domingo, 11 de mayo de 2025

UNA ORACIÓN EN HONOR A LAS MADRES FALLECIDAS


Una oración en honor a las madres fallecidas


Muchos países del mundo celebran el segundo domingo de mayo el día de la madre; sin embargo, son muchos quienes ya no la tienen a su lado, pues ya partieron a la Casa del Padre. Para ellas, las mamás que se encuentran en el cielo gozando de la Gloria de Dios, les compartimos la siguiente oración:

Continuamente te rezamos, Señor, por nuestra madre.
La recordamos con paz y con amor ante Ti,
seguros de que ella vive,
como estamos seguros de que vives Tú
y de que tu amor dura para siempre.
La recordamos cuando estaba entre nosotros...
A veces, nos parece sentir el calor y el sosiego
de su presencia protectora
como cuando vivía aquí,
mucho más para nosotros que para sí misma.
Dale, Señor, tu amor, dale tu vida. Dale tu paz.
Tenla muy cerca de Ti.
Sea feliz y ruegue ante Ti por nosotros.
Ayúdanos a vivir lo que ella nos enseño,
más con amor que con palabras.
A rezarte como ella, a quererte como ella,
a hacer de Ti y de los demás, igual que ella,
el sentido de nuestra vida.
Y si por descuido o por debilidad en algo te faltó,
perdónala, Tú que sabes lo que es ser Padre y Madre
y conoces como nadie el amor y el perdón
sin medida ni límites...
Perdónale sus faltas por lo mucho que amó a todos.
Gracias, Señor, por esta oración que nos llena de paz
en el recuerdo de nuestra madre.
Amén.


 

PAPA LEÓN XIV CANTA SU PRIMER REGINA COELI EN LATÍN Y ALIENTA A LOS JÓVENES A NO TENER MIEDO DE SEGUIR A CRISTO

León XIV canta su primer Regina Coeli en latín y alienta a los jóvenes a no tener miedo de seguir a Cristo
Por Almudena Martínez-Bordiú
11 de mayo de 2025



En el domingo del Buen Pastor, el Papa León XIV dirigió por primera vez el rezo del Regina Coeli desde el balcón central de la Basílica de San Pedro. El Pontífice recitó la oración mariana en latín y alentó a los miles de jóvenes: ¡No tengan miedo!

"A los jóvenes les digo: ¡No tengan miedo! ¡Acepten la invitación de la Iglesia y de Cristo el Señor!", exclamó el Pontífice ante las 100.000 personas reunidas en la Plaza de San Pedro, según los datos de las autoridades italianas.

Este primer Regina Coeli de León XIV coincidió además con el Jubileo de las bandas y del espectáculo popular, por lo que una hora antes de la aparición del Santo Padre la Plaza de San Pedro se llenó de música y color con bandas llegadas de diferentes países. 

A las 12:00 (hora de Roma) el Papa León XIV se asomó por la Logia central de la basílica vaticana ante el fuerte aplauso y ovaciones de la multitud. 

Antes del rezo, el Pontífice señaló como “un don de Dios” que el primer domingo de su servicio como Obispo de Roma sea el del Buen Pastor, el cuarto tiempo de Pascua, en cuyo Evangelio de San Juan, Jesús se revela como el verdadero Pastor “que conoce, ama y da la vida por sus ovejas”.

También indicó que este día coincide con otro importante aniversario: los 62 años de la celebración de la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones. Además, recordó el Jubileo de las bandas musicales y de los espectáculos populares que Roma acoge este fin de semana. 

“Saludo con afecto a todos los peregrinos y les doy las gracias porque con su música y sus representaciones alegran la fiesta, la fiesta de Cristo Buen Pastor: sí, es Él quien guía a  la Iglesia mediante su Espíritu Santo”, remarcó. 


Al reflexionar sobre el Evangelio del día  (Jn 10,27), afirmó que Jesús “conoce a sus ovejas, y que ellas escuchan su voz y le siguen”.

