Consignas para el apóstol de Cristo
• Debe buscar la justicia y la fe, procurando vivir en amor y paz (2 Tim 2, 22).
• Debe evitar los deseos desordenados, propios de la juventud (2 Tim 2,22).
• Debe ser comprensivo con todos, dispuesto a enseñar y paciente frente a las incomprensiones (2 Tim 2, 24).
• Debe responder a los rebeldes con dulzura; quizás Dios les conceda convertirse (2 Tim 2, 25).
• Estar siempre a disposición de Dios como servidor, irreprensible como un obrero que no tiene de qué avergonzarse, buen distribuidor de la palabra de la verdad (2 Tim 2, 15).
• Predicar la palabra, insistir a tiempo y a destiempo (2 Tim 4, 2).
• Permanecer firme en lo que ha aprendido y creído (2 Tim 3, 14).
• Pelear el buen combate con la fuerza que da la fe y la buena conciencia (1 Tim 1, 18-19).
• Orar a Dios por toda la humanidad por medio de Cristo, único mediador (1 Tim, 2,1).
• Ser modelo por su manera de hablar, por la conducta, la caridad, la fe, la pureza de vida (1 Tim 4, 12).
• Dedicarse a la lectura, a la predicación y a la enseñanza, no descuidando el don espiritual recibido por el Sacramento (1 Tim 4, 13).
• Cuidar y apacentar el rebaño de Dios, no a la fuerza, sino más bien con agrado, a la manera de Dios, no pensando en ganancias, sino con entrega generosa, no como si fuéramos dueños de los que están a nuestro cargo, sino tratando de ser modelos para el rebaño (1 Pe 5, 2-3)
“Que el Señor os colme y os haga rebosar de amor mutuo y de amor a todos” (1 Ts 3, 12)
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