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lunes, 29 de mayo de 2017

23 CONSEJOS A LOS MATRIMONIOS QUE QUIEREN SER SANTOS


23 Consejos a los matrimonios que quieren ser santos
En primer lugar tomad conciencia de que el Santo Matrimonio no es cosa vuestra


Por: Padre Francisco Javier Domínguez | Fuente: http://www.adelantelafe.com 




De la Carta del Apóstol San Pablo a los romanos (12,9-12): Que vuestra Caridad no sea una farsa; aborreced lo malo y apegaos a lo bueno. Como buenos hermanos, sed cariñosos unos con otros, estimando a los demás más que a uno mismo. En la actividad, no seáis descuidados; en el espíritu, manteneos ardientes. Servid constantemente al Señor. Que la esperanza os tenga alegres; estad firmes en la tribulación, sed asiduos en la oración.

1.- En primer lugar tomad conciencia de que el Santo Matrimonio no es cosa vuestra. Es Dios el que os necesita unidos para hacer un gran bien en este mundo. Es Dios el que cuenta con cada uno de vosotros y por ello nunca os faltará su gracia para vivirlo conforme a los planes que Dios tenga para vosotros. No sois dos, sois tres. Y Dios es el centro. Siempre que lo quitéis del centro, el mundo se pondrá en su lugar y vuestro Santo Matrimonio peligrará.
2.- El contraer Matrimonio es una llamada que Dios os hace a la SANTIDAD. Es decir, una gran responsabilidad. Tenéis que ser desde vuestro matrimonio luz del mundo y sal para la tierra. Vuestro mundo y vuestra tierra en primerísimo lugar será vuestro hogar, los hijos… Los que se acerquen a vuestro hogar tienen que llevarse la luz de Dios, vuestra oración, el amor, el perdón… Tenéis que ser TESTIGOS de Cristo muerto y resucitado.
3.- Para ser un matrimonio Santo es importantísimo que seáis un hombre y una mujer de oración, personas profundamente metidas en el Corazón de Cristo. Y personas profundamente acostumbradas al sacrificio, a la abnegación, al saber bajar la cabeza, saber ceder por el otro, saber bajar la cabeza por que haya paz en el hogar. Evitar siempre la división del hogar. El demonio siempre quiere cargarse la unidad familiar, por ello luchad por ella con uñas y dientes.
4.- Sed muy transparentes el uno con el otro, no guardaros nada. Todos somos humanos e imperfectos. Nunca escandalizaros por las meteduras de pata que ha podido hacer el otro. En las mismas circunstancias cualquiera podría haber caído también. Hay que saber perdonar y esperar. Cada uno tiene su tiempo de maduración, de darse cuenta de las cosas. Hay que tener MISERICORDIA ante las pobrezas del otro. Por ello NO TARDAR en buscar un padre espiritual para vuestro matrimonio, un sacerdote de buena doctrina que os ayude a crecer, a madurar y a ser mejores cristianos; y que lo tengáis disponible para confesaros en cualquier momento que lo necesitéis.
5.- Ponte muchas veces en el lugar del otro. No pienses solo en ti. Piensa en las necesidades del otro antes que en las tuyas. Cada uno tiene que ser el último para que el matrimonio sea feliz. Y estad siempre dispuestos a cargar con las cargas del otro.
6.- Confesaros con un sacerdote como muy tarde una vez al mes, y si podéis todas las semanas mucho mejor. En la Confesión Dios derrama una gracia muy especial y da os da luz y fuerza para caminar por el bien.
7.- Compartid juntos un paseo, una película en el cine, una cena, una conversación… Pero solos. Cuando tengáis hijos dejadlos de vez en cuando con los abuelos o con unos buenos amigos. Tened tiempo para vosotros. Interesaos por vuestras cosas. Vuestras luchas, vuestras ilusiones, vuestros sufrimientos, vuestras alegrías… es muy importantes que las compartáis. En el matrimonio hay que hablar mucho. Cuando se deja de hablar de lo que llevamos dentro el amor se debilita. En cambio la ilusión por sorprender al otro, por saber que le gusta, que le ocurre… Es buena tierra para un Matrimonio Santo.
8.- Estad muy unidos por la fe. Y nuestra fe se alimenta de muchas maneras, pero especialmente en la Santa Misa Dominical. No faltéis nunca juntos a la Santa Misa, y sentaros juntos. No haced como esos matrimonios que ya no se quieren y se sientan cada uno en una esquina de la iglesia. Vosotros juntos. Para juntos alimentaros de la Palabra y de la Eucaristía.
9.- Todas las mañanas de rodillas ante Dios, haced la señal de la Cruz y poned vuestra familia bajo la protección de la Trinidad Santísima. Besad el suelo y decid: Serviam (Te serviré Señor). Haced el ofrecimiento de obras. Y pedid el auxilio de la Virgen y el acompañamiento de vuestros ángeles de la guarda. Poneros agua bendita.
10.- Que no haya una noche que os vayáis a la cama sin daros un beso, hacer examen de conciencia y rezar tres Ave María en Cruz que son prenda de salvación eterna y además lo ofrecéis por la Pureza, la conversión de los pecadores y la Salvación del mundo. Y no os vayáis nunca a dormir enfadados. Antes de ir a dormir todos en el hogar deben estar Reconciliados y en la Paz del amor. Rociad la cama y vuestras frentes con agua bendita.
11.- Es muy importante que al menos una vez a la semana vayáis juntos al Sagrario, y allí de rodillas frente al Señor, postrados ante Dios, pedid que se fortalezca vuestro matrimonio, pedidle perdón por si no le estáis dando toda la gloria que tenéis que darle con vuestra unión, encomendad a vuestros hijos, a vuestras familias… Y terminad con esta oración: Dios mío, yo creo, adoro, espero y os amo.Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no os aman. Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, os adoro profundamente y os ofrezco el preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo, presente en todos los sagrarios de la tierra, en reparación de los ultrajes, sacrilegios e indiferencias con que Él mismo es ofendido. Por los méritos infinitos de su Santísimo Corazón y del Corazón Inmaculado de María, os pido la Conversión de los pobres pecadores. Te pido en especial: Por el Papa y sus intenciones, por nuestro Obispo y sus intenciones, por todos los hogares de Marismillas, por nuestro párroco y sus intenciones…Y tras rezar un ratito, llevaros vuestros nuevos testamentos (de la misma edición) y leed al menos un capitulo abierto al azar.
12.- Todos los Domingos al atardecer ante un pequeño altar en vuestro hogar donde haya una Biblia, un Crucifijo, Agua Bendita y una fotografía de la Virgen, haced vuestra consagración y la de toda la familia al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María. Invocad al Espíritu Santo sobre vuestro hogar. Y pedid la protección de la Santísima Trinidad sobre vuestra familia. Los sábados rezad juntos frente a la fotografía de la Virgen una Salve.
13.- Cada día rezad del Santo Rosario en familia. Este será el arma más poderosa para vuestro matrimonio y vuestra familia. El demonio os tentará con mil líos, problemas, cansancio… Pero ahí os lo jugáis todo. Aunque sea un solo misterio, ni un día desde que os caséis dejad de rezar el Santo Rosario.
14.- Recordad que lo más importante en el hogar es la unión del matrimonio. Si vosotros no os queréis vuestros hijos no serán felices, si vosotros no os perdonáis vuestro hijos no serán felices…Vuestros hijos tienen que ver que os amáis, que os dais un abrazo de vez en cuando, que tenéis palabras de respeto y cariño entre ustedes, que os preocupáis el uno del otro. No martiricéis a vuestros hijos con la frialdad. Los pollitos tienen que crecer en el calor del hogar, y el calor del hogar es el cariño, la comprensión.
15.- Que nunca os vean vuestros hijos mentir, hablar con brusquedades, decir palabras feas… Vosotros seréis los maestros de vuestros hijos, y si no sois buenos maestros creareis pequeños monstruitos llenos de odios y rencores. Si os ven perdonar ellos perdonaran, si os ven amar ellos amaran… Y nunca pongáis a los hijos en contra del otro, eso es una locura que trastorna a los niños. Los padres tienen que ser una sola educación, una sola directriz, un solo plan… Las deliberaciones en la intimidad. A los hijos razones claras y firmes.
16.- Nunca hablad con vuestras respectivas familias de vuestros problemas o situaciones matrimoniales, ni con los amigos. Las cosas del matrimonio y el hogar, en casa se queda. Si no, luego corre peligro la unión del matrimonio con el resto de familia y amigos. La familia y los amigos son para quererlos no para desahogarnos con ellos sobre los problemas de la intimidad del hogar. Tened un padre espiritual que os ayude en los problemas.
17.- Sed un matrimonio generoso. No pongáis medios anticonceptivos en vuestra relación conyugal, que eso pone muy triste al Señor. Asesoraros sobre los medios naturales. Y además, Dios bendice a las familias con cada hijo que llega. No tengáis miedo, sed valientes y Dios os recompensará. Nunca os faltará lo necesario. Rezad y ofreced muchos sacrificios para que se dejen de cometer los abortos, que son crueles asesinatos que dañan mucho el corazón del Señor y la Virgen.
18.- La Salvación de vuestro hogar se juega en gran parte en que seáis un hombre y una mujer de Dios, nunca dejéis de rezar por la conversión de cada uno de los que formáis el hogar.
19.- Que siempre crezcan vuestros hijos sabiendo que sus padres ejercitaban la caridad con los más pobre, los enfermos… los más débiles. Bendecid siempre la mesa antes de comer: SEÑOR BENDICE ESTOS ALIMENTOS Y A QUIENES LOS HAN PREPARADO, DALE PAN A LOS QUE TIENEN HAMBRE Y DANOS HAMBRE DE TI A LOS QUE TENEMOS PAN. POR JESUCRISTO NUESTRO SEÑOR. AMÉN.
20.- Sed positivos, alegres. No critiquéis. Amad a vuestros enemigos y perdonadlos con el perdón del Señor.
21.- En la circunstancias difíciles, cuando las cosas cuestan sacrificio… Ofrécelo al Señor y a la Virgen: Oh Jesús, es por tu amor, por la conversión de los pecadores, por las benditas almas del purgatorio, por la santidad de los sacerdotes, por las familias cristianas y en reparación por los pecados cometidos contra tu Sagrado corazón y el Inmaculado Corazón de María.
22.- Cuando nos faltan las fuerzas para llevar a acabo algún trabajo, alguna penitencia, alguna abnegación: POR TU GRACIA SEÑOR Y CON LA FUERZA DE TU ESPÍRITU SANTO… Que yo pueda hacer tal cosa, que yo pueda soportar esa otra…
23.- Recordad que cada día en esta tierra nos estamos jugando el cielo o el infierno, no tenemos más tiempo que el que pasemos en esta tierra para decidir donde pasaremos toda la eternidad.

