lunes, 4 de mayo de 2015

NOVENA EN HONOR A LA VIRGEN DE FÁTIMA: DEL 4 AL 12 DE MAYO


NOVENA A NUESTRA SEÑORA DE FÁTIMA
Del  4 al 12 de Mayo 


Por la señal de la Santa Cruz,
de nuestros enemigos,
líbranos Señor, Dios nuestro.

En el nombre del Padre,
del Hijo,
y del Espíritu Santo,
Amén.


PARA TODOS LOS DÍAS

ORACIÓN PREPARATORIA
Oh Nuestra Señora de Fátima, en mi pobreza, en mi destierro, en mis sinsabores, te contemplo como arco iris de esperanza, de paz y de protección. Sé mi consuelo en la lucha y en los peligros; mi luz en la oscuridad; mi escudo en las batallas contra las pasiones, el mundo y el demonio. Sálvame y salva a todos los pecadores.

Así sea.

ORACIÓN PARA CADA DÍA




PRIMER DÍA

El Ángel de la Paz se aparece a los tres pastorcitos, se postra de rodillas y pegando la frente al suelo les enseña a orar repitiendo tres veces: “OH, Dios mío, yo creo, adoro, espero y os amo. Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan ni os aman”. Les asegura que si oran “con humildad, confianza y amor reparador, los Corazones de Jesús y María escucharán sus plegarias”. Desde hoy empiezo a imitar al Ángel y a los tres pastorcitos. Ayúdame, Madre mía.





SEGUNDO DÍA

La segunda vez el Ángel de Portugal (de la patria) se aparece a los tres niños notificándoles que los Corazones de Jesús y María tenían designios de misericordia sobre ellos. “Ofreced, les dice, oraciones y sacrificios en reparación de los pecados y para obtener la conversión de los pecadores. Aceptad con resignación los padecimientos. Así vendrá la paz”. Quiero seguir ese consejo. Ayúdame, OH Madre mía, a ser alma orante y reparadora.





TERCER DÍA

La tercera vez es el Ángel de la Eucaristía. Trae en sus manos un cáliz y una hostia. Dejándolos suspensos en el aire, se arrodilla suplicando así: “OHoh, Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, os adoro profundamente, y os ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, presentes en todos los tabernáculos del mundo, en reparación de los ultrajes que se infieren. Por los méritos infinitos de su Sagrado Corazón y por la intercesión del Corazón Inmaculado de María os pedimos la conversión de los pecadores”. Les da la Comunión. Y se sienten fortalecidos. Así quiero adorar, suplicar y comulgar a menudo.





CUARTO DÍA

Se les aparece por primera vez la Santísima Virgen. Les dice que viene del Cielo; que no teman, y que les va a hacer bien. Quiere que la visiten los días 13 de cada mes. Les pregunta si están dispuestos a sufrir en reparación por las blasfemias e injurias a su Inmaculado Corazón. Contestan los niños que quieren padecer por todas esas intenciones y rezar todos los días el rosario para obtener la paz. OH, Madre mía, yo quiero ser tu hijo fiel. Hago propósito de obedecerte a imitación de los tres pastorcitos. Ayúdame.






QUINTO DÍA

La Santísima Virgen confía a los niños un secreto para bien de ellos, pero no para enriquecerse. Les dice que su Hijo Jesús quiere servirse de Lucía para dar a conocer y amar la devoción a su Inmaculado Corazón rodeado de punzantes espinas, que simbolizaban los agravios de los hombres. Quiero, OH Madre mía, consolarte y desagraviarte. Inspírame.







SEXTO DÍA

En la tercera aparición, la Santísima Virgen les enseña que al ofrecer los sacrificios deben decir así: “OH, Jesús, lo hago por tu amor, por la conversión de los pecadores y en reparación de las injurias cometidas contra el Inmaculado Corazón de María”. Al retirarse les muestra el infierno. Un mar de fuego. En él negros demonios. Los pecadores eran devorados por las llamas entre gritos y lamentos. La vista de la Blanca Señora les conforta. Les asegura que al fin triunfará su Inmaculado Corazón. Me consagro a Ti y me comprometo a la Comunión Reparadora de los Primeros Sábados. Dame perseverancia.





SÉPTIMO DÍA

Después de la visión del infierno tomaron más en serio la vida. Jacinta pensaba en la eterna condenación de los que morían sin confesarse. Francisco se acordaba de Jesús Sacramentado, olvidado, ofendido y muy triste. Lucía añoraba el cielo. Los tres intensificaron oraciones, ayunos y toda clase de mortificaciones. Repiten sin cesar la jaculatoria que la misma Blanca Señora les enseñara: “OH, Jesús mío, perdónanos nuestras culpas, presérvanos del fuego del infierno, y lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia”. Así quiero vivir, pensar y orar yo también.





OCTAVO DÍA

Los pastorcitos fueron perseguidos y encarcelados. En la prisión hacen de misioneritos enseñando a los delincuentes a rezar el rosario. Dan ejemplo de resignación. No se apropian las limosnas de los peregrinos. Son para pagar los gastos de la fiesta y para construir la capilla. Muchos van al infierno porque no tienen quien se sacrifique y ruegue por ellos. Como los niños voy a perseverar rezando el rosario todos los días con esas intenciones. Para curar el cuerpo, antes hay que limpiar el alma de pecado. Quiero con tu gracia, Madre Mía, llevar a la práctica esos consejos.






