Los cinco minutos de María
Enero 26
Al saludar a María con el título de Virgen fiel, la Iglesia reconoce en ella la fidelidad a la Palabra de Dios.
No siempre esa palabra fue para María fácil y humanamente agradable. Muchas veces le resultó ardua, dolorosa y humillante. Dar a luz a su Hijo en una cueva y no hallar otra cuna que un pesebre, o ser tenida por la madre de un ajusticiado, de un iluso visionario, fue para ella una dura prueba. Pero María se mantuvo fiel, en todo momento, a lo que Dios quería de ella.
Como ella, el cristiano deberá ser fiel a su vocación bautismal aunque en ocasiones eso le demande mucha fortaleza de espíritu y perseverante valentía.
María, que seamos fieles en todo momento al amor de nuestro Dios.
* P. Alfonso Milagro
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