domingo, 19 de julio de 2015

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY DOMINGO 19 DE JULIO DEL 2015


domingo 19 Julio 2015

Decimosexto Domingo del tiempo ordinario

San Símaco 

Leer el comentario del Evangelio por 
San Gregorio de Nisa : «Se conmovió de compasión por ellos, porque eran como ovejas sin pastor» 

Jeremías 23,1-6.
¡Ay de los pastores que pierden y dispersan el rebaño de mi pastizal! -oráculo del Señor-. 
Por eso, así habla el Señor, Dios de Israel, contra los pastores que apacientan a mi pueblo: ustedes han dispersado mis ovejas, las han expulsado y no se han ocupado de ellas. Yo, en cambio, voy a ocuparme de ustedes, para castigar sus malas acciones -oráculo del Señor-. 
Yo mismo reuniré el resto de mis ovejas, de todos los países adonde las había expulsado, y las haré volver a sus praderas, donde serán fecundas y se multiplicarán. 
Yo suscitaré para ellas pastores que las apacentarán; y ya no temerán ni se espantarán, y no se echará de menos a ninguna -oráculo del Señor-. 
Llegarán los días -oráculo del Señor- en que suscitaré para David un germen justo; él reinará como rey y será prudente, practicará la justicia y el derecho en el país. 
En sus días, Judá estará a salvo e Israel habitará seguro. Y se lo llamará con este nombre: "El Señor es nuestra justicia". 



Salmo 23(22),1-3a.3b-4.5.6.
El Señor es mi pastor, 
nada me puede faltar.
El me hace descansar en verdes praderas, 
me conduce a las aguas tranquilas 
y repara mis fuerzas;
me guía por el recto sendero,

Aunque cruce por oscuras quebradas, 
no temeré ningún mal, 
porque Tú estás conmigo: 
tu vara y tu bastón me infunden confianza.
Tú preparas ante mí una mesa, 
frente a mis enemigos; 

unges con óleo mi cabeza 
y mi copa rebosa.
Tu bondad y tu gracia me acompañan 
a lo largo de mi vida; 
y habitaré en la Casa del Señor, 
por muy largo tiempo. 


San Pablo a los Efesios 2,13-18.
Pero ahora, en Cristo Jesús, ustedes, los que antes estaban lejos, han sido acercados por la sangre de Cristo. 
Porque Cristo es nuestra paz; él ha unido a los dos pueblos en uno solo, derribando el muro de enemistad que los separaba, 
y aboliendo en su propia carne la Ley con sus mandamientos y prescripciones. Así creó con los dos pueblos un solo Hombre nuevo en su propia persona, restableciendo la paz, 
y los reconcilió con Dios en un solo Cuerpo, por medio de la cruz, destruyendo la enemistad en su persona. 
Y él vino a proclamar la Buena Noticia de la paz, paz para ustedes, que estaban lejos, paz también para aquellos que estaban cerca. 
Porque por medio de Cristo, todos sin distinción tenemos acceso al Padre, en un mismo Espíritu. 



Marcos 6,30-34.
Los Apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. 
El les dijo: "Vengan ustedes solos a un lugar desierto, para descansar un poco". Porque era tanta la gente que iba y venía, que no tenían tiempo ni para comer. 
Entonces se fueron solos en la barca a un lugar desierto. 
Al verlos partir, muchos los reconocieron, y de todas las ciudades acudieron por tierra a aquel lugar y llegaron antes que ellos. 
Al desembarcar, Jesús vio una gran muchedumbre y se compadeció de ella, porque eran como ovejas sin pastor, y estuvo enseñándoles largo rato. 


Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios. 


Leer el comentario del Evangelio por : 
San Gregorio de Nisa (c. 335-395), monje, obispo 
Homilía sobre el Cantar de los cantares; PG 44, 801 

«Se conmovió de compasión por ellos, porque eran como ovejas sin pastor»

    «¿Dónde llevas a pastorear tu rebaño», oh buen pastor, que lo llevas todo entero sobre tus espaldas? Porque la raza humana entera es un único rebaño que tú has cargado sobre tus espaldas. Dime el lugar donde pacen, dame a conocer las aguas donde reposa, llévame a mi donde está la hierba crecida, llámame por mi nombre, para que yo, que soy oveja tuya, oiga tu voz, y tu voz sea para mí la vida eterna. 


    Sí, «dímelo tú, a quien ama mi alma». Es así como te nombro, porque tu nombre está por encima de todo nombre, inexpresable e inaccesible a toda criatura dotada de razón. Pero este nombre, testigo de mis sentimientos hacia ti, expresa tu bondad. ¿Cómo no voy a amarte a ti que me has amado primero, cuando todavía era totalmente negra, hasta el punto de dar tu vida por tus ovejas de la que tú eres el pastor? No es posible imaginar amor más grande que el de quien ha dado la vida por mi salvación. 


    Dime, pues, «dónde llevas a pacer tu rebaño», que pueda yo encontrar el pasto de salvación, hartarme del alimento celestial del que todo hombre debe comer si quiere entrar en la vida, correr hacia ti, que eres la fuente, y beber a grandes sorbos el agua divina que tú mismo haces brotar para los que tienen sed. Esta agua se derrama de tu costado después que la lanza ha abierto en él una llaga, y cualquiera que la guste llega a ser una fuente que mana hasta la vida eterna. 


