante San Francisco de Sales lo publica  y fue traducido en muchos idiomas.


En 1622, el duque de Saboya invitó al santo a reunirse en Aviñón. El santo Obispo acepta, por la parte francesa de su diócesis, pero arriesgando mucho su salud debido al largo viaje en pleno invierno.

Dejó todo en orden, como si supiera que no volvería. Cuando llegó a Aviñón las multitudes se apiñaban para verlo y las congregaciones querían que les predicara.

De regreso, San Francisco se detuvo en Lyon y se hospedó en la casita del Jardinero del Convento de la Visitación. Atendió un mes entero a las religiosas y cuando una de ellas le pidió una virtud para practicar, el santo escribió “humildad”.

En el crudo invierno prosiguió su viaje predicando y administrando los sacramentos, pero su salud iba empeorando hasta que le tocó partir a la Casa del Padre. Su última palabra fue el nombre de “Jesús”. San Francisco de Sales expiró a los 56 años un 28 de diciembre de 1622, siendo Obispo por 21 años.

Al día siguiente la ciudad entera de Lyon desfiló por la humilde casa donde falleció. En 1632 abrieron su cajón para saber cómo estaba. Parecía que se encontraba en apacible sueño.

Santa Juana de Chantal fue a ver el cuerpo del santo junto a sus religiosas y cuando le dijeron que podía acercársele, la santa se arrodilló le tomó la mano y se la puso sobre la cabeza como para pedirle bendición.

En eso, todas las hermanas vieron cómo la mano del santo parecía recobrar vida y, moviendo los dedos, acariciaba la humilde cabeza de su discípula. Hoy, en Annecy, las hermanas de la Visitación conservan el velo que ese día llevaba la santa.

San Francisco de Sales fue canonizado en 1665. En 1878 el Papa Pío IX lo declaró Doctor de la Iglesia. San Juan Bosco tomaría al “santo de la amabilidad” como patrono de su congregación y como modelo para el servicio que los salesianos deben brindar a los jóvenes.






Oración a San Francisco de Sales


Glorioso San Francisco de Sales, 
vuestro nombre porta la dulzura del corazón más afligido;
vuestras obras destilan la selecta miel de la piedad;
vuestra vida fue un continuo holocausto de amor perfecto
lleno del verdadero gusto por las cosas espirituales,
y del generoso abandono en la amorosa divina voluntad.
Enséñame la humildad interior,
la dulzura de nuestro exterior,
y la imitación de todas las virtudes que has sabido copiar
de los Corazones de Jesús y de María.

Amén.

EL EVANGELIO DE HOY JUEVES 24 DE ENERO 2019


Lecturas de hoy Jueves de la 2ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, jueves, 24 de enero de 2019


Primera lectura
Lectura de la carta a los Hebreos (7,25–8,6):

HERMANOS:
Jesús puede salvar definitivamente a los que se acercan a Dios por medio de él, pues vive siempre para interceder a favor de ellos.
Y tal convenía que fuese nuestro sumo sacerdote: santo, inocente, sin mancha, separado de los pecadores y encumbrado sobre el cielo.
Él no necesita ofrecer sacrificios cada día como los sumos sacerdotes, que ofrecían primero por los propios pecados, después por los del pueblo, porque lo hizo de una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo.
En efecto, la ley hace sumos sacerdotes a hombres llenos de debilidades. En cambio, la palabra del juramento, posterior a la ley, consagra al Hijo, perfecto para siempre.
Esto es lo principal de todo el discurso: Tenemos un sumo sacerdote que está sentado a la derecha del trono de la Majestad en los cielos, y es ministro del Santuario y de la Tienda verdadera, construida por el Señor y no por un hombre.
En efecto, todo sumo sacerdote está puesto para ofrecer dones y sacrificios; de ahí la necesidad de que también Jesús tenga algo que ofrecer.
Ahora bien, si estuviera en la tierra, ni siquiera sería sacerdote, habiendo otros que ofrecen los dones según la ley.
Estos sacerdotes están al servicio de una figura y sombra de lo celeste, según el oráculo que recibió Moisés cuando iba a construir la Tienda:
«Mira», le dijo Dios, «te ajustarás al modelo que te fue mostrado en la montaña».
Mas ahora a Cristo le ha correspondido un ministerio tanto más excelente cuanto mejor es la alianza de la que es mediador: una alianza basada en promesas mejores.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 39,7-8a.8b-9.10.17

R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad

V/. Tú no quieres sacrificios ni ofrendas,
y, en cambio, me abriste el oído;
no pides sacrificio expiatorio,
entonces yo digo: «Aquí estoy». R/.

