jueves, 5 de julio de 2018

EL EVANGELIO DE HOY JUEVES 5 JULIO 2018


Lecturas de hoy Jueves de la 13ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, jueves, 5 de julio de 2018



Primera lectura
Lectura de la profecía de Amós (7,10-17):

En aquellos días, Amasías, sacerdote de Casa-de-Dios, envió un mensaje a Jeroboam, rey de Israel: «Amós conjura contra ti en medio de Israel; la tierra ya no puede soportar sus palabras. Porque así predica Amós: "Morirá a espada Jeroboam. Israel saldrá de su país al destierro."» 
Dijo Amasías a Amós: «Vidente, vete y refúgiate en tierra de Judá; come allí tu pan y profetiza allí. No vuelvas a profetizar en Casa-de-Dios, porque es el santuario real, el templo del país.»
Respondió Amós: «No soy profeta ni hijo de profeta, sino pastor y cultivador de higos. El Señor me sacó de junto al rebaño y me dijo: "Ve y profetiza a mi pueblo de Israel." Y, ahora, escucha la palabra del Señor: Tú dices: "No profetices contra la casa de Israel, no prediques contra la casa de Isaac." Pues bien, así dice el Señor: "Tu mujer será deshonrada en la ciudad, tus hijos e hijas caerán a espada; tu tierra será repartida a cordel, tú morirás en tierra pagana, Israel saldrá de su país al destierro."»

Palabra de Dios


Salmo
Sal 18

R/. Los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos

La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye al ignorante. R/.

Los mandatos del Señor son rectos
y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos. R/.

La voluntad del Señor es pura
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos. R/.

Más preciosos que el oro,
más que el oro fino;
más dulces que la miel
de un panal que destila. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (9,1-8):

En aquel tiempo, subió Jesús a una barca, cruzó a la otra orilla y fue a su ciudad. Le presentaron un paralítico, acostado en una camilla. Viendo la fe que tenían, dijo al paralítico: «¡Ánimo, hijo!, tus pecados están perdonados.» 
Algunos de los escribas se dijeron: «Éste blasfema.» 
Jesús, sabiendo lo que pensaban, les dijo: «¿Por qué pensáis mal? ¿Qué es más fácil decir: "Tus pecados están perdonados", o decir: "Levántate y anda"? Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados.» 
Dijo, dirigiéndose al paralítico: «Ponte en pie, coge tu camilla y vete a tu casa."» Se puso en pie, y se fue a su casa. Al ver esto, la gente quedó sobrecogida y alababa a Dios, que da a los hombres tal potestad.

Palabra del Señor





Comentario al Evangelio de hoy jueves, 5 de julio de 2018
CR



Queridos amigos y amigas:

No hay nada como estar enfermo para valorar la salud. Ni el tener sed para valorar el agua… Cuando todo va bien, damos por supuesto lo que tenemos. Sólo cuando hemos pasado por la necesidad, podemos valorar lo que se nos regala.

El Evangelio de hoy comienza con una carencia: hay un hombre postrado. Quizá nació así. Quizá llevaba muchos años. Quizá estaba tan postrado, que ni pensaba en la posibilidad de ponerse en pie. Pero hay alguien que desea algo diferente para él. Los primeros en desearlo son los que tiene cerca, que le llevan a Jesús. Y Jesús sabe reconocerlo (“viendo la fe que tenían…”). Y también Él desea algo mejor para el que está postrado: que camine erguido.

Esa es la salvación que Jesús viene a traer: liberarnos del pecado que nos hace estar postrados, vivir de lo viejo, centrarnos en lo nuestro, hacer daño a otros… El que fue semejante a nosotros, excepto en el pecado, nos ofrece el perdón y nos abre a una vida nueva, recibida en el bautismo, que necesita ser actualizada cada día.

En un mundo donde en ocasiones se confunden el bien y el mal, y donde los intereses del Reino no siempre son los que prevalecen, la palabra de Jesús sigue siendo hoy provocadora: “Levántate y anda”. Reconocer lo que hay e impulsar una nueva situación. Palabra provocadora y necesaria. Ayer, hoy y siempre.

“Levántate y anda”. Para caminar erguidos –que no engreídos-. Para eso nos ha hecho Dios. Con capacidad de mirar a los ojos de los prójimos. Con la posibilidad de elevar la vista al horizonte que nos convoca y al cielo que nos protege, para descubrir al Dios que quiere lo mejor de nosotros y a los prójimos que necesitan ser llevados ante el Maestro.

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 5 JULIO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
5 julio


En las enseñanzas de Jesús encontramos respuestas para todos los problemas espirituales, bálsamo para todas las heridas y medicina para todos los pecados.

El Evangelio es la boca de Jesucristo, de la que salen las palabras que necesitamos en cada momento de nuestra vida.


P. Alfonso Milagro

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 4 JULIO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
4 Julio



Se aguarda con ansías la llegada del cartero, para leer la cara impacientemente esperada. Y esa carta vigente que Jesucristo mismo nos ha dejado escrita y que nos envía cada día desde el cielo, esa carta se llama "Evangelio", apenas si la esperamos y apenas si la hemos sacado del sobre.


