sábado, 3 de marzo de 2018

EL EVANGELIO DE HOY SÁBADO 3 DE MARZO 2018


Lecturas de hoy Sábado de la 2ª semana de Cuaresma
Hoy, sábado, 3 de marzo de 2018



Primera lectura
Lectura de la profecía de Miqueas (7,14-15.18-20):

PASTOREA a tu pueblo, Señor, con tu cayado, 
al rebaño de tu heredad, 
que anda solo en la espesura, 
en medio del bosque; 
que se apaciente como antes 
en Basán y Galaad. 
Como cuando saliste de Egipto, 
les haré ver prodigios. 
¿Qué Dios hay como tú, 
capaz de perdonar el pecado, 
de pasar por alto la falta 
del resto de tu heredad? 
No conserva para siempre su cólera, 
pues le gusta la misericordia. 
Volverá a compadecerse de nosotros, 
destrozará nuestras culpas, 
arrojará nuestros pecados 
a lo hondo del mar.
Concederás a Jacob tu fidelidad 
y a Abrahán tu bondad, 
como antaño prometiste a nuestros padres.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 102,1-2.3-4.9-10.11-12

R/. El Señor es compasivo y misericordioso

V/. Bendice, alma mía, al Señor,
y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides sus beneficios. R/.

V/. Él perdona todas tus culpas
y cura todas tus enfermedades;
él rescata tu vida de la fosa,
y te colma de gracia y de ternura. R/.

V/. No está siempre acusando
ni guarda rencor perpetuo;
no nos trata como merecen nuestros pecados
ni nos paga según nuestras culpas. R/.

V/. Como se levanta el cielo sobre la tierra,
se levanta su bondad sobre los que lo temen;
como dista el oriente del ocaso,
así aleja de nosotros nuestros delitos. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (15,1-3.11-32):

EN aquel tiempo, se acercaron a Jesús todos los publicanos y los pecadores a escucharlo. Y los fariseos y los escribas murmuraban diciendo:
«Ese acoge a los pecadores y come con ellos».
Jesús les dijo esta parábola:
«Un hombre tenía dos hijos; el menor de ellos dijo a su padre:
“Padre, dame la parte que me toca de la fortuna”.
El padre les repartió los bienes.
No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, se marchó a un país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo perdidamente.
Cuando lo había gastado todo, vino por aquella tierra un hambre terrible, y empezó él a pasar necesidad.
Fue entonces y se contrató con uno de los ciudadanos de aquel país que lo mandó a sus campos a apacentar cerdos. Deseaba saciarse de las algarrobas que comían ¡os cerdos, pero nadie le daba nada.
Recapacitando entonces, se dijo:
“Cuántos jornaleros de mi padre tienen abundancia de pan, mientras yo aquí me muero de hambre. Me levantaré, me pondré en camino adonde está mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros”.
Se levantó y vino adonde estaba su padre; cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se le conmovieron las entrañas; y, echando a correr, se le echó al cuello y lo cubrió de besos.
Su hijo le dijo:
“Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo”.
Pero el padre dijo a sus criados:
“Sacad enseguida la mejor túnica y vestídsela; ponedle un anillo en la mano y sandalias en los pies; traed el ternero cebado y sacrificadlo; comamos y celebremos un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y lo hemos encontrado”.
Y empezaron a celebrar el banquete.
Su hijo mayor estaba en el campo.
Cuando al volver se acercaba a la casa, oyó la música y la danza, y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello.
Este le contestó:
“Ha vuelto tu hermano; y tu padre ha sacrificado e! ternero cebado, porque lo ha recobrado con salud”.
Él se indignó y no quería entrar, pero su padre salió e intentaba persuadirlo.
Entonces él respondió a su padre:
“Mira: en tantos años como te sirvo, sin desobedecer nunca una orden tuya, a mí nunca me has dado un cabrito para tener un banquete con mis amigos; en cambio, cuando ha venido ese hijo tuyo que se ha comido tus bienes con malas mujeres, le matas el ternero cebado”.
El padre le dijo:
“Hijo, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo; pero era preciso celebrar un banquete y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y lo hemos encontrado”».

Palabra del Señor


Comentario al Evangelio de hoy sábado, 3 de marzo de 2018
 Carlos Latorre, Misionero Claretiano


Queridos amigos:

Terminamos la segunda semana de Cuaresma con esta bien conocida parábola del padre misericordioso. Es el mensaje más precioso de nuestra religión cristiana: Dios es amor que se transforma en misericordia. Es  un amor tan profundo que le brota de las entrañas; no es un amor para quedar bien, o que se reserva sólo para algunos, los más buenos. Y es un amor tan perfecto que se entrega más a fondo  con los más perdidos.

El evangelio no nos oculta la cruda realidad que tuvo que enfrentar Jesús cuando contó estas parábolas: la oveja perdida es el pecador, la moneda perdida es el pecador, el hijo que se va de casa es el que amarga la vida de su padre. ¿Cómo puede ser que Dios Padre tenga tanta preocupación por el que se había alejado? Los que se consideraban buenos y justos no aceptaban esa forma de actuar de Dios Padre, por mucho que Jesús les hablara de Él e invitara a todos a imitarle.

Con estas parábolas Jesús revela su experiencia de Dios como Padre, un padre que ama con igual medida tanto a su hijo mayor como al menor; la diferencia de este amor la impone la forma de reaccionar de los dos hijos.

El mayor cree que ha hecho los méritos suficientes para ganarse todo el amor del padre, porque no ha fallado en ninguno  de sus mandatos y por tanto tiene que ser recompensado, mientras que la conducta del menor, debe ser castigada. Es incapaz de comprender la debilidad de su hermano  y de alegrarse con su regreso. El mayor miraba sólo sus propios derechos y  era inflexible ante el pecado de su hermano menor.

