jueves, 4 de mayo de 2017

EL EVANGELIO DE HOY JUEVES 4 DE MAYO DEL 2017


Si uno come de este pan, vivirá para siempre
San Juan 6, 44-51. III Jueves de Pascua



Por: Ignacio Sarre LC | Fuente: Catholic.net 





En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración introductoria

Señor, creo en ti. Creo que por amor te has quedado en la Eucaristía para darme el pan que me da la vida. Confío en tu planes divinos y te pido en esta oración una fe que me haga ver mucho más allá de las preocupaciones, de las tristezas, para poder caminar siempre hacia delante.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del Santo Evangelio según san Juan 6, 44-51


Nadie puede venir a mí, si el Padre que me ha enviado no lo atrae; y yo le resucitaré el último día. Está escrito en los profetas: Serán todos enseñados por Dios. Todo el que escucha al Padre y aprende, viene a mí. No es que alguien haya visto al Padre; sino aquel que ha venido de Dios, ése ha visto al Padre. En verdad, en verdad os digo: el que cree, tiene vida eterna. Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron el maná en el desierto y murieron; este es el pan que baja del cielo, para que quien lo coma no muera. Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
Tenemos hambre, hambre de Dios. Necesitamos el pan de vida eterna. Quizás hemos probado otros banquetes y hemos descubierto que no sacian nuestro deseo plenamente. Pero Cristo se revela como el alimento que necesitamos, el único que puede colmar nuestras necesidades y darnos la fuerza para el camino.
El Catecismo de la Iglesia Católica nos enseña que en la comunión recibimos el pan del cielo y el cáliz de la salvación, el Cuerpo y la Sangre de Cristo que se entregó para la vida del mundo (cfr. CIC 1355).
Como el cuerpo es sostenido por el alimento, así nuestra alma necesita de la Eucaristía. Cristo baja del cielo al altar, por manos del sacerdote. Viene a nosotros y espera que también nosotros vayamos a El, que le busquemos con frecuencia para recibirle, para visitarle en el Sagrario.

Es pan de vida eterna, según su promesa: Que todo el que ve al Hijo y cree en El tenga la vida eterna. Quien vive sostenido por la Eucaristía, crece progresivamente en unión con Dios, y viéndole en este mundo bajo el velo de las especies del pan y el vino, nos preparamos para contemplarle cara a cara en la vida futura.




Es necesario tener siempre presente que la Eucaristía no es algo que hacemos nosotros; no es una conmemoración nuestra de aquello que Jesús ha dicho o hecho. No. ¡Es precisamente una acción de Cristo! Es Cristo que actúa ahí, que está sobre el altar.
Y Cristo es el Señor. Es un don de Cristo, el cual se hace presente y nos reúne en torno a sí, para nutrirnos de su Palabra y de su vida. Esto significa que la misión y la identidad misma de la Iglesia surgen de allí, de la Eucaristía, y allí toman siempre forma. Una celebración puede resultar también impecable desde el punto de vista exterior. ¡Bellísima! Pero si no nos conduce al encuentro con Jesucristo, corre el riesgo de no traer ningún alimento a nuestro corazón y a nuestra vida.

A través de la Eucaristía, en cambio, Cristo quiere entrar en nuestra existencia y permearla de su gracia, para que en cada comunidad cristiana haya coherencia entre liturgia y vida. El corazón se llena de confianza y de esperanza pensando en las palabras de Jesús recogidas en el evangelio: “El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna y yo lo resucitaré en el último día”. Vivamos la Eucaristía con espíritu de fe, de oración, de perdón, de penitencia, de alegría comunitaria, de preocupación por los necesitados, y por las necesidades de tantos hermanos y hermanas, en la certeza de que el Señor realizará aquello que nos ha prometido: la vida eterna. ¡Así sea!»
(S.S. Francisco, catequesis, 12 de febrero de 2014).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Acercarme a la Eucaristía debidamente preparado y con la máxima frecuencia posible.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.

Amén.

Cristo, Rey nuestro.

¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.

Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Amén.

NOVENA A LA VIRGEN DE FÁTIMA, DEL 4 AL 12 DE MAYO




Primer Día de la Novena a la Virgen de Fátima


Ofrecimiento para todos los días

¡Oh Dios mío! Yo creo, adoro, espero y os amo. Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no os aman.

¡Oh santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo! Yo os adoro profundamente y os ofrezco el preciosísimo cuerpo, sangre, alma y divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los tabernáculos del mundo, en reparación de los ultrajes con que El es ofendido; y por los méritos infinitos de su Santísimo Corazón e intercesión del Inmaculado Corazón de María, os pido la conversión de los pecadores.

Oración preparatoria

Oh santísima Virgen María, Reina del Rosario y Madre de misericordia, que te dignaste manifestar en Fátima la ternura de vuestro Inmaculado Corazón trayéndonos mensajes de salvación y de paz. Confiados en vuestra misericordia maternal y agradecidos a las bondades de vuestro amantísimo Corazón, venimos a vuestras plantas para rendiros el tributo de nuestra veneración y amor. Concédenos las gracias que necesitamos para cumplir fielmente vuestro mensaje de amor, y la que os pedimos en esta Novena, si ha de ser para mayor gloria de Dios, honra vuestra y provecho de nuestras almas. Así sea.

