jueves, 16 de enero de 2014

DIEZ REGLAS PARA ORAR CON SENCILLEZ



Diez reglas para orar con sencillez


1.- Tómate cada día dos minutos de tiempo para estar a solas y en paz. Relaja tu cuerpo, tu cabeza y tu corazón.
2.- Habla con Dios con sencillez y naturalidad, cuéntale todo lo que te preocupa. No hace falta que uses formulas extrañas. Háblale en tus propias palabras. él las entiende bien.

3.- Entra en diálogo con Dios cuando estás en tu trabajo diario. Cierra tus ojos un par de segundos donde estés, en el negocio, en el autobús, en tu mesa de trabajo.

4.- Convéncete de esta verdad: que Dios está contigo y te quiere ayudar. No es que tú estés siempre acosando a Dios para que te dé su bendición: es al revés, es Él el que quiere bendecirte.

5.- Ora con la seguridad de que tu oración es inmediatamente eficaz, más allá de las tierras y los mares, y protege a tus personas queridas allí donde estén, y haz que también a ellas las alcance el amor de Dios.

6.- Cuando ores has de tener ideas positivas, no negativas.

7.- Siempre tienes que constatar, cuando te pones a orar, que estés dispuesto a aceptar la voluntad de Dios, cualquiera que sea.

8.- Cuando ores, déjalo todo en manos de Dios. Pide que te dé fuerzas para hacer todo lo que te sea posible, y lo demás, déjalo a Él.

9.- Di una palabra de intersección por aquellos que no te quieren bien o que te han tratado mal. Eso te dará fuerzas de un modo extraordinario.

10.-Cada día tendrías que decir una oración por tu país, por la paz.

El consejo más sencillo es éste: habla con Dios como si estuviera sentado contigo en una silla, como si acabara de entrar en la habitación y dijera: ¿ Qué quieres que haga por ti?

OLOR


OLOR


Un hombre abrió un negocio de venta de pescado y puso un rótulo en la puerta que decía;

"Aquí SE VENDE PESCADO FRESCO".

Un amigo le hizo la indicación de que bien podía suprimir la palabra "aquí" pues estaba sobreentendido que si se vendía pescado era "aquí". El buen hombre siguió el consejo y eliminó el adverbio de lugar.

Otro llegó después que le hizo la observación de que sobraba el adjetivo " fresco", de otra manera no habría razón para venderlo. El hombre aceptó también esta sugerencia y lo quitó.

Mas tarde vino otro que le dijo que no había razón para indicar que "se vende", pues si es un establecimiento abierto al público y hay pescado, esta claro que es para venderlo. Y también lo eliminó. 

Por ultimo, llegó otro que le preguntó por qué anunciaba que allí había pescado. "!QUITALO! ¡No hace falta! ¡. 

Pues de lejos se siente el OLOR A PESCADO…

¿Huele la gente donde hay Cristianos?

¿Hueles tu a un Cristiano autentico?

2da Corintios 2,15-16 "Porque nosotros somos para Dios el buen olor de Cristo, tanto entre los que se salvan, como entre los que se pierden: para éstos, olor de muerte que lleva a la muerte, para aquellos, olor de vida que lleva a la vida..

Efesios 5,2 "Y hagan del amor la norma de su vida, a imitación de Cristo que nos amo y se entregó a si mismo por nosotros como ofrenda y sacrificio de suave olor a Dios"

1ra Pedro 2,12 "Portense dignamente entre los no creyentes, para que el buen comportamiento de ustedes desmienta a quienes los calumnian como si fueran malhechores, y así ellos mismos glorifiquen a Dios el día de su venida.

EL EVANGELIO DE HOY: 16.01.2014

Autor: Vicente David Yanes | Fuente: Catholic.net
Curación de un leproso
Marcos 1, 40-45. Tiempo Ordinario. El leproso sabía que Cristo lo amaba y por eso le pide su curación.
 
Curación de un leproso
Del santo Evangelio según san Marcos 1, 40-45


Se le acerca un leproso suplicándole y, puesto de rodillas, le dice: «Si quieres, puedes limpiarme». Compadecido de él, extendió su mano, le tocó y le dijo: «Quiero; queda limpio». Y al instante, le desapareció la lepra y quedó limpio. Le despidió al instante prohibiéndole severamente: «Mira, no digas nada a nadie, sino vete, muéstrate al sacerdote y haz por tu purificación la ofrenda que prescribió Moisés para que les sirva de testimonio». Pero él, así que se fue, se puso a pregonar con entusiasmo y a divulgar la noticia, de modo que ya no podía Jesús presentarse en público en ninguna ciudad, sino que se quedaba a las afueras, en lugares solitarios. Y acudían a él de todas partes.

Oración introductoria

Señor, si Tú quieres esta meditación puede hacer la diferencia en mi día, y en mi vida. Vengo ante Ti como el leproso, necesito de tu gracia. Tócame y sáname de todas mis iniquidades, de mi egoísmo, de mi soberbia, de mi vanidad, de mi indiferencia.

Petición

Ayúdame, Jesús, a vivir tu Evangelio al convertirme en un apóstol fiel y esforzado de tu Reino.

Meditación del Papa Francisco

La piedad popular valora mucho los símbolos, y el Corazón de Jesús es el símbolo por excelencia de la misericordia de Dios; pero no es un símbolo imaginario, es un símbolo real, que representa el centro, la fuente de la que brotó la salvación para toda la humanidad.[...]
Pensemos esto, es hermoso: la misericordia de Dios da vida al hombre, le resucita de la muerte. El Señor nos mira siempre con misericordia; no lo olvidemos, nos mira siempre con misericordia, nos espera con misericordia. No tengamos miedo de acercarnos a Él. Tiene un corazón misericordioso. Si le mostramos nuestras heridas interiores, nuestros pecados, Él siempre nos perdona. ¡Es todo misericordia!
Vayamos a Jesús. Dirijámonos a la Virgen María: su corazón inmaculado, corazón de madre, compartió al máximo la compasión de Dios, especialmente en la hora de la pasión y de la muerte de Jesús. Que María nos ayude a ser mansos, humildes y misericordiosos con nuestros hermanos. (S.S. Francisco, Angelus, 9 de junio de 2013).

