sábado, 29 de junio de 2013

ENTREVISTA A SAN PEDRO Y SAN PABLO

Autor: P Mariano de Blas LC | Fuente: Catholic.net
Entrevista a San Pedro y San Pablo
¿Qué nos platicarían estos grandes apostoles? ¡Cuántas cosas nos enseñarían!Sus palabras son actuales, solo tenemos que leerlas en las Sagradas Escrituras.
Entrevista a San Pedro y San Pablo
Entrevista a San Pedro en el cielo

Vamos a hacer una entrevista a aquel pescador de Galilea llamado Simón Pedro:

Pregunta: ¿Qué sentiste al negar a Cristo?

Respuesta: Fue el día más triste de mi vida; no se lo deseo a nadie. Yo era muy duro para llorar, pero ese día lloré a mares; no lo suficiente, porque toda la vida lloré esa falta. Sin embargo, por haber negado al Señor un día, lo amé muchísimo más que si nunca lo hubiera hecho. Esas negaciones fueron un hierro candente que me traspasó el corazón.

Pregunta: ¿Prefieres el nombre de Pedro al de Simón?

Respuesta: Sí, porque el nombre de Simón me lo pusieron mis padres; el de Pedro, Cristo. Además, es un nombre que encierra un gran significado. Por un lado me hace feliz que Él me haya hecho piedra de su Iglesia; por otro lado, me produce gran confusión, porque yo no era roca, sino polvo vil. Cristo ya no me llama Simón, Él prefiere llamarme roca; y en el cielo todos me llaman Pedro.
Mi antiguo nombre ya se me olvidó. Cuando pienso en mi nuevo nombre, cuando me llaman Pedro, inmediatamente pienso en la Iglesia. Me llaman así con un sentido muy particular los demás vicarios de Cristo que me han seguido, y yo siento ganas de llamarles con el mismo nombre, porque todos somos piedra de la misma cantera, todos sostenemos a la Iglesia.

Pregunta: ¿Por qué dijiste al Señor aquellas palabras: «Señor, a quién iremos, si Tú tienes palabras de vida eterna»?

Respuesta: Me salieron del corazón. La situación era apurada, y había que hacer algo por el Maestro; veía a mis compañeros indecisos, y sentí la obligación de salvar la situación y confiar; por eso dije en plural: «¿A quien iremos Señor? Tú tienes palabras de vida eterna». Yo mismo no comprendía en ese tiempo muchas cosas del Maestro. Ni pienses que entendía la Eucaristía, pero dejé hablar al corazón, y el corazón me habló con la verdad.
Yo amaba apasionadamente al Maestro y aproveché aquel momento supremo para decir bien claro y bien fuerte: «Yo me quedo contigo». Y, de lo que entonces dije, nunca me arrepentí.

Pregunta: ¿Qué sentiste cuando Cristo Resucitado se te apareció?

Respuesta: Es difícil, muy difícil de expresar, pero lo intentaré. Por un segundo creí ver un fantasma, luego sentí tal alegría que quise abrazarlo con todas mis fuerzas. «¡Es Él!» pensé, pero luego sentí cómo se me helaba la sangre, y quedé petrificado sin atreverme a mover. Él fue quien me abrazó con tal ternura, con tal fuerza... Y oí muy claras sus palabras: «Para mí sigues siendo el mismo Pedro de siempre».

Pregunta: ¿Qué consejo nos das a los que seguimos en este mundo?

Respuesta: Puedo decirles que mi actual sucesor, Benedicto XVI, es de los mejores. Háganle caso y les irá mejor.

Pedro es el típico hombre, humilde de nacimiento, que se hizo grande al contacto con Cristo. El típico hombre, pecador como todos, pero que, arrepentido de su pecado, logró una santidad excelsa.


Entrevista en el cielo a San Pablo

Quisiéramos hoy hacerle algunas preguntas al fariseo Pablo de Tarso.

Pregunta: ¿Qué sentiste en el camino hacia Damasco, caído en el suelo, tirado en el polvo?

Respuesta: Yacía por tierra, convertido en polvo, todo mi pasado. Mis antiguas certezas, la intocable ley mosaica, mi alma de fariseo rabioso, toda mi vida anterior estaba enterrada en el polvo.

Fue cuestión de segundos. Del polvo emergía poco a poco un hombre nuevo. Los métodos fueron violentos, tajantes, «es duro dar coces contra el aguijón», pero sólo así podía aprender la dura lección.

En el camino hacia Damasco me encontré con el Maestro un día que nunca olvidaré.

Aquella voz y aquel Cristo de Damasco se me clavaron como espada en el corazón. Cristo entró a saco en mi castillo rompiendo puertas, ventanas; una experiencia terrible; pero considero aquel día como el más grande de mi vida.


Pregunta: ¿Sigues diciendo que todo lo que se sufre en este mundo es juego de niños, comparado con el cielo?

Respuesta: Lo dije y lo digo. Durante mi vida terrena contemplé el cielo por un rato; ahora estaré en él eternamente. El precio que pagué fue muy pequeño. El cielo no tiene precio. ¡Qué pena da ver a tantos hombres y mujeres aferrados a las cosas de la tierra, olvidándose de la eternidad!

Vale la pena sufrir sin fin y sin pausa para conquistar el cielo. El Cristo de Damasco será mío para siempre; llegando aquí lo primero que le he dicho al Señor ha sido: «Gracias Señor, por tirarme del caballo»; pues Él me pidió disculpas por la manera demasiado fuerte de hacerlo.

Pregunta: ¿Qué querías decir con aquellas palabras: “¿Quién me arrancará del amor a Cristo?”

Respuesta: Lo que las palabras significan: que estaba seguro de que nada ni nadie jamás me separaría de Él, y así fue. Y, si en la tierra pude decir con certeza estas palabras, en el cielo las puedo decir con mayor certeza todavía.
El cielo consiste en: “Cristo es mío, yo soy de Cristo por toda la eternidad” ¿Sabes lo que se siente, cuando Él me dice: «Pablo, amigo mío?».

Pregunta: Un día dijiste aquellas palabras: “Sé en quién he creído y estoy tranquilo”. Explícanos el sentido.

Respuesta: Cuando llegué a conocerlo, no pude menos de seguirlo, de quererlo, de pasarme a sus filas; porque nadie como Él de justo, de santo, de verdadero.
Supe desde el principio que no encontraría otro como Él, que nadie me amaría tanto como aquél que se entregó a la muerte y a la cruz por mí.

Pregunta: ¿Un consejo desde el cielo para los de la tierra?

Respuesta: Uno sólo, y se los doy con toda la fuerza: “Déjense atrapar por el mismo Señor que a mi me derribó en Damasco”.

Si todos los enemigos del cristianismo fueran sinceros como Pablo de Tarso, un día u otro, la caída de un caballo, una experiencia fuerte o una caricia de Dios les haría exclamar como él: «Señor, ¿qué quieres que haga?».