(Referencias bíblicas: Ct 1,7; Lc 15, 5; Sl 22; Jn 10, 3; Ct 1, 7; Jn 10, 11; 15, 13; 19, 34; 4, 14)

DESPUÉS DE APAGAR LAS LUCES


DESPUÉS DE APAGAR LAS LUCES


Cuando una noticia nos llega de Estados Unidos, en seguida pensamos en vuelos espaciales, en computadores electrónicos, en conflictos militares, avances tecnológicos, índices de la bolsa neoyorquina, estrenos de películas, etc. Pero hay mucho más. Hasta hay la devoción a la Virgen y el rezo de su rosario.

Desde Saint Paul, Minnesota, Estados Unidos, una señora cuenta así sus experiencias:

«Cuando era niña, nuestra familia vivía en una pequeña casa, donde la abuelita venía a visitarnos; solía estar dos o tres semanas, y nosotras nos disputábamos el privilegio de estar en su compañía. Por ser yo la mayor, conseguí dormir en una cama cerca de la suya.
Cada noche, después de apagar las luces y quedar todo en silencio, la oía cuchichear suavemente: estaba rezando. Parecía que no iba a acabar nunca y pronto me esforcé por entender lo que decía. Supe que rezaba el rosario, y de esta manera aprendí el Padrenuestro, el Avemaría y otras oraciones de su uso particular.

La abuelita era irlandesa, católica. Nuestra madre abandonó la religión al casarse con nuestro padre. Siempre hemos ido a escuelas no católicas; en casa no había religión, excepto la de nuestra abuelita, cuando nos visitaba.     

Me casé y no me acerqué más a la iglesia. Pero nueve años más tarde sentí la necesidad de una base espiritual. Acudí a la biblioteca, estudié varias religiones Y siempre por la noche recordaba los rezos de la abuelita. Leí libros sobre el Catolicismo, que daban respuestas a todas mis dudas. Encontré un sacerdote, me instruyó en lo necesario y recibí el Bautismo.

Yo rezaba por mi marido y por mis padres. Un año después de ser cristiana, mi esposo anunció que iba a prepararse para el Bautismo. Nuestra madre se reconcilió con la iglesia. Tuvimos un hijo y lo bautizamos según el rito católico. Mi cuñada y su esposo, al ver cuán felices éramos con nuestra nueva religión, se hicieron católicos, y mi marido y yo somos padrinos de sus tres hijos.
¡Todo debido al Rosario rezado en voz baja por una buena mujer!

LAS VACACIONES DEL PAPA FRANCISCO

Las vacaciones del papa Francisco
 Fecha: 18 de Julio de 2015



El director de la Oficina de Prensa del Vaticano, el padre Federico Lombardi, entrevistado por TV2000, al regreso de su viaje a América Latina explicó las vacaciones de verano del papa Francisco, que en Europa son el mes de julio o agosto. Las escuelas y centros de estudios suelen estar cerrados en este período. Actualmente bastante menos, pero hasta pocos años atrás en el mes de agosto la ciudad de Roma se vaciaba.

El portavoz indicó que ahora “el papa Francisco está preparando, en la Casa Santa Marta, en donde tiene su residencia en el Vaticano, su décimo viaje apostólico a Cuba y a los Estados Unidos que será del 19 al 27 de Septiembre”.

Precisó además que el Santo Padre “está escribiendo los discursos que dirá en los dos países, en especial el de las Naciones Unidas, en el Congreso de Estados Unidos y con motivo del Día Mundial de la Familia, en Filadelfia”. El director de la Oficina de prensa de la Santa Sede consideró que estos compromisos “requieren una preparación no indiferente”.

O sea que en el mes de julio, no hay audiencia general en la Plaza de San Pedro y tampoco la misa en la Capilla de Santa Marta, a la que participa un pequeño grupo de fieles, la que retoma en septiembre.

En la Casa Santa Marta, Francisco aprovecha así el ritmo menos intenso de trabajo para “estudiar, leer, responder cartas y preparar sus próximas citas”. O sea las vacaciones no incluyen ir a Castel Gandolfo, la hermosa residencia pontificia de verano con verdes jardines, en donde la temperatura es un poco más baja que en Roma, sino en su residencia habitual: la Casa Santa Marta.

El único compromiso público sigue siendo la oración del ángelus el domingo, con los fieles en la Plaza de San Pedro.

En agosto en cambio recomienzan las audiencias generales aunque no en la plaza de San Pedro, sino, en el Aula Pablo VI, debido al gran calor de este mes.

¿CONTARLE MIS PECADOS A UN SACERDOTE?


¿Contarle mis pecados a un sacerdote?
El sacerdote está haciendo un servicio, que es actuar en nombre de Cristo 



Por: P. Clemente González | Fuente: Catholic.net 




Cristo, durante su vida pública hizo muchos actos públicos de perdón de los pecados y en ninguno aparece que pidiera la lista de pecados del pecador.

No hay que olvidar que la Sagrada Escritura es sólo uno de los caminos por los que llegamos a la Revelación de Cristo. El otro es la Tradición de la Iglesia, es decir, lo que aprendió la Iglesia a partir del testimonio directo de los apóstoles que vivieron junto a Jesús. De hecho, el Nuevo Testamento lo escriben los mismos apóstoles y discípulos que o bien vivieron junto a Jesús, como es el caso de Mateo y de Juan, o bien escucharon el testimonio de aquellos Apóstoles que vivieron en la intimidad con Él, como es el caso de Lucas y Marcos, por ejemplo. Y la Tradición ha sido siempre muy fiel a las enseñanzas de Jesucristo, fiel hasta dar la vida con tal de no modificar sus enseñanzas.