P. Alfonso Milagro

BUENOS DÍAS





martes, 3 de julio de 2018

AVISO IMPORTANTE SOBRE EL PAPA FRANCISCO

Aviso Importante
Se suspende la Audiencia General y la Misa en Casa Santa Marta durante el mes de julio


Por: Redacción | Fuente: ACI Prensa 



La Sala de Prensa de la Santa Sede ha comunicado que durante el mes de julio se suspenderán las Audiencias Generales de los miércoles celebradas en la Plaza de San Pedro y la Misa que cada mañana el Papa Francisco celebra en la capilla de su residencia en la Casa Santa Marta.
Esta suspensión se produce todos los años en el mes de julio con la llegada del verano europeo, que suele ser el mes de descanso del Santo Padre. Sin embargo, a diferencia de la costumbre de los anteriores Pontífices, que durante ese mes se trasladaban al palacio pontificio de Castel Gandolfo, a pocos kilómetros de Roma, Francisco prefiere quedarse en el Vaticano.
Durante este tiempo se suspenden prácticamente todas las actividades oficiales del Papa, excepto el Ángelus dominical desde el Palacio Apostólico, aunque se mantiene una agenda de mínimos con algunas audiencias privadas y algunos encuentros de especial relevancia.
Por ejemplo, el Papa interrumpirá su descanso estival para asistir el próximo sábado 7 de julio al Encuentro con los Jefes de las Iglesias y de las Comunidades cristianas de Oriente Medio, que se celebrará en la localidad italiana de Bari.
Las Audiencias Generales se retomarán en el mes de agosto en el Aula Pablo VI, debido a que el calor sofocante del verano romano imposibilita su celebración en la Plaza de San Pedro.

ACEPTA LA REALIDAD


Acepta la realidad



Un signo de madurez es aceptar la realidad y poseer suficiente solidez y equilibrio para vivirla. La persona madura es objetiva: sabe valorarse a sí mismo sin dejar de valorar a los demás. Es capaz de tomar una decisión y sostenerla. Madurez es el arte de vivir en paz con lo que no se puede cambiar. Ejercítate en la sabiduría de “poner siempre los pies sobre la tierra”.

Un profesor de química al mismo tiempo que hacía experimentos solía dejar enseñanzas inolvidables. Una vez que tenía en la mano una botella de leche, la dejó caer en la batea del agua. Quedaron los vidrios y toda la leche se escurrió por el desagüe. “La leche está perdida, dijo. No podemos rescatarla más. Seamos más cuidadosos y no lloremos nunca por la leche derramada”.

Confía en el Señor y vigila tu mente para que no echen raíces ideas o emociones funestas que pueden dañarte y trabar las fuerzas de tu espíritu. Por una parte, mantén la vigilancia y, por otra, fortalece con la meditación los valores perdurables del amor, la paciencia, la serenidad y la alegría profunda. Que el Señor te bendiga y proteja en este crecimiento.



* Enviado por el P. Natalio

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 3 JULIO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
3 julio




En el Sagrario está Jesucristo en dos vasos sagrados: uno es el copón, otro es la custodia. Es una dicha poder servir de copón, pero es mayor la de ser ostensorio.

No tengas a Dios encerrado; muéstralo a los demás.


P. Alfonso Milagro

LA FE DE SANTO TOMÁS


La fe de Santo Tomás
¿Qué pensamos de Santo Tomás? ¿Nos sentimos identificados con él?


Por: Padre Nicolás Schwizer | Fuente: Homilías del Padre Nicolás Schwizer 




Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estando cerradas, por miedo a los judíos, las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: «La paz con vosotros». Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron de ver al Señor. Jesús les dijo otra vez: «La paz con vosotros. Como el Padre me envió, también yo os envío». Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos». Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Los otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor». Pero él les contestó: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos y no meto mi dedo en el agujero de los clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré». Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro y Tomás con ellos. Se presentó Jesús en medio estando las puertas cerradas, y dijo: «La paz con vosotros». Luego dice a Tomás: «Acerca aquí tu dedo y mira mis manos; trae tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo sino creyente». Tomás le contestó: «Señor mío y Dios mío». Dícele Jesús: «Porque me has visto has creído. Dichosos los que no han visto y han creído». Jesús realizó en presencia de los discípulos otras muchas señales que no están escritas en este libro. Estas han sido escritas para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre.

Reflexión
“Tomás, ¿porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto”. Estas palabras del Señor resucitado quieren insinuarnos a reflexionar, un poco, sobre nuestra fe cristiana. Además, el hombre pascual, el hombre nuevo que debe nacer en nosotros es, particularmente, un hombre de fe.

El tema de la fe es muy actual, hoy en día, porque el mundo está pasando por una evidente crisis de fe. Existe el proceso lento de la des-cristianización, de una paralización y aún de una extinción de la fe en el hombre moderno, y hasta en nuestras propias filas.

El tiempo de hoy huye de Dios, lo reconoce en el mejor de los casos, solamente como idea. No tiene ya un claro concepto de la persona de Dios ni de su influencia personal frente al mundo y frente a los acontecimientos de nuestra época.

Quizás también a nosotros nos pase un día, que debamos constatar: En el fondo ya no creo más en lo que he creído antes. Se perdió mi entusiasmo, mi fervor religioso. Y no nos sentimos por eso demasiado tristes; lo constatamos simplemente.

Nuestra vida de fe, nuestra propia vida espiritual, tiene sus altos y bajos. Tenemos épocas, en que todo nos anda mal, en que nos cuesta rezar, confesarnos, buscar a Dios. Pero, ¿qué pasará si estos estados se reiteran y llegan a ser duraderos?

En todo caso no podemos mantener viva nuestra fe en el ambiente frío del mundo moderno sin llevar una vida auténticamente espiritual y sin tener orden en esa vida espiritual, sin tener tiempo para meditar y rezar, sin tener tiempo para los que piensan y luchan como nosotros.