  • Preguntas o comentarios al autor
  • P. Mariano de Blas LC 

    NO SE VENDEN FRUTOS


    No se venden frutos.


    Anoche tuve un sueño raro.

    En la plaza mayor de la Ciudad habían abierto una tienda nueva. El rótulo decía REGALOS DE DIOS.

    Entré.

    Un ángel atendía a los clientes.

    ¿Qué es lo que vendes, ángel del señor? Vendo cualquier don de Dios.

    ¿Cobras muy caro? No los dones de Dios los damos gratis.

    Miré los grandes estantes, estaban llenos de ánforas de amor, frascos de
    fe, bultos de esperanza, cajas de salvación y muchas cosas más.

    Yo tenía gran necesidad de todas aquellas cosas.

    Cobré valor y le dije al ángel:

    Dame por favor bastante amor de Dios, dame perdón de Dios, un bulto de esperanza, un frasco de fe y una caja de salvación.

    Mucho me sorprendí cuando vi que el ángel de todo lo que yo le había
    pedido, me había hecho un solo paquete y el paquete estaba ahí en el
    mostrador, un paquete tan pequeño como el tamaño de mi corazón.

    ¿Será posible? _pregunté _ ?Esto es todo?.

    El ángel me explicó:

    Es todo, Dios nunca da frutos maduros El sólo da pequeñas semillas que cada quien debe cultivar.

    PISTAS PARA LA ALEGRÍA


    Pistas para la alegría
    Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB
    Libro: Momentos de paz


    Hay varias cosas que pueden inundar tu vida de un gozo permanente.
    ¿sabes cuáles son? Te las enumero para que las pienses durante este rato de relajación.

    1.Sonríe: No pares de sonreír. Cuanto más, mejor. La sonrisa alegra tu corazón. Dicen que quien mucho ríe, lleva una vida feliz y difícilmente sufre un infarto. Guarda la paz de tu alma, conserva tu buen humor, calma los nervios y embellece tu rostro. ¡Qué poema más bello es ver la alegría de tu rostro sonriente.

    2.Fíjate en lo bueno de las cosas. No te olvides que por encima de las nubes negras, la vida reverbera siempre con la claridad de Dios Creador. No te lamentes de que las rosas estén rodeadas de espinas, sino más bien alégrate y regocíjate pensando que una cosa tan prosaica como las espinas merecen gozar de la compañía de algo tan delicioso como la rosa.


    3.Derrama felicidad. La felicidad es un perfume que nadie puede derramar en los otros sin que caiga alguna gota sobre él.

    4.Piensa en cosas agradables: Nuestra vida es lo que los pensamientos hacen de ella.

    5.Escribe los beneficios recibidos. Te diría que los escribieras para conservarlos en tu memoria. Mira, amigo/a, que tienes demasiados dones y gracias recibidos de Dios para que te entretengas en tristezas y melancolías.

    Ya vez que con estos cinco puntos puedes ser una persona distinta a la que eres en la actualidad.

    ¡Vive hoy feliz!

    EL EVANGELIO DE HOY: 29.06.2013


    Autor: Buenaventura Acero | Fuente: Catholic.net
    A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos
    Mateo 16, 13-19. Solemnidad de San Pedro y San Pablo. Ellos encontraron la fuerza para llevar a término su misión en la tierra.
     
    A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos
    Del santo Evangelio según san Mateo 16, 13-19


    Llegado Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: «¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?» Ellos dijeron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías, otros, que Jeremías o uno de los profetas». Díceles él: «Y vosotros ¿quién decís que soy yo?» Simón Pedro contestó: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo». Replicando Jesús le dijo: «Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos». 

    Oración introductoria

    Cristo, san Pedro y san Pablo, y muchos otros, dieron su vida porque creían en el amor, en la locura de tu amor que te llevó al extremo de morir en la cruz. Dame la gracia de comprender, en esta oración, que debo buscar vivir, transmitir y ser testigo de ese amor.

    Petición

    Dios mío, que este tiempo de oración sea una expresión de mi amor.

    Meditación del Papa

    Pedro responde: "Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo". Acto seguido, Jesús pronuncia la declaración solemne que define, de una vez por todas, el papel de Pedro en la Iglesia: "Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia (...). A ti te daré las llaves del reino de los cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos". Las tres metáforas que utiliza Jesús son en sí muy claras: Pedro será el cimiento de roca sobre el que se apoyará el edificio de la Iglesia; tendrá las llaves del reino de los cielos para abrir y cerrar a quien le parezca oportuno; por último, podrá atar o desatar, es decir, podrá decidir o prohibir lo que considere necesario para la vida de la Iglesia, que es y sigue siendo de Cristo. Siempre es la Iglesia de Cristo y no de Pedro. Así queda descrito con imágenes muy plásticas lo que la reflexión sucesiva calificará con el término: "primado de jurisdicción".Benedicto XVI, 7 de junio de 2006.

    Reflexión

    Cristo pregunta a sus apóstoles: ¿quién dice la gente que soy yo? Pone esta pregunta sólo después de haber llevado a término su misión de enseñar lo que el Padre le ha dicho. Podría decirse que el caso ya está expuesto y ahora llega el momento de pronunciar el juicio. Sin embargo, la gente que ha visto y oído todas las pruebas necesarias para reconocerlo como Mesías, no termina por comprender sus signos. Es como si un velo cubriera sus ojos y les impidiese dar una respuesta segura y convincente: "Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo."

    Para Pedro, al igual que para Pablo tiempo después, Cristo fue un auténtico enigma difícil de descifrar. Por ejemplo, ¿qué pensaría Pedro al ver a su maestro caminando sobre las aguas? O ¿cuáles sentimientos fluirían es su corazón cuando escucha de Cristo "sobre ti edificaré mi Iglesia" y más tarde le dice "apártate de mí Satanás."

    Este misterio sobre Cristo lo comprenderíamos mejor con los ojos de la fe que nos da el Padre. Mientras la fe no sea le oxígeno de nuestra vida, no seremos capaces de reconocer a Cristo como el Mesías. Por esto Cristo le dice a Pedro "dichoso Tú, Pedro, porque esto no te lo ha revelado ningún hombre sino mi Padre que está en el cielo."

    El don de la fe se lo dona el Padre a Pedro no por mérito de Pedro ni por sus cualidades personales -era pescador- sino por su propia bondad Dios. Es el don más precioso, el de reconocer a Dios como Mesías, como la auténtica luz que guiará nuestros pasos hacia la felicidad eterna. Y gracias a la fe Pedro y Pablo encontraron la fuerza para llevar a término su misión en la tierra.

    Propósito

    Haré una oración especial por el Papa Francisco, pidiendo a Dios lo ilumine y lo fortalezca en su misión.

