domingo, 13 de noviembre de 2016

LOS CINCO MINUTOS DE DIOS, 13 DE NOVIEMBRE


LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Noviembre 13



El hombre no puede vivir sin fe; tiene que creer en algo y en alguien; de otro modo, se ahoga en sí mismo.
Pero, antes que nada, debe creer en Dios. Te ofrezco la sabida oración de la Fe:

"Creo, aunque todo te oculte a mi fe. Creo, aunque todo me grite que no. Porque he basado mi fe en un Dios inmutable, en un Dios que no cambia, en un Dios que es amor.

Creo, aunque todo parezca morir. Creo, aunque ya no quisiera vivir, porque he fundado mi vida en palabras sinceras, en palabras de amigo, en palabra de Dios.

Creo, aunque todo subleve mi ser. Creo, aunque sienta muy solo el dolor. Porque un cristiano que tiene al Señor por amigo, no vacila en la duda, se mantiene en la fe.

Creo, aunque veo a los hombres matar. Creo, aunque veo a los niños llorar. Porque aprendí con certeza que Él sale al encuentro, en las horas más duras, con su amor y su luz.

Creo, pero aumenta mi fe"
“Para dar esta respuesta de la fe es necesaria la gracia de Dios, que se adelanta y nos ayuda, junto con el auxilio del Espíritu; que mueve el corazón, lo dirige a Dios, abre los ojos del espíritu y concede a todos gusto en creer y aceptar la verdad” (DV 5)


* P. Alfonso Milagro

LA PACIENCIA DE DIOS


La paciencia de Dios
El mundo es redimido por la paciencia de Dios y destruido por la impaciencia de los hombres.


Por: P. Fernando Pascual LC | Fuente: Catholic.net 




Buscar el poder es una tentación que continuamente asecha al ser humano. Tener fuerza, tener dinero, recibir aplausos. Luego, cuando todo está en nuestras manos, cuando las voluntades han sido sometidas (ilusionadas, engañadas, asustadas), llega la hora de iniciar la utopía, de construir el mundo perfecto.

Y ese “mundo perfecto” inicia precisamente con lágrimas, con dolor, con la opresión del enemigo, con las críticas malévolas, con ese clima de miedo que reina en los sistemas totalitarios (del pasado y del presente).

El fracaso de las utopías humanas nos hace desconfiados. Querríamos, entonces, que Dios actuase, que impusiese entre los hombres la justicia. Desearíamos que enviase desde el cielo un rayo de fuerza, que acabase con los criminales, los terroristas, los explotadores, los pedófilos, los violadores, los que controlan el mundo mientras se mantienen indiferentes ante el hambre de millones de niños, ante el drama del aborto, ante la opresión de los justos y los pobres.

Dios, en cambio, responde con su Hijo. Sin violencia, sin truenos, sin acabar con el malvado. Jesús predica un mensaje de paz, de perdón, de esperanza. Cuando llega la hora de la lucha suprema, se muestra débil, manso, humilde, como un cordero. Ante los que no comprenden al Padre viene criticado como un blasfemo. Lo atan como a un malhechor, lo condenan a la muerte que se aplica a los criminales. Jesús calla, y el Padre detiene legiones de ángeles que contemplan horrorizados la muerte del Justo y la victoria, aparente, del maligno.

Pero la redención no viene del poder, sino del amor y de la paciencia redentora de Dios. Nos lo recordaba el Papa Benedicto XVI en la homilía de inicio de Pontificado, el 24 de abril de 2005:

“No es el poder lo que redime, sino el amor. Éste es el distintivo de Dios: Él mismo es amor. ¡Cuántas veces desearíamos que Dios se mostrara más fuerte! Que actuara duramente, derrotara el mal y creara un mundo mejor. Todas las ideologías del poder se justifican así, justifican la destrucción de lo que se opondría al progreso y a la liberación de la humanidad. Nosotros sufrimos por la paciencia de Dios. Y, no obstante, todos necesitamos su paciencia. El Dios, que se ha hecho cordero, nos dice que el mundo se salva por el Crucificado y no por los crucificadores. El mundo es redimido por la paciencia de Dios y destruido por la impaciencia de los hombres.

Estamos en el tiempo de la paciencia de Dios. Como cristianos podemos imitar su bondad, vivir en la confianza, aprender el arte difícil de la espera. Espera que significa renuncia a la venganza y perdón para con el enemigo.

No cambiaremos al mundo a base de golpes de violencia. La hora de la paciencia, la hora de la mansedumbre, es el único camino que nos acerca, de veras, a la construcción de un mundo nuevo. Un mundo en el que las lanzas se convertirán en azadas, los hombres ya no vivirán para el dinero, y el mensaje de Cristo llenará los corazones de esperanza y de mucho, mucho amor...