En esta situación la Iglesia nos muestra hoy la actitud de Santo Tomás. Tomás es un verdadero hombre moderno, un realista y existencialista, que no cree en más que en lo que toca, que no quiere vivir de ilusiones, que tiene miedo que lo engañen: “Si no veo en sus manos la señal de los clavos y si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo”.

Lo que nos impresiona en el caso de Tomas, primero, que nos lo hace tan simpático y a la vez contemporáneo, es la violencia de su resistencia. Son muy duras las condiciones que pone para su rendición. Una dureza tan terrible no puede provenir más que de un terrible sufrimiento. Él no quiere arriesgarse de nuevo, porque ya ha sufrido demasiado, porque - probablemente - ha sufrido más que los otros por la Pasión y Muerte de Jesús.

La respuesta de Jesús a las exigencias de Tomás es inaudita: Jesús las acepta y se somete a ellas: “Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado” y agrega Jesús: “No seas incrédulo, sino creyente”.

Y entonces. Santo Tomás, vencido por tanto amor y tanta indulgencia de Jesús. se siente transportado a una altura, a la que nadie ha llegado y exclama: “¡Señor mío y Dios mío!” Es el primero que llega con su fe hasta este extremo. Hasta ahora, ningún apóstol ha dicho a Jesús: tú eres mi Dios. De ese pobre Tomás, escéptico y exigente, obtiene Jesús uno de los actos de fe más hermosos de todo el Evangelio.

¿Y nosotros? Nosotros no vemos ni tocamos al Señor como Tomás. Sin embargo, nos pasa lo mismo que a él: Jesús está con nosotros, aún y sobre todo en medio de nuestra duda e incredulidad. para apoyamos y fortalecemos.

Nuestras crisis de fe son crisis de crecimiento y nos sirven para ser más adultos en nuestra fe, para acercarnos más y más a Dios. Los obstáculos son ocasiones de ascensión tal como la presa que obliga al agua a elevarse para darle una potencia nueva.

Porque la fe es una aventura permanente, un desafío continuo, un largo camino que tenemos que andar. Y cuándo adelantamos en este camino, tanto más debemos hacer saltos de fe. Es lo que dice San Pedro en una de sus cartas. “Tenemos que sufrir pruebas, para que sea purificada nuestra fe, como el oro por el fuego”.

Queridos hermanos, pidamos por eso en esta Eucaristía pascual, que Dios nos haga madurar y crecer en nuestra fe. Y que nuestras crisis de fe sean sólo crisis de crecimiento en nuestro caminar hacia la Casa del Padre.

Y pidámosle también a María, Madre de la fe, que nos regale la gracia de una fe firme y profunda en su Hijo Jesús, el Señor resucitado.

¡Qué así sea!
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Padre Nicolás Schwizer
Instituto de los Padres de Schoenstatt

PAPA FRANCISCO BENDICE CORONA DE LA VIRGEN DEL CARMEN


Papa Francisco bendice corona de la Virgen del Carmen
POR GISELLE VARGAS | ACI Prensa
Virgen Del Carmen Parroquia San Agustín y Bendición Papa Francisco Coronillas / Gentileza: Comunidades Parroquias San Agustín y Buen Consejo




El Papa Francisco bendijo las coronillas de la imagen de la Virgen del Carmen y del Niño Jesús, venerados en la parroquia San Agustín, Arquidiócesis de Concepción, en el sur de Chile.

El Santo Padre bendijo ambas coronas el 29 de junio, durante la Solemnidad de San Pedro y San Pablo en el Vaticano.

Durante la bendición, el P. Yuliano Viveros, párroco de San Agustín, entregó un escapulario de la Virgen del Carmen al Santo Padre y le explicó que este año se cumplieron 375 años de fundación de la primera cofradía dedicada a esta advocación mariana en Chile.


El Papa Francisco besó el escapulario y expresó: “Para que pueda hacer lo que tenga que hacer”.

El P. Viveros explicó que ahora esperan coronar la imagen de la Virgen del Carmen que está en la parroquia San Agustín, la efigie más antigua de esta advocación que existe en Chile.

Indicó que de esta forma se cumpliría “lo que quedó pendiente de la visita del Papa Francisco a Chile”; ya que la comunidad esperaba que el Santo Padre coronara la histórica imagen durante su visita a la región de Temuco, pero por temas de coordinación no se pudo concretar.


Cabe recordar que el Papa Francisco coronó una imagen de la Virgen del Carmen en cada lugar visitado: Santiago, Temuco e Iquique.

La bendición se dio en el marco de la “Ruta de la fe internacional: Agustinos de Chile en Italia”, peregrinación a Roma en la que participan 91 fieles de las parroquias San Agustín y El Buen Pastor, de la Arquidiócesis de Concepción.

La peregrinación comenzó el 24 de junio y concluirá el 7 de julio. Es organizado por el Área de Pastoral Parroquial de la Provincia Agustina de Chile para “promover la renovación de la fe de nuestros feligreses y fortalecer nuestra consagración bautismal y nuestra vocación de discípulos misioneros, al servicio del Reino de Dios”, dijo el P. Viveros.

EL EVANGELIO DE HOY MARTES 3 JULIO 2018

Creer sin ver
Santo Evangelio según San Juan 20, 24-29. Fiesta de Santo Tomás Apóstol.