La primera Iglesia vivía una forma de confesión en la que se decían los pecados en privado al Obispo de la comunidad y luego se recibía la penitencia. En esto veía la Iglesia una forma de ser fiel a la dinámica de la Encarnación, que buscaba siempre la salvación del hombre a través de la naturaleza humana y al mismo tiempo respondía a una constante del corazón humano, que es la necesidad se saberse objetivamente perdonado, de escuchar "te perdono".

No se trata de confiar en el perdón, sino de tener la certeza de que Dios está actuando a través de medios humanos, según Él ha querido actuar siempre, desde su encarnación (Cf Mateo 18,18; Juan 20,23; Mateo 28,18-29). El sacerdote no está ahí por morbo, sino como conducto humano entre Dios y el hombre. Él olvida todo y no puede hacer uso de lo que tú le dices pues le obliga el secreto sacerdotal, que por gracia de Dios, nunca ha sido violado por ningún sacerdote en toda la historia de la Iglesia.

El sacerdote está haciendo un servicio, que es actuar en nombre de Cristo. Jesús podía conocer directamente al alma e incluso no hacía falta que hiciese público que perdonaba los pecados. Bastaba con su deseo y ya estaba. Que Él quisiera decir en público que los perdonaba era otra cosa, pero hoy no puede hacerlo. Necesita servirse de la Iglesia, que no tiene el poder de conocer el alma del pecador de modo intuitivo. Por eso escucha el pecado y da el perdón. Es una simple tarea de intermediario.


¿Cómo lo hacían en otras épocas en que no existía esta forma de confesión?

En todas las épocas de la vida de la Iglesia ha habido siempre una confesión individual. Hay muchos libros publicados por autores que se han dedicado a estudiarlo a fondo sobre documentos históricos y todos recogen siempre alguna forma de confesión individual. Es cierto que la forma de confesar los pecados que ahora vivimos fue instituida por los monjes irlandeses, pero antes, cuando se imponía públicamente la penitencia y se absolvía en público al penitente después de cumplirla, siempre la imposición de la penitencia estaba precedida de una exposición rigurosa de los pecados al obispo, cosa que se hacía en particular. También, muchas veces, la imposición de la penitencia solía hacerse en particular, excepto cuando se trataba de pecados públicos.


¿Se puede exigir al hombre de hoy esta única forma de confesión?

Sí. El hombre es una unidad psicosomática, es decir, compuesto de cuerpo y alma. Es claro que el perdón de los pecados es algo que se refiere al alma, pero también es claro que el ser humano necesita escuchar ese "te perdono" que da tanta tranquilidad. Seguramente, tú has tenido dificultades en tu trato con alguna persona a la que aprecias mucho. Siempre pasa en las relaciones humanas. ¿No es verdad que cuando quieres "arreglar las cosas" necesitas escuchar que la otra persona te perdona"? Si no, no te quedas tranquilo.


¿Debemos de dar tantas vueltas al tema, cuando creemos de verdad en la misericordia y el perdón de Dios?

No, si se las damos es porque nos cuesta aceptar que con un acto simple como exponer nuestros pecados y recibir la absolución de un sacerdote se nos perdone algo tan grave como es una ofensa a Dios. O también se las damos porque nuestra naturaleza herida por el pecado no quiere humillarse delante del confesor y prefiere arreglarse de otra forma.


¿No es mucho más importante el arrepentimiento sincero que el cumplimiento de una norma de la Iglesia?

Efectivamente, tanto que sin él no hay perdón de los pecados porque es la condición para alcanzarlo. Pero una cosa no quita la otra. El arrepentimiento, si es sincero, se expresa aceptando humildemente las normas de la Iglesia que no son inventadas, sino basadas en la Tradición de la Iglesia.

ORACIÓN DÍA TRAS DÍA: SEÑOR DIOS


EL ATARDECER DE LA VIDA



El atardecer de la vida




La vida es un instante que pasa y no vuelve. Comienza con un fresco amanecer; y como un atardecer sereno se nos va. 


Por: Catholic.net | Fuente: Catholic.net 




El sol se despedía del Imperio Tré. El vasallo caminaba junto a la anciana del molino amarillo. Iban conversando sobre la vida.
- ¿Qué cosa es lo que más te gusta de la vida, anciana?

La viejecilla del molino amarillo se entretenía en lanzar los ojos hacia el ocaso.
- Los atardeceres –respondió.

El vasallo preguntó, confundido:
- ¿No te gustan más los amaneceres? Mira que no he visto cosa más hermosa que el nacimiento del sol allá, detrás de las verdes colinas de Tré.
Y reafirmándose, exclamó:
- ¿Sabes? Yo prefiero los amaneceres.

La anciana dejó sobre el piso la canastilla de espigas que sus arrugadas manos llevaban. Dirigiéndose hacia el vasallo, con tono de voz dulce y conciliador, dijo:
- Los amaneceres son bellos, sí. Pero las puestas de sol me dicen más. Son momentos en los que me gusta reflexionar y pensar mucho. Son momentos que me dicen cosas de mí misma.
- ¿Cosas? ¿De ti misma...? – inquirió el vasallo. No sabía a qué se refería la viejecilla con aquella frase.

Antes de cerrar la puerta del molino amarillo, la anciana añadió:
- Claro. La vida es como un amanecer para los jóvenes como tú. Para los ancianos, como yo, es un bello atardecer. Lo que al inicio el precioso, al final llega a ser plenamente hermoso. Por eso prefiero los atardeceres... - ¡mira!

