FRENTE AL SEMÁFORO
Semáforo 07
AMOR A LOS POBRES
“Debemos usar la caridad con todas las personas, en todas las circunstancias, sin excepción, ni limites, recordando que el prójimo tiene el lugar de Dios. (San José Marello)
Debe haber ocurrido después de la vuelta de Savona. Era muy conocida en San Martino la bondad de José hacia los pobres.
Así cuenta su hermano Vittorio: - Siempre para darle gusto, cuando llegaba algún limosnero, se le dejaba a él el encargo de ofrecerle alguna cosita. Varias veces dio a los pobres su desayuno, cuando le parecía que se les había dado demasiado poco.
Un día José estaba yendo a la iglesia: en cierto momento le chocó algo que estaba pasando en la calle a la estrada del pueblo. Un pobre mendigo avanzaba lentamente, apoyado en su bastan y llevando al hombre su alforja. Alrededor de él algunos muchachos se entretenían empujándolo, jalándolo y lo insultaban haciéndole un montón de preguntas. - Abuelo ¿Dónde está tu casa? - ¿Cuántas pulgas están criando? - ¿No te pesa esa joroba que tienes? El hombre los amenazaba con el bastón para tenerlos lejos de él. De repente un muchacho le agarró el bastón y empezó a jalarlo dando vueltas y diciéndole: ¡miren como baila el oso! El mendigo perdió el equilibrio y cayó al suelo.
En ese momento llego José corriendo. Los malcriados se escabulleron y José ayudo al pobrecito a levantarse y sacudirse el polvo. - ¡un muchacho como el, que tanto ama al Señor no pude menos que amar mucho a los pobres!
Fue el primer gran acto de bondad que conocemos de José y el inicio de una larga caridad para con los que sufren.
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