Por: H. César Yali Molina Flores, L.C. | Fuente: missionkits.org 



En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, aumenta mi fe.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Del santo Evangelio según san Juan 20, 24-29
Tomás, uno de los Doce, a quien llamaban el Gemelo, no estaba con ellos cuando vino Jesús, y los otros discípulos le decían: "Hemos visto al Señor". Pero él les contestó:"Si no veo en sus manos la señal de los clavos y si no meto mi dedo en los agujeros de los clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré".
Ocho días después, estaban reunidos los discípulos a puerta cerrada y Tomás estaba con ellos. Jesús se presentó de nuevo en medio de ellos y les dijo: "La paz esté con ustedes".
Luego le dio a Tomás: "Aquí están mis manos; acerca tu dedo. Trae acá tu mano; métela en mi costado y no sigas dudando, sino cree". Tomás le respondió:"¡Señor mío y Dios mío!". Jesús añadió:"Tú crees porque me has visto; dichosos los que creen sin haber visto".
Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
El día de hoy el Evangelio invita a cada uno a que valore su fe, a crecer en la relación personal con Cristo, superando actitudes que pueden llevar a ver la Iglesia y la fe en Dios como una oportunidad para hacer vida social, para ser aceptado, para ser visto o porque el sacerdote (diácono, presbítero, obispo) me cae bien, me parece simpático; vale preguntarse, ¿cómo está mi fe en Dios? ¿Creo realmente o necesito pruebas?, ¿de qué tipo de pruebas?
Y esto gracias a las palabras de Tomás, quien dijo: "Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo." Lo primero que viene a la cabeza es decir "es un incrédulo", sin embargo, hay que ver la valentía en reconocer la debilidad de su fe y la necesidad de ver los signos sensibles que destruyen esquemas que dan como verdadero todo lo que viene de la razón y la ciencia.
Jesús, cuando se presenta, termina el breve coloquio, y dice a Tomás: "¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto." Tomás recibió las pruebas que destruyeron sus esquemas, pues vio cuanto es imposible para la razón y la ciencia.
Hoy en día, puede ser que alguno vea a Jesús tal cual lo vio Tomás, pero el resto no tiene esa dicha, y cada vez que Cristo se hace presente en la Eucaristía y el fiel se postra, Dios mismo le da el premio de los Bienaventurados porque cree, sin ver sensiblemente, que Cristo está presente, pues sus sentidos le dicen que ante lo que se postra es ante un trozo de pan y un poco de vino. No es fácil creer en Dios en un mundo obstinado en hacer creer que Dios no existe, pero si en medio de todo esto te postras ante Cristo Eucaristía, eres bienaventurada(o) porque es el Espíritu Santo que te mueve, a través de hábitos adquiridos, a reconocer la presencia de Dios en especies tan simples e insignificantes. Ánimo, no desfallezcas en las dificultades porque un día, como Tomás, verás a Dios cara a cara y te maravillarás al comprobar lo dichosa(o) que fuiste al creer sin haber visto.
Que san José y la Virgen María te guíen en el camino de fe que Dios te invita a recorrer.
El divino Maestro había anunciado varias veces que iba a resucitar de entre los muertos y ya había dado también pruebas de ser el Señor de la vida. Sin embargo, la experiencia de su muerte había sido tan fuerte que todos tenían necesidad de un encuentro directo con Él para creer en su resurrección: los Apóstoles en el Cenáculo, los discípulos en el camino a Emaús, las piadosas mujeres junto al sepulcro... También Tomás lo necesitaba. Cuando su incredulidad se encontró con la experiencia directa de la presencia de Cristo, el Apóstol que había dudado pronunció esas palabras con las que se expresa el núcleo más íntimo de la fe: Si es así, si Tú verdaderamente estás vivo aunque te mataron, quiere decir que eres "mi Señor y mi Dios"
(San Juan Pablo II, Discurso, 19 de agosto del 2000).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy haré una visita a Jesús en Sagrario, le agradeceré el don de la fe que me ha dado desde mi bautizo y le pediré que me ayude a conservarla hasta el último día de mi vida.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

BUENAS NOCHES





lunes, 2 de julio de 2018

PARA RESTAURAR LA PAZ


Para restaurar la paz



Al fin de una jornada agitada de lucha y de trabajo, nada ayuda tanto a restaurar la paz en el alma como una oración llena de confianza en el Señor. En efecto, en él encontramos un refugio seguro, un guardián siempre vigilante, un pastor que nos acompaña con solícito cuidado. El himno litúrgico que te ofrezco te introducirá en este ambiente de celestial compañía.

Ya el sol del firmamento se retira, mas tu fuego, Señor, alumbra siempre;en nuestros anhelantes corazones, derrama, ¡oh Trinidad!, tu amor perenne.

Contentos te servimos en el día y fervientes ahora suplicamos
asocies nuestras almas y canciones al coro de tus ángeles y santos.
La gloria y alabanza sempiterna tributamos al Padre y a su Hijo,
y a ti, Divino Espíritu de entrambos damos gracias por siglos infinitos.  

“Y ahora bendecid al Señor, los siervos del Señor, los que pasáis la noche en la casa del Señor. Levantad las manos hacia el santuario, y bendecid al Señor. El Señor te bendiga desde Sión, el que hizo cielo y tierra (Salmo 134). “Suba, Señor, a ti mi oración, como incienso en tu presencia” (Salmo 141). Que la gratitud y la alabanza cierren cada día tu jornada.