FELIZ DOMINGO!!!


LOS CINCO MINUTOS DE DIOS, 12 DE NOVIEMBRE


LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Noviembre 12



No todos los días son iguales, ¿verdad?
Pues bien, tú que corres, no te agites; tú que vives, no te angusties; tú que dudas, no vaciles.

Si corres, no te precipites; si vives, no te desorientes; si estás angustiado, no te oprimas.

Será preciso correr, vivir, angustiarse; la vida es todo eso; pero en todo momento habrá que tener presente la moderación; para todos es la regla de oro que debe regir nuestros actos.

Cristo dijo que Él es el camino, la verdad y la vida.
Si vas por ese camino, no te extraviarás; si aceptas y vives esa verdad, no caerás en el error; si penetras en esa vida, te alejarás de la muerte.

Él dijo también que es la luz del mundo; no te alejes de Él y caminarás seguro, bañado por su luz.

“Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la Vida” (Jn 8,12). “Observen una buena conducta en medio de los paganos, y así los mismos que los calumnian como a malhechores, al ver sus buenas obras tendrán que glorificar a Dios el día de la Visita” (1 Pe 2,12)


* P. Alfonso Milagro

viernes, 11 de noviembre de 2016

EL EVANGELIO DE HOY VIERNES 11 DE NOVIEMBRE DEL 2016


No vivir la vida a la carrera
Lucas 17, 26-37. Viernes XXXII. Tiempo ordinario, Ciclo C. Quien pierda su vida por mí, la salvará


Por: H. Balam Loza LC | Fuente: www.missionkits.org 



En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Jesús, quiero escuchar tu voz. Cuántas veces mi corazón está preocupado por muchas cosas. Cuántas veces voy corriendo de un lado a otro. Y en el fondo te busco a Ti. Cuando me quedo delante en silencio, delante de Ti, en la Eucaristía, experimento esa paz profunda que me permite maravillarme de tu amor silencio. Por eso vengo a tus pies, me meto en el fondo de tu corazón y permanezco en silencio.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san Lucas 17, 26-37
En aquellos días, Jesús dijo a sus discípulos: "Lo que sucedió en el tiempo de Noé también sucederá en el tiempo del Hijo del hombre: comían y bebían, se casaban hombres y mujeres, hasta el día en que Noé entró en el arca; entonces vino el diluvio y los hizo perecer a todos.
Lo mismo sucedió en el tiempo de Lot: comían y bebían, compraban y vendían, sembraban y construían, pero el día en que Lot salió de Sodoma, llovió fuego y azufre del cielo y los hizo perecer a todos. Pues lo mismo sucederá el día en que el Hijo del hombre se manifieste.
Aquel día, el que esté en la azotea y tenga sus cosas en la casa, que no baje a recogerlas; y el que esté en el campo, que no mire hacia atrás. Acuérdense de la mujer de Lot. Quien intente conservar su vida, la perderá; y quien la pierda, la conservará.
Yo les digo: aquella noche habrá dos en un mismo lecho: uno será tomado y el otro abandonado; habrá dos mujeres moliendo juntas: una será tomada y la otra abandonada".
Entonces, los discípulos le dijeron: "¿Dónde sucederá eso, Señor?" Y él les respondió: "Donde hay un cadáver, se juntan los buitres".   
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
¿Cuándo llegará el día de mi muerte? Sin duda que algunas veces escuchamos mensajes apocalípticos anunciados en las carteleras del cine. O podríamos leer innumerables libros que describen el fin del mundo. Pero si vamos un poco más a fondo nos podemos dar cuenta de que algunas veces pensamos en cómo nos gustaría morir. Lo hablamos con los amigos y al mismo tiempo escuchamos sus propias expectativas.
Unos dicen a mí me gustaría vivir muchos años, otros, por el contrario, prefieren aprovechar al máximo los primeros años de la juventud y después pasar a mejor vida. También escucharemos que algunos prefieren una muerte rápida y otros una agonía lenta pero sin dolor. Pero cuántas veces escuchamos también de aquel chico que murió repentinamente, aquel familiar que en un momento le dio un infarto y, cada uno, puede darse cuenta que la muerte llega de un momento a otro sin llamar a la puerta.
Una vez le preguntaron a santo Domingo Savio, que haría si supiese que ese mismo día muriese. Él, con su sencillez infantil, dijo que seguiría jugando. Y he ahí el secreto. Este pequeño santo vivía preparado para el encuentro con Dios. Tenía la puerta abierta y no tenía un calendario. Vivía los acontecimientos más ordinarios con amor. A veces se puede vivir la vida a la carrera sin disfrutar cada momento. Podemos pasar por un parque sin disfrutar de la flor que ha nacido. Podemos visitar muchos países sin pararnos a contemplar una pintura. Podemos ser cristianos sin ser amigos de Jesús. 
«¡Cuánta gente buena hemos conocido y conocemos!, y decimos: «esta persona es un santo». Lo decimos, nos viene espontáneamente. Estos son los santos de la puerta de al lado, los que no están canonizados pero viven con nosotros. Imitar sus gestos de amor y de misericordia es un poco como perpetuar su presencia en este mundo. Y, en efecto, esos gestos evangélicos son los únicos que resisten a la destrucción de la muerte: un acto de ternura, una ayuda generosa, un tiempo dedicado a escuchar, una visita, una palabra buena, una sonrisa… Ante nuestros ojos estos gestos pueden parecer insignificantes, pero a los ojos de Dios son eternos, porque el amor y la compasión son más fuertes que la muerte.»
(Ángelus, de S.S. Francisco, 1 de noviembre de 2015).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy Jesús, viviré el día haciendo cada cosa lo mejor posible. Si estoy trabajando pondré todo el esfuerzo en hacerlo bien, si hablo con alguien le prestaré atención,… Viviré cada cosa con sencillez y con pasión.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