Oración de este día

¡Oh santísima Virgen María, Madre de los pobres pecadores!, que apareciendo en Fátima, dejaste transparentar en vuestro rostro celestial una leve sombra de tristeza para indicar el dolor que os causan los pecados de los hombres y que con maternal compasión exhortaste a no afligir más a vuestro Hijo con la culpa y a reparar los pecados con la mortificación y la penitencia. Dadnos la gracia de un sincero dolor de los pecados cometidos y la resolución generosa de reparar con obras de penitencia y mortificación todas las ofensas que se infieren a vuestro Divino Hijo y a vuestro Corazón Inmaculado.

Oración final

¡Oh Dios, cuyo Unigénito, con su vida, muerte y resurrección, nos mereció el premio de la salvación eterna! Os suplicamos nos concedas que, meditando los misterios del santísimo rosario de la bienaventurada Virgen María, imitemos los ejemplos que nos enseñan y alcancemos el premio que prometen. Por el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén.


Segundo Día de la Novena a la Virgen de Fátima


Ofrecimiento para todos los días

¡Oh Dios mío! Yo creo, adoro, espero y os amo. Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no os aman.

¡Oh santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo! Yo os adoro profundamente y os ofrezco el preciosísimo cuerpo, sangre, alma y divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los tabernáculos del mundo, en reparación de los ultrajes con que El es ofendido; y por los méritos infinitos de su Santísimo Corazón e intercesión del Inmaculado Corazón de María, os pido la conversión de los pecadores.

Oración preparatoria

Oh santísima Virgen María, Reina del Rosario y Madre de misericordia, que te dignaste manifestar en Fátima la ternura de vuestro Inmaculado Corazón trayéndonos mensajes de salvación y de paz. Confiados en vuestra misericordia maternal y agradecidos a las bondades de vuestro amantísimo Corazón, venimos a vuestras plantas para rendiros el tributo de nuestra veneración y amor. Concédenos las gracias que necesitamos para cumplir fielmente vuestro mensaje de amor, y la que os pedimos en esta Novena, si ha de ser para mayor gloria de Dios, honra vuestra y provecho de nuestras almas. Así sea.

Oración de este día

¡Oh santísima Virgen María, Madre de la divina gracia, que vestida de nívea blancura te apareciste a unos pastorcitos sencillos e inocentes, enseñándonos así cuánto debemos amar y procurar la inocencia del alma, y que pediste por medio de ellos la enmienda de las costumbres y la santidad de una vida cristiana perfecta. Concédenos misericordiosamente la gracia de saber apreciar la dignidad de nuestra condición de cristianos y de llevar una vida en todo conforme a las promesas bautismales. 

Oración final

¡Oh Dios, cuyo Unigénito, con su vida, muerte y resurrección, nos mereció el premio de la salvación eterna! Os suplicamos nos concedas que, meditando los misterios del santísimo rosario de la bienaventurada Virgen María, imitemos los ejemplos que nos enseñan y alcancemos el premio que prometen. Por el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén.




Tercer Día de la Novena a la Virgen de Fátima


Ofrecimiento para todos los días

¡Oh Dios mío! Yo creo, adoro, espero y os amo. Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no os aman.

¡Oh santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo! Yo os adoro profundamente y os ofrezco el preciosísimo cuerpo, sangre, alma y divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los tabernáculos del mundo, en reparación de los ultrajes con que El es ofendido; y por los méritos infinitos de su Santísimo Corazón e intercesión del Inmaculado Corazón de María, os pido la conversión de los pecadores.

Oración preparatoria

Oh santísima Virgen María, Reina del Rosario y Madre de misericordia, que te dignaste manifestar en Fátima la ternura de vuestro Inmaculado Corazón trayéndonos mensajes de salvación y de paz. Confiados en vuestra misericordia maternal y agradecidos a las bondades de vuestro amantísimo Corazón, venimos a vuestras plantas para rendiros el tributo de nuestra veneración y amor. Concédenos las gracias que necesitamos para cumplir fielmente vuestro mensaje de amor, y la que os pedimos en esta Novena, si ha de ser para mayor gloria de Dios, honra vuestra y provecho de nuestras almas. Así sea.

Oración de este día

¡Oh santísima Virgen María, vaso insigne de devoción!, que te apareciste en Fátima teniendo pendiente de vuestras manos el santo Rosario, y que insistentemente repetías: «Orad, orad mucho», para alejar por medio de la oración los males que nos amenazan. Concédenos el don y el espíritu de oración, la gracia de ser fieles en el cumplimiento del gran precepto de orar, haciéndolo todos los días, para así poder observar bien los santos mandamientos, vencer las tentaciones y llegar al conocimiento y amor de Jesucristo en esta vida y a la unión feliz con Él en la otra.

Oración final

¡Oh Dios, cuyo Unigénito, con su vida, muerte y resurrección, nos mereció el premio de la salvación eterna! Os suplicamos nos concedas que, meditando los misterios del santísimo rosario de la bienaventurada Virgen María, imitemos los ejemplos que nos enseñan y alcancemos el premio que prometen. Por el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén.



Cuarto Día de la Novena a la Virgen de Fátima


Ofrecimiento para todos los días

¡Oh Dios mío! Yo creo, adoro, espero y os amo. Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no os aman.

¡Oh santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo! Yo os adoro profundamente y os ofrezco el preciosísimo cuerpo, sangre, alma y divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los tabernáculos del mundo, en reparación de los ultrajes con que El es ofendido; y por los méritos infinitos de su Santísimo Corazón e intercesión del Inmaculado Corazón de María, os pido la conversión de los pecadores.

