lunes, 25 de junio de 2018

MIRADAS QUE ENCANTAN


Miradas que Encantan
¿Cuántas veces esa mirada está envuelta en un halo de lujuria?


Por: María Verónica Vernaza | Fuente: Cápsulas de la Verdad 





Existe una bella historia que data del siglo IV. Se dice que había una mujer tan hermosa que todos los hombres se postraban a sus pies. Se llamaba Pelagia y era una actriz, célebre por su riqueza y su vida licenciosa. Un día, mientras el patriarca de Antioquía y obispo de Edesa San Nono estaba reunido con los obispos en el pórtico de una iglesia, apareció Pelagia en un caballo blanco con los brazos y hombros descubiertos lanzando miradas provocativas. Todos los obispos bajaron la mirada, menos San Nono que quedó admirando a esta mujer hasta que desapareció. En seguida el santo preguntó a los que le rodeaban: “¿No les ha parecido bella esa mujer?”. Nadie dijo nada, pero el santo continuó: “A mí me pareció muy bella".

Pelagia se convirtió gracias a esa mirada sin rastro de lujuria que había recibido de San Nono, era una mirada de verdadero amor a la que no estaba acostumbrada. Luego de este episodio, Santa Pelagia regaló todos sus bienes, fue bautizada por el mismo San Nono y fue a vivir a una cueva en el Monte de los Olivos, en Jerusalén, donde murió. Les cuento esta historia porque, mis queridos amigos varones, ¿cuántas veces ustedes ven con ojos de amor a una mujer? o mejor dicho, ¿cuántas veces esa mirada está envuelta en un halo de lujuria?

Jesús dice: “Habéis oído que se dijo: No cometerás adulterio. Pues yo os digo: Todo el que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón” (San Mateo 5, 27 – 28). El Maestro mira en lo más profundo del ser humano y nos da la pauta para recordar que, en palabras más actuales, ‘no solo hay que parecer, sino también hay que ser´. “Cristo ve en el corazón, en lo íntimo del hombre, la fuente de la pureza -pero también de la impureza moral- en el significado fundamental y más genérico de la palabra”, nos recuerda San Juan Pablo II.

Debido al pecado original el hombre ve a la mujer como un objeto y en vez de mirarla con amor la ve con lujuria. En primera instancia podemos suponer que es un problema exclusivo del varón, pero es un tema más profundo que también implica a la mujer, pues yo, como hermana en Cristo del hombre, debo poner atención a mi manera de vestir haciéndolo modestamente y así cuidar la integridad espiritual del varón. Del mismo modo, es responsabilidad de hombre cuidar a la mujer y llamarle la atención con caridad si ve que sus hermanas en Cristo no están llevando el mensaje correcto con su vestir y actuar.

CUÁNDO REZAR?


¿Cuándo rezar?



🌸 Rezar cuando nos levantamos
Apenas nos despertamos por la mañana, tenemos que rezar para que Dios nos socorra en el día que comienza y no deje que cometamos pecado.

No sabemos qué nos deparará la nueva jornada que Dios, en su misericordia infinita, nos provee; y por eso ya desde el primer momento del día tenemos que prepararnos al combate contra las fuerzas del mal y contra nosotros mismos, porque la vida del hombre sobre la tierra es una milicia.

Las cosas bien preparadas, salen bien. Y si rezamos al levantarnos, tenemos grandes posibilidades de que el día que comienza, con sus pruebas y vicisitudes, sea una ocasión para adelantar en virtud, y no para retroceder en la vida espiritual.

Con la oración de la mañana, consagramos a Dios el día que vamos a vivir, y le pedimos que nos proteja de todo mal y que su Providencia nos auxilie en todos los momentos.

¿Quién sabe si justamente este será el día de nuestra muerte, del paso del tiempo a la eternidad? Por eso tenemos que invocar a Dios para que estemos preparados para lo que surja, incluso nuestra muerte.

🌸 Rezar cuando somos tentados

Si siempre tenemos el deber de rezar, mucho más tenemos el deber y la necesidad de orar cuando somos tentados por el mundo, el demonio o la carne, puesto que si queremos salir victoriosos de la batalla en la que estamos inmersos y en que se juega nuestro destino eterno, tenemos que rezar, ya sea con oraciones hechas, o jaculatorias o simplemente pidiendo auxilio a Dios con nuestras palabras.

Ya ha dicho San Alfonso María de Ligorio que el que reza se salva y el que no reza se condena. Pues bien, cuando llega la tentación —que a todos nos llega, porque mientras vivimos en este mundo estamos sujetos a ella—, tenemos que echar mano de forma urgente a la oración, porque así es como se vencen las tentaciones.
¡Ay de quien se quiera salvar y defender solo, sin la ayuda de Dios que se obtiene con la oración! Estará irremediablemente perdido porque el demonio y las demás fuerzas son más fuertes que nosotros, y seremos vencidos miserablemente. Es necesario que invoquemos a Dios en nuestro auxilio, porque “el que pide, recibe”, ha dicho el Señor, y es promesa de un Dios.

“¡Vigilad y orad!” dijo Jesús a sus apóstoles en el Huerto, y nos lo dice también a cada uno de nosotros. Por eso no bajemos la guardia, no dejemos la oración, e intensifiquémosla cuando seamos tentados.

