domingo, 14 de mayo de 2017

JESÚS, EL CAMINO Y LA VIDAD Y LA VIDA


El Camino y la Verdad y la Vida
Hemos de esforzarnos por adherirnos a la Revelación de Cristo en su integridad, el cual se nos presenta como “el Camino y la Verdad y la Vida”.


Por: Monseñor José Ignacio Munilla Aguirre | Fuente: www.enticonfio.org 




El versículo 6 del capítulo 14 del Evangelio de San Juan, con el que hemos encabezado este artículo, es un buen punto de partida para discernir si el concepto de religiosidad que nos hemos ido forjando, es pleno y conforme a la Revelación de Jesucristo; o si, por el contrario, es sesgado y arbitrario.

Llama la atención que Jesús se nos revelase con una frase tan sintética, no sólo añadiendo a esas tres palabras un artículo determinado, sino también uniéndolas de una forma reiterada por la conjunción copulativa “y”: “Yo soy el Camino y la Verdad y la Vida”. Parece como si se nos quisiera insistir en la importancia de “sumar” esas tres palabras, ante nuestra tendencia a recibirlas parcialmente. Es bueno que nos demos cuenta de que cuando esos tres conceptos -camino, verdad y vida- no se “suman”, la consecuencia puede ser una deformación de la religiosidad. Veámoslo:

1.- Religiosidad “moralista”: Cuando la religiosidad se centra en su función de marcar el “camino”, desligándose de los demás aspectos sustanciales, la consecuencia es el moralismo. En efecto, ocurre con frecuencia que muchas personas, especialmente las alejadas de la fe, tienen un concepto de la religiosidad esencialmente moralista. La esencia de la religiosidad se reduciría a los mandamientos, prohibiciones, normas, tradiciones, consejos... Con frecuencia, esto genera una imagen antipática del cristianismo, ya que la religiosidad es presentada como enemiga de la propia libertad. La imagen de Dios queda reducida a un “dios policía”, dejando en el olvido que “la verdad nos hará libres” (Jn 8,32), y que “Cristo ha venido para que tengamos vida, y vida en abundancia” (Jn 10,10) .

Curiosamente, esa reducción moralista que tantos rechazos suscita, en otras ocasiones es buscada interesadamente. Se trata de la actitud de quienes valoran la religión en la medida en que ésta resulte de "utilidad social"; es decir, en la medida en que sea un escudo protector contra la degradación moral de nuestros días. Son aquellas personas que no dudan en adornar con un baño religioso la educación de sus hijos, con la esperanza de que, mientras estén "ocupados en cosas buenas", se evitarán "males mayores".

No les gustaría que sus hijos cayeran en ciertas lacras de nuestros días: droga, terrorismo, desarraigo familiar, etc. Para eso utilizan la religión como un dique de contención contra esos vicios morales. En el fondo, no les importa tanto la religión en sí misma, cuanto los efectos beneficiosos que de ella puedan obtener.

Mención aparte merece en este capítulo la reducción del cristianismo a una “ética de solidaridad”, muy frecuente en nuestros días. Aspectos esenciales del mensaje revelado quedan en el olvido: la gracia de Cristo, la redención de nuestros pecados, etc.; mientras que la predicación se circunscribe a la solidaridad, opción por los pobres, etc. Es decir, otra forma de reducción al moralismo.

2.- Religiosidad “dogmática”: Cuando la religiosidad se centra en remarcar las verdades doctrinales, desligándose de los demás aspectos, la consecuencia es un dogmatismo doctrinal teórico, bastante estéril por lo demás. Se suele caracterizar por una formación religiosa muy doctrinal, pero poco vital. Se trabajan mucho los conceptos, pero muy poco los afectos y la voluntad.

Parece como si lo único importante fuese mantener unos principios, al margen de su realización práctica. Dentro de este capítulo se introduce una religiosidad muy preocupada por la ortodoxia (corrección en la doctrina) pero poco por la ortopraxis (actuación coherente). Igualmente, también se incluiría en este apartado la advertencia que el teólogo suizo Hans Urs Von Balthasar hizo de la importancia de hacer una «teología arrodillada», contrapuesta a la teología especulativa, tan extendida en ciertos ambientes, que por su lejanía de la espiritualidad acaba por "secar el espíritu".

De hecho, se da la circunstancia de que en la historia de la Iglesia, hasta aproximadamente los siglos XII-XIII, ser teólogo era sinónimo de ser santo. A partir de esa fecha, por el contrario, comienzan a abundar los profesionales de la erudición teológica que, lejos de acompañar sus estudios con una vida santa, polemizan sobre cuestiones más o menos banales, sin elevar el espíritu de quienes les escuchan a las cumbres de la espiritualidad.

3.- Religiosidad “experiencial”: Cuando la religiosidad se reduce a una mera “vivencia”, entendida ésta como una búsqueda de experiencias espirituales gratificantes, desligándose de los demás aspectos sustanciales, entonces la consecuencia es una religiosidad subjetiva y de consumo personal. Es la pretensión falsa de vivir el espíritu de Cristo, desligándose de su “camino” y de la “verdad” de su Persona.

El auge de fenómenos como el esoterismo, la revalorización de la religiosidad oriental, el ocultismo, la adivinación, el sincretismo religioso, etc., está muy ligado a esta religiosidad experiencial. Se busca llenar el deseo de trascendencia que todo hombre lleva en su interior, pero desli gándolo de cualquier compromiso moral en la vida diaria, bien personal o social. El objetivo es saciar la sed espiritual, pero sin adherirse a verdades objetivas ni crearse compromisos morales. En definitiva, una religión “light”, muy en boga en estos momentos.

En resumen, no es casual la insistencia de Jesús en esa conjunción copulativa “y”, con la que nos quiere poner en guardia frente a nuestras tendencias reduccionistas. Hemos de esforzarnos por adherirnos a la Revelación de Cristo en su integridad, el cual se nos presenta como “el Camino y la Verdad y la Vida”. Por ello, el Catecismo de la Iglesia Católica engloba en estos tres pilares fundamentales la presentación de la figura de Jesús y su mensaje: Los mandamientos, porque Cristo es el Camino; el Credo, porque Cristo es la Verdad; y los sacramentos y la oración, porque Él es la Vida.

