martes, 11 de junio de 2013

ORACIÓN A SAN ANTONIO DE PADUA PARA OBTENER UN TRABAJO


JUVENTUD


Juventud
Autor: Samuel Ullman


La juventud no es una época de la vida; es un estado mental. No consiste en tener mejillas sonrosadas, labios rojos y piernas ágiles. Es cuestión de voluntad; implica una cualidad de la imaginación; un vigor de las emociones; es la frescura de las profundas fuentes de la vida.

Juventud es el dominio temperamental del arrojo sobre la pusilanimidad de los apetitos; del ímpetu aventurero sobre el apego a la comodidad. Esta actitud a menudo se encuentra más en un hombre de 60 años que en un muchacho de 20. Nadie envejece meramente por el número de años que ha cumplido. Envejecemos cuando desertamos de nuestros ideales.

Los años pueden arrugar la piel; pero cuando se renuncia al entusiasmo le salen arrugas al alma. las preocupaciones, el temor, la falta de confianza en uno mismo, encogen el corazón y aniquilan el espíritu.

Lo mismo a los 60 que a los 16, en todo corazón humano palpitan el ansia por lo maravilloso y el constante apetito - como de niño - por lo que ha de venir y la alegría inherente al juego de la vida. En el centro del corazón - del tuyo y del mío - existe una estación de radio. Mientras reciba mensajes de belleza, esperanza, alegría, valor y fuerza, tanto de los hombres como del Infinito, seguirás siendo joven.

Cuando se abatan tus antenas, cuando las nieves del cinismo y el hielo del pesimismo cubran tu espíritu, entonces sí habrás envejecido, aunque sólo tengas 20 años. Pero mientras tus antenas sigan en alto, dispuestas a captar las ondas del optimismo, hay esperanzas de que mueras joven, aún cuando seas un octogenario.

JESÚS PARA EL HOMBRE DE HOY

Jesús para el hombre de hoy
Autor: P. José Luis Richard 


La memoria del hombre no es infalible. Existe la famosa curva del olvido: después de aprender algo, poco a poco el tiempo lo oscurece y confunde y quizá hasta lo borra. 

Algo así parece que ha pasado con la imagen de Cristo. Ha sufrido esa misma curva del olvido. Muchos hombres aún distinguen una imagen más o menos clara de Cristo aunque algo desfigurada. Otros la ven ya un poco borrosa. Algunos la han perdido. Hoy Cristo nos pregunta la opinión que de Él tiene el mundo como aquel día preguntó a sus discípulos en Cesarea de Filipo: ¿Quién dice la muchedumbre que soy yo? 

También nosotros tendríamos que responderle: "los hombres dicen que eres Elías o uno de los antiguos profetas". Hablan de Cristo como si se tratara de un monumento histórico o de un personaje legendario. Para muchos hombres Cristo ha perdido su actualidad. No ejerce atractivo en el mundo. Su doctrina ha pasado de moda. No tiene nada que enseñar a los hombres tan avanzados de hoy. 

Otros comparan a Cristo con Juan el Bautista. Lo creen demasiado sobrio y difícil, demasiado austero. Les parece demasiado exigente y su doctrina muy pesada para los hombres de hoy. O quizá ellos son demasiado cómodos y buscan llegar a la cima sin moverse ni sudar. Ciertamente reconocen la validez de su doctrina pero no se animan a hacerla propia.

Preferirían alcanzar a Cristo más fácilmente. Ser virtuosos, pero sin esfuerzo. Desearían que Cristo no hubiera hablado de cruz, que se hubiera limitado a contarles esas cosas tan bonitas del cielo, del banquete, de los lirios del campo... 

En cambio, Pedro exclama, jubiloso, su experiencia de Cristo: Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo. 

No sabe bien todavía cómo ha llegado a esa conclusión pero su corazón asiente a lo que acaba de decir. Al inicio él había seguido a Cristo atraído por su liderazgo, su personalidad. El rostro de Cristo irradiaba alegría y atractivo. Nadie como Él de íntegro: buscaban prenderlo pero no encontraban falta alguna en él. Ninguno tan recio y varonil y, al mismo tiempo, tan cariñoso con los niños y bondadoso con los enfermos y pecadores. Sabía apreciar mejor que nadie la belleza de una flor, del lago, del cielo... 

Después Jesús había confirmado su fe incipiente con imponentes milagros, le había enseñado, orientado... incluso le había corregido varias veces. También le había puesto a prueba alguna vez, pero su amistad se había mantenido firme: "Señor, ¿a quién iremos? Sólo Tú tienes palabras de vida eterna" (Jn 6, 68).

Y ahora que Jesús se enfrenta con la hostilidad y el rechazo y ha tenido que abandonar Jerusalén, él le vuelve a reiterar su fe y su adhesión. Pero en esta ocasión, sus palabras denotan ya mayor profundidad y emoción: Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo.

Tres experiencias de Cristo. Tres fotos. Pero válida sólo la que sacó Pedro. Los otros se la sacaron a un fantasma, no al Cristo auténtico.

Cristo está vivo. No luchamos por una figura histórica solamente. Como hace veinte siglos, Él es motivo de amor y de odio. Contra Él chocan las olas de la humanidad y en Él se dividen las vidas de los hombres.

EL EVANGELIO DE HOY: 11.06.2013

Autor: Xavier Caballero | Fuente: Catholic.net
Ustedes son la luz del mundo
Mateo 5, 13-16. Tiempo Ordinario. Quien verdaderamente se ha encontrado con Jesús, no puede callar.
 
Ustedes son la luz del mundo
Del santo Evangelio según san Mateo 5, 13-16

«Vosotros sois la sal de la tierra. Mas si la sal se desvirtúa, ¿con qué se la salará? Ya no sirve para nada más que para ser tirada afuera y pisoteada por los hombres. «Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en la cima de un monte. Ni tampoco se enciende una lámpara y la ponen debajo del celemín, sino sobre el candelero, para que alumbre a todos los que están en la casa. Brille así vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.

Oración introductoria

Dios mío, me has llamado a la santidad. Ilumina mi mente y mi corazón en esta oración para descubrir dónde se encuentra la verdadera felicidad, sólo ésta quiero desear y no las burdas imitaciones que me ofrece el mundo.

Petición

Señor, te pido que deje entrar tu luz a mi conciencia para ser sal que ilumine y dé sabor a la vida de los demás.