🌸 Rezar cuando necesitamos algo

Los hombres tenemos mucho que agradecer a Dios, y es bueno darle gracias siempre y en todo lugar. Pero en el Cielo podremos darle cumplidas gracias al Señor. Mientras tanto, en la tierra, lo que más debemos hacer los hombres es pedir, porque somos pobres y miserables, y Dios es el Gran Rico que puede colmarnos de gracias, favores y dones de todas clases, incluso materiales cuando éstos no son obstáculo a la santificación y salvación del alma.

Tenemos que pedir mucho a Dios, porque para Dios es más fácil dar mucho, que dar poco, puesto que Él es infinito, y cuando da, se tiene que hacer una cierta violencia a Sí mismo para dar poco. En cambio quien le pide mucho, alivia el Corazón de Dios, que está acostumbrado a ser generoso y a dar a manos llenas.

Todos los hombres necesitamos algo. A veces nos damos cuenta de qué es lo que necesitamos; otras veces, no. Pero Dios bien sabe qué es lo que nos hace falta antes de que se lo pidamos, aunque igualmente Él quiere que se lo pidamos insistentemente, porque nos quiere dar ese don y otros muchos más, que no nos los daría, si no rezáramos tanto.

Ya lo ha dicho el Señor en el Evangelio: “Pedid y se os dará”. No nos dice que necesariamente nos darán lo que pedimos, pero siempre algo se nos dará si rezamos, porque la oración bien hecha, jamás queda estéril, sino que obtiene de Dios favores muy grandes que nos ayudan a caminar por este mundo con los auxilios oportunos.

🌸 Antes de tomar una decisión importante

Jesús, en el Evangelio, se retiraba a orar cada vez que debía tomar una decisión importan te, como por ejemplo elegir a sus doce apóstoles. También estuvo rezando en el Huerto de los Olivos antes de enfrentar su tremenda Pasión.

Así también debemos preceder nosotros, y cuando tengamos que tomar alguna decisión importante, dediquemos un buen tiempo antes a la oración, porque el Señor nos quiere iluminar, pero si no le pedimos luz a través de la oración, no tendremos la claridad suficiente para acertar en la elección correcta.

Cuanto más recemos, tanto mejor haremos la elección apropiada, porque la oración aclara los más oscuros caminos, y el Señor no deja desamparado y a la deriva a quien se refugia en Él, y a Él le pide consejo mediante la oración.

No es que si rezamos vendrá un ángel a decirnos lo que tenemos que hacer, pero al menos tendremos suficiente luz para elegir lo correcto.

Por eso también es bueno rezar por los sucesos futuros, para que Dios ya desde ahora vaya predisponiendo las cosas para que todo se cumpla según su voluntad adorable. Si rezamos ya desde ahora para lo que vendrá, estamos seguros de que saldremos victoriosos en todos los aconteceres del tiempo futuro.

🌸 Rezar cuando vamos de viaje

Es sabido que los accidentes de tránsito son ocasionados por los demonios, y por eso debemos protegernos de estos accidentes con la oración, en especial invocando a las Benditas Almas del Purgatorio, que con muy milagrosas para protegernos en los viajes más o menos largos que tengamos que hacer.

Los hombres somos peregrinos en este mundo y antes o después deberemos emprender distintos viajes. Entonces invoquemos también, para que nos protejan en el camino, a los Ángeles de Dios, como leemos en la Escritura que estos espíritus celestiales protegieron a los justos.

También tenemos que rezar por el viaje de otros, especialmente de los seres queridos, por su integridad y para que vuelvan sanos y salvos a casa.

Es bueno también rezar a todos los ángeles de la guarda de las personas que conducen en la ruta, especialmente del conductor de nuestro vehículo, para que esté atento a los imprevistos y a las vicisitudes del camino.

En realidad hay que rezar siempre, pero en especial hay que rezar cuando vamos a viajar, porque el demonio está, en estos tiempos, más furioso porque nota que está perdiendo poder en el mundo, y entonces en venganza y rabia causa accidentes y desgracias incluso materiales y físicas, y hay que protegerse y proteger a los nuestros con la oración.



© Sitio Santísima Virgen

NARDOS AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, 25 JUNIO


Nardo del 25 de Junio
!Oh Sagrado Corazón, fuente de unión!

Meditación: ¿Señor, me dejas espiar por una rendija en Tu vida...?. Te veo caminando por la pequeña Nazaret, pero no pareces un rey...tampoco un juez. Te ves esbelto, fuerte, de rostro hermoso. Tu mirada es profunda...miras los corazones de todos los hombres. Junto a Ti algunos discípulos van caminando, creo que son Pedro, Santiago y Juan...los escucho hablar de otros hermanos que han encontrado, y dicen que no tienen un corazón sano. De repente los miras y con imponente voz interrumpes su conversación. Se Te escucha decir: "no os quiero ver juzgar, sino sólo amar y predicar para cambiar lo que está mal...". Los discípulos hacen silencio, pues ha hablado el Maestro. 

Y ahora me imagino, Señor, verte caminar aquí...a mi lado, y que yo también voy hablando de mis hermanos. Señor, Tú me dirías lo mismo y me recordarais Tus enseñanzas: "...así como juzguéis seréis juzgados...", o aquella otra: "...el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra...". Señor, creo que no soportaría Tu Mirada, pues cómo verías mi alma, la verías manchada. Señor, yo también voy a hacer silencio, para sacar de mi corazón todo lo que no es bueno y poder seguir así las enseñanzas de mi Maestro. Señor, no permitas que yo ponga discordia, porque conozco Tu gran Misericordia. Haz que busque la unión como símbolo de amor, para ser Uno como lo sos Vos con el Creador y el Espíritu de Santificación.

Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!

¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.

Florecilla: Oremos para que descienda el Espíritu Santo sobre nosotros, y que por Su intermedio nos sigamos purificando, conociendo todo aquello en lo que a Dios no agradamos.

Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.


PAPA FRANCISCO PIDE UNA EDUCACIÓN CATÓLICA QUE GLOBALICE LA ESPERANZA


El Papa Francisco pide una educación católica que globalice la esperanza
Redacción ACI Prensa
 Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa




En un discurso ante los participantes en el encuentro “Educar y Transformar”, promovido por a Fundación Gravissimum Educationis, el Papa Francisco hizo un llamado a la comunidad educativa católica a “globalizar la esperanza”.

“Sólo cambiando la educación se puede cambiar el mundo”, aseguró el Santo Padre. “Para hacer esto quisiera proponeros algunas sugerencias”.

1- “En primer lugar, ‘hacer red’. Hacer red significa reunir las instituciones escolares y universitarias para potenciar la iniciativa educativa y de investigación, enriqueciéndose de los puntos de fuerza de cada uno para ser más eficaces a nivel intelectual y cultural”.

Además, “hacer red también significa poner en común los saberes, las ciencias y las disciplinas para afrontar los desafíos complejos con la inter-disciplina y la trans-disciplina”.

Por otro lado, “hacer red significa crear lugares de encuentro y de diálogo en el interior de las instituciones educativas y promoverlas a los de fuera, con ciudadanos provenientes de otras culturas, de otras tradiciones, de religiones diferentes, para que el humanismo cristiano contemple la condición universal de la humanidad de hoy”.

Por último, el Papa señaló que “hacer red significa también hacer de la escuela una comunidad educadora en la cual los docentes y los estudiantes no estén vinculados únicamente por el plano didáctico, sino también por un programa de vida y de experiencia capaz de educar a la reciprocidad entre generaciones diferentes”.

2- En segundo lugar, el Pontífice afirmó que la educación también está llamada “a no dejarse robar la esperanza”.

“Estamos llamados a no perder la esperanza porque debemos dar esperanza al mundo global de hoy. ‘Globalizar la esperanza’ y ‘sostener las esperanzas de la globalización’ son compromisos fundamentales de la misión de la educación católica”.

En este sentido, indicó que “una globalización sin esperanza y sin visión está expuesta al condicionamiento de los intereses económicos, con frecuencia distantes de una correcta concepción del bien común, y produce fácilmente tensiones sociales, conflictos económicos, abusos de poder”.

“Debemos dar un alma al mundo global por medio de una formación intelectual y moral que sepa favorecer las cosas buenas que tiene la globalización y corregir las negativas”.

3- A continuación, Francisco detalló tres criterios esenciales para que proyectos educativos sean eficaces: identidad, calidad y bien común.

“La identidad exige coherencia y continuidad con la misión de las escuelas, de la universidad y de los centros de investigación nacidos, promovidos y acompañados por la Iglesia y abiertos a todos. Dichos valores son fundamentales para insertarse en el camino trazado por la civilización cristiana y la misión evangelizadora de la Iglesia”.

Por otra parte, “la calidad es el faro seguro para iluminar toda iniciativa de estudio, de investigación y de educación”.

Por último, “no puede faltar el objetivo del bien común. El bien común es de difícil definición en nuestras sociedades marcadas por la convivencia de ciudadanos, grupos y pueblos de culturas, tradiciones y creencias diferentes. Es necesario ampliar los horizontes del bien común, educar a todos en la pertenencia a la familia humana”.

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 25 JUNIO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
25 junio



Nuestras almas, nuestras vidas se hallan hoy fuertemente tensionadas por las circunstancias ambientales, ya sea personales, ya sociales; todo eso nos está obligando a llevar una vida de congoja, de temor y de angustia.

Solamente recurriendo al Corazón amantísimo del Salvador, en el que ciertamente hallaremos paz y tranquilidad , podremos compensar esas tensiones.

Nuestras mismas inquietudes personales, nuestros desmedidos deseos y ambiciones, que frecuentemente son los principales causantes de la inquietud de nuestra vida, se irán serenando, suavizando, ordenando en cuanto hagamos que sea la voluntad del Señor la que gobierne nuestra vida.



P. Alfonso Milagro

EL EVANGELIO DE HOY LUNES 25 JUNIO 2018


Lecturas de hoy Lunes de la 12ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, lunes, 25 de junio de 2018



Primera lectura
Lectura del segundo libro de los Reyes (17,5-8.13-15a.18):

En aquellos días, Salmanasar, rey de Asiria, invadió el país y asedió a Samaria durante tres años. El año noveno de Oseas, el rey de Asiria conquistó Samaria, deportó a los israelitas a Asiria y los instaló en Jalaj, junto al Jabor, río de Gozán, y en las poblaciones de Media. Eso sucedió porque, sirviendo a otros dioses, los israelitas habían pecado contra el Señor, su Dios, que los había sacado de Egipto, del poder del Faraón, rey de Egipto; procedieron según las costumbres de las naciones que el Señor había expulsado ante ellos y que introdujeron los reyes nombrados por ellos mismos. 
El Señor había advertido a Israel y Judá por medio de los profetas y videntes: «Volveos de vuestro mal camino, guardad mis mandatos y preceptos, siguiendo la ley que di a vuestros padres, que les comuniqué por medio de mis siervos, los profetas.»
Pero no hicieron caso, sino que se pusieron tercos, como sus padres, que no confiaron en el Señor, su Dios. Rechazaron sus mandatos y el pacto que había hecho el Señor con sus padres, y las advertencias que les hizo. El Señor se irritó tanto contra Israel que los arrojó de su presencia. Sólo quedó la tribu de Judá.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 59,3.4-5.12-13

R/. Que tu mano salvadora, Señor, nos responda

Oh Dios, nos rechazaste 
y rompiste nuestras filas; 
estabas airado, 
pero restáuranos. R/. 