Reflexión

El Evangelio nos presenta una vez más a uno de esos hombres que se acercó a Jesús para que le curase. Como los demás, reconoció en Cristo al Salvador. Pasó por su vida y creyó en él como en él único que podía remediar sus males. En esta ocasión se trata de un leproso. Para Jesús el caso no presentaba novedad. Lo que sí impresiona es que el leproso se expresa en unos términos inauditos: "Si quieres, puedes curarme". ¿Sería posible que Cristo no quisiese? Si así sucediera estaríamos perdidos. Fuera de Cristo, ¿dónde puede encontrarse la salud?

El leproso no se presentó con su petición con las torcidas intenciones de los fariseos. "Tu puedes curarme, porque todo te es posible. Si no me curas es porque no quieres. Si no quieres no eres bueno. Y si no eres bueno, ¿cómo haces milagros? Con el poder de los demonios..." Nada de esto. Él conoce a Cristo, profundamente. Sabe lo que hay en su corazón. Por eso se arrodilla. Por eso dice "si quieres". Porque cree plenamente en que Cristo le ama. ¿Creemos nosotros esto? De nuestra confianza depende nuestra curación.

Propósito

Revisar mi programa de vida espiritual para concretar medios que me acerquen más a Cristo.

Diálogo con Cristo

Jesús, ¡cuánto podrías hacer conmigo si me dejara transformar por Ti! ¡Sería un instrumento que Tú podrías usar para comunicar a los hombres tus tesoros y tus gracias! Jesús, ayúdame a vivir tu Evangelio y a sentir el apremio de cumplir con tu mandato misionero. 

EL GOZO DE ESTAR JUNTO A TI


El gozo de estar junto a Ti


Jesús Eucaristía:
Venir a Visitarte, me colma el alma e alegría
inmensa, porque es venir a conversar con el
Amigo, porque es venir y colmarse de luz, de
paz y de un gozo que no me cabe en el alma.

Venir a visitarte, y postrarme a tus pies
es para mí causa de inmensa honra, pues me
siento más favorecido que si uno de los grandes
de este mundo me concediera audiencia y me
otorgara toda clase de favores.

Y es natural que mi alma se dilate en ese gozo
santo, al sentirme cerca de tí, Jesús Eucaristía,
al experimentar que bondadosamente me amas y que
te agrada que venga a visitarte.

¡Que gozo! ¡Que alegría! ¡ Que inmenso júbilo
poder estar aquí en tu presencia! Jesús Eucaristía.

Es el gozo de quien sabe que está junto a su
Redentor, cerca de Aquel que todo lo puede, todo
lo sabe y que desea curar nuestros males, aliviar
nuestras heridas y derramar su consuelo divino en
nuestros corazones.

Es un gozo que supera toda alegría humana, porque
simplemente es el gozo de Dios, que se comunica
con plenitud a nuestras almas.

¡Gracias, Jesús Eucaristía! Mil gracias por
concederme esta alegría íntima y profunda de
vivir estos momentos de oración cerca de Tí,
bajo el influjo de tu amor misericordioso que
nos ama, nos purifica y nos santifica.

¡Un momento cerca de tí, vale más que miles de
años lejos de tu santificadora presencia.

¡Te amo, Jesús Eucaristía! y gracias por permitirme
vivir estos momentos cerca de tí.

Amén.

DÉJAME VER TU GRANDEZA, SEÑOR


Déjame ver tu grandeza, Señor.


Señor:
Me acaricias con la brisa,
me besas con la luz del sol,
me meces en las olas de Tus playas,
me mimas con las gotas de la lluvia,
me consuelas con Tu Palabra,
me perdonas en el Sacramento de la Reconciliació n
y me das Vida con la Eucaristía.

¡Si supiéramos la grandeza del Sagrario!
Te das por amor en la Eucaristía,
Te inmolas constantemente por mí.
Aumenta mi amor por Tí
y déjame ver Tu Grandeza
y sentir Tu Amor.
¡Amén!

miércoles, 15 de enero de 2014

CREO QUE PUEDES, CREO QUE QUIERES


Autor: P. Mariano de Blas LC | Fuente: Catholic.net
Creo que puedes, creo que quieres
La fe hay que actuarla también en las cosas que pedimos en la oración. Cuántas oraciones están llenas de todo menos de fe.



Comentabamos el día de ayer martes 14, sobre la fe que debemos tener sobre las cosas "que no se pueden" 

A cada idea negativa, -y son tantas las que diariamente nos golpean- hay que saber enfrentar una positiva, a modo de martillazo. Una idea positiva, una idea de que va a salir, una idea de que creo en el poder de Dios. Una idea positiva de fe. A veces hacer un verdadero acto de fe, cuesta mucho trabajo porque existe una idea anti-fe; muy arraigada. Todos o casi todos, dicen: "que no se puede". Algunos sienten la obligación moral de aconsejar a los pobres incautos, idealistas; y demás de que no se puede, "que ellos ya lo han intentado, que está todo bien calculado y medido; no se puede". 

Yo creo que esa expresión es demasiado fea, y demasiado mala. Si yo, por ejemplo, no he logrado algo, no tengo ningún derecho a decir a los que vienen detrás, "que eso no se puede". Una cosa es que yo no pude y otra cosa es que ellos no van a poder hacerlo. Yo les puedo decir yo no lo logré quizás porque me equivoqué, me faltó fe, pero al mismo tiempo decirles: "!Ánimo, es probable que ustedes sí lo logren!" Eso es más caritativo y más humano. 

Hablo de martillazos de fe, esa sería la expresión, porque cada vez que llega una idea negativa de no puedo, martillazo, golpe, sí puedo. Habrá que luchar a veces contra todo y contra todos: contra los propios pensamientos que a veces son los más difíciles de expulsar. Luchar además contra otras personas que sin mala intención concluyen que no se puede; y a veces, los encontramos demasiado cerca de nosotros, en la propia familia, en algunos de nuestros amigos que, además, van con la sana idea de ayudar y te repiten; y te dicen, y hasta se enojan sí tu pretendes decirles que tal vez sí se pueda. Se enojan y te retan: "ya verás", "te lo dije". 