Meditación del Papa

La verdad misma siempre va a estar más allá de nuestro alcance. Podemos buscarla y acercarnos a ella, pero no podemos poseerla del todo: más bien, es ella la que nos posee a nosotros y la que nos motiva. En el ejercicio intelectual y docente, la humildad es asimismo una virtud indispensable, que protege de la vanidad que cierra el acceso a la verdad. No debemos atraer a los estudiantes a nosotros mismos, sino encaminarlos hacia esa verdad que todos buscamos. A esto os ayudará el Señor, que os propone ser sencillos y eficaces como la sal, o como la lámpara, que da luz sin hacer ruido. Todo esto nos invita a volver siempre la mirada a Cristo, en cuyo rostro resplandece la Verdad que nos ilumina, pero que también es el Camino que lleva a la plenitud perdurable, siendo Caminante junto a nosotros y sosteniéndonos con su amor. Arraigados en Él, seréis buenos guías de nuestros jóvenes. Con esa esperanza, os pongo bajo el amparo de la Virgen María, Trono de la Sabiduría, para que Ella os haga colaboradores de su Hijo con una vida colmada de sentido para vosotros mismos y fecunda en frutos, tanto de conocimiento como de fe. Benedicto XVI, 19 de agosto de 2011.

Reflexión

Esos a quienes llamamos santos lograron la nota más alta en su vida porque se dedicaron a servir. Porque se entregaron sin límites a sus hermanos. La alegría del cristiano es una alegría verdadera, profunda que está llamada a ser sal de la tierra. No puede quedarse oculta. Siendo lo que es, debe calar y debe motivarnos a transmitirla, a darla a conocer a los demás. Está felicidad se halla en el encuentro personal con Cristo. Sí, antes de salir a predicar, los santos se encontraron con Jesús. Por ello, tan sólo les bastaba una sonrisa para trasmitir a Dios, lo irradiaban, estaban rebosantes de Él.

Cuentan que un día, san Francisco de Asís le pidió a uno de los frailes cofundadores que se preparara para salir a predicar con él. Salieron y estuvieron caminando y dando vueltas por todo Asís, durante una hora y media. En un cierto momento, el fraile que lo acompañaba le preguntó a san Francisco: “Padre Francisco, usted me dijo que saldríamos a predicar. Hasta ahora, sólo hemos caminado y recorrido todo el pueblo”. San Francisco le respondió: “Hermano, llevamos una hora y media de predicación. No hay mejor predicación que la sonrisa y el testimonio de una vida auténticamente cristiana”.

Ojalá que también nosotros prediquemos el mensaje de la felicidad, de la sonrisa, de la plenitud cristiana. Que seamos sal y luz para nuestros familiares y amigos. Quien verdaderamente se ha encontrado con Jesús no puede callar, no puede encerrarse en sí mismo, debe compartirlo con todo el mundo.

Propósito

Ser el primero en disculparme u ofrecer una solución en alguna discusión que se presente.

Diálogo con Cristo

Jesús, me llamas a ser la sal y la luz para los demás, esto implica que mi testimonio de vida, palabras y acciones deben ser un reflejo de tu amor, de tu misericordia infinita. Tu gracia es la fuente para la felicidad. Ayúdame, Señor, a guiarme en todo por el Espíritu Santo, para que Él sea quien edifique, en mí, al auténtico testigo de tu amor.


La gente que ama mucho sonríe fácilmente, porque la sonrisa es, ante todo, una gran fidelidad a sí mismo. Y atención porque se habla de sonrisa y no de risa. "Mayor felicidad hay en dar que en recibir" (Hch 20, 35).

lunes, 10 de junio de 2013

LAS BIENAVENTURANZAS


LAS BIENAVENTURANZAS

Las ocho bienaventuranzas con que comienza el Sermón son, a su vez, una síntesis del mismo y condensan de modo admirable los principios que constituyen el ideal de la vida cristiana y revelan al mismo tiempo toda su sublimidad.

Las bienaventuranzas no presentan el problema de escoger entre los bienes presentes y los futuros, sino entre los bienes verdaderos y los falsos, y éstos lo son tanto ahora como eternamente, y la verdad y la falsedad de los bienes la da Dios mostrándonos cuáles son los verdaderos.

Las bienaventuranzas no contienen toda la doctrina evangélica. Sin embargo, son, como en germen, todo el programa de perfección cristiana, resumido, pero completo.

Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.

Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán la tierra.

Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.

Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán hartos.

Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.

Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.

Bienaventurados los pacíficos, porque ellos serán llamados -hijos de Dios.

Bienaventurados los que padecen persecución a causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos.

Según esta bienaventuranza, quien quiera andar por el camino de Dios ha de librarse de la codicia, desprendiéndose de la preocupación excesiva de los bienes materiales. A quienes Cristo llama pobres son también esos hombres sencillos que ninguna importancia se conceden a sí mismos. Lo que Cristo exige es el desprendimiento del alma de las cosas de este mundo, llevando una vida sencilla, conscientes en todo momento de la pobreza del hombre frente a Dios, viviendo esa virtud que es fundamental para el cristiano: la humildad.



Los mansos

El mismo Cristo se pone como ejemplo de esta virtud (cfr. Mt. 11, 28). Lo mismo que fue Cristo, suave para con los hombres -llamó amigo incluso a quien le traicionaba-, debe el cristiano respirar suavidad en sus juicios, palabras y hechos para con el prójimo. La mansedumbre supone, en quien la vive, un dominio sobre sí mismo, pues los arrebatos de cólera, más que fuerza, indican debilidad en quien los sufre. Dios no deja que nos acerquemos a Él mientras se conserve un sentimiento antifraternal. Se le vuelve a encontrar cuando se ha perdonado de corazón.

Los que lloran 

Nada más ajeno a Cristo que convertir la tristeza en una actitud fundamental para el cristiano. El cristiano está hecho para la alegría, que encuentra en Dios. Lo que el cristiano debe llorar son sus pecados y tantas ofensas que diariamente se hacen al Señor. Debe producirle tristeza el hecho de encontrarse tan lejos de la santidad, que debe desear ante todo. Será también para él motivo de tristeza el desprecio que le viene de un mundo sin Dios, pero si une su causa a la de Dios sentirá la alegría de los Apóstoles cuando, por primera vez, sufrieron ultrajes por el nombre del Señor (cfr. Act. 5, 41)


Los que tienen hambre y sed de justicia

En la Biblia se llama justo a aquél que se esfuerza sinceramente por cumplir la voluntad de Dios, manifestada en sus preceptos; de ahí que justicia en el lenguaje bíblico se refiere no solamente a una virtud cardinal, sino al conjunto de todas las virtudes, la perfección, la santidad.

Tener hambre y sed de Dios consiste en una actitud moral total; es el máximo cumplimiento posible de la vida divina en el hombre. El solo deseo de esta posesión llena al hombre completamente de paz, cosa que ningún otro deseo logra, pues siempre se siente hambre de más.


Los misericordiosos

La misericordia a la que Jesús promete la bienaventuranza es la que lleva al cristiano a compartir efectivamente las desdichas del prójimo, tanto en sus angustias materiales como espirituales. Le lleva a amar al prójimo no sólo cuando se lo merece, sino porque es prójimo, como el propio Jesús enseñó en la parábola del buen samaritano. La misericordia llega a ser la medida con la que se nos medirá, y sólo alcanzará misericordia de Dios quien se incline profundamente ante el prójimo que sufre.