Lo escandaloso, lo incomprensible  de la parábola es comprobar que el hijo menor es quien acapara el amor del Padre a pesar de todo lo que ha hecho. ¡Y además se va a celebrar en la casa un gran banquete para festejar  su regreso!

El hijo mayor no tolera la gratuidad del amor divino, un amor que él  exige como «la paga» que se debe dar a una buena conducta. El amor  de Dios es gracia, pura benevolencia del Padre, porque Él es bueno de verdad y su “justicia” se llama misericordia.

Yo he visto llorar a un padre de familia al escuchar esta parábola que contó Jesús.

Dijo: “Yo eché a mi hijo de casa porque ya no lo aguantábamos más. Mi vida es todo lo contrario a este padre que besa y abraza al hijo que regresa. Y aguanta la crítica y agresividad del hijo mayor.  Estoy lleno de amargura y no hago más que pensar en el hijo que se me fue. Ahora os pido que recéis para que mi hijo vuelva y Dios me dé la fuerza para abrirle de nuevo las puertas de casa y perdone mi pecado”.

Jesús tocó el corazón de este padre de familia y después de dos mil años de haber contado la historia de los dos hijos, un padre se convirtió hoy y abrió su corazón a la compasión. El lunes pasado nos decía el evangelio: “Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso”.

Vuestro hermano en la fe
Carlos Latorre
Misionero Claretiano
carloslatorre@claretianos.es

FELIZ SEMANA





viernes, 2 de marzo de 2018

EL CABALLO ESCONDIDO

El caballo escondido



Hay en nuestras vidas hábitos que nos esclavizan e impiden ser la obra maestra que a veces soñamos. Todo es posible con la ayuda del Señor, a pesar de que no sea fácil. Procede con paciencia pues “nadie se desembaraza de un hábito o de un vicio tirándolo de una vez por la ventana; hay que sacarlo por la escalera, peldaño a peldaño” (Mark Twain).

Cuentan de un niño que un día entró en el taller de escultura de un vecino, y allí encontró un gran bloque de piedra. A los pocos meses volvió a entrar, y en el mismo sitio encontró la escultura de un caballo. Entonces le preguntó al escultor: — ¿Cómo sabías tú que dentro había un caballo? — Ésta es la especialidad del artista: encontrar el caballo (o lo que sea) que hay dentro. Ir quitando toda la piedra que sobra hasta encontrar el caballo.

Sin duda dentro de ti mismo hay una obra de arte que debes sacar a luz con persistente labor. Se trata de ir quitando lo que sobra, lo que impide ser un hombre cabal, un hijo de Dios tal como él lo soñó. “Si todos los años extirpáramos un solo vicio, pronto llegaríamos a ser hombres perfectos”, (Kempis). El Señor te asiste, pon manos a la obra.



* Enviado por el P. Natalio

QUÉ ES EL VIACRUCIS?

¿Qué es el viacrucis?



Es la meditación de los momentos y sufrimientos vividos por Jesús desde que fue hecho prisionero hasta su muerte en la cruz y posterior resurrección. Literalmente, via crucis significa "camino de la cruz". Al rezarlo, recordamos con amor y agradecimiento lo mucho que Jesús sufrió por salvarnos del pecado durante su pasión y muerte. Dicho camino se representa mediante 15 imágenes de la Pasión que se llaman "estaciones". Te animarás a cargar con las cruces de cada día, si recuerdas con frecuencia las estaciones o pasos de Jesús hasta el Calvario.

¿Cuáles son las promesas de Jesucristo a los devotos del via crucis?
A la edad de 18 años, Estanislao, joven español, ingresó al noviciado de los “Hermanos de las escuelas cristianas" , en Bugedo (Burgos, España). En la vida religiosa, este joven tomó los votos de religión que son: el cumplimiento de los reglamentos, avanzar en la perfección cristiana; y alcanzar el amor puro. En el mes de octubre de 1926, este hermano se ofreció a Jesús por medio de María Santísima. Poco después de haber hecho esta donación heroica de sí mismo, el joven religioso enfermó y meses después, murió. Fue en marzo de 1927.

Según el maestro de novicios, Estanislao era un alma escogida de Dios que recibía mensajes del cielo. Sus confesores y teólogos reconocieron estos hechos sobrenaturales como actos insignes. Su director espiritual le había ordenado escribir todas las promesas transmitidas por Nuestro Señor, entre otras las relacionadas con los devotos del via crucis.



Promesas para los devotos del Via Crucis

1.- Yo concederé todo cuanto se me pidiere con fe, durante el rezo del Via Crucis.

2.- Yo prometo la vida eterna a los que, de vez en cuando, se aplican a rezar el Via Crucis.

3.- Durante la vida, yo les acompañaré en todo lugar y tendrán Mi ayuda especial en la hora de la muerte.

4.- Aunque tengan más pecados que las hojas de las hierbas que crece en los campos, y más que los granos de arena en el mar, todos serán borrados por medio de esta devoción al Via Crucis.

 (Nota: Esta devoción no elimina la obligación de confesar los pecados mortales. Se debe confesar antes de recibir la Santa Comunión.)

5.- Los que acostumbran rezar el via crucis frecuentemente, gozarán de una gloria extraordinaria en el cielo.

6.- Después de la muerte, si estos devotos llegasen al purgatorio, Yo los libraré de ese lugar de expiación, el primer martes o viernes después de morir. 