NOVENO DÍA

En la sexta aparición se manifiesta abiertamente: “Soy, dice, la Virgen del Rosario y vengo a exhortar a los fieles que abracen una vida cristiana”. Quiere una capilla en su honor, que se persevere en el rezo cotidiano del rosario. Así se obtendrá la paz. Les dice que el Señor está demasiado ofendido. Prueba la verdad de sus apariciones con el milagro del sol danzando por los espacios. Asombró a los 70 mil peregrinos que contemplaron el espectáculo. OH, Nuestra Señora de Fátima, quiero vivir tu Mensaje Celestial y además practicarlo para merecer tu protección y lograr la ansiada paz mundial.





ORACIÓN FINAL

OH dulcísima Reina del mundo. Madre de Dios y nuestra, que al aparecerte con rostro dolorido a los tres niños pastorcitos, nos has pedido la fiel observancia de los Mandatos divinos, el rezo cotidiano del rosario, la reparación y la consagración a su Inmaculado Corazón, a fin de conseguir la ansiada paz mundial; impulsado por el filial anhelo de contemplarte, acudo a prometerte la leal correspondencia a tus deseos, y a implorar que protejas al Papa, a los obispos y a los sacerdotes, a los religiosos y demás fieles cristianos. Orienta, bondadosa Reina de la Paz, a los gobernantes, convierte a los pecadores y paganos, consuela a los afligidos y perseguidos. Cura, oh Virgen de las fuentes milagrosas, a los enfermos, asiste a los agonizantes y alivia a las almas del Purgatorio. Te ruego, en fin, OH Blanca y Peregrina Señora del Rosario, por todas mis necesidades… (pida cada uno la gracia que desee alcanzar). Yo, confiado en tu omnipotencia suplicante, me abandono en tus amorosos brazos. Recíbeme, como hijo, en tu maternal regazo, y no me desampares en la vida ni en la muerte.

Así sea.


¡Nuestra Señora de Fátima, Salud de los enfermos;
ruega por nosotros!
¡OH dulce Corazón de María, sé la salvación del alma mía

domingo, 3 de mayo de 2015

EL EVANGELIO DE HOY: DOMINGO 3 DE MAYO DEL 2015


La vid y los sarmientos
La vid y los sarmientos

Juan 15, 1-8 5o. Domingo Pascua B. Si queremos tener vida en nosotros y llevar frutos de vida eterna, tenemos que permanecer siempre unidos a Cristo. 


Por: P. Sergio A. Córdova LC | Fuente: Catholic.net



Del santo Evangelio según san Juan 15, 1-8
«Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador. Todo sarmiento que en mí no da fruto, lo corta, y todo el que da fruto, lo limpia, para que dé más fruto. Vosotros estáis ya limpios gracias a la Palabra que os he anunciado. Permaneced en mí, como yo en vosotros. Lo mismo que el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid; así tampoco vosotros si no permanecéis en mí. Yo soy la vid; vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada. Si alguno no permanece en mí, es arrojado fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen, los echan al fuego y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y lo conseguiréis. La gloria de mi Padre está en que deis mucho fruto, y seáis mis discípulos.

Oración introductoria
Señor, Tú eres la vid que me sostiene, el dueño y guía de toda mi existencia. Sin Ti no puedo dar fruto. Poda todo aquello que estorbe mi crecimiento. Que esta oración me descubra lo que necesito purificar, mejorar y/o enmendar, para dar el fruto abundante que, con tu gracia, puedo dar.

Petición
Jesús, no permitas que me separe de Ti y me seque, porque entonces mi vida, no tendrá ningún sentido.

Meditación del Papa Francisco
Hoy la Palabra de Dios presenta la imagen de la viña como símbolo del pueblo que el Señor ha elegido. Como una viña, el pueblo requiere mucho cuidado, requiere un amor paciente y fiel. Así hace Dios con nosotros, y así somos llamados a hacer nosotros, Pastores. También cuidar de la familia es una forma de trabajar en la viña del Señor, para que produzca los frutos del Reino de Dios.
Pero para que la familia pueda caminar bien, con confianza y esperanza, es necesaria que esté nutrida por la Palabra de Dios. […] ¡Una Biblia en cada familia! ¡Una Biblia en cada familia! 'Pero padre, nosotros tenemos dos, tenemos tres'. 'Pero, ¿dónde las tenéis escondidas?' La Biblia no es para ponerla en una estantería, sino para tenerla a mano, para leerla a menudo, cada día, ya sea de forma individual o juntos, marido y mujer, padres e hijos, quizá en la noche, especialmente el domingo. Así la familia crece, camina, con la luz y la fuerza de la Palabra de Dios.  » (S.S. Francisco, Ángelus, 5 de octubre de 2014).
Reflexión
Parece increíble que el Señor, en el Evangelio, con tan pocas palabras y con tanta sencillez, nos revele misterios tan profundos y tan sublimes. En este domingo nos habla, con una bella imagen de la vida campestre, de una de las realidades más hondas de nuestra vida cristiana: el misterio de nuestra inserción a Él por la gracia.

"Yo soy la Vid y vosotros los sarmientos". Nuestro Señor expuso esta alegoría a sus apóstoles la noche de la Ultima Cena, y con ella nos introduce a todos los cristianos en el seno de su intimidad divina. Nos está diciendo que estamos unidos a Él con un vínculo tan profundo y tan vital como los sarmientos están unidos a la vid. El sarmiento es una parte de la vid, una especie de -emanación- de la misma. Y por ambos corre la misma savia. Los sarmientos y la vid no son la misma e idéntica realidad -como no lo son la raíz y el tallo, aunque forman un único árbol-; son, más bien, la prolongación de la vid. De esta manera, nuestra unión con Cristo es un bello reflejo -pero muy lejano- de la misma vida trinitaria. Dios nos ha amado tanto que quiso hacernos partícipes de su naturaleza divina, como nos dice san Pedro en su segunda carta (II Pe 1,4) y nos creó para gozar de la comunión de vida con Él (Gaudium et Spes, 19).

