LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Mayo 30
El hombre de fe es una roca inconmovible, una fortaleza inexpugnable. La fe es una luz que surge en las tinieblas; da dimensión exacta a todo y lo cromatiza con colores auténticos: los colores de la gracia.
La fe es saber que Cristo vendrá para decir la palabra definitiva en la historia del hombre y del mundo. Es una búsqueda continua, que alienta con sus hallazgos a seguir buscando.
La fe es una seguridad humilde y temblorosa; un sumergirse dulce y escalofriante en el regazo invisible de un gran Padre, que es Dios. La fe es un trasplante de ojos, por el que penetra, en nuestra débil mirada, la comprensiva visión de un Dios de bondad.
El Papa Pablo VI dijo: "La fe vivida se transforma en luz; amada, se convierte en fuerza; meditada, se vuelve espíritu".
No olvides: de nada te sirve tener fe si no te comprometes con ella; y comprometerse con la fe es comprometerse con las nuevas y honestas transformaciones del mundo de hoy.
“Su enemigo, el diablo, ronda como león rugiente, buscando a quien devorar, resístanlo, firmes en la fe” (1 Pe 5,8). Fe es fortaleza, es firmeza, es seguridad, es fundamento de roca inconmovible; la fe es lo único que te va a dar en la vida orientación y seguridad.
* P. Alfonso Milagro
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