Has sacudido y agrietado el país: 
repara sus grietas, que se desmorona. 
Hiciste sufrir un desastre a tu pueblo, 
dándole a beber un vino de vértigo. R/. 

Tú, oh Dios, nos has rechazado 
y no sales ya con nuestras tropas. 
Auxílianos contra el enemigo, 
que la ayuda del hombre es inútil. 
Con Dios haremos proezas, 
él pisoteará a nuestros enemigos. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (7,1-5):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No juzguéis y no os juzgarán; porque os van a juzgar como juzguéis vosotros, y la medida que uséis, la usarán con vosotros. ¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: "Déjame que te saque la mota del ojo", teniendo una viga en el tuyo? Hipócrita; sácate primero la viga del ojo; entonces verás claro y podrás sacar la mota del ojo de tu hermano.»

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy lunes, 25 de junio de 2018
Juan Lozano, cmf



Querido amigo/a:

¡Uf!... ¡Cuánto nos cuesta evitarlo! Eso de “no juzgar” que nos aconseja Jesús en el Evangelio es una piedra con la que tropezamos casi todos los días. Porque, seamos sinceros, a veces nos sentimos bien yendo de “juececillos” por la vida, sentenciando lo que tienen que hacer los otros. “Mira esta…, si ya te lo decía yo, se veía venir”. “Anda que el otro, de qué va, a quién se le ocurre…”. Reconozcámoslo…, hay veces que nos gusta, que disfrutamos ejerciendo la crítica destructiva sin reparar en el daño que hacemos, o incluso siendo conscientes, que es peor.

¿Por qué Jesús tiene palabras tan duras contra esta actitud? “Hipócrita, viga en el ojo”…, por una sencilla pero profunda razón: nunca sabemos la batalla interior que se libra en el interior de cada persona, por eso hay que ser muy respetuoso con los demás. Es verdad que hay acciones que objetivamente son malas. No juzgar no significa que las consintamos, hay que denunciarlas. Pero Jesús siempre nos pide un paso más allá que el juzgar y mucho más constructivo: acercarte a tu hermano aunque no comprendas del todo sus acciones porque es imposible ver todo su interior.

Opinar de lo externo que vemos es muy fácil; intentar ponernos en la piel del hermano, no lo es tanto. Sólo tu cercanía, tu solidaridad y tu cariño, podrán ayudar a tu hermano si es que está equivocado. Tu murmuración, tu crítica destructiva y tu mirada superficial sobre él o ella, lo exteriorices o no, te alejarán y levantarán un muro entre ambos corazones.

Es difícil, pero no imposible. Jesús siempre nos pide más, porque sabe que con su ayuda podemos y porque ese más nos hace mejores a nosotros mismos y a los que nos rodean. Se trata de ir construyendo Reino también en nuestras relaciones con los demás.
¡Jesús, no nos dejes caer en la tentación de ser jueces de los demás!

Vuestro hermano en la fe:
Juan Lozano, cmf

BUENOS DÍAS





domingo, 24 de junio de 2018

COSECHA SALVADA


Cosecha salvada



En el evangelio leemos que Jesús dijo: “Busquen primero el reino de Dios y su justicia, y lo demás se les dará por añadidura”. El error del hombre consiste en buscar con afán en primer lugar las cosas de la tierra, los intereses propios, mientras le dan a Dios las migajas de su tiempo y de su amor. Y así le van sus asuntos… Una anécdota de Don Bosco.

En 1864 Don Bosco predicó por tres días antes de la fiesta de la Asunción en Montemagno. Una larga sequía amenazaba las cosechas. —Si vienen al sermón —dijo el Santo—  los tres días y se confiesan y todos comulgan el día de la fiesta, la Virgen enviará una lluvia que salvará la cosecha. La gente acudió con fe al triduo, y se confesó, mientras los pueblos vecinos se burlaban. El día de la fiesta amaneció sin una nube. Todo el pueblo comulgó. Al atardecer se cantaron salmos, pero el cielo seguía limpio. Alguno pensó que Don Bosco había fallado. —Cantemos el Magníficat —dijo el santo— ¡Fe en la Virgen! Una lluvia mansa comenzó a repiquetear en las ventanas y techos. La alegría fue grande porque la cosecha estaba salvada.

Se trata de tener un amor tan firme a Dios que lo tengamos en el primer lugar de nuestro afecto, preocupaciones, tiempo… Hay un motivo fundamental: Dios nos ama tanto, se ha jugado tanto por nosotros, que no nos queda sino organizar toda nuestra vida como respuesta coherente a su inmensa bondad. Pide al Espíritu Santo te inflame en amor a Dios.
* Enviado por el P. Natalio

JUAN BAUTISTA, UN GRAN HOMBRE


Juan Bautista un gran hombre
Juan bautiza a quienes le hacen caso y quieren cambiar. Hoy te invita a que cambies tu.