lunes, 17 de abril de 2017

FAMILIA: EL MATRIMONIO, UNA AVENTURA COTIDIANA


Familia : El matrimonio, una aventura cotidiana




La mayoría de los matrimonios nos esforzamos en sacar adelante, la gran aventura cotidiana de la convivencia con sus nubes y sus soles; sus tormentas y bonanzas; a pesar de los golpes que nos presenta la sociedad con un sistema materialista, hedonista, y superfluo que lucha con llevarse por delante a la familia, con desmerecerla y mancharla.

Esta sociedad contraria al matrimonio, ¡se puede cambiar!, cuando haya suficiente cantidad de matrimonios que estén dispuestos a sacar adelante sus proyectos de familia, con un alto nivel de excelencia. En nuestras manos está el poder cambiar la sociedad, y engendrar un mundo nuevo para nuestros hijos.

Les narraré una historia que leí, una de esas noches de insomnio (la lectura es mi pasatiempo favorito, a pesar que pocas veces la puedo disfrutar por mi falta de tiempo) y decía así:

“En un país cualquiera, apareció un día un profeta, con la loca pretensión de cambiar las costumbres de las gentes. Recorría pueblos y ciudades reuniendo a hombres, mujeres y niños, en el centro de la plaza. Al principio, la novedad y su porte un tanto estrafalario atraía a los curiosos.

Pero, tan pronto exponía las exigencias de su programa, aunque eran muy atractivas y valientes, la concurrencia iba descendiendo. No le importaba: seguía, cada vez con más fuerza.

Pasaban los días y, a pesar de sus gritos, cada vez le escuchaba menos gente. Por fin, se encontró solo en medio de la plaza, mientras repetía su mensaje una y otra vez, con mayor entusiasmo que al principio.

Cuando transcurrieron tres días de discurso, sin otro eco que el de las paredes, alguien se le acercó para preguntarle:
- ¿Se puede saber por qué sigues gritando? ¿No ves que la gente no esta dispuesta a cambiar?
- Sigo gritando –dijo el profeta- porque si me callara, ellos me cambiarían a mi.”

Me puse a pensar que así es cada matrimonio, como este profeta del cuento, pero sin otro mensaje y otro grito que el de su propio matrimonio, su propio testimonio, su propia historia. Vale la pena jugarse la vida en el matrimonio y les habla alguien que ya esta por cumplir trece años de casada.

Nuestra sociedad nos pide que todo esté asegurado para un mejor futuro y bienestar económico. Les cuento que la mejor póliza de seguro sobrenatural para proteger los riesgos de la vida conyugal es la gracia sacramental y la cuota de esta póliza es el espíritu cristiano.

Cuanto mayor sea nuestra cuota, más garantías de éxito tiene este seguro. Con qué alegría , satisfacción , y orgullo para nuestros hijos que en nuestros hogares, sus padres podamos mirarnos a los ojos con un amor limpio, puro, madurado por el tiempo de una convivencia donde se vive el respeto mutuo, la compresión, el compañerismo que se fue afianzando en las luchas de todos los días , con su alegría y sus tristezas. Escuchar que sus padres dicen uno del otro: él, que ella es una santa, la única, con quien estaría dispuesto a volver a casarse si tuviera que hacerlo; y ella, que como él no hay otro hombre sobre la tierra, asegurando de mil formas y contando casos concretos de sacrificios que hizo por su familia.

¡Que póliza más segura!, qué diferente serán esas parejas en su vejez, y esos niños cuando sean adultos en la sociedad, ¡qué cambios otorgarán!

Hay que aprender a nadar contracorriente con fuerzas, sin miedo, con buen humor, simpatía, y mucha ilusión. No tengamos miedo de mostrar a nuestros hijos que nos queremos, que nos respetamos y comprendemos.

A no tener miedo de nuestro amor generoso y no bajemos la cabeza por vergüenza cuando se tienen más de tres hijos por temor a que nos llamen ignorantes, locos o irresponsables. Aun dentro de nuestra propia familia de sangre, ni que decir con nuestros amigos. No ofendemos a nadie, no pedimos nada, al contrario, ¡estamos dando!, porque gracias a nuestros hijos y a lo que ellos produzcan con su trabajo el día de mañana se podrá sostener el país y ellos/as podrán sostenerse en su vejez.

Es que esta sociedad, materialista, individualista, nos quiere sumergir en un clima de seguridad, en que todo debemos de tener bien asegurado y no darnos el lujo del posible riesgo de perder parcelas de bienestar, de comodidad. Pero… la vida es insegura y ese carácter, es la que la hace más atractiva, ágil y dichosa.

Somos rebeldes porque nos hemos negado a convertirnos en unas máquinas, nadamos contracorriente: cuidamos de la vida espiritual de nuestros hijos y no solo nos limitamos a alimentarlos, a cuidar su cuerpo, y mente. Sino a enseñarles con el ejemplo, (porque las palabras mueven, pero el ejemplo arrastra) a ser pudorosos, a ser leales, honestos, generosos y fuertes.