“Tengo la alegría de rezar con ustedes y con todo el Pueblo de Dios por las vocaciones, especialmente al sacerdocio y a la vida religiosa. ¡La Iglesia los necesita!”, exclamó. 

También señaló la importancia de que los jóvenes “encuentren en nuestras comunidades acogida, escucha,  estímulo en su camino vocacional, y que puedan contar con modelos creíbles de entrega generosa a  Dios y a sus hermanos”.


En este sentido, exhortó a los fieles a seguir la invitación del Papa Francisco durante la Jornada por las vocaciones y “acoger y acompañar a los jóvenes”. 

“Roguemos al Padre celestial el ser, los unos para los otros, cada uno según su estado, pastores “según su corazón” (cf. Jr 3,15), capaces de  ayudarnos mutuamente a caminar en el amor y en la verdad”, dijo a continuación. 

Por último, pidió la intercesión de la Virgen María, “cuya vida fue toda una respuesta a la llamada del Señor, nos acompañe  siempre en el seguimiento de Jesús”.

León XIV pide por el fin de las guerras en Gaza y Ucrania

Luego del rezo del Regina Coeli, el Santo Padre hizo un llamado a poner fin a los conflictos que siguen desangrando Ucrania y la franja de Gaza.

Indicó que luego de la trágica Segunda Guerra Mundial que dejó más de 60 millones de muertos, hoy el mundo se enfrenta a otra guerra mundial a pedazos, "como muchas veces lo afirmaba el Papa Francisco".

"¡Nunca más la guerra!", exclamó León XIV. "Llevo en mi corazón el sufrimiento del amado pueblo ucraniano", afirmó, y pidió que se liberen a todos los prisioneros y que los niños puedan regresar a sus casas.

"Me causa mucho dolor lo que está sucediendo en la franja de Gaza. Que cese inmediatamente el fuego y que se lleve ayuda humanitaria a la extenuada población civil y que se liberen a todos los prisioneros", añadió León XIV, quien a la vez expresó su satisfacción por el cese al fuego entre India y Pakistán.

Finalmente, el Santo Padre recordó que este domingo en Italia y muchos países se celebra el Día de la Madre. "Envío un saludo a todas las madres con una oración por ellas y también por las que están ya en Cielo", expresó.


 

EL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 11 DE MAYO DE 2025 - IV DOMINGO DE PASCUA, DOMINGO DEL BUEN PASTOR


 Domingo 4 (C) de Pascua

Domingo 11 de mayo de 2025




1ª Lectura (Hch 13,14.43-52): En aquellos días, Pablo y Bernabé desde Perge siguieron hasta Antioquia de Pisidia; el sábado entraron en la sinagoga y tomaron asiento. Muchos judíos y prosélitos practicantes se fueron con Pablo y Bernabé, que siguieron hablando con ellos, exhortándolos a ser fieles a la gracia de Dios. El sábado siguiente, casi toda la ciudad acudió a oír la palabra de Dios. Al ver el gentío, a los judíos les dio mucha envidia y respondían con insultos a las palabras de Pablo.


Entonces Pablo y Bernabé dijeron sin contemplaciones: «Teníamos que anunciaros primero a vosotros la palabra de Dios; pero como la rechazáis y no os consideráis dignos de la vida eterna, sabed que nos dedicamos a los gentiles. Así nos lo ha mandado el Señor: ‘Yo te haré luz de los gentiles, para que lleves la salvación hasta el extremo de la tierra’».


Cuando los gentiles oyeron esto, se alegraron y alababan la palabra del Señor; y los que estaban destinados a la vida eterna creyeron. La palabra del Señor se iba difundiendo por toda la región. Pero los judíos incitaron a las señoras distinguidas y devotas y a los principales de la ciudad, provocaron una persecución contra Pablo y Bernabé y los expulsaron del territorio. Ellos sacudieron el polvo de los pies, como protesta contra la ciudad, y se fueron a Iconio. Los discípulos quedaron llenos de alegría y de Espíritu Santo.



