domingo, 24 de diciembre de 2017

ORACIÓN FAMILIAR PARA PONER AL NIÑO JESÚS EN EL PESEBRE


Oración familiar para poner al Niño en el pesebre




 (ACI).- Antes de la medianoche del 24 de diciembre, cuando estés reunido o reunida con tu familia para colocar la imagen del Niño Dios en el pesebre, te invitamos a recitar esta breve oración para pedirle a Jesús que también nazca en tu corazón y en el de tus seres queridos.

Lector 1:

Querido Padre, Dios del cielo y de la tierra:

En esta noche santa te queremos dar gracias por tanto amor. Gracias por nuestra familia y por nuestro hogar. Gracias por nuestros amigos, vecinos y por las personas que trabajan con nosotros.

Bendícenos en este día tan especial en el que esperamos el nacimiento de tu Hijo. Ayúdanos a preparar nuestros corazones para recibir al Niño Jesús con amor, con alegría y esperanza. Estamos aquí reunidos para adorarlo y darle gracias por venir a nuestro mundo a llenar nuestras vidas.


Hoy, al contemplar el pesebre, recordamos especialmente a las familias que no tienen techo, alimento y comodidad. Te pedimos por ellas para que la Virgen y San José les ayuden a encontrar un cálido hogar.

Lector 2:

Padre bueno, te pedimos que el Niño Jesús nazca también en nuestros corazones para que podamos regalarle a otros el amor que Tú nos muestras día a día. Ayúdanos a reflejar con nuestra vida tu abundante misericordia.

Que junto con tus Ángeles y Arcángeles vivamos siempre alabándote y glorificándote.

(En este momento alguien de la familia pone al Niño Jesús en el pesebre, o si ya está allí, se coloca un pequeño cirio o una velita delante de Él).

Lector 3:


Santísima Virgen María, gracias por aceptar ser la Madre de Jesús y Madre nuestra, gracias por tu amor y protección. Sabemos que día a día intercedes por nosotros y por nuestras intenciones, gracias Madre.

Querido San José, gracias por ser padre y protector del Niño Jesús, te pedimos que ruegues a Dios por nosotros para que seamos una familia unida en el amor y podamos ser ejemplo de paz y reconciliación para los demás.

Amén.

Rezar: 1 Padre Nuestro, 1 Ave María, 1 Gloria.

Para finalizar se puede entonar algún villancico y todos se dan un abrazo de paz.

EL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 24 DICIEMBRE 2017


Lecturas de hoy Domingo 4º de Adviento - Ciclo B
Hoy, domingo, 24 de diciembre de 2017




Primera lectura
Lectura del segundo libro de Samuel (7,1-5.8b-12.14a.16):

Cuando el rey David se estableció en su palacio, y el Señor le dio la paz con todos los enemigos que le rodeaban, el rey dijo al profeta Natán: «Mira, yo estoy viviendo en casa de cedro, mientras el arca del Señor vive en una tienda.» 
Natán respondió al rey: «Ve y haz cuanto piensas, pues el Señor está contigo.» 
Pero aquella noche recibió Natán la siguiente palabra del Señor: «Ve y dile a mi siervo David: "Así dice el Señor: ¿Eres tú quien me va a construir una casa para que habite en ella? Yo te saqué de los apriscos, de andar tras las ovejas, para que fueras jefe de mi pueblo Israel. Yo estaré contigo en todas tus empresas, acabaré con tus enemigos, te haré famoso como a los más famosos de la tierra. Daré un puesto a Israel, mi pueblo, lo plantaré para que viva en él sin sobresaltos, y en adelante no permitiré que los malvados lo aflijan como antes, cuando nombré jueces para gobernar a mi pueblo Israel. Te pondré en paz con todos tus enemigos, y, además, el Señor te comunica que te dará una dinastía. Y, cuando tus días se hayan cumplido y te acuestes con tus padres, afirmaré después de ti la descendencia que saldrá de tus entrañas, y consolidaré su realeza. Yo seré para él padre, y él será para mí hijo. Tu casa y tu reino durarán por siempre en mí presencia; tu trono permanecerá por siempre.»