La anciana apuntó con su mano hacia el horizonte. El sol se ocultó y un cálido color rosado se extendió por todo el cielo del Imperio Tré. El vasallo guardó silencio. Quedó absorto ante tanta belleza.

La vida es un instante que pasa y no vuelve. Comienza con un fresco amanecer; y como un atardecer sereno se nos va. De nosotros depende que el sol de nuestra vida, cuando se despida del cielo llamado “historia”, coloreé con hermosos colores su despedida. Colores que sean los recuerdos bonitos que guarden de nosotros las personas que vivieron a nuestro lado.

 

EL PASTOR NO DESCANSA


El Pastor no descansa



El domingo pasado veíamos cómo Jesús envía a sus apóstoles a predicar de dos en dos por aquellos pueblos cercanos. Hoy consideramos la vuelta. Vuelven contentos por la labor realizada. Han visto cómo los demonios se alejaban, especialmente por la conversión de muchos a quienes predicaban lo que ellos habían aprendido de las enseñanzas de Jesús. Pero también estaban cansados. Jesús, lleno siempre de bondad y misericordia les propone tener unas vacaciones. Para ello suben a la barca para pasar a la otra orilla, que era lugar más solitario a fin de poder examinar y evaluar todo lo que habían realizado en aquellos días de predicación.

Las vacaciones son muy buenas o, como podemos decir de todas las cosas de la tierra, pueden ser buenas, como también pueden desvirtuarse. Desgraciadamente hay cristianos que en tiempo de vacaciones se apartan de las cosas de Dios, porque se entregan al desenfreno y quizá a los vicios. Decía el papa San Juan Pablo II que las vacaciones sirven para “redescubrir los auténticos valores del espíritu”. Lo que pasa, decía, es que muchas veces “se quema el espíritu por la disipación y la simple diversión”. Pero, decía: “pueden convertirse en una ocasión propicia para volver a dar aliento a la vida interior”. Así que buena es una sana recreación y esparcimiento, pero dejando espacio para la oración, las buenas lecturas, sin olvidar la participación en los sacramentos, especialmente la Eucaristía en el día del Señor.

El caso es que la gente, que ansiaba escuchar la palabra de Jesús, cuando les vio marcharse en la barca, se fueron deprisa por la orilla, y cuando llegó Jesús con los apóstoles, vio que había una gran multitud deseando escucharle. Se terminaron las vacaciones. Una gran cosa es saber cambiar de planes, adaptándose a las nuevas circunstancias. A veces encontramos personas que o nunca pueden tener vacaciones por sus ocupaciones como pasa con muchas familias pobres, o no quieren tenerlas, como pasa con personas religiosas muy entregadas a su vida de convento o a labores apostólicas. De todas las maneras podemos considerar, como vacaciones necesarias para todos, los momentos que debemos tener de oración y tranquilidad con Dios, como Jesús que se solía retirar solo a orar. La misa del domingo podemos aceptarla como un pequeño retiro con Jesús para revisar nuestra vida.

Jesús se compadeció de la gente porque les vio “como ovejas sin pastor”. Jesús actúa como un verdadero pastor. No pierde la calma, sino que “con calma” se pone a predicar. No nos dice san Marcos qué es lo que predicaría. Cuando es así, se supone que principalmente expondría el “Reino de los cielos”, como dice al principio de su evangelio, Reino que ya se da aquí al aceptar el amor de nuestro Padre Dios y al realizar ese amor en la concordia y hermandad entre todos nosotros.

En la Iglesia es necesaria la formación de “pequeños grupos”, pero también la dedicación a la multitud. A veces es difícil el equilibrio y puede haber tensiones y problemas. Jesús predicaba a la multitud, pero muchas veces se reunía a solas con los discípulos, porque les tenía que enseñar más profundamente lo que hablaba para todos. Así nosotros aprovechemos lo que es para todos y los encuentros más íntimos.


P. Silverio Velasco (España)

LA ANOREXIA ESPIRITUAL


La anorexia espiritual




¡No te conformes! ¡No te acomodes en tu vida espiritual! Todo empieza por una distancia pequeña, y después podremos llegar a negarle, como le pasó a Pedro.


Por: Viviana Venegas | Fuente: Catholic.net 




Una de las partes que más me impacta del relato de La Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo es el momento en que a Jesús lo prenden, cuando sus discípulos huyen, antes de las negaciones de Pedro. Pero más específicamente, la siguiente parte:

“Pedro le seguía de lejos” Mateo 26, 58



¡Pedro le seguía de lejos! ¡Qué fuerte! Después de esto lo negó tres veces. Y ¿cómo no? Si le seguía de lejos…

Estoy segura que mirando hacia atrás en sus vidas, más de uno de ustedes se ha hecho alguna de estas preguntas (o parecidas a éstas) en cualquier ocasión:

¿Desde cuándo me volví así de indiferente? ¿En qué momento me dejé engordar tanto? ¿Cuándo se dañó tal o cual amistad? ¿En qué momento se enfrió nuestra relación (novio, amigos, familia, etc)? Y la más importante…. ¿En qué momento me alejé tanto de Dios?

La respuesta a esta última pregunta es: en el momento en que, al igual que Pedro, le empezaste a seguir de lejos. Y ¿sabes por qué? Porque en la distancia que permitiste que se diera entre tú y Cristo cabe cualquier cosa. Nada de lo anterior pasa de un momento a otro, todo viene sucediendo, solo que nos damos cuenta cuando ya hemos llegado al límite.