¡No podía ser más íntima nuestra inserción a la persona de Cristo! Diría yo que es todavía más profunda y vital que la unión que existe entre la madre y el bebé que lleva en su seno. La criatura recibe todo de la madre: sangre, alimento, calor, respiración, pero el niño tiene que separarse de la madre en un momento dado para seguir viviendo y poder crecer y desarrollarse. Más aún, moriría si permaneciera en el vientre más tiempo del estrictamente necesario. En cambio con los sarmientos no sucede así, sino al revés: tienen que estar siempre unidos a la vid para seguir viviendo y para poder dar fruto. ¡Así de total y definitiva es nuestra unión y dependencia de Cristo!

Pero, por supuesto que no se trata de una unión física, sino espiritual y mística –que no significa por ello menos real, como si sólo fuera real lo que se ve o se toca–. La unión del amor que nos une a nuestro Señor Jesucristo es infinitamente más fuerte y poderosa que la cadena más gruesa e irrompible del universo. ¡Tan fuertes son las cadenas del amor! Pero todo ha sido por mérito y benevolencia de Cristo hacia nosotros. Ha sido su amor gratuito y misericordioso el que nos ha comprado y redimido, a través de su sangre preciosa -como nos recuerda también el apóstol Pedro (I Pe 1, 18-20)- y nos ha unido indisolublemente a su persona y a su misma vida. ¡Qué regalo tan incomparable!

Pero esta unión se puede llegar a romper por culpa nuestra, por negligencia, por ingratitud, por soberbia o por los caprichos de nuestro egoísmo y sensualidad. Sí. Y en esto consiste el pecado: en rechazar la amistad de Dios y la unión con Cristo a la que hemos sido llamados por amor, por vocación, desde toda la eternidad, desde el día de nuestra creación y del propio bautismo. Y es que nuestro Señor no obliga a nadie a permanecer unido a Él. Respeta nuestra libertad y capacidad de elección, también porque nos ama. Un amor por coacción no es amor. Nadie, ni siquiera el mismo Dios, puede obligarnos a amar a alguien contra nuestra voluntad. Ni siquiera a Él. Nos deja en libertad para optar por Él o para darle la espalda e ir contra Él, si queremos. ¡Qué misterio!

¡Ah! Pero eso sí: si queremos tener vida en nosotros y llevar frutos de vida eterna, necesariamente tenemos que permanecer siempre unidos a Cristo: "Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí". Las palabras de Cristo son clarísimas. Y con la imagen agrícola que emplea el Señor adquieren aún más fuerza plástica. Es imposible que un sarmiento apartado de la vid dé uvas, como tampoco puede dar manzanas una rama seca, separada del árbol. Un sarmiento así no sirve ya para nada, más que para tirarlo fuera y para hacer una hoguera. Le pasa lo mismo que a la sal que pierde su sabor (Mt 5,13); y la higuera estéril, sin frutos, es cortada y echada al fuego para que arda (Lc 13,7).

"Yo soy la Vid -nos dice nuestro Señor-. Vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto, porque sin mí no podéis hacer nada". Nada. ¡Cuánta necesidad tenemos de Él para poder vivir! Mucha más de la que el bebé tiene de su propia madre. Sólo si permanecemos unidos a Cristo, podemos hacer algo de provecho para los demás y para nosotros.

Y, ¿cómo podemos permanecer unidos a Cristo? Por el amor a Él y por la vida de gracia santificante: evitando el pecado, frecuentando los sacramentos, intensificando nuestra vida de oración, procurando cumplir la santísima voluntad de Dios en cada jornada y practicando el precepto de la caridad.

Propósito
Ofrecer un sacrificio para que alguien que persiga a la Iglesia, tenga la experiencia de su amor.
Preguntas o comentarios al autor   P. Sergio Cordova LC

LAS LÁGRIMAS DEL PROFETA


Las lágrimas del profeta
Los corazones necesitan un baño de dulzura para comprender que en mis mandatos hay vida y plenitud


Por: P. Fernando Pascual | Fuente: Catholic.net




El profeta acababa de huir de la ciudad. Después de 3 meses de predicación, las cosas se habían puesto muy difíciles. Críticas, insultos, denuncias, y un proceso judicial que algunos pidieron para condenar a aquel personaje tan incómodo.

El profeta llegó a un bosque de robles. Cansado, bajo un árbol más tupido, se sentó. Empezó a recordar su predicación, y elevó su lista de protestas al Dios que lo había enviado.

“¿Por qué, Señor? ¿Por qué la persecución, la calumnia, los insultos? ¿Por qué un mundo tan extraño, tan revuelto?

Cuando inicié a hablar de la conversión, me criticaron como fanático y violador de las conciencias. Cuando dije que hay que vivir en castidad, fui sentenciado como psicópata. Cuando hablé de la fidelidad conyugal, me preguntaron si sabía en qué siglo vivimos. Cuando condené la maldad del aborto, me dijeron que era intolerante, de ultraderecha y fundamentalista. Cuando dije que la verdad está en la Iglesia, me expulsaron de una mesa redonda porque era incapaz de un diálogo objetivo. Cuando defendí a los embriones, declararon que yo era enemigo de la ciencia y que quería la muerte y el dolor de los enfermos.