    Diálogo con Cristo

    Señor, siendo fiel a la Iglesia, estoy seguro que te soy fiel. Estar en comunión con el Papa es estar en comunión contigo. Por eso hoy te quiero confirmar mi amor y mi deseo de caminar siempre al paso de la Iglesia, sin poner límites a mi servicio ni a mi amor. 

    viernes, 28 de junio de 2013

    EN MEDIO DE LA ENFERMEDAD

    Autor: Caludio de Castro | Fuente: Catholic.net
    En medio de la enfermedad
    He pasado una semana enfermo, débil, sin ánimo para hacer cosas. Curiosamente, no he dejado de sentir la presencia amorosa de Dios.
     
    En medio de la enfermedad

    He pasado una semana enfermo, débil, sin ánimo para hacer cosas. Curiosamente, no he dejado de sentir la presencia amorosa de Dios.

    Tus fuerzas te abandonan y tú te abandonas ante su presencia soberana. Entonces surge Dios y dice: "No temas, Yo estoy contigo". Y todo cambia. Comprendes que hay un sentido para todo, incluso tu enfermedad.

    Por momentos, acostado, me trasladaba con mi mente a una capilla donde esta expuesto Jesús Sacramentado. Me detengo frente a Jesús y lo miro. Y le digo que lo quiero. "Eres mi mejor amigo, Señor". No hacemos más que eso. Pero me siento tan feliz de poder entregarle estos pequeños gestos de amor.

    Comprendo lo frágiles que somos los humanos y la grandeza de nuestro espíritu.

    Anoche, ocurrió algo significativo. Me dormí profundamente y dormido, en sueños, me puse a rezar. Entonces escuché la voz paternal de Dios que se preguntaba:
    "¿Qué haré contigo?"
    Yo, intuitivamente respondí:
    "Devolverme la salud".
    De pronto surgió una pregunta que me estremeció:
    "¿Y qué hiciste con la salud que te di?"

    Me vi entonces en un tranque vehicular gritándole al conductor de al lado... luego, molesto con una cajera que no me atendió a tiempo. Surgieron así, en cuestión de segundos, cientos de situaciones similares de las que me avergoncé.

    Sin dejar de amarme, Dios preguntó:
    "¿Amaste?"
    “Muy poco Señor”, reconocí, "creo que fui egoísta con el tiempo que me diste".
    "Está bien reconocerlo”, dijo con ternura… “Tendrás otra oportunidad. Ama y haz todo el bien que puedas".

    Entonces desperté.

    Algo pasó en ese sueño, que me llenó de esperanza.

    La gripe está cediendo y pronto volveré a salir. Pero esta vez seré diferente. Trataré de ver al prójimo como a mi hermano, y estaré más cerca de Dios: amando, ayudando al que pueda. 

    PEDID Y RECIBIRÉIS...


    AFICIONARSE A ORAR


    Aficionarse a orar
    Autor:  Padre Eusebio Gómez Navarro OCD
      
           Santa Teresa  comienza el libro de su Autobiografía con un grato reconocimiento al testimonio de sus padres.”El tener padres virtuosos y temerosos de Dios me bastará ,si yo no fuera tan ruin, con lo que el Señor me favorecía, para ser buena.

    Era mi padre aficionado a leer buenos libros. Con el cuidado que mi madre tenia de hacernos rezar y ponernos en ser devotos de nuestra Señora y de algunos santos, comenzó a despertarme de edad – a mi parecer- de seis a siete años.

    Ayudábame no ver  en mis  padres  favor sino para la virtud. Tenían muchas”. 

    "La familia -decía el Decreto sobre el Apostolado de los Seglares, n. 11- ha recibido directamente de Dios la misión de ser la célula primera y vital de la sociedad. Cumplirá esta misión si, por la mutua piedad de sus miembros y la oración en común dirigida a Dios, se ofrece como santuario doméstico de la Iglesia ... si la familia practica el ejercicio de la hospitalidad y promueve la justicia y demás obras buenas al servicio de todos los humanos que padecen necesidad"

                Santa Teresa tuvo la suerte de tener unos padres virtuosos que, además de preocuparse de que sus hijos crecieran en la fe, eran testimonio de vida. De ellos heredó nuestra Santa el amar a Dios sobre todas las cosas y a sentirse amada por Él.

                Los padres deben hablar de Dios y hacer que sus hijos crezan en este respeto y amor al Padre de todos. A los pequeños se les enseña a comer, a caminar, a hablar, ¿ por qué no se les puede enseñar y "hacer rezar" y poner cuidado en que sean devotos de la Virgen y los santos? Lo que se aprende en los primeros años, sirve para toda la vida.

                El chaval tiene que orar en común con sus padres en toda ocasión : en las alegrías, tristezas, cumpleaños, aniversarios, al dormir, al levantarse de la cama, al bendecir la mesa, en las reuniones familiares. Con los padres visitará a Jesús en el Sagrario,  conversará  con El como amiguito,  participará en la Eucaristía.

                Conviene, además, que los esposos tengan tiempo para la reflexión conjunta, para orar como pareja, sobre todo, cuando el amor se debilita y el diálogo flaquea. En esos momentos de dificultad, habrá que repetir con frecuencia la vieja plegaria del Evangelio: "Señor : nos estamos quedando sin vino".

                "Oh Dios de quien procede toda la paternidad en el cielo y en la tierra...haz que tu gracia guíe los pensamientos y las obras de los esposos hacia el bien de las familias y de todas    las familias del mundo. Haz que las  nuevas generaciones encuentren en la familia un fuerte apoyo para su humanidad y su crecimiento en la verdad y en el amor. Haz que el amor corroborado por la gracia del sacramento del matrimonio, se demuestre más fuerte que cualquier debilidad y cualquier crisis, por las que pasan las familias" (Juan Pablo II)

    PEDRO Y PABLO EN EL AÑO DE LA FE

    Autor: P. Javier Leoz Ventura | Fuente: www.revistaecclesia.com
    Pedro y Pablo en el Año de la Fe
    Dos personas que fueron cimientos y puntales de los primeros tiempos de la evangelización cristiana: Pedro y Pablo
    Pedro y Pablo en el Año de la Fe
    Pedro y Pablo en el Año de la Fe
    Al llegar la festividad de San Pedro y de San Pablo salen a flote los primeros pasos de nuestra era cristiana, tomando cuerpo y forma, criterio y testimonio en dos personas que fueron cimientos y puntales de los primeros tiempos de la evangelización cristiana: Pedro y Pablo

    Era la hora de la verdad:

    - De dar razón de las palabras de Jesús hasta los últimos confines de la tierra

    - De pasar del dicho al hecho, incluso vertiendo la sangre

    - De no seguir con miradas perdidas en el cielo

    - De probar la verdad o la fragilidad de la fe en el discipulado


    1.SAN PEDRO Y SAN PABLO: SERVIR ANTE TODO

    - Son columnas de ese gran edificio espiritual que es nuestra Iglesia

    - Son testimonio de un Cristo vivo de, aquellos, que lo supieron escribir con sangre

    - Son, tan distintos, que fueron capaces de unirse en lo esencial: ¡por encima de todo el afán evangelizador! Como recientemente nos ha recordado el Papa Francisco, fueron personas (cristianos) contracorriente.