¿Por qué de repente empezamos a seguir a Cristo de lejos?

Pueden existir muchas razones, entre ellas:

Porque no estamos dispuestos a identificarnos completamente con Él.
Por respeto humano (miedo al “qué dirán”).
Por no estar dispuestos a renunciar a cosas del mundo que no son compatibles con Dios.
Porque no hemos renovado ese primer amor.
Por el desánimo.
Por la soberbia que produce desesperanza por “no entender las cosas de Dios”.
Porque hemos estado ocupados con los quehaceres de la vida, no tenemos tiempo.

Si bien existirán muchas más razones, quiero hacer énfasis en esta última: no hay tiempo, estoy ocupado(a), lo he dejado pasar…

Por esta razón he querido escribir de la anorexia espiritual. Todo empieza por una dieta de oración, de sacramentos, de actos de piedad, de servicio… Una dieta que poco a poco va debilitando el alma, pues no está recibiendo su alimento. Una dieta que se potencializa con la prisa del día a día y las preocupaciones que invaden nuestra mente. Una dieta que al final puede convertirse en lo que yo llamo la anorexia espiritual.

Cuando esto sucede ya no hay fuerzas para nada: para rezar, para identificar los millones de detalles que Dios tiene a diario con nosotros, para amar… Y es inevitable, pues desde hace un tiempo no te has alimentado. ¿Cómo te van a quedar fuerzas, ánimos, ilusiones?

Ojo con enfriarnos. Como dice un muy buen amigo: la mediocridad es una lepra que consume el alma… Estamos en la capacidad de alzar bandera roja cuando nos sintamos así. Y ¿sabes qué? Dios es el primer interesado en mandarnos rescatistas, no uno, sino los que sean necesarios. Él nos invitó a seguirle de cerca. Venimos de Él y estamos hechos para volver a Él. Cristo lucha a cada instante por ganar un espacio en nuestra vida para así llegar a lo que siempre ha soñado: mantener una relación íntima con cada uno de nosotros. Una relación que no es intermitente, que no tiene “peros”, que no varía según mi estado de ánimo… Una relación y una entrega total, porque es lo mínimo que Él se merece, y porque es lo único que nos va a llenar en plenitud.

¡No te conformes! ¡No te acomodes en tu vida espiritual! Todo empieza por una distancia pequeña, y después podremos llegar a negarle, como le pasó a Pedro.

“El ataque tiene muchas más probabilidades de éxito cuando el mundo interior del hombre es gris, frío y vacío…. De hecho, el camino más seguro hacia el Infierno es el gradual.” – C.S Lewis, Cartas del Diablo a su sobrino.

Puede costarnos muchos años construir una vida espiritual y solo basta un instante para echarla a perder. Por eso es necesario cuidarla como el tesoro más grande, aquél que, como decía San Pablo, llevamos en vasijas de barro.


“Si los pulmones de la oración y de la Palabra de Dios no alimentan la respiración de nuestra vida espiritual, nos arriesgamos a ahogarnos en medio de las mil cosas de todos los días. La oración es la respiración del alma y de la vida” – Benedicto XVI

sábado, 18 de julio de 2015

EL EVANGELIO DE HOY: SÁBADO 18 DE JULIO DEL 2015


No quebrará la caña doblada ni apagará la mecha humeante
Tiempo Ordinario


San Mateo 12, 14-21. Tiempo Ordinario. Las cañas ya maltrechas, pueden ser nuestras almas frías por la rutina o dobladas por la inconsciencia o la tibieza. 


Por: H. Miguel Alejandro Velázquez Rocha | Fuente: Catholic.net 



Del Santo Evangelio según San Mateo 12, 14-21
En seguida los fariseos salieron y se confabularon para buscar la forma de acabar con él. Al enterarse de esto, Jesús se alejó de allí. Muchos lo siguieron, y los curó a todos. Pero él les ordenó severamente que no lo dieran a conocer, para que se cumpliera lo anunciado por el profeta Isaías: «Este es mi servidor, a quien elegí, mi muy querido, en quien tengo puesta mi predilección. Derramaré mi espíritu sobre él y anunciará la justicia a las naciones. No discutirá ni gritará, y nadie oirá su voz en las plazas. No quebrará la caña doblada y no apagará la mecha humeante, hasta que haga triunfar la justicia; y las naciones pondrán la esperanza en su nombre». 

Oración introductoria
Señor, me pongo en tu presencia en este día. Tómame de las manos, Padre mío, y conduce mi alma en esta meditación y durante toda mi vida. Te agradezco tantas gracias que me has concedido sin yo merecerlas: mi vida, la fe, mi familia, tu amor y tu perdón. Por todo te doy gracias, Señor.

Petición
Señor, te pido que me ilumines para escucharte en esta meditación y así pueda acercarme más a ti.