Salmo responsorial: 99

R/. Somos su pueblo y ovejas de su rebaño.

Aclama al Señor, tierra entera, servid al Señor con alegría, entrad en su presencia con vítores.


Sabed que el Señor es Dios: que él nos hizo, y somos suyos, su pueblo y ovejas de su rebaño.


«El Señor es bueno, su misericordia es eterna, su fidelidad por todas las edades».

2ª Lectura (Ap 7,9.14b-17): Yo, Juan, vi una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, raza, pueblo y lengua, de pie delante del trono y del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos. Y uno de los ancianos me dijo: «Éstos son los que vienen de la gran tribulación: han lavado y blanqueado sus vestiduras en la sangre del Cordero. Por eso están ante el trono de Dios, dándole culto día y noche en su templo. El que se sienta en el trono acampará entre ellos. Ya no pasarán hambre ni sed, no les hará daño el sol ni el bochorno. Porque el Cordero que está delante del trono será su pastor, y los conducirá hacia fuentes de aguas vivas. Y Dios enjugara las lágrimas de sus ojos».

Versículo antes del Evangelio (Jn 10,14): Aleluya. Yo soy el buen pastor, dice el Señor; yo conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí. Aleluya.

Texto del Evangelio (Jn 10,27-30): En aquel tiempo, dijo Jesús: «Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre y nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos y nadie puede arrebatarlas de la mano de mi Padre. Yo y el Padre somos uno».



«Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco»

P. Josep LAPLANA OSB Monje de Montserrat

(Montserrat, Barcelona, España)



Hoy, la mirada de Jesús sobre los hombres es la mirada del Buen Pastor, que toma bajo su responsabilidad a las ovejas que le son confiadas y se ocupa de cada una de ellas. Entre Él y ellas crea un vínculo, un instinto de conocimiento y de fidelidad: «Escuchan mi voz, y yo las conozco y ellas me siguen» (Jn 10,27). La voz del Buen Pastor es siempre una llamada a seguirlo, a entrar en su círculo magnético de influencia.


Cristo nos ha ganado no solamente con su ejemplo y con su doctrina, sino con el precio de su Sangre. Le hemos costado mucho, y por eso no quiere que nadie de los suyos se pierda. Y, con todo, la evidencia se impone: unos siguen la llamada del Buen Pastor y otros no. El anuncio del Evangelio a unos les produce rabia y a otros alegría. ¿Qué tienen unos que no tengan los otros? San Agustín, ante el misterio abismal de la elección divina, respondía: «Dios no te deja, si tú no le dejas»; no te abandonará, si tu no le abandonas. No des, por tanto, la culpa a Dios, ni a la Iglesia, ni a los otros, porque el problema de tu fidelidad es tuyo. Dios no niega a nadie su gracia, y ésta es nuestra fuerza: agarrarnos fuerte a la gracia de Dios. No es ningún mérito nuestro; simplemente, hemos sido “agraciados”.


La fe entra por el oído, por la audición de la Palabra del Señor, y el peligro más grande que tenemos es la sordera, no oír la voz del Buen Pastor, porque tenemos la cabeza llena de ruidos y de otras voces discordantes, o lo que todavía es más grave, aquello que los Ejercicios de san Ignacio dicen «hacerse el sordo», saber que Dios te llama y no darse por aludido. Aquel que se cierra a la llamada de Dios conscientemente, reiteradamente, pierde la sintonía con Jesús y perderá la alegría de ser cristiano para ir a pastar a otras pasturas que no sacian ni dan la vida eterna. Sin embargo, Él es el único que ha podido decir: «Yo les doy la vida eterna» (Jn 10,28).