7.- Yo bendeciré a estas almas cada vez que rezan el Via Crucis; y mi bendición les acompañará en todas partes de la tierra. Después de la muerte, gozarán de esta bendición en el Cielo, por toda la eternidad.

8.- A la hora de la muerte, no permitiré que sean sujetos a la tentación del demonio. Al espíritu maligno le despojaré de todo poder sobre estas almas. Así podrán reposar tranquilamente en mis brazos.

9.- Si rezan con verdadero amor, serán altamente premiados. Es decir, convertiré a cada una de estas almas en Copón viviente, donde me complaceré en derramar mi gracia.

10.- Fijaré la mirada de mis ojos sobre aquellas almas que rezan el via crucis con frecuencia y Mis Manos estarán siempre abiertas para protegerlas.

11.- Así como yo fui clavado en la cruz, igualmente estaré siempre muy unido a los que me honran, con el rezo frecuente del via crucis.

12.- Los devotos del via Crucis nunca se separarán de mí porque Yo les daré la gracia de jamás cometer un pecado mortal.

13.- En la hora de la muerte, Yo les consolaré con mi presencia, e iremos juntos al cielo. La muerte será dulce para todos los que Me han honrado durante la vida con el rezo del via Crucis

14.- Para estos devotos del viacrucis, Mi alma será un escudo de protección que siempre les prestará auxilio cuando recurran a Mí..

CÓMO SE REZA EL VÍA CRUCIS?

¿Cómo se reza el Via Crucis?


Oraciones iniciales
Alma de Cristo, santifícame. Cuerpo de Cristo, sálvame. Sangre de Cristo, embriágame. Agua del costado de Cristo, lávame. Pasión de Cristo, confórtame. Oh buen Jesús, óyeme. Dentro de tus llagas, escóndeme. No permitas que me aparte de Ti. Del maligno enemigo, defiéndeme. En la hora de mi muerte, llámame y mándame ir a Ti, para que con tus santos te alabe, por los siglos de los siglos. Amén.

Por la señal, de la Santa Cruz de nuestros enemigos líbranos, Señor, Dios nuestro.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


Acto de contrición
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme, y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.



1ª ESTACIÓN: JESÚS SENTENCIADO A MUERTE
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Sentenciado y no por un tribunal, sino por todos. Condenado por los mismos que le habían aclamado poco antes. Y El calla...

Nosotros huimos de ser reprochados. Y saltamos inmediatamente...
Dame, Señor, imitarte, uniéndome a Ti por el Silencio cuando alguien me haga sufrir. Yo lo merezco. ¡Ayúdame!

Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Se reza a continuación un Padrenuestro


2ª ESTACIÓN: JESÚS CARGADO CON LA CRUZ
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Que yo comprenda, Señor, el valor de la cruz, de mis pequeñas cruces de cada día, de mis achaques, de mis dolencias, de mi soledad.
Dame convertir en ofrenda amorosa, en reparación por mi vida y en apostolado por mis hermanos, mi cruz de cada día.

Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Se reza a continuación un Padrenuestro


3ª ESTACIÓN: JESÚS CAE, POR PRIMERA VEZ, BAJO EL PESO DE LA CRUZ

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Tú caes, Señor, para redimirme. Para ayudarme a levantarme en mis caídas diarias, cuando después de haberme propuesto ser fiel, vuelvo a reincidir en mis defectos cotidianos.
¡Ayúdame a levantarme siempre y a seguir mi camino hacia Ti!

Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Se reza a continuación un Padrenuestro

 
4ª ESTACIÓN: ENCUENTRO CON LA VIRGEN
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Haz Señor, que me encuentre al lado de tu Madre en todos los momentos de mi vida. Con ella, apoyándome en su cariño maternal, tengo la seguridad de llegar a Ti en el último día de mi existencia.
¡Ayúdame Madre!

Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Se reza a continuación un Padrenuestro

 
5ª ESTACIÓN: EL CIRINEO AYUDA AL SEÑOR A LLEVAR LA CRUZ

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Cada uno de nosotros tenemos nuestra vocación, hemos venido al mundo para algo concreto, para realizarnos de una manera particular. ¿Cuál es la mía y cómo la llevo a cabo?
Pero hay algo, Señor, que es misión mía y de todos: la de ser Cirineo de los demás, la de ayudar a todos.
¿Cómo llevo adelante la realización de mi misión de Cirineo?

Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Se reza a continuación un Padrenuestro

 
6ª ESTACIÓN: LA VERÓNICA ENJUGA EL ROSTRO DE JESÚS

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Es la mujer valiente, decidida, que se acerca a Ti cuando todos te abandonan. Yo, Señor, te abandono cuando me dejo llevar por el "qué dirán", del respeto humano, cuando no me atrevo a defender al prójimo ausente, cuando no me atrevo a replicar una broma que ridiculiza a los que tratan de acercarse a Ti. Y en tantas otras ocasiones.

Ayúdame a no dejarme llevar por el respeto humano, por el "qué dirán".
Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Se reza a continuación un Padrenuestro

 
7ª ESTACIÓN: SEGUNDA CAÍDA EN EL CAMINO DE LA CRUZ

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Caes, Señor, por segunda vez. El Via Crucis nos señala tres caídas en tu caminar hacia el Calvario. Tal vez fueran más.
Caes delante de todos... ¿Cuándo aprenderé yo a no temer el quedar mal ante los demás, por un error, por una equivocación?. ¿Cuándo aprenderé que también eso se puede convertir en ofrenda?

Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Se reza a continuación un Padrenuestro

 
8ª ESTACIÓN: JESÚS CONSUELA A LAS HIJAS DE JERUSALÉN

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Muchas veces, tendría yo que analizar la causa de mis lágrimas. Al menos, de mis pesares, de mis preocupaciones. Tal vez hay en ellos un fondo de orgullo, de amor propio mal entendido, de egoísmo, de envidia.
Debería llorar por mi falta de correspondencia a tus innumerables beneficios de cada día, que me manifiestan, Señor, cuánto me quieres.
Dame profunda gratitud y correspondencia a tu misericordia.

Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Se reza a continuación un Padrenuestro


9ª ESTACIÓN: JESÚS CAE POR TERCERA VEZ

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Tercera caída. Más cerca de la Cruz. Más agotado, más falto de fuerzas. Caes desfallecido, Señor.
Yo digo que me pesan los años, que no soy el de antes, que me siento incapaz.
Dame, Señor, imitarte en esta tercera caída y haz que mi desfallecimiento sea beneficioso para otros, porque te lo doy a Ti para ellos. 

Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Se reza a continuación un Padrenuestro


10ª ESTACIÓN: JESÚS DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Arrancan tus vestiduras, adheridas a Ti por la sangre de tus heridas.
A infinita distancia de tu dolor, yo he sentido, a veces, cómo algo se arrancaba dolorosamente de mí por la pérdida de mis seres queridos. Que yo sepa ofrecerte el recuerdo de las separaciones que me desgarraron, uniéndome a tu pasión y esforzándome en consolar a los que sufren, huyendo de mi propio egoísmo.

Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Se reza a continuación un Padrenuestro


11ª ESTACIÓN: JESÚS CLAVADO EN LA CRUZ
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Señor, que yo disminuya mis limitaciones con mi esfuerzo y así pueda ayudar a mis hermanos. Y que cuando mi esfuerzo no consiga disminuirlas, me esfuerce en ofrecértelas también por ellos.

Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Se reza a continuación un Padrenuestro.

 
12ª ESTACIÓN: JESÚS MUERE EN LA CRUZ
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Te adoro, mi Señor, muerto en la Cruz por Salvarme. Te adoro y beso tus llagas, las heridas de los clavos, la lanzada del costado... ¡Gracias, Señor, gracias!
Has muerto por salvarme, por salvarnos. Dame responder a tu amor con amor, cumplir tu Voluntad, trabajar por mi salvación, ayudado de tu gracia. Y dame trabajar con ahínco por la salvación de mis hermanos.

Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Se reza a continuación un Padrenuestro

 
13ª ESTACIÓN: JESÚS EN BRAZOS DE SU MADRE
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Déjame estar a tu lado, Madre, especialmente en estos momentos de tu dolor incomparable. Déjame estar a tu lado. Más te pido: que hoy y siempre me tengas cerca de Ti y te compadezcas de mí.
¡Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía!

Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Se reza a continuación un Padrenuestro

 
14ª ESTACIÓN: EL CADÁVER DE JESÚS PUESTO EN EL SEPULCRO

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Todo ha terminado. Pero no: después de la muerte, la Resurrección. Enséñame a ver lo transitorio y pasajero, a la luz de lo que perdura. Y que esa luz ilumine todos mis actos. Así sea.

Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Se reza a continuación un Padrenuestro


15ª ESTACIÓN: JESÚS RESUCITA
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

«¿Por qué buscáis entre los muertos al que está vivo? No está aquí, ha resucitado» (Lc 24,5-6).

Unas piadosas mujeres fueron al sepulcro de Jesús muy temprano.  El anuncio de la resurrección convierte su tristeza en alegría. Jesús está vivo y nosotros vivimos en Él para siempre. La resurrección de Cristo inaugura para la humanidad una renovada primavera de esperanza.

Jesús, enséñame a mantener siempre la esperanza.

Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Se reza a continuación un Padrenuestro


ORACIÓN FINAL
Te suplico, Señor, que me concedas, por intercesión de tu Madre la Virgen, que cada vez que medite tu Pasión, quede grabado en mí con marca de actualidad constante, lo que Tú has hecho por mí y tus constantes beneficios. Haz, Señor, que me acompañe, durante toda mi vida, un agradecimiento inmenso a tu Bondad. Amén.

Virgen Santísima de los Dolores, mírame cargando la cruz de mi sufrimiento; acompáñame como acompañaste a tu Hijo Jesús en el camino del Calvario; eres mi Madre y te necesito. Ayúdame a sufrir con amor y esperanza para que mi dolor sea dolor redentor que en las manos de Dios se convierta en un gran bien para la salvación de las almas. Amén.

ESTOY AHOGADO, DIOS ME HA ABANDONADO?



¡Estoy ahogado! ¿Dios me ha abandonado?
7 principios que te demuestran que Dios no te ha abandonado

Sabemos ciertamente que la Escritura dice que las aguas nos llegan hasta el cuello pero no nos ahogan


Por: P. Miguel A. Fuentes, IVE | Fuente: TeologoResponde.org 



Pregunta:

Estimado Padre: Tengo una hermosa familia; buena y piadosa esposa y dos hijas. Yo en lo personal me considero católico practicante y muy consciente de la presencia de Dios en todo lo que nos rodea. Estoy en una muy difícil situación, pues desde hace año y medio no tengo trabajo. Mi trayectoria profesional fue de excelencia y lo que hago y propongo estoy seguro es de muy alta calidad. En todo este tiempo desempleado he pedido mucho a Dios que me ayude y también he solicitado la intercesión de la Virgen y de algunos santos, incluso, algo que nunca se me había ocurrido, he hablado con mi ángel de la guardia. Pero el tiempo pasa y se me agotan los fondos de sobrevivencia, de tal manera que me acerco a un colapso económico con sus secuelas de infelicidad para mi familia. En ésta situación creo como que Dios me ha volteado la mirada, no entiendo que espera de mí. El sermón de la Misa del domingo anterior me puso muy reflexivo, pues el sacerdote se refirió a no esperar ‘magia’ en nuestra relación con Dios. Hasta ahora he pensado que Dios tiene injerencia en nuestra vida y que respetando nuestra libertad y responsabilidad, busca nuestro bien, y que le gusta que toquemos su puerta y le pidamos como a un Padre que es. Dentro de mi desesperación he pensado en obviar la presencia de Dios en lo referente a mi vida profesional y económica y circunscribirla a la conducta de cumplir con la práctica religiosa y pedirle ayuda para no pecar. Padre aconséjeme para no desesperar en esta situación tan agobiante. Gracias anticipadas.