    - Son punto de referencia a la hora de tomar un camino u otro en nuestra vida cristiana. Como San Pedro, a veces, corremos el riesgo de quedarnos "con y en los nuestros". Como a San Pablo, qué bien nos vendría si Dios nos tirase de nuestro particular, altivo y querido caballo (orgullo, hipocresía, mentira, debilidad, falsos prejuicios, cobardía…..) para aventurarnos a lo nuevo sin miedo. Muchos, hoy en la Iglesia, siguen entendiendo que el esfuerzo evangelizador ha de ir recompensado por una responsabilidad mayor, con un reconocimiento implícito o explícito por la Jerarquía Eclesial. Afortunadas las palabras del Papa Francisco: "muchos entienden su servicio a la Iglesia como un carrerismo".


    2.SAN PEDRO Y SAN PABLO: DIVERSIDAD PARA UNA MISMA FE

    - En uno Jesús puso la familiaridad y la cercanía, el compañerismo y hasta le leyó de antemano las contradicciones en las que caería en los aledaños de la Pascua.

    - Con el otro, Dios, quiso saltar las fronteras de una Fe que podía haberse quedado encerrada en las cuatro puertas de Palestina

    - En uno sobresale aquello de "ser amigo de sus amigos". No le acompañó precisamente ni la ciencia ni las letras, pero tuvo la virtud de ser sencillo como una paloma y noble como el oro. Jesús, le hizo entrega de las llaves de esa gran familia que es nuestra Iglesia.

    - Con el otro, Dios hizo el milagro de la conversión radical. Pasó de ser adversario a ser "fan" y propagandista de Jesús. Se sintió derribado de sus esquemas y de sus acepciones, de su sabiduría y de su altanería. Todo lo estimó en basura cuando lo comparaba con el amor/riqueza de Cristo. Pasó de la vehemencia a la docilidad ante su Dios.

    Dios no quiere a superhombres para llevar a cabo su Reino. Dios quiere respuestas. Pedro le falló en las horas más decisivas de la Pasión de Jesús. Pablo se convirtió en uno de los más sangrientos perseguidores. Pero, después, con un "sí" uno pasó de ser pescador en Galilea a ser pescador de almas. El otro, de ser un incrédulo, guerrero e intelectual, a un enamorado de la causa de Jesús.

    Dos personas distintas con un mismo denominador común: JESÚS... ¡TODO POR JESÚS!


    3. LOS NUEVOS "PEDRO" Y LOS NUEVOS "PABLO"

    Aún con nuestras historias (buenas o malas), limitaciones (que son otras tantas), con los caminos emprendidos (a veces contrarios a la fe), aún siendo como somos (y mira que somos complicados)... Dios sigue contando con nosotros: pone el tesoro de su Reino en nuestras manos aún a sabiendas que siempre serán empecinadas y constantes vasijas de barro. Y, volviendo al Papa Francisco, qué bueno sería saber, pensar y reflexionar una de sus perlas lanzadas en la capilla de Santa Marta: "nunca he visto que detrás de un cortejo fúnebre vaya un camión de mudanzas". Con nosotros, claro está, se va lo que hemos dado, trabajo, ofrecido y servido.

    En esa carne (débil y pecadora) que somos los hombres y mujeres de nuestro tiempo, Dios va manifestándose todos y cada uno de los días. Ojalá seamos capaces de ofrecer a DIOS nuestra vida de tal manera que nos sintamos "menos superhombres" y "más amigos de Dios".

    Con todo ello, en este día de los pilares de la Iglesia, tenemos un recuerdo y oración especial por ese testigo del evangelio que nos ensambla con el primer testimonio de los apóstoles y que es signo de unidad, de caridad y de comunión en toda la iglesia: el Papa Francisco. Dios lo acompañe en su intento de renovación, profunda y espiritual, de nuestra Iglesia.

    EL ARTE DE LA SERENIDAD


    El arte de la serenidad
    Autor: Seneca


    El material del que está hecho la vida es el tiempo. Aquí se dan 40 
    consejos para su sabia administración y disfrute. 

    1. Nuestra vida se extiende mucho para quien sabe administrarla bien. 

    2. ¿Se atreve alguien a quejarse de la soberbia del otro cuando él 
    mismo nunca tiene tiempo libre para sí? 

    3. Nada puede ejercitarse bien por un hombre ocupado, ni la 
    elocuencia, ni las artes liberales, pues cuando un espíritu es 
    distraído, no cobija nada muy elevado, sino que todo lo rechaza como  si fuese inculcado a la fuerza. 

    4. A los hombres más poderosos, los que están situados en altos 
    cargos, se les escapan palabras en las que anhelan el descanso, lo 
    alaban, lo prefieren antes que a todos sus bienes. 

    5.-. Hay que suavizar todas las cosas y hay que sobrellevar todas con  buen ánimo. 

    6. Aquel que dedica todo el tiempo a su propia utilidad, el que 
    dirige cada día como si fuese el último, ni suspira por el mañana, ni 
    lo teme. 

    7. Debe conservarse con sumo cuidado lo que no se sabe cuando va a  faltar. 

    8. El mayor impedimento para vivir es la espera, porque dependiendo  del mañana se pierde el hoy. 

    9. Este camino de la vida, continuo y apresuradísimo, que, en vela o 
    dormidos, recorremos al mismo paso, no es visible a los hombres 
    ocupados sino hasta que han llegado al final. 

    10. Es propio de una mente segura y tranquila el recorrer todas las 
    partes de su vida. Los espíritus de las personas ocupadas, como si 
    estuviesen bajo un yugo, no pueden volver, ni mirar hacia atrás. 

    11. El tiempo presente sólo pertenece a los hombres ocupados, el cual  es tan breve que no puede atraparse, y este mismo se les sustrae,  turbados como están en sus muchas ocupaciones. 

    12. Hay que ser indulgentes con el espíritu, y hay que darle descanso  una y otra vez. 

    13. Es ocioso aquel que tiene sentido para su ocio. 

    14. No son ociosos aquellos cuyos placeres encierran buena parte de  trabajo. 

    15. De todos, sólo son ociosos quienes tienen tiempo libre para la 
    sabiduría, pues no sólo defienden bien su vida: cualquier tiempo lo 
    añaden al suyo. 