Para ser eficaz en lograr un meta apoyada por la fe, hay que buscar que esas metas sean concretas, precisas, aferrables, que se puedan contar, medir; porque si es una meta genérica, medio nebulosa, no se puede. 

Hay que decir, además, que la fe funciona de distinta manera a la razón, como en zigzag. La razón usa la evidencia, mide, calcula; y en base a eso, saca sus conclusiones. La fe en cambio, se agarra, se aferra a una certeza de lograr una meta aunque parezca muy difícil. Y no duda un segundo, aunque la evidencia le diga que no lo va a lograr. Sigue luchando y sin saber cómo, atrapa la meta. 

Por eso, los que no tienen fe, al final preguntan, ¿cómo le hizo? Yo varias veces he tenido que decir: Fe y saliva. No basta creer por un rato, hay que seguir creyendo sin darse jamás por vencido. Mucha gente es capaz de hacer un acto de fe al inicio un poco a prueba casi para luego convencerse de que "ya ve", "no sale", "se lo dije", "lo teníamos ya calculado, no sale". El hombre de fe no reacciona de esa manera, él sabe que va a lograr la meta. Sigue creyendo, cuando casi evidentemente se ve que no. Y de pronto, sin que otros lo crean, salió el resultado. ¿Cómo le hizo? Así preguntan los que no tienen fe, porque ante la evidencia de que salió, los pobres no pueden decir, "no sale". 

Preguntan "¿cómo le hizo?" La fe hay que actuarla también en las cosas que pedimos en la oración: "Todo lo que pidiereis sin dudar, creed que ya lo habéis recibido, y se os dará". 

Cuántas oraciones están llenas de todo menos de fe. Entre todas esas palabras, y llanto y lágrimas; digamos: Creo que puedes, creo que quieres. Hay en el evangelio oraciones de este tipo que a Cristo le fascinaron, que le arrancaron los milagros a la primera. Un leproso que se le acerca de rodillas y le dice esta oración tan breve y tan profunda: "Señor, sí quieres puedes curarme". Respuesta: "Quiero, queda limpio". 

Incluso aquella mujer que ni le dijo una palabra, tenía una grave enfermedad, unas hemorragias, había gastado todo su dinero y no había servido de nada. Ella hizo este acto de fe: "Basta que toque su manto y quedaré curada". Efectivamente, tocó su manto y quedó curada en el acto. 

Un centurión romano es decir, una persona que era pagana, tuvo más fe que ninguno. Le pidió a través de unos amigos a Jesús que curara a su siervo que estaba muy enfermo. Y Jesús dijo: "Cómo no, voy a su casa y lo curaré". Cuando él se dio cuenta que venía a su casa, mandó a decirle: "no, no, por favor, no vengas a mi casa, no necesitas venir". Fíjense la fe cómo es: "no necesitas venir, basta con que lo mandes tú". 

De la misma manera, así se argumentaba así mismo, "que yo que soy un centurión tengo cien soldados a mis órdenes, le digo a éste: Haz esto; y lo hace, y a mi siervo: tráeme tal cosa, y me la trae". 

Y Jesús públicamente no se aguantó las ganas de decir estas palabras: "No he encontrado una fe tan grande en todo Israel". Eso es tan hermoso, que incluso en la misa a la hora de la comunión, se pronuncia la frase que dijo el centurión: "No soy digno de que vengas a mi casa". Esas palabras fueron dichas por un pagano que tenía fe. 

En cambio, pongamos otro caso, el de un hombre muy educadito, muy modosito que tenía un hijo enfermo, y había ido con los apóstoles a que le curaran, y no pudieron. Se ve que también les faltó fe a los mismos apóstoles. Y entonces medio desesperado va con Jesús. "Mi pobre hijo enfermo... fui con tus apóstoles y no pudieron". Subrayando: "no pudieron", "sí tú puedes hacer algo", no le dijo: "tú puedes", sino "si tú puedes". La duda. Muy educadito pero sin fe. Y Jesús, como que severamente le dice, "¿Puedes tu creer?" El otro entendió la indirecta y dijo: "Sí, señor, ayuda mi incredulidad". Lo curó como a regañadientes, no muy a gusto. Porque cuando había fe, Cristo muy a gusto curaba. 

Y hoy día, cuando hay un hombre o una mujer de fe, muy a gusto le presta su omnipotencia para que realice las cosas. A los hombres de fe, Dios les presta, repito, su omnipotencia. Por eso no se explica humanamente hablando, cómo es que una persona que tiene fe saca las cosas adelante. La gente no se lo explica, no lo entiende. En cambio Él sí sabe por qué suceden las cosas, porque se fía de esas palabras de Jesús. Asi nos lo dice el Papa Francisco muchas veces: "Los milagros existen, pero es necesario rezar. Con una oración ferviente, insistente, perseverante, no una oración para cumplir." (24-5-2013) 

Alguien dijo, refiriéndose solo a la fe humana, esto de lo que estoy totalmente persuadido: "Todo lo que la mente de un hombre llegue a creer, esa misma mente lo realizará." ¿Será una ley espiritual? Creo que sí. 

Quiero recordar una poesía, creo que es del Dr. Bernard, que a mí realmente me inspira mucho; y que no cabe duda que la siguen los hombres de fe, sean atletas, sean realizadores, en el campo profesional, en el campo espiritual, el que sea. La poesía dice así: 

Sí piensas que estas vencido, lo estás. 
Sí piensas que no te atreves, no lo harás; 
sí piensas que te gustaría ganar, pero que no puedes, no lo lograrás. 
Sí piensas que perderás, ya estás perdido, 
Porque en el mundo encontrarás 
que el éxito comienza con la voluntad del hombre, 
todo está en el estado mental, es decir, en la fe. 
Porque muchas carreras se han perdido 
antes de haberse corrido 
y muchos cobardes han fracasado 
antes de haber su trabajo empezado. 

Piensa en grande y tus hechos crecerán, 
piensa en pequeño, y quedarás atrás, 
piensa que puedes; y podrás. 
Todo está en el estado mental, EN TU FE. 
Sí piensas que estas aventajado, los estás. 
Tienes que pensar bien para elevarte. 