Respuesta:

Muchas personas sienten que el peso del trabajo, problemas familiares, económicos, legalidad, desempleo, etc., los ahogan y no encuentran salida por ninguna parte (aún siendo un cristiano practicante), sienten que no pueden con todo esto y más cuando le vienen más de 2 o 3 problemas de esos juntos. Esto puede sucederle a cualquiera de nosotros en algún momento de nuestra vida.

Para los planes de Dios sobre cada uno de nosotros no existen respuestas teológicas concretas. No sé qué pueda querer Dios de usted, ni hasta donde lo probará con el infortunio.

Sabemos ciertamente que la Escritura dice que las aguas nos llegan hasta el cuello pero no nos ahogan. No le voy a mentir diciendo que ya van a terminar sus sufrimientos. Eso hacen los horoscopistas que mienten a la gente y juegan con su sed de esperanza y su credulidad. Pero a pesar de mentirle no le solucionan nada.

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7 principios claros que debemos tener claros:

Todo sucede para el bien de los que Dios ama (Romanos 8,20). Aunque allí no se dice qué se incluye en ese ‘todo´: va desde los dones materiales de Dios, hasta la cruz y el martirio.

Dios no permite que seamos probados más allá de nuestras fuerzas.

Muchas veces las aguas nos llegan hasta el cuello, pero no nos ahoga.

Muchas veces Dios espera que le pidamos lo que necesitamos, incluso con sacrificios, penitencias y votos generosos, y luego actúa. Porque quería suscitar en nosotros esos actos que nos han de santificar.

La cruz está en el camino ordinario de toda persona llamada a la santidad. Y debemos aceptar con paciencia y resignación nuestras cruces; para eso podemos leer con fruto el Libro de Job.

Esto no nos exime de poner de nuestra parte todos los medios materiales para encontrar una salida. Precisamente muchas veces la gracia que Dios nos da no es el encontrar la salida de nuestros problemas sino la gracia de intentarlo una vez más, lo cual también viene de Dios.

En nuestra debilidad se manifiesta la fuerza de Dios, como dice San Pablo. A veces Dios espera a que estemos completamente abatidos y recién allí actúa, para que se vea que ha sido su mano la que nos salvó y no nuestras fuerzas.
Se que no es sencillo, pero si es tu caso, nunca dejes de orar.

"Siempre y por cualquier motivo, den gracias a Dios, nuestro Padre, en nombre de nuestro Señor Jesucristo" (Efesios 5,20)

Cuente con mis oraciones.

En Cristo y María.

5 COSAS QUE HAY QUE SABER SOBRE LOS PRIMEROS SÁBADOS DE MES DEDICADOS A LA VIRGEN MARÍA

5 cosas que hay que saber sobre los Primeros Sábados
La devoción fue específicamente solicitada por la Santísima Virgen María en Fátima




Si la Iglesia aceptó el mensaje de Fátima, es sobre todo porque contiene una verdad y una vocación que, en su contenido fundamental, son la verdad y la vocación del propio Evangelio.
“Arrepentíos y creed en el Evangelio” (Mc. 1-15): éstas son las primeras palabras del Mesías dirigidas a la humanidad. Y el mensaje de Fátima, en su núcleo fundamental, es la vocación a la conversión y a la penitencia, como en el Evangelio. —Papa San Juan Pablo II


¿Por qué los Primeros Sábados?

Una práctica reciente en la Iglesia que es poco conocida, y a menudo confundida con las devociones de los Primeros Viernes, consiste en la observación de los cinco Primeros Sábados consecutivos como preparación para Nuestra Señora. Es una devoción separada fruto de la petición específica de la Santa Virgen María en relación a los preocupantes tiempos en que vivimos. Conectada con las visiones de Nuestra Señora de Fátima, en Portugal, el tema central de la devoción es el arrepentimiento, la conversión y la reparación.

Como ayuda para comprender mejor esta “nueva” devoción en la vida de la Iglesia, aquí hay cinco cosas que es necesario saber. 



¿Cómo empezó la Devoción de los Primeros Sábados?

Durante siglos de tradición, los sábados se han dedicado a honrar a la Santísima Virgen María, pero no fue hasta 1925 que la devoción del Primer Sábado fue revelada. El 10 de diciembre de 1925, la Virgen María se apareció a sor Lucía en un convento en Pontevedra, España. Previamente, la hermana Lucía había sido receptora de las visiones marianas en Fátima, Portugal, junto con sus primos Jacinta y Francisco. En esta nueva y privada revelación, ocho años después de las visiones en Fátima, la Virgen solicitaba la institución de las devociones de los cinco Primeros Sábados consecutivos para la reparación de su Inmaculado Corazón.


¿Por qué cinco meses consecutivos?

Los cinco meses se corresponden con las cinco blasfemias diferentes dirigidas contra el Inmaculado Corazón de María, y así las reveló Nuestra Señora a sor Lucía:

1.) Blasfemias contra su Inmaculada Concepción.