Hablé día y noche de la misericordia, y no me comprendieron pues ya nadie cree en el pecado. Dije que hay que perdonar a los delincuentes, y me insultaron por defender la dignidad de los asesinos. Expliqué lo grave que es consumir drogas y abusar de bebidas alcohólicas, y me dijeron que era un “talibán” enemigo del pluralismo ético.

Al final, algunos me acusaron de usurero y ladrón, de embaucador y mentiroso. Censuraron mis artículos en la prensa y me dijeron que era un irresponsable por declarar inmoral el uso de preservativos. Presentaron una denuncia ante los jueces y... Y ya no pude más, Señor.

Escapé, como Jonás, y envidié a Jeremías: en aquellos tiempos al menos mataban a los profetas. Ahora, en cambio, te dejan sin honra, medio vivo o medio muerto, insultado y despreciado como enemigo de lo humano...”

Las lágrimas del profeta llegaron al suelo. Un petirrojo giraba por acá y por allá, sin entender los motivos de la tristeza de aquel hombre extraño, herido en su corazón, perdido en el bosque como un ratón de ciudad que no sabe dónde se encuentra ahora.

Un suave viento fue la señal de que se acercaba el Señor. El ruido de las hojas del árbol se hizo más intenso y vivo. El profeta se levantó en señal de respeto, sin dejar de mostrar su confusión y su pena. El Señor le tocó en el hombro y le dijo:

“He escuchado tus quejas y comprendo tus angustias. El mundo no ha cambiado mucho desde que persiguieron a mis enviados, incluso a mi Hijo. Quizá te ilusionaste demasiado pronto, soñaste en conversiones fáciles y en cambios repentinos. El camino de los corazones no es fácil, y dejar hábitos de pecado (ni siquiera saben lo que es pecado) no se consigue tras una predicación sencilla y clara como las tuyas.

Pero la siembra deja siempre algo. No lo has visto, pero un esposo ha dejado de pegar a su mujer y a sus hijos. Un niño ha empezado a leer la Biblia y buscar rastros de Dios en las estrellas. Una chica ha renunciado a un aborto fácil, porque escuchó aquel discurso tuyo (el último que te permitieron en la radio, antes de que mil cartas de protesta te cerrasen también ese pequeño espacio que te habían permitido). Una señora mayor ha empezado a ofrecer ayuda a un emigrante al que antes temía como a un enemigo y ahora empieza a ver como a un hermano.

Sé que el mundo no es fácil. Los corazones necesitan un baño de dulzura para comprender que en mis mandatos hay vida y plenitud. Ahora sólo temen perder conquistas de vientos que les llenan con un instante de placer y les hacen olvidar que son eternos, con vocación de hijos y de santos.

No te pido que vuelvas a la ciudad, quizá sea inútil por ahora. Piensa sólo en que vale la pena todo si llega un poco de amor a alguno de mis hijos, si la esperanza se enciende en una familia rota, si el perdón nace en una vida herida por la desgracia y hundida por los odios.

No te pido que vuelvas, pero me gustaría pedírtelo. También tú eres libre como ellos. No te quito tu libertad. Piensa sólo en lo hermoso que es encender un poco de mi fuego en alguna vida. Luego, confía. Yo estoy contigo. Hasta el final, a pesar de la calumnia, los fracasos y, tal vez, una cárcel sin honra y sin justicia...”

FLORECILLAS A MARÍA: DÍA 3 DE MAYO

Flor del 3 de mayo: Madre de Dios
Fiesta de nuestra Señora del Valle.


Meditación: “Por ser su Hijo Dios, María es Madre de Dios” (Lucas 1,3-5). Dios nos amó tanto que no sólo nos entregó a Su Hijo sino que nos dio a Su Madre. “Cuando llegó la plenitud del tiempo, Dios envió a Su Hijo nacido de Mujer…para que recibiésemos la adopción de Hijos de Dios” (Gálatas 4,5). Este es el maravilloso final del Plan del Padre y el sublime oficio de María, hacernos hijos de Dios, uno en Dios.

Oración: ¡Oh María, te agradecemos el regalo que nos ha hecho nuestro Dios amado, ponernos en tus hermosas manos para hacernos santos. Amén.

Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).



Florecilla para este día: Examinar mi devoción a la Virgen y cómo la practico.

QUE DIOS TE BENDIGA


"Que Dios te bendiga"
Reparte bendiciones donde vayas, no sólo de palabras, sino de hechos. Ellas volverán a ti, cuando menos lo esperes.
Por: Catholic.net | Fuente: Catholic.net




Cuando alguien te dice ´QUE DIOS TE BENDIGA´ no solo te está deseando lo mejor para ti, sino que también esta actuando en favor suyo. Pues cuando bendices a alguien también atraes el favor de Dios hacia ti.

El efecto de la Bendición es multiplicador, ya que es dado por Dios a sus Hijos.

¡¡¡BENDICIONES!!!

La bendición invoca el apoyo activo de Dios para el bienestar de la persona, habla del agradecimiento, implica salud, provisión y felicidad en la persona que recibe buenos deseos de nuestra parte.

La bendición comienza en el hogar, en las relaciones de padres e hijos. Los niños que reciben el regalo de la bendición de parte de sus padres, tienen un buen comienzo espiritual y emocional en la vida.

Reciben un firme fundamento de amor y aceptación. Este principio también se aplica a la íntima relación de pareja. Las amistades se profundizan y fortalecen, la hermandad de las Iglesias se incrementa, trayendo compañerismo, sanidad y esperanza a muchos que nunca han recibido una palabra de bendición.

