sábado, 11 de febrero de 2012

NUESTRA MADRE TE BENDIGA


ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA DE LOURDES

Oración a  Nuestra Señora de Lourdes

Oh María, que te apareciste a Bernardita en la cavidad de la roca;
al frío y a las sombras del invierno
tú les trajiste el calor de tu presencia y el resplandor de tu belleza.

Infunde la esperanza, renueva la confianza
en el vacío de nuestras vidas, tantas veces sumidas en la sombra, y en el vacío de nuestro mundo,en el que el Mal hace valer su fuerza.

Tú, que eres la Inmaculada Concepción, socórrenos, pues somos pecadores.
Danos humildad para la conversión y valor para la penitencia.

Enséñanos a rezar por todos los hombres.
Guíanos a la fuente de la verdadera vida.
Ayúdanos a caminar como peregrinos en el seno de la Iglesia.
Estimula en nosotros el hambre de la Eucaristía, pan del caminante, el Pan de Vida.

Oh María, el Espíritu Santo hizo en ti maravillas:

Él, con su poder, te ha colocado junto al Padre,en la gloria de tu Hijo, el Viviente.
Vuelve tu maternal mirada a nuestras miserias del cuerpo y del espíritu.

Que tu presencia, como luz reconfortante, brille a nuestro lado en el trance de la muerte.

Queremos rezarte, oh María, con sencillez de niños, como Bernardita.
Que entremos, como ella, en el espíritu de las Bienaventuranzas; así podremos, ya aquí abajo, empezar a conocer las alegrías del Reino y cantar contigo tu Magníficat.

¡Gloria a Ti, Virgen María, dichosa servidora del Señor, Madre de Dios, morada del Espíritu Santo! ¡Amén!

BLANCO Y NEGRO

Blanco y negro


Son sólo dos tonalidades...

¿Por qué alguna gente se empeña en separarlos?

¿Qué importa el color de la piel, si Dios nos quiere a todos por igual? Si todos terminaremos siendo polvo, y el polvo que quedará es de los huesos; no de la piel...

Los seres humanos, todos somos especiales. Somos diferentes. Cada uno de nosotros, tenemos algo que nos distingue. Todos tenemos diferentes formas de pensar, de ver la vida, de caminar; hasta respiramos diferente y eso no quiere decir que debamos rechazarnos...

Vivimos en un mundo materialista y frío en el cual todo es más importante que los sentimientos. Debemos poner nuestro granito de arena y así cambiar el mundo. Debemos poner nuestras fuerzas en amarnos los unos a los otros, sin importar el color de la piel, ni la religión , ni el sexo; mucho menos nuestros ideales políticos.

Debemos poner más nuestro corazón al hacer las cosas y menos nuestros intereses. A veces no es tanto el color de la piel; sino quién es el portador de ese color...

Debemos separar el materialismo de lo verdaderamente importante. Nuestro interior, nuestro propio ser, lo que hacemos por los demás; la mano que tendemos en el momento preciso a la persona que lo necesita; independientemente de quién sea esta persona.

Si el color importara tanto...,¿habría creado Dios, tantas razas diferentes? Por supuesto que no. Nos hubiera creado a todos del mismo color para evitar separaciones...

Así que, unámonos como hermanos que somos; sin importar nuestras diferencias y seamos los prójimos que debemos ser. Pongamos todo nuestro empeño en valorar más los sentimientos, el alma, la verdad, la justicia, la caridad, la bondad, el buen juicio y el corazón de las personas; ¡así seremos un mundo mejor, un paraíso terrenal...!

LA ADVOCACIÓN DE LA VIRGEN DE LOURDES.

LA ADVOCACIÓN DE LA VIRGEN DE LOURDES.

La advocación católica de Nuestra Señora de Lourdes toma ese nombre debido a que, de acuerdo al testimonio de santa Bernadette Soubirous (1844-1879), las 18 apariciones de la Virgen María sucedieron en la gruta de Massabielle, a orillas del río Gave, en las afueras de la población de Lourdes, en las estribaciones de los Pirineos. Ya en vida de Bernadette Soubirous, multitudes de católicos creyeron en las apariciones de la Virgen María como vehículo de la gracia de Dios, y el Papa Pío IX autorizó al obispo local para que permitiera la veneración de la Virgen María en Lourdes en 1962, unos diecisiete años antes de la muerte de Bernadette. Bernadette Soubirous fue canonizada como "santa" por Pío XI el 8 de diciembre de 1933, durante el Jubileo de la Redención. Desde entonces, la advocación de la Virgen María como Nuestra Señora de Lourdes fue motivo de peregrinaciones para millones de católicos de todo el mundo y su santuario ha sido estimado popularmente como un lugar emblemático en el que se conjugan el sufrimiento, la fe expresada en plegaria, la curación y la conversión.

La Iglesia Católica considera a Nuestra Señora de Lourdes la patrona de los enfermos por antonomasia.

MARÍA PROVOCA LA PRIMERA SEÑAL

Autor: P. Fintan Kelly | Fuente: Catholic.net
María provoca la primera "señal"
Además de la gran confianza que María mostró en su Hijo, ella fue el medio que Dios usó para dar comienzo a la manifestación de Jesús.
 
María provoca la primera

Ojalá puedas leer en el Evangelio Jn 2, 1-12, cuando María le pide a su Hijo que les falta el vino en una boda donde fueron invitado en Caná.

A mí me llama poderosamente la atención ese detalle de María de acercarse a visitar a su prima santa Isabel tras tener conocimiento de su estado de gestación, también su fina observación en las bodas de Caná, en una situación de tanto embarazo para aquellos jóvenes esposos. Todo ello habla de un corazón amable, sencillo, bondadoso, atento, comprensivo, servicial en nuestra madre del cielo".

Una contemplación superficial del episodio de la boda de Caná nos dice que lo más milagroso fue el hecho de que Jesús mostró su dominio absoluto sobre la materia, convirtiendo agua en vino. Sin embargo, el Evangelista nos da a entender que no fue así al decir "Así, en Caná de Galilea, dio Jesús comienzó a sus señales. Y manifestó su gloria, y creyeron en él sus discípulos" (Jn 2, 11).

Según el Evangelista la finalidad intrínseca de este milagro fue el convencer a sus discípulos que Él era lo que decía que era: el Hijo de Dios. Así manifestó su "gloria" que era su divinidad, pues María le obligó a "hacer llegar su hora" de mostrar su gloria o divinidad.

Independientemente de la gran confianza que María mostró en su Hijo, como hemos comentado antes, está el hecho de que ella fue el medio que Dios usó para dar comienzo a la manifestación de Jesús de Nazaret como su Hijo. Aquí María aparece como aquella que hace conocer a Cristo. Uno podría pensar que tal vez su misión fuese solamente traer al Hijo al mundo y después dejarlo manifestarse como le pareciera mejor. Dios en su providencia quería hacer las cosas de otra manera: quería dar a conocer a su Hijo al mundo por medio de su Madre. Nosotros podemos no estar de acuerdo con esta metodología, pero no se puede negar que Él quiso adoptarla para manifestar a su Hijo.

Parece ser que el Padre sigue usando esta metodología para dar a conocer a su Hijo. Son elocuentes las múltiples apariciones de la Virgen en estos dos últimos siglos. Pensemos en Lourdes, Fátima...
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