2.) Blasfemias contra su perpetua virginidad.

3.) Blasfemias contra su posición como Madre de Dios y de toda la humanidad.

4.) Blasfemias de los que procuran públicamente infundir en los corazones de los niños la indiferencia, el desprecio y hasta el odio hacia la Madre Inmaculada.

5.) Blasfemias de los que la ultrajan directamente en sus sagradas imágenes.



¿Qué se supone que tengo que hacer los Primeros Sábados?

Ir a misa y recibir la Sagrada Comunión con la intención de hacer reparación por las blasfemias y la ingratitud dirigidas contra el Inmaculado Corazón de María. Ir a confesión también es un requisito de esta devoción, junto con el rezo de cinco decenas del rosario y la meditación sobre los misterios (uno o todos) del rosario durante 15 minutos.

¿Cuáles son las “promesas” conectadas con esta devoción?
Nuestra Señora dijo a sor Lucía: “Mira, hija mía, mi Corazón cercado de espinas que los hombres ingratos me clavan sin cesar con blasfemias e ingratitudes. Tú, al menos, procura consolarme y di que a todos los que durante cinco meses, en el primer sábado, se confiesen, reciban la Sagrada Comunión, recen el rosario y me hagan compañía durante 15 minutos meditando en los misterios del rosario con el fin de desagraviarme les prometo asistir en la hora de la muerte con las gracias necesarias para su salvación”.

Esto quiere decir que cualquiera que ponga en práctica esta devoción con fe recibirá gracias adicionales en el momento de su muerte, con la promesa de alcanzar las puertas del paraíso.

¿Son los Primeros Sábados sólo otro “pasaje directo” al cielo?
Como en el caso similar de la devoción del Primer Viernes, no se trata simplemente de ir a misa durante cinco meses y luego esperar a recibir gracias extras en la hora de la muerte. El propósito de esta devoción es guiar al alma más cerca de Jesús a través del Inmaculado Corazón de María. Cuanto más cerca de María, más cerca de Jesús, su hijo. Al practicar estas devociones adicionales, permitimos a María dar forma a nuestros corazones y prepararnos para toda una vida de relación con Cristo.

María quiere guiarnos hasta el paraíso y un camino seguro a la vida eterna es la recepción frecuente de la Sagrada Comunión y del sacramento de la confesión. Ella es la “Estrella del Mar”, que nos marca el camino y nos hace señas para que nos acerquemos. Practiquemos las devociones de los Primeros Sábados con un espíritu de fe que honre a la Madre de Dios y repare el daño contra su Inmaculado Corazón.


  Philip Kosloski

QUÉ ES LA ENTRONIZACIÓN DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS EN TU HOGAR?

LA ENTRONIZACIÓN DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS EN TU HOGAR

La Entronización es una cruzada para establecer el Reinado del Sagrado Corazón en la sociedad por medio de la familia, la célula social. Está basada en la afirmación de Nuestro Señor a Santa Margarita María: “¡Reinaré por medio de Mi Corazón!”



LA ENTRONIZACION RESTAURA A CRISTO EN LA FAMILIA:

La Entronización comienza con una ceremonia en el hogar mismo, en presencia del sacerdote, que preside la ceremonia, la familia reconoce pública y solemnemente que Cristo es el Rey y el Amo amantísimo de su hogar.

Esto se hace al haber instalado el padre de la familia un cuadro o estatua del Sagrado Corazón en el lugar de honor, en la sala principal del hogar, como en un trono – de allí la palabra “Entronización”-.

Después de este reconocimiento solemne de los derechos soberanos de Cristo Rey sobre la familia, los miembros se consagran ellos mismos al Sagrado Corazón. Con esto, ellos se comprometen a vivir como si el Sagrado Corazón estuviera morando en medio de ellos como lo hizo en Nazaret, tratándolo como un miembro íntimo de la familia, como un Amigo y Hermano.

La ceremonia es solo el principio de una nueva vida, una vida de amor; de obediencia amorosa a todos los mandamientos de Cristo y de la Iglesia; una vida de oración: especialmente de oraciones familiares ante la imagen del Rey Entronizado, las oraciones de la tarde y el Rosario en común; una vida Eucarística: de Misa y Comunión frecuentes y aún diarias, vinculando así el santuario de la Iglesia y el santuario del hogar; finalmente una vida de Cristiana penitencia, especialmente rechazando admitir costumbres e ideas paganas, las que están destruyendo lentamente el hogar Cristiano, y haciendo reparación por los crímenes terribles del divorcio, el control de la natalidad y la sensualidad.

sagrado cor jesusLa familia está poniendo en primer lugar a Nuestro Señor y a Sus intereses. En recompensa, el Sagrado Corazón se hace cargo de los intereses de la familia.

Nuestro Señor mismo ha prometido que bendecirá y santificará a aquellas familias que lo Entronicen como Rey.

El pidió a Santa Margarita, a quien le reveló Su Sagrado Corazón, de reinar sobre los hogares de los ricos y de los pobres, donde fuera solemnemente recibido como Rey y Amigo, y donde su Sagrado Corazón fuera honrado y amado.

“Estableceré la paz en sus hogares: les daré todas las gracias necesarias a su estado de vida: los confortaré en todas sus aflicciones; bendeciré todas sus empresas.” Por lo tanto, nosotros debemos decir con seguridad que este es el medio que Nuestro Señor mismo ha elegido para restaurar Sus derechos soberanos sobre la familia, y a través de la familia, sobre la sociedad misma.


¿COMO ENTRONIZAR EL SAGRADO CORAZÓN EN MI HOGAR?