Palabra de Dios


Salmo
Sal 88,2-3.4-5.27.29

R/. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor

Cantaré eternamente las misericordias del Señor, 
anunciaré tu fidelidad por todas las edades. 
Porque dije: «Tu misericordia es un edificio eterno, 
más que el cielo has afianzado tu fidelidad.» R/. 

«Sellé una alianza con mi elegido, 
jurando a David, mi siervo: 
"Te fundaré un linaje perpetuo, 
edificaré tu trono para todas las edades."» R/.

Él me invocará: «Tú eres mi padre, 
mi Dios, mi Roca salvadora.» 
Le mantendré eternamente mi favor, 
y mi alianza con él será estable. R/.


Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (16,25-27):

Al que puede fortaleceros según el Evangelio que yo proclamo, predicando a Cristo Jesús, revelación del misterio mantenido en secreto durante siglos eternos y manifestado ahora en los escritos proféticos, dado a conocer por decreto del Dios eterno, para traer a todas las naciones a la obediencia de la fe al Dios, único sabio, por Jesucristo, la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Palabra de Dios



Lectura del santo evangelio según san Lucas (1,26-38):

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María. 
El ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.» 
Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél. 
El ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.» 
Y María dijo al ángel: «¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?» 
El ángel le contestó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible.» 
María contestó: «Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.» 
Y la dejó el ángel.

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy domingo, 24 de diciembre de 2017
 Fernando Torres cmf


María, la gozosa espera del recién nacido

      El nacimiento de una nuevo hijo en una familia es siempre un momento lleno de alegría y esperanza. Pero también es, hay que reconocerlo, un momento difícil. La madre pasa por un trance que no es fácil. La vida que nace viene al mundo en medio del dolor. El recién nacido es frágil, débil. Los padres se tienen que volcar en cuidados y atenciones. El bebé se convierte necesariamente en el centro de la familia. Necesita de todas las atenciones posibles. Sólo así la nueva vida podrá crecer y llegar a ser una persona adulta. Es un largo proceso que está erizado de dificultades. El recién nacido es para los padres un motivo para ser responsables. La alegría del nacimiento se irá colmando en la medida en que los padres colaboren en el desarrollo del hijo. Por eso la expectativa del nacimiento es tiempo de esperanza pero también de preocupación. ¿Irá todo bien?

      María es la protagonista de este último domingo de Adviento. El momento del nacimiento de Jesús está cerca. María vivió sin duda este tiempo en la esperanza y en el gozo. Como toda madre se haría preguntas en torno al futuro del hijo que llevaba en su seno. Y no tendría todas las respuestas. Solamente podía fiarse de la palabra de Dios que había recibido: lo que llevaba en su seno era obra del Espíritu de Dios. La fe caracteriza la actitud de María. Vive tranquila, confiada en el Señor. Por eso, puede ir a visitar a su prima para ayudarla también en el momento del parto. 

      La gozosa esperanza en la fe debe caracterizar también la vida de la Iglesia y de nuestra comunidad cristiana. En nuestro mundo está germinando la presencia de Dios. Eso forma parte esencial de nuestra fe. Prepararnos para celebrar la Navidad es tener abierto el corazón a la novedad que Dios puede traer en cualquier momento a nuestras vidas. Porque Dios sigue naciendo en nuestro mundo. Dios sigue haciéndose presente entre nosotros. A veces de las formas más inusitadas, pero siempre, seguro, entre sus preferidos, los más pobres, los más sencillos, los que no tienen nada. ¡Bienaventurados seremos si somos capaces de descubrir esa presencia misteriosa de Dios cerca de nosotros! Entonces sí que estaremos preparados para celebrar la Navidad.



Para la reflexión

Cuando observamos nuestra sociedad, ¿somos capaces de descubrir en ella esa presencia inminente de Dios? ¿Celebramos con gozo los signos de salvación y de vida que descubrimos en nuestro mundo?