(Y termina de esta manera, que es como el resumen.) 

Tienes que estar seguro de ti mismo 
antes de intentar ganar un premio. 
La batalla de la vida no siempre la gana 
el hombre más fuerte o el más ligero, 
porque tarde o temprano el hombre que gana 
es aquél que CREE QUE PUEDE HACERLO. 

Quisiera repetir al final lo más importante y es, el reto que nos lanza Jesús, en Marcos 11, 22-24. Tened fe en Dios, yo os aseguro que quien diga a este monte, quítate y arrójate al mar; y no vacile en su corazón, sino que crea que va a suceder lo que dice, lo obtendrá. Por eso os digo, todo cuanto pidáis en la oración creed que ya lo habéis recibido y lo obtendréis. 

En la relación a esto, la frase más hermosa que alguien me pudo decir en la vida fue ésta: "Usted me enseñó a creer".

Ojalá que no solo sea una persona, sino muchas las que puedan decir, tú entre ellas: "Usted me enseñó a creer", porque de esa manera te enseñaré también a triunfar en la vida. 


LA EXCOMUNIÓN POR EL ABORTO

Autor: Colin B. Donovan, STL | Fuente: www.ewtn.com
¿Cómo sucede la excomunión por aborto?
Todos aquellos que colaboran en llevar a cabo el aborto, son considerados conspiradores y sujetos a ser excomulgados
¿Cómo sucede la excomunión por aborto?
¿Cómo sucede la excomunión por aborto?

La manera en que sucede la excomunión por aborto es la siguiente:

El Canon 1398 menciona que "una persona que realiza un aborto exitoso, incurre en la excomunión automática" (latae sententiae). Esto significa que en el mismo momento en que el aborto es consumado exitosamente, la mujer y todos los participantes son excomulgados.

El aborto se define como "el asesinato del feto, de cualquier manera o en cualquier momento, desde el momento de la concepción" (Pontificio Consejo para la Interpretación de los Textos Legislativos, publicado en las "Actas de la Sede Apostólica" vol. 80(1988),(1818)). Esta definición aplica a cualquier significado, incluyendo drogas, por medio de la cual un ser humano en el vientre de la madre es sacrificado. Cuando una mujer está consciente de estar en estado, la muerte intencional de la nueva vida en ella, no es solamente asesinato sino una ofensa sujeta a excomunión. Una mujer que sospecha que está esperando, tiene una grave responsabilidad y debe averiguar y proteger la posible vida en ella. Cualquier acción para terminar una "posible" vida, aunque probablemente no sea materia de excomunión, si refleja una gran indiferencia por la vida y es materia de pecado grave.

Todos aquellos que colaboran en llevar a cabo el aborto, son considerados conspiradores y sujetos a ser excomulgados. Esto incluye sin duda a los médicos y las enfermeras que participaron directamente, a los esposos, familiares y otros que con cuyo consejo colaboraron en hacerlo moralmente posible para la mujer afectada, y también todos los que la apoyaron en llevarlo a cabo.(Llevando a la clínica, financiando el aborto etc.)

Claramente hablando, aquellos que piensan que la posibilidad de tener abortos químicos solucionaría el problema, se engañan a si mismos. Solamente ampliaría el grupo sujeto a la excomunión y culpables de falta grave, incluyendo entonces a los fabricantes de las medicinas, farmaceuticos y médicos familiares. También debe de tomarse en consideración que actualmente muchas píldoras anticonceptivas son abortivas. Teóricamente el uso y conocimiento de las características abortivas de estas pastillas podría causar la excomunión. Los fabricantes de estas pastillas han estado considerando últimamente la peligrosa responsabilidad que comparten.

Tome nota: Para incurrir en la excomunión, uno debe de estar en conocimiento de que el aborto conlleva esa consecuencia. El Canon 1323 prevee excluir de la sanción a aquellos que no han cumplido los 16 años, los que no conocen esta Ley o están en error sobre su alcance, los que fueron forzados a esta decisión, los que tuvieron un accidente imprevisto, los que actuaron por miedo o no estaban en su santo juicio. (excepto culpabilidad causada por el alcoholismo). Por lo tanto una mujer forzada por un hombre abusivo, para hacerse un aborto, no estaría sujeta a la excomunión, pero si alguien es culpable bajo la influencia del alcoholismo o de drogas, si lo estaría (Canon 1325).

En cualquier caso, haya uno estado sujeto a excomunión o no, el pecado del aborto tiene que ser confesado, como si se le hubiera quitado la vida a un ser humano inocente (5to mandamiento). Si el penitente no conocía esta Ley en el momento de cometer el aborto, entonces él o ella no fueron excomulgados. Si la persona conocía esta Ley, pero existieron circunstancias atenuantes (como las arriba mencionadas referente al Canon 1323), estos factores deben ser explicados al confesor. El confesor mencionará, si tiene la facultad del obispo para absolverlo de esta excomunión o si necesita de ella. Si no tiene la facultad de absolver en este caso, puede privadamente y en secreto obtener la absolución del obispo o enviar al confesor a una persona que si tenga la facultad para hacerlo.

Una persona que piensa pueda estar sujeta a la excomunión, debe abstenerse de recibir la Sagrada Eucaristía hasta tanto la absolución de los pecados y de la excomunión haya sido otorgada.

Un factor que complica esta situación, es cuando intencionalmente se oculta el pecado mortal (aborto) o el conocimiento de la excomunión, esto invalida todas las otras absoluciones recibidas por los otros pecados cometidos, desde el momento en que se comenzó a ocultar este pecado. Ocultar conscientemente un pecado mortal o una excomunión, significa que aún después de haber sido dada la absolución por el sacerdote, debido a la falta de honestidad de parte del penitente, el pecado no queda perdonado. La absolución no es mágica, depende del sincero arrepentimiento de todos los pecados mortales conocidos y un firme propósito de enmienda. Estos pecados deben ser nuevamente confesados, como parte integral de una buena confesión. Este no es el caso de la persona que desconocía que lo que estaba haciendo era pecar ante los ojos de Dios y de la Iglesia, de lo cual se enteró más tarde. Como no ocultó de la confesión lo que sabía que era pecado, sus previas confesiones son válidas.