Por: Archidiócesis de Madrid | Fuente: Archidiócesis de Madrid 




La madre, Isabel, había escuchado no hace mucho la encantadora oración que salió espontáneamente de la boca de su prima María y que traía resonancias, como un eco lejano, del antiguo Israel. Zacarías, el padre de la criatura, permanece mudo, aunque por señas quiere hacerse entender.

Las concisas palabras del Evangelio, porque es así de escueta la narración del nacimiento después del milagroso hecho de su concepción en la mayor de las desesperanzas de sus padres, encubren la realidad que está más llena de colorido en la pequeña aldea de Zacarías e Isabel; con lógica humana y social comunes se tienen los acontecimientos de una familia como propios de todas; en la pequeña población las penas y las alegrías son de todos, los miedos y los triunfos se comparten por igual, tanto como los temores. Este nacimiento era esperado con angustiosa curiosidad. ¡Tantos años de espera! Y ahora en la ancianidad... El acontecimiento inusitado cambia la rutina gris de la gente. Por eso aquel día la noticia voló de boca en boca entre los paisanos, pasa de los corros a los tajos y hasta al campo se atrevieron a mandar recados ¡Ya ha nacido el niño y nació bien! ¡Madre e hijo se encuentran estupendamente, el acontecimiento ha sido todo un éxito!

Y a la casa llegan las felicitaciones y los parabienes. Primero, los vecinos que no se apartaron ni un minuto del portal; luego llegan otros y otros más. Por un rato, el tin-tin del herrero ha dejado de sonar. En la fuente, Betsabé rompió un cántaro, cuando resbaló emocionada por lo que contaban las comadres. Parece que hasta los perros ladran con más fuerza y los asnos rebuznan con más gracia. Todo es alegría en la pequeña aldea.

Llegó el día octavo para la circuncisión y se le debe poner el nombre por el que se le nombrará para toda la vida. Un imparcial observador descubre desde fuera que ha habido discusiones entre los parientes que han llegado desde otros pueblos para la ceremonia; tuvieron un forcejeo por la cuestión del nombre -el clan manda mucho- y parece que prevalece la elección del nombre de Zacarías que es el que lleva el padre. Pero el anciano Zacarías está inquieto y se diría que parece protestar. Cuando llega el momento decisivo, lo escribe con el punzón en una tablilla y decide que se llame Juan. No se sabe muy bien lo que ha pasado, pero lo cierto es que todo cambió. Ahora Zacarías habla, ha recuperado la facultad de expresarse del modo más natural y anda por ahí bendiciendo al Dios de Israel, a boca llena, porque se ha dignado visitar y redimir a su pueblo.

Ya no se habla más del niño hasta que llega la próxima manifestación del Reino en la que interviene. Unos dicen que tuvo que ser escondido en el desierto para librarlo de una matanza que Herodes provocó entre los bebés para salvar su reino; otros dijeron que en Qunram se hizo asceta con los esenios. El oscuro espacio intermedio no dice nada seguro hasta que «en el desierto vino la palabra de Dios sobre Juan». Se sabe que, a partir de ahora, comienza a predicar en el Jordán, ejemplarizando y gritando: ¡conversión! Bautiza a quienes le hacen caso y quieren cambiar. Todos dicen que su energía y fuerza es más que la de un profeta; hasta el mismísimo Herodes a quien no le importa demasiado Dios se ha dejado impresionar.

Y eso que él no es la Luz, sino sólo su testigo.

"Quien me reconocerá delante a los hombres, también yo lo reconoceré delante a mi Padre que está en los cielos".

La obra de la redención, el triunfo del Reino Amor sobre el de las tinieblas se realiza en medio de la pobreza y de la persecución. Así llevó a cabo su misión el mismo Cristo, así cumplió su misión también Juan el Bautista. A los ojos del mundo parece un derrotado: prisionero, aborrecido por los poderosos según el mundo, decapitado, sepultado.

Y sin embargo, es precisamente ahora, cuando la semilla que cae en tierra y muere, comienza a dar sus frutos. Esta derrota aparente es tan solo la antesala, el preludio de una victoria definitiva: la de la Resurrección. Entonces le veremos y ésa será nuestra gloria y nuestra corona.

Nuestra vida de cristianos, si es una auténtico seguimiento de Cristo, es una peregrinación "en medio de las persecuciones del mundo y de los consuelos de Dios". Sí, llegan los ataques, las calumnias, las persecuciones... pero ellos son sólo una señal de que vivimos el amor, animados por el Espíritu Santo.

Pero, si somos de Dios, si Dios nos ama y somos su pueblo... ¿Qué otra cosa importa? Él nos ama y nos quiere ver semejantes a su Hijo, como una hostia blanca dorándose bajo el sol. Sólo nos toca abandonarnos confiadamente entre sus manos, para que así pueda transformarnos en Cristo.


LA FAMILIA ES EL SANTUARIO DE LA VIDA, AFIRMA EL PAPA FRANCISCO


La familia es el santuario de la vida, afirma el Papa Francisco
Redacción ACI Prensa
 Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa




Una vez más, el Papa Francisco recordó la importancia de la familia, pues es “un santuario de la vida”, y recordó que “en la gestación de un hijo, los padres actúan como colaboradores de Dios”.

Antes del rezo del Ángelus este domingo 24 de junio, día en que la Iglesia celebra el nacimiento de San Juan Bautista, el Santo Padre destacó cómo el nacimiento del primo de Jesús “iluminó la vida de sus padres, Isabel y Zacarías, y llenó de alegría y de estupor a sus familiares y vecinos”.