TARJETAS DE FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO NUEVO 2018

















viernes, 22 de diciembre de 2017

NUNCA DISCUTAN DELANTE DE LOS NIÑOS, PIDE EL PAPA FRANCISCO A PADRES DE FAMILIA


Nunca discutan delante de los niños, pide el Papa a padres de familia
 Foto: L'Osservatore Romano




VATICANO, 21 Dic. 17 / 01:06 pm (ACI).- El Papa Francisco se reunió con los trabajadores del Vaticano y con sus familias y dio a los padres este consejo: “Nunca discutan delante de los niños. ¡Nunca!”.

En una audiencia que mantuvo este jueves 21 de diciembre con los empleados de la Santa Sede para felicitarles la Navidad, el Santo Padre hizo una serie de reflexiones sobre la familia.

En concreto, Francisco mostró su preocupación por las crisis matrimoniales que afectan a algunas familias.

“Voy a ser sincero. Cuando me entero de que una familia vuestra está en crisis, de que hay niños que se angustian porque los padres discuten, sufro. Por eso les pido que se dejen ayudar”, dijo.

“Por favor, salven vuestras familias. Sé que no es fácil. Que hay problemas de personalidad, problemas psicológicos. Hay muchos problemas en un matrimonio, pero tratad de buscar ayuda a tiempo. Custodien la familia”.

“Sé que entre vosotros hay algunos separados, lo sé y sufro con vosotros. Pero dejense ayudar. Si la cosa ya está hecha, que al menos no sufran los niños, porque cuando los padres discuten, los niños sufren”.

El Pontífice animó a las familias de los trabajadores del Vaticano a acudir a los capellanes cuando tienen problemas. “Para custodiar vuestra familia podéis acudir a los capellanes, a quienes podéis pedir ayuda”.

Además, recordó que “Dios te ha creado familia. La imagen de Dios es el matrimonio: hombre y mujer, fecundos‘¡Multiplíquense! ¡Tengan hijos! ¡Vayan adelante!’. Me he quedado muy contento hoy cuando he visto a tantos niños aquí, a tantas familias. Por favor, custodien a la familia”, reiteró.

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 22 DICIEMBRE


Los cinco minutos de María
Diciembre 22



De la boca de la Virgen salió aquel fiat que se fraguó en su Inmaculado Corazón. Aquel fiat significó una entrega personal sin retaceos, para que en ella se cumplieran las palabras de Dios.
El sí de María nunca fue retirado. Más bien reafirmado, renovado y reactualizado, hasta repetirlo con nuevo espíritu al pie de la cruz.
María, toda consagrada a Dios, nos ponemos en tus manos para que nos ofrezcas y consagres al Padre.


* P. Alfonso Milagro

IMÁGENES DE PESEBRES NAVIDEÑOS














QUÉ ES UN BELÉN??


¿Qué es un Belén? 
¿Y no es la vida otra cosa sino un belén, y Dios el belenista? 

Es obligación del belenista que se oiga la voz de los Cielos que da gloria a Dios y paz a los hombres


Por: Agustín Guzmán | Fuente: foro.belenismo.net 




Un belén es sencillamente la representación escultórica y figurativa del hecho histórico del nacimiento de Jesucristo. Simboliza, pues, un momento, un instante de la Historia de la Humanidad. Sin embargo, ese solo instante ha dejado tal huella en la conciencia colectiva de los pueblos que, traspasando las fronteras del espacio y del tiempo, ha dejado este mundo impregnado de tan variados y permanentes matices artísticos, culturales y religiosos que su representación por antonomasia, el belenismo -un arte que recuerda un mundo, una cultura dos veces milenarias- es sin duda un bien patrimonio de la humanidad.

