jueves, 6 de julio de 2017

JESÚS PERDONA SIEMPRE


Jesús perdona siempre
Cuando Jesús se relaciona con el hombre, especialmente con los necesitados y pecadores siente una profunda misericordia.


Por: P. Eusebio Gómez Navarro | Fuente: Catholic.net 




Aldo Moro era amigo de Pablo VI. Cuando las Brigadas Rojas secuestraron a Aldo, Pablo VI se ofreció como rehén para que liberasen a su amigo; pero Aldo fue asesinado. Las cuatro hijas de Aldo fueron a la cárcel en las Navidades siguientes, a llevar unos regalos y perdonar a los asesinos de su padre. Ante la pregunta de los periodistas qué es lo que hacían con este gesto una de ellas respondió: “lo hemos aprendido de Jesús”.

Jesús dio la vida por todos, inclusive por sus enemigos. En él tenían cabida todos los seres humanos, en especial los más despreciados. El no vino a llamar a los justos, sino a los pecadores y no pedía sacrificios, sino misericordia (Mt 9,13). Jesús practicaba y enseñaba a otros a practicar la lección más difícil: pasar haciendo el bien y perdonar y a Pedro le manda que perdone siempre (Mt 18,21). La reconciliación perfecta la hizo Jesús, él es el único mediador entre Dios y los seres humanos (1Tm 2,5). Él murió por todos, para que ya no vivan para sí los que viven, sino para aquel que murió y resucitó por ellos, a quien no conoció pecado, le hizo pecado por nosotros (2Co 5,14-21). Cristo nos ha reconciliado con Dios “por medio de la cruz, destruyendo en sí mismo la enemistad…; por él tenemos acceso al Padre en un mismo espíritu” (Ef 2,14-18).

Jesús excusa y perdona a sus enemigos y así se lo pide al Padre: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lc 23,34). Hasta ese punto llegó el perdón de Jesús. Jesús no se dejó vencer por el mal, sino que venció al mal con el bien (Rm 12,21). Dice san Juan Crisóstomo: “En las guerras se considera vencido al que cae. Pero entre nosotros la victoria consiste en eso mismo. Nunca vencemos cuando nos portamos mal, sino cuando soportamos el mal con paciencia. La victoria más bella consiste en vencer con nuestra paciencia a los que nos hacen daño”. Jesús no fue enviado por su Padre como juez, sino como salvador (Jn 3,17); él nos revela que Dios es un Padre que tiene su gozo en perdonar (Lc 15) y cuya voluntad es que nada se pierda (Mt 18,12).

Jesús no sólo anuncia este perdón, sino que además lo ejerce y testimonia con sus obras que dispone de este poder reservado a Dios (Mc 2, 5-11). Jesús nos manda amar a los enemigos, hacer el bien a los que nos odian, bendecir a los que nos maldicen (Lc 6, 27-35). Al perdonar ponemos la medida del perdón, pues con la medida que midamos se nos medirá (Lc 6,36-38).

Jesús tenía entrañas de misericordia y sus seguidores, al mismo tiempo que se sienten atraídos por él, tienen que comprender que la misericordia “es la única realidad que puede resumir e iluminar decisivamente todos los demás aspectos del mensaje cristiano” (B. Bro). Cuando Jesús se relaciona con el ser humano, especialmente con los necesitados y pecadores siente profundamente la misericordia. Los evangelios nos hablan de distintos momentos en que se le conmovieron las entrañas. Como ante el féretro del joven muerto en Naím o ante los ciegos de Jericó. La misma expresión es utilizada por él en el relato de la parábola del buen samaritano y del hijo pródigo.

Jesús sentía compasión cuando veía a las multitudes vejadas y abatidas, como ovejas sin pastor (Mt 9,36); cuando veía a los ciegos, a los paralíticos y a los sordomudos que de todas partes acudían a él, (Mt 14,14); cuando se daba cuenta de que las personas que le habían seguido durante días estaban fatigadas y hambrientas (Mc 8,2). Hay parábolas en las que habla del perdón. Un fariseo invitó a Jesús a comer con él. Jesús entró en su casa y se sentó a la mesa. Una mujer, que era pecadora en la ciudad, cuando supo que estaba a la mesa en casa del fariseo, llevó un vaso de alabastro lleno de perfume y comenzó a bañarlos con lágrimas y a limpiarlos con sus cabellos; le cubrió de besos los pies y se los ungió con el perfume… Como esta mujer amó mucho, se le perdonaron todos sus pecados (Lc 7,36-47). La parábola del deudor inexorable inculca con fuerza esta verdad (Mt 18,23-35), en la que insiste Cristo (Mt 6,4) y que nos impide olvidar haciéndonosla repetir cada día en el padrenuestro.

