Domingo IV de ADVIENTO:
ALEGRÍA.
Sólo quien comprende y experimenta el Amor de Dios en su vida es capaz de realizar elecciones y acciones decisivas para mejorar su existencia; no porque se crea más que los demás, sino que desde su humildad ve todo el potencial de su corazón. Eso fue lo que hizo que María dijese "Sí" ¿Hágase en mí según tu palabra!, no mirándose a sí misma, sino viendo la acción de Dios en su vida. Hoy, si hemos tenido ese encuentro personal con el Amado, el llamado es a vivir más de ESA ALEGRÍA que nos llena el alma. Navidad eres tú y soy yo cuando decidimos que Jesús también nazca en nuestros corazones. Amén.
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