EL poder de la vida y la muerte está en la Palabra. Al bendecir, se otorga vida, no sólo al que recibe la bendición, sino también al que la da.

Por eso, hoy te bendigo, mi bendición va para ti, porque al bendecirte de todo corazón, me bendigo a mí mismo. Reparte bendiciones donde vayas, no sólo de palabras, sino de hechos. Ellas volverán a ti, cuando menos lo esperes. En general, la persona que vive en la presencia de Dios, amándole y obedeciéndole, goza de la bendición divina siempre.


DIOS TE LLENE DE BENDICIONES

FELIPE Y SANTIAGO EL MENOR, SANTOS, APÓSTOLES, 3 MAYO



Felipe y Santiago el Menor, Santos
Apòstoles, Mayo 3 


Por: . | Fuente: ACI Prensa




Apóstoles
San Felipe era originario de Betsaida de Galilea. San Juan habla de él varias veces en el Evangelio. Narra que el Señor Jesús llamó a Felipe al día siguiente de las vocaciones de San Pedro y San Andrés. De los Evangelios se deduce que el Santo respondió al llamado del Señor .Escritores de la Iglesia primitiva y Eusebio, historiador de la Iglesia, afirman que San Felipe predicó el Evangelio en Frigia y murió en Hierápolis. Papías, obispo de este lugar, supo por las hijas del apóstol, que a Felipe se le atribuía el milagro de la resurrección de un muerto. 

A Santiago se le llama "el Menor" para diferenciarlo del otro apóstol, Santiago el Mayor (que fue martirizado poco después de la muerte de Cristo). 

El evangelio dice que era de Caná de Galilea, que su padre se llamaba Alfeo y que era familiar de Nuestro Señor. Es llamado "el hermano de Jesús", no porque fuera hijo de la Virgen María, la cual no tuvo sino un solo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, sino porque en la Biblia se le llaman "hermanos" a los que provienen de un mismo abuelo: a los primos, tíos y sobrinos (y probablemente Santiago era "primo" de Jesús, hijo de alguna hermana de la Sma. Virgen). En la S. Biblia se lee que Abraham llamaba "hermano" a Lot, pero Lot era sobrino de Abraham. Y se le lee también que Jacob llamaba "hermano" a Laban, pero Laban era tío de Jacob. Así que el decir que alguno era "hermano" de Jesús no significa que María tuvo más hijos, sino que estos llamados "hermanos", eran simplemente familiares: primos, etc. 

San Pablo afirma que una de las apariciones de Jesús Resucitado fue a Santiago. Y el libro de Los Hechos de los Apóstoles narra cómo en la Iglesia de Jerusalén era sumamente estimado este apóstol. (Lo llamaban "el obispo de Jerusalén"). San Pablo cuenta que él, la primera vez que subió a Jerusalén después de su conversión, fue a visitar a San Pedro y no vio a ninguno de los otros apóstoles, sino solamente a Santiago. Cuando San Pedro fue liberado por un ángel de la prisión, corrió hacia la casa donde se hospedaban los discípulos y les dejó el encargo de "comunicar a Santiago y a los demás", que había sido liberado y que se iba a otra ciudad (Hech. 12,17). Y el Libro Santo refiere que la última vez que San Pablo fue a Jerusalén, se dirigió antes que todo "a visitar a Santiago, y allí en casa de él se reunieron todos los jefes de la Iglesia de Jerusalén" (Hech. 21,15). San Pablo en la carta que escribió a los Gálatas afirma: "Santiago es, junto con Juan y Pedro, una de las columnas principales de la Iglesia". (Por todo esto se deduce que era muy venerado entre los cristianos). 

Cuando los apóstoles se reunieron en Jerusalén para el primer Concilio o reunión de todos los jefes de la Iglesia, fue este apóstol Santiago el que redactó la carta que dirigieron a todos los cristianos (Hechos 15). 

Hegesipo, historiador del siglo II dice: "Santiago era llamado ‘El Santo’. La gente estaba segura de que nunca había cometido un pecado grave. Jamás comía carne, ni tomaba licores. Pasaba tanto tiempo arrodillado rezando en el templo, que al fin se le hicieron callos en las rodillas. Rezaba muchas horas adorando a Dios y pidiendo perdón al Señor por los pecados del pueblo. La gente lo llamaba: ‘El que intercede por el pueblo’". Muchísimos judíos creyeron en Jesús, movidos por las palabras y el buen ejemplo de Santiago. Por eso el Sumo Sacerdote Anás II y los jefes de los judíos, un día de gran fiesta y de mucha concurrencia le dijeron: "Te rogamos que ya que el pueblo siente por ti grande admiración, te presentes ante la multitud y les digas que Jesús no es el Mesías o Redentor". Y Santiago se presentó ante el gentío y les dijo: "Jesús es el enviado de Dios para salvación de los que quieran salvarse. Y lo veremos un día sobre las nubes, sentado a la derecha de Dios". Al oír esto, los jefes de los sacerdotes se llenaron de ira y decían: "Si este hombre sigue hablando, todos los judíos se van a hacer seguidores de Jesús". Y lo llevaron a la parte más alta del templo y desde allá lo echaron hacia el precipicio. Santiago no murió de golpe sino que rezaba de rodillas diciendo: "Padre Dios, te ruego que los perdones porque no saben lo que hacen". 

El historiador judío, Flavio Josefo, dice que a Jerusalén le llegaron grandes castigos de Dios, por haber asesinado a Santiago que era considerado el hombre más santo de su tiempo. 