Meditación del Papa Francisco
Así era la vida de Jesús: “Recorrió toda Galilea, predicando en sus sinagogas y expulsando los demonios”. Jesús que predica y Jesús que cura. Toda la jornada era así: predica al pueblo, enseña la Ley, enseña el Evangelio. Y la gente lo busca para escucharlo y también porque sana a los enfermos. “Al anochecer, cuando se puso el sol, le llevaron a todos los enfermos y endemoniados… Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó a muchos demonios”.
Y nosotros estamos delante de Jesús en esta celebración: Jesús es quien preside esta celebración. Nosotros, sacerdotes, estamos en el nombre de Jesús, pero es Él quien preside, Él es el verdadero Sacerdote que ofrece el sacrificio al Padre. Podemos preguntarnos si yo dejo que Jesús me predique. Cada uno de nosotros: “¿Dejo que Jesús me predique, o yo sé todo? ¿Escucho a Jesús o prefiero escuchar cualquier otra cosa, quizá las habladurías de la gente, o historias…?”. Escuchar a Jesús. Escuchar la predicación de Jesús. “¿Y cómo puedo hacer esto, padre? ¿En qué canal de televisión habla Jesús?”.
Te habla en el Evangelio. Y esta es una costumbre que aún no tenemos: ir a buscar la palabra de Jesús en el Evangelio. Llevar siempre un Evangelio con nosotros, pequeño, y tenerlo al alcance de la mano.» (Homilía de S.S. Francisco, 8 de febrero de 2015).
Reflexión
El Evangelio de hoy nos muestra la misericordia y la bondad de Dios.

«No quebrará la caña doblada y no apagará la mecha humeante, hasta que haga triunfar la justicia; y las naciones pondrán la esperanza en su nombre».

Cuando vemos algo a punto de romperse, con frecuencia lo terminamos de romper o simplemente lo desechamos de inmediato. Dios no es así, Él es misericordioso. Las cañas ya maltrechas o las mechas casi extintas, pueden ser nuestras almas frías por la rutina o dobladas por la inconsciencia, la tibieza o el pecado. Más Él no termina de romper, apagar y desechar nuestras almas, sino que espera. Aún más, ¡cuántas veces nos rehace y enciende de nuevo! Porque Él mismo dijo: «No vengo a condenar sino a dar la salvación». No condena sino que espera el momento de nuestra conversión, porque nos ama y porque su misericordia es eterna.

Lo que Cristo desea es que regresemos. Por eso aguarda con amor a que volvamos a Él para encender la llama de su amor en nuestro corazón.

«Este es mi servidor». Evidentemente estas palabras se refieren a Jesús. No obstante, el Padre nos dice a cada uno: «Este es mi servidor quien pregonará por toda la tierra mi amor y misericordia».

Por el bautismo, cada cristiano es constituido mensajero de la Buena Nueva, el Evangelio. A nosotros nos corresponde ayudar a otros a fijar sus ojos en el Señor y que su reino llegue a todos los confines de la tierra.

Propósito
Hoy daré testimonio de mi fe en Cristo siendo amable con todos los que trate.

Diálogo con Cristo
Padre mío, te amo. ¿Qué más puedo esperar de ti si eres tan bueno y misericordioso? Mi corazón se ensancha de alegría cada vez que pienso cuánto me amas, Señor.

Ayúdame a ser testimonio elocuente de tu amor en el mundo. Que solo tu amor me llene, que solo tu amor me sacie. Te amo, Señor, por el don inmerecido de tu amor.

«No está el amor de Dios en tener lágrimas ni estos gustos ni ternura, sino en servir con justicia y fortaleza de ánimo y humildad» (Sta. Teresa de Jesús).

CONSAGRACIÓN AL ESPÍRITU SANTO


Consagración al Espíritu Santo


Recibid ¡oh Espíritu Santo!, la consagración perfecta y absoluta de todo mi ser, que os hago en este día para que os dignéis ser en adelante, en cada uno de los instantes de mi vida, en cada una de mis acciones, mi director, mi luz, mi guía, mi fuerza, y todo el amor de mi corazón.

Yo me abandono sin reservas a vuestras divinas operaciones, y quiero ser siempre dócil a vuestras santas inspiraciones. 
¡Oh Santo Espíritu! Dignaos formarme con María y en María, según el modelo de vuestro amado Jesús. Gloria al Padre Creador. Gloria al Hijo Redentor. Gloria al Espíritu Santo Santificador. Amén

IMÁGENES DEL PAPA FRANCISCO EN DISTINTAS ACTIVIDADES

























LA FALSA APARIENCIA


La falsa apariencia 


Un día, por encargo de su abuelita, Adela fue al bosque en busca de setas para la comida. Encontró unas muy bellas, grandes y de hermosos colores llenó con ellas su cestillo.

-Mira abuelita -dijo al llegar a casa-, he traído las más hermosas...
¡mira qué bonito es su color escarlata!

Había otras más arrugadas, pero las he dejado.

-Hija mía -repuso la anciana- esas arrugadas son las que yo siempre he recogido. Te has dejado guiar por las y apariencias engañosas y has traído a casa hongos que contienen veneno. Si los comiéramos, enfermaríamos; quizás algo peor...

Adela comprendió entonces que no debía dejarse guiar por el bello aspecto de las cosas, que a veces ocultan un mal desconocido.

NECESITO UN DESCANSO - REFLEXIÓN


¡Necesito un descanso!


"Necesito un descanso" es una frase que ha alcanzado mucha popularidad en la cultura  norteamericana por más de dos décadas. Y lo cierto es que hoy, como nunca antes, necesitamos un descanso! 
A menudo, nuestro día no se desarrolla de acuerdo a los planeado. De repente surgen problemas que demandan una solución, preguntas que requieren una respuesta. Se presentan conflictos, y debemos resolverlos. 
Las situaciones cambian, y debemos hacer ajustes. Enfrentamos nuevas oportunidades, y debemos tomar decisiones difíciles. Muy pocos son los días que se desenvuelven como quisiéramos!. 

En medio del caos, podemos tomar un descanso momentáneo. No importa cuan frenético esté nuestro horario, o cuan desesperada sea nuestra situación, podemos acudir a la Palabra de Dios en busca de la fortaleza y sabiduría. 

