¡Oh Sagrado Corazón, desgarrado en el Huerto!
Meditación: Señor, estás solo…solo desde hace
20 siglos…solo hoy…solo en el Getsemaní…solo en Tu sufrimiento. Como en aquel
tiempo, sentís frío, el frío del abandono, el frío del dolor, el frío de la
falta de fe y amor. Frío y soledad en el Huerto…frío y soledad en el Sagrario.
Los hombres de hace dos mil años y los hombres del mundo actual se olvidaron
del Maestro, de que nos hiciste Tus amigos, y nos tomaste como hermanos. Tú, el
mismo Dios, te hiciste pequeño. Tú, el Dueño, el Hombre Dios, has sido
nuevamente olvidado por todos aquellos que decimos ser Tus testigos, que te
seguimos, pero nos quedamos dormidos. ¡Somos tibios!. Nuevamente no oramos…como
antaño…no te acompañamos ni reparamos las ofensas que a través del pecado
desgarran Tu Sagrado Corazón. Por todo ello Señor, Mi Dios, perdón.
Jaculatoria:¡Enamorándome de Ti, mi Amado
Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón
de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz
que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al
buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre
si. Amén.
Florecilla: Adoremos al Señor en el Sagrario,
meditando particularmente respecto de todo lo que El nos da, y también sobre
nuestras faltas de caridad.
Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y
un Gloria.
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