Monseñor Munilla

MOMENTO CUMBRE


Momento cumbre



Cuando participes de la misa, presta suma atención en el momento cumbre del gran prodigio de amor. Toda la misa converge en este momento sublime: para este momento supremo viven todos los sacerdotes y para esto se celebra la misa. Sin la consagración, la misa no sería misa. Vive conscientemente este gran acontecimiento y agradécelo a Dios.

Cuenta el P. Ángel Peña: “Un sacerdote, amigo mío, me relató lo que le había pasado un día en el momento de la consagración del vino. En ese momento, ante sus ojos asombrados, vio cómo el vino del cáliz empezó a burbujear y miles de burbujas se movían, mientras decía las palabras: Este es el cáliz de mi sangre... Así Dios le hizo entender, de un modo extraordinario, la maravillosa realidad de la conversión del vino en su sangre divina. A partir de ese momento, su fe en la Eucaristía se reafirmó para siempre. Procuremos, en esos momentos, estar de rodillas ante nuestro Dios. No seamos meros espectadores indiferentes. Alguien ha dicho que nunca es el hombre más grande que cuando está de rodillas”.

Santa Margarita María Alacoque cuenta en su autobiografía que su ángel de la guarda: “no soportaba la menor falta de devoción o de respeto ante Jesús sacramentado, delante del cual lo veía postrado en tierra y deseaba que yo hiciese lo mismo”. ¡Oh, si pudiésemos ver lo invisible del mundo espiritual! Que vivas con fervor y fe estas sublimes realidades.


* Enviado por el P. Natalio

MEDITACIÓN DEL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 14 DE MAYO DEL 2017


EL CAMINO

Al final de la última cena, los discípulos comienzan a intuir que Jesús ya no estará mucho tiempo con ellos. La salida precipitada de Judas, el anuncio de que Pedro le negará muy pronto, las palabras de Jesús hablando de su próxima partida, han dejado a todos desconcertados y abatidos. ¿Qué va a ser de ellos?

Jesús capta su tristeza y su turbación. Su corazón se conmueve. Olvidándose de sí mismo y de lo que le espera, Jesús trata de animarlos: «No os inquietéis. Confiad en Dios y confiad también en mí». Más tarde, en el curso de la conversación, Jesús les hace esta confesión: «Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie puede llegar hasta el Padre sino por mí». No lo hemos de olvidar nunca.

«Yo soy el camino»

El problema de muchos no es que vivan extraviados o descaminados. Sencillamente viven sin camino, perdidos en una especie de laberinto: andando y desandando los mil caminos que, desde fuera, les van indicando las consignas y modas del momento.

¿Y qué puede hacer un hombre o una mujer cuando se encuentra sin camino? ¿A quién se puede dirigir? ¿Adónde puede acudir? El que camina tras los pasos de Jesús podrá seguir encontrándose con problemas y dificultades, pero está en el camino acertado que conduce al Padre. Esta es la promesa de Jesús.

«Yo soy la verdad»

Estas palabras encierran una invitación escandalosa a los oídos modernos. Y, sin embargo, también hoy hemos de escuchar a Jesús. No todo se reduce a la razón. El desarrollo de la ciencia no contiene toda la verdad. El misterio último de la realidad no se deja atrapar por los análisis más sofisticados. El ser humano ha de vivir ante el misterio último de su existencia.

Jesús se presenta como camino que conduce y acerca a ese Misterio último. Dios no se impone. No fuerza a nadie con pruebas ni evidencias. El Misterio último es silencio y atracción respetuosa. Jesús es el camino que nos puede conducir a confiar en su bondad.

«Yo soy la vida»

Jesús puede ir transformando nuestra vida. No como el maestro lejano que ha dejado un legado de sabiduría admirable a la humanidad, sino como alguien vivo que, desde lo más profundo de nuestro ser, infunde en nosotros un germen de vida nueva.

Esta acción de Jesús en nosotros se produce casi siempre de forma discreta y callada. El mismo creyente solo intuye una presencia imperceptible. A veces, sin embargo, nos invade la certeza, la alegría incontenible, la confianza total: Dios existe, nos ama, todo es posible, incluso la vida eterna. Nunca entenderemos la fe cristiana si no acogemos a Jesús como el camino, la verdad y la vida.



Evangelio Comentado por:
José Antonio Pagola
Jn 14, 1-12

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY DOMINGO 14 DE MAYO DEL 2017


V Domingo de Pascua – Ciclo A
Domingo 14 de Mayo de 2017




Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 6, 1-7:

En aquellos días, al crecer el número de los discípulos, los de lengua griega se quejaron contra los de lengua hebrea, porque en el servicio diario no se atendía a sus viudas. Los Doce, convocando a la asamblea de los discípulos, dijeron:
«No nos parece bien descuidar la palabra de Dios para ocuparnos del servicio de las mesas. Por tanto, hermanos, escoged a siete de vosotros, hombres de buena fama, llenos de espíritu y de sabiduría, y los encargaremos de esta tarea; nosotros nos dedicaremos a la oración y al servicio de la palabra».
La propuesta les pareció bien a todos y eligieron a Esteban, hombre lleno de fe y de Espíritu Santo; a Felipe, Prócoro, Nicanor, Timón, Parmenas y Nicolás, prosélito de Antioquía. Se los presentaron a los apóstoles y ellos les impusieron las manos orando.
La palabra de Dios iba creciendo y en Jerusalén se multiplicaba el número de discípulos; incluso muchos sacerdotes aceptaban la fe.

Palabra de Dios    

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Salmo
Salmo Responsorial: 32,1-2.4-5.18-19


R/. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti


Aclamad, justos, al Señor,
que merece la alabanza de los buenos.
Dad gracias al Señor con la cítara,
tocad en su honor el arpa de diez cuerdas. R/.

La palabra del Señor es sincera,
y todas sus acciones son leales;
él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la tierra. R/.

Los ojos del Señor están puestos en quien lo teme,
en los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y reanimarlos en tiempo de hambre. R/.