Jesús presenta la misericordia fraterna como una buena disposición previa al perdón de Dios. Es necesario perdonar para que también vuestro Padre celestial os perdone vuestras culpas (Mc 11,25). El perdón fraterno aparece aquí como condición esencial previa para obtener el perdón de Dios. Lucas va mucho más lejos, parece dar por supuesto que cuando pedimos perdón al Señor hemos perdonado previamente a todos. Así decimos al Padre que perdone nuestros pecados porque también nosotros perdonamos a todo el que nos ofende (Lc 11,4). Realmente somos nosotros los que al perdonar ponemos la medida del perdón, pues con la misma medida que midamos, se nos medirá (Lc 6,36-38). Y hay que usar una buena medida para excusar los pecados de cada día, esos que van carcomiendo toda clase de amor. Éste muere, a menudo, por las continuas desatenciones, olvidos, genio, egoísmo.

San Pablo presenta el perdón como una consecuencia del perdón divino e invita a perdonar, (Col 3,13), a ser benignos y misericordiosos (Ef 4,32) y a que la puesta del sol no sorprenda en el enojo (Ef 4,26).

Pedro pone como norma de conducta el no devolver mal por mal ni insulto por insulto; antes, al contrario, manda bendecir y amar siempre (1P 3,8-9).

La reconciliación depende de cada persona, cada uno es libre para aceptarla o rehusarla (Mc 4,1-9); pero la reconciliación es, sobre todo, obra de Dios, él es el que realiza su obra, ensalza a los humildes y rebaja los soberbios (Lc 1,52-53). Quien perdona deja las ofensas atrás, apunta hacia nuevos horizontes, soslaya lo sucedido y propone una nueva relación al ofensor.

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 6 DE JULIO


Los cinco minutos de María
Julio 6


María vivió el Evangelio en su más puro y elevado espíritu en la interioridad de su Corazón.

El cristiano de nuestros días que pretenda acomodar su vida a las exigencias del Evangelio no tiene más que penetrar con sumo respeto en el sagrado templo del Corazón de la Madre de Dios y ver y aprender cómo ella vivió la Palabra de Dios.

Virgen orante, que perseveremos siempre en la oración.


* P. Alfonso Milagro

BUENOS DÍAS!!





miércoles, 5 de julio de 2017

DECÁLOGO DEL SILENCIO


Decálogo del silencio



1. No basta el silencio de los labios, se necesita el silencio de las fantasías, de las emociones y el silencio del corazón.

2. El silencio es creativo, es por eso que los momentos más grandes del hombre son siempre momentos de un profundo silencio.

3. El silencio es recomendado por Jesús. En los Evangelios leemos varias veces: “Se retiró a un lugar solitario, se fue a un lugar apartado para hablar con su Padre…”

4. Es en el silencio que se logra hacer oración, quien es incapaz de hacer silencio, difícilmente llegue a la oración.

5. El silencio hace que la persona se encuentre consigo misma y comience a ver dentro.

6.  Dios nos habla en el silencio y lo sentimos a Él en el silencio.

7. Hace falta el silencio para dominar las cosas y no dejarse dominar por el mundo del consumo y de las cosas.

8. El buen silencio permite un equilibrio personal, permite el descanso, el reposo y es el camino de una calidad de vida.

9. El buen silencio no es mutismo, porque el silencio es apertura y el mutismo es cerrazón.

10. “Cuando hables, procura que tus palabras sean mejor que el silencio” (Proverbio Hindú)


© María Sara Kloster (Paulina)

EXISTE EL DEMONIO?


¿Existe el demonio?
El demonio ha conseguido realizar su mejor maniobra: hacer que se dude de su existencia.


Por: Padre Nicolás Schwizer | Fuente: Retiros y homilías del Padre Nicolás Schwizer 




En el Evangelio solemos oír relatos de la expulsión de demonios por Jesús. Tal vez, este hecho nos suena a nosotros un poco raro. Porque el estar poseído por un demonio nos parece algo exclusivo de aquellos tiempos. Sin embargo sucede también en nuestros días, aunque sea poco frecuente.