V/. «—Como está escrito en mi libro—
para hacer tu voluntad.»
Dios mío, lo quiero,
y llevo tu ley en las entrañas. R/.

V/. He proclamado tu salvación
ante la gran asamblea;
no he cerrado los labios:
Señor, tú lo sabes. R/.

V/. Alégrense y gocen contigo
todos los que te buscan;
digan siempre: «Grande es el Señor»
los que desean tu salvación. R/.



Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Marcos (3,7-12):

EN aquel tiempo, Jesús se retirá con sus discípulos a la orilla del mar y lo siguió una gran muchedumbre de Galilea.
Al enterarse de las cosas que hacía, acudía mucha gente de Judea, Jerusalén, Idumea, Transjordania y cercanías de Tiro y Sidón.
Encargó a sus discípulos que le tuviesen preparada una barca, no lo fuera a estrujar el gentío.
Como había curado a muchos, todos los que sufrían de algo se le echaban encima para tocarlo.
Los espíritus inmundos, cuando lo veían, se postraban ante él y gritaban:
«Tú eres el Hijo de Dios».
Pero él les prohibía severamente que lo diesen a conocer. 

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy jueves, 24 de enero de 2019
José Luis Latorre, cmf
Queridos amigos

Hoy Marcos nos presenta a Jesús retirado a la orilla del mar con sus discípulos y rodeado de una muchedumbre de gente que le sigue. Dos grupos de personas con intereses diferentes.

Los discípulos van detrás de Jesús con el deseo de aprender para ser como El. Se sienten seducidos por su persona y estar con Él es la mejor escuela para asimilar sus enseñanzas. Los discípulos son la nueva familia de Jesús; una familia que no se funda en la carne y la sangre sino en la fe y la confianza en quien les ha llamado y en su palabra y forma de vivir Una familia que crece en la medida en que Jesús es más conocido y amado y hay una mayor intimidad con El. Una familia en la que los que la integran sienten la necesidad de comunicar su experiencia (“lo que oímos, vivimos, contemplamos, experimentamos… os lo damos a conocer para que  participéis de nuestra alegría y vuestra alegría sea completa”. Cfr 1ºJn 1, 1s). Una familia que no tiene fronteras de color de la piel, de cultura, de lengua. Una familia de puertas abiertas que incluye a todos y nadie es excluido. Una familia que acoge a todos sin importar en que condición estén. Una familia que valora a todos no por lo que tienen sino por lo que son: hijos de Dios. Una familia que ayuda a todos con total generosidad y disponibilidad. Una familia que se alegra cuando los hijos pródigos vuelven, y se entristece por los hijos hipócritas y soberbios que no saben comprender y perdonar al hermano que se alejó de casa y dilapidó los bienes familiares…

La muchedumbre sigue a Jesús, le escucha, le admira porque cura, ilusiona, anima, libera del mal…Han visto resultados, obras, señales prodigiosas. Obtienen ventajas personales. Personas que les interesa Jesús en tanto en cuanto les soluciona sus problemas. Personas que ven en Jesús a un taumaturgo o curandero y que están con Él mientras les atiende en todo lo que le piden, pero le abandonan cuando no cumple sus planes u objetivos. Personas que creen que tienen derechos adquiridos por los servicios prestados a Jesús. Personas que creen tener derecho a un lugar importante en el cielo por las obras de caridad que hicieron o la vida buena que llevaron.

San Pablo dice que “todo es gracia”. Y Santiago dice “todo don procede del Padre de los astros”. Y Juan dice: “Dios nos amó primero”. Y la parábola de los talentos del Evangelio dice que el propietario –Dios- repartió a cada uno según su capacidad y les encargó trabajar.