Porque en un belén se representa a la humanidad, o por mejor decir, la vida humana en todas sus variadas tonalidades, visos y colores. Un belén debe ser, tiene que ser fiel reflejo de un mundo real, muy real, que aunque lejano en el tiempo conserva el mismo sabor a humanidad, y con ello sabor a eternidad. Por eso hay que ingeniárselas para que todo resulte la realidad misma: que los huesos de aceitunas sean melones del mercadillo y las pepitas de las uvas parezcan higos en un cestillo.

Para hacer un belén hay que crear. Crear la atmósfera misma, el aire mismo; crear el cielo y las estrellas y dar a la luna su cuarto creciente. Hay que crear la tierra y hacer brotar de ella las plantas y las aguas; dirigir los ríos y poblar sus orillas de musgo, arena y piedrecitas. Hay que horadar cuevas y llenarlas de vida y de calor. Hay que alzar casas y castillos, arcos y murallas. Hay que crear cuanto ha creado el hombre, cuanto es su afán: el huerto, el lagar, la fragua, el molino, el horno o el telar.

Hay que crear al hombre: sus tipos, sus edades, sus gestos, sus vestidos; su aire y su señorío; su andar y su reposo; sus juegos y sus oficios, de manera que el pastor se estire para alcanzar el zurrón que cuelga del olivo, o el mercader se encorve al arrear la recua cargada de baratijas; el manto del letrado se manche del barro de la calle, mientras el ciego extiende su mano en el vacío; la parlera vecina asome a la ventana; la criada cargue con su canasto de ropa blanca bien zurcida; dormite el anciano en el poyo de su casa y a sus pies hágalo el gato; alce el martillo el herrero y haga girar su torno el alfarero; velen los guardias las murallas y jueguen los niños en la plaza; acompañen a los reyes: criados, pajes, arcas y camellos…

Si todo está bien hecho, parecerá llenarse la aurora y la mañana de sones y sonidos con el canto madrugador del gallo y el trino mañanero de las aves. Se llenará también de armonías y cadencias la tenebridad de la noche con el canto de los grillos y de las aves nocturnas. Esplenderá el día y balará la oveja, gruñirán los cerdos, mugirá el ternero. Se llenará el espacio de los innumerables ruidos del trajín humano, hasta parecerá, incluso, oírse la voz humana. Pero aún ha de ir más lejos el belenista, porque es obligación suya que se oiga la voz de los Cielos que da gloria a Dios y paz a los hombres.



Pero todo este Belén de miniatura, toda esta re-creación de lo humano estaría de más si faltase el misterio del hogar, el gozo de la maternidad y la alegría y expectación del nacimiento, porque no puede haber belén sin portal y donde hay portal hay ya un belén. Hay que crear al Creador, vestirlo con pañales, acunarlo en los brazos de su madre y ponerlo bajo la mirada atenta del padre, los pastores, los vecinos y los venidos de otras tierras: unos pocos entre tanta humanidad.

¿Y no es la vida otra cosa sino un belén, y Dios el belenista? Porque ¿qué somos, sino figurillas de barro que cada año se renuevan en torno a Él? ¿No es acaso cada vida un diorama?¿No aguardan a cada nasciturus (a cada uno que ha de nacer) sus padres, parientes y vecinos, el sol y las estrellas, las plantas y los ríos, toda la creación expectante y donante, repitiendo en cada uno de nosotros lo que en el Hijo del Hombre hizo? Y de la misma manera que, pasada la Navidad, al recoger nuestro belén, envolvemos cuidadosamente las figuras en papeles finos, reparamos los deterioros que hubiera en ellas, quitamos las bombillas que hicieron el día y la noche, arrancamos los tornillos, clavos y chinchetas que lo sostenían todo, y enrollando el celaje tiramos cuanto no nos ha de servir de nuevo: la arena, el musgo o la escoria, así también Aquel para quien hemos montado un belén, al terminar el tiempo de nuestro adviento ¿no nos ha de coger amorosamente entre sus manos y, pegando los descascarillados pedazos de nuestra alma, no nos ha de guardar para un nuevo nacimiento con un cielo nuevo y una tierra nueva de adoración y gloria? ¡Oh, belén divino, viviente y vivido, belén hermosísimo que sólo puede contemplarse con los ojos de la Fe que nos dicen que todo es patrimonio de la divinidad!