1. Conocer que es y cuan importante es.

2. También es importante contar con un sacerdote que presida la ceremonia, pero no es esencial para ganar las indulgencias. Por importantes razones, el padre o alguien más debe presidir y dirigir las oraciones.

3. Si es posible, haber ofrecido esa mañana el Santo Sacrificio de la Misa por el reinado del Sagrado Corazón en su hogar, y como acto de amor y reparación al Sagrado Corazón. Toda la familia debe tratar de recibir la Comunión en esa o en otra Misa.

4. Obtener un cuadro o estatua del Sagrado Corazón tan bello como fuera posible. Si usted ya tiene un cuadro, úselo.

5. Debajo del lugar de honor reservado para la estatua o el cuadro, disponga un “trono” o “altar”, es decir, una mesa (o tal vez una repisa) cubierta con un mantel blanco, bellamente decorado con velas y flores. Antes de la ceremonia, el cuadro o la estatua y el agua bendita deben estar colocadas en una mesa pequeña cercana al “trono”.

6. Invite a vuestros familiares y amigos a estar presentes, así usted ya comenzará a ser un “apóstol del Sagrado Corazón.” Haga una reunión familiar después de la ceremonia, con un pastel especial para los niños, quienes por supuesto, deberán estar presentes en la ceremonia, aún los más pequeños.

7.Haga de este día uno de los eventos más sobresalientes de la vida familiar; cuanto más solemne, mejor, para ser recordado largamente.


Nota: No hay forma más apropiada para comenzar la vida matrimonial de una joven pareja, que entronizar el Sagrado Corazón en su nuevo hogar.

ORACIONES PARA EL PRIMER VIERNES DE MES, SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

ORACIONES PARA EL PRIMER VIERNES DE MES DE MARZO 2018



Tercera Promesa del Año:

Pondré paz en las familias. Bendeciré los lugares donde se venera la imagen de mi Corazón.


Jesús amantísimo, que prometisteis bendecir las casas donde se venera la imagen de vuestro Sagrado Corazón, yo quiero que ella presida mi hogar; os ofrezco la comunión del presente día para alcanzar por vuestros méritos y por la intercesión de Vuestra Santa Madre que todos y cada uno de los miembros de mi familia conozcan sus deberes; los cumplan fielmente y logren entrar en el cielo, llenas las manos de buenas obras.

¡Oh Jesús, que os complacéis en alejar de nuestro hogar las disensiones, las enfermedades y la miseria! Haced que, vuestra vida sea una no interrumpida acción de gracias por tantos beneficios. Amén.

_______________

ORACIÓN PARA DESPUÉS DE CADA UNA DE LAS COMUNIONES DE LOS NUEVE PRIMEROS VIERNES

Jesús mío dulcísimo,
que en vuestra infinita y dulcísima misericordia
prometisteis la gracia de la perseverancia final a los que comulgaren en honra de vuestro Sagrado Corazón nueve primeros viernes de mes seguidos,
acordaos de esta promesa
y a mi, indigno siervo vuestro que acabo de recibiros sacramentado con este fin e intención,
concededme que muera detestando todos mis pecados,
creyendo en vos con fe viva, esperando en vuestra inefable misericordia y amando la bondad de vuestro amantísimo y amabilísimo
Corazón.
Amén.

__________

ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS VIERNES

Jesús mío, os doy mi corazón, os consagro toda mi vida, en vuestras manos pongo la eterna suerte de mi alma y os pido la gracia especial de hacer mis nueve primeros Viernes con todas las disposiciones necesarias para ser partícipe de la más grande de vuestras promesas, a fin de tener la dicha de volar un día a veros y gozaros en el cielo. Amén.

VOLUNTAD Y LIBERTAD ORIENTADAS A DIOS

Voluntad y libertad orientadas a Dios
Viernes segunda semana Cuaresma. Que la Cuaresma sea un camino de conversión y orientación de nuestra voluntad hacia Dios.


Por: P. Cipriano Sánchez LC | Fuente: Catholic.net 




"Vamos a matarlo y nos quedaremos con su herencia. Le echaron mano, lo sacaron del viñedo y lo mataron"

. En estas palabras con las cuales Jesucristo cierra la acción de los viñadores sobre el hijo y, sobre todo, lo que el dueño de la viña había proyectado respecto a este terreno, también está encerrando qué es lo que sucede en los corazones de los viñadores.

Los viñadores homicidas no solamente es una parábola de la crueldad de los hombres para con Dios y para lo que el Señor nos va pidiendo a todos nosotros, sino que también es un reclamo al corazón del hombre, a nuestra libertad y a nuestra voluntad para que también nos preguntemos si en nosotros puede haber esta misma intención de homicidio.

Nos podría sonar como algo extraño, algo lejano, algo apartado de nosotros, pero tenemos que cuestionarnos con mucha claridad para ver si efectivamente esta voluntad de no darle a Dios lo que de Dios es, es algo alejado de nosotros, o si por el contrario, es voluntad nuestra el dar siempre a Dios lo que de Dios es.

Todo el problema de estos viñadores homicidas no nace de una crueldad con respecto a los enviados; porque los viñadores homicidas son conscientes de que los enviados no son sino una parte del contrato que se había hecho con el dueño de la viña. El problema de los viñadores homicidas es que quieren quedarse con la herencia. Una voluntad torcida, una voluntad totalmente pervertida es la que va a hacer que los viñadores se conviertan de arrendatarios en homicidas.