TENEMOS UN BUEN PASTOR - EN ÉL SOMOS UNO - EN CRISTO SOMOS UNO - MEDITACIÓN DEL EVANGELIO DOMINGO 11 DE MAYO DE 2025



Tenemos un Buen Pastor


Así como se ha nombrado el Segundo Domingo de la Pascua “Domingo de la Divina Misericordia”, se llama este Cuarto Domingo de la Pascua “Domingo del Buen Pastor”. Siempre en este domingo leemos parte del discurso del Buen Pastor encontrado en el Evangelio según San Juan.

 

Hoy hemos leído lo que constituye la conclusión del discurso.  La lectura recalca tres temas. Primero, sus ovejas escuchan la voz de Jesús, el Buen Pastor. Eso es, sus seguidores oyen y aceptan sus palabras. Aunque retan (“ustedes también deben lavarse los pies unos a otros”), igualmente consuelan (“No los dejaré huérfanos; volverá a ustedes”). Sea castigando o sea apoyando, la voz del Buen Pastor siempre dice la verdad que nos hace libres.      

 

Segundo, nadie arrebata las ovejas de las manos del Buen Pastor. No es posible porque las ovejas solo siguen su voz. Las ovejas saben que él los guiará a las praderas verdes de la vida eterna. Si alguien ha huido a religiones no cristianas, es porque no ha escuchado la voz del Pastor.

 

Finalmente, Jesús dice que él y el Padre son uno. La frase no pretende ser prueba que Jesús es Dios. Más bien, indica que los dos, Padre e Hijo, son unidos en el amor. Durante la Última Cena con sus discípulos Jesús orará al Padre que todos sus discípulos sean así unidos: “Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros” (17,21b). 

 

El nuevo papa León XIV es el sucesor de Pedro, quien Jesús eligió para ser su vicario. Como Pedro habló con la voz de Cristo, así tiene que hablar el nuevo papa. Debe pasar fielmente las enseñanzas de Jesús para que no desvíe la gente del camino a la vida. Igualmente necesario, tiene que mantener a todos cerca de él de modo que nadie las arrebate. Esto implica que la gente se sienta su amor. El papa Francisco ganó el afecto del mundo cuando besó al hombre cuyo rostro fue cubierto con tumores. Esperamos que el nuevo papa no falte este género del amor demostrable.

 

No ha habido grandes números saliendo de creencia en Jesucristo para otras religiones. Sin embargo, muchos cristianos han rechazado al papa como su vicario. Primero los ortodoxos se separaron de la Iglesia Católica. Luego, los evangélicos han negado la autoridad del Obispo de Roma. Muchos de este segundo grupo han aceptado prácticas morales que no corresponden a las de la Iglesia Católica. El nuevo papa debe buscar caminos que unificarán a ellos, por lo menos en obras caritativas y esperanzas como es el caso en la fe y el Bautismo.

 

Además de ser pastor, el nuevo papa tendrá otros papeles. Así como Pedro, tiene que ser pescador de hombres y mujeres. Como una fuerza moral conocida por casi el mundo entero, tiene que recordar a los líderes nacionales de la necesidad de resolver conflictos con diálogo y compromiso. Uno de los mejores papas en la historia nombró otro papel para el papado. San Gregorio Magno llamó a sí mismo y a todos papas que han ocupado el oficio, “servidor de los servidores de Dios”. Como Cristo y todos cristianos, el papa tiene que servir.



P. Carmelo Mele OP

HOY CELEBRAMOS EL CUARTO DOMINGO DE PASCUA - DOMINGO DEL BUEN PASTOR - 11 DE MAYO DE 2025






HOY CELEBRAMOS EL CUARTO DOMINGO DE PASCUA

Domingo del Buen Pastor

Domingo 11 de mayo de 2025



 Hoy, 11 de mayo, la Iglesia celebra el Cuarto Domingo de Pascua, tradicionalmente conocido como el Domingo del Buen Pastor. También hoy se celebra la 62.ª Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones.


Han pasado ya tres semanas desde el Domingo de Resurrección y hoy la Iglesia nos invita a volver sobre la persona de Jesús, a quien el Evangelio presenta “como el verdadero pastor, que defiende, conoce y ama a sus ovejas” (Papa Francisco).


