sábado, 10 de enero de 2015

COMO EL LÁPIZ


COMO EL LÁPIZ


El niñito miraba al abuelo escribir una carta. En un momento dado le preguntó:

- ¿Abuelo, estás escribiendo una historia que nos pasó a los dos?
¿Es, por casualidad, una historia sobre mí?

El abuelo dejó de escribir, sonrió y le dijo al nieto:
- Estoy escribiendo sobre ti, es cierto. Sin embargo, más importante que las palabras, es el lápiz que estoy usando. Me gustaría que tú fueses como él cuando crezcas.

El nieto miró el lápiz intrigado, y no vio nada de especial en él, y preguntó:
- ¿Qué tiene de particular ese lápiz?

El abuelo le respondió:
- Todo depende del modo en que mires las cosas. Hay en él cinco cualidades que, si consigues mantenerlas, harán siempre de ti una persona en paz con el mundo.

Primera cualidad: Puedes hacer grandes cosas, pero no olvides nunca que existe una mano que guía tus pasos. Esta mano la llamamos Dios, y Él siempre te conducirá en dirección a su voluntad.

Segunda cualidad: De vez en cuando necesitas dejar lo que estás escribiendo y usar el sacapuntas. Eso hace que el lápiz sufra un poco, pero al final, estará más afilado. Por lo tanto, debes ser capaz de soportar algunos dolores, porque te harán mejor persona.

Tercera cualidad: El lápiz siempre permite que usemos una goma para borrar aquello que está mal. Entiende que corregir algo que hemos hecho no es necesariamente algo malo, sino algo importante para mantenernos en el camino de la justicia.

Cuarta cualidad: Lo que realmente importa en el lápiz no es la madera ni su forma exterior, sino el grafito que hay dentro. Por lo tanto, cuida siempre de lo que sucede en tu interior.

Quinta cualidad: Siempre deja una marca. De la misma manera, has de saber que todo lo que hagas en la vida, dejará trazos. Por eso intenta ser consciente de cada acción.

LA TRISTEZA Y LA FURIA


LA TRISTEZA Y LA FURIA

En un reino encantado donde los hombres nunca pueden llegar, o quizás donde los hombres transitan eternamente sin darse cuenta...
En un reino mágico, donde las cosas no tangibles, se vuelven concretas...

Había una vez...
Un estanque maravilloso.
Era una laguna de agua cristalina y pura donde nadaban peces de todos los colores existentes y donde todas las tonalidades del verde se reflejaban permanentemente...
Hasta ese estanque mágico y transparente se acercaron a bañarse haciéndose mutua compañía, la tristeza y la furia.

Las dos se quitaron sus vestimentas y desnudas, las dos, entraron al estanque.
La furia, apurada (como siempre está la furia), urgida -sin saber por qué- se baño rápidamente y más rápidamente aún salió del agua...

Pero la furia es ciega, o por lo menos, no distingue claramente la realidad, así que desnuda y apurada, se puso, al salir, la primera ropa que encontró...

Y sucedió que esa ropa no era la suya, sino la de la tristeza...

Y así vestida de tristeza, la furia se fue.

Muy calma, y muy serena, dispuesta como siempre, a quedarse en el lugar donde está, la tristeza terminó su baño y sin ningún apuro (o mejor dicho sin conciencia del paso del tiempo), con pereza y lentamente, salió del estanque.

En la orilla encontró que su ropa ya no estaba.

Como todos sabemos, si hay algo que a la tristeza no le gusta es quedar al desnudo, así que se puso la única ropa que había junto al estanque, la ropa de la furia.

Cuentan que desde entonces, muchas veces uno se encuentra con la furia, ciega, cruel, terrible y enfadada, pero si nos damos el tiempo de mirar bien, encontramos que esta furia que vemos, es sólo un disfraz, y que detrás del disfraz de la furia, en realidad... está escondida la tristeza.


Del libro Cuentos para pensar. de Jorge Bucay

FRUTOS Y OBLIGACIONES DEL BAUTISMO


Frutos y Obligaciones del Bautismo
Por el bautismo nos convertimos en hijos adoptivos de Dios.
Por: Cristina Cendoya de Danel | Fuente: Catholic.net



Frutos

Por el bautismo nos convertimos en hijos adoptivos de Dios, hace también del neófito "una nueva creación" ( 2 Co. 5,17), "partícipe de la naturaleza divina" ( 2 P.1, 4), miembro de Cristo ( I Co. 6, 15) (I Co. 12,27), coheredero con Él (Rm. 8,17) y templo del Espíritu Santo ( 1 Co. 6,19).

El Bautismo es un vínculo de unidad entre todos los cristianos; y también nos incluye entre los amigos de Cristo, mediante un carácter espiritual indeleble.

El Bautizado tiene el derecho de recibir los sacramentos, ser alimentado con la Palabra de Dios y ser sostenido por los otros auxilios espirituales de la Iglesia.

Desde el principio del cristianismo, hay que seguir un camino y una iniciación que consta de varias etapas. Este camino puede ser recorrido rápidamente o lentamente; pero siempre consta de las siguientes etapas esenciales: el anuncio de la Palabra, la "conversión" una vez recibida la Buena Nueva, la profesión de fe, el bautismo, la efusión del Espíritu Santo – es decir, la confirmación -, y el acudir a la comunión eucarística.

Como ya habíamos visto el primero de los sacramentos que se recibe es el "Bautismo", sin el Bautismo no podemos recibir ningún otro sacramento; por lo tanto el "Bautismo" me inicia en "nuestra amistad con Cristo".


Obligaciones

Por el bautismo recibimos una semilla: "la semilla de la fe" que deberemos fortalecer y hacer fructificar durante toda nuestra vida.

El bautizado, siendo miembro de la Iglesia, ya no se pertenece a sí mismo (I Co. 6,19), sino al que murió y resucitó por nosotros ( 2 Co. 5,15). Por tanto, debe servir a los demás (Jn. 13,12-15) en la comunión de la Iglesia, y cumplir con las enseñanzas de la Iglesia. Debe defender su fe, ante todo.

Al quedar incorporado en el "Cuerpo de Cristo", tiene la misión ineludible de "confesar a Cristo", es decir, mostrar con su vida y palabra que "Cristo ha muerto y resucitado" por todos y cada uno de nosotros.