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Segunda lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro 2,4-9:


Queridos hermanos:
Acercándoos al Señor, piedra viva rechazada por los hombres, pero elegida y preciosa para Dios, también vosotros, como piedras vivas, entráis en la construcción de una casa espiritual para un sacerdocio santo, a fin de ofrecer sacrificios espirituales agradables a Dios por medio de Jesucristo.
Por eso se dice en la Escritura:
«Mira, pongo en Sion una piedra angular, elegida y preciosa;
quien cree en ella no queda defraudado».
Para vosotros, pues, los creyentes, ella es el honor, pero para los incrédulos «la piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular», y también «piedra de choque y roca de estrellarse»; y ellos chocan al despreciar la palabra. A eso precisamente estaban expuestos.
Vosotros, en cambio, sois un linaje elegido, un sacerdocio real, una nación santa, un pueblo adquirido por Dios para que anunciéis las proezas del que os llamó de las tinieblas a su luz maravillosa.

Palabra de Dios

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Lectura del santo Evangelio según san Juan 14,1-12:

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No se turbe vuestro corazón, creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no, os lo habría dicho, porque me voy a prepararos un lugar. Cuando vaya y os prepare un lugar, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino».
Tomás le dice:
«Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?».
Jesús le responde:
«Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí. Si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto».
Felipe le dice:
«Señor, muéstranos al Padre y nos basta».
Jesús le replica:
«Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: “Muéstranos al Padre”? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, él mismo hace las obras. Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre en mí. Si no, creed a las obras.
En verdad, en verdad os digo: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aun mayores, porque yo me voy al Padre».

Palabra del Señor

MAYO, MES DE MARÍA, DÍA 14, DEJADME A MARÍA, EL ESCAPULARIO


Día 14: Dejadme a María: el escapulario



El día 16 de julio de 1251 se apareció la Virgen a San Simón Stock, superior General de las Carmelitas, y prometió unas gracias y cuidados especiales para aquellos que llevaran el escapulario del Carmen.

El escapulario es una pequeña imagen de la Virgen del Carmen en tela (puede ser también una medalla) para colgarse al cuello.

Santa María quiere que llevemos una imagen suya en el pecho. Y como llevar el escapulario puesto significa que se le ama y que se quiere la compañía y protección de María, la Virgen prometió a quienes viviesen y muriesen con el escapulario que Ella se encargaría de conseguirles la ayuda para obtener la perseverancia final; es decir, una ayuda particular para que, quienes no estén en gracia, se arrepientan en los últimos momentos de su vida. Y además prometió que Ella se encargaría de que saliese del purgatorio al sábado siguiente a la muerte.

Es lógico: si no le dejamos, ella no nos dejará.

Cuentan que cuando fue elegido Papa León XI, mientras le revestían con los hábitos papales, le quisieron quitar el escapulario que llevaba entre la ropa. El Papa dijo a los que le ayudaban: "Dejadme a María, para que María no me deje"

Madre mía, llevaré siempre el escapulario. No te dejaré, y Tú no me dejes en ningún momento.

Continúa ahora hablándole un rato.

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 14 DE MAYO


Los cinco minutos de María
Mayo 14




La felicidad del hijo reside en saber que su madre es plenamente feliz.

El cristiano sabe que su Madre del cielo, la dulce Virgen María, es inmensamente feliz y que es tal la felicidad que ella goza, que le alcanza para comunicarla a sus fieles hijos y sinceros devotos.
Como buena Madre, María se alegra cuando ve a sus hijos felices de sentirse hijos de Dios, amados por Dios, protegidos y paternalmente cuidados por su divina providencia. Y se entristece cuando ve que sus hijos sufren y, más aún, cuando ve que ellos se agobian en su sufrimiento.

Madre del Anunciado por los profetas, quédate con nosotros mientras trabajamos cada día para “que venga su reino”.



* P. Alfonso Milagro

DÍA DE LA MADRE: UNA ORACIÓN PARA LAS MAMÁS QUE PARTIERON AL CIELO


Día de la madre: una oración 
para las mamás que partieron al cielo



 (ACI).- Muchos países del mundo celebran hoy, segundo domingo de mayo, el día de la madre; sin embargo, son muchos quienes ya no la tienen a su lado, pues ya partieron a la Casa del Padre. Para ellas, las mamás que se encuentran en el cielo gozando de la Gloria de Dios, les compartimos la siguiente oración:


Continuamente te rezamos, Señor, por nuestra madre.
La recordamos con paz y con amor ante Ti,
seguros de que ella vive,
como estamos seguros de que vives Tú
y de que tu amor dura para siempre.
La recordamos cuando estaba entre nosotros...
A veces, nos parece sentir el calor y el sosiego
de su presencia protectora
como cuando vivía aquí,
mucho más para nosotros que para sí misma.
Dale, Señor, tu amor, dale tu vida. Dale tu paz.
Tenla muy cerca de Ti.
Sea feliz y ruegue ante Ti por nosotros.
Ayúdanos a vivir lo que ella nos enseño,
más con amor que con palabras.
A rezarte como ella, a quererte como ella,
a hacer de Ti y de los demás, igual que ella,
el sentido de nuestra vida.
Y si por descuido o por debilidad en algo te faltó,
perdónala, Tú que sabes lo que es ser Padre y Madre
y conoces como nadie el amor y el perdón
sin medida ni límites...
Perdónale sus faltas por lo mucho que amó a todos.
Gracias, Señor, por esta oración que nos llena de paz
en el recuerdo de nuestra madre.
Amén.


FELIZ DÍA DE LA MADRE!!!








sábado, 13 de mayo de 2017

San Juan Pablo II salvó de morir gracias a Virgen de Fatima


Hace 36 años San Juan Pablo II salvó de morir gracias a la Virgen de Fátima

ROMA, 13 May. 17 / 12:31 am (ACI).- Un día como hoy hace 36 años, San Juan Pablo II se salvó de morir en el día en que la Iglesia celebra a la Virgen de Fátima.


Cuando el Santo Padre recorría la Plaza de San Pedro a bordo del papamóvil saludando a los peregrinos, fue herido gravemente de bala por los disparos del turco Alí Agca. 

Como recordara años atrás el ex secretario de San Juan Pablo II y ahora Arzobispo de Cracovia (Polonia), Cardenal Stanislaw Dziwisz, luego del atentado del 13 de mayo de 1981, el Papa Wojtyla se acercó más a la devoción por la Virgen de Fátima convencido de que Santa María lo protegió del disparo.


También, en mayo de 2006 durante un ángelus dominical, el Sumo Pontífice Emérito Benedicto XVI recordó que el Papa Wojtyla “sintió haber sido milagrosamente salvado de la muerte gracias a la intervención de ‘una mano maternal’”.

