domingo, 5 de enero de 2014

EL EVANGELIO DE HOY: 05.01.2013

Autor: P Juan Pablo Menéndez | Fuente: Catholic.net
La Epifanía del Señor
Mateo 2, 1-12. Solemnidad Epifanía. Esos magos le llevaron unos regalos al Niño Dios, pero no se dieron cuenta de que ellos fueron quienes recibieron el mayor regalo.
La Epifanía del Señor
Del santo Evangelio según san Mateo 2, 1-12

Nacido Jesús en Belén de Judea, en tiempo del rey Herodes, unos magos que venían del Oriente se presentaron en Jerusalén, diciendo: «¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Pues vimos su estrella en el Oriente y hemos venido a adorarle.» AL oír esto, el rey Herodes se sobresaltó y con él toda Jerusalén. Convocó a todos los sumos sacerdotes y escribas del pueblo, y por ellos se estuvo informando del lugar donde había de nacer el Cristo. Ellos le dijeron: «En Belén de Judea, porque así está escrito por medio del profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres, no, la menor entre los principales clanes de Judá; porque de ti saldrá un caudillo que apacentará a mi pueblo Israel.Entonces Herodes llamó aparte a los magos y por sus datos precisó el tiempo de la aparición de la estrella. Después, enviándolos a Belén, les dijo: Id e indagad cuidadosamente sobre ese niño; y cuando le encontréis, comunicádmelo, para ir también yo a adorarle. Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino, y he aquí que la estrella que habían visto en el Oriente iba delante de ellos, hasta que llegó y se detuvo encima del lugar donde estaba el niño. Al ver la estrella se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa; vieron al niño con María su madre y, postrándose, le adoraron; abrieron luego sus cofres y le ofrecieron dones de oro, incienso y mirra. Y, avisados en sueños que no volvieran donde Herodes, se retiraron a su país por otro camino. 

Oración introductoria

Jesús, vengo a este rato de meditación para contemplarte y adorarte, como aquellos magos de Oriente. Ayúdame a encontrarte, como ellos lo hicieron, en los brazos de María.

Petición

Jesús, dame la gracia de buscarte siempre. Que seas Tú la causa de todas mis alegrías.

Meditación del Papa Francisco

El hombre religioso intenta reconocer los signos de Dios en las experiencias cotidianas de su vida, en el ciclo de las estaciones, en la fecundidad de la tierra y en todo el movimiento del cosmos. Dios es luminoso, y se deja encontrar por aquellos que lo buscan con sincero corazón.
Imagen de esta búsqueda son los Magos, guiados por la estrella hasta Belén. Para ellos, la luz de Dios se ha hecho camino, como estrella que guía por una senda de descubrimientos. La estrella habla así de la paciencia de Dios con nuestros ojos, que deben habituarse a su esplendor. El hombre religioso está en camino y ha de estar dispuesto a dejarse guiar, a salir de sí, para encontrar al Dios que sorprende siempre. Este respeto de Dios por los ojos de los hombres nos muestra que, cuando el hombre se acerca a él, la luz humana no se disuelve en la inmensidad luminosa de Dios, como una estrella que desaparece al alba, sino que se hace más brillante cuanto más próxima está del fuego originario, como espejo que refleja su esplendor. La confesión cristiana de Jesús como único salvador, sostiene que toda la luz de Dios se ha concentrado en él, en su "vida luminosa", en la que se desvela el origen y la consumación de la historia. (S.S. Francisco, encíclica Lumen fidei, n. 35).
.

Reflexión

Hoy es uno de esos días en que todos quisiéramos de nuevo ser niños. ¡Qué alegría y qué ilusión al habernos ido a la cama pensando: "Esta noche pasarán por casa los Magos de Oriente y dejarán en ella muchos regalos para mí" El ejemplo de estos "magos" (en la actualidad equivaldrían a una especie de astrónomos y no a aquellos que aparecen y desaparecen un conejo de su sombrero) es un ejemplo de fe y de sencillez. Su vida estaba resuelta. Eran felices. Tenían una familia maravillosa. ¿Para qué despeinarse? ¡Vaya ganas de complicarse la vida! Y sin embargo, ven la estrella y no tardan en seguirla.

Tenían fe y supieron descubrir en el brillo de esa estrella diminuta, que a ratos se les escabullía, el paso de Dios por sus vidas. Y es que, hace falta tener los oídos interiores bien limpios para escuchar la voz de Dios. El rey Herodes, a través de estos magos, recibió también una invitación de Dios para sumarse a los que adorarían al Niño. Pero la basura del egoísmo y el ruido del poder acumulado en sus oídos, no le permitieron escuchar. Se quedó en su palacio y se ensució el alma con la muerte de tantos inocentes. La sencillez de los magos, se nos presenta unida a su fe, en el momento del encuentro con el Niño: Y de hinojos le adoraron, abriendo sus cofres, le ofrecieron como dones de oro, incienso y mirra...

Unos hombres venían de oriente. Ellos habían visto una estrella diferente a las demás. Una estrella nacida hacía unos días, lo que equivaldría a un fenómeno extraordinario. Lo comentan con todos los habitantes de la ciudad en donde están. La ciudad se sobresalta por tal anuncio. ¿Qué harías si hoy te preguntaran si has visto la estrella que acaba de nacer? Al menos yo me sentiría confuso, dado que no soy un astrónomo, además las noches las ocupo en otras cosas que en estar mirando el cielo.

Estos hombres los recordamos hoy. Hace más de dos mil años que observaron el fenómeno de la estrella, y aún hoy se observa este milagro. Una estrella ha nacido, y nace en esta Navidad, y nacerá en las siguientes navidades. Esa Estrella la llamamos Jesús. Un Niñito nacido un lejano 24 de diciembre, y que sigue recibiendo la visita de unos magos cada año. Unos magos que eran de oriente y que hoy los niños del mundo quieren muchísimo. Esos magos le llevaron unos regalos al Niño Dios, pero no se dieron cuenta de que ellos fueron quienes recibieron el mayor regalo, el conocimiento de Dios a través de la Fe.

Ojalá que en este día, escuchemos la voz del recién nacido. Y si no la percibimos, lavémonos los oídos, curemos nuestra sordera de alma y no nos quedemos solos y tristes como Herodes.

Propósito

Vayamos al portal de Belén y con fe y sencillez, desde lo más profundo de nuestro corazón, adoremos a Jesús, prometiéndole que seguiremos siempre su estrella.

Diálogo con Cristo

La adoración de los magos me recuerda lo cerca que estás siempre, esperando que me dé el tiempo para contemplar y apreciar el infinito amor que me ofreces. Mi entorno social ofrece tantas falsas alegrías que necesito, como los magos, seguir tu estrella que muestra el camino, que aunque a veces parezca difícil, es el único donde podré encontrar la felicidad verdadera. Señor, ayúdame a salir a predicar tu mensaje de amor, dame la gracia de salir de mí para ejercer una labor de fermento dentro de mi familia y en el círculo de mis amigos, para comenzar a vivir un cristianismo militante, dinámico, lleno de celo, que nunca pierde de vista la estrella de tu amor. 

sábado, 4 de enero de 2014

¿POR QUÉ EXISTEN DOS CREDOS?

Autor: Siervas de los Corazones Traspasados de Jesus y María | Fuente: corazones.org
¿Por qué existen dos Credos?

Entre los símbolos de la fe dos ocupan un lugar muy particular en la vida de la Iglesia: El símbolo de los Apóstoles y el de Nicea-Constantinopla

¿Por qué existen dos Credos?

El Catecismo de la Iglesia nos explica por qué tenemos un Credo (Rf. 185-197). Desde su origen, la Iglesia apostólica expresó su fe en formulas breves y normativas para todos, quiso recoger lo esencial de su fe en resúmenes orgánicos y articulados, destinados sobre todo a los candidatos al bautismo.