La Iglesia hace todo el esfuerzo posible para facilitar El Sacramento de la Penitencia y obliga a los sacerdotes a mantener también la anonimidad (Canon 964). Realmente no hay excusa válida para demorar el pleno regreso a los Sacramentos. Todos los que han cometido un aborto deben regresar a casa, a Cristo y a la Iglesia.


Para consultar el Código de Derecho Canónico, utilice este enlace

APRENDE A VOLAR


Aprende a volar


"El rey recibió como obsequio dos pichones de Halcón y los entregó al Maestro de Cetrería para que los entrenara. Pasados unos meses, el instructor comunicó al rey que uno de ellos estaba perfectamente educado, pero que al otro no sabía lo que le sucedía: no se había movido de la rama desde el día de su llegada a Palacio, a tal punto que había que llevarle el alimento hasta allí. El rey mandó llamar a los curanderos y sanadores de todo tipo, pero nadie pudo hacer volar al ave. Encargó entonces la misión a miembros de la Corte, pero nada sucedió. Por la ventana de sus habitaciones, el Monarca podía ver que el ave continuaba inmóvil. Publicó por fin un edicto entre sus súbditos y, a la mañana siguiente vio al Halcón volando en los jardines.
- Traedme al autor de ese milagro - dijo.
En seguida le presentaron a un campesino.
- Tú hiciste volar al Halcón?, cómo lo hiciste?, eres mago acaso?-.
Entre feliz e intimidado, el hombrecito sólo le explicó:
- No fue difícil Su Alteza, sólo le corté la rama. El pájaro se dio cuenta que tenía alas y se largó a volar.-"

Sabes que tienes alas?
Sabes que puedes volar?
A que estás agarrado?
De qué no te puedes soltar?
Qué está esperando tu rama para romperse?
Quien o qué la puede cortar?
Cuáles son las razones que hoy te impiden levantar el vuelo?
Nadie vendrá a rescatarte.
Nadie cortará la rama.
Tú eres el mago.
Entonces, qué es tener éxito?

Es comenzar por tener un sueño
Es estar comprometido con los sueños
Es tener confianza en sí mismo
Es algo que no aparece por casualidad
Es aceptar lo que no se puede cambiar
Es saber cambiar a tiempo
Es volver a empezar
Es reconocerme en mis logros
Es saber disfrutar de mis logros y de lo que tengo
Es reconocer que me equivoqué y pedir perdón
Es reconocer que detrás de cada acierto pueden haber varios fracasos
Es enamorarse de lo que uno hace
Es no postergar y hacer algo ahora
Es darse cuenta que estás eligiendo a cada momento
Es reconocer las propias debilidades y fortalezas
Es no parar jamás hasta conseguir los sueños
Es saber con que fin hacemos las cosas
Es no mirar hacia atrás
Es actuar con entusiasmo
Es transitar caminos desconocidos
Es probar hacer algo que nunca hicimos
Es probar hacer algo de una manera diferente
Es saber que no estamos solos
Es no rendirse jamás
Es disfrutar de cada momento
Es disfrutar del tiempo libre
Es tener tiempo libre
Es accionar ya
Es inventar un nuevo paso de baile cuando el anterior no funciona
Es pensar en positivo
Es tener metas claras
Es tener perseverancia en la búsqueda de los deseos
Es estar preparado para ver la oportunidad
Es desarrollar la creatividad
Es utilizar la imaginación
Es recomenzar con el mismo entusiasmo
Es tener la paciencia necesaria
Es tener claridad en el propósito
Es dejar una huella para que otros puedan seguirla
Es estar focalizado a lo que uno quiere
Es arriesgar
Es hacer cosas nuevas todos los días

ÉXITO: ES APRENDER A VOLAR !.

GUÍAME SEÑOR


ANUNCIO COMERCIAL


Anuncio comercial


El texto es de un comercial 
que fue exhibido en los cines recientemente. 

En el film la pantalla queda toda blanca 
y la narración dice lo siguiente:

Este comercial... No tiene una mujer en biquini, 
no tiene cachorros, no tiene niños, no tiene un bebito...
Este comercial no tiene una pareja, no tiene beso, 
no tiene una familia tomando el café de la mañana.

Este comercial no tiene música pegajosa, 
no tiene efectos especiales, 
no tiene una tortuga jugando con una pelota. 
Este comercial no tiene gente famosa, 
ni modelos publicitarios.

Porque este comercial es para vender un producto... 
que todos quieren comprar ! 
sin que nadie los convenza.

Que usted adora consumir... 
y tal vez hasta ya lo haya comprado... 
sólo que no se lo han entregando.

Es un producto que no tiene marca, no tiene slogan, 
no tiene envoltorio, ni hace promoción del tipo 
"lleve 3 y pague 2".

Este comercial es todo blanco. Y de esta manera...
puede ser entendido aquí y en el mundo entero.

Además, sería muy bueno si este comercial...
se pudiera pasar en el mundo entero.

Porque el producto que este comercial quiere vender
es... ¡PAZ!

Y mientras las personas 
que necesitan comprar la PAZ no la compren, 
Usted puede...

Tomar un poco de la PAZ que todavía tiene en casa... 
y usarla en el tránsito, en la fila del banco, 
en el ascensor o... cuando mira un partido de fútbol.

¡La PAZ es un producto interesante! 
Porque cuanto usted más la usa... ¡Más PAZ tiene!

Y si todo el mundo la usara... tal vez llegaría el día... 
en que nadie más.. Tendría que hacer un comercial...
¡Para vender la PAZ!

ORACIÓN A LA DIVINA MISERICORDIA


ORACIÓN AL A DIVINA MISERICORDIA


¡Oh Dios de gran misericordia!, bondad infinita, desde el abismo de su abatimiento, toda la humanidad implora hoy Tu misericordia, Tu compasión, ¡Oh Dios!; y clama con la potente voz de la desdicha.