“Estos padres ancianos habían soñado y preparado aquel día, pero ya no lo esperaban más: se sentían excluidos, humillados, decepcionados”. Entonces, “ante el anuncio del nacimiento de un hijo, Zacarías se mostró incrédulo, porque las leyes naturales no lo consentían”. Como consecuencia, “el Señor dejó mudo a Zacarías durante el tiempo de la gestación”.


De esta reacción de Zacarías y de su consecuente enmudecimiento, el Papa sacó una lección: “Dios no depende de nuestras lógicas y de nuestras limitadas capacidades humanas, Es necesario aprender a fiarse y a callar ante el misterio de Dios, y contemplar en humildad y silencio su obra que se revela en la historia y que tantas veces supera nuestra imaginación”.

“Todo el suceso del nacimiento de Juan Bautista está rodeado de un alegre sentimiento de estupor, de sorpresa, de agradecimiento: la gente estaba presa de un santo temor de Dios, ‘y en toda la montaña de Judea se comentaban todas estas cosas’, dice el Evangelio”.

 “El pueblo fiel –observó el Papa– intuye que ha sucedido algo grande, incluso a pesar de ser algo humilde y desconocido, y se pregunta: ‘¿Qué será este niño?’”.

Ante ese estupor, esa sorpresa y ese agradecimiento, Francisco invitó a hacer examen de conciencia y preguntarse: “¿Cómo es mi fe? ¿Es alegre o plana? ¿He experimentado el estupor cuando he oído hablar de la evangelización? ¿Siento la gracia dentro de mí? ¿Sé sentir el consuelo del Espíritu o permanezco cerrado a Él? ¿Cómo es nuestra fe? ¿Está abierta a las sorpresas de Dios?”.

El Papa finalizó su reflexión pidiendo a la Virgen “que nos ayude a comprender que cada persona humana tiene la impronta de Dios, fuente de vida”.

NARDOS AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, 24 JUNIO


Nardo del 24 de Junio
¡Oh Sagrado Corazón, que te hiciste mi hermano!

Meditación: Pobre, mi Jesús, que con dulzura nos quieres llevar a la Tierra Prometida. ¿Sabes, Señor, qué pienso cuando aún te miro clavado en el Madero...cuando veo Tu Corazón sangrar?. Con un suspiro lleno de dolor quisiera bajarte de la Cruz, sacarte esos clavos, borrar de Tu Frente todos los pecados que desfiguraron Tu Amado Rostro Santo. Y Tú, con esa Mirada pides amor en un mundo que se olvidó de Dios, que sólo busca el placer, la vanidad, no pensar en los demás para vivir en el yo. Señor, qué lejos de Tus enseñanzas Tú nos viniste a liberar, a mostrar que teníamos que morir a nosotros mismos para vivir en Cristo. Señor, darse por los demás hasta morir. Sí, Tú me lo viniste a decir y yo lo olvidé, el mundo me hizo sordo de corazón y dejé de oír Tu Voz. Creí que yo solo podía, que triunfaría y viviría la buena vida. ¿Qué vida, Señor, si así yo moría, y a pesar de que todo tenía me encontraba con el alma vacía?. Jesús, mi amado, Jesús, mi hermano que todo nos has dado, hazme escuchar Tu hermosa Voz como mi hermano mayor que me miras y me guías, y eres fuente de verdadera alegría. Porque sabes, mi Señor, aún cuando todo me sacaras, si aun tengo Tu Mirada. destella mi alma porque sé que Tú me amas.

Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!

¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.

Florecilla: Seamos sencillos y regalemos sonrisas y consuelo a todos los que están sufriendo, aún cuando nosotros estemos en el huerto.

Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 24 JUNIO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
24 junio




Jesús llama a sí e invita a todos los que se hallan oprimidos por algún pesar, a los que sufren cualquier dolor y miseria y a todos promete consuelo y alivio.  En su compañía y en su trato hallarán la paz para el alma y el alivio para todas sus penas.

A veces el peso de la vida, con sus variadas circunstancias, puede tornarse difícil y pesado; el cumplimiento del deber con no poca frecuencia resulta duro y arduo; también permite el Señor, con alguna frecuencia, que los mismos que nos rodean, quizá aun involuntariamente y con la mejor buena voluntad, nos hagan sufrir, produzcan un vacío a nuestro alrededor, olviden nuestro actuar, sospechen en nosotros intenciones que nunca cruzaron siquiera por nuestra mente.,,

En circunstancias tales o parecidas, el recurso al Corazón de Cristo es el lenitivo más eficaz y seguro; allí encontraremos paz y alivio, suavidad y calor de comprensión y afecto.


P. Alfonso Milagro


EL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 24 JUNIO 2018 - NATIVIDAD DE SAN JUAN BAUTISTA


Lecturas de hoy Natividad de san Juan Bautista
Hoy, domingo, 24 de junio de 2018



Primera lectura
Lectura del libro de Isaías (49,1-6):

Escuchadme, islas; atended, pueblos lejanos: Estaba yo en el vientre, y el Señor me llamó; en las entrañas maternas, y pronunció mi nombre. Hizo de mi boca una espada afilada, me escondió en la sombra de su mano; me hizo flecha bruñida, me guardó en su aljaba y me dijo: «Tú eres mi siervo, de quien estoy orgulloso.» Mientras yo pensaba: «En vano me he cansado, en viento y en nada he gastado mis fuerzas», en realidad mi derecho lo llevaba el Señor, mi salario lo tenía mi Dios. Y ahora habla el Señor, que desde el vientre me formó siervo suyo, para que le trajese a Jacob, para que le reuniese a Israel –tanto me honró el Señor, y mi Dios fue mi fuerza–: «Es poco que seas mi siervo y restablezcas las tribus de Jacob y conviertas a los supervivientes de Israel; te hago luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra.»