SALMO 118, DICHO EL QUE CAMINA EN LA VOLUNTAD DEL SEÑOR

Salmo
Sal 118,1.2.10.11.17.18


R/. Dichoso el que camina en la voluntad del Señor

Dichoso el que, con vida intachable,
camina en la voluntad del Señor. R/.

Dichoso el que, guardando sus preceptos,
lo busca de todo corazón. R/.

Te busco de todo corazón,
no consientas que me desvíe de tus mandamientos. R/.

En mi corazón escondo tus consignas,
así no pecaré contra ti. R/.

Haz bien a tu siervo: viviré
y cumpliré tus palabras. R/.

Ábreme los ojos, y contemplaré
las maravillas de tu voluntad. R/.

PORQUE ÉL TE AMA!!

¡Porque Él te ama!



En la plaza principal de una gran ciudad, un ateo decía cierto día, un discurso en el que blasfemaba groseramente el nombre de Dios. Por fin, exclamó, como, con soberbia y en tono autoritario: 

-¡Doy cinco minutos a Dios para que me mate, si es que dice la verdad! 

Durante cinco minutos permaneció callado y su auditorio también. Después, el orador exclamó triunfante: 

- ¡Vieron ! ¿No les dije yo que no hay Dios de ningún tipo? ... ¡Si Dios existiese Él me hubiera escuchado y yo estaría muerto ahora ! 

Una señora de edad avanzada le preguntó: 

- ¿Usted tiene hijos?

- Tengo - respondió el hombre-. Pero no veo la relación que eso pueda tener con el asunto del que nos estamos ocupando.

- ¡Tiene y mucha! - continuó la señora. Si uno de sus hijos le diese una daga y, le dijese: 
- -¡Padre, mátame con esta daga!, ¿usted lo mataría? 

- Ciertamente que no - replicó el hombre.

- ¿Por qué ? - continuó la sabia señora.

- ¡Porque los amo! - afirmó el hombre.

- ¡Ah! ..., ahí está la razón por la que Dios no lo mató. ¡Él también lo ama, a pesar de su maldad ! 

Y la señora con la mirada erguida al Cielo, dijo: 

- ¡No te mató, porque te Ama!. 

SOLEMNIDAD DE CRISTO REY, DOMINGO 20 DE NOVIEMBRE DEL 2016


Solemnidad de Cristo Rey
20 de Noviembre



Jesucristo, Rey del Universo La celebración de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo, cierra el Año Litúrgico en el que se ha meditado sobre todo el misterio de su vida, su predicación y el anuncio del Reino de Dios.

El Papa Pio XI, el 11 de diciembre de 1925, instituyó esta solemnidad que cierra el tiempo ordinario. Su objetivo es recordar la soberanía universal de Jesucristo. Lo confesamos supremo Señor del cielo y de la tierra, de la Iglesia y de nuestras almas.

Durante el anuncio del Reino, Jesús nos muestra lo que éste significa para nosotros como Salvación, Revelación y Reconciliación ante la mentira mortal del pecado que existe en el mundo. Jesús responde a Pilatos cuando le pregunta si en verdad Él es el Rey de los judíos: "Mi Reino no es de este mundo. Si mi Reino fuese de este mundo mi gente habría combatido para que no fuese entregado a los judíos; pero mi Reino no es de aquí" (Jn 18, 36). Jesús no es el Rey de un mundo de miedo, mentira y pecado, Él es el Rey del Reino de Dios que trae y al que nos conduce.