Meditar en Jesús, el Buen Pastor, es reconocer que Él es el centro y razón de ser de la Pascua -‘cincuentena’ como “un solo día”, que prefigura la eternidad una vez vencida la muerte-. Sigamos, pues, con el ánimo al tope durante el resto del Tiempo Pascual. Compartamos el gozo de la resurrección del Señor con quien tengamos cerca. Que a cada día no le falte un ¡Aleluya!


IV Domingo de Pascua: "Mis ovejas escuchan mi voz”

La lectura del Evangelio está tomada del relato de San Juan (Jn 10, 27-30) quien recoge un fragmento del discurso de Jesús, quien se presenta como el buen pastor que es capaz de dar la vida por sus ovejas, porque su amor no tiene medida. Jesús conoce a sus ovejas y ellas lo reconocen: solo Él es capaz de dar la vida eterna.

Jesús pronunciará un discurso en el que se revela cómo es la unidad de Dios con su rebaño. Jesús no es un “pastor asalariado”, es un pastor que ama, y por eso las ovejas lo reconocen. Si algo amenaza a las ovejas, Él las defenderá con su vida. Y ellas conocen a su pastor, como el pastor las conoce a ellas; de la misma manera como el Padre conoce al Hijo, y el hijo al Padre –”El Padre y yo somos uno"-. El Señor es el pastor que habrá de unir al redil y hará de este un solo rebaño. Finalmente Jesús recuerda que su rebaño le ha sido encomendado por el Padre, y que por eso “nadie se lo arrebatará”.


Así se pronunciará el nombre del nuevo Papa en las Misas en México

«¿Cómo podemos escuchar la voz del Señor y reconocerlo? En la predicación de los Apóstoles y de sus sucesores: en ella resuena la voz de Cristo, que llama a la comunión con Dios y a la plenitud de vida, como leemos hoy en el Evangelio de san Juan: «Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy vida eterna y no perecerán jamás, y nadie las arrebatará de mi mano» (Jn 10, 27-28). Sólo el buen Pastor custodia con inmensa ternura a su grey y la defiende del mal, y sólo en él los fieles pueden poner absoluta confianza.» (Papa Benedicto XVI, Regina Caeli, 25 de abril de 2010).


Evangelio según San Juan (Jn 10, 27-30)

En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: "Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy la vida eterna y no perecerán jamás; nadie las arrebatará de mi mano. Me las ha dado mi Padre, y él es superior a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. El Padre y yo somos uno".

viernes, 9 de mayo de 2025

UNA ORACIÓN POR EL PAPA LEÓN XIV




El recién elegido Papa León XIV, nacido como Robert Prevost en Chicago (Estados Unidos), se dirige a la multitud desde el balcón central de la Basílica de San Pedro por primera vez, el 8 de mayo de 2025. | Crédito: TIZIANA FABI / AFP vía Getty Images.

Una oración por el Papa León XIV



Una oración por el Papa

Señor, fuente de vida y verdad eternas,

concede a tu pastor un espíritu de valentía y recto juicio,

un espíritu de conocimiento y amor.

Que, gobernando con fidelidad a quienes le has confiado,

como sucesor del apóstol Pedro

y Vicario de Cristo, edifique tu Iglesia

como sacramento de unidad, amor

y paz para todo el mundo.

Amén.

V/ Oremos por el Papa.

R/ Que el Señor lo conserve, le conceda una larga vida, lo haga dichoso en la tierra y no lo entregue al poder de sus enemigos.

V/ Que tu mano esté sobre tu siervo santo.

R/ Y sobre tu hijo, a quien has ungido.

Padre Nuestro...

Ave María...

Gloria...



Traducido y adaptado por el equipo de ACI Prensa. Publicado originalmente en el National Catholic Register. 