Palabra de Dios


Salmo
Sal 138,1-3.13-14.15

R/. Te doy gracias, porque me has escogido portentosamente

Señor, tú me sondeas y me conoces; 
me conoces cuando me siento o me levanto,
de lejos penetras mis pensamientos;
distingues mi camino y mi descanso,
todas mis sendas te son familiares. R/.

Tú has creado mis entrañas,
me has tejido en el seno materno.
Te doy gracias, porque me has escogido portentosamente,
porque son admirables tus obras;
conocías hasta el fondo de mi alma. R/.

No desconocías mis huesos,
cuando, en lo oculto, me iba formando,
y entretejiendo en lo profundo de la tierra. R/.


Segunda lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (13,22-26):

En aquellos días, dijo Pablo: «Dios nombró rey a David, de quien hizo esta alabanza: “Encontré a David, hijo de Jesé, hombre conforme a mi corazón, que cumplirá todos mis preceptos.” Según lo prometido, Dios sacó de su descendencia un salvador para Israel: Jesús. Antes de que llegara, Juan predicó a todo Israel un bautismo de conversión; y, cuando estaba para acabar su vida, decía: “Yo no soy quien pensáis; viene uno detrás de mí a quien no merezco desatarle las sandalias.” Hermanos, descendientes de Abrahán y todos los que teméis a Dios: A vosotros se os ha enviado este mensaje de salvación.»



Palabra de Dios
Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (1,57-66.80):

A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. Se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y la felicitaban. A los ocho días fueron a circuncidar al niño, y lo llamaban Zacarías, como a su padre. 
La madre intervino diciendo: «¡No! Se va a llamar Juan.»
Le replicaron: «Ninguno de tus parientes se llama así.»
Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. Él pidió una tablilla y escribió: «Juan es su nombre.» Todos se quedaron extrañados. Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios.
Los vecinos quedaron sobrecogidos, y corrió la noticia por toda la montaña de Judea. Y todos los que lo oían reflexionaban diciendo: «¿Qué va a ser este niño?» Porque la mano del Señor estaba con él. El niño iba creciendo, y su carácter se afianzaba; vivió en el desierto hasta que se presentó a Israel.

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy domingo, 24 de junio de 2018
 Fernando Torres cmf


¿Qué va a ser de este niño?

      La fiesta de hoy está marcada por la alegría. ¿Quién no se alegra con el nacimiento de un niño? Por la sencilla razón de que un niño recién nacido es signo de esperanza. Es la vida que brota nueva. Es la primavera. Es la promesa de futuro hecha realidad. El niño recién nacido, sin hacer nada, cambia las relaciones de los esposos, insufla nueva vida a los abuelos, genera una nueva forma de estar en los otros hermanos. Y todos celebran esa alegría. El Bautizo no es más que la expresión y la celebración en cristiano de esa alegría vital que se origina en todos los que viven de cerca, familiares y amigos, la experiencia de la vida que puja por seguir, por crecer, de la vida que quiere vivir. ¡Y qué mejor expresión de esa vida que la criatura recién nacida!

Comentario evangelio Domingo 24 de Junio      Celebramos la natividad de Juan Bautista. La alegría es, si cabe, mayor, porque la madre por su edad ya no era fértil. También el padre era mayor. No habían sido bendecidos con otros hijos. Con ellos se agotaba la familia, la estirpe. La muerte amenazaba a aquella familia. Por eso la alegría de aquel nacimiento fue mayor de lo normal. La celebración sería por todo lo alto. No era para menos. Todos se sentían llenos de esperanza. Podían mirar al futuro con tranquilidad. Había un niño que extendería la vida de la familia, que portaría su nombre. 

      Y, entonces, surge la pregunta. ¿Qué será ese niño cuando sea mayor? Un niño es siempre una pregunta abierta. La respuesta se irá dando con el paso del tiempo. Cuando crezca, cuando madure, cuando forme él mismo una familia, cuando con su trabajo contribuya al bien común. ¿Qué será de este niño?

      El futuro de un niño es siempre una sorpresa. Y Juan fue una sorpresa para sus familiares. Su vida no le llevó a hacer un trabajo normal sino a alentar la esperanza del pueblo. ¿Qué trabajo mejor que alentar la esperanza de los demás?

      No se propuso a sí mismo como líder sino que invitó a todos a mirar al que tenía que venir, al que iba a colmar las esperanzas y deseos de todos. Juan se convirtió en el precursor, en el que anunció la llegada inminente del Salvador. No dijo a la gente que le mirase ni que le siguiese a él, sino que señaló a Jesús e invitó a todos a que le siguiesen. 

      Así se convirtió en modelo del evangelizador cristiano. No se trata de colocarnos en el medio y decir que nos miren y sigan a nosotros, sino de ayudar a todos a que se encuentren con Jesús, a que descubran el Evangelio. Lo nuestro es echarnos a un lado para que Jesús sea el protagonista. Como hizo Juan. 



Para la reflexión

¿Tenemos claro que Jesús es la fuente de nuestra esperanza y de nuestra alegría?¿Comunicamos con nuestras obras, actitudes, forma de hablar, esperanza a las personas que nos encontramos? ¿O nos dejamos llevar por el pesimismo?