LA VIRGEN MARÍA ES MADRE DE JESÚS Y MADRE NUESTRA


Es Madre de Jesús y nuestra
María Santísima nos ve a cada uno de nosotros como su hijo predilecto. ¡No te olvides de Ella!
Por: P Mariano de Blas | Fuente: Catholic.net




María es toda de Jesús por derecho, y toda de nosotros por regalo. Pero es toda nuestra y, por tanto aquí, no pensemos que robamos, porque nos la han dado. No pensemos que somos demasiado pecadores, demasiado indignos, para tenerla como madre, porque, a pesar de que eso es cierto, también es cierto que ella es madre nuestra. No nos puedes ver separados de Jesús, como hijos añadidos, sino injertados en su sangre y en la tuya. Por lo tanto, la seriedad con la que una madre ve a su hijo, como su hijo, queda muy lejos de la seriedad, la profundidad y el amor con que nos ve María Santísima a cada uno de nosotros: somos más hijos de ella que de nuestra propia madre de la tierra

La ingratitud con Dios es terrible porque se ofende al Amor con mayúscula. Se desprecia un amor eterno, un amor divino, un amor maravilloso y totalmente gratuito.

De una manera semejante, olvidar, despreciar, el amor de una madre tan grande, es una ingratitud terrible. Pero, siendo los hijos predilectos de María Santísima, nuestra ingratitud adquiere unas dimensiones mucho más grandes.

"Los pecados que ofenden a Dios lastiman tu corazón porque hieren el corazón de tu hijo y hacen un daño terrible a tus hijos".

"Cómo tengo que decirte esto, Madre: te he llevado pocas flores hasta el día de hoy"

EL SECRETO DE UNA FAMILIA FELIZ


El secreto de una familia feliz
Tu familia será lo que tú quieras que sea
Por: Susana Ariza 



Una amiga me contaba hace años el impacto que produjeron en ella las palabras que el día de su boda le dedicó un experimentado sacerdote, además de amigo: "recuerda siempre que la mujer es el alma de la familia. Tu familia será lo que tú quieras que sea". A mí también me produjeron una fuerte impresión cuando ella me las contó, y adquirieron más fuerza el día que me casé y empezamos a formar una familia.

En primera instancia y con una mirada superficial al contenido de la frase, la reacción de muchos podría ser de pura indignación: ´machista´, llamarían al pobre cura. Sin embargo, en mi opinión se trata de una apreciación acertadísima sobre la enorme trascendencia del papel de la mujer en el hogar, lo cual -bien analizado- está lejos de cualquier clase de machismo. No se trata de una carga pesada que este cura y tantos otros pensadores imponen a la mujer, sino de una lectura finísima de la realidad con la que pretenden recordar a la mujer lo que muchos se empeñan en hacernos olvidar: su papel decisivo en la célula de la sociedad.

"Si tú te dejas llevar por los nervios -continuaba el cura- tu familia será una familia llena de tensión y ansiedad. Si eres una esposa y una madre triste, decaída, asimismo será tu hogar, triste y decaído. Pero si te esfuerzas en tratar a tu familia con alegría y amor, ellos llenarán la casa y el día a día, y conseguirás hacer de tu familia una familia feliz". Esto no significa que todo el peso familiar recaiga sobre la mujer, ni que ella sea la única que debe esforzarse por construir un hogar cálido y feliz. No quiere decir, tampoco, que el marido sea un elemento ajeno y que su manera de ser y hacer no jueguen ningún papel en la vida familiar.

Lo que sí quiere decir es que, como madres, como esposas, si procuramos ser alegres, encontrar los menos motivos posibles para estar de mal humor o enfadarnos, tratar con cariño a nuestros hijos -incluso cuando se portan mal o desearíamos mandarles a la porra-, y disfrutar con cada momento que pasamos en nuestro hogar; si tratamos de manifestar nuestro amor a nuestro esposo, de hacer la vista gorda cuando los calcetines se quedan justo a medio metro del canasto de la ropa sucia (y recordárselo con una sonrisa al cabo de un rato...), de no molestarnos cuando tenemos que repetir la misma historia tres veces porque la radio suena de fondo; si nos esforzarnos por agradecer a nuestro marido que se ponga motu proprio a recoger la cena después de aterrizar en casa con cara de estar agotado, o por fijarnos más en que ha fregado el suelo dónde había caído un vaso de cola cao, en vez de irritarnos porque tenemos que ir detrás con el kit de limpieza para rematar la jugada; si hacemos lo posible por sonreír incluso cuando nuestra pequeña que lleva tres días con un gripazo decide plantarle una cucharada de su yogur a su hermano pequeño porque le hemos enseñado que es bonito compartir, o cuando la mayor ha considerado que su muñeca estaba muy despeinada y le ha vaciado el bote de colonia en la cabeza, o cuando nos encontramos a ambas trepando por la estantería para "ordenarla"; entonces, si hacemos todo eso, -a pesar de todas nuestras imperfecciones, de los malos días que podamos tener y de las ocasiones en que no podamos evitar gritar- nuestro hogar podrá ser lo más parecido a aquel hogar de Nazaret donde Nuestra Madre, la Virgen María, nos mostró la importancia de tan hermoso papel.

viernes, 9 de enero de 2015

EL EVANGELIO DE HOY: VIERNES 9 DE ENERO DEL 2014


Señor, si quieres, puedes limpiarme

Milagros


Lucas 5, 12-16. Navidad. Lo único que necesitas es acercarte humildemente a Cristo y pedírle lo que necesitas. 



Por: P Juan Pablo Menéndez | Fuente: Catholic.net




Del santo Evangelio según san Lucas 5, 12-16
Y sucedió que, estando en una ciudad, se presentó un hombre cubierto de lepra que, al ver a Jesús, se echó rostro en tierra, y le rogó diciendo: «Señor, si quieres, puedes limpiarme». El extendió la mano, le tocó, y dijo: «Quiero, queda limpio». Y al instante le desapareció la lepra. Y él le ordenó que no se lo dijera a nadie. Y añadió: «Vete, muéstrate al sacerdote y haz la ofrenda por tu purificación como prescribió Moisés para que les sirva de testimonio». Su fama se extendía cada vez más y una numerosa multitud afluía para oírle y ser curados de sus enfermedades. Pero él se retiraba a los lugares solitarios, donde oraba.