Oración preparatoria

Oh santísima Virgen María, Reina del Rosario y Madre de misericordia, que te dignaste manifestar en Fátima la ternura de vuestro Inmaculado Corazón trayéndonos mensajes de salvación y de paz. Confiados en vuestra misericordia maternal y agradecidos a las bondades de vuestro amantísimo Corazón, venimos a vuestras plantas para rendiros el tributo de nuestra veneración y amor. Concédenos las gracias que necesitamos para cumplir fielmente vuestro mensaje de amor, y la que os pedimos en esta Novena, si ha de ser para mayor gloria de Dios, honra vuestra y provecho de nuestras almas. Así sea.

Oración de este día

¡Oh santísima Virgen María, Reina de la Iglesia!, que exhortaste a los pastorcitos de Fátima a rogar por el Papa, e infundiste en sus almas sencillas una gran veneración y amor hacia él, como Vicario de vuestro Hijo y su representante en la tierra. Infunde también a nosotros el espíritu de veneración y docilidad hacia la autoridad del Romano Pontífice, de adhesión inquebrantable a sus enseñanzas, y en él y con él un gran amor y respeto a todos los ministros de la santa Iglesia, por medio de los cuales participamos la vida de la gracia en los sacramentos.

Oración final

¡Oh Dios, cuyo Unigénito, con su vida, muerte y resurrección, nos mereció el premio de la salvación eterna! Os suplicamos nos concedas que, meditando los misterios del santísimo rosario de la bienaventurada Virgen María, imitemos los ejemplos que nos enseñan y alcancemos el premio que prometen. Por el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén.





Quinto Día de la Novena a la Virgen de Fátima



Ofrecimiento para todos los días

¡Oh Dios mío! Yo creo, adoro, espero y os amo. Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no os aman.

¡Oh santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo! Yo os adoro profundamente y os ofrezco el preciosísimo cuerpo, sangre, alma y divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los tabernáculos del mundo, en reparación de los ultrajes con que El es ofendido; y por los méritos infinitos de su Santísimo Corazón e intercesión del Inmaculado Corazón de María, os pido la conversión de los pecadores.

Oración preparatoria

Oh santísima Virgen María, Reina del Rosario y Madre de misericordia, que te dignaste manifestar en Fátima la ternura de vuestro Inmaculado Corazón trayéndonos mensajes de salvación y de paz. Confiados en vuestra misericordia maternal y agradecidos a las bondades de vuestro amantísimo Corazón, venimos a vuestras plantas para rendiros el tributo de nuestra veneración y amor. Concédenos las gracias que necesitamos para cumplir fielmente vuestro mensaje de amor, y la que os pedimos en esta Novena, si ha de ser para mayor gloria de Dios, honra vuestra y provecho de nuestras almas. Así sea.

Oración de este día

¡Oh santísima Virgen María, salud de los enfermos y consoladora de los afligidos!, que movida por el ruego de los pastorcitos, obraste ya curaciones en vuestras apariciones en Fátima, y habéis convertido este lugar, santificado por vuestra presencia, en oficina de vuestras misericordias maternales en favor de todos los afligidos. A vuestro Corazón maternal acudimos llenos de filial confianza, mostrando las enfermedades de nuestras almas y las aflicciones y dolencias todas de nuestra vida. Echad sobre ellas una mirada de compasión y remediadlas con la ternura de vuestras manos, para que así podamos serviros y amaros con todo nuestro corazón y con todo nuestro ser.

Oración final

¡Oh Dios, cuyo Unigénito, con su vida, muerte y resurrección, nos mereció el premio de la salvación eterna! Os suplicamos nos concedas que, meditando los misterios del santísimo rosario de la bienaventurada Virgen María, imitemos los ejemplos que nos enseñan y alcancemos el premio que prometen. Por el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén.



Sexto Día de la Novena a la Virgen de Fátima



Ofrecimiento para todos los días

¡Oh Dios mío! Yo creo, adoro, espero y os amo. Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no os aman.

¡Oh santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo! Yo os adoro profundamente y os ofrezco el preciosísimo cuerpo, sangre, alma y divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los tabernáculos del mundo, en reparación de los ultrajes con que El es ofendido; y por los méritos infinitos de su Santísimo Corazón e intercesión del Inmaculado Corazón de María, os pido la conversión de los pecadores.

Oración preparatoria

Oh santísima Virgen María, Reina del Rosario y Madre de misericordia, que te dignaste manifestar en Fátima la ternura de vuestro Inmaculado Corazón trayéndonos mensajes de salvación y de paz. Confiados en vuestra misericordia maternal y agradecidos a las bondades de vuestro amantísimo Corazón, venimos a vuestras plantas para rendiros el tributo de nuestra veneración y amor. Concédenos las gracias que necesitamos para cumplir fielmente vuestro mensaje de amor, y la que os pedimos en esta Novena, si ha de ser para mayor gloria de Dios, honra vuestra y provecho de nuestras almas. Así sea.