No tenemos vergüenza, de contar a nuestros amigos, o compañeros de trabajo, que cuando más a gusto lo pasamos, es cuando nos damos una escapadita y nos vamos a cenar solos aunque llevemos trece años de casados.

Los comentarios que genera la llegada de un nuevo hijo a la familia ¡cuando ya hay seis anteriores! y te califican de locos, creo que aun salimos bien parados, porque no nos califican de tontos, que puede ser más insultante. Y lo más curioso que estas lindezas las recibimos de amigos que nos quieren.

Y les comprendemos porque son de los que piensan que no conocemos de todos los trucos para limitar la fecundidad, pues eso es sólo materia reservada para gente muy lista. O que piensan que soy de goma y que me da lo mismo pasar nueve meses con ciertas limitaciones y noches de insomnio, hasta que logramos que cada chico este durmiendo tranquilo en su cama.

O que piensen que somos unos inconscientes y no nos damos cuenta de la cantidad de malos ratos que vamos a tener en la vida cuando se aplacen, o lleguen tarde a casa, o nos contesten de mala manera.

No tenemos miedo, porque tenemos asegurada nuestra póliza y pagamos la cuota más cara. Hay que mirarles con comprensión porque lo que a nosotros nos sobra a ellos les falta, y solo miran la vida de una forma sensual y material.

No se imaginan que un niño, es una persona infinitamente más valiosa que todos los sacrificios y malos ratos que puedan suponer. Que traer al mundo a alguien que puede querer y ser querido, el verlo crecer y madurar no tiene comparación a ningún espectáculo de la naturaleza, ahora que se habla mucho del respeto a la ecología.

El comunicar sentimientos, compartir alegrías y tristezas con alguien que es tan tuyo y a la vez tan diferente como lo es un hijo.

Hay que ser originales, y no ponernos dentro del montón, dedicándonos a repetir las viejas bromas sobre lo aburrido que es el matrimonio. Debemos gritar a voces la gran noticia de que somos felicísimos habiéndonos casado con aquella persona y que no lo cambiaríamos por nada del mundo, a pesar de sus defectos y limitaciones. Si a ellos no le gusta que se pierdan ellos y se queden rumiando en su egoísmo y envidia.

No quiero sermonear a nadie, ni creo que mi matrimonio y mi familia sean perfectos. Lo que si creo, que así como mi matrimonio existen otros muchos que luchan día a día y viven esta gran aventura.

A ellos me dirijo y les digo que no hay que tener vergüenza ni miedo en ir contra corriente y de mostrar al mundo entero, a nuestra sociedad, con naturalidad, lo felices que somos; no por no carecer de nada, que es una felicidad corporal de animales satisfechos.

Sino de esa felicidad espiritual, de paz, comprensión, ayuda mutua, de cariño desinteresado, de sufrimiento mutuo, el de saber sobrellevar los defectos, el arte de perdonar y olvidar. Esa verdadera felicidad que aquí en la tierra se puede gozar y nadie te puede arrebatar.

Como lo dice la Sagrada Escritura en su libro del Eclesiastés (4-9,12) “Más valen dos que uno, pues mayor provecho obtienen de su trabajo. Y si uno de ellos cae, el otro lo levanta. ¡Pero ay del que cae estando solo, pues no habrá quien lo levante! Además, si dos se acuestan juntos, uno a otro se calientan; pero uno solo, ¿cómo va a entrar en calor? Uno puede ser vencido, pero dos podrán resistir”.

Con un grupo de hombres y mujeres que se quieran con locura, animados a estar cada día mas enamorados -a pesar de todos los pesares- y esforzándose en quitar adelante su familia, con grandes ideales, sin miedo al futuro por más incierto que se presente y confiando en la Providencia Divina que nos asegura que la cuerda de tres hilos no se rompen fácilmente (EC 4-12), o “Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre para unirse a su esposa, y los dos serán una sola persona. Así que ya no son dos sino uno solo. De modo que el hombre no puede separar lo que Dios ha unido”.(MT 19-5,6), o “No se preocupen por lo que han de comer o beber para vivir, ni por la ropa que necesitan para el cuerpo. ¿No vale más la vida que la comida y el cuerpo más que la ropa? Miren las aves que vuelan por el aire: no siembran ni cosechan ni guardan las cosechas en los graneros; y sin embargo el Padre de ustedes que esta en el Cielo les da de comer.¡Y ustedes valen más que las aves del cielo! .

¡Vale la pena!, nuestro matrimonio y nuestras familias. Debemos mostrar al mundo nuestro amor y felicidad. No ser conformistas, y sentirnos menos de los que por el motivo que sea vieron naufragar su matrimonio, y hacen correr a grandes voces que el estado matrimonial es triste, monótono y viven pensando en su pasado de soltería, o creándose falsas ilusiones de que si se hubieran casado con aquella u otra persona, menos con su cónyuge serían más felices… yo les diría, sin ánimo de juzgar a nadie que : “la fórmula para ser infelices, consiste en dedicar los tiempos libres en pensar que uno no es feliz”, o envidiando la felicidad ajena, que como ya no la tienen se dedican a ridiculizarla, infamarla, o criticarla.

Podemos cambiar nuestra sociedad con nuestros testimonios, y volver a darle al matrimonio el lugar que se merece. El ser la institución más valorada, por ser el origen y principio de toda sociedad y cultura.

Espero que les haya gustado estos pensamientos, que los dedico a mis grandes amores a Hugo mi marido, con el que me volvería a casar y por quien digo que el matrimonio merece la pena vivirlo, a mis siete hijos a quienes les digo: que les quiero con locura y que cada uno de ustedes son únicos, porque cada uno de ustedes tienen, sus propios encantos que no lo cambiaria por nada del mundo y estoy muy orgullosa de ustedes.

Liliana Sánchez de Acosta

viernes, 24 de febrero de 2017

MATRIMONIO Y DIVORCIO


Matrimonio y divorcio
El cambio de cónyuge da la ilusión de una renovación, pero no es más que un nuevo comienzo destinado a fracasar con el mismo obstáculo de siempre el egoísmo, la pereza, la esterilidad de los que son infieles.


Por: Padre Nicolás Schwizer | Fuente: Retiros y homilías del Padre Nicolás Schwizer 




…por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y los dos se harán una sola carne. De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Pues bien, lo que Dios unió, no lo separe el hombre…

En el tiempo de Jesús, ningún judío cuestionaba el derecho de divorciarse, ya que Moisés lo había permitido. Lo que los rabinos de aquel entonces discutían eran los motivos del divorcio: si bastaba con que la mujer dejara quemar la comida o que el marido encontrara a otra más bella.

En todo caso, el divorcio era concedido con mucha facilidad. La moral farisea estaba montada sobre la no confesada inferioridad de la mujer, que era considerada una propiedad del varón. Frente a este legalismo farisaico el Señor plantea el proyecto original de Dios, tal como está descrito en el Génesis. La unión de varón y mujer expresa la plenitud y felicidad humana.

Creo que nuestra época tiene más necesidad de meditar este Evangelio que las anteriores. Porque en él, Jesús afirma solemnemente el carácter del matrimonio y la unidad indisoluble de los esposos. Y no se trata de una ley impuesta a los esposos. Más bien traza el camino de la felicidad humana: revela que la relación conyugal y familiar es una fuente inagotable de creación y de gozo.

El cambio de cónyuge da la ilusión de una renovación, pero no es más que un nuevo comienzo destinado a fracasar con el mismo obstáculo de siempre el egoísmo, la pereza, la esterilidad de los que son infieles.

Muchas veces la indisolubilidad del matrimonio se entiende y se vive como una obligación, la que limita la libertad de los esposos. Pero Cristo ha abolido la “ley” y ha dado la vida, al oponerse al libertinaje “legal” de los judíos. No inventó ninguna obligación nueva. Lo único que hizo fue expresar el anhelo profundo del amor.