* Enviado por el P. Natalio

LA VIDA, UN LABERINTO


La vida un laberinto




Tener fe es haber descubierto el inmenso amor que Dios tiene por ti; y, ante tan enorme y fascinante hallazgo, organizar tu vida como una respuesta fiel y coherente. El Espíritu de Dios, Espíritu de amor, te ayude a interiorizar este pensamiento en la meditación, porque está en el centro de la auténtica relación con el Señor.

La vida no es un pasillo recto y fácil... por el que viajamos libres y sin obstáculos, sino un laberinto de pasajes en el que debemos hallar nuestro camino, perdidos y confundidos, una y otra vez, atrapados en un callejón sin salida. Pero, si tenemos fe, Dios siempre nos abrirá una puerta que aunque tal vez no sea la que queríamos, al final será buena para nosotros. A. Cronin

No basta escuchar y conocer las verdades de la fe: hay que vivirlas. “Dichoso el hombre que escucha la Palabra de Dios y la practica”. Sólo así tu vida adquirirá consistencia y nada la derribará, pasarás victorioso las pruebas de este mundo perecedero y tendrás junto a Dios una morada de eterna felicidad. El Señor te asista en el combate de la fe.


* Enviado por el P. Natalio

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 2 JULIO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
2 julio



El cristiano ha de ser un testigo, según les dice el Señor Jesús a los apóstoles: Serán mis testigos.

Ser testigos es vivir de tal manera, que la vida no tendría ninguna explicación si Dios no existiera.

¿Se diferencia tu vida de la vida del que no cree en Dios?



P. Alfonso Milagro

ELECCIONES EN MÉXICO, OBISPOS SE PRONUNCIAN TRAS VICTORIA DE LÓPEZ OBRADOR


Elecciones en México: Obispos se pronuncian tras victoria de López Obrador
Redacción ACI Prensa
 Foto: ACI Prensa.




La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) saludó y felicitó a Andrés Manuel López Obrador por la victoria en las elecciones presidenciales del 1 de julio, y aseguró que “todos estamos llamados a colaborar, de forma positiva con nuestras autoridades electas”.

El 1 de julio los mexicanos votaron por candidatos a más de 18 mil cargos públicos. Entre ellos, se eligió al nuevo presidente de México y a nuevos diputados y senadores.

El conteo rápido presidencial del Instituto Nacional Electoral da como ganador con el 53% de los votos a López Obrador, candidato de la coalición de izquierda “Juntos Haremos Historia”.

Los competidores de López Obrador reconocieron su derrota en las elecciones.


En un comunicado publicado el 2 de julio, los obispos mexicanos destacaron que la jornada electoral del domingo “fue en general, ordenada y serena”.

“Detrás de este esfuerzo democrático está la dignidad y libertad de cada ser humano, llamado a participar en la vida social”.

“Nuestro reconocimiento a las autoridades electorales, así como a todos los ciudadanos en general. Gobierno y sociedad, trabajando juntos, podemos hacer grandes cosas”, señalaron.

Los obispos mexicanos subrayaron que “solo podremos crear mejores condiciones de desarrollo para todos, si nos involucramos en primera persona, en el mejoramiento de nuestros municipios, entidades federativas y de toda la República Mexicana”.

“Ningún gobernante por sí mismo tiene todas las ideas y todas las soluciones. Es responsabilidad nuestra seguir participando cívicamente, siempre con respeto de los derechos humanos y del auténtico bien común”.

La CEM subrayó también que “la educación y el combate a la pobreza, la verdad y la libertad, el respeto a la diferencia y la búsqueda de consensos, son los caminos para vencer la desigualdad, el egoísmo y el abuso”.

Además, expresaron su condena a “los actos de violencia suscitados en algunas localidades del país, especialmente aquellos que atentaron en contra de la vida humana”.

Los obispos alentaron a los creyentes del país “a unirnos en oración, para agradecer y consolidar este momento cívico-político”.

“A los católicos, en especial, los exhortamos a redoblar su compromiso para que el testimonio de nuestra entrega y generosidad, iluminen la vida social, con el evangelio de la vida, de la paz y de la solidaridad”.

La CEM aseguró que “seguiremos implorando la protección maternal de Santa María de Guadalupe, quien nos impulsa a construir un México reconciliado, justo y fraterno que reivindique la dignidad de los más pobres y excluidos, la vida del no-nacido, el bien de nuestras familias y la auténtica libertad religiosa”.

“La Virgen del Tepeyac es Patrona de nuestra libertad y lugar de acogida para todos. Por su intercesión la ayuda del cielo nunca nos faltará”, concluyeron los obispos.

NOVENA A SAN BENITO ABAD, 2 AL 10 JULIO, PATRÓN DE EUROPA


Novena a San Benito, Patrón de Europa
2 al 10 de julio 


 (ACI).- Cercanos a la fiesta San Benito Abad que se celebra cada 11 de julio, ACI Prensa ofrece una novena de preparación en honor al Patrón de Europa y Patriarca de los monjes occidentales.

Por su legado e influencia este santo es uno de los más venerados de toda la cristiandad. Su amor y fuerza los encontró en Cristo crucificado y, como exorcista, sometió a los espíritus malignos con la famosa “cruz de San Benito”.



Primer Día de la Novena a San Benito


Oración preparatoria para todos los días

Te saludamos con filial afecto, oh glorioso Padre San Benito, obrador de maravillas, cooperador de Cristo en la obra de salvación de las almas. ¡Oh Patriarca de los monjes! Mira desde el cielo la viña que plantó tu mano. Multiplica el número de tus hijos, y santifícalos. Protege de un modo especial a cuantos nos ponemos con filial cariño bajo tu amparo y filial protección. Ruega por los enfermos, por los tentados, por los afligidos, por los pobres, y por nosotros que te somos devotos. Alcánzanos a todos una muerte tranquila y santa como la tuya. Aparta de nosotros en aquella hora suprema las asechanzas del enemigo, y aliéntanos con tu dulce presencia. Ahora consíguenos la gracia especial que te pedimos en esta novena...