    16. La vida mas breve y mas llena de inquietudes es la de aquellos 
    que olvidan el pasado, miran con indiferencia el presente, temen el 
    futuro. 

    17. La vida de quienes preparan con un gran esfuerzo lo que poseerán  con un esfuerzo mayor es desgraciadísima. Con gran trabajo consiguen  las cosas que quieren, con ansiedad mantienen las que han conseguido,  entretanto no hay ningún cálculo del tiempo, de ese que no va a  tornar nunca más. 

    18. No esperes hasta que las circunstancias te dejen en libertad, 
    sino sepárate tú mismo de ellas. 

    19. Es enemigo de la serenidad un compañero perturbado y que se 
    lamenta de todo. 

    20. Hay que pensar cuánto más leve sea el dolor de no tener que el de  perder, y comprenderemos que a la pobreza le corresponde un tormento  menor en cuanto es menor la posibilidad de mermar. 

    21. Habituémonos a desprendernos de la pompa y a valorar la utilidad  de las cosas, no sus adornos. 

    22. En todas partes es un vicio lo que es excesivo. 

    23. Da entrada a la razón en las dificultades: pueden ablandarse las 
    circunstancias duras, dársele amplitud a las estrechas y las graves 
    oprimir menos a quienes las soportan con elegancia. 

    24. No envidiemos a los que están situados por encima de nosotros: 
    las cosas que parecían más excelsas se derrumbaron. 

    25. Quien tema a la muerte, no hará nunca nada por un hombre vivo,  pero quien sepa que este hecho estaba pactado en el mismo momento en  que fue concebido, vivirá según la ley de la naturaleza, y, a su vez,  con la misma fortaleza de espíritu, se mantendrá firme para que  ninguna cosa que le suceda sea inesperada. 

    26. Es más tolerable y más fácil no adquirir que perder. 

    27. Que no se apodere de nosotros la inconstancia, vicio en extremo 
    enemigo de la serenidad. 

    28. Quien se dedica a muchas cosas, a menudo entrega a la suerte el 
    dominio de sí mismo. 

    29. Es propio del hombre reírse de la vida antes que lamentarse. 

    30. Es mejor aceptar con tranquilidad las costumbres públicas y los 
    defectos humanos, y que no se escapen involuntariamente ni la risa ni  las lágrimas. 

    31. En tus males conviene que te conduzcas de tal modo que des al 
    dolor sólo cuanto la naturaleza ordene, no cuanto ordene la 
    costumbre. 

    32. No es grata y segura la vida de quienes viven siempre bajo una 
    máscara. 

    33. Hay que mezclar y alternar estas cosas: la soledad y la compañía de la multitud. 

    34. No hay que tener la mente en la misma tensión constantemente. 

    35. Hay que dar un alivio a nuestros espíritus: tras haber descansado  surgen los mejores y más vivos proyectos. 

    36. A través de las ocupaciones se pasa la vida. 

    37. Ante todas las cosas es necesario evaluarse a uno mismo, porque  las más veces nos parece que podemos más de lo que en verdad podemos. 

    38. Los patrimonios, causa máxima de las aflicciones humanas. 

    39. La mejor medida del dinero es no caer en la pobreza ni alejarse 
    demasiado de la pobreza. 

    40. ¡Qué tarde es comenzar a vivir cuando hay que abandonar la vida! 

    NO ACUMULES PENAS


    No acumules penas


    Acostumbro tener un calendario del cual día a día arranco la hoja del  día anterior.

    Algo bastante simple, excepto cuando dejé de hacerlo por un par de meses, y al tratar de arrancar todas las hojas atrasadas no pude hacerlo, pues una a la vez es fácil, pero todas juntas es muy diferente.

    Lo mismo sucede con nosotros cuando no nos perdonamos día a día, o cuando guardamos rencores o sufrimientos.

    Muchas veces nosotros mismos no nos perdonamos errores y  decidimos cargarlos en silencio, haciendo cada vez más difícil  la  tarea de arrancarlos de nuestras vidas.

    Pero no acumules más hojas de tu vida; decide hoy  arrancarlas  de ti y ser libre, pues para eso fuiste hecho.

    No acumules tus penas y dáselas cada día a quien ya pagó por  todas y cada una de ellas en una cruz.

    EL EVANGELIO DE HOY: 28.06.2013

    Autor: Buenaventura Acero | Fuente: Catholic.net
    La curación de un leproso
    Mateo 8, 1-4. Tiempo Ordinario. Cristo nos consuela en nuestros sufrimientos, basta confiar en Él, nuestro Padre misericordioso que quiere nuestra felicidad.
     
    La curación de un leproso
    Del santo Evangelio según san Mateo 8, 1-4

    Cuando bajó del monte, fue siguiéndole una gran muchedumbre. En esto, un leproso se acercó y se postró ante él, diciendo: «Señor, si quieres puedes limpiarme». Él extendió la mano, le tocó y dijo: «Quiero, queda limpio». Y al instante quedó limpio de su lepra. Y Jesús le dice: «Mira, no se los digas a nadie, sino vete, muéstrate al sacerdote y presenta la ofrenda que prescribió Moisés, para que les sirva de testimonio. 

    Oración introductoria

    Señor, yo creo en ti y en tu amor. Si quieres puedes convertir este momento de oración en una experiencia de amor que transforme toda mi vida; sé que lo puedes hacer y humildemente te suplico que lo hagas.

    Petición

    Jesús, cúrame de todo eso que me aparta del camino del bien porque quiero vivir en todo, y sobre todo, tu caridad.

    Meditación del Papa

    El domingo pasado vimos que Jesús, en su vida pública sanó a muchos enfermos, revelando que Dios quiere para el hombre la vida y la vida en abundancia. El evangelio de este domingo nos muestra a Jesús en contacto con una forma de enfermedad considerada en ese momento como la más seria, tanto que volvía a la persona "impura" y la excluía de las relaciones sociales: hablamos de la lepra. Una ley especial reservaba a los sacerdotes la tarea de declarar a la persona leprosa, es decir impura; y también correspondía al sacerdote declarar la curación y readmitir al enfermo sanado a la vida normal. Mientras Jesús estaba predicando en las aldeas de Galilea, un leproso se le acercó y le dijo: "Si quieres, puedes limpiarme". Jesús no evade el contacto con este hombre, sino, impulsado por una íntima participación de su condición, extiende su mano y le toca --superando la prohibición legal--, y le dice: "Quiero, queda limpio.". (Benedicto XVI, 12 de febrero de 2012).

    Reflexión

    No hay duda que la vida de los hombres está llena de sufrimientos más o menos visibles, físicos, mentales, morales. El leproso del evangelio de hoy es una de estas miserias.