El Papa peregrino señaló en una oportunidad que cuando fue alcanzado por la bala, no se dio cuenta en un primer momento que era el "aniversario del día en que la Virgen se apareció a tres niños en Fátima". Luego subrayó que fue su secretario personal quien se lo dijo después de la operación en la que le extrajeron un proyectil del intestino.

Fueron cuatro balas las que alcanzaron a San Juan Pablo II, dos de ellas se alojaron en su intestino, otra impactó en su brazo derecho y la cuarta bala en la mano izquierda.

Durante su etapa de convalecencia, San Juan Pablo II estudió al detalle los informes de las apariciones de Fátima y al año del atentado viajó por primera vez a Fátima (Portugal) para "agradecer a la Virgen su intervención para la salvación de mi vida y el restablecimiento de mi salud".

En diciembre de 1983, el Santo visitó y perdonó en la cárcel a Agca quien expresó: "¿Por qué no murió? Yo sé que apunté el arma como debía y sé que la bala era devastadora y mortal. ¿Por qué entonces no murió? ¿Por qué todos hablan de Fátima?".

En 1984, el Papa Wojtyla formalizó su devoción y agradecimiento a la Virgen donando al santuario de Fátima la bala que le extrajeron y que fue engarzada en la aureola de la corona de la imagen.

La faja blanca que el Pontífice llevaba el día del atentado, fue donada al Santuario Mariano polaco de Jasna Gora, cuya Virgen es venerada desde hace siglos por sus compatriotas como símbolo de la unidad nacional.

En 2001 la justicia italiana extraditó a Turquía a Alí Agca, después que San Juan Pablo II intercediera por él ante el Presidente de Italia. Agca había pasado 20 años en una cárcel del país.

EL EVANGELIO DE HOY 13 DE MAYO 2017 - VIRGEN DE FÁTIMA


Día litúrgico: 13 de Mayo: La Virgen de Fátima


Texto del Evangelio (Mt 12,46-50): En aquel tiempo, mientras Jesús estaba hablando a la muchedumbre, su madre y sus hermanos se presentaron fuera y trataban de hablar con Él. Alguien le dijo: «¡Oye! ahí fuera están tu madre y tus hermanos que desean hablarte». Pero Él respondió al que se lo decía: «¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?». Y, extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: «Éstos son mi madre y mis hermanos. Pues todo el que cumpla la voluntad de mi Padre celestial, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre».

«Todo el que cumpla la voluntad de mi Padre celestial, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre»

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Hoy celebramos la fiesta de la Virgen de Fátima, recodando las apariciones de la Virgen María a los tres pequeños pastores: Lucía, Jacinta y Francisco. Podríamos decir que aquellas manifestaciones —paradigmáticas en la historia de la Iglesia— son como “horas extras” que, en los últimos tiempos, ha hecho Santa María.

¡Y no es para menos! Tal como Pío XII advirtió, el gran pecado de la modernidad es la pérdida del sentido del pecado. ¡Esto no sale gratis! En efecto, el mundo ha sufrido recientemente las peores guerras de toda la historia de la humanidad: nunca se había matado y maltratado a tanta gente en este mundo como en el siglo XX. La descripción que trazó Joseph Ratzinger —después, Benedicto XVI— es elocuente: «Ninguna época ha librado guerras tan crueles, tan sangrientas, como la nuestra. Han sucedido cosas peores que todo cuanto haya acaecido antes».

Pero Dios es misericordioso, Padre de bondad que no nos abandona, ni que los hombres nos hayamos alejado mucho de su voluntad. Precisamente en este siglo de los “horrores y holocaustos” (en expresión de san Juan Pablo II), Dios ha querido consolar a la humanidad de diversas maneras. Una de ellas han sido las apariciones de María Santísima.

A finales del siglo XIX destaca Lourdes; a comienzos del XX, sobresalen las apariciones de Fátima. Los hechos muestran unos paralelismos providenciales. Por un lado, los interlocutores de la Virgen María han sido muy jóvenes —de condición sencilla, incluso analfabetos—, pero dispuestos a hacer la voluntad del Padre del cielo: a éstos Jesús los reconoce como «mi hermano, mi hermana y mi madre» (Mt 12,50). En segundo lugar, el tema de la petición de María era la reparación por los pecados de los hombres, la penitencia y la oración por los pecadores.

Roguemos, hoy especialmente, para que los hombres y mujeres de este mundo hagamos la voluntad del Padre del cielo y, así, lleguemos a ser más hermanos de Cristo, más hijos del Padre y más hermanos entre nosotros.



Rev. D. Antoni CAROL i Hostench 
(Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)

100 AÑOS DE LAS APARICIONES DE FÁTIMA


Las apariciones de Fátima
Éste es el mensaje perenne de Fátima: la oración y la conversión


Por: Pedro María Reyes Vizcaíno | Fuente: Catholic.net 




Pocos lugares en el orbe católico despiertan tantos sentimientos de gratitud a la protección maternal de la Virgen como Fátima.

En Fátima ocurrieron en 1917 unos acontecimientos sobrenaturales que estarían llamados a cambiar el mundo. Fátima: a principios del siglo XX era un lugar desconocido incluso para la mayoría de los portugueses, ahora su nombre resuena en el mundo. Unos pastorcillos, apenas unos niños, fueron favorecidos por experiencias místicas inauditas. No sabían leer ni tenían esperanzas siquiera de ir a la escuela, pero la Virgen les confió secretos que transformaron las relaciones internacionales. Varios Papas, Cardenales y Obispos de todo el mundo, y sobre todo millones de fieles sencillos de todas las condiciones han peregrinado al Santuario erigido en un paraje que en 1917 no era más que un barrizal impracticable. Entonces era un lugar inaccesible salvo para carretas, pero ahora una cómoda autopista lleva rápidamente a Lisboa y Oporto.


Las apariciones de Fátima

En 1917 Europa estaba en guerra. Portugal era uno de los países beligerantes en el lado de los Aliados, y el descontento en la población era grande. Casi no había familia que no tuviera a algún hijo o sobrino batallando en las trincheras de un país lejano en una guerra que casi nadie comprendía.