¡Dios de Benevolencia, no desoigas la oración de este exilio terrenal! ¡Oh señor!, Bondad que escapa nuestra comprensión, que conoces nuestra miseria a fondo y sabes que con nuestras fuerzas no podemos elevarnos a Ti, Te lo imploramos: Adelante con Tu gracia y continúa aumentando Tu misericordia en nosotros, para que podamos, fielmente, cumplir Tu santa voluntad, a lo largo de nuestra vida y a la hora de la muerte. Que la omnipotencia de tu misericordia nos escude de las flechas que arrojan los enemigos de nuestra salvación, para que con confianza, como hijos Tuyos, aguardemos la última venida (día que Tú solo sabes). Y esperamos obtener lo que Jesús nos prometió a pesar de nuestra mezquindad.

Porque Jesús es nuestra esperanza: A través de su Corazón misericordioso, como en el Reino de los Cielos.

LA ESPERANZA DEL CIELO


Autor: Ramiro Pellitero Iglesias | Fuente: Fluvium.org
La esperanza del Cielo
La unión con Cristo no nos permite vivir en las nubes


Cuenta la Odisea que Ulises bajó al Hades, el lugar de los muertos, para encontrarse con Tiresias, el ciego vidente. Éste le explicó cómo debía comportarse en el regreso a casa.

Según la fe cristiana, los santos son aquellos que ya gozan de la visión de Dios y están unidos a Él para siempre. Ellos interceden por nosotros desde el Cielo. Santa Teresita de Lisieux decía: "Pasaré mi Cielo haciendo bien sobre la tierra". Con el ejemplo de los santos aprendemos cómo transitar por este mundo, "que es camino para el otro que es morada sin pesar" (Jorge Manrique). Y es que el hombre no es un ser para la muerte, sino para la Vida. Ya antes de la muerte nos importa, ¡y mucho!, esta vida, porque en ella servimos a Dios y a los que nos rodean; y, además, porque en esta vida nos ganamos la otra: con la atención a la familia, con el trabajo cotidiano y el empeño por solucionar las pequeñas y grandes cuestiones que nos afectan. Alguien ha comparado ese esfuerzo de la humanidad, al que hace un alumno por resolver un complejo problema de matemáticas, ante su maestro; poco a poco va consiguiendo algunos éxitos, pero no llega a la solución final; el maestro le observa y le deja esforzarse, porque sabe que así se va haciendo más capaz de recibir un día la solución que sólo el maestro puede dar.

Hace un año por estas fechas se preguntaba Benedicto XVI si el hombre moderno sigue esperando la vida eterna o considera que pertenece a una mitología ya superada. Ciertamente, argumentaba, vivimos tan absorbidos por las cosas de la tierra, que se nos hace difícil pensar en Dios como protagonista de nuestra vida. Pero el ser humano no puede suprimir su anhelo por la justicia, la verdad, la felicidad. Ante el enigma de la muerte, ¿quién no desearía volver a encontrar a los seres queridos? ¿Cómo no esperar un juicio final que restablezca la justicia? ¿Cómo renunciar a la felicidad para siempre?

Ahora bien, para nosotros, los cristianos, "vida eterna" no significa sólo una vida que dura para siempre, "sino también una nueva calidad de la existencia, sumergida plenamente en el amor de Dios, que libera del mal y de la muerte y nos pone en comunión sin fin con todos los hermanos y hermanas que participan en el mismo Amor".

La vida eterna no está sólo "después" o "en el más allá"; sino que puede comenzar aquí, en la amistad con Dios que se da con la vida de la gracia.

Esto es lo que proclamó el Concilio Vaticano II y esto es lo que celebramos en la fiesta de todos los santos. Lo explicaba el Papa: todos los cristianos, llamados a la santidad, "tienen los pies en la tierra, pero el corazón ya está en el Cielo, morada definitiva".

En términos parecidos se expresaba San Josemaría Escrivá, cuando predicaba que hemos de vivir "con la cabeza en el cielo, y los pies en la tierra". La unión con Cristo no nos permite "vivir en las nubes", ni encerrarnos en una autosuficiencia o en un cómodo bienestar.

Al contrario, nos lleva a trabajar por todas las personas de la tierra, especialmente los más necesitados: los enfermos, los indigentes, los débiles.

Aspiramos a convertir esta tierra en un "cielo", en la medida que depende de nosotros. Queremos dar a los demás lo que de Dios recibimos: una Vida que no muere.

EL EVANGELIO DE HOY: 15.01,2014

Autor: José Rodrigo Escorza | Fuente: Catholic.net
Curación de la suegra de Pedro
Marcos 1, 29-39. Tiempo Ordinario. Jesús siempre atento para curar nuestras necesidades.
 
Curación de la suegra de Pedro
Del santo Evangelio según san Marcos 1, 29-39


Cuando salió de la sinagoga se fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre; y le hablan de ella. Se acercó y, tomándola de la mano, la levantó. La fiebre la dejó y ella se puso a servirles. Al atardecer, a la puesta del sol, le trajeron todos los enfermos y endemoniados; la ciudad entera estaba agolpada a la puerta. Jesús curó a muchos que se encontraban mal de diversas enfermedades y expulsó muchos demonios. Y no dejaba hablar a los demonios, pues le conocían. De madrugada, cuando todavía estaba muy oscuro, se levantó, salió y fue a un lugar solitario y allí se puso a hacer oración. Simón y sus compañeros fueron en su busca; al encontrarle, le dicen: «Todos te buscan». El les dice: «Vayamos a otra parte, a los pueblos vecinos, para que también allí predique; pues para eso he salido». Y recorrió toda Galilea, predicando en sus sinagogas y expulsando los demonios.

Oración introductoria

Jesús, Tú si sabías darle el lugar que le corresponde a tu Padre en tu vida. Ni los milagros, ni la atención a tus discípulos te hacían olvidar lo fundamental: la oración. Permite que yo sepa vivir tu estilo de vida, quiero enamorarme más de Ti en esta oración para poder ser fiel a mi vida de oración y, así, convertirme en un propagador de tu amor entre todos los hombres.

Petición

Señor, ayúdame a orar y a dialogar con tu Padre como Tú lo hacías.