    Aunque los hombres se afanen por buscar las riquezas y finjan vivir en un mundo inmortal, los signos de la muerte que cada hombre lleva en sí mismo son inevitables. Los encontramos en cada paso de nuestra vida. Drogas, matrimonios deshechos, suicidios, abusos, enfermedades y un sin fin de desgracias que hasta el hombre más famoso, más rico, más sabio y más sano conoce personalmente. Para muchas personas muchas de estas realidades son hechos de cada día. Sin embargo, ellas mismas saben que a pesar de ello se debe ir adelante en la vida lo mejor posible.

    Por eso, Jesús pone en sus manos este elenco de desdichas y lo transforma en gracias y en bendiciones. Realiza milagros para que veamos que es capaz de darnos una vida que no sólo es sufrimiento sino que también hay consuelos físicos y morales que, son más profundos porque tocan el alma misma. Para esto ha venido a esta vida, para traernos un reino de amor y unión.

    Basta que nosotros usemos correctamente nuestra libertad para que se realicen todas las gracias que Cristo quiere darnos. Basta confiar en Él, en su palabra que nos habla del Padre misericordioso e interesado por nuestra felicidad.

    Diálogo con Cristo

    Señor, yo creo en Ti, en la abundancia y gratuidad de tu amor. Dame la gracia de corresponderte con un corazón benigno y sincero, que cure la vida de los demás con mis palabras, mis acciones y mi testimonio. Ayúdame a vivir en tu luz para experimentar la alegría de sanación que viene con tu amistad.

    Propósito

    Orar con la ilusión y con la confianza de creer, y saber, que Dios me dará todo lo que necesito. 

    jueves, 27 de junio de 2013

    CÓMO PEDIR FAVORES A LA VIRGEN DE FORMA EFECTIVA


    CÓMO PEDIR FAVORES A LA VIRGEN DE FORMA EFECTIVA

    De San Antonio María Claret, gigante espiritual que llena todo el siglo XIX de la Iglesia española, nos cuentan sus biógrafos infinidad de anécdotas y sucesos relacionados con su ardentísima devoción a la Virgen. No olvidemos que es uno de los mayores santos marianos que han existido. Desde niño destacaba ya por su amor y piedad para con la Virgen. Nos fijamos ahora en el siguiente relato recogido en una de sus documentadas biografías:

    Siendo todavía joven seglar hubo de hacer un viaje en compañía de un buen caballero, quien observó los claros signos de devoción mariana de que, tanto en sus conversaciones como en su conducta, daba muestras el joven Claret.

    El señor Portellas –así se llamaba el acompañante- admirado de su piedad, le habló de esta manera: - "Paréceme, Antonio, que eres muy devoto de la Virgen". 
    La respuesta fue contundente: "¿Cómo no, si todo cuanto le pido me lo alcanza?" 
    –"¿Qué me dices? Explícame el modo de pedírselo". 
    Claret le contestó: "Le pido lo que deseo con amor y confianza. Y si veo que no me escucha, me acerco más a Ella, la cojo del manto y le digo: si no me lo alcanzáis, a fuerza de tiraros, rasgaré el manto. Y entonces ya me escucha". Hasta aquí la anécdota narrada por el diligente biógrafo.

    COMENTARIO BREVE. Aquí tenemos una hermosa lección sobre cómo debemos orar y suplicar a María. Se nos ofrecen tres requisitos esenciales: amor, confianza y perseverancia. Esta última condición nos falla muy a menudo, pues cuando nos dirigimos a la Virgen queremos obtener un determinado favor o gracia con la mayor prontitud, y nos ponemos impacientes si no sucede así. ¿Y qué decir del amor y la confianza, como clave del fruto de la oración?

    La Iglesia nos enseña a ejercitar la oración perseverante y se muestra insistentemente repetitiva en muchas de sus plegarias. Ha aprendido el aviso del Señor en la parábola del amigo importuno (Lc 11,5-8). El Padre nuestro, que es la oración por antonomasia del cristiano, nos enseña a orar y el orden que han de seguir nuestras peticiones. Jesús nos ha recordado con encarecimiento: "Pedid y se os dará. Buscad y hallaréis. Llamad y se os abrirá". Eso mismo nos susurra la Virgen. Ella nunca desoye nuestras súplicas y las encauza hacia lo que verdaderamente nos conviene, si pedimos algo no conforme con los designios divinos.

    Aprendamos de San Antonio María Claret a "tirar del manto" de María, hermosa metáfora que tanto nos dice a todos. Y sobre todo procuremos introducirnos en su Corazón Inmaculado para oír –si fuera posible- sus dulces latidos. Ninguna petición a la Virgen se perderá en el camino, aunque Ella se vea obligada a cambiar, con solicitud materna, el curso de nuestras plegarias. Supliquemos su amorosa y poderosa intercesión en todas nuestras necesidades espirituales, corporales y temporales. María se hará siempre presente con su auxilio oportuno. Pero no dejemos de insistirle, como hacía con tanto amor y confianza el joven Claret, extraordinario y ejemplar devoto de María.

    ORACIÓN ANTE LA TRISTEZA


    ORACIÓN ANTE LA TRISTEZA

    Hoy señor me siento triste
    muy cansado de luchar
    pero se que con tu ayuda
    todo esto PASARA

    Hoy debo luchar conmigo
    aceptar como son los demás
    pero se que con tu ayuda
    todo esto PASARA

    Si no es buena mi salud
    y no veo brillar el sol
    yo se que con tu ayuda
    todo esto PASARA

    Dame Señor fortaleza
    llena mi vida de amor
    porque se que con tu ayuda
    todo esto PASARA.

    Amen.

    FUERZA EN LA DEBILIDAD


    Fuerza en la debilidad

    Un joven de 15 años sufrió un accidente con su ciclomotor y tuvieron que amputarle el brazo izquierdo. Luego de un año de recuperación decidió aprender Judo. Su Sensei (maestro) era un anciano experto en este arte marcial. 

    Al cabo de tres meses y pese a demostrar gran entusiasmo, el maestro sólo le había enseñado un movimiento. Lo aprendió a la perfección, pero comenzó a aburrirse. Pidió que le enseñara más ; le dijo que por ahora era todo lo que él necesitaría aprender.

    Cansado de repetir hasta el cansancio la misma toma miles de veces, abandonó la práctica.

    Una tarde recibió un llamado del maestro invitándolo a competir en un torneo. 

    Luego de varias rondas clasificó para disputar la final. Su adversario era grande y demostraba mucha destreza. El sentía poca confianza pero el maestro lo alentaba a continuar.

    Fue una larga lucha, su oponente perdía concentración. Rápidamente, el muchacho aprovechó ésto y logró vencerlo.

    De regreso a casa el muchacho preguntó: "¿Cómo pude ganar un torneo con sólo un movimiento?" 

    El Sensei contestó: "Tú has logrado dominar uno de los movimientos más difíciles en el judo. La única defensa contra esa toma era que tu rival se agarrase de tu brazo izquierdo".