Los limpios de corazón

Cristo, enseña que la calidad moral de la vida del hombre está en el corazón (cfr. Mc. 7, 22). Limpio de corazón es aquel que, hasta donde es posible, mantiene su corazón limpio de pecado. La limpieza de corazón agranda la capacidad de amar del hombre, que, como tiene un corazón de carne, necesita querer, pero necesita querer rectamente, sabiendo qué elige. Si no se tiene el corazón limpio no se ve claro para elegir, pues basta un ligero velo para ofuscar la visión, y este velo muchas veces está formado por disposiciones morales imperfectas -al menos- por no tener el corazón limpio.


Los pacíficos

Aquí – dice San Juan Crisóstomo – no se contenta el Señor con eliminar toda discusión y enemistad de unos con otros, sino que nos pide algo más: «que tratemos de poner paz entre los desunidos. (in Matth, hom.15, 4). Esto es porque la paz está solamente donde esté Dios, que es el Dios de la paz (cfr. 1 Cor. 14, 33), y ya a Cristo, cuando lo anunció Isaías, le llamó «Príncipe de la Paz». (Is. 9, 5). Toda alma que deja que Dios entre en ella, encuentra la paz, que nada puede quitar. La falta de paz en el mundo, la desconfianza de unos para con otros, todo ello tiene su origen en la falta de Dios, «pues los malvados no tienen paz» (¡s. 8, 22). La paz que Cristo dio «mi paz os doy, mi paz os dejo». (Jn. 14, 27) -es la paz con Dios, que implica una aceptación de la voluntad divina; por eso, mientras los hombres no acepten la voluntad de Dios y sus amabilísimas leyes, no podrán tener nunca paz entre ellos. Cuando los hombres obedecen a la ley de la caridad, que les pone en paz con Dios, viven, por eso mismo, en paz con ellos.

Los que padecen persecución por la justicia

La causa principal que retrasa con mucha más frecuencia la venida del Reino de Dios es la fuerza de aquel poder invisible que es el polo opuesto al Reino de Dios: el demonio. Sólo quien esté cegado por las mismas fuerzas diabólicas puede negar su existencia. Por eso no debe extrañar que quienes buscan de verdad la santidad sean siempre objeto de persecución; pero con la misma certeza que llegará el triunfo definitivo de Cristo, llegará también el de sus fieles.

¿VALLE DE LÁGRIMAS?

Autor: Máximo Álvarez Rodríguez | Fuente: Catholic.net
¿Valle de lágrimas?
Un pequeño contratiempo, un malentendido, un dolor, una enfermedad, un problemilla económico... somos propensos a sentirnos mal y a quejarnos.
 
¿Valle de lágrimas?
¿Valle de lágrimas?


Ayer, hablando con un amigo, le comenté que a veces uno ya no sabe sobre qué tema escribir y él me dijo: escribe sobre la soledad y el sufrimiento. Ciertamente el tema es muy importante. Si se echa una mirada alrededor o a lo lejos, resulta fácil constatar que es mucha la gente que sufre, por distintos motivos. De ahí que por mucho que intentemos modernizar la Salve no parece que sea posible quitarle lo del "valle de lágrimas". Más aún, si se toma en serio la frase de Ana Frank, podemos padecer de insomnio crónico: "cuando se piensa en el prójimo es como para llorar todo el día".

A nada que nos pase, un pequeño contratiempo, un malentendido, un dolor, una enfermedad, un problemilla económico... somos propensos a sentirnos mal y a quejarnos. Y sin embargo nos acostumbramos a ver y oír casi todos los días noticias de gente que se muere de hambre, que perecen como consecuencia de terremotos, de inundaciones, de guerras, de accidentes... que ven cómo desaparecen bajo los escombros o arrastrados por las aguas sus seres más queridos, que se quedan sin hogar y sin los objetos para ellos más preciosos.

Si intentamos ponernos en el lugar de quienes padecen todas estas desgracias, como si nos ocurrieran a nosotros, tal vez podríamos hacernos una pequeña idea de lo que ese sufrimiento significa. Pero también nos puede servir de consuelo en el sentido de que, al compararnos con ellos, podemos comprobar que con frecuencia nos quejamos de vicio.

De vez en cuando les digo a mis alumnos que su mayor problema es no tener problema ninguno. En efecto, cuando uno tiene de todo sin hacer grandes esfuerzos, está tentado a no valorar las cosas. Tal vez por eso desprecia más la comida el que la tiene en abundancia; no rinde en los estudios el que tiene facilidades para estudiar; o desprecia las prácticas religiosas el que más oportunidades tiene de participar en ellas.

Digamos que la experiencia del sufrimiento tiene una función pedagógica en el sentido de que nos enseña a vivir con menos superficialidad y a tratar a los demás con un poco más de comprensión. Por una parte debe llevarnos a ser mucho más solidarios con los que sufren y por otra a ir descubriendo el verdadero valor y medida de las cosas.

Cuando mi amigo me sugirió este tema, de alguna manera estaba sintiendo la misma preocupación que Buda: cómo eliminar el sufrimiento. Si bien la respuesta del sabio oriental no coincide exactamente con la cristiana, no cabe duda que tiene mucho de aprovechable:

Si tuviéramos más vida interior, más moderación, más espíritu de desprendimiento y renuncia... más confianza en Dios, este valle de lágrimas sería bastante más llevadero.

Si confiamos en Dios, nuestro Padre bueno, nuestro sufimiento es más ligero, Dios nos ama, nos abraza, nos acompaña en el camino.





  • Preguntas o comentarios al autor
  • Máximo Álvarez Rodríguez

    EL EVANGELIO DE HOY: 10.06.2013

    Autor: P Juan Pablo Menéndez | Fuente: Catholic.net
    Las bienaventuranzas
    Mateo 5, 1-12. Tiempo Ordinario. Vivir estos mensajes en la sencillez y cotidianidad de nuestra vida profesional y familiar.
     
    Las bienaventuranzas
    Del santo Evangelio según san Mateo 5, 1 - 12

    Viendo la muchedumbre, subió al monte, se sentó, y sus discípulos se le acercaron. Y tomando la palabra, les enseñaba diciendo: «Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados los mansos, porque ellos posseerán en herencia la tierra. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos; pues de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros.

    Oración introductoria

    Señor, gracias por indicarme tan claramente el camino para poder alcanzar la dicha, la alegría que me hará saltar de contento por toda la eternidad. Guía mi oración para que este día esté orientando hacia mi meta final.

    Petición

    Dios mío, que las bienaventuranzas sean mi criterio de vida, mi forma de pensar y de comportarme.

