lunes, 21 de septiembre de 2020

ORACIÓN DEL EDUCADOR

 

Oración del educador


Recuerda que un hijo (como también un alumno) es un  regalo de Dios. La más rica de las bendiciones. No trates de amoldarlo a imagen tuya o de un vecino. Cada niño es  individual, y tiene que permitírsele ser él mismo. No aplastes el espíritu de tu  hijo o alumno cuando falla, y nunca lo compares con otros que lo hayan sobrepasado.

Señor Jesús, tú que eres el único y verdadero maestro, concédeme la gracia de ser, a ejemplo tuyo, maestro/a, para mis alumnos. Haz que yo sea modelo de: amor, confianza y comprensión. Haz que yo sepa, con mi vida, educarlos en la libertad y con mi sabiduría capacitarlos para un auténtico compromiso hacia los demás. Haz que yo sea capaz de hablarles de ti y de enseñarles cómo hablar contigo. Haz que ellos se den cuenta que son amados y que yo sólo busco su verdadero bien. Haz que mi amistad contigo sea fuente de mi amistad con ellos. Jesús Maestro, gracias por haberme llamado a tu misma misión.

Enséñale a tus alumnos (o bien a tu hijo) que hay dignidad en el trabajo duro. Aunque se desempeñe con unas manos callosas paleando carbón, o unos dedos hábiles manipulando instrumentos quirúrgicos. Déjale saber que una vida útil es bendecida, y una vida fácil y en busca de placeres, es vacía e insignificante. El Maestro Divino te inspire y asista.


* Enviado por el P. Natalio

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