PRIMERA HOMILÍA DEL PAPA LEÓN XIV EN LA MISA CON LOS CARDENALES ELECTORES


Primera homilía del Papa León XIV en la Misa con los cardenales electores

El Papa León XIV pronuncia su primera homilía el 9 de mayo durante la Misa celebrada en la Capilla Sixtina. | Crédito: Vatican Media (captura de video)



El 9 de mayo el Papa León XIV celebró en la Capilla Sixtina su primera Misa como Pontífice y en la que estuvieron presentes los cardenales electores que participaron en el cónclave. En su homilía recordó que “Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios vivo, es decir, el único Salvador y el que nos revela el rostro del Padre”.

A continuación, la primera homilía pronunciada por el Papa León XIV:

«Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo» (Mt 16,16). Con estas palabras Pedro, interrogado por el Maestro junto con los otros discípulos sobre su fe en Él, expresa en síntesis el patrimonio que desde hace dos mil años la Iglesia, a través de la sucesión apostólica, custodia, profundiza y trasmite.

Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios vivo, es decir, el único Salvador y el que nos revela el rostro del Padre.

En Él Dios, para hacerse cercano a los hombres, se ha revelado a nosotros en los ojos confiados de un niño, en la mente inquieta de un joven, en los rasgos maduros de un hombre (cf. CONCILIO VATICANO II, Const. pastoral Gaudium et spes, 22), hasta aparecerse a los suyos, después de la resurrección, con su cuerpo glorioso. Nos ha mostrado así un modelo de humanidad santa que todos podemos imitar, junto con la promesa de un destino eterno que, sin embargo, supera todos nuestros límites y capacidades.

Pedro, en su respuesta, asume ambas cosas: el don de Dios y el camino que se debe recorrer para dejarse transformar, dimensiones inseparables de la salvación, confiadas a la Iglesia para que las anuncie por el bien de la humanidad. Nos las confía a nosotros, elegidos por Él antes de que nos formásemos en el vientre materno (cf. Jr 1,5), regenerados en el agua del Bautismo y, más allá de nuestros límites y sin ningún mérito propio, conducidos aquí y desde aquí enviados, para que el Evangelio se anuncie a todas las criaturas (cf. Mc 16,15).

Dios, de forma particular, al llamarme a través del voto de ustedes a suceder al primero de los Apóstoles, me confía este tesoro a mí, para que, con su ayuda, sea su fiel administrador en favor de todo el Cuerpo místico de la Iglesia; de modo que esta sea cada vez más la ciudad puesta sobre el monte (cf. Ap 21,10), arca de salvación que navega a través de las mareas de la historia, faro que ilumina las noches del mundo. Y esto no tanto gracias a la magnificencia de sus estructuras y a la grandiosidad de sus construcciones —como los monumentos en los que nos encontramos—, sino por la santidad de sus miembros, de ese «pueblo adquirido para anunciar las maravillas de aquel que los llamó de las tinieblas a su admirable luz» (1 P 2,9).

Con todo, por encima de la conversación en la que Pedro hace su profesión de fe, hay otra pregunta: «¿Qué dice la gente —pregunta Jesús—sobre el Hijo del hombre? ¿Quién dicen que es?» (Mt 16,13). No es una cuestión banal, al contrario, concierne a un aspecto importante de nuestro ministerio: la realidad en la que vivimos, con sus límites y sus potencialidades, sus cuestionamientos y sus convicciones.

«¿Qué dice la gente sobre el Hijo del hombre? ¿Quién dicen que es?» (Mt 16,13). Pensando en la escena sobre la que estamos reflexionando, podremos encontrar dos posibles respuestas a esta pregunta, que delinean otras tantas actitudes.

En primer lugar, está la respuesta del mundo. Mateo señala que la conversación entre Jesús y los suyos acerca de su identidad sucede en la hermosa ciudad de Cesarea de Filipo, rica de palacios lujosos, engarzada en un paraje natural encantador, a las faldas del Hermón, pero también sede de círculos crueles de poder y teatro de traiciones y de infidelidades. Esta imagen nos habla de un mundo que considera a Jesús una persona que carece totalmente de importancia, al máximo un personaje curioso, que puede suscitar asombro con su modo insólito de hablar y de actuar. Y así, cuando su presencia se vuelva molesta por las instancias de honestidad y las exigencias morales que solicita, este mundo no dudará en rechazarlo y eliminarlo.