BUENOS DÍAS




PENSAMIENTOS DEL PAPA FRANCISCO EN IMÁGENES






domingo, 20 de enero de 2019

UN RATITO CON SAN JOSÉ: JESÚS, HIJO DE DAVID


UN RATITO CON SAN JOSÉ
Jesús, Hijo de David




Repitamos esta verdad: Jesús es llamado "Hijo de David" gracias a la adopción hecha por San José. y cuando leemos los evangelio, varias veces aparece este título, "Hijo de David", aplicándolo a Jesús. Por ejemplo, se nos narra en los evangelios que un ciego llamado Bartimeo, al escuchar que pasaba Jesús, comenzó a gritar: "Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí" (Mc 10,47). El Señor escuchó este grito y le dio la vista a Bartimeo.

Les dejo una tarea. Cada vez que ustedes lean en los evangelio que a Jesús se le llama el "Hijo de David", acuérdense de San José. Demos siempre gracias a José, pues hizo posible, mediante la adopción, que Jesús sea el Rey descendiente de David.


P. Carlos Rosell De Almeida

UN GESTO POCO RELIGIOSO - MEDITACIÓN DEL EVANGELIO DOMINGO 20.01.2019


UN GESTO POCO RELIGIOSO
Evangelio Comentado por:
José Antonio Pagola
Jn (2,1-11)



Había una boda en Galilea. Así comienza este relato en el que se nos dice algo inesperado y sorprendente. La primera intervención pública de Jesús, el Enviado de Dios, no tiene nada de religioso. No acontece en un lugar sagrado. Jesús inaugura su actividad profética «salvando» una fiesta de bodas que podía haber terminado muy mal.

En aquellas aldeas pobres de Galilea, la fiesta de las bodas era la más apreciada por todos. Durante varios días, familiares y amigos acompañaban a los novios comiendo y bebiendo con ellos, bailando danzas festivas y cantando canciones de amor.

El evangelio de Juan nos dice que fue en medio de una de estas bodas donde Jesús hizo su «primer signo», el que nos ofrece la clave para entender toda su actuación y el sentido profundo de su misión salvadora.

El evangelista Juan no habla de «milagros». A los gestos sorprendentes que realiza Jesús los llama siempre «signos». No quiere que sus lectores se queden en lo que puede haber de prodigioso en su actuación. Nos invita a que descubramos su significado más profundo. Para ello nos ofrece algunas pistas de carácter simbólico. Veamos solo una.

La madre de Jesús, atenta a los detalles de la fiesta, se da cuenta de que «no les queda vino» y se lo indica a su hijo. Tal vez los novios, de condición humilde, se han visto desbordados por los invitados. María está preocupada. La fiesta está en peligro. ¿Cómo puede terminar una boda sin vino? Ella confía en Jesús.

Entre los campesinos de Galilea el vino era un símbolo muy conocido de la alegría y del amor. Lo sabían todos. Si en la vida falta la alegría y falta el amor, ¿en qué puede terminar la convivencia? María no se equivoca. Jesús interviene para salvar la fiesta proporcionando vino abundante y de excelente calidad.

Este gesto de Jesús nos ayuda a captar la orientación de su vida entera y el contenido fundamental de su proyecto del reino de Dios. Mientras los dirigentes religiosos y los maestros de la ley se preocupan de la religión, Jesús se dedica a hacer más humana y llevadera la vida de la gente.

Los evangelios presentan a Jesús concentrado, no en la religión sino en la vida. No es solo para personas religiosas y piadosas. Es también para quienes viven decepcionados por la religión, pero sienten necesidad de vivir de manera más digna y dichosa. ¿Por qué? Porque Jesús contagia fe en un Dios en el que se puede confiar y con el que se puede vivir con alegría, y porque atrae hacia una vida más generosa, movida por un amor solidario.

EL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 20 DE ENERO 2019


Lecturas de hoy Domingo 2º del Tiempo Ordinario - Ciclo C
Hoy, domingo, 20 de enero de 2019


Primera lectura
Lectura del libro de Isaías (62,1-5):

Por amor a Sión no callaré,
por amor de Jerusalén no descansaré,
hasta que rompa la aurora de su justicia,
y su salvación llamee como antorcha.
Los pueblos verán tu justicia,
y los reyes tu gloria;
te pondrán un nombre nuevo,
pronunciado por la boca del Señor.
Serás corona fúlgida en la mano del Señor
y diadema real en la palma de tu Dios.
Ya no te llamarán «Abandonada»,
ni a tu tierra «Devastada»;
a ti te llamarán «Mi predilecta»,
y a tu tierra «Desposada»,
porque el Señor te prefiere a ti,
y tu tierra tendrá un esposo.
Como un joven se desposa con una doncella,
así te desposan tus constructores.
Como se regocija el marido con su esposa,
se regocija tu Dios contigo.