Esta síntesis de fe no ha sido hecha según opiniones humanas, sino que se ha tomado de toda la Escritura lo más importante, para dar en su integridad la única enseñanza de la fe. A esta se le llama "profesión de fe", y también se le llama Credo, ya que la primera palabra en ella es "Creo". Se les denomina igualmente "símbolos de la fe".

A lo largo de los siglos, en respuesta a las necesidades de diferentes épocas, se han elaborado numerosos símbolos de nuestra fe, por ejemplo:

-Los símbolos de las diferentes Iglesias apostólicas y antiguas.
-El llamado símbolo de San Atanasio
-La profesión de fe de ciertos Concilios como los de Toledo, Letrán, Lyón, Trento, o de ciertos Papas como la "Fides Damasi" o "El credo del pueblo de Dios, del Papa Pablo VI"

Ninguno de estos símbolos compuestos en diferentes etapas de la vida de la Iglesia puede ser considerado como superado o inútil. Nos ayudan a captar nuestra fe a través de los diversos resúmenes que se han hecho.

Ahora paso a contestar la pregunta, sobre el por qué de los dos que usted conoce y su diferencia:

Entre los símbolos de la fe dos ocupan un lugar muy particular en la vida de la Iglesia, estos son: El símbolo de los Apóstoles y El Símbolo de Nicea-Constantinopla.

El Credo de los Apóstoles o Símbolo de los Apóstoles, es el corto, es llamado de los apóstoles por que es considerado con justicia como el resumen fiel de la fe de los apóstoles. Es el antiguo símbolo bautismal de la Iglesia Romana. Su gran autoridad proviene del hecho de que es el símbolo que guarda la Iglesia Romana, la que fue sede de Pedro, el primero de los apóstoles, y a la cual él llevó a la doctrina común.

El Credo de Nicea-Constantinopla, es más largo por ser mas explícito y lo rezamos todos los domingos en la Misa. Debe su gran autoridad al hecho de que es fruto de los dos primeros Concilios ecuménicos, como su nombre lo indica respectivamente Concilio de Nicea año 325 y el Concilio de Constantinopla año 381. Sigue siendo hoy el símbolo común de todas las Iglesias de Oriente y Occidente.

Recitar con fe el Credo es recordar nuestro Bautismo y entrar en comunión con Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, es también entrar en comunión con toda la Iglesia que nos transmite la fe y en el seno de la cual creemos.

ORACIÓN A AL EPIFANÍA DEL SEÑOR


VEN ESPÍRITU SANTO



VEN ESPÍRITU SANTO

Dios de los Padres y Señor de la Misericordia, que con tu palabra hiciste todas las cosas y en tu sabiduría formaste al hombre para que dominase sobre tus criaturas y para que rigiese el mundo con santidad y justicia, y lo gobernase con rectitud de corazón.

Dame la sabiduría, y no me excluyas del número de tus siervos, porque siervo tuyo soy, hijo de tu Esclava, hombre débil y de pocos años, demasiado pequeño para conocer el juicio y las leyes.
Contigo está la sabiduría conocedora de tus obras, que te asistió cuando hacías el mundo y que sabe lo que es grato a tus ojos y lo que es recto, según tus preceptos.

Envíala desde tu trono de gloria, para que me asista en mis trabajos y venga yo a saber lo que te es grato. Porque ella conoce y entiende todas las cosas y me guiará prudentemente en mis obras y me guardará en su esplendor.
Así sea.

P. Florentín Brusa cmf

HAY COSAS EN LA VIDA


HAY COSAS EN LA VIDA..

Hay cosas que nos pasan en la vida que encontramos difíciles de aceptar. Los recuerdos regresan y nos perturban una y otra vez. Cuando algo sucede en nuestras vidas tenemos que decidir si hay algo que podamos hacer para cambiar las cosas. Si lo hay, debemos hacer lo que podamos para que todo esté de nuevo bien.

Pero si hemos hecho todo lo posible, y en nuestro corazón sabemos que ahora no hay nada más que hacer, entonces, dejemos que se vaya lo que nos quita la tranquilidad. Después de haber repasado los "qué hubiera pasado si" y los "por qué" quizás aprendamos una lección valiosa. Y descubramos que si bien fue doloroso, crecimos por la experiencia.

Aprender a dejar ir las cosas, en vez de preocuparnos por lo que pudo haber sido, con el tiempo podría ser más valioso que aquello que hemos dejado ir.

IMÁGENES DE FELIZ DÍA DE REYES


















EL EVANGELIO DEL DIA: 04-01-2014

Autor: Laureano López | Fuente: Catholic.net
Discípulos de Juan conocen a Jesús
Juan 1, 35-42. Navidad. Al conocerlo, les impactó tanto que desearon quedarse a su lado.
 
Discípulos de Juan conocen a Jesús
Lectura del santo Evangelio según san Juan 1, 35-42

En aquel tiempo, Juan se encontraba de nuevo allí con dos de sus discípulos. Fijándose en Jesús que pasaba, dice: «He ahí el Cordero de Dios». Los dos discípulos le oyeron hablar así y siguieron a Jesús. Jesús se volvió, y al ver que le seguían les dice: «¿Qué buscáis?» Ellos le respondieron: «Rabbí - que quiere decir, "Maestro" - ¿dónde vives?» Les respondió: «Venid y lo veréis». Fueron, pues, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día. Era más o menos la hora décima. Andrés, el hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que habían oído a Juan y habían seguido a Jesús. El primero a quien encontró Andrés, fue a su hermano Simón, y le dijo: "Hemos encontrado al Mesías" (que quiere decir ´el ungido´). Lo levó a donde estaba Jesús y éste, fijando en él su mirada, le dijo: "Tu eres Simón, hijo de Juan. Tú te llamarás Kefás (que significa Pedro, es decir, "roca")

Oración introductoria

Yo también quiero tener un encuentro contigo en esta oración. Sólo quiero buscarte a Ti Señor, aleja toda distracción y preocupación que me desvíe y ayúdame a tener un encuentro personal con tu amor.

Petición

Cordero de Dios, dame la gracia de encontrarte y nunca más dejarte.

Meditación del Papa Francisco

He aquí la experiencia de la misericordia, del perdón de Dios en Jesucristo: ésta es la Buena Noticia, el Evangelio que Pedro y Pablo experimentaron en ellos mismos y por el cual dieron la vida. ¡Misericordia, perdón! El Señor siempre nos perdona, el Señor tiene misericordia, es misericordioso, tiene un corazón misericordioso y nos espera siempre.
Queridos hermanos, ¡qué alegría creer en un Dios que es todo amor, todo gracia! Esta es la fe que Pedro y Pablo recibieron de Cristo y transmitieron a la Iglesia. Alabemos al Señor por estos dos gloriosos testimonios, y como ellos dejémonos conquistar por Cristo, por la misericordia de Cristo.
Recordemos también que Simón Pedro tenía un hermano, Andrés, quien compartió con él la experiencia de la fe en Jesús. Es más, Andrés encontró a Jesús antes que Simón e inmediatamente habló de ello a su hermano y le llevó donde Jesús. (S.S. Francisco, 29 de junio de 2013)..

Reflexión

En el evangelio de hoy, se nos presentan dos momentos en la vida de Juan y Andrés, discípulos del Bautista. El primero: su encuentro con Jesús; y el segundo: la respuesta natural que nace de este encuentro.