Este apóstol redactó uno de los escritos más agradables y provechosos de la S. Biblia. La que se llama "Carta de Santiago". Es un mensaje hermoso y sumamente práctico. Ojalá ninguno de nosotros deje de leerla. Se encuentra al final de la Biblia. Allí dice frases tan importantes como estas: "Si alguien se imagina ser persona religiosa y no domina su lengua, se equivoca y su religión es vana". "Oh ricos: si no comparten con el pobre sus riquezas, prepárense a grandes castigos del cielo". "Si alguno está triste, que rece. Si alguno se enferma, que llamen a los presbíteros y lo unjan con aceite santo, y esa oración le aprovechará mucho al enfermo" (de aquí sacó la Iglesia la costumbre de hacer la Unción de los enfermos). La frase más famosa de la Carta de Santiago es esta: "La fe sin obras, está muerta". 

FIESTA DE LA SANTA CRUZ, 3 DE MAYO


Santa Cruz
Fiesta, Mayo 3
Por: P. Felipe Santos | Fuente: Catholic.net



Fiesta
Mayo 3

Etimológicamente significa “lo mismo”. Viene de la lengua latina.

Hoy se celebra en Granada y en el mundo el día de la Cruz. Una preciosa fiesta popular que arranca desde el día en que se encontró la Santa Cruz en el año 326.

Casi todas las fiestas tienen un origen religioso. Hay algunos que en la actualidad las quieren convertir simplemente en culturales, abandonado su trasfondo religioso.

Eusebio de Cesarea fue un gran historiador de aquellos tiempos. Cuenta en sus libros que el General Constantino no era creyente pero le tenía mucho respeto a los cristianos por su paz y el bien que hacían en todos sitios.

Antes de una dura batalla contra Majencio –jefe de Roma -, tuvo un sueño en el que pudo contemplar una cruz luminosa y una voz que le decía:"Con este signo vencerás"

Y sin tener la menor duda de su triunfo, puso en todos los estandartes y banderas la cruz. Y arengando a las tropas les decía:"Confío en Cristo en quien cree mi madre Elena".

Al ganar la batalla, llegó bien pronto a ser emperador. Decretó el cese de perseguir a los cristianos y la libertad religiosa.

Hay, además, otros escritores célebres como san Ambrosio y Juan Crisóstomo afirman que Elena se fue a Jerusalén en busca de la Cruz del Señor.

Los arqueólogos se emplearon a fondo en esta labor. Al cabo del tiempo, encontraron tres cruces. ¿Cuál era la de Jesús? La respuesta se la dio una mujer que estaba muy enferma. Al tocarla, quedó curada.

Elena y el obispo de Jerusalén juntamente con muchos creyentes, la llevaron en procesión por las calles de la ciudad.

A raíz de estos acontecimientos se implantó esta fiesta por todo el orbe cristiano.

Últimamente, al hacer la reforma del calendario litúrgico, ha desaparecido como fiesta. Pero el pueblo, siempre sencillo, la sigue celebrando.

Por ejemplo es Granada es fiesta. De esta forma, mantiene viva la tradición.

sábado, 2 de mayo de 2015

PENSAMIENTO DE LA VIRGEN MARÍA DEL PAPA FRANCISCO


EL EVANGELIO DE HOY: SÁBADO 2 DE MAYO DEL 2015


Todo lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré
Pascua

Juan 14, 7-14. Pascua. Tenemos a Jesús que nos llevará con el Padre, que es la revelación del rostro humano de Dios. 


Por: José Fernández de Mesa | Fuente: Catholic.net



Del santo Evangelio según san Juan 14, 7-14
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre; desde ahora lo conocéis y lo habéis visto. Le dice Felipe: Señor, muéstranos al Padre y nos basta. Le dice Jesús: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no me conoces Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: Muéstranos al Padre? ¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí? Las palabras que os digo, no las digo por mi cuenta; el Padre que permanece en mí es el que realiza las obras. Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Al menos, creedlo por las obras. En verdad, en verdad os digo: el que crea en mí, hará él también las obras que yo hago, y hará mayores aún, porque yo voy al Padre. Y todo lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré. 

Oración introductoria
Dios Padre, te pido por intercesión de tu Hijo Jesucristo, que me des la sabiduría y la fortaleza para dejar que el Espíritu Santo actúe en mí, para que esta oración sea un diálogo personal con tu Hijo Jesucristo, que me quiere decir lo mucho que me amas.

Petición
Señor, aumenta mi fe para vivir siempre como hijo tuyo.

Meditación del Papa Francisco
Y cuando uno de los discípulos de Jesús le preguntó: “Señor, muéstranos al Padre y nos basta”, el Maestro respondió: “Quien me ha visto a mí, ha visto al Padre”. La invitación del Señor a encontrarse con Él se dirige a cada uno de ustedes, en cualquier lugar o situación en que se encuentre. Basta «tomar la decisión de dejarse encontrar por Él, de intentarlo cada día sin descanso. No hay razón para que alguien piense que esta invitación no es para él. Todos somos pecadores, necesitados de ser purificados por el Señor. Pero basta dar un pequeño paso hacia Jesús para descubrir que Él nos espera siempre con los brazos abiertos, sobre todo en el Sacramento de la Reconciliación, ocasión privilegiada para encontrar la misericordia divina que purifica y recrea nuestros corazones.
Sí, queridos jóvenes, el Señor quiere encontrarse con nosotros, quiere dejarnos "ver" su rostro. Me preguntarán: "Pero, ¿cómo?". También Santa Teresa de Ávila, desde pequeña decía a sus padres: “Quiero ver a Dios”. Después descubrió el camino de la oración, que describió como “tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos nos ama”. Por eso, les pregunto: ¿rezan? ¿Saben que pueden hablar con Jesús, con el Padre, con el Espíritu Santo, como se habla con un amigo? Y no un amigo cualquiera, sino el mejor amigo, el amigo de más confianza. Prueben a hacerlo, con sencillez. Descubrirán lo que un campesino de Ars decía a su santo Cura: Cuando estoy rezando ante el Sagrario, “yo le miro y Él me mira”.(S.S. Francisco, Mensaje para la Jornada Mundial de la Juventud 2015).