Es algo sencillo; no hay descanso Mejor que aquel que nos aleja de los problemas y nos acerca a la Respuesta, al Senor Jesucristo. 

Sólo Él nos ofrece la verdad, la valentía para permanecer firmes en nuestras prioridades, y regresar al camino si es que hemos fallado, 
la paz que sobrepasa todo entendimiento y la perspectiva que lleva la marca de la fe, la esperanza y el amor. 

Nadie excepto el Señor, 
puede ofrecernos palabras poderosas que lleguen al corazón, y nos ayuden a enfrentar cualquier situación. 
Hoy día, nadie puede ofrecerte un descanso. 

Tú puedes obsequiarte uno. 
En medio del día, regálate un Merendar con Dios!

LA AUSENCIA DEL PADRE


La ausencia del Padre
La figura paterna es indispensable en la vida de los hijos pues crea en ellos estabilidad, forja la voluntad y da sentido de pertenencia como seres amados


Por: Luce Bustillo - Schott | Fuente: Catholic.net 




La figura paterna es indispensable en la vida de los hijos pues crea en ellos estabilidad, forja la voluntad y da sentido de pertenencia como seres amados. Hoy dia la asuencia del padre ha creado en los hijos debilitamiento en sus voluntades llevando a muchos a vivir en la soledad y creciendo con un sentimiento de desamor que muchos terminan llenos de complejos,miedos y dificultad para lograr un vínculo sano en las relaciones interpersonales.

Quienes tuvimos un  "papá" que nos amó y dedicó su vida en todo sentido de la palabra,  trabajando incansablemente para que fuéramos mujeres y hombres de bien, que fueron muchos los sacrificios, desvelos, inquietudes, para apoyarnos en las distintas dimensiones que el ser humano vive: físico, espiritual, moral y emocional,  sabemos que esa figura paterna ha sido indispensable en nuestro desarrollo integral como personas. Que ese "papá" no sólo es proveedor materialmente sino que es el que educa, aconseja, ama y es ejemplo a seguir para que sus hijos puedan también ser ejemplo para sus hijos.

No faltará quien comente, manifieste y deje salir el dolor por la ausencia del padre o dándole ese título a un abuelo, tío, inclusive un hermano que estuvo haciendo las veces de "papá" por la ausencia paterna ya sea por muerte o abandono. Más de una esposa abandonada sacará a relucir el dolor que ha vivido durante muchos años por estar haciendo el esfuerzo de llenar el vacío que deja el padre que abandona el hogar y que le toca salir a trabajar y suplir al papá ausente educando, aconsejando, jugando, cuidando a los hijos que sufren el vacío paternal.

Como esposa que ha vivido el abandono,  sé el dolor que se vive como esposa, mujer y madre de esos pequeños, que duele en lo más profundo del alma sentirse sola en esta ardua tarea de querer ser mamá y papá a la vez, pero también sé que no es posible llenar el vacío en el interior de los hijos por la ausencia del "papá". Por más que nos esforcemos, por más que queramos, nunca será posible que ese corazoncito de hijo abandonado alivie el dolor por no haber compartido los momentos cotidianos y los especiales como cumpleaños, grados, nacimiento de sus propios hijos y etc. También sé que el amor todo lo puede y es posible amar aun habiendo vivido el abandono, el desamor y la indiferencia.

Ojalá los padres en esa situación recapaciten para que regresen a sus hogares respondiéndole a Dios, a sus esposas e hijos  pudiendo dar cuentas de esos  que fueron encomendados a su cuidado y protección. Sé que los papás en esas condiciones tienen un corazón que llora y sangra de dolor por haber abandonado su hogar. Dios les mueva el corazón al arrepentimiento y tengan valor para recoger sus pasos y sus esposas e hijos les ofrezcan la esperanza de amor, perdón y reconciliación, viviendo también el gozo de regresar a Dios Padre quien los espera para abrazarlos, restaurarlos y transformarlos dándoles un corazón nuevo. Que sus familias estén dispuestas a abrazarlo, perdonarlo y recibirlo como si nunca si hubiera ido.

Invito a todas esas esposas que hemos sufrido el dolor por la ausencia del esposo y padre  ir a los pies de Jesús sanemos las heridas causadas por el abandono, que nos liberemos de rencores y resentimientos y pidamos un corazón nuevo manso y humilde abierto a la reconciliación con el esposo y también  esos hijos recuperen a su "papá". Tratemos de no alimentar en nuestros hijos rencores hacia ese "papá" que quizás por una debilidad, una voluntad frágil se dejó arrastrar por los engaños del mundo, la carne y el demonio y busquemos que reine entre todos  el amor, el perdón y la paz.



Oración:

Padre amado hoy pido por aquellos "papás" que se encuentran ausentes de la vida de sus hijos, que se han perdido de todos esos hermosos momentos que se viven al verlos crecer, te pido que los abraces y les des consuelo en sus corazones que sé y tengo certeza que hay dolor y no hay felicidad por una mala decisión y han vivido guardando en silencio durante tantos años haberse perdido de momentos tan importantes en la vida de sus hijos que con amor trajeron al mundo. Te pido Padre amado que acercándose ese día en el cual se les homenajea los acerques a sus hijos y juntos se abracen en amor,  dejando atrás todo lo que les impide amarse como Tu nos amas. Tómalos de Tu mano y por intercesión de mamita María guíalos por el camino de la verdad para que reciban la gracia de un arrepentimiento sincero y acepten de Ti esa oportunidad de reparar por el dolor causado a sus familias y logren el abrazo del perdón.