Cristo Rey anuncia la Verdad y esa Verdad es la luz que ilumina el camino amoroso que Él ha trazado, con su Vía Crucis, el camino hacia el Reino de Dios. "Sí, como dices, soy Rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad.

Todo el que es de la verdad escucha mi voz."(Jn 18, 37) Jesús nos revela su misión reconciliadora de anunciar la verdad ante el engaño del pecado. Esta fiesta celebra a Cristo como el Rey bondadoso y sencillo que como pastor guía a su Iglesia peregrina hacia el Reino Celestial y le otorga la comunión con este Reino para que pueda transformar el mundo en el cual peregrina.  La posibilidad de alcanzar el Reino de Dios fue establecida por Jesucristo, al dejarnos el Espíritu Santo que nos concede las gracias necesarias para lograr la Santidad y transformar el mundo en el amor. Ésa es la misión que le dejó Jesús a la Iglesia al establecer su Reino.

Se puede pensar que solo se llegará al Reino de Dios luego de pasar por la muerte pero la verdad es que el Reino ya está instalado en el mundo a través de la Iglesia que peregrina al Reino Celestial. Justamente con la obra de Jesucristo, las dos realidades de la Iglesia -peregrina y celestial- se enlazan de manera definitiva, y así se fortalece el peregrinaje con la oración de los peregrinos y la gracia que reciben por medio de los sacramentos. "Todo el que es de la verdad escucha mi voz."(Jn 18, 37) Todos los que se encuentran con el Señor, escuchan su llamado a la Santidad y emprenden ese camino se convierten en miembros del Reino de Dios.




Oración a Cristo Rey.

¡Oh Cristo Jesús! Os reconozco por Rey universal. Todo lo que ha sido hecho, ha sido creado para Vos. Ejerced sobre mí todos vuestros derechos.

Renuevo mis promesas del Bautismo, renunciando a Satanás, a sus pompas y a sus obras, y prometo vivir como buen cristiano. Y muy en particular me comprometo a hacer triunfar, según mis medios, los derechos de Dios y de vuestra Iglesia.

¡Divino Corazón de Jesús! Os ofrezco mis pobres acciones para que todos los corazones reconozcan vuestra Sagrada Realeza, y que así el reinado de vuestra paz se establezca en el Universo entero. Amén.



Consagración de la humanidad para el día de Cristo Rey por el Papa Pío XI

¡Dulcísimo Jesús, Redentor del género humano! Miradnos humildemente postrados; vuestros somos y vuestros queremos ser, y a fin de vivir más estrechamente unidos con vos, todos y cada uno espontáneamente nos consagramos en este día a vuestro Sacratísimo Corazón.

Muchos, por desgracia, jamás, os han conocido; muchos, despreciando vuestros mandamientos, os han desechado. ¡Oh Jesús benignísimo!, compadeceos de los unos y de los otros, y atraedlos a todos a vuestro Corazón Santísimo.

¡Oh Señor! Sed Rey, no sólo de los hijos fieles que jamás se han alejado de Vos, sino también de los pródigos que os han abandonado; haced que vuelvan pronto a la casa paterna, que no perezcan de hambre y miseria.

Sed Rey de aquellos que, por seducción del error o por espíritu de discordia, viven separados de Vos; devolvedlos al puerto de la verdad y a la unidad de la fe para que en breve se forme un solo rebaño bajo un solo Pastor.

Sed Rey de los que permanecen todavía envueltos en las tinieblas de la idolatría; dignaos atraerlos a todos a la luz de vuestro reino.

Conceded, ¡oh Señor!, incolumidad y libertad segura a vuestra Iglesia; otorgad a todos los pueblos la tranquilidad en el orden; haced que del uno al otro confín de la tierra no resuene sino ésta voz: ¡Alabado sea el Corazón divino, causa de nuestra salud! A Él se entonen cánticos de honor y de gloria por los siglos de los siglos. Amén.


Fuente: Web Católico de Javier

PAPA FRANCISCO ADVIERTE QUIÉN ES EL ANTICRISTO


El Papa Francisco advierte quién es el anticristo
Por Miguel Pérez Pichel
 Foto: L'Osservatore Romano



VATICANO, 11 Nov. 16 /  (ACI).- En la homilía de la Misa celebrada en la Casa Santa Marta, el Papa Francisco advirtió contra la tentación de construir ideologías a partir del amor cristiano y de la religiosidad; ideologías en las que no se reconoce el mensaje evangélico del amor del Dios hecho hombre.