Primer día de la Novena a San Benito

¡Oh glorioso San Benito, que desde tu infancia reconociste la vanidad del mundo y únicamente deseaste los bienes eternos! Alcánzanos un vivo deseo del cielo y que recordemos frecuentemente a Dios, nuestro último fin, y hacia Él ordenemos toda nuestra vida para que en todo Él sea glorificado.

San Benito, ruega por nosotros. Tres Avemarías. Concluir con la oración final.

Oración final para todos los días

¡Oh glorioso San Benito, que desde el cielo eres padre piadoso para nosotros tus devotos! Tu gran poder ante Dios se reconoce hoy, más que nunca, gracias a la medalla que viene honrada con tu nombre, por la multitud de prodigios y favores que por su medio Dios nos ofrece. Ruega por todos los que acudimos a ti. Alcánzanos del Señor, todas la gracias que nos son necesarias durante esta vida y especialmente la gracia por la cual hacemos esta novena. San Benito, ruega por nosotros.

Concluir con un Padrenuestro, Avemaría y Gloria.



Segundo Día de la Novena a San Benito

Oración preparatoria para todos los días

Te saludamos con filial afecto, oh glorioso Padre San Benito, obrador de maravillas, cooperador de Cristo en la obra de salvación de las almas. ¡Oh Patriarca de los monjes! Mira desde el cielo la viña que plantó tu mano. Multiplica el número de tus hijos, y santifícalos. Protege de un modo especial a cuantos nos ponemos con filial cariño bajo tu amparo y filial protección. Ruega por los enfermos, por los tentados, por los afligidos, por los pobres, y por nosotros que te somos devotos. Alcánzanos a todos una muerte tranquila y santa como la tuya. Aparta de nosotros en aquella hora suprema las asechanzas del enemigo, y aliéntanos con tu dulce presencia. Ahora consíguenos la gracia especial que te pedimos en esta novena...

Segundo día de la Novena a San Benito

¡Oh glorioso San Benito, humilde de corazón, que supiste desdeñar las alabanzas de los hombres! Alcánzanos la humildad, tú que amaste a Dios sobre todas las cosas y le entregaste sin reservas tu corazón, consíguenos también el amor de Dios. San Benito, ruega por nosotros. Tres Avemarías. Concluir con la oración final.

Oración final para todos los días

¡Oh glorioso San Benito, que desde el cielo eres padre piadoso para nosotros tus devotos! Tu gran poder ante Dios se reconoce hoy, más que nunca, gracias a la medalla que viene honrada con tu nombre, por la multitud de prodigios y favores que por su medio Dios nos ofrece. Ruega por todos los que acudimos a ti. Alcánzanos del Señor, todas la gracias que nos son necesarias durante esta vida y especialmente la gracia por la cual hacemos esta novena. San Benito, ruega por nosotros.

Concluir con un Padrenuestro, Avemaría y Gloria.



Tercer Día de la Novena a San Benito

Oración preparatoria para todos los días

Te saludamos con filial afecto, oh glorioso Padre San Benito, obrador de maravillas, cooperador de Cristo en la obra de salvación de las almas. ¡Oh Patriarca de los monjes! Mira desde el cielo la viña que plantó tu mano. Multiplica el número de tus hijos, y santifícalos. Protege de un modo especial a cuantos nos ponemos con filial cariño bajo tu amparo y filial protección. Ruega por los enfermos, por los tentados, por los afligidos, por los pobres, y por nosotros que te somos devotos. Alcánzanos a todos una muerte tranquila y santa como la tuya. Aparta de nosotros en aquella hora suprema las asechanzas del enemigo, y aliéntanos con tu dulce presencia. Ahora consíguenos la gracia especial que te pedimos en esta novena...

Tercer día de la Novena a San Benito

¡Oh glorioso San Benito, que consagraste tus labios a la oración y cantaste noche y día las alabanzas divinas! Alcánzanos el espíritu de oración. Tú, que cual lirio entre espinas, guardaste una castidad angelical por medio de la humildad, de la vigilancia continua, de la oración y de la mortificación de los sentidos, consíguenos el don de la pureza.San Benito, ruega por nosotros. Tres Avemarías. Concluir con la oración final.

Oración final para todos los días

¡Oh glorioso San Benito, que desde el cielo eres padre piadoso para nosotros tus devotos! Tu gran poder ante Dios se reconoce hoy, más que nunca, gracias a la medalla que viene honrada con tu nombre, por la multitud de prodigios y favores que por su medio Dios nos ofrece. Ruega por todos los que acudimos a ti. Alcánzanos del Señor, todas la gracias que nos son necesarias durante esta vida y especialmente la gracia por la cual hacemos esta novena. San Benito, ruega por nosotros.

Concluir con un Padrenuestro, Avemaría y Gloria.