    Meditación del Papa

    No se trata de una nueva ideología, sino de una enseñanza que procede de lo alto y que toca a la condición humana, que el Señor, al encarnarse, quiso asumir para salvarla. Por este motivo, "el sermón de la montaña se dirige a todo el mundo, en el presente y en el futuro... y sólo puede ser comprendido y vivido en el seguimiento de Jesús, caminando con Él". Las Bienaventuranzas son un nuevo programa de vida para liberarse de los falsos valores del mundo y abrirse a los verdaderos bienes presentes y futuros. Cuando Dios consuela, sacia el hambre de justicia, enjuga las lágrimas de los afligidos, significa que, además de recompensar a cada uno de manera sensible, abre el Reino de los Cielos. "Las Bienaventuranzas son la transposición de la cruz y de la resurrección en la existencia de los discípulos". Reflejan la vida del Hijo de Dios que se deja perseguir, despreciar hasta la condena a muerte para dar a los hombres la salvación. Benedicto XVI, 30 de enero de 2011.

    Reflexión

    Jesús, como en tantas otras ocasiones ha salido a predicar en descampado. Sus apóstoles y el gentío le siguen gustosos, porque saben que el Maestro tiene palabras de vida eterna. El pueblo de Israel, vagaba desconcertado por sus propios guías, los escribas, fariseos y saduceos, a quienes Jesús calificó de guías ciegos. Ahora que aparece Jesús, ¿será el Mesías? se preguntan muchos para sus adentros, pero no encuentran en El nada de la figura de un libertador terreno, lleno de poder y castigador de sus adversarios, tan prometido por sus maestros.

    Al contrario, para quienes venían buscando liberación política para Israel, topan con un Mesías que les propone el camino de la abnegación, de la humildad, de la pobreza, del sufrimiento... Pero todo esto basado en una recompensa grande en el Reino de los Cielos.

    El sermón de la montaña ha resonado tantísimas veces en el corazón de los cristianos de todos los tiempos, y ha sido para todos, el mensaje de la esperanza, en medio del vaivén de las dificultades del mundo. Es la paradoja de la fe, reducida su más clara expresión: bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. Es la promesa que todos deseamos ver cumplida algún día. Pero el cristiano no es el que simplemente se resigna a todo lo que le venga. El discípulo de Cristo, empuña el arado todos los días, remueve obstáculos, limpia el terreno, trabaja, porque sabe que su esfuerzo siempre será remunerado, si no aquí, sí en la otra vida.

    Por eso las bienaventuranzas no son sólo promesas para esperar, son todo un programa de vida para reformar esta tierra. Si por un día todos los hombres fuéramos pobres de espíritu, mansos de corazón, pacíficos, misericordiosos, limpios de corazón, podríamos traer el cielo a la tierra. Es cierto que el Señor permite el mal en nuestras sociedades, la desorientación y las injusticias, pero no podemos olvidar que si lo permite, es porque está seguro de obtener de todo ello un bien mayor.

    Propósito

    Como cristianos nos toca testimoniar este mensaje, viviéndolo en la sencillez y cotidianidad de nuestra vida profesional y familiar, dejando a Dios la posibilidad de iluminar al mundo con la luz que emane de nuestras vidas. 

    domingo, 9 de junio de 2013

    SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS


    HAS TOMADO MI LUGAR


    Has tomado mi lugar

    Un día, un hombre fue a una iglesia. Llegó temprano, estacionó su auto, y se bajó para entrar.

    Otro auto se le acercó y el conductor le dijo, "Siempre me estaciono allí. ¡Has tomado mi lugar!"

    El visitante entró a la escuela dominical, halló un asiento vacío y se sentó. Una jovencita de la iglesia se le acercó y le dijo, "¡Ese es mi asiento! ¡Has  tomado mi lugar!". El visitante estaba un tanto incómodo ante esta tosca  recepción, pero se quedó callado.

    Al término de la escuela dominical, el visitante ingresó al santuario de la  iglesia y se sentó. Otro de los feligreses se le acercó y le dijo, "Allí es  donde yo siempre me siento. ¡Has tomado mi lugar!". El visitante estaba aún más mortificado por este trato, pero seguía sin hablar.

    Más tarde, mientras los fieles oraban para que Cristo estuviera entre ellos, el visitante se puso de pie, ¡y su apariencia empezó a cambiar!. Unas horrorosas cicatrices se hicieron visibles en sus manos, y en sus pies cubiertos por sandalias.

    Uno de los feligreses se dio cuenta y le preguntó al visitante, "¿Qué te  sucedió?".

    El Visitante respondió:
    "Yo tomé tu lugar".

    PERDÓNAME SEÑOR...



    Perdóname Señor...


    Hoy, viajando en autobús, vi una hermosa muchacha con cabellos de oro y expresión de alegría; envidié su hermosura.
    Al bajarse la vi cojear...tenía una sola pierna, y apoyada en su muleta sonreía.

    PERDÓNAME SEÑOR, cuando me quejo.
    !Tengo dos piernas y el mundo es mío!

    Fui a comprar después unos dulces, me atendió un muchacho
    encantador, hablé con él; parecía tan contento que aunque se me hubiera hecho tarde no me habría importado. Ya al salir, oí que me decía:
    "Gracias por charlar conmigo....es usted tan amable.
    Es un placer hablar con gente como usted...ya ve, soy ciego"

    PERDÓNAME SEÑOR, cuando me quejo.
    !Yo puedo ver, y el mundo es mío!

    Más tarde, caminando por la calle, vi un pequeño de ojos azules que
    miraba jugar a otros niños, sin saber que hacer. Me acerqué y le dije Porqué no juegas con ellos? Siguió mirando hacia adelante sin decir una palabra, entonces comprendí
    que no me oía.

    PERDÓNAME SEÑOR, cuando me quejo,
    Yo puedo oír, y el mundo es mío!

    Tengo dos piernas para ir a donde quiero....
    Ojos para ver los colores del atardecer....
    Oídos para escuchar las cosas que me dicen....
    PERDÓNAME SEÑOR, cuando me quejo,
    ! Lo tengo todo y el mundo es mío!

    PEQUEÑOS CONSEJOS


    Pequeños Consejos


    No te detengas en lo malo que has hecho; camina en lo bueno
    que puedes hacer. No te culpes por lo que hiciste, más bien
    decídete a cambiar.

    No te mires con tus ojos, contémplate con la mirada de Dios.
    No pienses en lo largo que es el camino de tu transformación, sino
    en cada paso que puedes dar para ser lo que Dios quiere que seas.
    No confíes en tus propias fuerzas; pon tu vida en manos de Dios.
    No trates que otros cambien; sé tú el responsable de tu propia
    vida y trata de cambiar tú.