    Todos tenemos un brazo izquierdo, un flanco aparentemente débil. Cuando concentramos el foco y logramos transformar esa debilidad en una fortaleza, el resultado sobrepasa cualquier expectativa, derriba toda estrategia. 

    Ser fuertes en nuestra debilidad nos hace imbatibles. 

    ANTE LA PRESENCIA DE JESÚS.. UN CONSOLADOR RECUERDO


    Autor: Ma Esther De Ariño | Fuente: Catholic.net
    Ante la presencia de Jesús ...un consolador recuerdo

    Prisionero tras la puerta de madera, me parece que oigo 

    latir tu corazón y adivino el mirar de tus ojos en la espera.




    Ante la presencia de Jesús ...un consolador recuerdo
    Estoy aquí , Señor, vengo envuelta entre el tráfico, arrastrada en el vendaval del agitado mundo, de sus prisas, de sus noticias, que muchas veces dan escalofrío,... de música que no tiene armonía y melodía sino que ruidos estridentes y discordantes... de caras crispadas por gran impaciencia...


    Las personas en medio de este mundo caótico se sienten solas y esa soledad abraza su espíritu con un abrazo de ahogo y tristeza infinita.

    Así me sentía yo... y hoy vengo ante ti, mi amado Jesús, y el recuerdo, aunque lejano de un tiempo pasado, de una tarde como esta ante tu Presencia en el Sacramento de la Eucaristía, buscando lo que solo Tu podías entender, mis dolores, mis agobios... voy recordando:

    La puerta de la pequeña Iglesia, de un pueblecito más pequeño aún, perdido en la serranía, dio un lastimero crujido cuando la empujé... la nave, humilde y sencilla, silenciosa y vacía...Tenía una luz que se filtraba atravesando unos ventanales en forma de arcos que le daban claridad a la semipenumbra del recinto, pero... ahí estabas Tu, al frente, ahí donde brillaba una lucecita roja que parpadeaba como si fuese la señal del latir de tu Corazón.

    Despacio llegué hasta Ti...me puse de rodillas y suavemente fue brotando este pequeño verso ante aquel Sagrario, que ya nunca olvidaré...

    Jesús : Ya no me importa la soledad,
    ni el sufrimiento ya me acobarda...
    Tu me enseñaste que es estar solo....
    ¡que es entregarse con toda el alma!

    ¿Cómo podré correr ansiosamente tras el lujo, la vida loca y vana,
    si aprendí la mejor lección del mundo, en esta Iglesia, tan pequeña y olvidada?

    ¡Tu Rey de reyes, Tu que todo lo hiciste de la nada!
    ¡Encerrado en un Sagrario de madera
    sin pulir, sin pintar....!
    y sobre el altar, cuatro flores empolvadas!

    ¡Tu que Todo lo eres, te perdiste en la Nada...!.
    ¡Qué infinita humildad!.
    Prisionero tras la puerta de madera, me parece que oigo latir tu corazón
    y adivino el mirar de tus ojos en la espera ...

    Han de ser tan dulces, tan sinceros....
    han de ser tus ojos, Jesús mío,
    la apoteosis de la luz y la belleza.

    De tal modo se hirió mi corazón,
    ante tanta grandeza y humildad,
    que ahora vivo prisionera del recuerdo,
    y ese recuerdo Divino es como un faro bendito, que alumbra mi oscuridad....



    Este mi pequeño verso es mi mejor reflexión para adorarte y bendecirte, mi amado Jesús Sacramentado.







  • Preguntas o comentarios al autor
  • Ma. Esther de Ariño 

    PALABRA DE DIOS


    EL EVANGELIO DE HOY: 27.06.2013

    Autor: P José Rodrigo Escorza | Fuente: Catholic.net
    La verdadera sabiduria
    Mateo 7, 21-29. Tiempo Ordinario. Si construyes en roca firme, tendrás tu casa bien sólida en los días de tempestad.
     
    La verdadera sabiduria
    Del santo Evangelio según san Mateo 7, 21-29


    En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: No todo el que me diga: "Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial. Muchos me dirán aquel día: "Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?" Y entonces les declararé: "¡Jamás os conocí; apartaos de mí, agentes de iniquidad!" Así pues, todo el que oiga estas palabras mías y las ponga en práctica, será como el hombre prudente que edificó su casa sobre roca: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, y embistieron contra aquella casa; pero ella no cayó, porque estaba cimentada sobre roca. Y todo el que oiga estas palabras mías y no las ponga en práctica, será como el hombre insensato que edificó su casa sobre arena: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, irrumpieron contra aquella casa y cayó, y fue grande su ruina. Y sucedió que cuando acabó Jesús estos discursos, la gente quedaba asombrada de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como sus escribas.

    Oración introductoria

    Señor, me acerco a Ti en esta oración para construir mi vida sobre la roca firme de tu amor. No permitas que me conforme con invocar tu nombre con los brazos cruzados, mis ojos cerrados y mis oídos tapados. Tengo sed de Ti, de encontrarme contigo, de dejarme guiar por Ti en esta meditación.

    Petición

    Padre Santo, dame el don de construir mi vida sobre la roca firme de tu amor.

    Meditación del Papa

    Jesús mismo reprende a sus discípulos: "¿Por qué me llamáis: ¡Señor, Señor!, y no hacéis lo que digo?". Y recurriendo a la imagen de la construcción de la casa, añade: "El que se acerca a mí, escucha mis palabras y las pone por obra… se parece a uno que edificaba una casa: cavó, ahondó y puso los cimientos sobre roca; vino una crecida, arremetió el río contra aquella casa, y no pudo tambalearla, porque estaba sólidamente construida". Queridos amigos, construid vuestra casa sobre roca, como el hombre que "cavó y ahondó". Intentad también vosotros acoger cada día la Palabra de Cristo. Escuchadle como al verdadero Amigo con quien compartir el camino de vuestra vida. Con Él a vuestro lado seréis capaces de afrontar con valentía y esperanza las dificultades, los problemas, también las desilusiones y los fracasos. Continuamente se os presentarán propuestas más fáciles, pero vosotros mismos os daréis cuenta de que se revelan como engañosas, no dan serenidad ni alegría. Sólo la Palabra de Dios nos muestra la auténtica senda, sólo la fe que nos ha sido transmitida es la luz que ilumina el camino. Benedicto XVI, Mensaje para la XXVI Jornada de la Juventud, 2011.

    Reflexión

    Nuestro Señor sabía algo de arquitectura, porque si alguien intenta construir en roca firme, tendrá su casa bien sólida en los días de tempestad, y si una persona quiere construir en arena no le durará su morada en pie.