Oración introductoria
Señor, vengo ante Ti como el leproso del Evangelio. Estoy necesitado de tu gracia. Tócame y sáname de todas mis lepras, de mi egoísmo, de mi soberbia, de mi vanidad. Conviérteme en un verdadero cristiano.

Petición
Señor, que pueda corresponder a tu gracia amando a los demás.

Meditación del Papa Francisco
Quisiera que hoy todos nosotros, por cinco minutos, no más, durante el día, tomemos la biblia y lentamente dijéramos el salmo 102, leído entre las dos lecturas de hoy: 'Bendice al Señor, alma mía, alabe todo mi ser su santo Nombre. Y no olvide ninguno de sus beneficios. Él perdona todas tus ofensas y te cura de todas tus dolencias, rescata tu vida de la tumba, te corona de amor y de misericordia'... Y con eso vamos a aprender las cosas que debemos decirle al Señor cuando le pidamos una gracia. ‘Tú que eres misericordioso, Tú que perdonas, concédeme esta gracia’: como lo había hecho Abraham y como lo hizo Moisés. Sigamos adelante con la oración, valientes y con estos argumentos que vienen desde el corazón de Dios. (Cf. S.S. Francisco, 1 de julio de 2013, homilía en Santa Marta).
Reflexión
Nadie hubiera pensado que curarse de la lepra fuera tan fácil. Lo único que precisó este enfermo, fue acercarse humildemente a Cristo y pedírselo. Él sabía que Cristo bien podía hacerlo. Además, cree con todo su corazón en la bondad del Maestro. Quizá por esto, es que se presenta tan tímido y sencillo a la vez: "Maestro, si quieres, puedes curarme". La actitud denota no sólo humildad y respeto, revela además, confianza...

La vida de muchas personas, y a veces la nuestra, se ve llena de enfermedades y males, sucesos indeseados y problemas de todos los tipos, que nos podrían orillar a perder la confianza en el Maestro, Buen Pastor. Quizá alguna vez, hemos pensado que Él nos ha dejado, que ya no está con nosotros; pues sentimos que nuestra pequeña barca ha comenzado a naufragar en el mar de la vida... Pero de esta forma, olvidamos que el primero en probar el sufrimiento y la soledad fue Él mismo, mientras padecía su muerte en la cruz. Y así, nos quiso enseñar que Dios siempre sabe sacar bienes de males, pues por esa muerte ignominiosa, nos vino la Redención.

La lección de confiar en Cristo y en su infinita bondad, no es esperar que nos quitará todos los sufrimientos de nuestras vidas. Sino que nos ayudará a saber llevarlos, para la purificación de nuestra alma, en beneficio de toda la Iglesia.

Propósito
Tener presente la preparación de mi siguiente confesión, no posponerla, decidirme.

Diálogo con Cristo
Señor, cuántas veces me creo sano y no me doy cuenta de que estoy enfermo espiritualmente. ¡Cúrame Jesús! Que a semejanza del leproso del Evangelio, la experiencia de tu amor, me dé toda la luz para hacer un buen examen de conciencia y un firme propósito de enmienda al acercarme al sacramento de la reconciliación.

PAPA FRANCISCO EXPLICA QUE NO BASTA EL YOGA PARA SENTIR LA PATERNIDAD DE DIOS


En Sta. Marta:
 'No basta el yoga para sentir la paternidad de Dios'


El Santo Padre explica en la homilía de este viernes que sólo el Espíritu Santo hace que el corazón del hombre sea dócil al Señor


Ciudad del Vaticano, 09 de enero de 2015 (Zenit.org) 



Sólo el Espíritu Santo hace que el corazón sea dócil a Dios y a la libertad. Es lo que ha afirmado el papa Francisco en la misa de esta mañana en la capilla de la Casa Santa Marta. Los dolores de la vida, ha recordado el Santo Padre, pueden cerrar a una persona, mientras que el amor la libera.


Una sesión de yoga no podrá enseñar a un corazón a "sentir" la paternidad de Dios, ni un curso de espiritualidad zen lo hará más libre para amar. Este poder lo tiene sólo el Espíritu Santo. El Pontífice ha retomado el pasaje del día del Evangelio de Marcos --el siguiente al de la multiplicación de los panes, y en el que los discípulos se asustan al ver a Jesús caminando hacia ellos sobre el agua-- que termina con una consideración sobre el porqué de ese miedo: los Apóstoles no habían entendido el milagro de los panes, porque "su corazón se había endurecido".

Un corazón puede ser de piedra por muchas razones, ha proseguido el Papa. Por ejemplo, a causa de "experiencias dolorosas". Le pasa a los discípulos de Emaús, temerosos de ilusionarse "de nuevo". Le sucede a Tomás, que se niega a creer en la resurrección de Jesús. Y "otro de los motivos que endurecen el corazón --ha indicado Francisco-- es el cierre en sí mismo":

"Hacer un mundo en sí mismo, cerrado. En sí mismo, en su comunidad o en su parroquia, pero siempre cerrado. Y el cierre puede tener que ver con muchas cosas: pero pensemos en el orgullo, en la suficiencia, pensar que soy mejor que los demás, incluso en la vanidad, ¿no? Existen el hombre y la mujer-espejo, que se cierran en sí mismos para mirarse a sí mismos constantemente, ¿no? Pero, tienen el corazón duro, porque están cerrados, no están abiertos. Y tratan de defenderse con estos muros que hacen a su alrededor". 

También está el que se atrinchera detrás de la ley, aferrándose a la "letra" de lo que establecen los mandamientos. Aquí, ha señalado el Santo Padre, lo que endurece el corazón es un problema de "inseguridad". Y el que busca solidez en el texto de la ley está seguro --ha apuntado el Pontífice con un toque de ironía-- como "un hombre o una mujer en una celda de la prisión tras las rejas: es una seguridad sin libertad". Es decir, todo lo contrario, ha añadido, de lo "que Jesús ha venido a traernos", la libertad:

"El corazón, cuando se endurece, no es libre y si no es libre es porque no ama: así terminaba el apóstol Juan en la primera lectura. El perfecto amor echa fuera el temor: en el amor no hay temor, porque el temor supone un castigo, y el que teme no es perfecto en el amor. No es libre. Siempre tiene el temor de que suceda algo doloroso, triste, que me haga ir mal en la vida o arriesgar la salvación eterna... Pero tantas imaginaciones, porque no ama. Quien no ama no es libre. Y sus corazones se endurecieron, porque todavía no habían aprendido a amar".