Porque todo amor auténtico quiere ser eterno, crea una fidelidad, exige un compromiso, aspira a un descubrimiento, pretende no terminar nunca, quiere crecer y desarrollarse sin fin.
Nadie que ame verdaderamente pone plazo. No existe un amor por cuotas o por tiempos. Y, por eso, tenemos que cultivar diariamente el amor, tenemos que renovarlo permanentemente.

El verdadero sentido de la indisolubilidad no es por eso, prohibir una separación. Su valor es plenamente positivo: nunca jamás se acabarán da conocer y de amar. La naturaleza del amor y del matrimonio consiste en desarrollarse indefinidamente y en renovarse sin cesar. Cuando un ser humano empieza a ser amado a empieza a cambiar, a florecer, a descubrirse y a desplegarse sin agotar sus recursos.

Ya el Padre José Kentenich, fundador del Movimiento de Schoenstatt lo decía cuando definió la fidelidad como: “conservación lozana y creadora del primer amor”. Y se refirió no sólo al amor conyugal, sino a toda forma de amor: amor paternal, maternal, filial, fraternal…

Todos los días hay que trabajar para crear el matrimonio. La indisolubilidad no es una almohada sobre la que puedan dormirse los esposos, sino una llamada a renovar y vivificar cada día su amor.

Queridos hermanos, les invito a renovar los grandes amores de su vida: amor a la familia, al cónyuge, a los hijos, a los hermanos naturales y hermanos de comunidad.

Preguntas para la reflexión

1. ¿Estoy decidido a luchar todos los días por el matrimonio?
2. ¿Qué opino de la indisolubilidad del matrimonio?
3. ¿Cómo fortalecemos el amor en la familia?

sábado, 4 de febrero de 2017

SI ME AMAS, DEMUÉSTRAMELO, CÁSATE CONMIGO


Si me amas, ¡demuéstramelo: cásate conmigo!
compromiso del matrimonio trasciende a una ceremonia, es cierto. Pero también es verdad que la decisión de tomar este compromiso, visible y palpablemente, frente a la sociedad, es muestra de la importancia que le damos.


Por: Adolfo Güémez | Fuente: Analisis y Actualidad 




¿Vale la pena seguir casándose por la Iglesia? En pocas palabras: ¡Sí, pero sólo si tienen fe y se casan por amor!

Casarse por la Iglesia no es un rito formal, puramente cultural, sino una manera excelente de encauzar la estabilidad y el crecimiento del amor de pareja.

El compromiso del matrimonio trasciende a una ceremonia, es cierto. Pero también es verdad que la decisión de tomar este compromiso, visible y palpablemente, frente a la sociedad, es muestra de la importancia que le damos.

A través del matrimonio, los novios le dicen a Dios y al mundo que su amor va en serio. Que desean superar el egoísmo, y que están dispuestos a pertenecerse el uno al otro por el resto de sus vidas. ¿Hay algo más romántico que esto?

En las uniones libres, los individuos quedan desprotegidos y el compromiso se diluye, corriendo el riesgo de no luchar lo suficiente para sacar adelante la relación.

En el matrimonio, en cambio, el compromiso es total, y conlleva la maduración del cariño, optando siempre por el otro, por defender el amor. En él se dan las condiciones para que el amor crezca en solidez y profundidad, haciéndolo realidad en la vida diaria.

Elegir casarse es la expresión del deseo de convertir dos caminos en uno solo. ¡Y de jamás separarlos, pase lo que pase!

Dice el papa Francisco que «el rechazo de asumir este compromiso es egoísta, interesado, mezquino, no acaba de reconocer los derechos del otro y no termina de presentarlo a la sociedad como digno de ser amado incondicionalmente».

Por eso no se trata de modas. ¡El matrimonio está inscrito en la naturaleza misma del amor!

Es verdad que casarse se ha convertido en un deporte de alto riesgo. No soy ciego ante la cantidad de divorcios que se están dando en los primerísimos años de casados. Pero, ¿podemos aceptar conformarnos con menos? ¿Puede el amor verdadero no buscar un compromiso para toda la vida? ¿Puede haber amores momentáneos?

La única manera de no divorciarse es no teniendo al divorcio como opción. Darle al otro un sí en el que siempre podrá confiar, sin restricciones ni letras chicas. Comprometerse a estar siempre a su lado, a que nunca será abandonado, aun cuando pierda su atractivo, haya problemas o se presenten nuevas opciones de placer.

La frase de todo hombre y mujer enamorados debería de ser: «Si me amas, ¡demuéstramelo: cásate conmigo!».

sábado, 21 de enero de 2017

CUÁLES SON LAS CLAVES DEL ÉXITO DE UN MATRIMONIO?


¿Cuáles son las claves del éxito de un matrimonio? El Papa Francisco responde
Por Miguel Pérez Pichel
 Foto: Daniel Ibáñez (ACI Prensa)
 (ACI).- La importante relación entre fe y matrimonio centró el discurso del Papa Francisco ante el Tribunal de la Rota Romana con ocasión de la inauguración del año judicial. Ante los Prelados Auditores, Oficiales, Abogados y Colaboradores del Tribunal, el Pontífice advirtió de los peligros que acechan a los esposos jóvenes en la sociedad actual y señaló que para afrontar esos peligros, se debe recurrir a este remedio: la formación antes y después de la boda.

“No podemos ignorar el hecho de que una mentalidad generalizada oscurece el acceso a las verdades eternas. Una mentalidad que, a menudo y de forma amplia y generalizada, afecta a las actitudes y comportamientos de los cristianos, cuya fe se debilita y pierde la originalidad de criterio interpretativo y operativo para el ser personal, familiar y social. Este contexto, la carencia de valores religiosos y de fe, no puede ser que condicione también el consentimiento matrimonial”.


El remedio a esta situación, explicó el Santo Padre, tiene dos claves: formación antes del matrimonio y formación durante el matrimonio.

Formación antes del matrimonio
En la formación de los jóvenes futuros esposos, “mediante un adecuado camino de preparación dirigido a descubrir el matrimonio y la familia según el plan de Dios, se trata de ayudar a los futuros esposos a acoger y disfrutar la gracia, la belleza y la alegría del amor verdadero”, señaló el Papa Francisco. “Hoy, más que nunca, esta preparación se presenta como una verdadera ocasión de evangelización”.

Para ello, Francisco reiteró “la necesidad de un nuevo catecumenado de preparación para el matrimonio”. El Pontífice llamó a dar una mayor importancia a los grupos de preparación al matrimonio, a preocuparse por profundizar en el “itinerario de preparación al sacramento del matrimonio”, para que los futuros esposos crezcan humanamente, “pero sobre todo en la fe”.

Para el Papa, el propósito fundamental del encuentro formativo con los futuros esposos es “ayudar a las parejas comprometidas a lograr una inserción progresiva en el misterio de Cristo, en la Iglesia y con la Iglesia. Eso exige una progresiva maduración en la fe a través del anuncio de la Palabra de Dios y de la adhesión generosa a Cristo. El propósito de esta preparación es ayudar a los futuros esposos a conocerse y a vivir la realidad del matrimonio que pretenden celebrar, para que puedan hacerlo no sólo de forma válida y lícita, sino también de forma fructífera, y para que estén disponibles a hacer de esta celebración una etapa de su camino de fe”.

“Para realizar todo esto, son necesarias personas con competencias concretas y preparadas de forma adecuada para realizar dicho servicio, con las necesarias sinergias entre sacerdotes y matrimonios”, indicó.

Formación durante el matrimonio
El Papa dijo que tras la boda se debe “ayudar a los nuevos esposos a proseguir el camino en la fe y en la Iglesia”, de iniciar un camino de formación permanente. “Es necesario identificar, con coraje y creatividad, un proyecto de formación para los esposos jóvenes, con iniciativas destinadas a aumentar la sensibilización del sacramento recibido. Se trata de animarles a considerar los muchos aspectos de la cotidianidad de su vida en común, que es signo e instrumento del amor de Dios encarnado en la historia de los hombres”.