Hay también otra posible respuesta a la pregunta de Jesús, la de la gente común. Para ellos el Nazareno no es un charlatán, es un hombre recto, un hombre valiente, que habla bien y que dice cosas justas, como otros grandes profetas de la historia de Israel. Por eso lo siguen, al menos hasta donde pueden hacerlo sin demasiados riesgos e inconvenientes. Pero lo consideran sólo un hombre y, por eso, en el momento del peligro, durante la Pasión, también ellos lo abandonan y se van, desilusionados.

Llama la atención la actualidad de estas dos actitudes. Ambas encarnan ideas que podemos encontrar fácilmente —tal vez expresadas con un lenguaje distinto, pero idénticas en la sustancia— en la boca de muchos hombres y mujeres de nuestro tiempo.

Hoy también son muchos los contextos en los que la fe cristiana se retiene un absurdo, algo para personas débiles y poco inteligentes, contextos en los que se prefieren otras seguridades distintas a la que ella propone, como la tecnología, el dinero, el éxito, el poder o el placer.

Hablamos de ambientes en los que no es fácil testimoniar y anunciar el Evangelio y donde se ridiculiza a quien cree, se le obstaculiza y desprecia, o, a lo sumo, se le soporta y compadece. Y, sin embargo, precisamente por esto, son lugares en los que la misión es más urgente, porque la falta de fe lleva a menudo consigo dramas como la pérdida del sentido de la vida, el olvido de la misericordia, la violación de la dignidad de la persona en sus formas más dramáticas, la crisis de la familia y tantas heridas más que acarrean no poco sufrimiento a nuestra sociedad.

No faltan tampoco los contextos en los que Jesús, aunque apreciado como hombre, es reducido solamente a una especie de líder carismático o a un superhombre, y esto no sólo entre los no creyentes, sino incluso entre muchos bautizados, que de ese modo terminan viviendo, en este ámbito, un ateísmo de hecho.

Este es el mundo que nos ha sido confiado, y en el que, como enseñó muchas veces el Papa Francisco, estamos llamados a dar testimonio de la fe gozosa en Jesús Salvador. Por esto, también para nosotros, es esencial repetir: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo» (Mt 16,16).

Es fundamental hacerlo antes de nada en nuestra relación personal con Él, en el compromiso con un camino de conversión cotidiano. Pero también, como Iglesia, viviendo juntos nuestra pertenencia al Señor y llevando a todos la Buena Noticia (cf. CONCILIO VATICANO II, Const. dogmática, Lumen gentium, 1).

Lo digo ante todo por mí, como Sucesor de Pedro, mientras inicio mi misión de Obispo de la Iglesia que está en Roma, llamada a presidir en la caridad la Iglesia universal, según la célebre expresión de S. Ignacio de Antioquía (cf. Carta a los Romanos, Proemio). Él, conducido en cadenas a esta ciudad, lugar de su inminente sacrificio, escribía a los cristianos que allí se encontraban: «en ese momento seré verdaderamente discípulo de Cristo, cuando el mundo ya no verá más mi cuerpo» (Carta a los Romanos, IV, 1). Hacía referencia a ser devorado por las fieras del circo —y así ocurrió—, pero sus palabras evocan en un sentido más general un compromiso irrenunciable para cualquiera que en la Iglesia ejercite un ministerio de autoridad, desaparecer para que permanezca Cristo, hacerse pequeño para que Él sea conocido y glorificado (cf. Jn 3,30), gastándose hasta el final para que a nadie falte la oportunidad de conocerlo y amarlo.

Que Dios me conceda esta gracia, hoy y siempre, con la ayuda de la tierna intercesión de María, Madre de la Iglesia.