FELIZ DOMINGO





sábado, 23 de junio de 2018

NO OS PREOCUPÉIS Y ANGUSTIÉIS


¡No os preocupéis y angustiéis!
Hay que cuidar que las preocupaciones no nos paralicen.


Por: Padre Nicolás Schwizer | Fuente: Homilías del Padre Nicolás Schwizer 




Mateo 6, 24-34
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-«Nadie puede estar al servicio de dos amos. Porque despreciará a uno y querrá al otro; o, al contrario, se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero.
Por eso os digo: No estéis agobiados por la vida, pensando qué vais a comer o beber, ni por el cuerpo, pensando con qué os vais a vestir. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo que el vestido? Mirad a los pájaros: ni siembran, ni siegan, ni almacenan y, sin embargo, vuestro Padre celestial los alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellos?
¿Quién de vosotros, a fuerza de agobiarse, podrá añadir una hora al tiempo de su vida?
¿Por qué os agobiáis por el vestido? Fijaos cómo crecen los lirios del campo: ni trabajan ni hilan. Y os digo que ni Salomón, en todo su fasto, estaba vestido como uno de ellos. Pues, si a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se quema en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más por vosotros, gente de poca fe? No andéis agobiados, pensando qué vais a comer, o qué vais a beber, o con qué os vais a vestir. Los gentiles se afanan por esas cosas. Ya sabe vuestro Padre del cielo que tenéis necesidad de todo eso.
Sobre todo buscad el reino de Dios y su justicia; lo demás se os dará por añadidura. Por tanto, no os agobiéis por el mañana, porque el mañana traerá su propio agobio. A cada día le bastan sus disgustos.»

Reflexión
1. Jesús, en el Evangelio de hoy, nos revela el rostro de Dios-Padre: su amor paternal que se manifiesta en su providencia para con cada hombre.
Sabemos que el Padre tiene un plan de vida, que es un plan de amor, para cada uno de sus hijos, para cada uno de nosotros. Por medio de este plan providente quiere conducir y llevarnos a su reino, hacia su casa paterna. No sólo nos creó, sino también nos provee y cuida de todos nuestros pasos.
Y si ya vela con solicitud sobre criaturas insignificantes como “los pájaros del cielo” y “los lirios del campo”, aún cuando no hacen nada - cuánto más cuidado tendrá de estas criaturas más dignas y preferidas que somos nosotros.

2. Por eso, Jesús nos exhorta: ¡No os angustiéis! ¡No os preocupéis!
Pero esto no nos impide trabajar, sino todo lo contrario: el Evangelio da ánimo para trabajar. Cristo alaba al criado que, cuando viene su dueño, está ocupado (Lc 12,43). Cristo no quiere gente ociosa. Él condena, en la parábola de los talentos, al criado infiel por no haber hecho fructificar su talento.

La verdadera fe no tiene nada que ver con la ociosidad, con la pasividad. El cristiano no tiene nada que ver con el fatalista. Dios nos ha dado la capacidad para el trabajo. Éste es el primero de sus dones, la primera señal de su providencia.

Cristo no nos pone en guardia contra la ocupación, sino contra la preocupación - ni contra el trabajo, sino contra la intranquilidad. “No os preocupéis diciendo: ¿Qué comeremos, qué beberemos, o con qué nos vestiremos?”

Hay que ocuparse, razonablemente, de todo esto, pero sin intranquilizarse, porque la intranquilidad es precisamente lo que paraliza la acción, lo que impide obrar como es debido.

3. Lo que Cristo nos pide, en el Evangelio de hoy, es la cosa más natural del mundo: la confianza. Es la misma confianza, que acá en la tierra el hijo da a sus padres, el marido a su esposa, el alumno a su maestro. Lo que es indispensable en las relaciones sociales, Dios-Padre lo espera también de nosotros: que tengamos confianza en Él.

Si estamos inquietos, angustiados, nerviosos - es probable que ello ocurra porque nos falta la confianza en Dios. Es el miedo que paraliza y hace ineficaz el esfuerzo. Cuando mejor se trabaja es cuando hay confianza.

Dios está con nosotros en nuestra vida, en cada momento, hoy y también mañana. ¡Contamos cada día con Él! La inquietud por el mañana perjudica el trabajo de hoy: “No os inquietéis por el día de mañana; el mañana se inquietará por sí mismo. A cada día le basta su aflicción”.

4. Pero Cristo no condena la previsión ni el ahorro. Tenemos que saber prever razonablemente las cosas y estamos obligados a ahorrar.
Pero no exijamos una seguridad total, porque no la tendremos nunca. Es preciso aceptar cierta inseguridad necesaria. Tenemos que asegurarnos, pero no es posible que nos aseguremos contra todo. No hay que buscar el medio de poder prescindir de la providencia.

Incluso con los hijos: tenemos que saber pensar en ellos, pero no protegerlos contra la providencia. No debe-mos enseñarles que puedan prescindir del Padre. Por supuesto, tenemos que amarlos, educarlos bien, instruirlos todo lo que podamos, darles las mejores posibilidades para el porvenir.
Pero, sobre todo, debemos enseñarles la alegría y la tranquilidad de que tienen un Padre en el cielo, y que - como nosotros - pueden poner en Él toda su confianza filial.

¡Qué así sea!
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Padre Nicolás Schwizer
Instituto de los Padres de Schoenstatt
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