Pero el problema de fondo para el hombre de hoy es la pregunta, si el demonio como persona existe o no. Resulta que el hombre moderno e incluso el cristiano moderno apenas creen en el demonio. Éste ha conseguido realizar, en nuestros días, su mejor maniobra: hacer que se dude de su existencia.

Queremos, por eso, ahora reflexionar un poco sobre el diablo y su actuar en el mundo y en nuestra vida.

Los habitantes del infierno buscan, contrarrestar el poder y dominio de Dios. Y porque no les es dado enfrentarse directa-mente con Dios, lo hacen indirectamente. Tratan de arrebatarle su creatura preferida de la tierra: el hombre.

Así cada uno de nosotros es un campo de lucha en que se enfrentan el bien y el mal, las fuerzas divinas y las fuerzas diabólicas.

¿Quién negaría tal realidad? Nadie de noso-tros va a ser tan ingenuo de creerse fuera de esa lucha permanente. Cada uno de nosotros experimen-ta esta tensión, este conflicto en su propio cuerpo y en su propia alma. Nos damos cuenta de que un ser fuerte obra en nosotros y nos quiere imponer su voluntad, y que necesitamos a otro más fuerte para liberarnos.

Fuimos liberados ya el día de nuestro bautismo. Pero el demonio -volvió a nosotros y lo dejamos entrar de nuevo, por medio de nuestros pecados.

La gran obra del diablo es el pecado. Él es el “padre del pecado”. La realidad del mal - que lleva a los hombres a matar, robar y engañar; que hace triunfar al injusto y sufrir al justo.

Que vuelve egoístas a los que tienen ya demasiado y lleva a la desesperación a los marginados - todo esto y mucho más es su obra, bien presente y actual en nuestro mundo.

Realmente, el hombre no vive solo su destino. Es incapaz de ser absolutamente independiente. O se entrega a Dios o es encadenado por el demonio. Tanto en el bien como en el mal, no somos nosotros los que vivimos: es Cristo o Satanás el que vive y triunfa en nosotros. ¡O somos hijos de Dios o somos hijos del diablo!

Jesucristo choca, desde el comienzo de su misión, con esta potencia del mal increíblemente activa y extendida por el mundo. Por todas partes Jesús la descubre, la expulsa, la destrona. En este contexto debemos ver también los textos del Evangelio. En el centro de los textos no está el poseído por el demo-nio, sino Cristo mismo. En Él debe fijarse nuestra mirada.

Porque nosotros mismos no lograremos soltar-nos del poder del demonio. Con nuestras propias fuerzas no podremos vencer el mal dentro de noso-tros. Es necesario que Cristo nos fortalezca en nuestra lucha diaria contra el enemigo. Es nece-sario que Cristo nos libere, paso a paso, de su poder destructor. También María, la vencedora del diablo, ha de ayudarnos en ello.

Como Cristo procedió en el Evangelio con los poseídos, así quiere expulsar la injusticia, la mentira, el odio y todo el mal de esta tierra. Quiere en nosotros y por nosotros crear un mundo nuevo mejor, renovar la faz de la tierra. Quiere construir una Nación de Dios, donde reinan la verdad, la justicia y el amor.

Queridos hermanos, también nosotros seremos, un día, totalmente libres de la influencia del maligno. Será en el día feliz de nuestro encuen-tro final con Dios, de nuestra vuelta a la Casa del Padre.

Preguntas para la reflexión

1. ¿Creo realmente en la acción del demonio?
2. ¿Soy consciente de la lucha que se libra en mi interior?
3. ¿Conozco mi punto débil, que es donde más me ataca el demonio?

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 5 DE JULIO


Los cinco minutos de María
Julio 5



El Corazón de María es el Corazón de la “Reina de los Apóstoles”. Así la llama la Iglesia.

María es Reina de los Apóstoles, porque es su Madre y, como Madre, grabó en ellos los rasgos de su fisonomía con sus destellos más característicos, entre los que se destaca la mansedumbre.

Sus apóstoles hoy también somos llamados a vivir nuestro apostolado con maternal mansedumbre, soportando pacientemente los agravios recibidos.

Santa María, cura las heridas que el pecado ha causado en nuestra alma.


* P. Alfonso Milagro

CONSULTO LOS HORÓSCOPOS?


¿Consulto los horóscopos?



1)  Para saber
En el Antiguo Testamento, hay un relato en el Génesis sobre el llamado que Dios le hace a Abraham para dejar su tierra, su parentela, su casa, y vaya a una tierra desconocida para formar un nuevo pueblo.