“Un amor que no reconozca que Jesús vino en carne, no es el amor que Dios pide. Es un amor mundano, un amor filosófico, es un amor abstracto, es un amor venido a menos, un amor blanco. ¡No! El criterio del amor cristiano es la encarnación del Verbo. Quien diga que el amor cristiano es otra cosa, ¡ese es el anticristo!, que no reconoce que el Verbo se hizo carne”.

El Papa advirtió contra las ideologías: “la ideología sobre el amor, la ideología sobre la Iglesia, la ideología que separa a la Iglesia de la carne de Cristo. ¡Esas ideologías sacrifican a la Iglesia!: ‘Si soy católico, si soy cristiano, tengo que amar a todo el mundo con un amor universal’, pero es un amor tan etéreo. El amor está siempre ‘dentro’, es algo concreto y no una ideología de la encarnación del Verbo”.

El Santo Padre recalcó que “esta es nuestra verdad: Dios ha enviado a su Hijo, se ha encarnado y se ha hecho hombre como nosotros. Amad como amó Jesús; amad como nos ha enseñado Jesús, amad según el ejemplo de Jesús, amad caminando por el camino de Jesús”.

“La única manera de amar como amó Jesús –indicó el Pontífice– es salir de nuestro propio egoísmo y acudir al servicio de los demás”. El amor cristiano “es un amor concreto porque la presencia de Dios en Jesucristo es concreta”. “La iglesia es la comunidad en torno a la presencia de Cristo, que va más allá”, aseveró.

El prototipo del amor cristiano es el amor de Cristo hacia su esposa, la Iglesia. “Quien no quiera amar como ama Cristo a su esposa, la Iglesia, con la propia carne, entregando la vida, ama ideológicamente”, afirmó Francisco. “Hacer teorías e ideologías con una religiosidad que elimina la carne de Cristo, la carne de la Iglesia, arruina la comunidad, arruina la Iglesia”.


“Si empezamos a teorizar sobre el amor, llegamos a la manipulación de la voluntad de Dios”, señaló el Santo Padre. “Llegamos a un Dios sin Cristo, a un Cristo sin la Iglesia y a una Iglesia sin el pueblo”.

Evangelio comentado por el Papa Francisco:

Lucas 17:26-37

26 «Como sucedió en los días de Noé, así será también en los días del Hijo del hombre.

27 Comían, bebían, tomaban mujer o marido, hasta el día en que entró Noé en el arca; vino el diluvio y los hizo perecer a todos.

28 Lo mismo, como sucedió en los días de Lot: comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, construían;

29 pero el día que salió Lot de Sodoma, Dios hizo llover fuego y azufre del cielo y los hizo perecer a todos.

30 Lo mismo sucederá el Día en que el Hijo del hombre se manifieste.

31 «Aquel Día, el que esté en el terrado y tenga sus enseres en casa, no baje a recogerlos; y de igual modo, el que esté en el campo, no se vuelva atrás.

32 Acordaos de la mujer de Lot.

33 Quien intente guardar su vida, la perderá; y quien la pierda, la conservará.

34 Yo os lo digo: aquella noche estarán dos en un mismo lecho: uno será tomado y el otro dejado;

35 habrá dos mujeres moliendo juntas: una será tomada y la otra dejada.»

36 Y le dijeron: «¿Dónde, Señor?» El les respondió: «Donde esté el cuerpo, allí también se reunirán los buitres.»

IMÁGENES Y LECTURAS BÍBLICAS DE ADVIENTO 2016




Catequesis Taller de Adviento 2016 Ciclo A de FANO: El Adviento como Regalo.





PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO
CICLO A
Mateo 24, 37-44



SEGUNDO DOMINGO DE ADVIENTO
CICLO A
Mateo 3,1-12





TERCER DOMINGO DE ADVIENTO
CICLO A
Mateo 11, 2-11
Lucas 1,26-38


CUARTO DOMINGO DE ADVIENTO
ciclo A 2016
Mateo 1, 18-24












ES MALO CREER EN LOS HORÓSCOPOS?

¿Es malo creer en los horóscopos?
Comienza hoy a hacer las cosas que harías si supieras tu futuro. Nuestros actos no están dirigidos por las estrellas... 


Por: Alejandro García del Olmo | Fuente: Catholic.net 



Es muy normal que tengamos curiosidad por saber qué pasará en el futuro, pero dime ¿qué harías si supieras qué va a ser de ti mañana?

Quizá si supieras que vas a ser un gran empresario, empezarías a ver de qué manera manejar mejor tu dinero; o si supieras que te enfermarás, comenzarías con poner todos los medios para prever dicha enfermedad y, si en el peor de los casos, te dicen que morirás, seguramente comenzarías de inmediato a dejar listos esos pendientes que tienes, y sobre todo te acercarías a la confesión para estar en gracia.