“La comunidad cristiana está llamada a acoger, acompañar y ayudar a los jóvenes matrimonios, ofreciéndoles ocasiones e instrumentos adecuados para alimentar su vida espiritual tanto dentro de su vida familiar como en el ámbito de la programación pastoral en la parroquia”, recordó el Santo Padre.

Dijo que “es necesarios, en estos primeros momentos de la vida familiar, garantizar una mayor cercanía un fuerte apoyo espiritual, también en la obra educativa de los hijos, ante los cuales, los padres son los primeros testigos y portadores del don de la fe”.

domingo, 6 de noviembre de 2016

POR QUÉ UN DIVORCIADO EN NUEVA UNIÓN NO DEBE COMULGAR?


¿Por qué un divorciado en nueva unión no debe comulgar?
Por Diego López Marina



 (ACI).- La magister María Mercedes van der Ree de Rojas, auditora del Tribunal Eclesiástico Interdiocesano de Lima (Perú), explicó en diálogo con ACI Prensa que un divorciado vuelto a casar no puede acercarse a la comunión o la confesión porque con su situación “está yendo en contra del principio de la Iglesia de la indisolubilidad del matrimonio”.

La especialista precisó que “una persona que ha estado casada antes en un matrimonio sacramental y vuelve a contraer un matrimonio civil se encuentra en una situación matrimonial irregular según el derecho canónico”. “Así lo especifica el Papa San Juan Pablo II en la exhortación apostólica ‘Familiaris Consortio’”.

Según el documento pontificio, la Iglesia, “fundándose en la Sagrada Escritura reafirma su práxis de no admitir a la comunión eucarística a los divorciados que se casan otra vez. Son ellos los que no pueden ser admitidos, dado que su estado y situación de vida contradicen objetivamente la unión de amor entre Cristo y la Iglesia, significada y actualizada en la Eucaristía”.

“Hay además otro motivo pastoral: si se admitieran estas personas a la Eucaristía, los fieles serían inducidos a error y confusión acerca de la doctrina de la Iglesia sobre la indisolubilidad del matrimonio”.

No obstante, la especialista indicó que “eso no significa que la persona esté excluida de la Iglesia, es decir, que no tiene una pena de excomunión. Es una persona que sigue teniendo, como cualquier otro fiel, los mismos derechos y los mismos deberes que tienen todos los católicos. Por ejemplo, tiene la obligación de educar a sus hijos en la fe, de bautizarlos, ir a Misa, de rezar”.


El Código de Derecho Canónico precisa, en el canon 1056, que “las propiedades esenciales del matrimonio son la unidad y la indisolubilidad, que en el matrimonio cristiano alcanzan una particular firmeza por razón del sacramento”.

Por su parte el Catecismo de la Iglesia Católica (CIC), en el numeral 1640, especifica que “el vínculo matrimonial es establecido por Dios mismo, de modo que el matrimonio celebrado y consumado entre bautizados no puede ser disuelto jamás”.

Ante esta situación la experta hizo la pregunta ¿qué es lo que debe de hacer una persona divorciada en nueva unión? Debido a que, en su experiencia, muchas veces se desconoce que también existe la nulidad matrimonial y que es accesible.

[Puede leer: ¿Qué hace que un matrimonio en la Iglesia Católica sea nulo?]

“En ocasiones, puede ser que el matrimonio que ha fracasado y que haya terminado en divorcio sea un matrimonio nulo. No es que todos los matrimonios que hayan acabado en divorcio, sean nulos, pero en muchos casos sí. El Papa habla de que existe un buen número de estos”, explicó la magíster.

Además, la especialista aseguró que la “Iglesia trata de ayudar a sus fieles, porque quiere todos estén en plena comunión con ella, de que puedan acercarse a los sacramentos y que tengan una vida plena”.

Se debe recordar que un matrimonio es nulo cuando existe alguna de las causales que permiten probar que entre un hombre y una mujer, por diversas razones, nunca existió matrimonio.

“Eso es lo que hace la Iglesia con las sentencias de nulidad. Por tal motivo puede declarar nulo un matrimonio a pesar de que defienda su indisolubilidad, porque un matrimonio contraído en forma válida y consumado entre bautizados no se puede disolver”, concluye la especialista.

Actualmente la magíster María Mercedes van der Ree dicta un curso virtual sobre nulidad matrimonial en Perú en la Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima (FTPCL).

Más información sobre el curso: derechocanonicoperu@gmail.com y http://www.ftpcl.edu.pe/curso-virtual-nulidad-matrimonial-canonica/

miércoles, 26 de octubre de 2016

LANZAN CURSO VIRTUAL SOBRE NULIDAD MATRIMONIAL EN PERÚ


Lanzan curso virtual sobre nulidad matrimonial en Perú




LIMA, 25 Oct. 16 /  (ACI).- La Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima (FTPCL), en el marco del convenio de formación en temas jurídicos con la Asociación Peruana de Canonistas, anunció la realización de un curso sobre nulidad matrimonial, que estará disponible en el campus virtual desde el 1 de noviembre, Solemnidad de Todos los Santos.

La nota de prensa señala que este curso responde al llamado del Papa Francisco que estableció la reforma del proceso de nulidad matrimonial para “hacer accesible a las personas cuyos matrimonios han fracasado la posibilidad de poder revisar por medio de la autoridad judicial eclesiástica la validez de su matrimonio”.

El curso está divido en 4 módulos: 1.- ¿Qué es el matrimonio canónico?, 2.- ¿Cuándo es nulo el matrimonio?, 3.- ¿Cuáles son los procesos de nulidad de matrimonio canónico?, 4.- Preguntas frecuentes sobre el proceso de nulidad matrimonial.


El curso estará a cargo de la Dra. María Mercedes Van Der Ree, jueza del Tribunal Eclesiástico de Lima.

El P. Luis Gaspar, Presidente de la junta directiva de la Asociación Peruana de Derecho Canónico, afirma que el curso es “una excelente oportunidad para que los laicos, sacerdotes religiosos, estudiantes de teología, abogados, agentes pastorales, entre otros puedan contar con toda la información que se necesita” sobre el tema.

La idea, comenta, es que “juntos como Iglesia podamos  responder a las necesidades de los tiempos, donde la caridad y la Misericordia sean el motor de encuentro de nuestros hermanos que quieren iniciar el proceso de nulidad”.

El también Vicario de Vida y Familia de la Arquidiócesis de Lima afirmó que este curso es el inicio para la creación en las parroquias del servicio jurídico pastoral que el Papa Francisco ha pedido de manera especial en el año de la Misericordia.


“El primer paso que los obispos están llamados a cumplir, es aquel de la creación de un servicio de información, de consejo y de meditación ligado a la pastoral familiar que tendrá como fin acoger a las personas en vistas de la búsqueda preliminar al proceso matrimonial”, dijo.

Más información sobre el curso: derechocanonicoperu@gmail.com y http://www.ftpcl.edu.pe/curso-virtual-nulidad-matrimonial-canonica/

lunes, 29 de agosto de 2016

A LOS JÓVENES ESPOSOS...


A los jóvenes esposos


Cuando Dios regala a una familia un hijo, la alegra con una preciosa donación, confiando que los padres de la criatura con responsabilidad la cuidarán hasta la edad adulta. Se ha escrito mucho sobre cómo educar a los niños y a los adolescentes. Por eso, cuando encuentro sobre el tema una orientación luminosa, breve y perfecta, siento el deseo de compartirla para que todos  aprovechen ese condensado de sabiduría. Lee y medita.

Si el supremo Creador te da un hijo, tiembla por el sagrado depósito que confía a tus cuidados. Haz que ese hijo hasta los diez años, te admire. Hasta los 20, te ame. Y hasta la muerte, te respete. Sé para ese hijo hasta los diez, su padre. Hasta los 20 años, su maestro y hasta la muerte, su amigo.

