LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Marzo 10
Es muy común dividir la humanidad en dos grupos: los buenos y los malos.
Sería interesante que analizáramos en qué grupo nos incluimos, del mismo modo que instintivamente colocamos a los otros entre los malos.
Nos sentimos mejores de lo que somos y, por el contrario, juzgamos a los otros peores de lo que son; pensamos que los otros tienen que cambiar, mientras que nosotros no tenemos ni de qué, ni por qué cambiar.
Pero será bueno que te detengas a pensar: ¿cómo sería el mundo si todos fueran como tú? Deberías analizarlo con toda sinceridad; no te des fácilmente el "certificado de buena conducta" siendo como eres tan rígido y exigente en dárselo a los que te rodean, no sea que Dios te invierta los papeles y te juzgue a tí con la exigencia con la que tú juzgas a los demás.
“No juzguen y no serán juzgados; con la misma medida con que midan serán medidos”: norma justísima establecida por Cristo para los suyos “Tú que pretendes ser juez de los demás -no importa quien seas- no tienes excusa, porque al juzgar a otros te condenas a ti mismo, ya que haces las mismas cosas que condenas” (Rom 2,1). Nuestra vida aunque humana, Cristo ya divinizó; y con Él por todo el mundo vamos difundiendo amor.
* P. Alfonso Milagro
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