¡Cuántas cosas haríamos, ¿verdad?! Nosotros, cristianos, no consultamos horóscopos o personas que supuestamente dicen el futuro, porque ello contradice el honor y el respeto que debemos a Dios.

Querer saber el futuro es querer ser iguales a Dios, pretensión tan soberbia como absurda. Debemos confiar a la Providencia divina nuestra vida, confiar en Dios como Padre que es.

Así que olvídate de andar por ahí con consultas a los astros, horóscopos y adivinos.

Lo que te recomiendo es que comiences hoy por hacer todas esas cosas que harías si supieras tu futuro. No te preocupes del mañana, mejor ocúpate del presente.

La ciencia que responde a los interrogantes que nos provocan las estrellas es la astronomía. Esta disciplina nació entre los caldeos hace unos treinta o cuarenta siglos y sigue progresando hoy gracias a los programas espaciales de Estados Unidos y Rusia.

Junto a este saber, como hongo nacido en medio de un hermoso jardín, apareció la astrología, ficción que pretende determinar una supuesta influencia sobre nuestras vidas por parte de los cuerpos celestes.

La palabra "horóscopo" se utilizaba en los siglos pasados para designar a los sacerdotes encargados de observar el curso de las estrellas. Luego pasó a significar la influencia que los astros habrían de tener sobre nuestras vidas. Esta creencia tan absurda, sigue influyendo en algunas personas de nuestro nuevo siglo XXI.

El zodiaco es una franja imaginaria del firmamento donde aparecen doce constelaciones que se pueden observar a simple vista. Las doce constelaciones del zodiaco son Aries, Tauro, Géminis, Cáncer, Leo, Virgo, Libra, Escorpión, Sagitario, Capricornio, Acuario y Piscis.

Estos doce nombres provienen de palabras latinas que indican diversas divinidades mitológicas veneradas entre los antiguos caldeos. Los horóscopos dicen que nuestra vida depende de la constelación zodiacal que hace sentir su influencia en el mes de nuestro nacimiento. Si nací en enero soy Acuario; si nací en agosto, soy Leo... etc.

La creencia en los horóscopos es peligrosa. Casi es como creer en otra religión. Porque intentan hacernos creer que no somos libres sino que estamos determinados en todo por nuestro signo zodiacal. No sería yo quien realiza su propia vida, sino que todo mi obrar estaría dirigido por una extraña fuerza proveniente de las estrellas. Pero nada de lo que dicen los horóscopos está científicamente fundado. Lo que afirman sobre Sagitario hoy, lo dirán mañana de Piscis y viceversa. Es un triste problema que los horóscopos sigan haciéndose y, peor aún, que haya quienes se creen todo lo que leen.

No es lícito ni conveniente, pues puede robar nuestra confianza en Dios.

Por otra parte, el que verdaderamente confía , cree y ama a Dios no busca símbolos o signos del cielo ni de la tierra, como bien lo explica Nuestro Señor: ¿Sabéis interpretar el aspecto del cielo y de la tierra y no sabéis distinguir los signos de los tiempos...? (Mt. 16, 1-4).

A veces nos puede ganar la curiosidad de saber lo que dirán de nuestro futuro; pero lo único que conseguimos es poner nuestro mayor tesoro, la vida, en manos de suposiciones tan genéricas y ambiguas que le podrían pasar a cualquiera.

Dios te cuida y te ama personalmente, ¿por qué quieres encerrarte en 12 símbolos?, que si los dividimos entre la población mundial, 6 mil millones de habitantes, a 500 millones de personas les pasaría lo mismo, lo cual no sólo es aburrido sino incluso contrario a nuestra experiencia ¿no crees?

Los cristianos debemos más bien dedicar nuestro tiempo a pedir a Dios que nos aumente la fe y que nos ayude a evitar todo lo que nos aparte de Él.

LOS CINCO MINUTOS DE DIOS, NOVIEMBRE 11

LOS  CINCO MINUTOS DE DIOS
 NOVIEMBRE 11



Es una buena costumbre iniciar el día ofreciendo a Dios todas las obras; te propongo esta sencilla oración, que puede resumir tus sentimientos más profundos: 

"Señor, al comenzar este nuevo día te ofrezco las penas y alegrías, los trabajos y dificultades, las horas de diversión y de trabajo. 
Acéptalas, Señor, por los oprimidos, por los que sufren, por los que tienen hambre y frío. Sobre todo, Señor, por aquellos que de una u otra manera necesitan ser liberados de la opresión de sus propias pasiones. 

Danos a todos un corazón noble y generoso, grande como el horizonte, indómito para la injusticia y la mentira, sediento de infinito, a fin de colaborar en la construcción de un mundo mejor." 
Sencilla oración que puede tener la virtualidad de hacerte pasar tu día con más fecundidad.