Cuarto Día de la Novena a San Benito

Oración preparatoria para todos los días

Te saludamos con filial afecto, oh glorioso Padre San Benito, obrador de maravillas, cooperador de Cristo en la obra de salvación de las almas. ¡Oh Patriarca de los monjes! Mira desde el cielo la viña que plantó tu mano. Multiplica el número de tus hijos, y santifícalos. Protege de un modo especial a cuantos nos ponemos con filial cariño bajo tu amparo y filial protección. Ruega por los enfermos, por los tentados, por los afligidos, por los pobres, y por nosotros que te somos devotos. Alcánzanos a todos una muerte tranquila y santa como la tuya. Aparta de nosotros en aquella hora suprema las asechanzas del enemigo, y aliéntanos con tu dulce presencia. Ahora consíguenos la gracia especial que te pedimos en esta novena...

Cuarto día de la Novena a San Benito

¡Oh glorioso San Benito que venciste al demonio y triunfaste de sus engaños! Alcánzanos la gracia de resistir sus sugestiones y de huir de toda ocasión de pecado. Tú que enseñando una vida austera, de renuncia y trabajo, aborreciste la ociosidad, inspíranos amor al trabajo y a la abnegación de nosotros mismo para seguir a Cristo. San Benito, ruega por nosotros. Tres Avemarías. Concluir con la oración final.

Oración final para todos los días

¡Oh glorioso San Benito, que desde el cielo eres padre piadoso para nosotros tus devotos! Tu gran poder ante Dios se reconoce hoy, más que nunca, gracias a la medalla que viene honrada con tu nombre, por la multitud de prodigios y favores que por su medio Dios nos ofrece. Ruega por todos los que acudimos a ti. Alcánzanos del Señor, todas la gracias que nos son necesarias durante esta vida y especialmente la gracia por la cual hacemos esta novena. San Benito, ruega por nosotros.

Concluir con un Padrenuestro, Avemaría y Gloria.



Quinto Día de la Novena a San Benito

Oración preparatoria para todos los días

Te saludamos con filial afecto, oh glorioso Padre San Benito, obrador de maravillas, cooperador de Cristo en la obra de salvación de las almas. ¡Oh Patriarca de los monjes! Mira desde el cielo la viña que plantó tu mano. Multiplica el número de tus hijos, y santifícalos. Protege de un modo especial a cuantos nos ponemos con filial cariño bajo tu amparo y filial protección. Ruega por los enfermos, por los tentados, por los afligidos, por los pobres, y por nosotros que te somos devotos. Alcánzanos a todos una muerte tranquila y santa como la tuya. Aparta de nosotros en aquella hora suprema las asechanzas del enemigo, y aliéntanos con tu dulce presencia. Ahora consíguenos la gracia especial que te pedimos en esta novena...

Quinto día de la Novena a San Benito

¡Oh glorioso San Benito, que amaste el silencio, y no abriste la boca jamás a palabras ligeras e impuras, a quejas, murmuraciones, y a juicios contra el amor al prójimo! Alcánzanos la gracia de no decir jamás palabras impuras y contra la caridad, a perdonar y guardar nuestra lengua de todo pecado. San Benito, ruega por nosotros. Tres Avemarías. Concluir con la oración final.

Oración final para todos los días

¡Oh glorioso San Benito, que desde el cielo eres padre piadoso para nosotros tus devotos! Tu gran poder ante Dios se reconoce hoy, más que nunca, gracias a la medalla que viene honrada con tu nombre, por la multitud de prodigios y favores que por su medio Dios nos ofrece. Ruega por todos los que acudimos a ti. Alcánzanos del Señor, todas la gracias que nos son necesarias durante esta vida y especialmente la gracia por la cual hacemos esta novena. San Benito, ruega por nosotros.

Concluir con un Padrenuestro, Avemaría y Gloria.




Sexto Día de la Novena a San Benito


Oración preparatoria para todos los días

Te saludamos con filial afecto, oh glorioso Padre San Benito, obrador de maravillas, cooperador de Cristo en la obra de salvación de las almas. ¡Oh Patriarca de los monjes! Mira desde el cielo la viña que plantó tu mano. Multiplica el número de tus hijos, y santifícalos. Protege de un modo especial a cuantos nos ponemos con filial cariño bajo tu amparo y filial protección. Ruega por los enfermos, por los tentados, por los afligidos, por los pobres, y por nosotros que te somos devotos. Alcánzanos a todos una muerte tranquila y santa como la tuya. Aparta de nosotros en aquella hora suprema las asechanzas del enemigo, y aliéntanos con tu dulce presencia. Ahora consíguenos la gracia especial que te pedimos en esta novena...

Sexto día de la Novena a San Benito

¡Oh glorioso San Benito, que fuiste blanco de persecuciones y guardaste la paz de tu alma por medio de la dulzura de la paciencia! Alcánzanos el don de la paciencia y la gracia de perdonar las ofensas, tú que perdonaste a los que atentaron contra tu vida y te expulsaron de tu país, y que misericordiosamente pediste al Señor les perdonara, llorando su ceguera y terrible fin. San Benito, ruega por nosotros. Tres Avemarías. Concluir con la oración final.

Oración final para todos los días

¡Oh glorioso San Benito, que desde el cielo eres padre piadoso para nosotros tus devotos! Tu gran poder ante Dios se reconoce hoy, más que nunca, gracias a la medalla que viene honrada con tu nombre, por la multitud de prodigios y favores que por su medio Dios nos ofrece. Ruega por todos los que acudimos a ti. Alcánzanos del Señor, todas la gracias que nos son necesarias durante esta vida y especialmente la gracia por la cual hacemos esta novena. San Benito, ruega por nosotros.

Concluir con un Padrenuestro, Avemaría y Gloria.