Oración de este día

¡Oh santísima Virgen María, refugio de los pecadores!, que enseñaste a los pastorcitos de Fátima a rogar incesantemente al Señor para que esos desgraciados no caigan en las penas eternas del infierno, y que manifestaste a uno de los tres que los pecados de la carne son los que más almas arrastran a aquellas terribles llamas. Infundid en nuestras almas un gran horror al pecado y el temor santo de la justicia divina, y al mismo tiempo despertad en ellas la compasión por la suerte de los pobres pecadores y un santo celo para trabajar con nuestras oraciones, ejemplos y palabras por su conversión.

Oración final

¡Oh Dios, cuyo Unigénito, con su vida, muerte y resurrección, nos mereció el premio de la salvación eterna! Os suplicamos nos concedas que, meditando los misterios del santísimo rosario de la bienaventurada Virgen María, imitemos los ejemplos que nos enseñan y alcancemos el premio que prometen. Por el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén.





Séptimo Día de la Novena a la Virgen de Fátima



Ofrecimiento para todos los días

¡Oh Dios mío! Yo creo, adoro, espero y os amo. Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no os aman.

¡Oh santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo! Yo os adoro profundamente y os ofrezco el preciosísimo cuerpo, sangre, alma y divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los tabernáculos del mundo, en reparación de los ultrajes con que El es ofendido; y por los méritos infinitos de su Santísimo Corazón e intercesión del Inmaculado Corazón de María, os pido la conversión de los pecadores.

Oración preparatoria

Oh santísima Virgen María, Reina del Rosario y Madre de misericordia, que te dignaste manifestar en Fátima la ternura de vuestro Inmaculado Corazón trayéndonos mensajes de salvación y de paz. Confiados en vuestra misericordia maternal y agradecidos a las bondades de vuestro amantísimo Corazón, venimos a vuestras plantas para rendiros el tributo de nuestra veneración y amor. Concédenos las gracias que necesitamos para cumplir fielmente vuestro mensaje de amor, y la que os pedimos en esta Novena, si ha de ser para mayor gloria de Dios, honra vuestra y provecho de nuestras almas. Así sea.

Oración de este día

¡Oh santísima Virgen María, Reina del purgatorio!, que enseñaste a los pastorcitos de Fátima a rogar a Dios por las almas del purgatorio, especialmente por las más abandonadas. Encomendamos a la inagotable ternura de vuestro maternal Corazón todas las almas que padecen en aquel lugar de purificación, en particular las de todos nuestros allegados y familiares y las más abandonadas y necesitadas; alíviales sus penas y llévalas pronto a la región de la luz y de la paz, para cantar allí perpetuamente vuestras misericordias.

Oración final

¡Oh Dios, cuyo Unigénito, con su vida, muerte y resurrección, nos mereció el premio de la salvación eterna! Os suplicamos nos concedas que, meditando los misterios del santísimo rosario de la bienaventurada Virgen María, imitemos los ejemplos que nos enseñan y alcancemos el premio que prometen. Por el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén.




Octavo Día de la Novena a la Virgen de Fátima


Ofrecimiento para todos los días

¡Oh Dios mío! Yo creo, adoro, espero y os amo. Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no os aman.

¡Oh santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo! Yo os adoro profundamente y os ofrezco el preciosísimo cuerpo, sangre, alma y divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los tabernáculos del mundo, en reparación de los ultrajes con que El es ofendido; y por los méritos infinitos de su Santísimo Corazón e intercesión del Inmaculado Corazón de María, os pido la conversión de los pecadores.

Oración preparatoria

Oh santísima Virgen María, Reina del Rosario y Madre de misericordia, que te dignaste manifestar en Fátima la ternura de vuestro Inmaculado Corazón trayéndonos mensajes de salvación y de paz. Confiados en vuestra misericordia maternal y agradecidos a las bondades de vuestro amantísimo Corazón, venimos a vuestras plantas para rendiros el tributo de nuestra veneración y amor. Concédenos las gracias que necesitamos para cumplir fielmente vuestro mensaje de amor, y la que os pedimos en esta Novena, si ha de ser para mayor gloria de Dios, honra vuestra y provecho de nuestras almas. Así sea.

Oración de este día

¡Oh santísima Virgen María!, que en vuestra última aparición te diste a conocer como la Reina del Santísimo Rosario, y en todas ellas recomendaste el rezo de esta devoción como el remedio más seguro y eficaz para todos los males y calamidades que nos afligen, tanto del alma como del cuerpo, así públicas como privadas. Infundid en nuestras almas una profunda estima de los misterios de nuestra Redención que se conmemoran en el rezo del Rosario, para así vivir siempre de sus frutos. Concédenos la gracia de ser siempre fieles a la práctica de rezarlo diariamente para honraros a Vos, acompañando vuestros gozos, dolores y glorias, y así merecer vuestra maternal protección y asistencia en todos los momentos de la vida, pero especialmente en la hora de la muerte.

Oración final

¡Oh Dios, cuyo Unigénito, con su vida, muerte y resurrección, nos mereció el premio de la salvación eterna! Os suplicamos nos concedas que, meditando los misterios del santísimo rosario de la bienaventurada Virgen María, imitemos los ejemplos que nos enseñan y alcancemos el premio que prometen. Por el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén.





Noveno Día de la Novena a la Virgen de Fátima



Ofrecimiento para todos los días

¡Oh Dios mío! Yo creo, adoro, espero y os amo. Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no os aman.

¡Oh santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo! Yo os adoro profundamente y os ofrezco el preciosísimo cuerpo, sangre, alma y divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los tabernáculos del mundo, en reparación de los ultrajes con que El es ofendido; y por los méritos infinitos de su Santísimo Corazón e intercesión del Inmaculado Corazón de María, os pido la conversión de los pecadores.