Juan y Andrés siguen a Jesús, en un momento. Éste se vuelve y les pregunta ¿Qué buscan? Los discípulos después le responden con otra pregunta. Pero la respuesta que Cristo les da parece que no resuelve su interrogante. Sin embargo, la pedagogía de Jesús es diferente a la nuestra. Les invita a que ellos mismos hagan la experiencia de convivir con Él. No los fuerza. Respeta profundamente su libertad. Hasta el punto que ellos mismos vieron dónde vivía y decidieron permanecer con Él. Lo que les atrajo no era tanto el lugar donde vivía el Maestro, eso más bien era un pretexto para acercarse a Él y conocerlo más íntimamente. Su testimonio les impactó tanto que interiormente lo único que deseaban era quedarse a su lado.

Nadie puede hacer una verdadera experiencia de Cristo y no quedar con alguna huella visible. En este evangelio, se nos muestra cómo el conocimiento de Cristo les lleva a tener una necesidad muy grande de trasmitirlo a los demás. El mismo Andrés no duda en llevar la buena noticia de que han encontrado al Mesías a su hermano Simón, para después presentarlo con el Señor y que Cristo lo escoja para seguirlo también. El apostolado brota en todo corazón como una exigencia de quien ha experimentado el amor de Dios en su alma y desea ardientemente que los demás también puedan gozar de este maravilloso encuentro.

Propósito

Si yo he ha experimentado el amor de Dios en mi alma, tratar que los demás también puedan gozar de este maravilloso encuentro.

Diálogo con Cristo

Gracias por permitirme encontrarte en esta oración. Ahora, Señor y Padre mío, no dejes que me encandile con las tentaciones del mundo. Realmente quiero responder a tu llamado y cumplir cabalmente tu voluntad, aunque me cueste. Permite que mi testimonio de vida sea un puente para que otros también te sepan buscar y encontrar. 

viernes, 3 de enero de 2014

EN LAS LETANÍAS MARIANAS


EN LAS LETANÍAS MARIANAS

En las letanías invocamos a María como Reina de la Paz y la misma celestial Señora nos ha prometido que la paz vendrá sobre el mundo si nos consagramos a su Inmaculado Corazón.
Desde el principio del año debemos comprometernos a vivir esa consagración al Inmaculado Corazón de María, haciendo que nuestra Señora sea la dueña de nuestra vida y ofreciendo cada mañana nuestras obras a su amor de Madre, simbolizado en su Inmaculado Corazón.
Todo lo haremos pidiendo su bendición maternal y todo lo haremos para agradarla y, por ella, agradar a Jesús.

María, que has visto consagrada tu morada por Dios, ayúdanos a vivir la consagración al Señor que iniciamos con nuestro bautismo.

APRENDEMOS


APRENDEMOS

Aprendemos sobre la marcha, y las experiencias van iluminando nuestros planes para seguir adelante. Los pasos que damos al unísono, así como en rutas separadas aunque paralelas, enriquecen los movimientos particulares de todos nosotros.

Con frecuencia esperamos la perfección en nosotros mismos, olvidándonos de que en esta vida todos somos principiantes. Lo mejor que podemos hacer es reconocer de buena gana nuestros errores, dar gracias de que siempre podemos empezar de nuevo cualquier tarea y de que contamos con las experiencias de otros para usarlas como guías.

La vida es un proceso. Aprendemos, crecemos, compartimos nuestras cargas, reformulamos nuestras ideas y reestructuramos nuestros valores. Todo cambio que hacemos modifica nuestros pasos, alterando al mismo tiempo los movimientos de alguien más.

Hoy descubriré un cambio que deba hacer, uno cuyo alcance esté más allá de mi propia tarea.

GraBaq

LOS MAGOS DE ORIENTE


Los Magos de oriente
Padre Jordi Rivero


El El Evangelio Mt 2s. nos relata un hecho histórico de gran relevancia para comprender la actitud que Dios espera de nosotros.

El evento es confirmado por descubrimientos arqueológicos y científicos

Cuando ocurrió: 
Los Evangelios enmarcan el nacimiento de Jesús en tiempos del censo del imperio ordenado por César Augusto, cuando Quirino era gobernador de Siria, y en los últimos años del rey Herodes, quien falleció el mes de marzo del año 4 a.C. Para los historiadores, por lo tanto, Jesús nació unos siete años antes del año «0». 

Al llegar los magos a Jerusalén, éstos preguntaron en la corte el paradero del "Rey de los judíos". Los sacerdotes y maestros de la ley supieron informarles que el Mesías debía nacer en Belén, ciudad natal de David; sin embargo no fueron a adorarlo. Los magos ofrecieron oro, incienso y mirra, sustancias en las que la tradición ve la realeza mesiánica de Cristo (oro), de su divinidad (incienso) y de su humanidad (mirra).

Se les atribuyen lo nombres de Melchor, Gaspar y Baltasar. Los orientales llamaban magos a los doctores; en lengua persa, mago significa "sacerdote". La tradición, más tarde, ha dado a estos personajes el título de reyes. Esta atribución de realeza a los visitantes ha sido apoyada ocasionalmente en numerosos pasajes de la Escritura que describen el homenaje que el Mesías de Israel recibe por parte de los reyes extranjeros.

La Estrella de Belén identificada por la astronomía  -Fuente: Zenit
El evangelista Mateo (2, 2) relaciona el nacimiento de Jesús en Belén con la aparición de una estrella particularmente luminosa en el cielo de Palestina.

Johannes Kepler, 1603, astrónomo y matemático de la corte al observar desde el castillo de Praga el acercamiento de Júpiter y Saturno en la constelación de Piscis, se preguntó por primera vez si el Evangelio no se refería precisamente a ese mismo fenómeno. Hizo cálculos hasta descubrir que una conjunción de este tipo tuvo lugar en el año 7 a.C.


 Encuentro de una tablilla
En 1925 el erudito alemán P. Schnabel descifró anotaciones neobabilonias  acuñadas en una tabla de arcilla encontrada entre las ruinas de un antiguo templo del sol, cien kilómetros al norte de Babilonia. La tablilla revela la existencia de una conjunción de Júpiter y Saturno en la constelación de Piscis en el año 7 a.C., en tres ocasiones, durante pocos meses: del 29 de mayo al 8 de junio; del 26 de septiembre al 6 de octubre; del 5 al 15 de diciembre. Según los cálculos matemáticos, esta triple conjunción se vio con gran claridad en la región del Mediterráneo.

La triple conjunción de los dos planetas explica también la aparición y la desaparición de la estrella, dato confirmado por el Evangelio.  La tercera conjunción de Júpiter y Saturno, unidos como si se tratara de un gran astro, tuvo lugar del 5 al 15 de diciembre. En el crepúsculo, la intensa luz podía verse al mirar hacia el Sur, de modo que los Magos de Oriente, al caminar de Jerusalén a Belén, la tenían en frente. La estrella parecía moverse, como explica el Evangelio, «delante de ellos» (Mt 2, 9).



Por que los Magos deciden viajar en busca del Mesías

El viaje en busca del Mesías recién nacido es de cientos de Km. hasta Jerusalén. Representa grandes peligros de ser atacados por ladrones ya que llevaban tesoros.

Según explica el catedrático de fenomenología de la religión de la Pontificia Universidad Gregoriana, Giovanni Magnani: «en la antigua astrología,

      Júpiter era considerado como la estrella del Príncipe del mundo
La constelación de Piscis como el signo del final de los tiempos.
El planea Saturno era considerado en Oriente como la estrella de Palestina. 


Cuando Júpiter se encuentra con Saturno en la constelación de Piscis, significa que el Señor del final de los tiempos se aparecerá este año en Palestina.

Entonces, ¿Es valida la astrología?