Meditación del Papa Francisco

Siempre debemos tener el valor y la alegría de proponer, con respeto, el encuentro con Cristo, de hacernos heraldos de su Evangelio. Jesús ha venido entre nosotros para mostrarnos el camino de la salvación, y nos ha confiado la misión de darlo a conocer a todos, hasta los confines de la tierra.
Con frecuencia, vemos que lo que se destaca y se propone es la violencia, la mentira, el error. Es urgente hacer que resplandezca en nuestro tiempo la vida buena del Evangelio con el anuncio y el testimonio, y esto desde el interior mismo de la Iglesia. Porque, en esta perspectiva, es importante no olvidar un principio fundamental de todo evangelizador: no se puede anunciar a Cristo sin la Iglesia.
Evangelizar nunca es un acto aislado, individual, privado, sino que es siempre eclesial. Pablo VI escribía que "cuando el más humilde predicador, catequista o Pastor, en el lugar más apartado, predica el Evangelio, reúne su pequeña comunidad o administra un sacramento, aun cuando se encuentra solo, ejerce un acto de Iglesia"; no actúa "por una misión que él se atribuye o por inspiración personal, sino en unión con la misión de la Iglesia y en su nombre". Y esto da fuerza a la misión y hace sentir a cada misionero y evangelizador que nunca está solo, que forma parte de un solo Cuerpo animado por el Espíritu Santo. (S.S. Francisco, 6 de agosto de 2013, mensaje por la 87ª Jornada Mundial de las Misiones). 

Reflexión

Jesús nunca se ha cansado de servir a los hombres. Hoy aún sigue siendo el hombre más servidor de todos. Él mismo nos lo dijo: "no he venido a ser servido, sino a servir". Pero de vez en cuando Él buscaba momentos de tranquilidad al lado de sus discípulos. Hoy es uno de esos días.

Han llegado a la casa de Simón, y encuentra a la suegra de éste enferma. Jesús, no sabiendo cómo no salvar un alma más en ese día, la toma de la mano y la cura. Parece que Dios, hecho hombre para servir no quiera hacer otra cosa. Él todo poderoso; Él conocedor de los sufrimientos humanos; Él que tanto ha amado al mundo, ¿se iba a quedar tranquilo viendo a los hombres perderse? No, hay que salvarlos a toda costa. Por eso allí está, sirviendo en los momentos de mayor intimidad con sus discípulos. La suegra aprendió muy bien la lección de ese día: "En ese momento se le quitó la fiebre y se puso a servirles". ¿Cuántas lecciones tenemos que sacar de este pequeño acto de donación? Se dice que arrastra más un ejemplo que muchas palabras. Aquí lo tienen. El ejemplo está claro: Cristo, servidor de los hombres para salvarlos.

Aunque haya pasado toda una tarde de enseñanzas con sus discípulos, Él al atardecer sirvió a los demás, para darles la Vida y que la tuvieran en abundancia. No sólo actuó en ese pueblo, sino que su amor se extendió, durante su vida terrena, a los judíos, pero ahora sigue haciendo el bien, a través de un ejemplo de uno de sus consagrados, a través de la oración abnegada de todos los días de una madre de familia, o la sencillez de corazón de un jovencito que hace un acto de amor para con el viejito que está cruzando la calle. El actúa hoy de muchas formas en el mundo, principalmente a través de la oración.

Propósito

Oración confiada para no dejar que la duda o la angustia me domine cuando surjan los problemas de la vida.

Diálogo con Cristo

¡Cuánto me enseña este pasaje del Evangelio! Ahora comprendo la importancia de la oración y el cómo vivir los acontecimientos difíciles de la vida: con paciencia, ánimo y esperanza. Gracias, Señor, por llevarme de tu mano y permite que, al igual que la suegra de Pedro, me ponga a servir a los demás. Dame la gracia de identificarme contigo para pensar como Tú, sentir como Tú, amar como Tú y vivir como Tú. 

martes, 14 de enero de 2014

ORACIÓN DE LOS SENTIDOS



Oración de los sentidos
Autor: Manuel Izquierdo


Señor Jesús:
Abre mis oídos para escuchar tu cálida voz en cada sonido
que percibo.

Abre mis ojos para observar Tu bella luz que se refleja
en todo lo creado.

Abre mi olfato para sentir Tu fragancia exquisita y pura
en cada ser humano.

Abre mi boca para saborear Tu infinita bondad en todo
lo que acontece en este día.

Abre mis manos para palpar Tú presencia en cada persona
que se acerca.

Abre mi corazón para amarte en todo y todos obra perfecta
de tu creación.

Abre mi voluntad para que la inundes con la tuya y así servirte
plenamente por siempre.

Amén.

PAZ



Paz
Autor: Padre Ignacio Larrañaga


¡ Señor !
¡ Colma de esperanza mi corazón
y de dulzura mis labios!
Pon en mis ojos la luz que acaricia y purifica,
en mis manos el gesto que perdona.

Dame el valor para la lucha,
compasión para las injurias,
misericordia para la ingratitud y la injusticia.

Líbrame de la envidia
y de la ambición mezquina,
del odio y de la venganza.

Y que al volver hoy nuevamente
al calor de mi lecho, pueda,
en lo más íntimo de mi ser,
sentirte a Tí presente.
Amén.

RECETA SECRETA PARA LA FELICIDAD

Receta secreta de la felicidad
(Porciones para toda la familia... con el sabor de lo nuestro)

INGREDIENTES
1 kilogramo de recuerdos infantiles
2 tazas de sonrisas
2.5 kilogramos de esperanzas
100 gramos de ternura
5 latas de cariño
40 paquetes de alegría
1 pizca de locura
8 kilogramos de amor
5 kilogramos de paciencia

PREPARACIÓN
1.- Limpia los recuerdos, quitándoles las partes que estén echadas a perder o que no sirvan, Agregarle una a una las sonrisas, hasta formar una pasta suave y dulce.
2.- Ahora, añade las esperanzas y permite que repose, hasta que doble su tamaño.
3.- Lava con agua cada uno de los paquetes de alegría, pàrtalos en pequeños pedacitos y mezcla con todo el cariño que encuentres.
4.- Aparte, incorpora la paciencia, la pizca de locura y la ternura cernida. Reserva.
5.- Divide en porciones iguales todo el amor y cúbrelos con la mezcla anterior.
6.- Hornéalas durante toda tu vida en el horno de tu corazón.
7.- Disfrútalas siempre con toda tu familia... con el sabor de lo nuestro.
**Consejo: Puedes agregar a la mezcla anterior dos cucharadas de comprensión y 300 gramos de comunicación para que esta receta te dure para siempre.**

LA AMISTAD


La amistad
La amistad no se conquista, no se impone;

se cultiva como una flor, se abona con pequeños detalles de cortesía, de ternura y lealtad; se riega con las aguas vivas de desinterés y de cariño silencioso.