    Además si es verdad en la vida terrena, ¿cuanto más lo será para la vida espiritual?. En el alma los cimientos son las palabras que Cristo nos ha dejado. Por eso tenemos que leer con frecuencia el evangelio, que es en donde se recogen todas las palabras del Señor. En ellos encontraremos las fuerzas necesarias para ser fieles y tener una casa espiritual bien fundada en Cristo.

    Así busquemos vivir siempre con el evangelio en la mano para cimentar bien nuestra vida y vivir fieles a Dios, siendo así ejemplo para todos nuestros hermanos.

    Diálogo con Cristo

    Jesús, contigo cada día es una bella oportunidad para hacer crecer mi amor por Ti y a los demás. Ayúdame a darte un «sí» en cada momento de mi vida, viviendo con la conciencia de que me creaste para ser santo y que la santidad no es sino una respuesta de amor, en cada momento del día, en lo pequeño y en lo grande. 

    miércoles, 26 de junio de 2013

    LA AMISTAD


    La amistad

    Es el más noble de los sentimientos
    y es siempre el más humilde.
    Crece al amparo del desinterés, se nutre brindándose y
    florece cada día con la comprensión.
    Su sitio está junto al amor, y
    únicamente los honrados pueden
    tener amigos, porque la amistad
    el más ligero de los cálculos la lesiona.
    Como es un bien reservado a los elegidos
    resulta el sentimiento más
    incomprendido y el peor interpretado
    No admite sombras ni dobleces,
    rusticidades ni renunciamientos.
    Exige en cambio, sacrificio y valor,
    comprensión y verdad
    ¡Verdad! sobre todas las cosas

    EL EVANGELIO DE HOY: 26.06.2013

    Autor: Gustavo Velázquez | Fuente: Catholic.net
    Por sus frutos los conoceréis
    Mateo 7, 15-20. Tiempo Ordinario. Estar cerca de la Eucaristía, apacigua nuestros miedos, transforma la tristeza en alegría, y convierte el odio en Amor.
     
    Por sus frutos los conoceréis
    Del santo Evangelio según san Mateo 7, 15-20

    Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con disfraces de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos? Así, todo árbol bueno da frutos buenos, pero el árbol malo da frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo producir frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y arrojado al fuego. Así que por sus frutos los reconoceréis.

    Oración introductoria

    Jesús, Tú nos hablas hoy de los malos profetas, pero al mismo tiempo nos hablas de nosotros. Dices que al árbol se le conoce por sus frutos, por sus obras. Que no es suficiente con ver su tronco o su follaje para conocerlo, sino que necesitamos recurrir a sus frutos: como cuando buscaste higos en la higuera. Por eso, deseo unirme a ti, para que Tú produzcas en mí frutos de amor y de entrega.

    Petición

    Jesús, concédeme unirme a tu Eucaristía, para que circule tu savia por mis venas, y así pueda dar frutos que salten hasta la vida eterna.

    Meditación del Papa

    Nosotros celebramos la Eucaristía sabiendo que su precio fue la muerte del Hijo – el sacrificio de su vida, que en ella está presente. Cada vez que comemos de este pan y bebemos de este cáliz, nosotros anunciamos la muerte del Señor hasta que Él vuelva, dice san Pablo (cfr Co 11,26). Pero también sabemos que de esta muerte brota la vida, porque Jesús la ha transformado en un gesto de entrega, en un acto de amor, dándole de esta forma su sentido más profundo: el amor ha vencido a la muerte. En la santa Eucaristía Él, desde la cruz, nos atrae a todos hacia Sí (Jn 12,32) y hace que nos convirtamos en los sarmientos de la vid que es Él mismo. Si permanecemos unidos a Él, entonces también nosotros produciremos frutos, y entonces ya no saldrá de nosotros el vinagre de la autosuficiencia, del descontento de Dios y de su creación, sino el vino bueno de la alegría en Dios y del amor al prójimo. Benedicto XVI, 23 de octubre 2005.

    Reflexión 

    La unión frecuente con Cristo Eucarístico cambia forzosamente nuestra forma de pensar y de actuar. Porque, o comulgando su Cuerpo, nos convertimos, o permaneciendo en nuestras malas costumbres, dejamos de comulgarlo.
    Cuando recibimos la Eucaristía, Dios nos asimila en sí mismo, nos transforma en sus sarmientos, en extensiones de su amor a los hombres. Los frutos producidos de esta ventajosa unión, son increíbles. Porque apacigua nuestros miedos, transforma nuestras tristezas en alegría, y convierte nuestros odios en Amor.

    Propósito

    Buscaré comulgar con mayor frecuencia, y, en la comunión del próximo domingo, le diré: "Concédeme nunca más apartarme de ti".

    Diálogo con Cristo

    Jesús, Tú eres la Vid en la que quiero insertarme para dar buenos frutos. Sé que por mis propias fuerzas, puedo poco; pero que unido a ti, lo puedo todo. No me deseches nunca de tu Corazón, antes bien, concédeme ser fiel a tu presencia en mi vida. "Concédeme vivir siempre tus mandamientos y no permitas que me separe de ti".


    El efecto propio de este sacramento es la conversión del hombre en Cristo, para que diga con el Apóstol: Vivo, no yo, sino que Cristo vive en mí
    (Santo Tomás, Coment. IV al Libro de las Sentencias, d. 12, q. 2, a. 1)



  • Preguntas o comentarios al autor
  • Gustavo Velázquez 

    martes, 25 de junio de 2013

    ¿A que llamamos error?


    ¿A que llamamos error?
    Libro: "El Camino hacia Tu Ángel Solar"


    Decimos que "Errar es humano" y somos humanos.

    ¿Porqué acusarnos entonces de aquello que consideramos que hemos hecho de manera equivocada.?  

    Justamente es allí donde está la enseñanza...

    Si podemos ver nuestro error, es que hemos podido tomar en cuenta el hecho de las consecuencias que emanan de él.

    Entonces, lo lógico es quitarnos el complejo de culpa y ver con alegría el aprendizaje que nos dejó.

    Si lo vemos desde otro punto de vista, el no equivocarnos hubiera sido acertar con la decisión justa, en el momento preciso.  

    El pasado es pasado y no vuelve, no hay corrección al respecto.  

    Entonces vivamos el presente con la alegría correspondiente a hoy, porque sabemos que si en algún momento se nos presenta algo similar, ya no va a ser acertar a tientas ni a ciegas, sino dar con lo justo por experiencia propia.  

    Si sabemos recoger las enseñanzas no hay motivos de sentirnos culpables

    .De eso se trata la vida... es una ilación continua de enseñanzas y aprendizajes.

    Entonces desterramos la palabra error y con ella el complejo de culpa y tomamos a aquello que tanto nos marcó como la enseñanza maestra oportuna.

    Esto nos lleva derechito al perdón.

    Perdónate a ti mismo, por haberte culpado !!!

    No juzgar y perdonar... empiezan por no juzgarte y perdonarte.

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