Hay que distinguir entre astrología y astronomía. La segunda es una ciencia mientras la primera suele mezclar conocimientos de las estrellas con mitología.  Dios se manifiesta al hombre según este pueda entender. Los Magos ("magoi" en griego) eran una casta de sacerdotes persas o babilonios. No conocían la revelación divina como los judíos. Pero en su deseo de buscar a Dios estudiaban las estrellas. Ellos levantaron sus ojos al cielo buscando en las luz de las estrellas una guía.  Dios es el Señor de los astros y los guió desde ahí hacia la verdadera luz que es Cristo.  

¿Da igual toda religión?

NO. Dios se ha dado a conocer a través de los siglos llegando a la plenitud en la revelación de su Hijo Jesucristo.  Los magos no se quedaron satisfechos donde estaban. Fueron a buscar al Mesías. Cuando llegaron a Jesús le adoraron.

Dios rechaza a nadie. Pero si nos llama a todos a buscar la verdad y a la conversión. 

Mas tarde Jesús confirmará que los paganos pueden encontrar la verdad si la buscan:
Ej.: Jesús y el centurión: Pagano. Mateo 8:8-10  “Replicó el centurión: «Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; basta que lo digas de palabra y mi criado  quedará sano. Porque también yo, que soy un subalterno, tengo soldados a mis ordenes, y digo a éste: "Vete", y va; y a otro:  "Ven", y viene; y a mi siervo: "Haz esto", y lo hace.» 

Al oír esto Jesús quedó admirado y dijo a los que le seguían: «Os aseguro que en Israel no he encontrado en nadie una fe tan grande.”

El centurión abrió su corazón y razonó bien.  La gracia iluminó su razón.

Mateo 8,11-12  “Y os digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se pondrán a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob en el reino  de los Cielos, mientras que los hijos del Reino serán echados a las tinieblas de fuera; allí será el llanto y el rechinar de dientes.»”

Ej: Samaritana en el Pozo: Jesús le dice  Juan 4:22   “Vosotros adoráis lo que no conocéis;  nosotros adoramos lo que conocemos,  porque la salvación viene de los judíos.”

Un corazón cerrado a la verdad no se puede justificar. En el juicio final:

Unos apelarán a su ignorancia:   Mt 25,43 “Entonces dirá también a los de su izquierda: "Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles.  Mt 25:44  “Entonces dirán también éstos: "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento o forastero o desnudo o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?"

Otros apelarán a su conocimiento de Cristo: Mateo 7,22  “Muchos me dirán aquel Día: "Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?" 

Pero Jesús conoce cada corazón.

Los magos nos dan gran ejemplo en su búsqueda de la verdad.  Estuvieron dispuestos a correr grandes riesgos. Hombres en camellos, llevando tesoros por el desierto donde hay bandas de ladrones.

Ellos buscaban al Mesías y nada ni nadie los detuvo. Fueron humildes, preguntaron a otros como llegar.

Los Magos llegan a Jerusalén, Mateo 2,2». «¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Pues vimos su estrella en el Oriente y hemos venido a adorarle» preguntan a los habitantes de Jerusalén.

Mateo 2:3  “oyéndolo, el rey Herodes se sobresaltó y con él toda Jerusalén.

Los de Jerusalén sabían donde debía nacer el Mesías. Conocían las Sagradas Escrituras. Pero eso no es suficiente: Pudieron dar instrucciones para que los Magos lleguen. Pero ellos mismos no fueron a adorarlo.  Son como tantos hoy: Religión a mi manera, según mi opinión.



Ya no esperan mas de Dios. Democracia espiritual.

¡Que fácil caer en esa actitud! !Que común es! Desisten de la verdad cuando el camino es estrecho y escabroso. Viven absortos en su pequeño mundo.

De todo Jerusalén fue Herodes quien demostró mas interés por el nacimiento del Mesías.

Mateo 2,11(Los Magos) entraron en la casa; vieron al niño con María su madre y, postrándose, le adoraron; abrieron luego sus cofres y le ofrecieron dones de oro, incienso y mirra.

Oro: rey  / Incienso: Dios /  Mirra: ungüento para las heridas.

Pero los Magos se llevaron MAYOR RIQUEZA: conocieron a Jesús.

LOS MAGOS DE ORIENTE, MODELOS DEL VERDADERO SABIO


Autor: SS Benedicto XVI | Fuente: Catholic.net
Los Magos de Oriente, modelos del verdadero sabio
Descubrieron un nuevo rostro de Dios, una nueva realeza: la del amor.

Los Magos de Oriente, modelos del verdadero sabio
Las palabras del Papa durante el rezo del Ángelus, el miércoles 6 de enero de 2010 con los peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro en la Solemnidad de la Epifanía del Señor. 



Celebraremos la gran fiesta de la Epifanía, el misterio de la Manifestación del Señor a todas las gentes, representadas por los Magos, venidos de Oriente para adorar al Rey de los Judíos (cfr Mt 2,1-2). El evangelista Mateo, que relata el acontecimiento, subraya que éstos llegaron a Jerusalén siguiendo una estrella, avistada en su surgimiento e interpretada como signo del nacimiento del Rey anunciado por los profetas, o sea, el Mesías. Llegados sin embargo a Jerusalén, los Magos necesitaron las indicaciones de los sacerdotes y de los escribas para conocer exactamente el lugar a donde dirigirse, es decir, Belén, la ciudad de David (cfr Mt 2,5-6; Mi 5,1). La estrella y las Sagradas Escrituras fueron las dos luces que guiaron el camino de los Magos, los cuales aparecen como modelos de los auténticos buscadores de la verdad. 

Éstos eran unos sabios, que escrutaban los astros y conocían la historia de los pueblos. Eran hombres de ciencia en un sentido amplio, que observaban el cosmos considerándolo casi un gran libro lleno de signos y de mensajes divinos para el hombre. Su saber, por tanto, lejos de considerarse autosuficiente, estaba abierto a ulteriores revelaciones y llamadas divinas. De hecho, no se avergüenzan de pedir instrucciones a los jefes religiosos de los judíos. Habrían podido decir: hagámoslo solos, no necesitamos a nadie, evitando, según nuestra mentalidad actual, toda “contaminación” entre la ciencia y la Palabra de Dios. En cambio los Magos escuchan las profecías y las acogen; y, apenas se vuelven a poner en camino hacia Belén, ven nuevamente la estrella, casi como confirmación de una perfecta armonía entre la búsqueda humana y la Verdad divina, una armonía que llenó de alegría sus corazones de auténticos sabios (cfr Mt 2,10). El culmen de su itinerario de búsqueda fue cuando se encontraron ante "el niño con María su madre" (Mt 2,11). Dice el Evangelio que “postrándose le adoraron". Habrían podido quedarse desilusionados, es más, escandalizados. En cambio, como verdaderos sabios, se abrieron al misterio que se manifiesta de modo sorprendente; y con sus dones simbólicos demostraron que reconocían en Jesús al Rey y al Hijo de Dios. Precisamente en ese gesto se cumplen los oráculos mesiánicos que anuncian el homenaje de las naciones al Dios de Israel. 

Un último detalle confirma, en los Magos, la unidad entre inteligencia y fe: es el hecho de que “advertidos en sueños de que no volvieran a Herodes, volvieron a su tierra por otro camino" (Mt 2,12). Habría sido natural volver a Jerusalén, al palacio de Herodes y al Templo, para proclamar su descubrimiento. En cambio, los Magos, que han elegido como soberano al Niño, lo custodian escondiéndolo, según el estilo de María, o mejor de Dios mismo, y tal como habían aparecido, desaparecieron en el silencio, apagados, pero también cambiados tras el encuentro con la Verdad. Habían descubierto un nuevo rostro de Dios, una nueva realeza: la del amor. Que nos ayude la Virgen María, modelo de verdadera sabiduría, a ser auténticos buscadores de la verdad de Dios, capaces de vivir siempre la profunda sintonía que hay entre la razón y la fe, entre la ciencia y la revelación. 