    Deja que el amor te toque y no te defiendas de él.
    Sólo contempla la meta y no veas que tan difícil es alcanzarla.
    Vive cada día, aprovecha el pasado para bien y deja que el
    futuro llegue a su tiempo. No sufras por lo que viene, recuerda
    que "cada día tiene su propio afán" (Mt. 6,34)

    Busca alguien con quien compartir tus luchas hacia la libertad;
    una persona que te entienda, te apoye y te acompañe en ella.
    No te des por vencido, piensa que si Dios te ha dado la vida,
    es porque sabe que tú puedes con ella.

    Si algún día te sientes cansado, busca el descanso en Dios
    que renovará tus fuerzas.

    Si algún día te sientes demasiado responsable de otros,
    recuerda que sólo Jesús es el Mesías.

    Si te sientes atado a alguien, pídele a Jesús que rompa las
    ataduras y que su amor vuelva a crear lazos nuevos de amor
    según su Espíritu.

    Si reaccionas ante toda provocación, ruega a Dios para que
    te enseñe a responder en lugar de reaccionar.

    Si tu felicidad y tu vida dependen de otra persona, despréndete
    de ella y ámala, sin pedirle nada a cambio.

    Si necesitas tener todo bajo control, entrega el control de tu
    vida a Dios y confía en su poder y en su amor por ti.

    Aprende a mirarte con amor y respeto, piensa en tí como en algo precioso; ¡eres un hijo de Dios! Piensa que Él está más
    interesado que tú en que te conviertas en esa
    creación que Él pensó desde toda la eternidad."
       

    EL EVANGELIO DE HOY: 08.06.2013

    Autor: P . Clemente González | Fuente: Catholic.net
    El hijo de la viuda de Naím
    Lucas 7, 11-17. Tiempo Ordinario. Dios sigue haciendo milagros para que nosotros podamos ser felices en Él.
     
    El hijo de la viuda de Naím
    Del santo Evangelio según san Lucas 7, 11-17


    En aquel tiempo iba Jesús de camino a una ciudad llamada Naím, e iban con él sus discípulos y una gran muchedumbre. Cuando se acercaba a la puerta de la ciudad, sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda, a la que acompañaba mucha gente de la ciudad. Al verla el Señor, tuvo compasión de ella, y le dijo: No llores. Y, acercándose, tocó el féretro. Los que lo llevaban se pararon, y él dijo: Joven, a ti te digo: Levántate. El muerto se incorporó y se puso a hablar, y él se lo dio a su madre. El temor se apoderó de todos, y glorificaban a Dios, diciendo: Un gran profeta se ha levantado entre nosotros, y Dios ha visitado a su pueblo. Y lo que se decía de Él, se propagó por toda Judea y por toda la región circunvecina. 

    Oración introductoria 

    Dios mío, Tan grande es tu amor que no dejas de compadecerte de mí, a pesar de mis debilidades, porque digo y no hago, ofrezco y no cumplo. ¡Ven a iluminar mi oración! Dame la gracia que me hará crecer en amor y en fidelidad.

    Petición

    Señor, quiero ser todo para Ti, concédeme olvidarme de mis preocupaciones para poder escucharte.

    Meditación del Papa

    «Así les habló a los discípulos, expresando con la metáfora del sueño el punto de vista de Dios sobre la muerte física: Dios la considera precisamente como un sueño, del que se puede despertar.
    Jesús demostró un poder absoluto sobre esta muerte: se ve cuando devuelve la vida al joven hijo de la viuda de Naím y a la niña de doce años. Precisamente de ella dijo: "La niña no ha muerto; está dormida", provocando la burla de los presentes. Pero, en verdad, es precisamente así: la muerte del cuerpo es un sueño del que Dios nos puede despertar en cualquier momento.
    Este señorío sobre la muerte no impidió a Jesús experimentar una sincera compasión por el dolor de la separación. Al ver llorar a Marta y María y a cuantos habían acudido a consolarlas, también Jesús "se conmovió profundamente, se turbó" y, por último, "lloró". El corazón de Cristo es divino-humano: en él Dios y hombre se encontraron perfectamente, sin separación y sin confusión. Él es la imagen, más aún, la encarnación de Dios, que es amor, misericordia, ternura paterna y materna, del Dios que es Vida. Benedicto XVI, 9 de marzo de 2008.

    Reflexión

    Hay una diferencia abismal entre las demás religiones y el Cristianismo. En las demás, el hombre va en busca de Dios. En el Cristianismo es Dios el que busca al hombre.

    Y en la Iglesia Católica, fundada por Cristo, lo vemos todos los días. Este Evangelio es una prueba más del amor de Dios hacia nosotros, que es infinito. Tiene el arrojo y tesón del amor de padre y el candor y profundidad del amor de madre. Cristo al ver a la viuda que se le había muerto todo lo que tenía en el mundo, se compadece de ella. Del Corazón de Cristo brota esa necesidad de consolar a la viuda y le vuelve a entregar a su hijo. Y así como Cristo entregó alegría a esta viuda, hoy día Cristo entrega a muchos padres angustiados su joven hijo que se fue de casa días atrás, ablanda los corazones de los esposos a punto de separarse, inspira a los grandes empresarios a cambiar de actitud hacia sus colaboradores y, en vez de hundirles en deudas estratosféricas, hacen un trato para arreglar cuentas, etc.

    Dios sigue obrando milagros para que nosotros podamos ser felices en Él. Es imposible que a Dios le guste vernos tristes, porque nos ama. Pero si lo estamos... ¿acaso será porque no le hemos permitido a Cristo entrar en nuestras vidas? Pidamos hoy esta gracia a Cristo Eucaristía.

    Propósito

    Hacer una visita al Santísimo Sacramento para escuchar lo que Dios me quiere decir hoy y dejarlo entrar en nuestra vida.

    Diálogo con Cristo

    Señor, sé, como decía san Agustín, que las aflicciones y tribulaciones que a veces sufrimos nos sirven de advertencia y corrección, y que si tuviera la fe debida, no temería a nada ni a nadie, porque todo pasa para nuestro bien, si sabemos poner todo en tus manos. Pero bien conoces mi debilidad, mi necesidad de sentir tu consuelo y tu presencia, ven a mi corazón, que quiere resucitar contigo, para poder experimentar el amor de Dios. 

    sábado, 8 de junio de 2013

    EL PERDÓN CURA

     
    El perdón cura

    Perdonar de verdad requiere comprender de verdad. Debemos ser capaces de mirar con claridad toda la escena, no retroceder ante ninguna parte, no negar nada, aceptarlo todo. En cierto sentido, esto significa que debemos convertirnos en expertos con respecto a lo que es preciso perdonar, para ver todos los aspectos, no sólo el propio.