Reflexión
El testimonio de Jesús sobre su relación íntima y espontánea con el Padre aumenta la profundidad de la experiencia de Dios en cada uno de sus discípulos. Felipe expresa los deseos de los apóstoles: "Muéstranos al Padre y nos basta". Antes de continuar conviene señalar la fuerza del ejemplo y la palabra de quien está verdaderamente enamorado de Dios. Jesús, con el tiempo, ha dejado crecer en los apóstoles la aspiración de conocer al Padre.

La pregunta de Felipe lleva a Jesús a revelarnos su identidad profunda como Dios. No tenemos necesidad de que el Padre se manifieste. Tenemos a Jesús que está en el Padre, que es la revelación del rostro humano de Dios. No sólo nos revela el ideal, sino que nos enseña que unidos a Él haremos lo que Él hace, e incluso obras mayores. Basta pedir en su nombre y se nos concederá.

Acrecentemos y pidamos a Dios en este período pascual que aumente nuestra fe en sus misterios. Que sea ésta una época de crecimiento en nuestra vida espiritual.

Propósito
Orar para pedir la gracia de demostrar mi gratitud a Dios por su infinito amor,

Diálogo con Cristo
Gracias, Señor, porque no sólo me has hecho miembro de tu familia, sino que me permites tener una relación íntima con Jesucristo. La transformación de mi vida, en clave del amor, nunca la podré lograr sin tu gracia, sin la acción del Espíritu Santo en mi vida, por eso hoy te quiero ofrecer el propósito de orar, de orar mucho, para ser dócil a tu gracia.

YO PUEDO


Yo puedo


Aunque el mundo cayera,
y explotara sobre mi,
destruyendo lo que era nuestro,
Yo Puedo...

Aunque yo me desplomara,
sin sobrar nada de mi,
y no se vean mas que destrozos,
Yo Puedo...

Aunque abismos intimidantes
entierren todos mis sueños,
en las profundidades de un pozo,
Yo Puedo...

Aunque el hambre del mundo
caiga sobre mi en un segundo,
aún así hoy me alimento,
Yo Puedo...

Aunque mi enfermedad
sea grave de nacimiento
por el poder del Padre Nuestro,
Yo Puedo...

Aunque un gran fracaso
quiera detener mi paso
no me detengo, no tropiezo,
Yo Puedo...

Aunque yo sea un vencido,
envejecido tempranamente
subo, sigo y rejuvenezco,
Yo Puedo...

Yo Puedo...
Iluminar mi camino,
puedo extender la mano a mi vecino.

Yo Puedo...
Llenar de Amor un corazón
y hacer de este mundo una canción.

Yo Puedo...
Es la fuerza de la energía que explota
y se irradia en mi.

Yo Puedo...
Es la fuerza de la divinidad que produce
la realidad en mi.

Yo Puedo...
Renovar mi salud
pues en la vida no hay nada que no cambie.

Yo Puedo ... Es la oración bendita de mi fuerza infinita. Yo Puedo...
Perdonar a mi enemigo
porque a mi viene todo lo que yo afirmo.

Yo Puedo ... Yo Puedo ... Yo Puedo ...

Todo Puedo en Aquél que me Fortalece.

Filipenses 4:13

¿QUÉ SIGNIFICA EL NOMBRE DE MARÍA?



¿Qué significa el nombre María?
Mariología


Son maravillosas las gracias prometidas por Jesucristo a los devotos del nombre de María


Por: María Lourdes Quinn | Fuente: Catholic.net



El Dulce Nombre de la Ssma. Virgen María es un “nombre cargado de divinas dulzuras” nos dice S. Alfonso María de Ligorio, mientras que S. Ambrosio lo describe como un “ungüento perfumado con aroma de gracia divina”, y propone el significado “Dios es de mi linaje” (Inst. Virg., Cap. 5) para el nombre de la Madre de Dios.
Pero, otros santos eruditos opinan que “María” tiene otros significados. ¿Quién tiene razón? ¿Qué significa el Dulce Nombre de “María”?