Entonces, "¿quién nos enseña a amar? ¿Quién nos libera de esta dureza? ", se ha preguntado el Papa. "Sólo el Espíritu Santo", ha sido su respuesta:

"Puedes hacer mil cursos de catequesis, mil cursos de espiritualidad, mil cursos de yoga, zen, y todas estas cosas. Pero todo esto nunca será capaz de darte la libertad de hijo. Sólo el Espíritu Santo es el que mueve tu corazón para decir 'Padre'. ¿Sólo el Espíritu Santo es capaz de ahuyentar, para romper esta dureza de corazón y hacer un corazón... blando?... No sé, no me gusta la palabra... "Dócil". Dócil al Señor. Dócil a la libertad del amor".

(Traducido y adaptado por ZENIT del artículo en italiano de Radio Vaticano)

(09 de enero de 2015) © Innovative Media Inc.


EL BAUTISMO DE JESÚS



Bautismo del Señor
 Fiesta, con la cual se cierra el tiempo litúrgico de Navidad


Por: P. Juan Pablo Esquivel | Fuente: Catholic.net




Normalmente el domingo que sigue a la fiesta de la Epifanía es dedicado a celebrar el bautismo de Cristo, este año se celebra el domingo 13 de enero y señala la culminación de todo el ciclo natalicio o de la manifestación del Señor. Es también el domingo que da paso al tiempo durante el año, llamado también tiempo ordinario.

Cuando Cristo se metió en la cola para esperar su turno de ser bautizado, seguramente San Juan Bautista no sabía que hacer. Llegó el Mesías delante de él y pidió el bautismo. El Bautista exclamó: “Soy yo el que necesita ser bautizado por ti, ¿tú vienes a mí?” (Mt 3,14). El Catecismo hace referencia a esta actitud humilde de Cristo en el n.536:

Hay una diferencia importante entre los dos bautismos: 

El de Juan: con agua, exterior, signo de arrepentimiento para el perdón de los pecados.

El de JESÚS: con Espíritu Santo, renovación interior que nos hace "partícipes de la naturaleza divina”

"No soy digno ni siquiera de desatar la correa de su sandalia..." trabajo reservado al más inútil de los esclavos... Juan destaca la infinita distancia entre él y Jesús...

¿Porqué entonces Jesús se hace bautizar por Juan? [es una escena tan impresionante, que podría resultar incomprensible, y hasta escandalosa]...

Pero admitámoslo, y descubramos nuevamente el "modo" que Dios emplea para salvarnos: hoy se pone en la fila de los pecadores, y aunque no lo necesitaba, se somete también a un bautismo de penitencia... Se ha hecho semejante a nosotros en todo, y por eso no se avergüenza de colocarse en la fila de aquellos que se preparaban para la llegada del Reino de Dios... así como tampoco se avergonzó de nosotros cuando tomó sobre sí todos nuestros pecados, y subió a la Cruz como si fuese un delincuente...

Pero el bautismo que recibió Jesús fue muy "especial": ciertos hechos nos indican que con Él comienza un nuevo bautismo:

El cielo abierto (ya nunca más cerrado por los pecados, como hasta este momento) Es decir, comienza una nueva etapa de relación entre Dios y los hombres: el Cielo viene a nosotros, y nosotros vamos allá: viene con Cristo y el Espíritu Santo. Llega todo, porque Dios mismo viene, y Él será para nosotros y nos dará todo. Estamos frente al comienzo de una nueva humanidad, divinizada.

En la proposición que San Marcos hace en su Evangelio, el Padre no "presenta" a su Hijo (“Éste es mi Hijo amado”), sino que se dirige a Él (“Tú eres mi Hijo...”): Cristo nos representa a todos, que desde ese momento pasamos a ser hijos amados, complacencia del Padre... Cuando somos bautizados, esta vocación eterna se verifica efectivamente, verdaderamente: somos una nueva creación. Por lo tanto, nuestra dignidad, nuestra gloria, y nuestro compromiso pasa por VIVIR NUESTRO BAUTISMO...

"Éste es mi Hijo" (Evang.)... "Éste es el servidor sufriente" (Iª lect.)...
Sigamos a Cristo por la Cruz a la Luz.

LA VIDA ES COMO UN ESPEJO


La vida es como un espejo

Le preguntaron a Mahatma Gandhi cuáles eran los factores que destruyen al ser humano.
Él respondió así:

La Política sin principios.
El Placer sin compromiso.
La Riqueza sin trabajo.
La Sabiduría sin carácter.
Los Negocios sin moral.
La Ciencia sin humanidad y la Oración sin caridad.

La vida me ha enseñado que:
la gente es amable, si yo soy amable;
que las personas están tristes, si estoy triste;
que todos me quieren, si yo los quiero;
que todos son malos, si yo los odio;
que hay caras sonrientes, si les sonrío;
que hay caras amargas, si estoy amargado;
que el mundo está feliz, si yo soy feliz;
que la gente es enojona, si yo soy enojón
y que las personas son agradecidas, si yo soy agradecido.


La vida es como un espejo:
Si sonrío, el espejo me devuelve la sonrisa.
La actitud que tome frente a la vida, es la misma que la vida tomará ante mí.
"El que quiera ser amado, que ame".

Mahatma Gandhi

EL MEJOR DOCTOR


EL MEJOR DOCTOR


Un famoso autor fué invitado una vez por un renombrado cirujano a contemplar una difícil operación que iba a realizar.
Mientras el cirujano llevaba a cabo los preparativos necesarios para la operación, parecía confiado, pero un poco nervioso. Luego, emprendiendo el camino hacia el quirófano, se detuvo un momento e inclinó la cabeza (mientras rezaba en su interior).

Más tarde durante la operación, sus manos se veían sin nervios ... se veían tranquilas ...

Mucho tiempo después, el autor expresó su sorpresa de que un cirujano rezase.

Dijo: Yo creía que un cirujano confiaba en su propia capacidad.

¡¡ Un cirujano es solamente un hombre !!, fué la contestación del médico.