Palabra de Dios

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Salmo
Sal 95,1-2a.2b-3.7-8a.9-10a.c

R/. Contad las maravillas del Señor a todas las naciones.

V/. Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra;
cantad al Señor, bendecid su nombre. R/.

V/. Proclamad día tras día su victoria.
Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones. R/.

V/. Familias de los pueblos, aclamad al Señor,
aclamad la gloria y el poder del Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor. R/.

V/. Postraos ante el Señor en el atrio sagrado,
tiemble en su presencia la tierra toda.
Decid a los pueblos: «El Señor es rey:
él gobierna a los pueblos rectamente». R/.

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Segunda lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (12,4-11):

Hermanos:
Hay diversidad de carismas, pero un mismo Espíritu; hay diversidad de ministerios, pero un mismo Señor; y hay diversidad de actuaciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos.
Pero a cada cual se le otorga la manifestación del Espíritu para el bien común.
Y así uno recibe del Espíritu el hablar con sabiduría; otro, el hablar con inteligencia, según el mismo Espíritu. Hay quien, por el mismo Espíritu, recibe el don de la fe; y otro, por el mismo Espíritu, don de curar. A éste le ha concedido hacer milagros; a aquél, profetizar. A otro, distinguir los buenos y malos espíritus. A uno, la diversidad de lenguas; a otro, el don de interpretarlas.
El mismo y único Espíritu obra todo esto, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.

Palabra de Dios

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Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Juan (2,1-11):

EN aquel tiempo, había una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda.
Faltó el vino, y la madre de Jesús le dice:
«No tienen vino».
Jesús le dice:
«Mujer, ¿qué tengo yo que ver contigo? Todavía no ha llegado mi hora».
Su madre dice a los sirvientes:
«Haced lo que él os diga».
Había allí colocadas seis tinajas de piedra, para las purificaciones de los judíos, de unos cien litros cada una.
Jesús les dice:
«Llenad las tinajas de agua».
Y las llenaron hasta arriba.
Entonces les dice:
«Sacad ahora y llevadlo al mayordomo».
Ellos se lo llevaron.
El mayordomo probó el agua convertida en vino sin saber de dónde venía (los sirvientes sí lo sabían, pues habían sacado el agua), y entonces llama al esposo y le dice:
«Todo el mundo pone primero el vino bueno y, cuando ya están bebidos, el peor; tú, en cambio, has guardado el vino bueno hasta ahora».
Este fue el primero de los signos que Jesús realizó en Caná de Galilea; así manifestó su gloria y sus discípulos creyeron en él.


Palabra de Dios.

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Comentario al Evangelio de hoy domingo, 20 de enero de 2019
 Fernando Torres cmf


La alegría de la familia de Dios

      La celebración de una boda es uno los momentos más gozosos en las familias. Supone en la vida de la familia el comienzo de una nueva etapa. Un chico y una chica dejan sus familias para formar una nueva. No es motivo para estar tristes sino lo contrario. La familia se agranda y, lo más importante, se abre a la vida. El casamiento de uno de los hijos o hijas significa que vendrán nuevos miembros a enriquecer la vida de la familia. Al casarse uno de sus miembros, la familia entera celebra que la vida no se termina sino que se abre al futuro con esperanza. El apellido familiar seguirá vivo. La vida sigue y se recrea.

      Un matrimonio también supone una promesa de amor entre los que se esposan. Es un amor para siempre y para todo. Sin límites. Hecho de total generosidad y entrega mutua. Gratuito y sin pedir nada a cambio. Es un amor capaz de crear vida. Los demás miembros de la familia quizá han vivido más, tienen más experiencia, saben que ese amor a veces pierde fuerza, comete errores, no siempre es fiel al impulso primero. Pero la promesa de los esposos es un signo de que vale la pena seguir persiguiendo ese ideal tan difícil de conseguir. Por esto para todos los que participan en una boda, ésta es siempre una celebración de la vida y el amor. 