Fátima es el nombre de una parroquia perteneciente al término municipal de Ourem, en el distrito de Santarem, a unos 120 kilómetros al norte de Lisboa. En Portugal la parroquia (o fegresia) no es sólo una demarcación eclesiástica, sino también civil. Generalmente los límites de las parroquias civiles coinciden con las parroquias eclesiásticas. En el término de la parroquia muchas veces la población se agrupa en varias localidades o pequeños caseríos de apenas unas decenas de habitantes. En uno de ellos, Aljustrel, a apenas dos kilómetros de la aldea de Fátima, vivían los hermanos Jacinta y Francisco Marto y su prima, Lucia dos Santos. Desde muy niños salían al campo con el rebaño de ovejas de la familia.

En una de esas salidas llevaron las ovejas a pastar a Cova de Iria, un paraje deshabitado a unos tres kilómetros de Aljustrel y otros tres de Fátima. Era el 13 de mayo de 1917. Allí se les apareció la Virgen, y les pidió que volvieran a aquel lugar durante otros cinco meses hasta octubre los días trece. La Virgen se posó en una encina.

No era su primera visión de lo alto: desde la primavera de1916 se les apareció por tres veces un ser con figura humana. En la primera aparición les enseñó una oración de reparación y les dijo que era el ángel de la paz. En la segunda aparición les dijo quién era: se trataba del Ángel de Portugal. En la última les mostró un Cáliz una Sagrada Forma que se sostenían en el aire. Después de adorar al Señor con los niños y enseñarles una oración les dio la Comunión.
Los niños no comunicaron a nadie la visión del ángel salvo en sus conversaciones entre ellos -Francisco y Jacinta fueron capaces de guardar el secreto hasta su muerte-, pero la visión de Nuestra Señora era algo distinto: esa misma noche Jacinta la contó en su casa. Inmediatamente la noticia se difundió por Aljustrel y otros caseríos cercanos.

El 13 de junio ya se congregaron unas decenas de personas. Vieron señales milagrosas, aunque no vieron ni escucharon nada salvo las palabras que Lucia dirigía a la Virgen. El 13 de julio eran cientos de peregrinos, y la noticia se difundió por todo el distrito, hasta el punto de que las autoridades se alarmaron. Pocos años antes se había instaurado en Portugal una república de marcado corte laicista y había promulgado leyes restrictivas del culto católico. El alcalde de Ourem decidió cortar por lo sano esta explosión de devoción popular en un lugar prohibido para el culto (el campo) que llevaba a la gente a cometer el delito de rezar junto a una encina. El 13 de agosto, por lo tanto, detuvo a los niños y los mantuvo a buen recaudo todo el día. La gente se congregó en Cova de Iria, fueron testigos de las mismas señales de lo alto que se vieron los meses anteriores, pero los niños no estaban y nadie vio a la Virgen.

La Virgen sin embargo, volvió a visitarles el 19 de agosto, esta vez en Valinhos, un cruce de caminos a unos trescientos metros de Aljustrel al que a veces llevaban el rebaño.

En septiembre la Virgen se volvió a aparecer el día 13 ante miles de fieles. El 13 de octubre había quizá 70.000 personas reunidas en Cova de Iria. Todo Portugal para entonces había oído hablar de los sucesos de Fátima. Los grandes periódicos de Lisboa llevaron enviados especiales y fotógrafos a Cova de Iria. Todos ellos contemplaron el milagro que hizo la Virgen: al terminar la visión, el sol comenzó a danzar en el cielo de Cova de Iria, se volvía de varios colores, giraba sobre sí mismo y se desplazaba mientras que la gente lo miraba sin que les hiciera daño a los ojos.


El mensaje de Fátima

La Virgen les confió secretos del Cielo a los niños. En Fátima la Virgen pidió a la humanidad que se convirtiera de sus pecados. Predijo a los niños grandes guerras y sufrimientos si los hombres no se arrepienten, y de modo especial anunció que Rusia difundiría errores por muchas naciones provocando guerras y persecuciones contra la Iglesia.

En la aparición de julio la Virgen les reveló un secreto. El secreto fue revelado por la vidente Lucia y por la Santa Sede en tres momentos, por lo que se habla de las tres partes del secreto de Fátima. La tercera parte del secreto de Fátima fue dada a conocer el año 2000. La primera de las partes es la visión del infierno; las otras dos son anuncios de futuro, como la predicción acerca de Rusia y el anuncio de la Segunda Guerra Mundial, así como la advertencia acerca de las futuras persecuciones. Pero es un mensaje de esperanza, por eso la Virgen concluye: “Pero finalmente mi Corazón Inmaculado triunfará, Rusia será consagrada y se convertirá, y un tiempo de paz será dado al mundo”
Pero sobre todo el mensaje de Fátima es de oración. En la segunda aparición, Nuestra Señora le dice a los pastorcillos que Jesús quiere establecer en el mundo la devoción al Corazón Inmaculado de María. Pide también en todas las apariciones que se rece el Rosario.

Pero el propósito de la Virgen no es la satisfacción de nuestra curiosidad, sino la gloria del Señor y la salvación de las almas. Éste es el mensaje perenne de Fátima, la oración y la conversión: las guerras pasan, los gobiernos de las naciones vienen y van, pero la necesidad de la conversión personal es permanente.



FORMAS DE OBTENER INDULGENCIAS PLENARIA POR EL I CENTENARIO DE LAS APARICIONES DE LA VIRGEN DE FÁTIMA

Formas de obtener indulgencia plenaria por el I Centenario de las Apariciones de la Virgen en Fátima
Las indulgencias plenarias podrán obtenerse durante todo el Año Jubilar y para ello existen tres medios para lograrlo


Por: María Ximena Rondón | Fuente: ACI Prensa 




Por los 100 años de las apariciones de la Virgen de Fátima en Portugal, el Papa Francisco ha decidido conceder la indulgencia plenaria durante todo el Año Jubilar que comenzó el 27 de noviembre de 2016 y terminará  el 26 de noviembre de 2017.

El Santuario de Fátima indicó que para obtener las indulgencias plenarias los fieles deben  cumplir primero con condiciones habituales: confesarse, comulgar y rezar por las intenciones del Santo Padre.

El secretario de la rectoría del Santuario de Fátima en Portugal, André Pereira, explicó que las indulgencias plenarias podrán obtenerse durante todo el Año Jubilar y para ello existen tres maneras, detalladas en un comunicado publicado en el sitio web del santuario.