Oración preparatoria

Oh santísima Virgen María, Reina del Rosario y Madre de misericordia, que te dignaste manifestar en Fátima la ternura de vuestro Inmaculado Corazón trayéndonos mensajes de salvación y de paz. Confiados en vuestra misericordia maternal y agradecidos a las bondades de vuestro amantísimo Corazón, venimos a vuestras plantas para rendiros el tributo de nuestra veneración y amor. Concédenos las gracias que necesitamos para cumplir fielmente vuestro mensaje de amor, y la que os pedimos en esta Novena, si ha de ser para mayor gloria de Dios, honra vuestra y provecho de nuestras almas. Así sea.

Oración de este día

¡Oh santísima Virgen María, Madre nuestra dulcísima!, que escogiste a los pastorcitos de Fátima para mostrar al mundo las ternuras de vuestro Corazón misericordioso, y les propusiste la devoción al mismo como el medio con el cual Dios quiere dar la paz al mundo, como el camino para llevar las almas a Dios, y como una prenda suprema de salvación. Haced, ¡oh Corazón de la más tierna de las madres!, que sepamos comprender vuestro mensaje de amor y de misericordia, que lo abracemos con filial adhesión y que lo practiquemos siempre con fervor; y así sea vuestro Corazón nuestro refugio, nuestro consuelo y el camino que nos conduzca al amor y a la unión con vuestro Hijo Jesús.

Oración final

¡Oh Dios, cuyo Unigénito, con su vida, muerte y resurrección, nos mereció el premio de la salvación eterna! Os suplicamos nos concedas que, meditando los misterios del santísimo rosario de la bienaventurada Virgen María, imitemos los ejemplos que nos enseñan y alcancemos el premio que prometen. Por el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén.





PRIMER VIERNES DEL MES DE MAYO: 5 MAYO 2017 - SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS



PRIMER VIERNES DE MAYO
DEDICADO AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS




BREVE CONSIDERACIÓN.- Jesús a su discípula Margarita María de Alacoque: "Si me amas, recibe, hija mía, la Cruz que te mando; llévala en tu corazón, viviendo crucificada a todo; abrázate con ella, porque  Yo la amo, y Yo, que te amo también a ti, te la he obsequiado como prueba, la más segura; del amor infinito que te profesa mi Sagrado Corazón... Recuerda que el lecho de mis esposas más queridas es la Cruz, de la cual hice mis delicias por tu amor".




ORACIÓN
Aspiraciones al Sagrado Corazón de Jesús

Salve, Corazón de Jesús; sálvame.
Salve, Corazón de mi Creador; perfeccióname.
Salve, Corazón de mi Juez; perdóname.
Salve, Corazón de mi Salvador; rescátame.
Salve, Corazón de mi Padre; gobiérname.
Salve, Corazón de mi Esposo; ámame.
Salve, Corazón de mi Maestro; enséñame.
Salve, Corazón de mi Rey; coróname.
Salve, Corazón de mi Bienhechor; enriquéceme.
Salve, Corazón de mi Pastor; guárdame.
Salve, Corazón de mi Hermano; acompáñame.
Salve, Corazón todo caridad; abrásame.

¡Oh Jesús, mi soberano bien!, yo te amo, no por el galardón prometido, sino puramente por amor de Ti; yo te amo sobre todo cuanto hay de amable, y más que a mi mismo. A la faz del cielo y de la tierra protesto que, aunque para vivir amándote tenga que ser perseguido y deba arrastrar la muerte, ayudado por tu gracia repetiré siempre con San Pablo: no hay criatura alguna que sea capaz de apartarme de la caridad del Corazón de Nuestro Señor Jesucristo, a quien amo y quiero amar eternamente. Así sea.

(De Santa Margarita María de Alacoque)




QUINTA PROMESA:
"Bendeciré con superabundancia de gracias todas sus empresas".

(Recitemos las Letanías al Sagrado Corazón de Jesús en gratitud a la promesa y para que se cumpla en nosotros...)



LETANÍAS AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

V: Señor, ten piedad de nosotros.
R: Señor, ten piedad de nosotros.
V: Cristo, ten piedad de nosotros.
R: Cristo, ten piedad de nosotros.
V: Señor, ten piedad de nosotros.
R: Señor, ten piedad de nosotros.
V: Cristo, óyenos.
R: Cristo, óyenos.
V: Cristo, escúchanos.
R: Cristo, escúchanos.

V: Dios, Padre celestial,
R: ten piedad de nosotros.
V: Dios Hijo, Redentor del mundo,
R: ten piedad de nosotros.
V: Dios Espíritu Santo,
R: ten piedad de nosotros.
V: Trinidad Santa, un solo Dios,

R: ten piedad de nosotros.