Séptimo Día de la Novena a San Benito

Oración preparatoria para todos los días

Te saludamos con filial afecto, oh glorioso Padre San Benito, obrador de maravillas, cooperador de Cristo en la obra de salvación de las almas. ¡Oh Patriarca de los monjes! Mira desde el cielo la viña que plantó tu mano. Multiplica el número de tus hijos, y santifícalos. Protege de un modo especial a cuantos nos ponemos con filial cariño bajo tu amparo y filial protección. Ruega por los enfermos, por los tentados, por los afligidos, por los pobres, y por nosotros que te somos devotos. Alcánzanos a todos una muerte tranquila y santa como la tuya. Aparta de nosotros en aquella hora suprema las asechanzas del enemigo, y aliéntanos con tu dulce presencia. Ahora consíguenos la gracia especial que te pedimos en esta novena...

Séptimo día de la Novena a San Benito

¡Oh glorioso San Benito, que animado por un ardiente celo para asistir al prójimo en sus necesidades, instruiste a los ignorantes, socorriste a los pobres, curaste a los enfermos, resucitaste a los muertos, libraste a los cautivos del demonio y de sus pasiones, consolaste a los afligidos y convertiste a los pecadores! Consíguenos la gracia de amar al prójimo y de hacer con él las obras de misericordia. San Benito, ruega por nosotros. Tres Avemarías. Concluir con la oración final.

Oración final para todos los días

¡Oh glorioso San Benito, que desde el cielo eres padre piadoso para nosotros tus devotos! Tu gran poder ante Dios se reconoce hoy, más que nunca, gracias a la medalla que viene honrada con tu nombre, por la multitud de prodigios y favores que por su medio Dios nos ofrece. Ruega por todos los que acudimos a ti. Alcánzanos del Señor, todas la gracias que nos son necesarias durante esta vida y especialmente la gracia por la cual hacemos esta novena. San Benito, ruega por nosotros.

Concluir con un Padrenuestro, Avemaría y Gloria.




Octavo Día de la Novena a San Benito


Oración preparatoria para todos los días

Te saludamos con filial afecto, oh glorioso Padre San Benito, obrador de maravillas, cooperador de Cristo en la obra de salvación de las almas. ¡Oh Patriarca de los monjes! Mira desde el cielo la viña que plantó tu mano. Multiplica el número de tus hijos, y santifícalos. Protege de un modo especial a cuantos nos ponemos con filial cariño bajo tu amparo y filial protección. Ruega por los enfermos, por los tentados, por los afligidos, por los pobres, y por nosotros que te somos devotos. Alcánzanos a todos una muerte tranquila y santa como la tuya. Aparta de nosotros en aquella hora suprema las asechanzas del enemigo, y aliéntanos con tu dulce presencia. Ahora consíguenos la gracia especial que te pedimos en esta novena...

Octavo día de la Novena a San Benito

¡Oh glorioso San Benito, que inundaste de consuelo el corazón de tu hermana Santa Escolástica, llenándolo del amor de Dios y de las bienaventuranzas del cielo! Concédenos la gracia de santificar nuestros afectos más queridos. San Benito, ruega por nosotros. Tres Avemarías. Concluir con la oración final.

Oración final para todos los días

¡Oh glorioso San Benito, que desde el cielo eres padre piadoso para nosotros tus devotos! Tu gran poder ante Dios se reconoce hoy, más que nunca, gracias a la medalla que viene honrada con tu nombre, por la multitud de prodigios y favores que por su medio Dios nos ofrece. Ruega por todos los que acudimos a ti. Alcánzanos del Señor, todas la gracias que nos son necesarias durante esta vida y especialmente la gracia por la cual hacemos esta novena. San Benito, ruega por nosotros.

Concluir con un Padrenuestro, Avemaría y Gloria.



Noveno Día de la Novena a San Benito


Oración preparatoria para todos los días

Te saludamos con filial afecto, oh glorioso Padre San Benito, obrador de maravillas, cooperador de Cristo en la obra de salvación de las almas. ¡Oh Patriarca de los monjes! Mira desde el cielo la viña que plantó tu mano. Multiplica el número de tus hijos, y santifícalos. Protege de un modo especial a cuantos nos ponemos con filial cariño bajo tu amparo y filial protección. Ruega por los enfermos, por los tentados, por los afligidos, por los pobres, y por nosotros que te somos devotos. Alcánzanos a todos una muerte tranquila y santa como la tuya. Aparta de nosotros en aquella hora suprema las asechanzas del enemigo, y aliéntanos con tu dulce presencia. Ahora consíguenos la gracia especial que te pedimos en esta novena...

Noveno día de la Novena a San Benito

¡Oh glorioso San Benito, cuya alma en tu dichosa muerte, fue elevada al cielo en medio de ángeles y santos, siendo consolados tus discípulos por la revelación de tu gloria! Concédenos del Señor, la gracia de la perseverancia final, de una buena muerte y de tu asistencia e intercesión en nuestro último día. San Benito, ruega por nosotros. Tres Avemarías. Concluir con la oración final.

Oración final para todos los días

¡Oh glorioso San Benito, que desde el cielo eres padre piadoso para nosotros tus devotos! Tu gran poder ante Dios se reconoce hoy, más que nunca, gracias a la medalla que viene honrada con tu nombre, por la multitud de prodigios y favores que por su medio Dios nos ofrece. Ruega por todos los que acudimos a ti. Alcánzanos del Señor, todas la gracias que nos son necesarias durante esta vida y especialmente la gracia por la cual hacemos esta novena. San Benito, ruega por nosotros.

Concluir con un Padrenuestro, Avemaría y Gloria.


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