El Papa Francisco nos invita a aprender de la respuesta confiada de Abraham, quien deja todo y bendiciendo al Señor, lo sigue. Ser cristiano, dice el Papa, lleva siempre esta dimensión de despojarse de algo para seguir a Dios. Lo encontramos también en la vocación de los Apóstoles y, ya en plenitud, cuando Jesús se despoja de todo, incluso su propia vida, en la Cruz.

El cristiano no tiene que consultar el horóscopo para ver el futuro; ni va al adivino que tiene la bola de cristal, o va a que le lean la mano o las cartas. No. Y no pasa nada si no sabe el futuro, porque es propio del cristiano ser guiado, saberse en unas manos paternales de Dios y por ello bendice, sea cual fuere su porvenir; es un modo de despojarse de uno mismo y confiarse en manos de Dios. Como un niño se deja guiar por sus padres, así cada cristiano es hijo de Dios y se deja guiar alegremente por Él.

2) Para pensar
Un misionero en África quiso traducir el evangelio de san Juan a la lengua de la tribu que atendía. Lo iba haciendo muy bien, pero se encontró con la dificultad de traducir la palabra «Creo», ya que no había una palabra equivalente en esa lengua.

Entonces acudió a uno de los cristianos más antiguos, y aquel hombre le dijo: «Nos sirve la frase: ‘Oigo en mi corazón’ para traducirla».

El misionero comprendió que los fieles habían comprendido con profundidad lo que es creer: es escuchar en lo hondo de nuestro corazón la voz de Dios que nos habla.

Habría que pensar si sabemos dejarnos guiar por esa voz del Señor.

3) Para vivir
Decía santa Teresa de Jesús que la fe no es un libro de teología arrumbado en un estante lleno de polvo, sino que es Jesús viviendo con nosotros; presente en cada instante de nuestra realidad: Es como una persona que estuviese en una muy clara pieza con otra persona y cerrasen las ventanas y se quedasen a oscuras; no porque se quitó la luz para verla deja de entender que está allí (Cfr. 7 Moradas 1,9). Dios siempre está con nosotros aunque no lo veamos.

Por eso, aunque no veamos, hemos de descubrir en todo la buena voluntad de Dios y saber bendecirlo. También en las cosas malas. Así como Abraham se fio, bendijo a Dios, y se puso en camino, así cada día comenzamos un nuevo camino. Cada día hay que fiarse del Señor, aceptar un camino donde habrá sorpresas, muchas veces no serán buenas, por ejemplo una enfermedad o una muerte. Pero es un camino por donde el Señor nos lleva y siempre estaremos seguros bajo su protección caminando hacia una tierra que ha preparado para nosotros.

Por ello, la recomendación papal de bendecir siempre a Dios. “Bendecir”, significa “bien decir”. Y si bendecimos a Dios y a los demás, “decimos bien de Dios y decimos bien de los otros”, y nos disponemos también a ser bendecidos. Nuestra vida ha de convertirse en una continua bendición a Dios.


© Pbro. José Martínez Colín

EL EVANGELIO DE HOY MIÉRCOLES 5 DE JULIO DEL 2017


Nuestras seguridades
Santo Evangelio según San Mateo 8,28-34. XIII Miércoles de Tiempo Ordinario.