Qué metas simples pero exigentes: ser para el hijo un padre, un maestro y un amigo, poniendo sin embargo el acento hasta los diez años, en la paternidad protectora, hasta los veinte en la docencia del difícil arte de vivir honestamente, y hasta la muerte en la amistad que todo lo comparte con humildad y sabiduría. Gracias, hermano/a, por acercarte a este sitio, donde encontrarás cada día una lucecita y una animación. Hasta mañana.


* Enviado por el P. Natalio

viernes, 17 de junio de 2016

PAPA FRANCISCO, MAYORÍA DE MATRIMONIOS SACRAMENTALES SON NULOS

Papa Francisco: Mayoría de matrimonios sacramentales son nulos




VATICANO, 16 Jun. 16 / 05:28 pm (ACI).- “Una gran mayoría de nuestros matrimonios sacramentales son nulos”, señaló este jueves el Papa Francisco durante la apertura de un congreso diocesano en Roma (Italia), donde denunció que la “cultura de lo provisorio” está dañando la vidamatrimonial, y enfatizó la importancia que se debe dar a la preparación de los novios.
El Santo Padre respondió de esta manera a la pregunta de un laico que se refirió a la crisis matrimonial.
“Vivimos también una cultura de lo provisorio”, advirtió Francisco, quien señaló que este es un fenómeno que no solo afecta la vocación almatrimonio, sino también a la vida sacerdotal y religiosa.
“A un obispo le he oído decir hace unos meses que se presentó un joven que ha terminado los estudios universitarios y que ha dicho ‘yo quiero ser sacerdote, pero solo por diez años’. ¡Es la cultura de lo provisorio! Y esto sucede en todos lados, también en la vida sacerdotal, en la vida religiosa. Lo provisorio”, señaló.
“Y por esto una gran mayoría de nuestros matrimonios sacramentales son nulos. Porque ellos (los novios) dicen ‘sí, para toda la vida’, pero no saben qué cosa dicen, porque tienen otra cultura”, advirtió.
El Papa recordó que una vez en Buenos Aires (Argentina), una señora “me reprendió: ‘pero ustedes sacerdotes son despiertos, porque para ser sacerdote estudian ocho años. Después, si las cosas no van, el sacerdote encuentra una joven que le gusta y comienzan a… y al final le dan la licencia para casarse y hacer una familia”.
“’Los laicos –continuó la señora- que debemos hacer el sacramento para toda la vida, e indisoluble, a nosotros los laicos nos dan cuatro conferencias, y esto para toda la vida’. Para mí uno de los problemas es la preparación al matrimonio”, indicó el Pontífice.
Sin embargo, señaló que otro problema es que al matrimonio se lo ha ligado “al hecho social”.
“Recuerdo que he llamado aquí en Italia, el año pasado. He llamado a un joven que he conocido hace tiempo en Ciampino y se casaba. Le he llamado ‘me ha dicho tu mamá que te casarás el próximo mes’, ‘sí, sí, sí,’, ‘¿pero dónde lo harán?’; ‘no lo sabemos –respondió el muchacho- porque estamos buscando la iglesia que se adapte al vestido de mi novia y después debemos hacer tantas cosas, los recuerdos y después buscar un restaurante que no sea lejos’”.
“¡Estas son las preocupaciones!”, lamentó el Papa. El matrimonio ligado a “un hecho social, pero ¿cómo cambiar esto?, no lo sé”, expresó.
Luego, el Pontífice reiteró su consejo a los jóvenes de no casarse solo porque la novia salió embarazada. “Viene el niño, entonces hagamos el matrimonio”, criticó.
Francisco dijo que esto no se debe hacer “porque tal vez no son libres”. Indicó que es mejor esperar, pues “he visto parejas que luego de dos o tres años se han casado y yo los he visto entrar a la iglesia: papá, mamá, con el niño de la mano, pero sabían bien lo que hacían”.
“La crisis del matrimonio es porque no se sabe qué cosa es el sacramento, la belleza del sacramento. No se sabe que es indisoluble, no se sabe que es para toda la vida”, señaló.

sábado, 28 de mayo de 2016

CINCO EXPLICACIONES ANTES DE CASARME

Las 5 cosas que hubiera agradecido que alguien me explicara antes de casarme
¿Qué tal está tu matrimonio?, 5 claves que te ayudarán en la convivencia matrimonial 



Por: Tim Parson




Tim Parson ha escrito un interesante artículo sobre la convivencia matrimonial que ha sido traducido y adaptado por Miriam Aguirre para el portal Familias.com Por su interés lo reproducimos íntegramente:
Nuestro matrimonio estaba en crisis
«Nos pasa muy seguido que mi esposa y yo recibimos comentarios sobre nuestro matrimonio que nos hacen sonreír. “Se ven tan felices”, “se portan como recién casados”, “no entenderían nuestros problemas porque su matrimonio es excelente”, “ustedes nunca discuten”.

»No sonreímos porque esto que nos dicen nos hace felices, sino porque muy pocas personas conocen nuestra verdadera historia. Y todas las parejas tienen una, incluso nosotros.

»Hace no mucho tiempo, Consuela y yo estuvimos a punto de divorciarnos. Las cosas no iban bien y nuestro matrimonio estaba en crisis. No digo esto a la ligera. Estábamos en el punto de no retorno – o por lo menos eso pensábamos.

Restaurar el matrimonio
»Asistimos a terapia matrimonial con sacerdotes y consejeros matrimoniales que trataban de ayudarnos a restaurar lo que alguna vez fue nuestro matrimonio. Fue uno de los momentos más dolorosos por los que he pasado personalmente.

Cosas que se hubieran podido evitar
»Al reflexionar de nuevo en ese momento de mi vida, hay algunas cosas que sé que si yo ya las hubiera entendido plenamente cuando me casé, la crisis en la que nos encontrábamos se hubiese podido haber evitado. Aquí están cinco de ellas:

1. No existe un plan B
»Mi matrimonio es para toda la vida y sólo termina con la muerte. Suena un poco lúgubre, pero es verdad. Cuando hice la promesa de amar a mi esposa de por vida, me comprometí a hacer que nuestro matrimonio funcionara sin importar la situación en que nos encontráramos.

»Mi mentalidad era que iba a dejar mis opciones abiertas. Si estar casado no funcionaba o si estar con Consuela no duraba o si ella no me hacía feliz, yo quería estar seguro de que tenía una salida o, peor aún, otra opción. Pero, en el matrimonio no hay un plan B. El tener un plan B y mantener abierta la puerta para escapar u otras posibilidades me privaban de comprometerme y dedicarme totalmente a mi esposa y a nuestro matrimonio.

2. El matrimonio no se trata de mi felicidad
»Muchas parejas cometen este error. Lo escucho todo el tiempo. Y yo mismo lo creía en el año 2000 cuando caminamos por el pasillo el día de nuestra boda. En mi mente pensaba: “Consuelo es mi esposa y su deber es hacerme feliz. Eso es lo que hacen las esposas. Y si ella no me hace feliz, entonces tendré que encontrar a alguien o algo que sí lo haga”.

»La verdad es que el matrimonio se trata de mucho más que solo mi felicidad. Y ella no tiene toda la responsabilidad de mi felicidad. La felicidad es subjetiva y relativa y, como hombre, mi definición de la felicidad cambia tanto que no hay manera de que ella pudiera mantenerse al día con todas mis exigencias. El matrimonio es sobre el amor y el respeto mutuo y honrar a Dios por medio de nuestra fidelidad. No se trata de mi felicidad.

3. La comunicación es más eficaz que el silencio
»Soy una persona introvertida. También soy un hombre. Por lo tanto, hablar de mis sentimientos es tan extraño e incómodo para mí como pilotear un avión.
»Automáticamente, cuando algo me molesta o me hace enojar me aíslo y me quedo callado. Llega un punto en que reprimo tanto esos sentimientos, que empiezo a buscar formas perjudiciales de canalizar mi enojo, depresión o lo que sea que me está molestando.

