LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Diciembre 3
Tus ojos tienen una potencia irresistible, pero esa potencia puedes emplearla para el bien o para el mal.
Ofrece siempre, todos los días, unos ojos puros y dulces, como cielo sin nubes. Que los que vienen contigo, al mirar tus ojos puedan decir: "hoy, cielo sin nubes"
Que mires con tanta serenidad que todos se sientan cómodos a tu lado y lo sientan todos cuando se acerquen a ti.
Lo mismo que cuando sale el sol es imposible decir si alumbra más a un hombre que a otro, así ilumina con tus ojos, mira con igual bondad a unos que a otros.
Al que te trata con suma delicadeza y bondad, y al que con mano dura o expresión torva deshace tu corazón. El sol ilumina las verdes praderas como las oscuras hondonadas.
Dios hace salir el sol sobre justos y pecadores; en tu rostro, en tus ojos, ha de descubrirse siempre la misma luz de bondad para unos que para otros.
“Mis ojos están puestos sobre todos tus caminos; ellos no se me ocultan, y tus culpas no pueden esconderse” (Jer 16,17). “Por más que oigan, no comprenderán, por más que vean, no conocerán. Porque el corazón de este pueblo se ha endurecido, tienen tapados sus oídos y han cerrado sus ojos, para que sus ojos no vean, y sus oídos no oigan, y su corazón no comprenda, y no se conviertan, y yo no los cure” (Mt 13, 14-15)
* P. Alfonso Milagro
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