EL EVANGELIO DE HOY: 03-01-2014

Autor: P Juan Pablo Menéndez | Fuente: Catholic.net
Segundo testimonio de Juan
Juan 1, 29-34. Navidad. Con toda alegría Juan nos presenta a Jesús, el Elegido de Dios.
 
Segundo testimonio de Juan
Del santo Evangelio según san Juan 1, 29-34

En aquel tiempo, vio Juan el Bautista a Jesús venir hacia él y dice: «He ahí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Este es por quien yo dije: Detrás de mí viene un hombre, que se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo. Y yo no le conocía, pero he venido a bautizar en agua para que él sea manifestado a Israel». Y Juan dio testimonio diciendo: «He visto al Espíritu que bajaba como una paloma del cielo y se quedaba sobre él. Y yo no le conocía pero el que me envió a bautizar con agua, me dijo: "Aquel sobre quien veas que baja el Espíritu y se queda sobre él, ése es el que bautiza con Espíritu Santo." Y yo le he visto y doy testimonio de que éste es el Elegido de Dios.

Oración introductoria

Cordero de Dios, quita mi pecado y hazme digno de poder tener un diálogo de amor contigo en este tiempo de oración. Te amo, pero no soy digno porque no he sido fiel a tu gracia, por eso envía tu Espíritu Santo para que me ayude a amarte como Tú me amas.

Petición

Padre Santo, dame la gracia de experimentar tu presencia en esta oración.

Meditación del Papa Francisco

El servicio que han prestado en estos días me ha recordado la misión de san Juan Bautista, que preparó el camino a Jesús. Cada uno de ustedes, a su manera, ha sido un medio que ha facilitado a miles jóvenes tener "preparado el camino" para encontrar a Jesús. Y éste es el servicio más bonito que podemos realizar como discípulos misioneros: Preparar el camino para que todos puedan conocer, encontrar y amar al Señor.
A ustedes, que en este período han respondido con tanta diligencia y solicitud a la llamada para ser voluntarios de la Jornada Mundial de la Juventud, les quisiera decir: Sean siempre generosos con Dios y con los otros. No se pierde nada, y en cambio, es grande la riqueza de vida que se recibe.
Dios llama a opciones definitivas, tiene un proyecto para cada uno: descubrirlo, responder a la propia vocación, es caminar hacia la realización feliz de uno mismo. Dios nos llama a todos a la santidad, a vivir su vida, pero tiene un camino para cada uno. (S.S. Francisco, 28 de julio de 2013).

Reflexión

En el Evangelio de hoy, se nos presenta dos tipos de bautismo: el bautismo del agua impartido por Juan y la nueva forma del bautismo que instituirá Jesucristo.

El rito del bautismo de Juan está lleno de significado. La persona que se acercaba a Juan para ser bautizada se preparaba para este momento tan importante. La entrada en el lago y la inmersión en el agua tenía el significado de dejar sumergida la vida pasada e iniciar una nueva vida. Era una muestra de conversión por la cual salía del agua dispuesto a cambiar en su forma de ser en la vida cotidiana y en su relación con Dios. El bautismo con agua será la preparación para recibir el nuevo bautismo del que habla Juan cuando Jesús fue a bautizarse, el bautismo proveniente del Espíritu Santo. Tenemos referencia de este tipo de bautismo en los Hechos de los Apóstoles cuando Pedro habla a los judíos de convertirse y hacerse bautizar por el Espíritu Santo.

El bautismo que será instituido por Jesucristo también hace referencia a una nueva vida. En este caso, a la persona bautizada se le abren las puertas a una nueva vida en el seno de la Iglesia al borrar el pecado original. Por ello pertenece al grupo de los sacramentos que hoy llamamos de Iniciación. Porque con él se inicia el camino para poder recibir todos los demás sacramentos. La práctica de bautizar por sumersión ya no se practica hoy en día, sin embargo, durante mucho tiempo se conservó en algunas iglesias un baptisterio en el cual se bajaba por una escalera a un lugar oscuro y después de ser bautizado subía de nuevo a la luz, manteniendo el simbolismo como en el bautismo del Jordán.

Propósito

Recordar que en nuestro Bautizo Dios nos dijo estas palabras al hacernos sus hijos: "Este es mi hijo muy amado..." Y cada día nos acompaña como Padre bueno.

Diálogo con Cristo

Señor Jesús, para tenerte como compañero de mi vida necesito conocerte más, de manera directa, en la Eucaristía, en el Evangelio y en la oración. No quiero quedarme en la superficialidad de quienes sólo «oyen» hablar de Ti, pero no tienen una relación personal para conocer tu voluntad. Sólo en el contacto asiduo contigo se podrá formar mi corazón de discípulo y misionero de tu amor. 

PRIMER VIERNES DEL MES DE ENERO 2014 DEDICADO AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS


PRIMER VIERNES DEL MES DE ENERO


BREVE CONSIDERACIÓN.- Jesús habla a su sierva Margarita María de Alacoque, y en ella a los herederos de su vocación y de su espíritu, los Hijos de los Sagrados Corazones:

“No encontrarás, hija mía, un padre que, lleno de amor por su hijo único, le haya dado las pruebas de cariño que Yo te he dado a ti del mío…Tú serás un dichoso compuesto de mi amor y de mis misericordias, pues te he elegido como un paraíso de descanso en la tierra…!Oh, no imaginas cuánto gozo en sentirme Señor de tu alma y Soberano de tu corazón. El mío divino, al apoderarse del tuyo, te dará una paz que nadie podrá arrebatarte.”

ORACIÓN
Ofrecimiento del alma al Divino Corazón de Jesús.


¡Oh Corazón Sagrado¡, yo me entrego a Ti y te consagro mi entendimiento, memoria y voluntad, deseando que todo cuanto haga y padezca sea por tu gloria; que todo cuanto vea y oiga me lleve a amarte; que todas mis palabras sean otros tantos actos de adoración y de alabanza; te suplico, Corazón adorable, me concedas que en todas las aspiraciones te llame a Ti y te atraiga a mi conciencia enferma, y que en cada respiración te ofrezca como divina ofrenda al Eterno Padre, para darle gracias por todo lo que debo a su largueza.

¡Oh Corazón lleno de bondad, a quien pertenezco, de quien dependo y por quien vivo¡ Abrásame, poséeme, transfórmame en Ti; haz que todos mis movimientos y esfuerzos sean para estrecharte más y más contigo, y protesto que prefiero sufrir mil muerte antes que separarme de Ti o herirte con la menor infidelidad.

(Santa Margarita María de Alacoque)


PRIMERA PROMESA:
“A los amantes de mi Sagrado Corazón les daré abundantes gracias, propias de su estado”.


En homenaje de gratitud por esta promesa, y para pedir su realización en nosotros, recitamos las letanías al Sagrado Corazón de Jesús.

LETANÍAS AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros
Jesucristo óyenos.
Jesucristo, escúchanos.
Dios Padre celestial, ten misericordia de nosotros.
Dios Hijo Redentor del mundo, ten misericordia de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten misericordia de nosotros.

Trinidad Santa, que eres un solo Dios, ten piedad de nosotros.