Luce Bustillo - Schott

viernes, 17 de julio de 2015

EL EVANGELIO DE HOY: VIERNES 17 DE JULIO DEL 2015


Quiero misericordia y no sacrificio
Tiempo Ordinario


Mateo 12, 1-8, Tiempo Ordinario. Cuando no hay misericordia, ayudar a los demás es un molesto peso. 


Por: P. Clemente González | Fuente: Catholic.net 



Del santo Evangelio según san Mateo 12, 1-8
Un sábado de aquellos, Jesús atravesaba un sembrado; los discípulos, que tenían hambre, empezaron a arrancar espigas y a comérselas. Los fariseos, al verlo, le dijeron: -Mira, tus discípulos están haciendo una cosa que no está permitida en sábado. Les replicó: -¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y sus hombres sintieron hambre? Entró en la casa de Dios y comieron de los panes presentados, cosa que no les estaba permitida ni a él ni a sus compañeros, sino sólo a los sacerdotes. ¿Y no habéis leído en la ley que los sacerdotes pueden violar el sábado en el templo sin incurrir en culpa? Pues os digo que aquí hay uno que es más que el templo. Si comprendierais lo que significa «quiero misericordia y no sacrificio», no condenaríais a los que no tienen culpa. Porque el Hijo del Hombre es señor del sábado.

Oración introductoria
Padre Santo, me pongo en tu presencia mientras contemplo a tu Hijo en la cruz… Te imploro por la luz de tu Espíritu Santo, para comprender en esta oración qué es lo que tengo que hacer para crecer en el amor. Dame tu gracia para amar como Tú amas.

Petición
Señor, hazme comprender el auténtico sentido de tu Palabra, para vivirla,

Meditación del Papa Francisco
«“Misericordia quiero y no sacrificio”. Jesús, nuevo Moisés, ha querido curar al leproso, ha querido tocar, ha querido reintegrar en la comunidad, sin auto limitarse por los prejuicios; sin adecuarse a la mentalidad dominante de la gente; sin preocuparse para nada del contagio. Jesús responde a la súplica del leproso sin dilación y sin los consabidos aplazamientos para estudiar la situación y todas sus eventuales consecuencias. Para Jesús lo que cuenta, sobre todo, es alcanzar y salvar a los lejanos, curar las heridas de los enfermos, reintegrar a todos en la familia de Dios. Y eso escandaliza a algunos.
Y Jesús no tiene miedo de este tipo de escándalo. Él no piensa en las personas obtusas que se escandalizan incluso de una curación, que se escandalizan de cualquier apertura, a cualquier paso que no entre en sus esquemas mentales o espirituales, a cualquier caricia o ternura que no corresponda a su forma de pensar y a su pureza ritualista. Él ha querido integrar a los marginados, salvar a los que están fuera del campamento.
Son dos lógicas de pensamiento y de fe: el miedo de perder a los salvados y el deseo de salvar a los perdidos. (Homilía de S.S. Francisco, 15 de febrero de 2015).
Reflexión
El espíritu de la ley es vivir la misericordia de Dios. Porque la misericordia es hija del amor. Y el amor es el centro, el corazón de toda la vida de un verdadero cristiano. En cambio cuando no hay misericordia, la ley se hace cadena, un molesto peso. Y Dios, de Padre de misericordias se hace Juez tirano.

Pero Dios es amor. Y su Hijo es la encarnación del amor. Jesús no se ha molestado con sus discípulos porque hacen algo "prohibido" en sábado. En realidad el descanso sabático era una imagen del descanso que el hombre debe encontrar en el Corazón de Cristo. Por eso lo que los discípulos hacen no tiene importancia.

En cambio los fariseos, creyendo "guardar" el sábado fielmente, cometen la atrocidad de juzgar con sus lenguas a los demás, quebrantando realmente el día consagrado a Dios con sus venenosas palabras y su impuro corazón. ¿Qué es lo más importante de la ley? ¿Cumplir la materia de la ley o su espíritu? ¿Qué honra más a Dios, estarse quieto un tiempo o vivir hasta las últimas consecuencias la misma misericordia de Cristo? Por eso, quien vive el espíritu, esto es, la misericordia del Señor al practicar la ley, la vivirá a fondo porque actuará con el mismo sentir de Cristo. Y el sentir de Cristo, ¿dejaría de cumplir algún punto de la ley, aunque fuera pequeñito? No, porque el que vive amando hace todo cuanto agrada a su Amado.

En cambio quien no vive el espíritu sino la ley sola, aparentemente parecerá cumplir pero será un cadáver que matará con su pensamiento a los demás quebrantando el mismo centro de la ley: el amor. De hecho los fariseos, tan cumplidores no tuvieron escrúpulos para llevar a la cruz a su mismo Dios. Cristo es Rey y Señor. Y de tal dignidad le viene a Cristo ser el Señor del sábado: ¡Él es el Amor!

Propósito
Procurar un estilo de vida más sencillo y sobrio para ser solidario con los necesitados.

Diálogo con Cristo
«Vivir con los pies bien plantados en la tierra, atentos a las situaciones concretas del prójimo, y, al mismo tiempo, teniendo el corazón en el Cielo, sumergido en la misericordia de Dios». Permite, Señor, que ésta sea mi actitud, mi estilo de vida. No evadir egoístamente los problemas, afrontarlos sabiendo que Tú estás conmigo, viviendo auténticamente mi libertad, dando a mi vida la trascendencia para la cual fue creada.
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