"Deben los fieles conocer la íntima naturaleza de todas las criaturas, su valor y su ordenación a la gloria de Dios. Incluso en las ocupaciones seculares deben ayudarse mutuamente a una vida más santa, de tal manera que el mundo se impregne del espíritu de Cristo y alcance su fin con mayor eficacia en la justicia, en la caridad y en la paz" (LG, 36). 


Extraído del Libro: "Los cinco Minutos de Dios"  
de Alfonso Milagros
Meditaciones para cada día del año
Editorial Claretiana .

FELIZ VIERNES!!!


jueves, 10 de noviembre de 2016

IMÁGENES DE PASTORES EN NAVIDAD


SALMO 145, DICHOSO A QUIEN AUXILIA EL DIOS DE JACOB


Salmo
Sal 145,7.8-9a.9bc-10

R/. Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob



Que mantiene su fidelidad perpetuamente,
que hace justicia a los oprimidos,
que da pan a los hambrientos.
El Señor liberta a los cautivos. R/.

El Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos.
El Señor guarda a los peregrinos. R/.

Sustenta al huérfano y a la viuda
y trastorna el camino de los malvados.
El Señor reina eternamente,
tu Dios, Sión, de edad en edad. R/.

EL SAGRARIO ES COMO UN IMÁN



EL SAGRARIO ES COMO UN IMÁN




 ¿Han visto ustedes un imán? ¿Qué hace un imán? Atrae el hierro. Pues así como el imán atrae al hierro, así el Sagrario atrae los corazones de quienes aman a Jesús. Y es una atracción tan fuerte que se hace irresistible. No se puede vivir sin Cristo eucaristía.

Ahora bien, ¿qué pasa cuando un imán no atrae al hierro? ¿De quién es la culpa, del imán o del hierro? Del imán ciertamente no.

San Francisco de Sales lo explicaba así: "cuando un alma no es atraída por el imán de Dios se debe a tres causas: o porque ese hierro está muy lejos; o porque se interpone entre el imán y el hierro un objeto duro, por ejemplo una piedra, que impide la atracción; o porque ese pedazo de hierro está lleno de grasa que también impide la atracción".

Y continúa explicando San Francisco de Sales:

- "Estar lejos del imán significa llevar una vida de pecado y de vicio muy arraigada". 
- "La piedra sería la soberbia. Un alma soberbia nunca saborea a Dios. Impide la atracción". 
- "La grasa sería cuando esa alma está rebajada, desesperada, por culpa de los pecados carnales y de la impureza".

Y da la solución: 

- "Que el alma alejada haga el esfuerzo del hijo pródigo: que vuelva a Dios, que dé el primer paso a la Iglesia, que se acerque a los Sacramentos y verá cómo sentirá la atracción de Dios, que es misericordia". 
- "Que el alma soberbia aparte esa piedra de su camino, y verá cómo sentirá la atracción de Dios, que es dulzura y bondad". 
- "Que el alma sensual se levante de su degradación y se limpie de la grasa carnal y verá cómo sentirá la atracción de Dios, que es pureza y santidad".

Así es también Cristo eucaristía: un fuerte imán para las almas que lo aman. Es una atracción llena de amor, de cariño, de bondad, de comprensión, de misericordia. Pero también es una atracción llena de respeto, de finura, de sinceridad. No te atrae para explotarte, para abusar de ti, para narcotizarte, embelesarte, dormirte, jugar con tus sentimientos. Te atrae para abrirte su corazón de amigo, de médico, de pastor, de hermano, de maestro. Si fuésemos almas enamoradas, siempre estaríamos en actitud de buscar Sagrarios y quedarnos con ese amigo largos ratos, a solas.

Si fuésemos almas enamoradas, no dejaríamos tan solo a Jesús eucaristía. Las iglesias no estarían tan vacías, tan solas, tan frías, tan desamparadas. Serían como un continuo hormigueo de amigos que entran y salen.

Tengamos la costumbre de asaltar los Sagrarios, como decía San Josemaría Escrivá. Es tan fuerte la atracción que no podemos resistir en entrar y dialogar con el amigo Jesús que se encuentra en cada Sagrario.

Y para los que trabajan en la iglesia, pienso en los sacristanes, esta atracción por Jesús eucaristía les lleva a poner cariño en el cuidado material de todo lo que se refiere a la eucaristía: Limpieza, pulcritud, brillantez, gusto artístico, orden, piedad, manteles pulcros, vinajeras limpias, purificadores relucientes, corporales almidonados, pisos como espejos, nada de polvo, telarañas o suciedades. Estas delicadezas son detalles de alguien que ama y cree en Jesús eucaristía.