      No es casualidad que Jesús comience su vida pública participando en una boda y alargando sin límites la alegría de los participantes. No otra cosa puede significar la exorbitante cantidad de agua que Jesús convierte en vino. Además, según la opinión del mayordomo, es el vino mejor. La presencia de Jesús trae a la boda –la fiesta humana por excelencia, la fiesta de la vida– la presencia del vino mejor. Es la mejor bendición para la vida y el amor que celebraban aquellas familias. El vino mejor es el signo de que la vida que nos trae Jesús vence a la muerte. 

      Las bodas, la alegría, el vino mejor, todos son signos que nos hablan de que el encuentro entre Dios y la humanidad que se produce en Jesús es el encuentro con la verdadera Vida, con la que no se termina; es el encuentro que dará lugar a la familia definitiva, en la que todos nos reconoceremos como hermanos y hermanas reunidos en la mesa del padre de todos, Dios, allá donde no habrá más muerte ni tristeza. Como en las bodas, esta celebración no es más que el comienzo de una nueva familia. No es todavía más que una promesa, pero una promesa de vida en plenitud. Vivir en cristiano es vivir en esperanza y en alegría.



Para la reflexión

      ¿Vengo a misa cada domingo con la alegría de encontrarme con mis hermanos y hermanas para celebrar la vida que Dios nos da? ¿Ser cristiano es para mí motivo de gozo? ¿En qué se me nota? ¿En qué se nota en mi familia? 

HOY SE CELEBRA A SAN SEBASTÍAN, PATRONO DE ARQUEROS, SOLDADOS Y ATLETAS


Hoy se celebra a San Sebastián, patrono de arqueros, soldados y atletas
Redacción ACI Prensa




El 20 de enero es fiesta de San Sebastián, patrono de arqueros, soldados y atletas. Su nombre significa “Digno de respeto, venerable” y utilizaba su cargo de militar romano para ayudar a los cristianos prisioneros. Entérese el porqué es también considerado patrono contra las flechas envenenadas.

Se dice que San Sebastián era Capitán de la Guardia del Palacio Imperial en Roma y cierto día un mártir estaba por desanimarse a raíz de las lágrimas de sus familiares. El Santo lo animó a ofrecer a mantenerse firme y a dar la vida por Jesucristo. De esta manera el creyente pudo dar testimonio con el glorioso martirio.


Más adelante, San Sebastián fue denunciado ante el emperador por ser cristiano. Maximino lo llamó y le ofreció ser ascendido si dejaba de ser cristiano, de lo contrario sería degradado y atravesado por flechas.

El Santo respondió diciendo que seguiría siendo seguidor de Cristo hasta el final y fue condenado a morir por flechas por el año 300. Su sepulcro en las catacumbas de la vía Apia, fue venerado por los cristianos desde muy antiguo.

En Roma se edificó una basílica en su honor y por siglos ha sido invocado como patrono contra las flechas envenenadas, las plagas y enfermedades.

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San Sebastián, Mártir
20 de Enero



Sebastián, hijo de familia militar y noble, era oriundo de Narbona, pero se había educado en Milán. Llegó a ser capitán de la primera corte de la guardia pretoriana. Era respetado por todos y apreciado por el emperador, que desconocía su cualidad de cristiano. Cumplía con la disciplina militar, pero no participaba en los sacrificios idolátricos. Además, como buen cristiano, ejercitaba el apostolado entre sus compañeros, visitaba y alentaba a los cristianos encarcelados por causa de Cristo. Esta situación no podía durar mucho, y fue denunciado al emperador Maximino quien lo obligó a escoger entre ser su soldado o seguir a Jesucristo.

El santo escogió la milicia de Cristo; desairado el Emperador, lo amenazó de muerte, pero San Sebastián, convertido en soldado de Cristo por la confirmación, se mantuvo firme en su fe. Enfurecido Maximino, lo condenó a morir asaeteado: los soldados del emperador lo llevaron al estadio, lo desnudaron, lo ataron a un poste y lanzaron sobre él una lluvia de saetas, dándolo por muerto. Sin embargo, sus amigos que estaban al acecho, se acercaron, y al verlo todavía con vida, lo llevaron a casa de una noble cristiana romana, llamada Irene, que lo mantuvo escondido en su casa y le curó las heridas hasta que quedó restablecido.