No puede hacer milagros por sí mismo. Estoy seguro que la ciencia no podía haber avanzado tanto, si no fuera por algo más fuerte que el solo hombre. Y después terminó el cirujano diciendo: Me siento tan cerca de Dios cuando estoy operando, que no sé dónde cesa mi habilidad y comienza la suya.

LA CUERDA


La Cuerda

¿CUAL ES TU CUERDA?

Cuentan que un alpinista, desesperado por conquistar el Aconcagua inició su travesía, después de años de preparación, pero quería la gloria para el solo, por lo tanto subió sin compañeros. Empezó a subir y se le fue haciendo tarde, y más tarde, y no se preparó para acampar, sino que decidió seguir subiendo decidido a llegar a la cima.
Obscureció, la noche cayó con gran pesadez en la altura de la montaña, ya no se podía ver absolutamente nada.

Todo era negro, cero visibilidad, no había luna y las estrellas eran cubiertas por las nubes. Subiendo por un acantilado, a solo 100 metros de la cima, se resbaló y se desplomó por los aires... caía a una velocidad vertiginosa, solo podía ver veloces manchas cada vez más oscuras que pasaban en la misma oscuridad y la terrible sensación de ser succionado por la gravedad.

Seguía cayendo... y en esos angustiantes momentos, pasaron por su mente todos sus gratos y no tan gratos momentos de la vida, pensaba que iba a morir, sin embargo, de repente sintió un tirón tan fuerte que casi lo parte en dos...

¡SI!, como todo alpinista experimentado, había clavado estacas de seguridad con candados a una larguísima soga que lo amarraba de la cintura.

En esos momentos de quietud, suspendido por los aires, no le quedó más que gritar:

"AYUDAME DIOS MIO..."
De repente una voz grave y profunda de los cielos le contestó:

"¿QUE QUIERES QUE HAGA HIJO MIO?"
"Sálvame Dios mío"

"¿REALMENTE CREES QUE TE PUEDA SALVAR?"
"Por supuesto, Señor"

"ENTONCES CORTA LA CUERDA QUE TE SOSTIENE..."
Hubo un momento de silencio y quietud.  El hombre se aferró más a la cuerda y reflexionó...

Cuenta el equipo de rescate que al otro día encontraron colgado a un alpinista congelado, muerto, agarrado con fuerza, con las manos a una cuerda...

A TAN SOLO DOS METROS DEL SUELO...

¿Y tú? ¿Que tan confiado estas de tu cuerda?
 ¿Por qué no la sueltas?

¿QUÉ ES UNA DIÓCESIS?


¿Qué es una diócesis?
Las diócesis pueden estar repartidas, por motivos organizativos, en zonas pastorales y en vicariatos foráneos


Por: Vatican Insider | Fuente: vaticaninsider.lastampa.it/es/



Es una iglesia particular definida por el Código de Derecho Canónico como la porción del pueblo de Dios, circunscrita territorialmente y cuyo cuidado pastoral es encomendado a un obispo. A las diócesis se asimilan la prelatura territorial, la abadía territorial, el vicariato apostólico, la prefectura apostólica, la administración apostólica erigida de manera estable y el ordinariato militar. Órganos fundamentales de la diócesis son: el obispo diocesano, que es quien está a cargo de la diócesis, eventualmente ayudado por obispos auxiliares o coadjutores; la Curia diocesana, formada por las personas y los organismos que ayudan al obispo en el gobierno; y el cabildo de canónigos. Las diócesis pueden estar repartidas, por motivos organizativos, en zonas pastorales y en vicariatos foráneos (conocidos también como decanatos o presbiterios).

¿Qué poderes tiene un obispo?

Al obispo, indicado como ordinario diocesano, se le encomienda el cuidado de una diócesis. El obispo, que es el representante legal de los intereses de la diócesis, gobierna la iglesia particular que le ha sido encomendada con la triple potestad: legislativa, que ejerce personalmente; ejecutiva, que ejerce por sí mismo o por medio de vicarios generales o episcopales; y judicial, que ejerce tanto personalmente como por medio del vicario judicial y de los jueces. Al llegar a los 75 años de edad, el obispo debe presentar su renuncia al Papa, quien proveerá teniendo en cuenta todas las circunstancias. El obispo cuya renuncia sea aceptaba conserva el título de obispo emérito de su diócesis, en cuyo ámbito puede mantener su residencia.

¿Qué diferencia hay entre un obispo y un arzobispo?
El arzobispo es un obispo al que se le atribuye una preeminencia, simplemente honorífica, sobre los demás obispos. La dignidad de un arzobispo se fundaba, en sus orígenes, en el hecho de que a los obispos de las metrópoli se les atribuía una preeminencia incluso jurisdiccional sobre los obispos de los municipios, que eran llamados obispos sufragáneos. Hoy en día, la dignidad del arzobispo no está necesariamente vinculada a una sede importante; en algunos casos, es un título puramente honorífico conferido por el Pontífice a la persona. Sólo en cuanto metropolitano, el arzobispo tiene obligaciones y jurisdicción claramente definidas por el Derecho Canónico.

¿Quiénes son los cardenales?

Son los más altos colaboradores del Pontífice. Sus oficios son de institución humana y no divina y, en conjunto, forman un colegio de naturaleza particular, denominado generalmente Sacro Colegio. Los cardenales colaboran con el Pontífice romano, tanto como colegio en el Consistorio, como de forma individual en los diferentes oficios, ofreciéndole sus obras en el cuidado, sobre todo, cotidiano de la Iglesia universal. Por norma, los cardenales son prepósitos en los dicasterios y en los demás organismos permanentes de la Curia romana y de la Ciudad del Vaticano, o bien son jefes de las más importantes diócesis de todo el mundo católico. El nombramiento (llamado también creación) de los cardenales le corresponde exclusivamente al Pontífice.

¿Cómo se elige a los cardenales?