V: Corazón de Jesús, Hijo del Eterno Padre.
R: Ten piedad de nosotros.
V: Corazón de Jesús, formado por el Espíritu Santo en el
seno de la Virgen María, R/.
Corazón de Jesús, unido substancialmente al
Verbo de Dios, R/.
Corazón de Jesús, de majestad infinita, R/.
Corazón de Jesús, templo santo de Dios, R/.
Corazón de Jesús, tabernáculo del Altísimo, R/.
Corazón de Jesús, casa de Dios y puerta del cielo, R/.
Corazón de Jesús, lleno de bondad y amor, R/.
Corazón de Jesús, hoguera ardiente de caridad, R/.
Corazón de Jesús, asilo de justicia y de amor, R/.
Corazón de Jesús, lleno de bondad y de amor, R/.
Corazón de Jesús, abismo de todas las virtudes, R/.
Corazón de Jesús, digno de toda alabanza, R/.
Corazón de Jesús, Rey y centro de todos los corazones, R/.
Corazón de Jesús, en quien están todos los tesoros
de la sabiduría y la ciencia, R/.
Corazón de Jesús, en quien habita toda la plenitud
de la divinidad, R/.
Corazón de Jesús, en quién el Padre halló sus
complacencias, R/.
Corazón de Jesús, en cuya plenitud todos hemos recibido, R/.
Corazón de Jesús, deseo de los eternos collados, R/.
Corazón de Jesús, paciente y de mucha misericordia, R/.
Corazón de Jesús, rico para todos los que te invocan, R/.
Corazón de Jesús, fuente de vida y de santidad, R/.
Corazón de Jesús, propiciación por nuestros pecados, R/.
Corazón de Jesús, despedazado por nuestros delitos, R/.
Corazón de Jesús, hecho obediente hasta la muerte, R/.
Corazón de Jesús, traspasado por una lanza, R/.
Corazón de Jesús, vida y resurrección nuestra, R/.
Corazón de Jesús, paz y reconciliación nuestra, R/.
Corazón de Jesús, víctima de los pecadores, R/.
Corazón de Jesús, salvación de los que en Ti esperan, R/.
Corazón de Jesús, esperanza de los que en Ti mueren
y esperan, R/.
Corazón de Jesús, delicia de todos los santos, R/.

V: Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
R: perdónanos, Señor.

V: Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
R: óyenos, Señor.
V: Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
R: ten piedad y misericordia de nosotros.
V: Jesús, manso y humilde de corazón,
R: haz nuestro corazón semejante al Tuyo.
V: Sagrado Corazón de Jesús,
R: en Vos confío.

V: Sagrado Corazón de María,
R: salvad el alma mía.

V: Jesús y María os quiero con toda mi alma,
R: salvad almas y salvad el alma mía.



UNA PALABRA DE MARGARITA MARÍA DE ALACOQUE A SUS HERMANOS ASOCIADOS: "Cuando te encuentres en un abismo de sequedad espiritual y de impotencia par amar..., cuando te halles en un abismo de pobreza en virtud y de gran debilidad..., cuando te sientas en un abismo de orgullo y de amor propio, entra entonces en el Sagrado Corazón  y pierdete en ese abismo de caridad, de riqueza inagotable y de humildad profunda."

Un PadreNuestro y AveMaría por los agonizantes y pecadores.



ACTO DE CONSAGRACIÓN
SE SOR MARÍA DEL DIVINO CORAZÓN

Amabilísimo Jesús, yo me consagro de nuevo y sin reserva a tu Divino Corazón. Te consagro mi cuerpo con todos sus sentidos, mi alma con todas sus potencias y mi ser todo entero. Te consagro mis pensamientos, palabras, obras, todos mis sufrimientos y trabajos, todas mis esperanzas, consuelos y alegrías. Especialmente te consagro mi pobre corazón para que no ame sino a Ti y se consuma como víctima en las llamas de tu amor. Acepta, !oh Corazón divino!, el deseo que tengo de consolarte y de pertenecerte para simpre. Toma de tal manera posesión de mí, que yo no tenga otra libertad que la de amarte, ni otra vida que sufrir y morir por Ti. Pongo en Ti toda mi confianza, una confianza sin límites, y espero de tu misericordia infinita perdón de todos mis pecados. Deposito en tus manos todos mis intereses, principalmente el de mi salvación eterna.

Prometo amarte y honrarte hasta el último momento de mi vida, y ayudado de tu divina gracia, prometo propagar con celo ardiente el culto de tu Sacratísimo Corazón. !Oh divino Corazón de Jesús!, dispón de mí como te agrade, no quiero más recompensa que tu mayor gloria y tu santo amor. Concédeme la gracia de hacer mi morada en tu Sacratísimo Corazón; allí es donde quiero pasar los días de mi vida y exhalar mi último suspiro.

Haz también de mi  corazón tu morada y el lugar de tu reposo, para quedarnos así íntimamente unidos, hasta que un día pueda yo alabarte, amarte y poseerte por toda la eternidad y cantar para siempre las misericordias de tu dulcísimo Corazón. Amén




Corazón Divino de Jesús, ten misericordia de nosotros (Tres veces)

Corazón Inmaculado de María, ruega por nosotros.

San José, Ruega por nosotros.

Santa Margarita María de Alacoque, ruega por nosotros.

FELIZ JUEVES!!




miércoles, 3 de mayo de 2017

EL MEJOR MAÍZ


EL MEJOR MAÍZ




Un agricultor participaba todos los años en la principal feria de agricultura de su comarca, y lo más extraordinario es que ya llevaba varios años en que siempre ganaba en primer lugar y se llevaba el trofeo al “Maíz del año”.

Cada año llegaba con el maíz cosechado y salía vencedor portando una faja azul, recubriendo su pecho, que indicaba que su maíz era el mejor de todos. Y no solo eso, sino que iba superando a sus cosechas pasadas. Todos estaban asombrados.