Por: H. Hiram Samir Galán Jaime, L.C. | Fuente: www.missionkits.org 



En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey Nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Te amo, Señor, fortaleza mía, roca mía, castillo mío, mi libertador. En Ti confiaré, eres mi escudo y la fuerza de mi corazón.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san Mateo 8,28-34
En aquel tiempo, cuando Jesús desembarcó en la otra orilla del lago, en tierra de los gadarenos, dos endemoniados salieron de entre los sepulcros y fueron a su encuentro. Eran tan feroces, que nadie se atrevía a pasar por aquel camino. Los endemoniados le gritaron a Jesús: "¿Qué quieres de nosotros, Hijo de Dios? ¿Acaso has venido hasta aquí para atormentarnos antes del tiempo señalado?"
No lejos de ahí había una numerosa piara de cerdos que estaban comiendo. Los demonios le suplicaron a Jesús: "Si vienes a echarnos fuera, mándanos entrar en esos cerdos". Él les respondió: "Está bien".
Entonces los demonios salieron de los hombres, se metieron en los cerdos y toda la piara se precipitó en el lago por un despeñadero y los cerdos se ahogaron.
Los que cuidaban los cerdos huyeron hacia la ciudad a dar parte de todos aquellos acontecimientos y de lo sucedido a los endemoniados. Entonces salió toda la gente de la ciudad al encuentro de Jesús, y al verlo, le suplicaron que se fuera de su territorio.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
La gente le suplicó que se fuera de su territorio… Ante lo sobrenatural es una reacción normal el asombro y un cierto miedo, pues sentimos que perdemos el control de la situación. Pero esto sólo se debe a que nuestras seguridades están puestas en cosas materiales, e incluso en nosotros mismos.
Es por ello que cuando Dios toca a nuestra vida, en lugar de abrirle las puertas de nuestro corazón, las cerramos e ignoramos su llamada, pues no queremos perder el aparente control de nuestras vidas. De hecho, muchas personas consideran que jamás serán santas porque no quieren cambiar su personalidad, como si Dios les fuera a quitar la riqueza personal que tienen y los convirtiera en santos de vitrina aburridos y sin vida.
No, Dios no quita nada, al contrario, nos lo da todo. Él quiere la mejor versión de nosotros mismos. No nos empobrece llenarnos de Dios, al contrario, tenemos a la misma fuente de la riqueza dentro de nosotros. Ser santo es ser la mejor versión de nosotros mismos, la más rica, la más alegre, la más feliz.
Ayúdanos, Señor, a derribar las barreras psicológicas y espirituales que nos impiden poder optar totalmente por Ti.
"¿Soy un cristiano que quiere todas las seguridades o soy un cristiano que arriesga? ¿Soy un cristiano cerrado o un cristiano de horizontes, de esperanza? ¿Cómo va mi esperanza? ¿Mi corazón está anclado en el horizonte, yo estoy agarrado a la cuerda y creo también en los momentos feos? ¿Y en los momentos feos soy capaz de soportar porque sé que Dios no decepciona, sé que la esperanza no decepciona? ¿Cómo soy yo? ¿Cómo es mi vida de fe? ¿Es una vida de horizontes, de esperanza, de valor, de ir adelante, o una vida tibia que ni siquiera sabe soportar los momentos feos?".
(Papa Francisco, 17 de enero de 2017, en santa Marta)
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración. Disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Haré una visita a la Santísima Virgen pidiéndole que me quite todo miedo a Dios y que me enseñe a verlo como ese Padre providente que sólo busca la felicidad de sus hijos.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

FELIZ MIÉRCOLES!!!




martes, 4 de julio de 2017

INTERCEDE POR LAS PERSONAS


Intercede por las personas



La oración hecha con fe y amor llega al corazón de Dios. La beata María Romero de Nicaragua una vez se empeñó en conseguir una gracia muy importante y no fácil, practicando una devoción especial. He aquí la narración.

Hay una devoción que consiste en rezar mil avemarías en la Asunción o Inmaculada Concepción de María, para obtener gracias imposibles. Beata María Romero estaba muy apenada porque su padre no comulgaba desde hacía más de un año. Ese 8 de diciembre se propuso arrancar a la Virgen María la gracia de su conversión. Ella era la animadora musical del Colegio. Ese día hubo dos misas solemnes a la mañana, a la tarde una celebración con cantos y la bendición con el Santísimo. Luego una función de gala en el teatro con varios números musicales. No se sabe cómo, pero Sor María Romero encontró tiempo para las mil avemarías. Cuando de noche salía del teatro con partituras bajo el brazo, el capellán al cruzarse con ella en el pórtico le dijo: “¿Adivina quién comulgó esta mañana? Tu padre”. La Virgen Inmaculada se había adelantado en concederle la tan ansiada gracia.

Tú también puedes interceder por las personas queridas para que el Señor, con su gracia, las acerque a él. Es éste un acto de exquisita caridad porque mira directamente a la salvación eterna, el bien más grande para el hombre. Por otra parte, “quien salva un alma, asegura la salvación de la suya”. Te deseo de corazón un día de mucha paz.


* Enviado por el P. Natalio

IMÁGENES DE LA VIRGEN DEL CARMEN



EL EVANGELIO DE HOY MARTES 4 DE JULIO DEL 2017


Incluso en la tormenta
Santo Evangelio según San Mateo 8,23-27. XIII Martes de Tiempo Ordinario.


Por: H. Javier Castellanos LC | Fuente: www.missionkits.org 



En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
"El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién me hará temblar?