    "Hace muchos años, durante un taller de trabajo sobre el tratamiento del incesto, uno de los participantes se identificó como agresor y reconoció que había abusado sexualmente de su hija. Por un largo instante reinó un silencio de estupefacción. Luego él pasó a describir su encarcelamiento, la terapia que él y su familia habían recibido y su recuperación, que duraba desde hacía muchos años. Ahora se dedicaba a asesorar a los hombres encarcelados por el mismo delito. Junto con su esposa y su hija, participaba de discusiones grupales, con las familias de estos hombres. Su franqueza creó un ambiente que permitió a otros participantes del taller conversar sobre sus propias experiencias de abuso sexual. Como él era un modelo de valor, dignidad y humildad, así como de franqueza, hizo posible que algunos de los terapeutas presentes, a su vez victimas de incesto, adquirieran una mayor comprensión de la persona que los había violado. Dejamos de interactuar como profesionales y nos convertimos en cambio, en expertos, recurrimos a nuestra experiencia en la lucha para comprender este problema humano. Esa comprensión, cuando se logra, lleva con el tiempo al perdón. Y el perdón es el paso final de nuestra curación. Mediante el perdón somos perdonados"

    Nuestro propio resentimiento, la amargura, el odio que sentimos hacia el que percibimos como enemigo y los males que deseamos a esa persona, todo eso constituyen configuraciones del mal más potentes que cuanto ocurre en el plano físico. Para que se nos perdone el daño que hemos causado debemos perdonar todo el daño que nos han hecho.

    Es decir: debemos devolver bien por mal. En el acto mismo de perdonar se purifica nuestra aura y se eleva nuestra vibración.

    En el Nuevo Testamento se nos dice que debemos perdonar, no una ni varias veces, sino "setenta veces siete". En otras palabras, debemos perdonar interminablemente y sin reservas.

    Síntesis de un texto de Robin Norwood de su libro “Por qué a mí, Por qué esto, Por qué ahora” se los recomiendo!

    Gota a gota el resentimiento hace que cada día nos envenenemos más y más... Se pega a nuestro corazón y lo destruye lentamente. Creemos haber perdonado la ofensa pero seguimos resentidos con quien nos lastimó... Entonces si bien pudimos pensar que perdonamos los flashes, esas luces que de pronto se encienden cuando recordamos, sólo iluminan aquello que nos dañó... y vemos nuestras heridas sangrar una y otra vez y la mano del culpable golpeando sin piedad sobre ellas...

    Y ese "culpable", esa persona que tanto nos dañó sigue presente todos los días. Sin darnos cuenta le estamos regalando nuestra vida, nuestras energías... Quizás esa persona ni nos recuerde, o tal vez ya olvidó lo sucedido pero nosotros seguimos empeñados en no olvidar...

    ¿Y qué logramos? Sólo dañarnos, sólo seguir golpeando sobre las heridas y hacer que sangren sin parar... Entonces los rasguños ya son grietas y las grietas profundos agujeros que van hacia dentro de nosotros tratando de encontrar una salida... Y la salida muchas veces es la enfermedad, como también el aislamiento... Un alma resentida, un corazón resentido se debilita, y tarde o temprano muere solo intoxicado con el mismo veneno que nosotros le dimos.

    Soltemos, perdonemos, dejemos ir... Desde adentro, desde el alma dejemos que se vaya... que cuando se enciendan las luces ya no iluminen esa parte de nuestra historia que nos hizo daño, pongamos en su lugar paz, amor y comprensión.

    "La mejor manera de combatir el mal es un enérgico progreso en el sentido del bien"

    Perdonar a veces no es fácil pero debemos hacerlo por nosotros, por nuestra salud y por sobre todo para seguir caminando con el paso firme y siendo imanes de todo lo bueno, de la buena energía, de los buenos tiempos.

    El resentimiento, el odio, el no perdonar frenan el paso, nos ahogan y no nos permiten darle lugar a la Felicidad en nuestra vida.

    Por ello soltemos, y capturemos lo mejor, que lo bueno penetre en nuestra vida y no lo malo. Túneles que lleven amor y paz y no agujeros de dolor que nos hacen daño... Gotas de alegría, de vida, de sueños... No de veneno.

    Digamos adiós a esa parte que yace en nosotros y que tanto daño nos hizo y nos hace y abramos la puerta a la vida.

    © Graciela De Filippis




    JACULATORIA AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA




    Jaculatoria al Corazón Inmaculado de María

     ¡Oh Corazón Inmaculado de María, compadecete de nosotros!

    ¡Refugio de pecadores, rogad por nosotros!

    ¡Oh dulce Corazón de María, sed la salvación mía!

    *Un Padrenuestro a intención del Sumo Pontífice.*

    OBISPO RESALTA CORAJE DE MADRE CATÓLICA ASESINADA POR JOVEN GAY EN EEUU


    Obispo resalta coraje de madre católica asesinada por joven gay en EEUU

    PHOENIX, 07 Jun. 13 / 08:14 pm (ACI/EWTN Noticias).- Mons. John Paprocki, Obispo de Springfield en Estados Unidos, recordó el testimonio de una madre de familia que fue asesinada por un joven gay en el año 2002, y explicó que a diferencia del joven homosexual a quien mataron en 1998, la prensa no dio tanto espacio a la valerosa madre de cuatro niños.

    El pasado 31 de mayo en la Shadow Rock United Church of Christ en Phoenix, Arizona, el Obispo pronunció una conferencia titulada “Matrimonio, uniones del mismo sexo y la Iglesia Católica”, durante la cual hizo la comparación entre el caso de Matthew Shepard, homosexual asesinado en 1998; y Mary Stachowicz, madre de familia asesinada por un joven gay en 2002.

    “Una búsqueda en Google del nombre Matthew Shepard’ genera 11,9 millones de resultados. Matthew Shepard fue un estudiante universitario de 21 años que fue salvajemente golpeado hasta morir en 1998 en Wyoming. Su asesinato fue considerado un crimen por odio porque Shepard era gay”.

    El Obispo explicó que si uno hace una búsqueda del nombre Mary Stachowicz, tendrá unos 27 mil resultados. “En el año 2002 Marya Stachowicz también fue asesinada brutalmente, pero las circunstancias fueron muy distintas. Mary, la amable y devota madre católica de cuatro niños instó a compañero de trabajo, Nicholas Gutierrez, de 19 años, a cambiar su estilo de vida gay”.

    “Furioso por esta exhortación, como luego dijo a la policía -narró el Obispo- el joven la golpeó, la apuñaló y la estranguló hasta causarle la muerte. Luego tomó su cuerpo y lo puso en un pequeño espacio en su departamento, ubicado sobre una funeraria en Chicago en donde ambos trabajaban”.

    El Obispo relató luego que tuvo la oportunidad de conocer a Mary ya que fue su secretaria en una parroquia antes de ser nombrado Obispo. “Ella trabajaba medio tiempo en la funeraria y medio tiempo en la parroquia. Una tarde, ella no apareció a la hora acostumbrada, lo que era inusual porque ella siempre llegaba puntual”.