Al final de la entrega de premios, los periodistas lo entrevistaron. Uno de ellos, perteneciente a la televisión, le hizo la pregunta que a todos les interesaba: ¿Cómo acostumbraba cultivar su valioso producto? ¿Cuál era su secreto?

Al agricultor no le importó revelarle su secreto: su método consistía en compartir buena parte de sus mejores semillas con sus vecinos, para que ellos también las sembraran. El periodista quedó sorprendido:

- “¿Cómo es posible que les comparta sus semillas cuando ellos están compitiendo directamente con usted?” Pero el agricultor le confirmó:

- “Bueno, es muy simple. Usted sabrá que el viento recoge el polen del maíz maduro y lo lleva de campo en campo, y eso ayuda a que sea mejor el producto. Si mis vecinos cultivaran un maíz de baja calidad, la polinización degradaría continuamente la calidad de mi maíz. Si yo quiero cultivar maíz bueno, tengo que ayudarles a cultivar el mejor maíz, y por ello les doy a ellos mis mejores semillas. A fin de cuentas es como todo: uno cosecha lo que siembra. 

Moraleja: Preocuparse de los demás es el mejor modo de preocuparnos de nosotros mismos, pues pensar en el prójimo es el mejor modo de pensar en nosotros mismos”. Si decidimos estar en paz, no solo hemos de estar en paz con nosotros mismos, sino hemos de hacer que los demás consigan estar en paz. Y si queremos vivir felices, hemos de procurar que los demás sean felices también. 

EL CURIOSO CAMINO DE FE DE ANNE IGARTIBURU


El curioso camino de fe de Anne Igartiburu
Su hija adoptiva y una monja la llevaron a Dios


A la famosa presentadora le cambió la vida el día que conoció a una monja española en India cuando iba a adoptar una niña


Por: Javier Lozano | Fuente: Religion en Libertad 



Anne Igartiburu es uno de los rostros más conocidos en la televisión y uno de los íconos de Televisión Española. Presentadora durante años del programa Corazón y hasta ahora de +Gente, esta vasca de 44 años representa el periodismo rosa más limpio y de cara más amable, el más lejano al sensacionalismo.
Su trayectoria profesional, habitual dando las campanada de fin de año, le han hecho también estar bajos los focos. Ha tenido sus idas y venidas pero sin darse cuenta, casi de repente se encontró a Dios de frente y este hecho le cambió la vida.
La adopción que le llevó a Dios
Deseosa de ser madre, Igartiburu comenzó los trámites de adopción en la India. Durante estos años de papeleos y viajes conoció en este país el orfanato de Ankur, llevado por las religiosas de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana. Esta casa está además dirigida por una española, Sor Primi Vela. El contacto con ella le cambió la vida y la mentalidad. Lo demás se lo tenía deparado el mismo Dios.
Finalmente, Noa llegó a su vida, una niña india cuya madrina es además esta religiosa española. Aquí también empezó el camino de Anne. En una entrevista en el programa Últimas Preguntas de TVE la presentadora confesaba que “cada día es una aventura, y sólo espero ser capaz de dar mucho amor y ser generosa”.


Sobre su pequeña, afirmaba: “curiosamente, mi hija me dice que no la he adoptado yo sino que ella me ha adoptado a mí. Quizá te sorprenda pero es ella la que me está marcando los valores. Dios estaba en mi vida pero he llegado cerca de Él gracias a este regalo que me ha hecho y que es esta persona”.
“El camino a Dios, una aventura”
Igartiburu insistía en esta novedad en su vida, en este nuevo sentir. “Es un descubrimiento tan bonito”, aseguraba. “Los valores los marcamos porque van llegando a nosotros. No debemos dejar pasar tener esta espiritualidad, esa búsqueda continua para superar las dificultades cada día”, indicaba de manera convencida.
Preguntada sobre cómo conoció a este Dios hasta entonces desconocido para ella, Anne dijo que “es un descubrimiento para todo el mundo, jóvenes y no jóvenes. Noa llega de un entorno religioso en la India, de las hermanas de la caridad de Santa Ana y yo llegó ahí por afinidad. Pero ese camino hacía Dios, esa búsqueda es una aventura interna y un regalazo”.
Para Igartiburu, que conoció a Dios hace relativamente poco ahora todo “es una celebración, la espiritualidad y la fe son una celebración. Noa llegó así y sólo tengo agradecimiento”.
“Dios es todo”
¿Cómo es esta nueva vida para Anne? Reconoce que “quien no tiene esa espiritualidad vive de otra forma y busca la felicidad de otra manera. En nosotros hay compromiso social y con la comunidad, acudiendo también los domingos a misa como cosas cotidianas”. Pero ella insiste en que “todo es celebración, todo con alegría y con compromiso”.
Sobre esta faceta, la presentadora también se pregunta cómo es Dios. Su respuesta, con total naturalidad, muestra su forma de ser: “Dios es vida, es compromiso, aprendizaje…es todo. Me siento muy pequeña porque cada día hay que aprender”.
La valentía y el conflicto interno de la fe
Por todo ello, se remonta a su pasado. “Vengo de una familia que no era religiosa, para mí ha sido todo búsqueda y el problema de muchos creyentes en que no lo reconocen. También es valentía y conflicto…un conflicto interno porque se te cuestionan muchas cosas, tienes miedo…”. Sin embargo, ahora es muy feliz así pese al circo mediático en el que vive al ser un personaje público de la sociedad española.
Y es por esto que Igartiburu es consciente de su responsabilidad en la sociedad debido a su profesión. Comentaba que ha hablado mucho de este tema con Sor Primi Vela. “No sé si hago lo que tengo que hacer, si esto es coherente con lo que hago en la vida”, le comentó. Anne dijo entonces que la respuesta de la religiosa fue que “quizá sin saberlo eres el referente para otra gente, con tu actitud, con tu forma de ser”. El ejemplo de vida como llamada a los alejados.
Ayuda a los enfermos de Sida en India
Recientemente, Anne Igartiburu ha vuelto a ser madre tras adoptar a un bebé vietnamita. Debido a su vida discreta los medios se enteraron cuando la fotografiaron curiosamente saliendo un domingo de misa junto a sus dos hijas.
Actualmente, la presentadora dedica parte de su tiempo libre y de sus vacaciones para colaborar como voluntaria con las hermanas de Santa Ana y con Manos Unidas. En la India, donde adoptó a su primera hija, ayuda en los orfanatos, en los hospitales donde están los más pobres entre los pobres y también en los centros de enfermos de Sida. ¿Por qué? Ella lo ha dicho, “celebración” por haber encontrado lo que antes no tenía.