Sus amigos le aconsejaron que se ausentara de Roma, pero el santo se negó rotundamente pues su corazón ardoroso del amor de Cristo, impedía que él no continuase anunciando a su Señor. Se presentó con valentía ante el Emperador, desconcertado porque lo daba por muerto, y el santo le reprochó con energía su conducta por perseguir a los cristianos. Maximino mandó que lo azotaran hasta morir, y los soldados cumplieron esta vez sin errores la misión y tiraron su cuerpo en un lodazal. Los cristianos lo recogieron y lo enterraron en la Vía Apia, en la célebre catacumba que lleva el nombre de San Sebastián.

El culto a San Sebastián es muy antiguo; es invocado contra la peste y contra los enemigos de la religión, y además es llamado además el Apolo cristiano ya que es uno de los santos más reproducidos por el arte en general.

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Oración a San Sebastián para pedir favores



Glorioso san Sebastián 
que alcanzaste de Dios tanta fe y caridad,
que llegaste a sacrificar tu vida
por obedecer a Dios 
y socorrer fielmente
a tus hermanos cristianos.

Ahora que vives junto
a Dios escucha las plegarias y súplicas
de los que te invocan con gratitud, fe y devoción, 
y acuden a ti desde los campos,
pueblos y ciudades. Mártir de Cristo,
alcánzanos de Dios que,
confesando nuestra fe, 
acojamos el Reino anunciado por Jesucristo 
con verdadero espíritu de penitencia y vivamos como hijos de Dios.

Que nuestros hogares sean verdaderos templos de amor 
en donde florezca la santidad, reinen el bienestar, la alegría y la paz.

Que en nuestro trabajo reinen la justicia y la concordia.

Líbranos de todo egoísmo y maldad para que, fraternalmente unidos,
vivamos en esta hermosa tierra que Dios nos ha dado
de acuerdo con los valores del Reino: 
especialmente la verdad, la justicia y el amor.

San Sebastián mártir glorioso, lleva nuestros ruegos ante Dios
y concédenos tu especial intercesión
para que podamos obtener lo que aquí pedimos:

(Hacer tu Petición)

San Sebastián, atiende nuestras plegarias,
ayúdanos a conseguir lo que solicitamos y danos fuerza y confianza,
para que siguiendo tu ejemplo de fe, esperanza y caridad 
podamos alcanzar la vida eterna 
que Jesús promete a los que perseveran hasta el fin
y para que bajo la protección de María,
nuestra Madre, lleguemos a Él,
fuente de eterna felicidad.

Amén.

FELIZ DOMINGO




viernes, 18 de enero de 2019

EL EVANGELIO DE HOY VIERNES 18 DE ENERO 2019


Lecturas de hoy Viernes de la 1ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, viernes, 18 de enero de 2019



Primera lectura
Lectura de la carta a los Hebreos (4,1-5.11):

HERMANOS:
Temamos, no sea que, estando aún en vigor la promesa de entrar en su descanso, alguno de vosotros crea haber perdido la oportunidad.
También nosotros hemos recibido la buena noticia, igual que ellos; pero el mensaje que oyeron no les sirvió de nada a quienes no se adhirieron por La fe a los que lo habían escuchado.
Así pues, los creyentes entremos en el descanso, de acuerdo con lo dicho:
«He jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»,
y eso que sus obras estaban terminadas desde la creación del mundo.
Acerca del día séptimo se dijo:
«Y descansó Dios el día séptimo de todo el trabajo que había hecho».
En nuestro pasaje añade:
«No entrarán en mi descanso».
Empeñémonos, por tanto, en entrar en aquel descanso, para que nadie caiga, imitando aquella desobediencia.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 77,3.4bc.6c-7.8

R/. No olvidéis las acciones de Dios

V/. Lo que oímos y aprendimos,
lo que nuestros padres nos contaron,
lo contaremos a la futura generación:
las alabanzas del Señor, su poder. R/.

V/. Que surjan y lo cuenten a sus hijos,
para que pongan en Dios su confianza
y no olviden las acciones de Dios,
sino que guarden sus mandamiento. R/.