(A todas las invocaciones que siguen se responde: “Ten misericordia de nosotros”)


Corazón de Jesús, Hijo del Padre Eterno,
Corazón de Jesús, formado en el seno de la Virgen Madre por el Espíritu Santo,
Corazón de Jesús, al Verbo de Dios substancialmente unido,
Corazón de Jesús, de majestad infinita,
Corazón de Jesús, Templo santo de Dios,
Corazón de Jesús, Tabernáculo del Altísimo,
Corazón de Jesús, Casa de Dios y puerta del cielo,
Corazón de Jesús, Horno ardiente de caridad,
Corazón de Jesús, Santuario de justicia y de amor,
Corazón de Jesús, lleno de bondad y de amor,
Corazón de Jesús, Abismo de todas las virtudes,
Corazón de Jesús, digno de toda alabanza,
Corazón de Jesús, Rey y centro de todos los corazones,
Corazón de Jesús, en que están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia,
Corazón de Jesús, en que mora toda la plenitud de la divinidad,
Corazón de Jesús, en que el Padre se agradó,
Corazón de Jesús, de cuya plenitud todos nosotros hemos recibido,
Corazón de Jesús, deseo de los eternos collados,
Corazón de Jesús, paciente y muy misericordioso,
Corazón de Jesús, liberal con todos los que te invocan,
Corazón de Jesús, fuente de vida y de santidad,
Corazón de Jesús, propiciación por nuestros pecados,
Corazón de Jesús, colmado de oprobios,
Corazón de Jesús, desgarrado por nuestros pecados,
Corazón de Jesús, hecho obediente hasta la muerte,
Corazón de Jesús, con lanza traspasado,
Corazón de Jesús, fuente de todo consuelo,
Corazón de Jesús, vida y resurrección nuestra,
Corazón de Jesús, paz y reconciliación nuestra,
Corazón de Jesús, víctima por nuestros pecados,
Corazón de Jesús, salvación de los que en Ti esperan,
Corazón de Jesús, esperanza de los que en Ti mueren,
Corazón de Jesús, delicias de todos los Santos,
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: ten misericordia de nosotros.
V.- Jesús manso y humilde de corazón.
R.- Haz nuestro corazón conforme al tuyo.

Oremos: Oh Dios todopoderoso y eterno: mira el Corazón de tu amantísimo Hijo y las alabanzas y satisfacciones que en nombre de los pecadores te tributa; y concede aplacado el perdón a éstos que piden tu misericordia en el nombre de tu mismo Hijo Jesucristo. Quien contigo vive y reina en los siglos de los siglos. Amén.



Un Padrenuestro y Avemaría por los agonizantes y pecadores.

Una Palabra de Santa Margarita María de Alacoque a sus asociados: Entrad en el Corazón Divino de Jesús como en un horno de caridad, para purificarte ahí de todas las manchas, y para morir, en ese altar, a vuestra vida imperfecta y de pecado... Su gracia te hará revivir y su amor te transformará en Jesús, pero acercate íntimamente a su Corazón.

ACTO DE CONSAGRACIÓN
SE SOR MARÍA DEL DIVINO CORAZÓN

Amabilísimo Jesús, yo me consagro de nuevo y sin reserva a tu Divino Corazón. Te consagro mi cuerpo con todos sus sentidos, mi alma con todas sus potencias y mi ser todo entero. Te consagro mis pensamientos, palabras, obras, todos mis sufrimientos y trabajos, todas mis esperanzas, consuelos y alegrías. Especialmente te consagro mi pobre corazón para que no ame sino a Ti y se consuma como víctima en las llamas de tu amor. Acepta, !oh Corazón divino!, el deseo que tengo de consolarte y de pertenecerte para simpre. Toma de tal manera posesión de mí, que yo no tenga otra libertad que la de amarte, ni otra vida que sufrir y morir por Ti. Pongo en Ti toda mi confianza, una confianza sin límites, y espero de tu misericordia infinita perdón de todos mis pecados. Deposito en tus manos todos mis intereses, principalmente el de mi salvación eterna.

Prometo amarte y honrarte hasta el último momento de mi vida, y ayudado de tu divina gracia, prometo propagar con celo ardiente el culto de tu Sacratísimo Corazón. !Oh divino Corazón de Jesús!, dispón de mí como te agrade, no quiero más recompensa que tu mayor gloria y tu santo amor. Concédeme la gracia de hacer mi morada en tu Sacratísimo Corazón; allí es donde quiero pasar los días de mi vida y exhalar mi último suspiro.

Haz también de mi  corazón tu morada y el lugar de tu reposo, para quedarnos así íntimamente unidos, hasta que un día pueda yo alabarte, amarte y poseerte por toda la eternidad y cantar para siempre las misericordias de tu dulcísimo Corazón. Amén


Corazón Divino de Jesús, ten misericordia de nosotros (Tres veces)

Corazón Inmaculado de María, ruega por nosotros.

San José, Ruega por nosotros.

Santa Margarita María de Alacoque, ruega por nosotros.

jueves, 2 de enero de 2014

¿POR QUÉ FRACASAMOS?

Autor: Fernando Pascual | Fuente: Catholic.net
¿Por qué fracasamos?
Una victoria conseguida desde el mal es, en el fondo, un profundo fracaso
¿Por qué fracasamos?
¿Por qué fracasamos?
Nos asusta e inquieta esa palabra que asoma en ocasiones ante el horizonte de la propia vida o de la vida de seres queridos: el fracaso. Por eso vale la pena reflexionar un momento sobre la misma.

Notamos que existen diversos tipos de fracasos. Fijemos nuestra atención en tres de ellos.


Fracasos tipo 1

El primer tipo de fracasos consiste en no alcanzar algo que deseamos intensamente. Nos proponemos una meta, empezamos a trabajar, dedicamos parte de nuestro tiempo y de nuestro corazón para conseguirla. Un día constatamos que la meta vuela lejos: fracasamos.

Así, fracasa un chico que busca conquistar una chica, o viceversa. O una persona que pide ascenso de sueldo y recibe una negativa. O un estudiante que se mata para aprobar y llega puntualmente un nuevo suspenso. O un mecánico que tras horas de esfuerzo no consigue encontrar el fallo en el motor del coche. O un adulto que se propone esta tarde no naufragar en Internet para atender a los hijos y al final termina nuevamente encadenado a la pantalla de la computadora...

Este tipo de fracasos duele. Algunos de modo más intenso, otros con menor profundidad. ¿Por qué duelen? Porque nos habíamos propuesto un objetivo, sencillo o ambicioso, y al final nos encontramos con las manos vacías.


Fracasos tipo 2

El segundo tipo de fracasos es menos visible y engaña a muchos. Es el fracaso que se logra cuando uno consigue hacer "bien" lo que es "malo", cuando logra la "victoria" que le permite alcanzar deseos y proyectos bajos, mezquinos, pecaminosos.

Quien engaña al esposo o a la esposa sin ser descubierto, ¿no se siente "victorioso"? Quien comete un "robo perfecto", ¿no llena sus bolsillos de un dinero que satisface tantos deseos personales?

Intuimos fácilmente que una "victoria" conseguida desde el mal es, en el fondo, un profundo fracaso. Porque el "triunfador" ha dañado su conciencia, ha destruido su integridad moral, ha perjudicado a otros (cercanos o lejanos). Se ha alejado de Dios y ha encendido una vela al diablo.

Por desgracia, muchos de los que consiguen victorias en el mundo del pecado parecen satisfechos, incluso presumen de sus fechorías. Sobre ellos la Biblia ofrece juicios muy severos, sea en algunos salmos, sea en el Nuevo Testamento. Su situación, además, es sumamente grave, porque disfrutan de sus logros hasta el punto de no reconocer el estado miserable en el que se encuentran.

Valen para esas personas aquellas terribles palabras del Apocalipsis: "Tú dices: «Soy rico; me he enriquecido; nada me falta». Y no te das cuenta de que eres un desgraciado, digno de compasión, pobre, ciego y desnudo. Te aconsejo que me compres oro acrisolado al fuego para que te enriquezcas, vestidos blancos para que te cubras, y no quede al descubierto la vergüenza de tu desnudez, y un colirio para que te des en los ojos y recobres la vista" (Ap 3,17-18).