1.- Peregrinar al Santuario

La primera forma es que “los fieles vengan en peregrinación al Santuario de Fátima en Portugal y que allí participen en una celebración u oración dedicada a la Virgen”.


Además de ello los fieles deben rezar el Padrenuestro, recitar el Credo e invocar a la Madre de Dios.

2.- Ante cualquier imagen de la Virgen de Fátima en todo el mundo

La segunda forma se aplica para “los fieles piadosos que visitan con devoción una imagen de Nuestra Señora de Fátima expuesta solemnemente a la veneración pública en cualquier templo, oratorio o local adecuado en los días de los aniversarios de las apariciones, el 13 de cada mes desde mayo hasta octubre (de 2017), y participen allí devotamente en alguna celebración u oración en honor de la Virgen María”.

Al respecto de la segunda forma, el secretario de la rectoría del Santuario de Fátima indicó a ACI Prensa que la visita a la imagen la Virgen “no tiene que ser necesariamente solo en Fátima o exclusivamente en Portugal” sino que puede ser en cualquier parte del mundo.

También se debe rezar un Padrenuestro, el Credo e invocar a la Virgen de Fátima.

3.- Ancianos y enfermos

La tercera forma de obtener una indulgencia se aplica a las personas que por la edad, enfermedad u otra causa grave estén impedidos de movilizarse.

Pueden rezar ante una imagen de la Virgen de Fátima y deben unirse espiritualmente en las celebraciones jubilares en los días de las apariciones, los días 13 de cada mes, entre mayo y octubre de 2017.

Además tienen que “ofrecer con confianza a Dios misericordioso, a través de María, sus oraciones y dolores o los sacrificios de su propia vida”.

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Artículo originalmente publicado en ACI Prensa

LOS PASTORCITOS DE FÁTIMA - HOY 13 DE MAYO FUERON CANONIZADOS FRANCISCO Y JACINTA MARTO

Los pastorcitos de Fátima



La canonización
El papa Francisco canonizó hoy 13 de mayo a los niños pastores de Fátima que hace un siglo vieron aparecer a la Virgen en una cueva de la localidad portuguesa. El anuncio realizado por el Vaticano reconoce el segundo milagro de los pastorcillos, paso previo imprescindible para la santificación de los niños.

El padre Francisco recibió tiempo atrás en audiencia al prefecto de la Congregación para la Causa de Los Santos, según reza el comunicado de prensa, que aprobó "el milagro atribuido a la intercesión del beato Francisco Martos, nacido el 11 de junio de 1908 y muerto el 4 de abril de 1919, y de la beata Jacinta Martos, nacida el 11 de Marzo de 1910 y fallecida el 20 de febrero de 1920, niños de Fátima".

El tercer pastorcillo presente en las apariciones, Lucía de Jesús, falleció en 2005 a los 98 años de edad y aún tiene abierto el proceso de beatificación. Francisco y Jacinta son beatos desde el año 2000.

Con la aprobación del milagro acabaron los trámites para la canonización de los pastores de Fátima, que será realizada por el papa Francisco mañana 13 de mayo en su visita a Fátima.

El papa llegará en la tarde del 12 de mayo y se irá 22 horas después. No pisará Lisboa ni visitará ningún otro lugar. En la noche de ese viernes, Francisco asistirá a la procesión de las antorchas y al día siguiente será la gran celebración del centenario de las apariciones y la canonización de los dos pastorcitos. Francisco será el cuarto papa que visita Fátima, después de Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI.


Francisco Marto
Nació en Aljustrel, Fátima, el 11 de Junio de 1908. Fue bautizado el 20 de Junio de 1908. Cayó víctima de  neumonía en Diciembre de 1918 y falleció en Aljustrel a las 22 horas del 4 de Abril de 1919. Sus restos mortales quedaron sepultados en el cementerio parroquial de Fátima hasta el día 13 de marzo de 1952, fecha en que fueron trasladados a la Basílica de Cova da Iría (lado derecho según se entra).

Su gran preocupación era la de “consolar a Nuestro Señor”. El Espíritu de amor y reparación para con Dios ofendido, fueron notables en su breve vida.  Según su historia, el pequeño Francisco pasaba largas horas "pensando en Dios", por lo que siempre fue considerado como un contemplativo. Su precoz vocación de eremita fue reconocida en el decreto de heroicidad de virtudes, según el cual, después de las apariciones "se escondía detrás de los árboles para rezar solo; otras veces subía a los lugares más elevados y solitarios y ahí se entregaba a la oración tan intensamente que no oía las voces de los que lo llamaban".

Fecha de beatificación de Francisco Marto: 9 de Abril de 2000, por San Juan Pablo II.
Fecha de canonización de Francisco Marto: 13 de Mayo de 2017, por el Papa Francisco.


Jacinta Marto
Nació en Aljustrel, Fátima, el 11 de Marzo de 1910. Fue bautizada el 19 de Marzo de 1910. Víctima de  neumonía cayó enferma en Diciembre de 1918. Estuvo internada en el Hospital de Villa Nueva de Ourém y por fin en Lisboa, en el Hospital de D. Estefanía,  murió a las 22.30 horas del día 20 de Febrero de 1920.

Del 21 de Enero al 2 de Febrero de 1920, estuvo en el Orfanato de Nuestra Señora de los Milagros, en la Calle de Estrella, en Lisboa, casa fundada por D. María Godinho, a quien Jacinta llamaba "Madrina". Fue celebrada la Misa de cuerpo presente en la Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles, en Lisboa, donde su cuerpo estuvo depositado hasta el día 24, día en que fue transportada a una urna para el cementerio de Villa Nueva de Ourém. Fue trasladada al cementerio de Fátima el 12 de Septiembre de 1935, fecha en que la urna fue abierta. El 1 de Mayo de 1951 fue finalmente trasladada a la Basílica del Santuario de Fátima.

Más allá de las 5 Apariciones de la Cova de Iría y una de los Ángeles, Nuestra Señora se le apareció a Jacinta 4 veces más en casa durante la enfermedad, una en la Iglesia Parroquial en un jueves de la Ascensión, y aún en Lisboa en el Orfanato y en el Hospital. Su vida fue caracterizada por el Espíritu de sacrificio, el amor al Corazón de María, al Santo Padre y a los pecadores. Llevada por la preocupación de la salvación de los pecadores y del desagravio al Corazón Inmaculado de María, de todo ofrecía un sacrificio a Dios, como les recomendara el Ángel, diciendo siempre la oración que Nuestra Señora les enseñara: “Oh Jesús, es por vuestro amor, por la conversión de los pecadores (y acrecentada, por el Santo Padre, también),  y en reparación por los pecados cometidos contra el Inmaculado Corazón de María".