LA CAJA DE CRISTAL


La Caja de Cristal
Cuando Recibimos un regalo debemos fijarnos en el cariño con que nos lo hacen.


Por: María Luisa Martínez Robles | Fuente: Catholic.Net 




El día del cumpleaños de Silvia se acercaba. Estaba muy ilusionada preparando la fiesta.

Al fin se despertó: ¡El día había llegado!

Su madre y su padre abrieron la puerta de la habitación y le entregaron una gran caja con un enorme lazo.

-Felicidades hija

- Gracias, ¡qué caja tan enorme!.

La abrió y cual sería su sorpresa al encontrarla llena de pelotas de tenis. Sus padres la preguntaron:

-¿Está llena?

-Sí-contestó Silvia

Entonces cogieron una caja llena de bolitas de caramelo y la echaron dentro de la caja grande. Las bolitas ocuparon los huecos vacíos. Sus padres volvieron a preguntar lo mismo:

-¿Está llena?

-Sí, claro-volvió a contestar.

Por último añadieron un puñado de arena, que llenó totalmente todo el espacio que quedaba.

¡Ahora sí que está llena! ¡No cabe nada!

Silvia estaba asombrada. No sabía la clase de regalo que sus padres habían comprado este año para ella. A pesar de todo, ella vio el cariño con que sus padres lo hacían y eso es lo que  importaba.  Entonces les dijo:

-Es un regalo muy original.

Con las pelotas jugaré al tenis. Los caramelos me los comeré poco a poco. Y con la arena... como no estoy en la playa, pues haré un paisaje en una cartulina.

Sus padres se rieron y le explicaron:

-Como eres mayor hemos querido enseñarte algo.

-Las pelotas que en principio habían llenado la caja, representan las cosas importantes de tu vida: Conocer a Dios, tus padres, tus hermanos, tus estudios, tu salud…

-Los caramelos representan las cosas agradables: jugar con tus amigos, jugar a tu deporte favorito, ir al cine. Es importante, pero no imprescindible.

-La arena se mete entre los huecos llenando aún más la caja. La arena representa las cosas menos importantes como la ropa de moda, los juguetes caros o las deportivas que lleva Rafa Nadal. Si metemos primero la arena no habría sitio para las cosas importantes..

-¿Has entendido lo que te queremos explicar?-preguntaron los padres de Silvia-.

-Creo que sí-contestó Silvia-. Primero tengo que hacer en mi vida las cosas importantes, luego las divertidas y por último las cosas que aunque no tenga, no pasa nada, no importa que las metas en la caja, aunque también caben.

-Lo has entendido muy bien-contestaron los padres de Silvia-. Además no te ha importado que el regalo sea una caja de cristal con caramelos, pelotas y arena.

-¡Claro que no!-Dijo Silvia-. Es una caja muy bonita de cristal. Puedo meter muchas cosas.

-Pues mete estos pendientes que tanto te gustaban.

-¡Al fin me los habéis comprado!

-Creo que el mejor regalo es tener unos padres como vosotros.


Conclusión
Lo que es importante... lo primero. Iremos llenando los huecos poquito a poco con pequeñas cosas. Si damos más importancia a las cosas materiales y llenamos nuestra vida de caprichos, no caben después las que son verdaderamente importantes.

Cuando recibimos un regalo debemos fijarnos en el cariño con que nos lo hacen, el precio no es lo importante.  El verdadero sentido de la Navidad no son únicamente los regalos, es la alegría de reunirnos toda la familia para recibir al Niño Jesús que se hizo hombre para quedarse con nosotros en la Eucaristía.

QUÉ ES LA NAVIDAD?


¿Qué es la Navidad?