La elección del Papa, explica el Dizionario di Diritto Canonico ed Ecclesiastico (Ed. Simone) (Diccionario de Derecho Canónico y Eclesiástico) debe recaer sobre hombres que al menos ya sean sacerdotes y que se destaquen por doctrina, moralidad, piedad y prudencia de comportamiento: aquellos que no sean ya obispos, después del nombramiento, deben recibir la consagración episcopal. Puede suceder que el Pontífice anuncie haber creado un cardenal, pero que no de a conocer el nombre (nomen in pectore sibi reservans). En ese caso, el designado deberá cumplir con los deberes y gozará de los derechos de los cardenales sólo en el momento de la sucesiva publicación (que a veces tiene lugar después de años) mientras que, a los efectos de las prioridades, valdrá la fecha de la reserva in pectore. El artículo 21 del Tratado entre Italia y la Santa Sede, así como varias normas internas, prevén para los cardenales numerosas series de prerrogativas, privilegios, inmunidades y exenciones.

¿Para qué sirve el Sacro Colegio?

El Colegio de Cardenales funciona, incluso oficiosamente, como senado del Pontífice y tiene personalidad jurídica canónica. La tarea principal del Sacro Colegio es la elección del Sumo Pontífice. Este colegio está presidido por el cardenal decano, de quien hace las veces el cardenal subdecano: ninguno de los dos tiene potestad alguna de gobierno sobre los demás cardenales, pero son considerados primus inter pares. El Sacro Colegio se distingue en tres órdenes: el orden de los cardenales obispos, al que pertenecen los purpurados a quienes el Sumo Pontífice asigna el título de una iglesia suburbicaria, y los patriarcas orientales que son nombrados cardenales; el orden de los cardenales sacerdotes, a quienes se les asigna el título de una iglesia de Roma; el orden de los cardenales diáconos, a quienes, en cambio, se les asigna el título de una diaconía romana.

jueves, 8 de enero de 2015

EL EVANGELIO DE HOY: JUEVES 8 DE ENERO DEL 2015


Día litúrgico: 8 de Enero (Feria del tiempo de Navidad)


Texto del Evangelio (Mc 6,34-44): En aquel tiempo, vio Jesús una gran multitud y tuvo compasión de ellos, porque eran como ovejas que no tienen pastor, y comenzó a enseñarles muchas cosas. Y como fuese muy tarde, se llegaron a Él sus discípulos y le dijeron: «Este lugar es desierto y la hora es ya pasada; despídelos para que vayan a las granjas y aldeas de la comarca a comprar de comer». Y Él les respondió y dijo: «Dadles vosotros de comer». Y le dijeron: «¿Es que vamos a comprar doscientos denarios de pan para darles de comer?». Él les contestó: «¿Cuántos panes tenéis? Id a verlo». Y habiéndolo visto, dicen: «Cinco, y dos peces». 

Entonces les mandó que se acomodaran todos por grupos de comensales sobre la hierba verde. Y se sentaron en grupos de ciento y de cincuenta. Y tomando los cinco panes y los dos peces y levantando los ojos al cielo, bendijo, partió los panes y los dio a sus discípulos para que los distribuyesen; también partió los dos peces para todos. Y comieron todos hasta que quedaron satisfechos. Y recogieron doce cestas llenas de los trozos que sobraron de los panes y de los peces. Los que comieron eran cinco mil hombres.

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Comentario: Rev. D. Xavier SOBREVÍA i Vidal
 (Castelldefels, España)

Porque eran como ovejas que no tienen pastor

Hoy, Jesús nos muestra que Él es sensible a las necesidades de las personas que salen a su encuentro. No puede encontrarse con personas y pasar indiferente ante sus necesidades. El corazón de Jesús se compadece al ver el gran gentío que le seguía «como ovejas que no tienen pastor» (Mc 6,34). El Maestro deja aparte los proyectos previos y se pone a enseñar. ¿Cuántas veces nosotros hemos dejado que la urgencia o la impaciencia manden sobre nuestra conducta? ¿Cuántas veces no hemos querido cambiar de planes para atender necesidades inmediatas e imprevistas? Jesús nos da ejemplo de flexibilidad, de modificar la programación previa y de estar disponible para las personas que le siguen.

El tiempo pasa deprisa. Cuando amas es fácil que el tiempo pase muy deprisa. Y Jesús, que ama mucho, está explicando la doctrina de una manera prolongada. Se hace tarde, los discípulos se lo recuerdan al Maestro y les preocupa que el gentío pueda comer. Entonces Jesús hace una propuesta increíble: «Dadles vosotros de comer» (Mc 6,37). No solamente le preocupa dar el alimento espiritual con sus enseñanzas, sino también el alimento del cuerpo. Los discípulos ponen dificultades, que son reales, ¡muy reales!: los panes van a costar mucho dinero (cf. Mc 6,37). Ven las dificultades materiales, pero sus ojos todavía no reconocen que quien les habla lo puede todo; les falta más fe.

Jesús no manda hacer una fila de a pie; hace sentar a la gente en grupos. Comunitariamente descansarán y compartirán. Pidió a los discípulos la comida que llevaban: sólo son cinco panes y dos peces. Jesús los toma, invoca la bendición de Dios y los reparte. Una comida tan escasa que servirá para alimentar a miles de hombres y todavía sobrarán doce canastos. Milagro que prefigura el alimento espiritual de la Eucaristía, Pan de vida que se extiende gratuitamente a todos los pueblos de la Tierra para dar vida y vida eterna.

EL TAMAÑO DE LAS PERSONAS


EL TAMAÑO DE LAS PERSONAS


Robert Pershing Wadlow, la persona más alta del mundoUna persona es enorme para uno cuando habla de frente y vive de acuerdo a lo que habla, cuando trata con cariño y respeto, cuando mira a los ojos y sonríe inocente. 

Es pequeña cuando solo piensa en sí misma, y le hace creer a los otros que piensa en ellos cuando se comporta de una manera poco gentil, cuando no apoya, cuando abandona a alguien justamente en el momento en que tendría que demostrar lo que es mas importante entre dos personas: La Amistad,el compañerismo, el cariño, el respeto, el celo y asimismo el amor

Una persona es gigante cuando se interesa por tu vida, cuando busca alternativas para tu crecimiento, cuando sueña junto contigo…
Cuando trata de entenderte aunque no piense igual

Una persona es grande cuando perdona, cuando comprende, cuando se coloca en el lugar del otro, cuando obra, no de acuerdo con lo que esperan de ella, pero de acuerdo con lo que espera de si misma.

Una persona es pequeña cuando se deja regir por comportamientos estereotipados. Cuando quiere quedar bien con todos, cuando maneja a la gente como un titiritero y lamentablemente siempre hay gente que no tiene convicciones y se deja manejar….