Fecha de beatificación de Jacinta Marto: 9 de Abril de 2000, por San Juan Pablo II.
Fecha de canonización de Jacinta Marto: 13 de Mayo de 2017, por el Papa Francisco.


Los retratos
El pasado 8 de mayo fueron presentados en Fátima (Portugal), los retratos oficiales de los pastorcitos Francisco y Jacinta Marto, que serán canonizados por el Papa Francisco el 13 de mayo de este año. Las imágenes tienen como base a una fotografía que data de 1917, y que fue utilizada para la beatificación de Francisco y Jacinta en 2000.

Una nota de la Postulación de la causa de canonización de los pastorcitos explica que “Jacinta mira de frente hacia el observador, en actitud de interpelación; Francisco levanta los ojos hacia lo alto, que señala una actitud eminentemente contemplativa”.

Las imágenes serán colocadas en el exterior de la Basílica de Nuestra Señora del Rosario de Fátima durante la ceremonia de canonización, que presidirá el Papa Francisco.

Ambos niños llevan en sus manos un Rosario y una vela y tienen un halo por su santidad sobre sus cabezas, como piezas de joyería con particularidades.

En el caso de Francisco, su halo tiene la silueta del Ángel de Fátima y las especies eucarísticas, mientras que el de Jacinta contiene las figuras del Papa y la Virgen María, representada con su Inmaculado Corazón.

Los retratos han sido trabajados por la artista plástica Silvia Patrício, de 43 años, licenciada por la Escuela Superior de Arte y Diseño de Caldas da Rainha.

RELIQUIAS DE SANTOS FRANCISCO Y JACINTA TAMBIÉN ESTUVIERON EN CANONIZACIÓN EN FÁTIMA


Reliquias de Santos Francisco y Jacinta también estuvieron en canonización en Fátima
Por Bárbara Bustamante


FÁTIMA, 13 May. 17 / 09:13 am (ACI).- Una procesión con la imagen de la Virgen de Fátima y las reliquias de San Francisco y Santa Jacinta Marto abrieron la jornada de celebración por los 100 años de las apariciones de la Virgen de Fátima y la Misa canonización de estos santos Pastorcitos.

Uno de los relicarios contenía un resto de cabello de Santa Jacinta y el otro las reliquias óseas de San Francisco Marto.

Los relicarios tienen la forma de una vela que representa la simplicidad de sus vidas y su misión en el mundo, velas que también aparecen en la imagen oficial de los nuevos santos.

Las reliquias fueron colocadas a los pies de la imagen de la Virgen del Rosario de Fátima, tallada en madera brasileña, que fue ubicada en el atrio del Santuario de Nuestra Señora de Fátima, Portugal, donde se celebró la Santa Eucaristía presidida por el Papa Francisco.

Al finalizar la Misa, la imagen y las reliquias regresaron a la Capilla de la Apariciones donde se conservan.

En el Santuario de Fátima también se guarda el humilde rosario de San Francisco Marto, entre otras reliquias de los pastorcitos.



FUERON DECLARADOS SANTOS: FRANCISCO Y JACINTA MARTO, LOS VIDENTES DE FÁTIMA


Papa declaró santos a pastorcitos Francisco y Jacinta, videntes de Fátima
Por Eduardo Berdejo
 Foto: Alexei Gotovskiy




FÁTIMA, 13 May. 17 / 04:28 am (ACI).- El Papa Francisco declaró santos este 13 de mayo a Francisco y Jacinta Marto, los pastorcitos videntes de Fátima, al inicio de la Misa celebrada en el atrio del santuario mariano y a la que asistieron 500.000 fieles, de acuerdo a las autoridades portuguesas.

De acuerdo al rito, el Santo Padre oyó atentamente la solicitud del Obispo de Leiria-Fátima, Mons. António Augusto dos Santos Marto, para que se “inscriba a los beatos Francisco Marto y Jacinta Marto en el catálogo de los santos y, como tales, sean invocados por todos los cristianos”.

Durante la petición, el Prelado estuvo acompañado por la postuladora de la causa, la religiosa Angela Coelho. Luego leyó una breve biografía de los dos pequeños hermanos que en 1917, junto con su prima Lucía –actualmente Sierva de Dios–, fueron testigos de las seis apariciones de la Virgen María en esta localidad portuguesa.

Así, luego de las letanías de los santos, el Papa procedió al recitar la fórmula de canonización: “En honor de la Santísima Trinidad, para exaltación de la fe católica y el incremento de la vida cristiana, con la autoridad de Nuestro Señor Jesucristo, de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo y la Nuestra, después de haber largamente reflexionado, implorando varias veces la ayuda divina y oído el parecer de muchos hermanos nuestros en el Episcopado, declaramos y definimos como Santos a los Beatos Francisco Marto y Jacinta Marto, y los inscribimos en el Catálogo de los Santos, estableciendo que, en toda la Iglesia, sean devotamente honrados entre los santos. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”.

Tras el agradecimiento de Mons. Dos Santos Marto, estallaron los aplausos de la multitud reunidad en las afueras del Santuario de Nuestra Señora de Fátima.

Antes de iniciarse la Misa, la imagen de la Virgen de Fátima entró en procesión transportada por los cadetes de la Academia Militar.

Asimismo, ingresaron las dos lámparas que contienen las reliquias de Francisco y Jacinta, transportadas por la postuladora, la hermana Angela Coelho, y por el consultor de la postulación, Pedro Valinho; acompañados de unos 20 niños y adolescentes de entre 9 y 16 años.

La imagen de la Virgen y las reliquias fueron ubicados a la derecha del altar. La Eucaristía es concelebrada por 8 cardenales, y 73 obispos y arzobispos.