Que no nos suene muy lejano esto, que no nos suene muy apartado de nosotros, que por el contrario, sea para nosotros una pregunta: ¿En qué nos va convirtiendo nuestra voluntad?, ¿qué es lo que va haciendo de nosotros?, ¿qué es lo que va realizando en nuestra vida? Ése es el punto más importante, el punto más serio en el cual nuestra existencia puede torcerse o encaminarse hacia Dios nuestro Señor.
¿Nuestra voluntad y nuestra libertad hacia dónde y hacia qué están orientadas? ¿Hacia dónde estamos orientando nuestra voluntad? ¿Hacia lo que Dios quiere, hacia el ser capaces de dar los frutos que Dios nos está pidiendo? ¿O estamos orientando nuestra voluntad hacia el quedarnos injustamente con la herencia? Es una disyuntiva que se nos presenta todos los días y que va forjando nuestra personalidad, porque de esa disyuntiva va a acabar dependiendo el que nosotros vivamos de una forma coherente o incoherente con lo que Dios nuestro Señor nos va pidiendo.

Cuántas veces —y de esto somos generalmente muy conscientes—, Dios nuestro Señor pide ciertos cambios de comportamiento en nuestra alma, que son los frutos. Cuántas veces, Dios nuestro Señor pide que le devolvamos en la medida en la que Él nos ha dado.

Y si Dios fue el que hizo todo: Él es el que cavó, rodeó la cerca, construyó la torre y plantó la viña, a nosotros nos toca simplemente trabajar la viña del Señor. Si a Dios no le regresamos lo que nos dio, estamos como esos viñadores: quedándonos o queriéndonos quedar con la herencia. Lo cual, a la hora de la hora, no es sino un deseo en sí mismo frustrado, vano e inútil.

Está en nuestra voluntad el decidirnos por dar a Dios lo que es de Dios o quedarnos nosotros con lo que es de Dios. Para eso tenemos que estar revisando constantemente nuestra voluntad; revisando si nuestras obras, nuestras reacciones, nuestros deseos, son auténticamente cristianos, o si por el contrario, son simplemente manifestaciones de un deseo que quizá no está todavía orientado a Dios nuestro Señor.

Los viñadores habían trabajado no para el dueño de la viña, sino para ellos mismos. A los viñadores no les importaba el fruto del dueño de la viña, les importaba el fruto para ellos. Nuestra vida, ¿para qué trabaja?

Cuando se nos presentan cuestionamientos, preguntas, inquietudes, ¿a quién le damos los frutos? ¿A Dios? ¿O se los damos a nuestro egoísmo, a nuestro afán de autonomía o a nuestro afán de manejar las cosas como a nosotros nos gusta manejarlas?

Ciertamente que nos damos cuenta de que no está bien. No es que nuestra inteligencia se ciegue, pero nuestra voluntad pasa por alto todo esto. Como la voluntad de los viñadores pasó por alto el hecho de que el hijo era el dueño de la herencia. Esa frase tan llena de cinismo: “Venid, éste es el heredero. Vamos a matarlo y nos quedaremos con su herencia”, encierra muchas veces el mecanismo de nuestra voluntad que, iluminada por la inteligencia, descubre perfectamente a quién le pertenecen las cosas, de quién es la vida, de quién es el tiempo, de quién son nuestras cualidades. Descubre perfectamente que determinada reacción no es todo lo cristiana que debría ser; descubre perfectamente que determinado comportamiento no está respondiendo adecuadamente a lo que Dios le pide, pero usa este mismo mecanismo: “Éste es el heredero. Vamos a matarlo y a quedarnos con la herencia”.

Esto es pavoroso cuando aparece en el alma, porque indica la absoluta perversión de la voluntad. Cómo nos puede extrañar después, que en nuestra vida haya comportamientos negativos, comportamientos que difieren de la voluntad de Dios, cuando ese mecanismo está funcionando con una relativa frecuencia en nosotros; cuando nuestra voluntad no ha sido capaz de purificarse para ser capaz de romper, de quebrar ese mecanismo en nuestra alma; cuando cada vez que vemos al heredero lo queremos matar para quedarnos con la herencia.

Tenemos que ser muy inteligentes para descubrir en nuestra voluntad que ese mecanismo está funcionando. Pero tenemos que ser también muy firmes y constantes en nuestra purificación personal para ir eliminando, una y otra vez, ese mecanismo de nuestra voluntad. Mecanismo que nos lleva siempre, y de una manera ineludible, a la más tremenda de las desgracias, que es perdernos a nosotros mismos.

“Dará muerte terrible a esos desalmados y arrendará el viñedo a otros viñadores”. Para lo que tú existes como viñador es para trabajar el viñedo. Y Dios quitará el viñedo a esos viñadores. ¡Qué tremendo es correr en vano! ¡Qué tremendo es vivir en vano! ¡Qué tremendo es ver pasar los días, pasar los años, ver cómo el calendario va corriendo por nuestra vida y no haber todavía dejado de correr en vano!

Ojalá que esta Cuaresma sea para nosotros un momento de particular iluminación por parte del Espíritu Santo para que, efectivamente, descubramos dónde y en qué estamos corriendo en vano, dónde y en qué nuestra voluntad todavía no es capaz de superar el mecanismo de viñador homicida. ¿Por qué, cuando vemos perfectamente quién es el heredero, en nuestro interior todavía aparece el interés por arrebatarle la herencia y quedarnos nosotros con ella? Como cristianos, como miembros de la Iglesia no podemos seguir jugando con el Dueño de la viña.

¡Qué importante es que nos iluminemos para poder iluminar; que nos aclaremos para poder aclarar; que nos purifiquemos para poder purificar! Hagamos de esta Cuaresma un camino de conversión y de orientación de nuestra voluntad hacia Dios nuestro Señor para que Él y solamente Él, sea el que se lleve los frutos de nuestra viña.
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