Una misma persona puede aparentar grandeza o pequeñez dentro de una relación, puede crecer o disminuir en un corto espacio de tiempo.

Una decepción puede disminuir el tamaño de un amor que parecía ser grande. Una ausencia puede aumentar el tamaño de un amor que parecía ser ínfimo. Una decepción puede terminar con el respeto por alguien…de muchos… Una acción correcta puede enaltecer a otros 

Es difícil convivir con esta elasticidad: las personas se agigantan y se encogen a nuestros ojos, ya que nosotros juzgamos a través de centímetros y metros, acciones y reacciones, de verdades o falsedades, de expectativas y frustraciones.

Una persona es única al extender la mano, y al recogerla inesperadamente, se torna otra. El egoísmo unifica a los insignificantes,a los perdedores, a los falsamente llamados diplomáticos. No es la altura, ni el peso, ni la belleza ni un título o la abundancia de dinero lo que convierte a una persona en grande; es su honestidad, su decencia ; su amabilidad y respeto por los sentimientos e intereses de los demás. Por su sensibilidad sin tamaño...


ORACIÓN POR LOS SACERDOTES A JESÚS SACRAMENTADO

DANOS SACERDOTES SANTOS, SEGÚN TU CORAZÓN

Danos sacerdotes según tu Corazón.
Para que sea santificado tu nombre,
Danos sacerdotes según tu Corazón.
Para que venga tu Reino,
Danos sacerdotes según tu Corazón.
Para que tu voluntad se cumpla en el Cielo Como en la tierra,
Danos sacerdotes según tu Corazón.
Para darnos el Pan de la vida,
Danos sacerdotes según tu Corazón.
Para perdonar nuestras culpas,
Danos sacerdotes según tu Corazón
Para que nos ayuden a superar las tentaciones,
Danos sacerdotes según tu Corazón.
Y a ellos y a nosotros líbranos de todo mal. Amen.

CEDA EL PASO


CEDA EL PASO


Antonio, un padre de familia, cierto día, cuando regresaba del trabajo, se encontró con un embotellamiento de tránsito infernal y notó que un señor conducía apresuradamente, cortándole el paso a todo el que podía al tratar de abrirse paso entre los vehículos.

Cuando se aproximó al automóvil de Antonio, se le atravesó de una manera tan brusca que por poco ocurre una colisión. En ese momento, Antonio tuvo deseos de insultarlo e impedirle el paso, pero luego pensó: - ¡El pobre! Está tan nervioso y apurado... ¡Sabrá Dios si tiene un problema serio y necesita llegar cuanto antes a su destino!

Con estos pensamientos, decidió cederle el paso. Al llegar a casa, Antonio recibió la noticia de que su hijo de tres años había sufrido un grave accidente y había sido llevado al hospital por su esposa.
Inmediatamente, se dirigió al hospital. Al llegar, su esposa corrió a sus brazos y lo tranquilizó diciéndole: 
- Gracias a Dios todo está bien. El médico llegó justo a tiempo para salvar la vida de nuestro hijo; ya está fuera de peligro. Aliviado, Antonio pidió hablar con el médico para agradecérselo. Cuál sería su sorpresa cuando vio que el médico era ese señor nervioso y apurado a quien le había cedido el paso casi una hora antes.

Hay que estar siempre dispuesto a ayudar al prójimo, independientemente de su apariencia o condición económica. Trate de ver a los demás más allá de las apariencias. Imagine que, detrás de esa actitud que no entiende, existe una historia, un motivo que puede llevar a esa persona a actuar de una manera determinada. Quizás a veces no sea un motivo justificable pero... siempre hay un motivo.

NO TENGO GANAS DE ORAR


NO TENGO GANAS DE ORAR


Frecuentemente, querido amigo, no tengo ganas de orar. Si he de ser sincero, debo confesar que estas veces son más numerosas que las otras. Me ha ocurrido también el sentirme extraño, nervioso, disipado, fastidiado hasta de encontrarme con las personas, en cumplir un favor prometido, y por si fuera poco, encontrar un amigo que me va y me cuenta las consecuencias de su úlcera... ¿Orar? No quiero ni pensarlo. ¿Quién tiene ganas de orar? 

Después de vagabundear un poco, he entrado en una iglesia sin demasiada convicción, con el propósito de salir cuanto antes de allí; no tenía ganas de orar.

He realizado un esfuerzo inmenso para permanecer arrodillado en el banco durante cinco minutos; experimentaba un malestar indecible.

Al fin, para despedirme, en un clima de sinceridad, dije con toda franqueza: "Señor, no tengo ganas de orar, es inútil insistir, excúsame, me voy... dejémoslo para una ocasión más propicia..."

Lo repetí una vez más y luego otra y otra, al final perdí la cuenta... pues bien, salí de la iglesia al cabo de una hora. Estaba distensionado, sereno, contento como en raras ocasiones. Reconciliado conmigo mismo y con todos los inoportunos de este mundo.

Por eso te digo, querido amigo: si esperas para orar hasta que tengas ganas, estás perdido. Debes tener el coraje para orar incluso cuando no tengas ganas. Sobre todo en ese momento, "todo es gracia"... introdúcete por el corredor oscuro de la desgana, sigue adelante aunque tengas la impresión de que no llegarás nunca a la luz. Sigue adelante aunque te sientas frío, árido, seco y vacío. A fuerza de insistir, el túnel oscuro desembocará en un espectáculo de luz resplandeciente.

Di al Señor, cuando te encuentres delante de Él, todo lo que sientas, todo lo que lleves dentro, lo que te preocupa y lo que te alegra. Y si estás fastidiado, díselo también, que Él comprende todo, entiende mejor que tú el estado de ánimo que llevas. Más todavía, Él te dará lo que necesitas para comunicarte mejor, Él te enviara su Espíritu sin el cual no podemos decir "¡Padre!". Déjate amar por Él. Quédate un momento en silencio. No te desconcierte ni desaliente que a veces el Señor parece también guardar silencio.

Es preciso creer que Dios está presente en las largas noches, en los días negros, para tomarte de la mano y guiar tus pasos por sus sendas. Cuando digas "no tengo ganas de orar" es precisamente el momento oportuno... es cuando Dios actúa, por lo que es preciso, es urgente, que no esperes más; es el "tiempo favorable" para iniciar un encuentro con quien siempre te espera, con el Padre que continuamente piensa en ti y se hace el encontradizo para demostrarte su amor.