Pero, ¿por qué a veces el Sagrario, que es imán, no atrae a algunos? Siguen vigentes las tres posibilidades ya enunciadas por san Francisco de Sales, y yo añadiría algunas otras.

No atrae Cristo eucaristía porque tal vez hemos sido atraídos por otros imanes que atraen nuestros sentidos y no tanto nuestra alma. Pongo como ejemplo la televisión, el cine, los bailes, las candilejas de la fama, o alguna criatura en especial, una chica, un chico. Lógicamente, estos imanes atraen los sentidos y cada uno quiere apresar su tajada y saciarse hasta hartarse. Y los sentidos ya satisfechos embotan la mente y ya no se piensa ni se reflexiona, y no se tiene gusto por las cosas espirituales.

A otros no atrae este imán por ignorancia. No saben quién está en el Sagrario, por qué está ahí, para qué está ahí. Si supieran que está Dios, el Rey de los cielos y la Tierra, el Todopoderoso, el Rey de los corazones. Si supieran que en el Sagrario está Cristo vivo, tal como existe - glorioso y triunfante - en el Cielo; el mismo que sació a la samaritana, que curó a Zaqueo de su ambición, el mismo que dio de comer a cinco mil hombres....todos irían corriendo a visitarlo en el Sagrario.

Naturalmente echamos de menos su palabra humana, su forma de actuar, de mirar, de sonreír, de acariciar a los niños. Nos gustaría volver a mirarle de cerca, sentado junto al pozo de Jacob cansado del largo camino, nos gustaría verlo llorar por Lázaro, o cuando oraba largamente. Pero ahora tenemos que ejercitar la fe: creemos y sabemos por la fe que Jesús permanece siempre junto a nosotros. Y lo hace de modo silencioso, humilde, oculto, más bien esperando a que lo busquemos.

Se esconde precisamente para que avivemos más nuestra fe en Él, para que no dejemos de buscarlo y tratarlo. ¡Que abajamiento el suyo! ¡Qué profundo silencio de Dios! Está escondido, oculto, callado. ¡Más humillación y más anonadamiento que en el establo, que en Nazaret, que en la Cruz!

Señor, aumenta nuestra fe en tu eucaristía. Que nos acostumbremos a visitarte en el Sagrario. Que seas Tú ese imán que nos atraiga siempre y en todo momento. Quítanos todo aquello que pudiera impedirnos esta atracción divina: soberbia, apego al mundo, placeres, rutina, inconsciencia e indiferencia.

¡El Sagrario!

"El Maestro está aquí y te llama", le dice Marta a su hermana.

Nuestra ciudad está rodeada de la presencia Sacramental del Señor. Tomen en sus manos un mapa de la ciudad y vean cuántas iglesias tienen, señaladas con una cruz. Esas cruces están señalando que ahí está el Señor, son como luceros o como constelaciones de luz, visibles sólo a los ángeles y a los creyentes, diría Pablo VI.

¡Seamos más sensibles, menos indiferentes! ¡Visitemos más a Cristo Eucaristía en las iglesias cuando vamos de camino al trabajo o regresamos! Asomemos la cabeza para decirle a Jesús: ¡hola! Dejemos al pie del Sagrario nuestras alegrías y tristezas, nuestras miserias y progresos.

Imaginen unos novios que se aman. Trabajan los dos. El trabajo de uno está a dos calles del otro. ¿Qué no haría el amado para buscar ocasiones para ver a la amada, llamarla por teléfono, saludarla, aún cuando fuera a distancia?

¿Pequeñeces? Son cosas que solamente entienden los enamorados. Con el Señor hemos de hacer lo mismo. Si hace falta, caminamos dos, tres o más calles para pasar cerca de Él y tener ocasión de saludarlo y decirle algo. Con una persona conocida, pasamos y la saludamos brevemente. Es cortesía. ¿Y con el Señor no?

En cada Sagrario se podría poner un rótulo "Dios está aquí" o "Dios te llama". Es el Rey, que nos concede audiencia cuando nosotros lo deseamos. Abandonó su magnífico palacio del Cielo, al que tú ni yo podíamos llegar, y bajó a la tierra y se queda en el Sagrario y ahí nos espera, paciente y amorosamente.

El mismo que caminó por los senderos de Palestina, el que curó, el que fundó la iglesia, es el mismo que está en el Sagrario.

¿Para quién y para qué está ahí? Para nosotros, para hacer compañía al solo, para fortalecer al débil, para iluminar al que duda, para consolar al triste, para llenar la vida de jugo, de alegría, de sentido.

Autor: P. Antonio Rivero LC
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