DIOSIDENCIAS QUE OCURREN - PAPA LEÓN XIV



🚨🔥Diosidencias que ocurren!!


Esto puede ser buscarle coincidencias a las situaciones, sin embargo, el Papa Francisco presidió por última vez la Eucaristía en el jubileo de las fuerzas militares el 9 de febrero, ocasión en la que tuvo que pedirle al maestro de ceremonia que terminara de leer la homilía porque se sentía ya asfixiado. No obstante, el cardenal que le acompañó para la consagración en esa última eucaristía pública fue el entonces cardenal Prevost.


A los 5 días siguientes, el 14 de febrero, el Papa Francisco fue internado en el hospital y ya no volvió a presidir ninguna celebración eucarística pública. Hoy ese cardenal es el Papa León XIV. 

PAPA ELEGIDO LEÓN XIV FUE OBISPO EN CHICLAYO Y TIENE NACIONALIDAD PERUANA

 


PAPA ELEGIDO LEÓN XIV FUE OBISPO EN CHICLAYO Y TIENE NACIONALIDAD PERUANA


Cardenal Robert Prevost (69), de la orden de Los Agustinos y que durante 9 años fue obispo en la ciudad de Chiclayo fue elegido el nuevo Papa y adoptó el nombre de León XIV. Es nacido en EEUU, pero sirvió muchos años en Perú y adoptó la nacionalidad peruana.


El cardenal Robert Francis Prevost sirvió en la diócesis de Chiclayo, Perú, durante aproximadamente ocho años y medio.


📅 Cronología de su servicio en Chiclayo:

3 de noviembre de 2014: Nombrado por el Papa Francisco como administrador apostólico de la diócesis de Chiclayo.

12 de diciembre de 2014: Recibió la ordenación episcopal en la catedral de Chiclayo.

26 de septiembre de 2015: Fue nombrado oficialmente obispo de Chiclayo.

30 de enero de 2023: El Papa Francisco lo designó como prefecto del Dicasterio para los Obispos y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, trasladándose a Roma para asumir estos cargos.

Durante su tiempo en Chiclayo, el obispo Prevost se destacó por su enfoque pastoral y su cercanía con las comunidades locales. Además, fue elegido vicepresidente de la Conferencia Episcopal Peruana en 2018 y presidió la Comisión de Educación y Cultura de dicha conferencia entre 2019 y 2023.

Su experiencia en Perú, tanto en Chiclayo como en otras regiones, y su compromiso con la Iglesia latinoamericana, fueron factores clave en su posterior nombramiento como prefecto del Dicasterio para los Obispos y, más recientemente, en su elección como Papa León XIV el 8 de mayo de 2025.

¿SABÍAS QUÉ? LA CRUZ PECTORAL DEL PAPA LEÓN XIV ES UN SÍMBOLO QUE TRASCIENDE EL TIEMPO








 ✨ La cruz pectoral del Papa León XIV: 

Un símbolo que trasciende el tiempo ✨



¿Sabías que el Papa León XIV lleva una cruz pectoral súper especial? 😍 No es una cruz cualquiera: ¡contiene reliquias de San Agustín, Santa Mónica y otros santos agustinos! 🙏✨ Esta belleza fue diseñada por el padre Joseph Sciberras para celebrar el nombramiento de Monseñor Robert Prevost como cardenal. ¡Un detalle con mucho significado! 🎀

La cruz destaca por su increíble diseño: doble cruz en fino muaré y detalles en papel maché que son puro arte. 🎨❤️ No solo es bella, también simboliza la profunda herencia espiritual de la Iglesia y el compromiso con la fe desde el siglo XIII. 📜⛪

Para el Papa León XIV, llevar esta cruz es un recordatorio constante de sus raíces agustinianas y su misión espiritual. 🌿💡 Además, refleja un mensaje de esperanza y luz bajo la guía de la Virgen María y San Agustín. 🌟🙌

Un símbolo que no solo adorna, ¡sino que inspira! 💖

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