No importan las distancias, los niveles sociales, los años o las culturas, la amistad todo lo borra.

La felicidad del amigo nos da felicidad: sus penas se vuelven nuestras porque hay un maravilloso lazo invisible que une a los amigos. La amistad es bella sobre toda ponderación, por que:"Para el que tiene un amigo, no existe soledad."

VENDRÁ LA PAZ

Vendrá la paz


Si tú crees que una sonrisa
es más fuerte que un arma,
Si tú crees que lo que une a los hombres
es más fuerte que lo que los separa,
Si tú crees en el poder de una mano extendida,
si tu crees que ser diferente es una riqueza
y no un peligro, entonces

¡VENDRÁ LA PAZ!

Si tú sabes mirar al otro con un poquito de amor,
Si tú sabes preferir la esperanza a la sospecha,
Si tú estás persuadido
que te corresponde tomar
la iniciativa antes que el otro,
Si todavía la mirada de un niño
llega a desarmar tu corazón, entonces

¡VENDRÁ LA PAZ!

Si tú puedes alegrarte del gozo de tu vecino,
Si la injusticia que golpea a los otros te indigna
tanto como la que tú puedes sufrir,
Si para ti el extranjero es un hermano,
Si tú puedes dar gratuitamente
un poco de tu tiempo por amor, entonces

¡VENDRÁ LA PAZ!

Si tú sabes aceptar que el otro te preste su ayuda,
Si tú compartes tu pan
y sabes dar con el un pedazo de tu corazón,
Si tú crees que el perdón
consigue más que la venganza,
Si tú sabes cantar la felicidad de otro
y bailar su alegría... entonces

¡VENDRÁ LA PAZ!

Si tú puedes escuchar al desdichado
que te hace perder tu tiempo
y entretenerlo con una sonrisa,
Si tú sabes aceptar la crítica
y hacer que te sea provechosa
sin rechazarla ni defenderte,

Si tú sabes acoger y aceptar
un punto de vista diferente al tuyo,

Si tú rehúsas a darte golpes por tus culpas
en el pecho de otros entonces

¡VENDRÁ LA PAZ!

Si para ti el otro es ante todo un hermano,
Si para ti la cólera es una debilidad,
no una manifestación de fuerza,
Si tú prefieres ser herido
antes de hacer daño a alguien,
Si tú no te sientes tan importante que
después de ti el Diluvio entonces

¡VENDRÁ LA PAZ!

Si tú alcanzas y te colocas al lado del pobre
y del oprimido sin creerte un héroe,
Si tú crees que el amor es la única fuerza de disuasión,
Si tú crees que la paz es posible, entonces

¡VENDRÁ LA PAZ!

¿REZAMOS POR LOS SACERDOTES QUE NOS CONFIESAN?

Autor: P. Fernando Pascual LC | Fuente: Catholic.net
¿Rezamos por los sacerdotes que confiesan?¿Rezamos por los sacerdotes que confiesan?
Para que tengan un corazón comprensivo y misericordioso, para escuchar con paciencia, atención y los consejos adecuados desde el Espíritu Santo.

Entramos en una iglesia. A los lados, confesionarios. Vemos con alegría que hay uno o varios sacerdotes dispuestos a acoger a quienes pidan el sacramento de la penitencia.

Es hermoso encontrar disponibles, en diversos momentos del día, a sacerdotes que nos permiten recibir el perdón de Dios. Pero esos sacerdotes necesitan, como todo bautizado, la ayuda de Dios para ser fieles a su misión, para tener un corazón comprensivo y misericordioso, para escuchar con paciencia y atención, para poder dar los consejos adecuados (desde el Espíritu Santo) a cada penitente.

Por eso es tan importante rezar por los sacerdotes que dedican buena parte de su tiempo a la confesión. Pedir por ellos es un gesto de amor fraterno, que nace de corazones que valoran el ministerio de cada confesor, pues los sacerdotes sienten muchas veces la urgencia de recibir luces de Dios para tratar del mejor modo posible a cada bautizado que pide perdón.

¿Rezamos por los sacerdotes que confiesan? ¿Sentimos un deseo profundo de apoyar su ministerio? ¿Nos preocupa que sean santos y sabios? ¿Suplicamos a Dios que haya cada día más vocaciones y más sacerdotes dispuestos a ser canales por los que recuperamos la vida de gracia?

El mundo moderno sufre un vacío enorme porque ha olvidado el Amor de Dios, porque justifica y niega el pecado, porque desprecia la misericordia. Por eso nos hundimos en placeres vacíos, en orgullos que ahogan el alma, en avaricias que encadenan, en egoísmos que nos impiden amar a los hermanos, en odios que llevan a herir a los propios familiares o a conocidos.

Frente a esta situación, buscar, pedir, encontrar un sacerdote con tiempo y, sobre todo, con un corazón grande como el de Cristo, para recibir el perdón de los pecados, es una urgencia para toda la Iglesia.

Al pedir al Padre, como Cristo nos enseñó, que envíe obreros a su mies (cf. Lc 10,2), también hemos de suplicar para que conceda a su Iglesia muchos y buenos sacerdotes confesores.

De este modo, avanzará en el mundo la limpieza que viene de Dios. Habrá más paz en las almas, en las familias y en los pueblos. Estaremos preparados, desde la esperanza, a la llegada del Esposo que nos ha invitado a la fiesta eterna de su Reino.
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