»De lo que me he dado cuenta es que nadie me ama y cuida de mí y nadie puede atenderme como mi esposa lo hace. Puedo estar seguro de que ella va a tratar mis inseguridades y emociones con delicadeza. Y si estoy molesto con ella, ella es la única persona que puede arreglarlo —entonces ¿por qué no hablar con ella?

4. Ayudarla a ella me beneficia a mí
»Siempre recomiendo el libro “Los 5 lenguajes del amor” a los que se van a casar o a los que ya están casados. Cambió la forma en que veía mi relación con mi esposa. Como es natural, tratamos de amar a los demás como queremos ser amados —pero si ese no es su lenguaje de amor, nuestros esfuerzos son en vano.
Lo que hago por ella me beneficia a mí
»Aunque ayudar a mi esposa es algo que debo y tengo que hacer para tener un matrimonio feliz y saludable —me di cuenta de un fenómeno interesante. Cuando yo hago algo por ella, realmente me beneficia a mí. No me malinterpreten, debemos servir no por lo que recibimos a cambio. Pero es muy bueno que nosotros recibamos algo a cambio cuando ayudamos a nuestros cónyuges. Me parece que cuando yo la ayudo (a lavar los platos, por ejemplo) eso llena su “tanque de amor” hasta el punto en que quiere hacer lo mismo por mí. Suena bien, ¿no?

5. Las diferencias no son un signo de disfunción
»En cualquier relación —de trabajo, familiar, de amistad, etc.— va a haber diferencias. Eso es normal y aceptable. Por alguna razón, muchos de nosotros ponemos al matrimonio en una categoría distinta.
Creemos que si nos peleamos o discutimos es porque debe haber algo mal en nuestro matrimonio.


Inmediatamente saltamos a la conclusión de que nuestro matrimonio es disfuncional o está dañado de alguna manera.

»Y cuando pensamos que nuestro matrimonio es disfuncional, comenzamos a pensar en el plan B, dejamos de comunicarnos, y dejamos de intentar. Pero, el conflicto en el matrimonio es normal.

»La forma en que elegimos enfrentar los malos ratos es lo que determina qué tan saludable o dañado está nuestro matrimonio. Me he dado cuenta que el ver las diferencias como algo normal me ha ayudado a no enfrascarme en alguna ofensa, me ha ayudado a pedir perdón mucho más rápido, y a trabajar duro para resolver las diferencias tan pronto como sucedan.

»Como puedes adivinar por lo que puse al principio y los comentarios que recibimos regularmente – Consuela y yo tenemos un matrimonio espectacular, ahora. Es mejor de lo que era. Incluso es mejor de lo que era el día que nos casamos. Especialmente ahora que sé estas cinco cosas sobre el matrimonio.

»¿Qué tal está tu matrimonio? ¿Has encontrado similitudes en tu experiencia? ¿Qué añadirías a esta lista?».

miércoles, 18 de mayo de 2016

A LOS JÓVENES ESPOSOS


A los jóvenes esposos



Cuando Dios regala a una familia un hijo, es porque confía que lo cuidarán con amor y responsabilidad hasta la edad adulta. Se ha escrito mucho sobre cómo educar a los hijos. Por eso, cuando encuentro sobre el tema una orientación luminosa, breve y perfecta, siento el deseo de compartirla para que todos  aprovechen ese condensado de sabiduría. Lee y medita.

Si el supremo Creador te da un hijo, tiembla por el sagrado depósito que confía a tus cuidados. Haz que ese hijo hasta los diez años, te admire. Hasta los veinte, te ame. Y hasta la muerte, te respete. Sé para ese hijo hasta los diez años, su padre, hasta los veinte años, su maestro y hasta la muerte, su amigo.

Qué metas simples pero exigentes: ser para el hijo un padre, un maestro y un amigo, poniendo sin embargo el acento hasta los diez años, en la paternidad protectora, hasta los veinte en la docencia del difícil arte de vivir honestamente, y hasta la muerte en la amistad que todo lo comparte con humildad y sabiduría. Es una buena iluminación para orientarte.


* Enviado por el P. Natalio

sábado, 14 de mayo de 2016

DECÁLOGO DEL MATRIMONIO FELIZ


Decálogo del Matrimonio Feliz



Nunca estéis enfadados los dos a la vez.

No os gritéis jamás, a no ser que la casa se incendie.

Si uno de los dos debe ganar una discusión, deja que sea el otro.

Si tienes que criticar, hazlo con amor y delicadeza.

Nunca menciones errores del pasado.

Olvídate del mundo entero antes que de tu pareja.

Nunca os vayáis a dormir sin haber hecho las paces por una discusión.

Al menos una vez al día, hazle un comentario amable o ten un gesto de amor.

Cuando te hayas equivocado, admítelo y pide perdón. Si se equivoca, perdónale.

Se necesitan dos para una pelea, y quien no tiene la razón es normalmente el que más habla.

lunes, 9 de mayo de 2016

23 CONSEJOS A LOS MATRIMONIOS QUE QUIEREN SER SANTOS


23 Consejos a los matrimonios que quieren ser santos
En primer lugar tomad conciencia de que el Santo Matrimonio no es cosa vuestra


Por: Padre Francisco Javier Domínguez




De la Carta del Apóstol San Pablo a los romanos (12,9-12): Que vuestra Caridad no sea una farsa; aborreced lo malo y apegaos a lo bueno. Como buenos hermanos, sed cariñosos unos con otros, estimando a los demás más que a uno mismo. En la actividad, no seáis descuidados; en el espíritu, manteneos ardientes. Servid constantemente al Señor. Que la esperanza os tenga alegres; estad firmes en la tribulación, sed asiduos en la oración.

1. En primer lugar tomad conciencia de que el Santo Matrimonio no es cosa vuestra. Es Dios el que os necesita unidos para hacer un gran bien en este mundo. Es Dios el que cuenta con cada uno de vosotros y por ello nunca os faltará su gracia para vivirlo conforme a los planes que Dios tenga para vosotros. No sois dos, sois tres. Y Dios es el centro. Siempre que lo quitéis del centro, el mundo se pondrá en su lugar y vuestro Santo Matrimonio peligrará.


2.El contraer Matrimonio es una llamada que Dios os hace a la SANTIDAD. Es decir, una gran responsabilidad. Tenéis que ser desde vuestro matrimonio luz del mundo y sal para la tierra. Vuestro mundo y vuestra tierra en primerísimo lugar será vuestro hogar, los hijos… Los que se acerquen a vuestro hogar tienen que llevarse la luz de Dios, vuestra oración, el amor, el perdón… Tenéis que ser TESTIGOS de Cristo muerto y resucitado.

3.Para ser un matrimonio Santo es importantísimo que seáis un hombre y una mujer de oración, personas profundamente metidas en el Corazón de Cristo. Y personas profundamente acostumbradas al sacrificio, a la abnegación, al saber bajar la cabeza, saber ceder por el otro, saber bajar la cabeza por que haya paz en el hogar. Evitar siempre la división del hogar. El demonio siempre quiere cargarse la unidad familiar, por ello luchad por ella con uñas y dientes.

4.Sed muy transparentes el uno con el otro, no guardaros nada. Todos somos humanos e imperfectos. Nunca escandalizaros por las meteduras de pata que ha podido hacer el otro. En las mismas circunstancias cualquiera podría haber caído también. Hay que saber perdonar y esperar. Cada uno tiene su tiempo de maduración, de darse cuenta de las cosas. Hay que tener MISERICORDIA ante las pobrezas del otro. Por ello NO TARDAR en buscar un padre espiritual para vuestro matrimonio, un sacerdote de buena doctrina que os ayude a crecer, a madurar y a ser mejores cristianos; y que lo tengáis disponible para confesaros en cualquier momento que lo necesitéis.