Aunque acampe contra mí un ejército, mi corazón no temerá;
Aunque estalle una guerra contra mí, no perderé la confianza.
¡Escucha, Señor, yo te invoco en alta voz, apiádate de mí y respóndeme!" (Salmo 27)
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 8,23-27
En aquel tiempo, Jesús subió a una barca junto con sus discípulos. De pronto se levantó en el mar una tempestad tan fuerte, que las olas cubrían la barca; pero él estaba dormido. Los discípulos lo despertaron, diciéndole: "Señor, ¡sálvanos, que perecemos!".
Él les respondió: "¿Por qué tienen miedo, hombres de poca fe?". Entonces se levantó, dio una orden terminante a los vientos y al mar, y sobrevino una gran calma. Y aquellos hombres, maravillados, decían: "¿Quién es éste, a quien hasta los vientos y el mar obedecen?".
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Parece que el Señor duerme cuando más lo necesitamos. Buscamos hacer el bien que podemos cada día, dar testimonio de nuestra fe, realizar alguna actividad de apostolado o servicio a los necesitados. Pero muchas veces nos encontramos en el camino sólo con vientos contrarios. Y en más de alguna ocasión la tormenta se ha levantado en torno a nuestra barca…
Pero Él está ahí. Aunque todo esté oscuro, Cristo nunca abandona. Aunque todo se agite y parezca que no hay ningún punto seguro, Él permanece para siempre. Incluso en la tormenta. Él no ha dejado al paralítico por el suelo. Él no abandonó a los leprosos fuera de la ciudad. Él mismo no permitirá que nos ahoguemos en este mar.Cristo es nuestro apoyo y nuestra seguridad.
Es normal tener miedo en la tormenta. Cristo no nos pide ser insensibles, pero sí pide que nuestra fe sea más grande que el temor. Nos pide confiar en Él, pues su presencia nos basta en la dificultad. Confiar en Él significa luchar incluso en las tormentas… Confiar en Él significa mantener viva la esperanza: seguir remando, sujetar bien fuerte el timón hacia la otra orilla. Porque Él, tarde o temprano, despertará; y entonces llegará una gran calma.
"Sabemos quién es Jesús, pero quizá no lo hemos encontrado personalmente, hablando con Él, y no lo hemos reconocido todavía como nuestro Salvador. Este tiempo es una buena ocasión para acercarse a Él, encontrarlo en la oración en un diálogo de corazón a corazón, hablar con Él, escucharle; es una buena ocasión para ver su rostro también en el rostro de un hermano y de una hermana que sufre."
(Cfr S.S. Francisco, 19 de marzo de 2017).

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy mantendré una actitud de optimismo y esperanza, sobre todo ante las situaciones difíciles que se me presenten.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

SOY CATÓLICO, PERDÓN POR EXISTIR


Soy católico. Perdón por existir
Aunque el mundo lo calle la Iglesia, y quienes la conformamos, somos víctimas de intolerancia


Por: P. Jorge González Guadalix | Fuente: Infocatolica.com 




Con perdón, sin ofender, todos hermanos, perdón… pero estoy un poco hartito de la noticia de la supuesta agresión a dos homosexuales por parte de un grupito neonazi. Una agresión tan horrible que consistió en que realizaron gestos nazis, escupieron y llegaron a golpear a las víctimas de la agresión, aunque no constan lesiones.

Bien, pues por lo menos por tres días seguidos pasé escuchando repetidamente la noticia en todos los informativos de la televisión y la he visto en todos los medios de prensa. Cada día la vuelven a dar. Horror, terror y pavor. Falta de respeto, falta de tolerancia, necesidad de respetar los derechos de todos.

Con pocas horas de diferencia supimos que la capilla de la universidad autónoma de Madrid sufrió otro ataque, con desperfectos, pintadas y lanzamiento de artefactos incendiarios. Repito los calificativos: horror, terror y pavor. Falta de respeto, falta de tolerancia, necesidad de respetar los derechos de todos.

¿Derechos de todos? No se lo crean. Mientras por todas partes se condena esa agresión a una pareja gay en la plaza Pedro Zerolo, nadie ha dicho una palabra de condena ante el nuevo asalto a la capilla de la universidad autónoma de Madrid. Sí, hay algunas condenas personales, pero uno echa en falta que los partidos y las agrupaciones políticas lo condenen expresamente. Nada. Es una capilla católica. Los mismos grupos de gays y lesbianas y todo lo demás lo podían haber condenado en aras de un proclamar la libertad para todos. Je.