    Mons. Paprocki recordó que mientras la buscaban, antes de saber que había sido asesinada y antes de que la policía la encontrara mutilada, Nicholas Gutierrez rezó con los amigos y familiares de Mary por su pronta aparición.

    El Obispo precisó que ambos asesinatos fueron “brutales y condeno ambos del mismo modo. Sin embargo, el hecho de que existan más de 11,5 millones de historias en Internet sobre Matthew Shepard que las de Mary Stachowicz, es una muestra del sentimiento popular que existe hoy sobre las relaciones del mismo sexo. La historia de Shepard recibió mucha atención porque su homosexualidad fue el móvil para su asesinato”.

    “El homicidio de Mary fue ampliamente ignorado por los medios, pese al hecho de que ella murió como mártir de la fe”, agregó.

    De hecho, en el quinto aniversario de su muerte, el periodista católico Phil Lawler alentó a que se iniciara para Mary el proceso de beatificación.

    “Lo que quiero decir -explicó el Obispo- es que a la luz de la opinión actual, reconozco que es complicado explicarle a la gente las razones por las que las uniones homosexuales no deben ser reconocidas legalmente. Sin embargo, es importante recordar que el análisis moral no se basa en encuestas, sino en los valores, las virtudes y los principios”.

    El desafío, dijo, “es explicar qué es el matrimonio y por qué merece un status único”.

    “El concepto tradicional del matrimonio -consistente con la enseñanza católica ya que no es exclusivo de ella- es que se da entre un hombre y una mujer. Eso no lo inventó la Iglesia y es anterior al Cristianismo”.

    Ese concepto, prosiguió, “no se basa en la religión sino en la ley natural”.

    “La Iglesia Católica, junto a prácticamente cualquier religión y cultura del mundo, reconoce y apoya esta institución natural porque, sin ella, simplemente la sociedad no existiría o no florecería”.

    El Obispo dijo luego que “la inclinación o el deseo natural y la capacidad hacia la procreación y la creación de una familia solo puede cumplirse a través de la unión de un hombre y una mujer. Incluso con las intervenciones biotécnicas como la reproducción artificial, se tiene que son intentos por imitar la unión de un hombre y una mujer”.

    EL EVANGELIO DE HOY: 08.06.2013

    Autor: Misael Cisneros | Fuente: Catholic.net
    El Niño Jesús en el templo
    Lucas 2, 41-51. Corazón Inmaculado de María. Que como María, nuestra vida sea un peregrinar en la fe cuando no entendamos los por qué de la vida.
     
    El Niño Jesús en el templo
    Del santo Evangelio según san Lucas 2, 41-51


    María y José iban todos los años a Jerusalén a la fiesta de la Pascua. Cuando tuvo doce años, subieron ellos como de costumbre a la fiesta y, al volverse, pasados los días, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin saberlo su padres. Pero creyendo que estaría en la caravana, hicieron un día de camino, y le buscaban entre los parientes y conocidos; pero al no encontrarle, se volvieron a Jerusalén en su busca. Y sucedió que, al cabo de tres días, le encontraron en el Templo sentado en medio de los maestros, escuchándoles y preguntándoles; todos los que le oían, estaban estupefactos por su inteligencia y sus respuestas. Cuando le vieron, quedaron sorprendidos, y su madre le dijo: Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Mira, tu padre y yo, angustiados, te andábamos buscando. Él les dijo: Y ¿por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre? Pero ellos no comprendieron la respuesta que les dio. Bajó con ellos y vino a Nazaret, y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba cuidadosamente todas las cosas en su corazón. 

    Oración introductoria

    Señor, quiero ocuparme en tus cosas, quiero que seas Tú el centro de mi vida y, cumplir tu voluntad, el incentivo de todas mis acciones. ¡Ven Espíritu Santo! Ilumina mi mente y mi corazón en esta oración.

    Petición

    Espíritu Santo, dame la fortaleza para cumplir la voluntad de Dios.

    Meditación del Papa

    Narrándonos el episodio de Jesús que, a los doce años de edad, va al templo y se sienta a enseñar a los maestros, el evangelista Lucas deja entrever que Jesús, quien reza después del bautismo del Jordán, tiene una larga costumbre de oración íntima con Dios Padre, radicada en las tradiciones, en el estilo de vida de su familia, en las experiencias decisivas vividas en ella. La repuesta del niño de doce años a José y a María indica ya esta filiación divina, que la voz celestial manifiesta después del bautismo: "¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?". Al salir de las aguas del Jordán, Jesús no inaugura su oración, sino que continúa su relación contante, habitual con el Padre; y, en esta unión íntima con Él, da el paso de su vida escondida de Nazaret a su ministerio público. La enseñanza de Jesús sobre la oración viene, seguramente, de su forma de rezar adquirida en familia, pero que tiene su origen profundo y esencial en el hecho de ser el Hijo de Dios, en su relación única con Dios Padre. Benedicto XVI, 30 de noviembre de 2011.

    Reflexión

    Quién mejor que una madre como María sabe lo que significa perder al Hijo de Dios, y a su propio hijo. Si en eso momentos Dios Padre le hubiese pedido cuentas a María de la educación de su hijo ¿qué hubiese respondido María? ¿Se me perdió y no lo encuentro o está cumpliendo tu voluntad? Por lo angustiada que estaba parecería que respondería se me perdió. Con esto no hay otra prueba más convincente de que María amaba a Jesús como tantas otras madres posiblemente amaban sus hijos. Era su hijo y como tal lo amaba y lo cuidaba. Sin embargo, el mismo amor de madre le llevó a callarse ante la respuesta de Jesús: tenía que ocuparme de las cosas de mi padre. ¿Que Jesús no sabía que María estaba dando su vida por Él? ¿No sabía que sin la ayuda de una madre no hubiese podido sobrevivir? ¿Y que si no moría de hambre moriría asesinado por los hombres de Herodes? Posiblemente lo sabía pero también tenía bien claro la misión que debía cumplir, y debía comenzar cuanta antes.

    Pero detengamos por más tiempo nuestra mirada en María. Una madre que ha cuidado durante 12 años a su hijo y ahora su hijo le sale con esta respuesta tan desconcertante. Son los riesgos de una madre. A más amor por el hogar más sacrificios que debe afrontar.

    Ojalá que en nuestra vida también se cumplan estas palabras que dijo Juan Pablo II de ella: toda su vida fue una peregrinación de fe. Porque caminó entre sombras y esperó en lo invisible, y conoció las mismas contradicciones de nuestra vida terrena.

    Propósito

    Que como María también nuestra vida sea un peregrinar en la fe cuando no entendamos los por qué de la vida y ofrecer un misterio del rosario por un miembro de mi familia que esté alejado de la Iglesia.