CRISTIANOS EN ORIENTE MEDIO DEBEN IMPLICARSE EN LA PAZ, PAPA FRANCISCO


Cristianos en Oriente Medio deben implicarse en la paz, afirma Papa Francisco
Por Miguel Pérez Pichel
Foto: Lucía Ballester (ACI Prensa)



VATICANO, 03 May. 17 / 04:35 am (ACI).- En la Audiencia General del miércoles, en la Plaza de San Pedro en el Vaticano, el Papa Francisco exhortó a los cristianos de Egipto y de Oriente Medio a implicarse en la paz en la región, porque “los cristianos, en Egipto como en toda nación de la tierra, están llamados a ser levadura de fraternidad. Esto es posible si viven en sí mismos la comunión con Cristo”, afirmó.

En su enseñanza, el Santo Padre hizo balance del viaje apostólico que realizó a Egipto del 28 al 29 de abril. Recordó que su intención era llevar “un signo de paz a Egipto y a toda aquella región que, desafortunadamente, sufre el golpe de los conflictos y del terrorismo. De hecho –destacó–, el lema del viaje era ‘El Papa de la paz en un Egipto de paz’”.


Francisco subrayó como uno de los puntos centrales del viaje la visita a la Universidad de Al-Azhar, “la universidad islámica más antigua y máxima institución académica del islam suní”. Explicó que esa visita tuvo un doble horizonte: “el diálogo entre cristianos y musulmanes y, al mismo tiempo, promover la paz en el mundo”.

El Santo Padre explicó que, en el contexto del encuentro con el Gran Imán de Al-Azhar y su intervención en la Conferencia Internacional para la paz, ofreció una reflexión “en la cual puse en valor la historia de Egipto como tierra de civilización y tierra de alianza”.

Para el Pontífice, Egipto, como sinónimo de antigua civilización, de tesoros artísticos y de conocimientos, “nos recuerda que la paz se construye mediante la educación, la formación de la sabiduría y un humanismo que asume como parte integrante la dimensión religiosa, la relación con Dios, como recordó el Gran Imán en su discurso”.

“La paz también se construye compartiendo la alianza entre Dios y el hombre, fundamento de alianza entre todos los hombres, sustentada sobre el Decálogo escrito en las tablas de piedra del Sinaí, pero de forma mucho más profunda en el corazón de cada hombre de cada tiempo y lugar, ley que se resume en el mandamiento del Amor de Dios y del prójimo”.

Por ello abogó por “una paz estable y duradera que se sustente no en el derecho de la fuerza, sino en la fuerza del derecho”, paz a la que Egipto puede contribuir gracias a su peso histórico y religioso y a su papel en la región.

En la catequesis, el Obispo de Roma hizo hincapié en el importante valor ecuménico del viaje. En este sentido, rememoró la reunión y oración común junto al Papa Tawadros II: “Un fuerte signo de comunión, gracias a Dios, hemos podido darlo junto con mi querido hermano el Papa Tawadros II, Patriarca de los Coptos ortodoxos. Hemos renovado el compromiso, también firmando una Declaración Conjunta, de caminar juntos y de comprometernos para no repetir el Bautismo administrado en las respectivas Iglesias”.  

“Juntos hemos orado por los mártires de los recientes atentados que han golpeado trágicamente aquella venerable Iglesia; y su sangre ha fecundado este encuentro ecuménico, en el cual ha participado también el Patriarca de Constantinopla Bartolomé. El Patriarca ecuménico, mi querido hermano”.

En su enseñanza ante los fieles congregados en la Plaza de San Pedro, Francisco también rememoró los momentos vividos junto a la pequeña comunidad católica de Egipto a los que exhortó a “revivir la experiencia de los discípulos de Emaús, a encontrar siempre en Cristo”; y con los sacerdotes, religiosos, religiosas y seminaristas, en los que vio “la belleza de la Iglesia en Egipto”.

El Papa Francisco finalizó la catequesis agradeciendo a todos los que hicieron posible el viaje, “especialmente a tantas personas que han ofrecido sus oraciones y sufrimientos”.
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