I) Significado del Nombre “María”
Según la “Enciclopedia Católica”: “La etimología del nombre Miriam (MRYM) es extremadamente dudosa” y ha tomado desde el significado de “rebelión” [tras las acciones de Miriam, la hermana de Moisés y Aarón en el antiguo testamento], hasta el de “obesa” (lo equivalente a “bella” en esos tiempos). También hay quienes consideran la influencia egipcia en el significado “amada del Señor” (“Mari-Yam”).
Pero, lo más probable, y el significado más apoyado por los Padres de la Iglesia es el significado arameo y hebreo de “Miriam” or “Mariam”: “Señora” o “Soberana”, significado que los egipcios conocían en forma masculina e incluyeron en papiros (según se explica al final de esta fuente).
Así piensa S. Pedro Crisólogo: “El nombre hebreo de María se traduce por ‘Domina’ en latín; el Ángel le da, por tanto, el título de ‘Señora’. (Sermón sobre la Anunciación de la B. Virgen María, 142) Sto. Tomás concuerda, y asegura que a la Ssma. Virgen: “le es muy propio el nombre de María, que en siríaco quiere decir ‘Señora’” (“Sobre el Avemaría, 1.c., p. 183), aunque en la misma obra también dice que “quiere decir‘iluminada’” (p. 182) y que “significa ‘estrella del mar’; como la estrella del mar orienta a puerto a los navegantes, María dirige a los cristianos a la gloria” (p. 185).
S. Beda explica la diferencia así: “La palabra María significa en hebreo estrella del mar, y en siríaco Señora. Y con razón, porque mereció llevar en sus entrañas al Señor del mundo y a la luz perenne de los siglos” (en “Catena Aurea”, vol. V, p. 36). S. Jerónimo sugiere que “maor” (estrella) con “yam” (mar) forma “estrella del mar”, traducción que acepta S. Bernardo (“Homilía sobre la Virgen Madre”, 2) Se parece el significado: “el Señor ilumina” o “luz del Señor”, derivado de “Me’ir” (“el que ilumina” y “yam” (como abreviación de “Yahve”), según esta página. Otras posibilidades de combinaciones etimológicas hebreas que se han sugerido para formar el sonido “miriam” incluyen: “marar” (amargura o fortaleza) y “yam” (mar) para formar “mar de amargura” o “mar de fortaleza”, significados que también serían apropiados para la Ssma. Virgen María, que como Madre Dolorosa encarnó ambos significados al pie de la Cruz.

II) Poder del Dulce Nombre de María
La que fue Inmaculada desde su Concepción, sufrió como ninguna los dolores de Su Hijo Jesucristo, Ntro. Redentor. Si en el Evangelio del XXIV Domingo de Tiempo Ordinario : “El señor tuvo lástima” (Mt. 18, 27) de un miserable siervo deudor cuando le pidió clemencia, ¡cuánto más escucharía nuestro Señor las súplicas de Su Ssma. Madre por los que la invocan por su nombre! En efecto, S. Alfonso María de Ligorio nos recuerda en “Las glorias de María” (Parte I, Cap. X):
Son maravillosas las gracias prometidas por Jesucristo a los devotos del nombre de María, como lo dio a entender a Sta. Brígida hablando con su Madre santísima, revelándole que quien invoque el nombre de María con confianza y propósito de la enmienda, recibirá estas gracias especiales: un perfecto dolor de sus pecados, expiarlos cual conviene, la fortaleza para alcanzar la perfección y al fin la gloria del paraíso. Porque, añadió el divino Salvador, son para mí tan dulces y queridas tus palabras, oh María, que no puedo negarte lo que me pides. En suma, llega a decir S. Efrén, que el nombre de María es la llave que abre la puerta del cielo a quien lo invoca con devoción. Por eso tiene razón san Buenaventura al llamar a María “salvación de todos los que la invocan”, como si fuera lo mismo invocar el nombre de María que obtener la salvación eterna.” (5)
Vela, pues, por sus hijos espirituales la que es “bella” sin igual al ser llena de gracia y “amada del Señor” por haberle sido siempre fiel, hasta en un “mar de amargura”. A esta “estrella del mar” y “mar de fortaleza” se dirigen los que se ven necesitados para ser socorridos enseguida.
S. Alfonso María de Ligorio recomienda que se pronuncie con frecuencia los nombres de Jesús y María, sobre todo en cualquier peligro. Cita a S. Pedro Crisólogo diciendo “queel nombre de María es indicio de castidad” y muy eficaz en tentaciones contra la pureza. S. Alfonso María de Ligorio también asegura que repetir esos santos nombres es muy eficaz en la hora de la muerte, como demostró S. Camilo de Lelis al final de su vida. ¿Por qué es tan poderoso el nombre de “María”? Nos dice S. Alfonso:
…los demonios, afirma Tomás de Kempis, temen de tal manera a la Reina del cielo, que al oír su nombre, huyen de aquel que lo nombra como de fuego que los abrasara. La misma Virgen reveló a santa Brígida, que no hay pecador tan frío en el divino amor, que invocando su santo nombre con propósito de convertirse, no consiga que el demonio se aleje de él al instante. Y otra vez le declaró que todos los demonios sienten tal respeto y pavor a su nombre que en cuanto lo oyen pronunciar al punto sueltan al alma que tenían aprisionada entre sus garras. Y así como se alejan de los pecadores los ángeles rebeldes al oír invocar el nombre de María, lo mismo –dijo la Señora a santa Brígida– acuden numerosos los ángeles buenos a las almas justas que devotamente la invocan. Atestigua san Germán que como el respirar es señal de vida, así invocar con frecuencia el nombre de María es señal o de que se vive en gracia de Dios o de que pronto se conseguirá; porque este nombre poderoso tiene fuerza para conseguir la vida de la gracia a quien devotamente lo invoca. (“Las glorias de María”, Parte I, Cap. X, 4)
Recemos, pues, con S. Alfonso esta oración de S. Bernardo: “¡Oh excelsa, oh piadosa, oh digna de toda alabanza Santísima Virgen María, tu nombre es tan dulce y amable, que no se puede nombrar sin que el que lo nombra no se inflame de amor a ti y a Dios; y sólo con pensar en él, los que te aman se sienten más consolados y más inflamados en ansias de amarte!”. (“Las glorias de María”, Parte I, Cap. X, 3)
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