Fracasos tipo 3

El tercer tipo de fracasos es más sutil y problemático. Somos honestos. Conseguimos metas buenas. La vida nos sonríe. Los problemas se resuelven. Sentimos una halagadora satisfacción ante tantas conquistas y ante la belleza de una conducta justa.

Sin embargo... algo dentro nos dice que nuestra vida, tan llena de victorias y de satisfacciones, tal vez es un fracaso.

¿Cómo ocurre eso? Es cierto que alcanzar un objetivo bueno nos llena de alegría. Pero no todos los objetivos corresponden a los anhelos más profundos del corazón, ni nos abren a exigencias más íntimas de la vida cristiana.

Un joven que desea aprobar exámenes y lo consigue ha conquistado, ciertamente, una meta muy gratificante. Pero su vida no está hecha para aprobar exámenes. Unos esposos que llevan una vida matrimonial satisfactoria y serena gozan de un don que muchos envidian y que a ellos les produce una alegría maravillosa. Pero tampoco esa vida casi de fábula es lo único a lo que aspiramos los seres humanos.

Causa sorpresa pensar que pueda ser un fracaso la vida de quien salta de gozo ante victorias limpias, buenas, sanas. No es fracaso, hay que aclararlo, porque se están logrando objetivos buenos. Pero sí lo es cuando esa persona olvida la meta definitiva y el único amor al cual está llamado: Dios.

Porque una hermosa convivencia familiar, un trabajo exitoso y lleno de conquistas, un dinero ganado honestamente, unas vacaciones en un lugar sereno y reconfortante, no son el puerto último para la existencia humana, ni pueden ahogar otras dimensiones de la vida.

Sólo cuando abramos los ojos de la mente y del corazón a la meta definitiva. Sólo cuando comprendamos que todo puede servir para el bien si uno ama a Dios (cf. Rm 8,28). Sólo cuando los bienes materiales y la salud sean "invertidos" en la ayuda al pobre, al enfermo, al abandonado, al triste, al anciano. Sólo cuando seamos capaces de ver que muchos fracasos no son más que puertas que se cierran para que se abran horizontes de humildad y de acogida. Sólo cuando seamos capaces de ofrecer el dolor propio unido a la oración de Cristo en la Cruz por todos los hombres...

Sólo entonces nuestra vida brillará desde una luz que viene de lo alto y que permite participar en la única victoria que da sentido a la aventura humana: la del Cordero entregado por Amor al Padre y a los hermanos.

RICOS SIN SABERLO


Ricos sin saberlo


En la época de la recesión económica en los EE.UU., el señor Yates poseía una vasta extensión de tierra al oeste de Texas, donde criaba ovejas. Vivía pobremente, luchando para alimentar a su familia, cuando una compañía petrolera se dirigió a él, diciendo: – Pensamos que en su terreno puede haber petróleo. ¿Nos permite efectuar una perforación allí? Yates dio el permiso, pensando que no tenía nada que perder.

       La compañía empezó a perforar. A poca profundidad encontró el más importante yacimiento que, hasta la fecha, se había hallado en Norteamérica. Ese yacimiento podía producir más de 80.000 barriles de petróleo por día. ¡De un día para otro el señor Yates se hizo millonario! De hecho lo era desde el día que compró el terreno. El petróleo siempre había estado allí; simplemente no lo sabía.

       El señor Yates nos recuerda a tantas personas que tienen una Biblia en casa, pero nunca la han leído. ¿Será porque secretamente tienen miedo de lo que ella pueda decirles, miedo de sus exigencias pero también de las transformaciones que podría producir en ellas? ¡Ah, si pudiéramos apreciar las inmensas riquezas que contiene este libro! “Tu palabra es verdad”, dijo Jesús. En ella está la vida eterna (Juan 17:17; 5:39).

       Es un libro único en su mensaje de perdón y de salvación, que transforma y llena el corazón, y cuyas profecías se van cumpliendo.

PENSAMIENTO DE SAN PIO DE PIETRELCINA


EL EVANGELIO DE HOY: 02.01.2014

Autor: P. Sergio A. Córdova LC | Fuente: Catholic.net
Primer Testimonio de Juan
Juan 1, 19-28. Navidad. "Yo soy la voz que grita en el desierto" No dejemos de escucharla, es para nosotros.
 
Primer Testimonio de Juan
Lectura del Santo Evangelio según san Juan 1, 19-28


Éste es el testimonio que dio Juan el Bautista, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén a unos sacerdotes y levitas para preguntarle: "¿Quién eres tú?" Él reconoció y no negó quién era. Él afirmó: "Yo no soy el Mesías". De nuevo le preguntaron: "¿Quién eres, pues? ¿Eres Elías?" El les respondíó: "No soy". "¿Eres el profeta?" Respondió:"No". Le dijeron: "Entonces dinos quién eres, para poder llevar una respuesta a los que nos enviaron.¿Qué dices de ti mismo?" Juan les contestó: "Yo soy la voz que grita en el desierto: ´Enderecen el camino del Señor´, como anunció el profeta Isaías".
Los enviados, que pertenecían a la secta de los fariseos le preguntaron: "Entonces por qué bautizas, si no eres el Mesías, ni Elías ni el profeta?" Juan les respondió: "Yo bautizo con agua, pero en medio de ustedes hay uno, al que ustedes no conocen, alguien que viene detrás de mí, a quien yo no soy digno de desatarle las correas de sus sandalias". Esto sucedió en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde Juan bautizaba.


Oración introductoria

Señor, ciertamente no soy digno de tu Amor, por eso te pido ilumines este tiempo de oración para que sepa poner a un lado todo aquello que me separe de Ti. Necesito de tu fortaleza y de tu guía para enderezar mi camino. Háblame Señor, te escucho.

Petición

¡Mucha humildad te pido para cumplir lo que me pides! Que imite a Juan que supo hacerlo de modo excelente, aun a costa de su vida.

Meditación del Papa Francisco

Quién es por lo tanto Juan? Él mismo lo explica: "Yo soy una voz, una voz en el desierto", pero es una voz sin la Palabra, porque la Palabra no es Él, es Otro.
He aquí, pues lo que es el misterio de Juan: Nunca se apodera de la Palabra. Juan es el que significa, el que señala. El sentido de la vida de Juan es indicar a otro. [...]
Y realmente Juan era el hombre de la luz, llevaba la luz, pero no era su propia luz, era una luz reflejada. Juan es como una luna, y cuando Jesús comenzó a predicar, la luz de Juan comenzó a declinar. Voz, no Palabra, luz, pero no propia.
Juan parece ser nada. Esa es la vocación de Juan: desaparecer. Y cuando contemplamos la vida de este hombre, tan grande, tan poderoso -todos creían que él era el Mesías-, cuando contemplamos esta vida, cómo desaparecía hasta llegar a la oscuridad de una prisión, contemplamos un gran misterio. (S.S. Francisco, 24 de junio de 2013, Misa matutina en la capilla de Santa Marta). 

Reflexión

Uno de los personajes clave que aparecen en escena antes de la predicación de Jesús es Juan el Bautista. Como buen precursor, toma siempre la delantera para preparar la llegada del Mesías y ofrecerle un pueblo bien dispuesto; para "hacer volver -como dice el profeta Malaquías- el corazón de los padres hacia los hijos, y convertir el corazón de los hijos hacia los padres". Es este mismo profeta quien, refiriéndose a la misión del nuevo Elías, anuncia a Israel esta promesa de parte de Dios: "He aquí que Yo envío mi mensajero delante de ti, que preparará el camino delante de mí" (Mal 3,1). Y sabemos que Jesús, en el Evangelio, siempre que habla de Elías se refiere a Juan el Bautista.