Imaginen, porque imaginar todavía es libre, que en la universidad tuviera un local alguna asociación del arco iris. Imaginen una pintada en contra y no digamos un artefacto incendiario en su interior. Imaginen, ya digo que de momento es gratis, que la banderita sufre un ligero daño. Qué digo dar la noticia, allí estarían todos los medios realizando programas especiales en directo, y veríamos a todos nuestros políticos rasgándose las vestiduras. Sí, los mismos que llevan un mes felicitando el ramadán a nuestros hermanos musulmanes. Los mismos que jamás han felicitado a los católicos por Navidad o Pascua.

Hoy, digan lo que digan los musulmanes, los arco iris y sus adláteres, si hay un colectivo marginado, ridiculizado, agredido y despreciado, es el católico. La capilla de la autónoma ardiendo. Una religiosa en Granada agredida por el hecho de ser monja. A mi compañero lo han apedreado alguna vez. A mí me han insultado varias. No es difícil hacer un calendario y un itinerario con ataques a la libertad religiosa. No pasa nada.

Estamos solos. Los grandes partidos o atacan abiertamente o callan y sonríen. Nadie da la cara por nosotros. La Iglesia, con la cosa de la tolerancia, tampoco. Notitas simplonas y rezar. Sacudir a un católico es gratis.

CUANDO ARRECIA LA TORMENTA



Cuando arrecia la tormenta
Mi Señor, cuando más arrecia la tormenta, más feliz me siento de ser capaz de confiar en Tu Presencia, en Tu cuidado. 


Por: Oscar Schmidt | Fuente: www.reinadelcielo.org 




Estaba tan tranquilo mi Señor, que pensaba que ya nada malo me podía volver a ocurrir. Tenía una alegría sincera, y no era la felicidad de tener todo bajo control, sino la extraña sensación de haber sido capaz de llegar a un puerto seguro. Como un barco que logra lanzar el ancla en una bahía abrigada de los vientos del mar abierto, para poder poner el pie en tierra y buscar el calor de una casa acompañada de buena comida y amigos. Amigos que me hagan sentir seguro, amado y esperado.

Y de repente, mi Señor, la tormenta se echó sobre mí con toda su fuerza, una vez más. Imprevistamente me encontré en mar abierto, arrancado del calor del hogar para sentir nuevamente la confusión de haber perdido la seguridad, la paz, el cobijante calor del hogar. No quiero pasar por esto, no estoy preparado, porque la herida que sufrí la vez anterior todavía no ha sanado, aun me duele y ya estoy nuevamente expuesto a una nueva herida, quizás peor que las anteriores.

La tormenta arrecia, por fuera y dentro mío también, aquí mismo. Los golpes se suceden uno tras otro, es difícil de explicar lo difícil que es sentir que me has abandonado Señor. A pesar de que te he visto a mi lado tantas veces, ahora estas tan lejos que ni siquiera tengo certeza de que pueda volverte a oír, y hasta me asaltan dudas de que realmente existas.

En el vacío del abandono, en medio de la noche más negra de mi alma, la tormenta hace destrozos y arranca sentimientos de enojo, de furia, que rápidamente se disipan para dar lugar al miedo, a la desesperación, a la muerte de la fe. El viento destructor es tan frio que mata todo lo que toca, deja una sensación de vacío y silencio interior semejante a una roca cubierta de escarcha y hielo. Toco y busco vida, pero el vacío en mi pecho parece decirme que todo está perdido, que ya no hay esperanza. Un corazón muerto, yermo.
En ese punto límite cuestiono todo lo que siempre me has enseñado, Señor. Hasta dudo de mis diálogos contigo, quizás fueron pérdida de tiempo y signo de locura. Si, empiezo a creer que Tus Caminos fueron un engaño, una falsa idea instalada en mi mente. Quizás Tu Palabra fue un espejismo de mi imaginación, porque aquí ya no hay nada, solo esta tormenta tremenda que arranca y rompe todo lo que me dio seguridad en el pasado.
Y justamente cuando más arrecia la tormenta, cuando he decidido solo confiar en mis propias fuerzas, es que veo el engaño al que he sido arrojado, una vez más. Ya no esperaba nada, solo me dejaba mecer por los golpes que una y otra vez me sacudían como una hoja muerta. Y sin embargo algo se encendió dentro de mí, una pequeña luz, una chispa en medio de la oscuridad. Creí que  era solo mi imaginación, pero no, allí estaba nuevamente. Un anhelo de seguir, una repentina ilusión de levantarme y hacer frente al viento arrasador. El hielo que cubre mi alma empieza a transformarse en agua, quiere derretirse ante el calor que asoma por debajo de la carne de mi corazón, que quiere volver a latir.