    Diálogo con Cristo

    Señor Jesús, la angustia que pasó la santísima Virgen al no encontrarte es la peor pesadilla de cualquier padre de familia. Qué difícil debe haber sido para ella el no entender tu aparente indiferencia a su sufrimiento. Permíteme crecer en tu gracia para que, al igual que María, sepa aceptar la angustia o el dolor, sin dejar mi oración, confiando siempre en tu Divina Providencia. 

    FIESTA DEL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA: 8 DE JUNIO


    FIESTA DEL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA
    Junio 8 , 2013

    María, Madre de Jesús y nuestra, nos señala hoy su Inmaculado Corazón. Un corazón que arde de amor divino, que rodeado de rosas blancas nos muestra su pureza total y que atravesado por una espada nos invita a vivir el sendero del dolor-alegría.

    La Fiesta de su Inmaculado Corazón nos remite de manera directa y misteriosa al Sagrado Corazón de Jesús. Y es que en María todo nos dirige a su Hijo. Los Corazones de Jesús y María están maravillosamente unidos en el tiempo y la eternidad...

    La Iglesia nos enseña que el modo más seguro de llegar a Jesús es por medio de su Madre.

    Por ello, nos consagramos al Corazón de Jesús por medio del Corazón de María. Esto se hace evidente en la liturgia, al celebrar ambas fiestas de manera consecutiva, viernes y sábado respectivamente, en la semana siguiente al domingo del Corpus Christi.

    Santa María, Mediadora de todas las gracias, nos invita a confiar en su amor maternal, a dirigir nuestras plegarias pidiéndole a su Inmaculado Corazón que nos ayude a conformarnos con su Hijo Jesús.

    Venerar su Inmaculado Corazón significa, pues, no sólo reverenciar el corazón físico sino también su persona como fuente y fundamento de todas sus virtudes. Veneramos expresamente su Corazón como símbolo de su amor a Dios y a los demás.

    El Corazón de Nuestra Madre nos muestra claramente la respuesta a los impulsos de sus dinamismos fundamentales, percibidos, por su profunda pureza, en el auténtico sentido. Al escoger los caminos concretos entre la variedad de las posibilidades, que como a toda persona se le ofrece, María, preservada de toda mancha por la gracia, responde ejemplar y rectamente a la dirección de tales dinamismos, precisamente según la orientación en ellos impresa por el Plan de Dios.

    Ella, quien atesoraba y meditaba todos los signos de Dios en su Corazón, nos llama a esforzarnos por conocer nuestro propio corazón, es decir la realidad profunda de nuestro ser, aquel misterioso núcleo donde encontramos la huella divina que exige el encuentro pleno con Dios Amor.

    viernes, 7 de junio de 2013

    ORACIÓN AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS PARA UNA GRAVE NECESIDAD


    ORACIÓN AL SAGRADO CORAZÓN
    DE JESÚS PARA UNA GRAVE NECESIDAD

    Oh Divino Jesús que dijiste: «Pedid y recibiréis; buscad y encontraréis; llamad y se os abrirá; porque todo el que pide recibe, y el que busca encuentra, y a quien llama se le abre». Mírame postrado a tus plantas suplicándote me concedas una audiencia. Tus palabras me infunden confianza, sobre todo ahora que necesito que me hagas un favor:

    (Se ora en silencio pidiendo el favor)
    ¿A quién he de pedir, sino a Ti, cuyo Corazón es un manantial inagotable de todas las gracias y dones? ¿Dónde he de buscar sino en el tesoro de tu corazón, que contiene todas las riquezas de la clemencia y generosidad divinas? ¿A dónde he de llamar sino a la puerta de ese Corazón Sagrado, a través del cual Dios viene a nosotros, y por medio del cual vamos a Dios?

    A Ti acudimos, oh Corazón de Jesús, porque en Ti encontramos consuelo, cuando afligidos y perseguidos pedimos protección; cuando abrumados por el peso de nuestra cruz, buscamos ayuda; cuando la angustia, la enfermedad, la pobreza o el fracaso nos impulsan a buscar una fuerza superior a las fuerzas humanas.

    Creo firmemente que puedes concederme la gracia que imploro, porque tu Misericordia no tiene límites y confío en que tu Corazón compasivo encontrará en mis miserias, en mis tribulaciones y en mis angustias, un motivo más para oír mi petición.

    Quiero que mi corazón esté lleno de la confianza con que oró el centurión romano en favor de su criado; de la confianza con que oraron las hermanas de Lázaro, los leprosos, los ciegos, los paralíticos que se acercaban a Ti porque sabían que tus oídos y tu Corazón estaban siempre abiertos para oír y remediar sus males.

    Sin embargo... dejo en tus manos mi petición, sabiendo que Tú sabes las cosas mejor que yo; y que, si no me concedes esta gracia que te pido, sí me darás en cambio otra que mucho necesita mi alma; y me concederás mirar las cosas, mi situación, mis problemas, mi vida entera, desde otro ángulo, con más espíritu de fe.

    Cualquiera que sea tu decisión, nunca dejaré de amarte, adorarte y servirte, oh buen Jesús.

    Acepta este acto mío de perfecta adoración y sumisión a lo que decrete tu Corazón misericordioso. Amén.

    Padre Nuestro, Ave María, Gloria al Padre.

    Sacratísimo Corazón de Jesús, en Vos confío. (3 veces).

    CUANDO PASO...

     
     CUANDO PASO..

    Cuando paso unos momentos reflexionando en la gracia sublime de Dios, me lleno de gozo. La gracia es el amor divino que recibo en cualquier circunstancia o en todas, ahora y por siempre. La gracia me asegura que estoy siempre en la presencia de Dios.
    Me regocijo sabiendo que soy un hijo de Dios. Por lo tanto, soy amado incondicionalmente. Comprender esto me da fortaleza incluso en los momentos más difíciles.

     

    TEN CALMA...

     
    TEN CALMA..

     Ten calma, desacelera el ritmo de tu corazón silenciando tu mente. Afirma tu paso con la visión del futuro. Encuentra la calma de las montañas. Rompe la tensión de tus nervios y músculos con la dulce música de los arroyos que viven en tu memoria. Vive intensamente la paz del sueño.
    Aprende a tomar vacaciones de un minuto, al detenerte a mirar una flor, al conversar con un amigo, al contemplar un amanecer o al leer algunas líneas de un buen libro. Recuerda cada día la fábula de la liebre y la tortuga, para que sepas que vivir más intenso no quiere decir vivir más rápido y que la vida es más que aumentar la velocidad.

    Voltea hacia las ramas de roble que florece y comprende que creció grande y fuerte porque creció despacio y bien. Ten calma, desacelera el paso y echa tus raíces en la buena tierra de lo que realmente vale, para así crecer hacia las estrellas.
    Hellen Keller-ciega, sorda y muda de nacimiento-
     

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