5.Ponte muchas veces en el lugar del otro. No pienses solo en ti. Piensa en las necesidades del otro antes que en las tuyas. Cada uno tiene que ser el último para que el matrimonio sea feliz. Y estad siempre dispuestos a cargar con las cargas del otro.

6.Confesaros con un sacerdote como muy tarde una vez al mes, y si podéis todas las semanas mucho mejor. En la Confesión Dios derrama una gracia muy especial y da os da luz y fuerza para caminar por el bien.

7.Compartid juntos un paseo, una película en el cine, una cena, una conversación… Pero solos. Cuando tengáis hijos dejadlos de vez en cuando con los abuelos o con unos buenos amigos. Tened tiempo para vosotros. Interesaos por vuestras cosas. Vuestras luchas, vuestras ilusiones, vuestros sufrimientos, vuestras alegrías… es muy importantes que las compartáis. En el matrimonio hay que hablar mucho. Cuando se deja de hablar de lo que llevamos dentro el amor se debilita. En cambio la ilusión por sorprender al otro, por saber que le gusta, que le ocurre… Es buena tierra para un Matrimonio Santo.

8.Estad muy unidos por la fe. Y nuestra fe se alimenta de muchas maneras, pero especialmente en la Santa Misa Dominical. No faltéis nunca juntos a la Santa Misa, y sentaros juntos. No haced como esos matrimonios que ya no se quieren y se sientan cada uno en una esquina de la iglesia. Vosotros juntos. Para juntos alimentaros de la Palabra y de la Eucaristía.

9. Todas las mañanas de rodillas ante Dios, haced la señal de la Cruz y poned vuestra familia bajo la protección de la Trinidad Santísima. Besad el suelo y decid: Serviam (Te serviré Señor). Haced el ofrecimiento de obras. Y pedid el auxilio de la Virgen y el acompañamiento de vuestros ángeles de la guarda. Poneros agua bendita.

10. Que no haya una noche que os vayáis a la cama sin daros un beso, hacer examen de conciencia y rezar tres Ave María en Cruz que son prenda de salvación eterna y además lo ofrecéis por la Pureza, la conversión de los pecadores y la Salvación del mundo. Y no os vayáis nunca a dormir enfadados. Antes de ir a dormir todos en el hogar deben estar Reconciliados y en la Paz del amor. Rociad la cama y vuestras frentes con agua bendita.

11. Es muy importante que al menos una vez a la semana vayáis juntos al Sagrario, y allí de rodillas frente al Señor, postrados ante Dios, pedid que se fortalezca vuestro matrimonio, pedidle perdón por si no le estáis dando toda la gloria que tenéis que darle con vuestra unión, encomendad a vuestros hijos, a vuestras familias… Y terminad con esta oración: Dios mío, yo creo, adoro, espero y os amo.Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no os aman. Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, os adoro profundamente y os ofrezco el preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo, presente en todos los sagrarios de la tierra, en reparación de los ultrajes, sacrilegios e indiferencias con que Él mismo es ofendido. Por los méritos infinitos de su Santísimo Corazón y del Corazón Inmaculado de María, os pido la Conversión de los pobres pecadores. Te pido en especial: Por el Papa y sus intenciones, por nuestro Obispo y sus intenciones, por todos los hogares de Marismillas, por nuestro párroco y sus intenciones…Y tras rezar un ratito, llevaros vuestros nuevos testamentos (de la misma edición) y leed al menos un capitulo abierto al azar.

12. Todos los Domingos al atardecer ante un pequeño altar en vuestro hogar donde haya una Biblia, un Crucifijo, Agua Bendita y una fotografía de la Virgen, haced vuestra consagración y la de toda la familia al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María. Invocad al Espíritu Santo sobre vuestro hogar. Y pedid la protección de la Santísima Trinidad sobre vuestra familia. Los sábados rezad juntos frente a la fotografía de la Virgen una Salve.

13. Cada día rezad del Santo Rosario en familia. Este será el arma más poderosa para vuestro matrimonio y vuestra familia. El demonio os tentará con mil líos, problemas, cansancio… Pero ahí os lo jugáis todo. Aunque sea un solo misterio, ni un día desde que os caséis dejad de rezar el Santo Rosario.

14. Recordad que lo más importante en el hogar es la unión del matrimonio. Si vosotros no os queréis vuestros hijos no serán felices, si vosotros no os perdonáis vuestro hijos no serán felices…Vuestros hijos tienen que ver que os amáis, que os dais un abrazo de vez en cuando, que tenéis palabras de respeto y cariño entre ustedes, que os preocupáis el uno del otro. No martiricéis a vuestros hijos con la frialdad. Los pollitos tienen que crecer en el calor del hogar, y el calor del hogar es el cariño, la comprensión.

15. Que nunca os vean vuestros hijos mentir, hablar con brusquedades, decir palabras feas… Vosotros seréis los maestros de vuestros hijos, y si no sois buenos maestros creareis pequeños monstruitos llenos de odios y rencores. Si os ven perdonar ellos perdonaran, si os ven amar ellos amaran… Y nunca pongáis a los hijos en contra del otro, eso es una locura que trastorna a los niños. Los padres tienen que ser una sola educación, una sola directriz, un solo plan… Las deliberaciones en la intimidad. A los hijos razones claras y firmes.

16. Nunca hablad con vuestras respectivas familias de vuestros problemas o situaciones matrimoniales, ni con los amigos. Las cosas del matrimonio y el hogar, en casa se queda. Si no, luego corre peligro la unión del matrimonio con el resto de familia y amigos. La familia y los amigos son para quererlos no para desahogarnos con ellos sobre los problemas de la intimidad del hogar. Tened un padre espiritual que os ayude en los problemas.

17. Sed un matrimonio generoso. No pongáis medios anticonceptivos en vuestra relación conyugal, que eso pone muy triste al Señor. Asesoraros sobre los medios naturales. Y además, Dios bendice a las familias con cada hijo que llega. No tengáis miedo, sed valientes y Dios os recompensará. Nunca os faltará lo necesario. Rezad y ofreced muchos sacrificios para que se dejen de cometer los abortos, que son crueles asesinatos que dañan mucho el corazón del Señor y la Virgen.

18. La Salvación de vuestro hogar se juega en gran parte en que seáis un hombre y una mujer de Dios, nunca dejéis de rezar por la conversión de cada uno de los que formáis el hogar.

19. Que siempre crezcan vuestros hijos sabiendo que sus padres ejercitaban la caridad con los más pobre, los enfermos… los más débiles. Bendecid siempre la mesa antes de comer: SEÑOR BENDICE ESTOS ALIMENTOS Y A QUIENES LOS HAN PREPARADO, DALE PAN A LOS QUE TIENEN HAMBRE Y DANOS HAMBRE DE TI A LOS QUE TENEMOS PAN. POR JESUCRISTO NUESTRO SEÑOR. AMÉN.

20. Sed positivos, alegres. No critiquéis. Amad a vuestros enemigos y perdonadlos con el perdón del Señor.

21. En la circunstancias difíciles, cuando las cosas cuestan sacrificio… Ofrécelo al Señor y a la Virgen: Oh Jesús, es por tu amor, por la conversión de los pecadores, por las benditas almas del purgatorio, por la santidad de los sacerdotes, por las familias cristianas y en reparación por los pecados cometidos contra tu Sagrado corazón y el Inmaculado Corazón de María.

22. Cuando nos faltan las fuerzas para llevar a acabo algún trabajo, alguna penitencia, alguna abnegación: POR TU GRACIA SEÑOR Y CON LA FUERZA DE TU ESPÍRITU SANTO… Que yo pueda hacer tal cosa, que yo pueda soportar esa otra…

23. Recordad que cada día en esta tierra nos estamos jugando el cielo o el infierno, no tenemos más tiempo que el que pasemos en esta tierra para decidir donde pasaremos toda la eternidad.
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