V/. Para que no imiten a sus padres,
generación rebelde y pertinaz;
generación de corazón inconstante,
de espíritu infiel a Dios. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Marcos (2,1-12):

CUANDO a los pocos días entró Jesús en Cafarnaún, se supo que estaba en casa.
Acudieron tantos que no quedaba sitio ni a la puerta. Y les proponía la palabra.
Y vinieron trayéndole un paralítico llevado entre cuatro y, como no podían presentárselo por el gentío, levantaron la techumbre encima de donde él estaba, abrieron un boquete y descolgaron la camilla donde yacía el paralítico. Viendo Jesús la fe que tenían, le dice al paralítico:
«Hijo, tus pecados te son perdonados».
Unos escribas, que estaban allí sentados, pensaban para sus adentros:
«¿Por qué habla éste así? Blasfema. ¿Quién puede perdonar pecados, sino sólo uno, Dios?».
Jesús se dio cuenta enseguida de lo que pensaban y les dijo:
«¿Por qué pensáis eso? ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: “Tus pecados te son perdonados” o decir: “Levántate, coge la camilla y echa a andar”?
Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados -dice al paralítico-:
“Te digo: levántate, coge tu camilla y vete a tu casa”».
Se levantó, cogió inmediatamente la camilla y salió a la vista de todos. Se quedaron atónitos y daban gloria a Dios, diciendo:
«Nunca hemos visto una cosa igual».

Palabra del Señor





Comentario al Evangelio de hoy viernes, 18 de enero de 2019
 Severiano Blanco, cmf

Queridos hermanos:

Resulta un poco simple, o hasta inverosímil, la conversión tan rápida de esos escribas críticos con Jesús, que incluso acaban de tildarle de blasfemo. Sería raro que, derrotados por su palabra y acción, se incluyesen de inmediato en el coro de los que, por lo que ven en él, “dan gloria a Dios”.

Todo se explica cuando en este pasaje evangélico distinguimos dos escenas diferentes, de origen independiente: una controversia sobre perdón de pecados ha sido incrustada en una narración de curación de parálisis. De hecho, esa curación del paralítico reaparece en otro evangelio sin la controversia sobre el perdón y en un marco geográfico diferente: la piscina de Betesda, de Jerusalén (Jn 5), no en Cafarnaúm. Seguramente la aclamación entusiasta final nada tenía que ver, en su origen, con la derrota de los escribas, sino con la curación del tullido, que ahora camina tan campante con su litera a cuestas.

Jesús acogió lo mejor de la pedagogía teológica de su tiempo; en el caso que hoy nos ocupa, acepta el uso del “pasivo divino”, es decir, usa frases en voz pasiva para hablar de la acción de Dios sin manosear excesivamente su nombre. “Tus pecados son perdonados” significa sencillamente “Dios perdona tus pecados”; y ese Dios es el Padre. Lo notable es que Jesús está seguro de conoce el sentir de Dios hacia una determinada persona (no sabemos quién, en su origen no es el paralítico). Y además sabe que el Padre acoge con misericordia a esa persona porque se ha acercado confiadamente a él, el plenipotenciario de Yahvé, su presencia insuperable en este mundo. Se ha especulado mucho sobre la autoconciencia de Jesús: ¿qué pensaba exactamente de sí mismo? ¿cómo se habría definido? Es seguro que la encarnación comportaba limitación de vocabulario, la pobreza expresiva del lenguaje humano; pero, sobre su conocimiento del Abbá y su cercanía al mismo no parece que a Jesús le cupiese oscuridad o duda alguna.

El evangelista tiene un rico concepto de salvación, de salud integral. Al unir las dos piezas, perdón y curación, nos recuerda que sirve de poco la movilidad física si se carece de paz interior. Cuando a Jesús se le pide la salud corporal, sin quitarle importancia, comienza por regalar serenidad de espíritu; y ese renacer interior (liberación de culpabilidad), esa fresca alegría de vivir, tendrá un reflejo en la exterior libertad de movimientos. Desaparecen las opresiones, el mundo que rodea al hombre se hace nuevo.

Cuando nos acercamos confiadamente a Jesús y le dejamos actuar sobre nosotros, tiene lugar algo así como un “fin del mundo”, o un nuevo nacimiento; desaparecen los fardos pesados de angustias y culpabilidades, y todo se hace ligero, claro, limpio y lozano. Ante tal experiencia no podemos sino exclamar como los testigos de lo que narra el evangelio: “jamás habíamos visto cosa igual”.

Vuestro hermano
Severiano Blanco cmf

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