Pero, ¿quién este Juan Bautista? El evangelista san Juan nos dice que "éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz y para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz"(Jn 1, 7-8). Su misión es, por tanto, hablar en nombre de otro y dar testimonio en favor de otro. ¡Mucha humildad se necesita para cumplir esta misión! Y Juan supo hacerlo de modo excelente, aun a costa de su vida. Cuando se presentaron ante él los sacerdotes y levitas, enviados por las autoridades judías desde Jerusalén, confesó con toda claridad: "Yo no soy el Mesías" –respondió sin rodeos–. Y, sin las falsas modestias típicas de las mojigatas, también declaró que él no era Elías, ni el Profeta. Él, simple y llanamente se autodefinía "la voz". Sí, "la voz que grita en el desierto", como dijo Isaías.

Pero, ¿para qué sirve una voz que grita en el desierto? ¿es que alguien puede escucharla? El desierto significa que tenemos que hacer espacios de silencio en la soledad de nuestro interior para acoger esta voz; y también que hemos de saber desprendernos de las cosas materiales que nos disipan y nos distraen para poder concentrarnos en lo esencial.

San Agustín comenta bellamente este pasaje en uno de sus sermones diciendo que "Juan era la voz y Cristo la Palabra eterna del Padre". El sonido de la voz de Juan permitió a Jesús pronunciar la Palabra de vida y hacerla llegar hasta nuestro corazón. Juan cumplió su misión de voz y desapareció: "Conviene que Él crezca -dirá en otro momento– y que yo disminuya".

Pero el mensaje de esta voz es de una grandísima profundidad y trascendencia: "Preparad los caminos del Señor" –clama esta voz–. Preparar los caminos del Señor significa abandonar el pecado y acercarnos a la gracia; significa aprender a ser humildes, como Juan Bautista, dejar entrar al Señor en nuestro corazón y que Él sea quien rija el destino de nuestra existencia. Significa también estar con el corazón atento para poder descubrir a Dios que viene a nosotros, pues tal vez por su humildad, su silencio y su sencillez, podría pasarnos desapercibido, como sucedió a los judíos: "En medio de vosotros hay uno –les decía el Bautista– a quien no conocéis, al que yo no soy digno de desatar la correa de la sandalia".

Propósito

Ojalá, pues, que seamos dóciles a esta voz que grita en el desierto y sigamos "preparando los caminos del Señor". Que cuando Cristo venga, nos encuentre a todos con el alma bien dispuesta, prontos para escuchar su palabra, para acoger su mensaje y recibir su salvación.

Diálogo con Cristo

Necesito ser más humilde, Señor, para permanecer cerca de Ti, conociendo y haciendo vida tu Evangelio. Tú eres la única fuente de la santidad, nada puedo ni debo hacer al margen de tu voluntad. De nada me sirve la fama, ni los bienes, lo único que me debe importar es permanecer unido a tu gracia para poder realizar la misión que me has encomendado.


  • Preguntas o comentarios al autor
  • P. Sergio Cordova LC 

    miércoles, 1 de enero de 2014

    MARÍA, MADRE DE DIOS, 1 DE ENERO


    Autor: . | Fuente: Archidiócesis de Madrid
    María, Madre de Dios, Santa
    Primera fiesta mariana que apareció en la Iglesia occidental. 1 de enero

    María, Madre de Dios, Santa
    Enero 1


    Es el mejor de los comienzos posibles para el santoral. Abrir el año con la solemnidad de la Maternidad divina de María es el mejor principio como es también el mejor colofón. Ella está a la cabeza de todos los santos, es la mayor, la llena de Gracia por la bondad, sabiduría, amor y poder de Dios; ella es el culmen de toda posible fidelidad a Dios, amor humano en plenitud. No extraña el calificativo superlativo de "santísima" del pueblo entero cristiano y es que no hay en la lengua mayor potencia de expresión. Madre de Dios y también nuestra... y siempre atendida su oración. 

    Los evangelios hablan de ella una quincena de veces, depende del cómputo que se haga dentro de un mismo pasaje, señalando una vez o más. 

    El resumen de su vida entre nosotros es breve y humilde: vive en Nazaret, allá en Galilea, donde concibió por obra del Espíritu Santo a Jesús y se desposó con José. 

    Visita a su parienta Isabel, la madre del futuro Precursor, cuando está embarazada de modo imprevisto y milagroso de seis meses; con ella convive, ayudando, e intercambiando diálogos místicos agradecidos la temporada que va hasta el nacimiento de Juan. 

    Por el edicto del César, se traslada a Belén la cuna de los mayores, para empadronarse y estar incluida en el censo junto con su esposo. La Providencia hizo que en ese entonces naciera el Salvador, dándolo a luz a las afueras del pueblo en la soledad, pobreza, y desconocimiento de los hombres. Su hijo es el Verbo encarnado, la Segunda Persona de Dios que ha tomado carne y alma humana. 

    Después vino la Presentación y la Purificación en el Templo. 

    También la huída a Egipto para buscar refugio, porque Herodes pretendía matar al Niño después de la visita de los magos. 

    Vuelta la normalidad con la muerte de Herodes, se produce el regreso; la familia se instala en Nazaret donde ya no hay nada extraordinario, excepción hecha de la peregrinación a Jerusalén en la que se pierde Jesús, cuando tenía doce años, hasta que José y María le encontraron entre los doctores, al cabo de tres días de angustiosa búsqueda. 

    Ya, en la etapa de la "vida pública" de Jesús, María aparece siguiendo los movimientos de su hijo con frecuencia: en Caná, saca el primer milagro; alguna vez no se le puede aproximar por la muchedumbre o gentío. 

    En el Calvario, al llegar la hora impresionante de la redención por medio del cruentísimo sufrimiento, está presente junto a la cruz donde padece, se entrega y muere el universal salvador que es su hijo y su Dios. 

    Finalmente, está con sus nuevos hijos _que estuvieron presentes en la Ascensión_ en el "piso de arriba" donde se hizo presente el Espíritu Santo enviado, el Paráclito prometido, en la fiesta de Pentecostés. 

    Con la lógica desprendida del evangelio y avalada por la tradición, vivió luego con Juan, el discípulo más joven, hasta que murió o no murió, en Éfeso o en Jerusalén, y pasó al Cielo de modo perfecto, definitivo y cabal por el querer justo de Dios que quiso glorificarla. 

    Dio a su hijo lo que cualquier madre da: el cuerpo, que en su caso era por concepción milagrosa y virginal. El alma humana, espiritual e inmortal, la crea y da Dios en cada concepción para que el hombre engendrado sea distinto y más que el animal. La divinidad, lógico, no nace por su eternidad. 

    El sujeto nacido en Belén es peculiar. Al tiempo que es Dios, es hombre. Alta teología clasifica lo irrepetible de su ser, afirmando dos naturalezas en única personalidad. El Dios infinito, invisible, inmenso, omnipotente en su naturaleza es ahora pequeño, visible, tan limitado que necesita atención. Lo invisible de Dios se hace visible en Jesús, lo eterno de Dios entra con Jesús en la temporalidad, lo inaccesible de Dios es ya próximo en la humanidad, la infinitud de Dios se hace limitación en la pequeñez, la sabiduría sin límite de Dios es torpeza en el gemido humano del bebé Jesús y la omnipotencia es ahora necesidad. 

    María es madre, amor, servicio, fidelidad, alegría, santidad, pureza. La Madre de Dios contempla en sus brazos la belleza, la bondad, la verdad con gozoso asombro y en la certeza del impenetrable misterio. 

    Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...