La Iglesia en su misión de ir por el mundo llevando la Buena Nueva ha querido dedicar un tiempo a profundizar, contemplar y asimilar el Misterio de la Encarnación del Hijo de Dios; a este tiempo lo conocemos como Navidad. Cerca de la antigua fiesta judía de las luces y buscando dar un sentido cristiano a las celebraciones paganas del solsticio de invierno, la Iglesia aprovechó el momento para celebrar la Navidad.

En este tiempo los cristianos por medio del Adviento se preparan para recibir a Cristo,"luz del mundo" (Jn 8, 12) en sus almas, rectificando sus vidas y renovando el compromiso de seguirlo. Durante el Tiempo de Navidad al igual que en el Triduo Pascual de la semana Santa celebramos la redención del hombre gracias a la presencia y entrega de Dios; pero a diferencia del Triduo Pascual en el que recordamos la pasión y muerte del Salvador, en la Navidad recordamos que Dios se hizo hombre y habitó entre nosotros.

Así como el sol despeja las tinieblas durante el alba, la presencia de Cristo irrumpe en las tinieblas del pecado, el mundo, el demonio y de la carne para mostrarnos el camino a seguir. Con su luz nos muestra la verdad de nuestra existencia. Cristo mismo es la vida que renueva la naturaleza caída del hombre y de la naturaleza. La Navidad celebra esa presencia renovadora de Cristo que viene a salvar al mundo.

La Iglesia en su papel de madre y maestra por medio de una serie de fiestas busca concientizar al hombre de este hecho tan importante para la salvación de sus hijos. Por ello, es necesario que todos los feligreses vivamos con recto sentido la riqueza de la vivencia real y profunda de la Navidad.

Por último, es necesario recordar que durante la Navidad celebramos en tres días consecutivos, 26, 27 y 28 de diciembre, tres fiestas que nos hacen presente la entrega total al Señor:

San Esteban, mártir que representa a aquellos que murieron por Cristo voluntariamente.

San Juan Evangelista, que representa aquellos que estuvieron dispuestos a morir por Cristo pero no los mataron. San Juan fue el único Apóstol que se arriesgó a estar con La Virgen al pie de la cruz.

Los Santos Inocentes que representan a aquellos que murieron por Cristo sin saberlo.

EL ARBOLITO DE NAVIDAD


El arbolito de Navidad



Es bueno y recomendable durante el tiempo de Navidad colocar en tu hogar un arbolito con adornos y luces, ya que puede ser un buen símbolo de Cristo Salvador. Nacido en Belén, él es el verdadero Árbol de la vida, del que fue separado Adán a causa del pecado. En familia, el papá o la mamá pueden hacer esta oración de bendición y rociar el arbolito:

Bendito seas, Señor y Padre nuestro, que nos concedes recordar con fe en estos días de Navidad los misterios del nacimiento de Jesucristo. Concédenos, a quienes hemos adornado este árbol y lo hemos embellecido con luces, vivir también a la luz de los ejemplos de la vida santa de tu Hijo y ser enriquecidos con las virtudes que resplandecen en su santa infancia. Gloria a él por los siglos de los siglos. Amén.

Invita a los de tu hogar a ver en este arbolito, lleno de luces, a Cristo luz del mundo que con su nacimiento nos conduce a Dios, que habita en una luz inaccesible. En los salmos se compara al hombre justo y recto con un esbelto cedro que crece, lozano y frondoso, junto al Templo del Señor. Que la vivencia de Navidad robustezca tu fe.


* Enviado por el P. Natalio

EL EVANGELIO DE HOY VIERNES 22 DICIEMBRE 2017


Lecturas de hoy 22 de Diciembre. Feria de Adviento
Hoy, viernes, 22 de diciembre de 2017



Primera lectura
Lectura del primer libro de Samuel (1,24-28):

EN aquellos días, una vez que Ana hubo destetado a Samuel, lo subió consigo, junto con un novillo de tres años, unos cuarenta y cinco kilos de harina y un odre de vino. Lo llevó a la casa del Señor a Siló y el niño se quedó como siervo.
Inmolaron el novillo, y presentaron el niño a Elí. Ella le dijo:
«Perdón, por tu vida, mi Señor, yo soy aquella mujer que estuvo aquí en pie ante ti, implorando al Señor. Imploré este niño y el Señor me concedió cuanto le había mi pedido. Yo, a mi vez, lo cedo al Señor. Quede, pues, cedido al Señor de por vida».
Y se postraron allí ante el Señor.