Esa luz repentina que pones en medio de la tormenta, ese calor casi imperceptible que hace latir nuevamente a mi corazón, ese renacer de la esperanza cuando todo está perdido. ¡Debes ser Tú, mi Señor! No hay otro que pueda hacer eso, nadie puede imponerse a la desesperanza como Tú, porque Tú eres la Esperanza misma. No es que no arrecie la tormenta, es solo que sé bien que Tú eres el Dios de las tormentas, Tú las haces y las deshaces y no hay fuerza o contrariedad que pueda superar a Tu Voluntad.

¡Señor, aquí está Tu siervo, Tu siervo Te escucha mi Señor, rescátame de este pozo de desesperación!

Y suavemente te digo al oído, cuando te pones a mi lado: Una Palabra tuya bastará para sanarme, Señor. No hace falta que entres a mi casa, porque mi fe se ha restablecido y ya no confiaréAncla en mis fuerzas, sino solo en Tu Poder, mi Dios. Mi alma canta, se alegra por todas Tus maravillas, porque iluminaste mi noche y te impusiste a mis miedos. ¡Ya no temo a la tormenta que ruge a mi alrededor! Sé que nada ocurre sin que Tú así lo permitas, o lo desees. Por eso confío en que nada me puede pasar, a mí que soy Tu siervo, Tu hermano, Tu hijo.

Mi Señor, cuando más arrecia la tormenta, más feliz me siento de ser capaz de confiar en Tu Presencia, en Tu cuidado. Los vientos arrasadores solo alimentan mi alegría de saberme amado por Ti, de saberme Tu hermano, de poder compartir el dolor del Dios del Dolor. Dame Señor de lo que necesito, Tú me conoces en lo más profundo de mi corazón, hurga en mi alma ennegrecida y pon allí el brillo de Tu Amor para que la aurora me encuentre aferrado a Ti.

EL PAPA NOMBRA A SU ENVIADO EN LA CLAUSURA DEL IV CENTENARIO DE SANTA ROSA DE LIMA


El Papa nombra a su enviado en la clausura del IV Centenario de Santa Rosa de Lima




VATICANO, 04 Jul. 17 / 06:02 am (ACI).- El Papa Francisco nombró al Cardenal Raúl Eduardo Vela Chiriboga, Arzobispo Emérito de Quito, Ecuador, Enviado Especial Pontificio en la celebración de clausura del Jubileo Arquidiocesano de Lima, Perú, con motivo del IV Centenario de la muerte de Santa Rosa de Lima, Patrona de las Américas, Indias y Filipinas.

La Misa de acción de gracias por el IV Centenario tendrá lugar el 30 de agosto en la Plaza Mayor de Lima y estará presidida por el Arzobispo de Lima y Primado del Perú, Cardenal Juan Luis Cipriani.


Las actividades del IV Centenario comenzarán el lunes 29 de agosto a las 05.00 p.m. con la procesión de las reliquias de la Santa desde la Basílica del Santísimo Rosario del Convento de Santo Domingo hasta la Catedral de Lima, donde además se celebrarán las vísperas solemnes y una Misa a las 06:30 p.m.

La procesión contará con la participación de las principales autoridades del país; el P. Bruno Cadoré, sucesor 86 de Santo Domingo de Guzmán como Maestro de la Orden de Predicadores; los miembros de la Policía Nacional del Perú; y varias parroquias.

Asimismo, a partir del 26 de agosto se han programado visitas nocturnas al Museo del Convento de Santo Domingo, donde se encuentra la cripta que inicialmente sirvió de sepulcro de Santa Rosa de Lima. Esta cripta fue reabierta al público para su veneración. La visita contará con fotos nunca inéditas de la querida santa.

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 4 DE JULIO


Los cinco minutos de María
Julio 4



El Corazón de María guardaba la Palabra de Dios y todos los acontecimientos de salvación realizados por su Hijo Jesucristo. Su existencia fue una plena comunión con su Hijo desde el sí de la anunciación hasta la aceptación del martirio de Jesús en la cruz.
Quienes se acercaban a ella escucharán como un eco del Evangelio esta recomendación: Dichoso si guardas en el corazón la Palabra de Dios y la cumples.

Santa María, concédenos guardar la Palabra en el corazón para convertirnos en Evangelio de Dios.


* P. Alfonso Milagro
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