UN CARPINTERO
Un carpintero se puso un día a construir una escalera de caracol para llegar al cielo. Pasó un vecino y le dijo:
—Si me regalas unos peldaños, a mí me servirán mucho y a ti no te dañará. El trabajador se rascó la cabeza y se los dio. El vecino agradeció y se fue silbando. El obrero siguió su trabajo.
Pasó una pobre mujer y le pidió un poco de madera ya que una pared de su casa dejaba colar el viento. El carpintero accedió. La mujer se fue sonriendo. Y así vinieron muchos más y el trabajador seguía dando. El invierno era duro, la miseria grande y el carpintero regalaba peldaños, aún para usarlos de leña.
Y decía a su esposa:
—No comprendo, mujer. Mi escalera es cada vez más chica... ¡Pero, subo por ella al cielo! Ella le replicó: —¿Acaso no ves que por tu generosidad el cielo está más cerca de la tierra?
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