Palabra de Dios


Salmo
1S 2,1.45.6-7.8abcd

R/. Mi corazón se regocija por el Señor, mi Salvador

V/. Mi corazón se regocija en el Señor,
mi poder se exalta por Dios.
Mi boca se ríe de mis enemigos,
porque gozo con tu salvación. R/.

V/. Se rompen los arcos de los valientes,
mientras los cobardes se ciñen de valor.
Los hartos se contratan por el pan,
mientras los hambrientos engordan;
la mujer estéril da a luz siete hijos,
mientras la madre de muchos queda baldía. R/.

V/. El Señor da la muerte y la vida,
hunde en el abismo y levanta;
da la pobreza y la riqueza,
humilla y enaltece. R/.

V/. Él levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para hacer que se siente entre príncipes
y que herede un trono de gloria. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (1,46-56):

EN aquel tiempo, María dijo:
«Proclama mi alma la grandeza del Señor,
“se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humildad de su esclava”.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí:
“su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación”.
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
“derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia”
—como lo había prometido a “nuestros padres”—
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre».
María se quedó con Isabel unos tres meses y volvió a su casa.

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy viernes, 22 de diciembre de 2017
Juan Lozano, cmf


Querido amigo/a:

Si ardiera tu casa y sólo pudieras llevarte tres cosas, ¿qué rescatarías? ¿Qué es para ti lo más valioso? ¿Quién te ha ayudado y querido más? ¿A quién estás agradecido? Todas estas preguntas pueden sintetizarse en una: ¿por quién das gracias a Dios? Te lo vuelvo a preguntar con la antífona que la liturgia nos propone hoy como salmo: ¿por qué se regocija tu corazón? Déjalo sentir durante unos instantes escuchando sus latidos…

De vez en cuando necesitamos recordar, actualizar o tomar conciencia, si no lo has hecho, de los signos de agradecimiento. Lo podemos hacer con las palabras del Magníficat que hoy meditamos como lectura evangélica, “de las obras grandes que el Poderoso ha hecho por mí”. Porque una gran parte de lo que somos se lo debemos a Dios, a la obra de su gracia y amor en nosotros.

En la Palabra de hoy, Ana da gracias por el nacimiento de su hijo Samuel. María canta, da gracias, por lo que el Señor ha hecho por ella. Agradecimiento, reconocimiento de lo que el Señor ha hecho en ti y de lo que quiere hacer. Porque a veces, el Señor quiere y no puede. No puede porque no siempre somos dóciles, no siempre dejamos al Espíritu Santo actuar en nosotros. Déjate querer, deja que tu corazón se regocije, deja que el nacimiento del Niño Dios llegue a ti. Porque llega a todos, especialmente y con fuerza a “los humildes” y “hambrientos” de todo tipo. Nos lo amplía el Primer libro de Samuel que la liturgia de la Palabra utiliza hoy como interleccional:

Se rompen los arcos de los valientes, / mientras los cobardes se ciñen de valor; / los hartos se contratan por el pan, / mientras los hambrientos engordan; / la mujer estéril da a luz siete hijos, / mientras la madre de muchos queda baldía. R.

Él levanta del polvo al desvalido, / alza de la basura al pobre, / para hacer que se siente entre príncipes / y que herede un trono de gloria. R.

¿Por qué das gracias? ¿Por qué se regocija tu corazón? La antífona de hoy que vamos siguiendo estos días reza: “Oh Rey” (Rex). El acróstico ya casi está revelado. De momento las letras dicen: SARCOR_ Nos falta la última letra para descifrar esta expresión en latín que esconde la primera letra de cada antífona.

Vuestro hermano en la fe:
Juan Lozano, cmf

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