¿No has visto nunca en la montaña ciertas flores que nacen en las oscuras hendiduras de las rocas? 
La oración más espontánea puede despuntar después de una larga preparación de aridez, después de momentos de desolación.

En cada uno de nosotros hay un niño que lloriquea: "no tengo ganas..." Pero hay, asímismo, un adulto que suplica: "No te preocupes. Ora como si las tuvieras". 

¡Cuando las ganas decrecen, es el momento en el que debes tener el coraje de orar! 

¿CUÁL ES EL RETO PRINCIPAL DE UNA ESCUELA CATÓLICA Y DE UN CATEQUISTA?


¿Cuál es el reto principal de una escuela católica y de un catequista?

Una buena escuela católica o un buen departamento de catecismo de una diócesis o de una parroquia, no pueden sentirse satisfechos si los alumnos aprenden la doctrina pero no conocen la persona de Cristo
Por: P. Evaristo Sada LC | Fuente: la-oracion.com



En las escuelas católicas muchas veces se enseña religión, pero los alumnos no salen amando a Jesucristo. El reto de un catequista y de un profesor de formación católica es que sus alumnos conozcan a la persona de Cristo, se enamoren de Él y lo sigan, para vivir en amistad con Él en el tiempo y en la eternidad.

Una buena escuela católica o un buen departamento de catecismo de una diócesis o de una parroquia, no pueden sentirse satisfechos si los alumnos aprenden la doctrina pero no conocen la persona de Cristo y establecen una relación de amistad con Él.

Creo que todos los esfuerzos que una escuela o una parroquia pongan en sus programas de formación católica, deben estar orientados a lograr este objetivo. Por ejemplo: al hacer la selección de los profesores y catequistas, lo primero que hay que ver es si se trata de verdaderos amigos de Cristo, que lo conozcan de primera mano en la oración, que sean capaces de dar testimonio de Aquél a quien han visto y oído en su contacto diario con Él en la Eucaristía y la meditación de la Palabra.

San Pablo, aquel gran evangelizador, debía de ser así. Vivía encendido adentro. Le ardía el mensaje –"¡ay de mí si no anuncio el Evangelio!"-(1 Cor 9,16) y su experiencia personal de Cristo se convertía también en materia de predicación, que acompañaba con el testimonio de su vida: "para mí la vida es Cristo" (Fil 1,21), "todo lo tengo por basura con tal de ganar a Cristo" (Fil 3,8); predicaba dando testimonio de esta experiencia personal e íntima: "me amó y se entregó por mí" (Gál 2, 20).

"El camino mejor es el que el Apóstol [...] mostró: Toda la finalidad de la doctrina y de la enseñanza debe ser puesta en el amor que no acaba. Porque se puede muy bien exponer lo que es preciso creer, esperar o hacer; pero sobre todo debe resaltarse que el amor de Nuestro Señor siempre prevalece, a fin de que cada uno comprenda que todo acto de virtud perfectamente cristiano no tiene otro origen que el amor, ni otro término que el amor" (Catecismo Romano, Prefacio, 10; cfr. Catecismo de la Iglesia Católica, 25).

Al escribir los textos, al preparar las actividades y talleres, en todo momento, la pregunta principal que deben hacerse es: ¿esto va a ayudar a que el alumno conozca, ame y siga a Jesucristo? Incluso a la hora de dirigir oraciones y en la forma de celebrar la misa los pastores tenemos la responsabilidad de que sea inspirador, que el estudiante diga: yo quiero aprender a rezar así, me gustaría mucho tratar con Dios de esa manera.

Es motivo de mucha esperanza y confianza para el pastor y maestro saber que en esta tarea no parte de cero y que no está solo: Dios Nuestro Señor ha dado ya el primer paso, Él nos amó primero, y el Espíritu Santo está trabajando de manera permanente en el alma de cada uno de sus hijos. "El deseo de Dios está inscrito en el corazón del hombre, porque el hombre ha sido creado por Dios y para Dios. Dios no cesa de atraer al hombre hacia sí, y sólo en Dios encontrará el hombre la verdad y la dicha que no cesa de buscar". (Catecismo de la Iglesia Católica, 27) Pero Dios es un mendigo de nuestra atención. La amistad requiere la aceptación libre de ambas partes.

Ser cristiano implica una relación personal y una amistad con Cristo, un seguimiento y una donación a Cristo. No hay que comenzar de cero porque Dios no es un desconocido para el bautizado iniciante. Desde el día de su bautismo, Dios tiene puesta su morada en lo más profundo de su ser; la oración, la relación personal de amistad con Dios, la tiene sembrada en su corazón. Dios no está lejos, no es un extraño, es lo más íntimo de sí mismo y quiere manifestarse.

El papel del formador y catequista consiste principalmente en despertar el corazón profundo. Es preciso individuar las condiciones que van a permitir que el alumno crezca en su relación de fe y amor con Jesucristo y eso es lo que el formador debe poner. Es como un jardinero, que pone las condiciones para que la semilla germine y crezca en buena tierra. El maestro es Cristo, la semilla es la gracia, el santificador es el Espíritu Santo. Necesita buena tierra: eso es lo que debe aportar cada uno con la ayuda de sus formadores.

Por ello, creo que la vida de oración, entendida como relación personal de fe y amor con Cristo a lo largo de toda la jornada, debe ser materia central en toda escuela católica. Algunos medios clave que contribuyen a crear las condiciones necesarias para que la semilla germine y crezca son: la vida de gracia, la vida eucarística, la familiaridad con la Palabra de Dios, el acompañamiento de un formador al estilo del Buen Pastor, la comunidad orante.


El encuentro de Cristo con los de Emaús (Lc 24, 13 ss) me parece emblemático como modelo catequético.

- Los dos discípulos en búsqueda – pedagogía divina de la Providencia.

- Cristo Buen Pastor sale a su encuentro.

- Los lugares de encuentro con el Resucitado: La Palabra y la Eucaristía.

- Establecen una relación: ¡quédate con nosotros!, ardía el corazón por la acción del Espíritu Santo.

- Los discípulos comparten su experiencia personal del encuentro con Cristo.

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