¡Oh Sagrado Corazón, qué sensible y sencillo
eres!
Meditación: Me parece entrever por una ranura
de la casa de Nazaret a un Joven trabajador que con habilidad modelaba un
rústico trozo de madera; en el aire se percibe un rico olor a viruta
fresca…parece absorto. De repente y ante una suave voz levanta Su cabeza…es el
Rostro de Mi Señor, que diligente y obediente responde al llamado de Su Madre.
En la otra habitación, en su lecho un anciano agonizante respira
agitadamente…es el pobre papá José. En la Mirada Amorosa de aquel Joven Niño se
reflejan tanto amor, tanto dolor, tanta paz. Entre tiernos cuidados y santas
lágrimas José inicia su marcha, hasta que se abra la Puerta de la Morada Santa.
¿Somos capaces de imitar la sencillez y el
amor que el Señor prodigó a todos los que tocó en Su vida terrena?. ¿O
escapamos en el mundo de hoy del cuidado de los ancianos y necesitados?.
Justificándonos en que tenemos nuestro trabajo y en que no podemos angustiarnos
tanto, ni siquiera podemos dar una sonrisa para aquel que agoniza. ¡Tenemos que
vivir…vivir para morir!. Amar de verdad es dar todo hasta desgarrar nuestro
mísero corazón en ofrenda al Señor, como lo hizo el Redentor.
Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado
Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón
de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz
que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al
buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre
si. Amén.
Florecilla:Demos cuidado y amor a un anciano
necesitado, como lo hizo y lo hace el Señor.
Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y
un Gloria.
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