Durante su homilía, el Papa aseguró que María, “previendo y advirtiéndonos sobre el peligro del infierno” al que lleva una vida sin Dios, se apareció en Fátima a tres pastorcitos para “recordarnos la Luz de Dios que mora en nosotros y nos cubre”

Pues “Fátima es sobre todo este manto de Luz que nos cubre, tanto aquí como en cualquier otra parte de la Tierra, cuando nos refugiamos bajo la protección de la Virgen Madre para pedirle, como enseña la Salve Regina, ‘muéstranos a Jesús’”, afirmó.

El Papa recordó a los fieles que “tenemos una Madre” y los exhortó a aferrarse a ella como hijos. Además, destacó que en la celebración de este sábado “nos hemos reunido aquí para dar gracias por las innumerables bendiciones que el Cielo ha derramado en estos cien años” de las apariciones “y que han transcurrido bajo el manto de Luz que la Virgen”.

“Como un ejemplo para nosotros, tenemos ante los ojos a San Francisco Marto y a Santa Jacinta, a quienes la Virgen María introdujo en el mar inmenso de la Luz de Dios, para que lo adoraran. De ahí recibían ellos la fuerza para superar las contrariedades y los sufrimientos”, afirmó.

El Pontífice señaló que “la presencia divina se fue haciendo cada vez más constante en sus vidas, como se manifiesta claramente en la insistente oración por los pecadores y en el deseo permanente de estar junto a ‘Jesús oculto’ en el Sagrario”.

Finalmente, Francisco pidió que “con la protección de María, seamos en el mundo centinelas que sepan contemplar el verdadero rostro de Jesús Salvador, que brilla en la Pascua, y descubramos de nuevo el rostro joven y hermoso de la Iglesia, que resplandece cuando es misionera, acogedora, libre, fiel, pobre de medios y rica de amor”.

Durante la presentación de dones estuvo presente el niño brasileño que se sanó milagrosamente gracias a la intercesión de los nuevos santos. El menor recibió un afectuoso abrazo del Santo Padre al llegar al altar.

También estuvo la familia del argentino Jorge Sosa, vigilante y sacristán del Santuario, quien se casó con Isabel, una mujer portuguesa con quien decidieron llamar a sus dos pequeños hijos Francisco y Jacinta, tal como los dos pastorcitos de Fátima. 

Al término de la Eucaristía, el Santo Padre dirigió unas palabras a las personas enfermas que asistieron a la Misa de canonización. "Jesús sabe lo que significa el sufrimiento, nos comprende, nos consuela y nos da fuerza, como hizo con san Francisco Marto y santa Jacinta, y con los santos de todas las épocas y lugares", les aseguró, para luego bendecirlas personalmente con el Santísimo Sacramento.

Finalmente, desde el altar, Francisco culminó la Misa bendiciendo a los miles de peregrinos con la Custodia.

MAYO, MES DE MARÍA, DÍA 13, VIRGEN DE FÁTIMA

Día 13: Hoy es la Virgen de Fátima




En la primera ocasión en que se apareció a los tres pastorcitos, Lucía preguntó a la Virgen: -¿Yo iré al cielo? -Sí, irás. -¿Y Jacinta? -Irá también.

- ¿Y Francisco? También irá, pero tiene que rezar antes muchos rosarios.

Lucía se acordó de dos amigas que habían muerto hacía poco: -¿Está María de las Nieves en el cielo?

-Sí, está (tenía cerca de dieciséis años).

- ¿Y Amelia? -Pues estará en el purgatorio hasta el fin del mundo (tenía entre 18 y 20 años).

Les dice la Virgen entonces: ¿Queréis ofreceros a Dios para soportar todos los sufrimientos que Él quisiera enviaros como reparación de los pecados con que Él es ofendido y de súplica por la conversión de los pecadores? -Sí, queremos.

-Tendréis mucho que sufrir, pero la gracia de Dios os fortalecerá.

En la segunda aparición, después de rezar el rosario -nos cuenta Lucía- con otras personas que estaban presentes (unas cincuenta) vimos de nuevo el reflejo de la luz que se aproximaba, y que llamábamos relámpago, y enseguida a Nuestra Señora sobre la encina, todo como en mayo.

- ¿Qué es lo que quiere? pregunté a María.

- Quiero que vengáis aquí el día 13 del mes que viene, que recéis el rosario todos los días y que aprendáis a leer. Después diré lo que quiero además.

Le pedí la curación de una enferma. Nuestra Señora respondió:

- Si se convierte se curará durante el año.

- Quisiera pedirle que nos llevase al cielo.

- Sí, a Jacinta y a Francisco los llevaré en breve, pero tú te quedas aquí algún tiempo más. Jesús quiere servirse de ti para darme a conocer y amar. Quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón. A quien lo abrazare, le prometo la salvación; y sus almas serán queridas por Dios como flores puestas por Mí a adornar su Trono.

- ¿Me quedo aquí solita? -pregunté con pena.
- No, hija. ¿Y tú sufres mucho por eso? ¡No te desanimes! Nunca te dejaré. Mi Inmaculado Corazón será tu refugio y el camino que te conducirá a Dios.

Puedes pedir ahora a nuestra Señora que también te lleve a ti al cielo y a los que tú quieres, como le pidió Lucía. Y también: María, que me dé cuenta que el tiempo de vida que tengo, me lo da Dios para que yo le ame y le dé a conocer. Y que Tú no me dejas nunca; que todo lo mío te interesa. Que viva todo contigo.


Ahora puedes seguir hablando a María con tus palabras, comentándole algo de lo que has leído.
Después termina con la oración final.

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 13 DE MAYO, VIRGEN DE FÁTIMA


Los cinco minutos de María
Mayo 13



La imagen de María se nos sugiere siempre con los ojos entrecerrados y las manos recogidas en el pecho, guardando la intimidad que con Dios tiene en su Inmaculado Corazón. Pero también podemos pensar en María elevando sus ojos al cielo, como desprendiéndose de la tierra y aspirando a las cosas de las celestiales alturas.

Esa es la doble dimensión o vertiente que debe regir toda nuestra vida: la intimidad personal por la que gozamos de la presencia del Dios Uno y Trino en lo más recóndito de nuestro espíritu y la elevación sobre la oquedad de la tierra, anhelando siempre el azul de los cielos, la morada de Dios, el reino de María Inmaculada.
Madre, que nos diste al Esperado de los tiempos, guíanos en la búsqueda de un nuevo amanecer para la tierra.


* P. Alfonso Milagro
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