domingo, 17 de noviembre de 2019

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY DOMINGO 17 DE NOVIEMBRE DE 2019


Lecturas de hoy Domingo 33º del Tiempo Ordinario - Ciclo C
Hoy, domingo, 17 de noviembre de 2019


Primera lectura
Lectura de la profecía de Malaquias (3,19-20a):

HE aquí que llega el día, ardiente como un horno, en el que todos los orgullosos y malhechores serán como paja; los consumirá el día que está llegando, dice el Señor del universo, y no les dejará ni copa ni raíz.
Pero a vosotros, los que teméis mi nombre, os iluminará un sol de justicia y hallaréis salud a su sombra.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 97,5-6.7-9a.9bc

R/. El Señor llega para regir los pueblos con rectitud.

V/. Tañed la cítara para el Señor,
suenen los instrumentos:
con clarines y al son de trompetas,
aclamad al Rey y Señor. R/.

V/. Retumbe el mar y cuanto contiene,
la tierra y cuantos la habitan;
aplaudan los ríos,
aclamen los montes. R/.

V/. Al Señor, que llega
para regir la tierra.
Regirá el orbe con justicia
y los pueblos con rectitud. R/.


Segunda lectura
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (3,7-12):

Hermanos:
Ya sabéis vosotros cómo tenéis que imitar nuestro ejemplo: No vivimos entre vosotros sin trabajar, no comimos de balde el pan de nadie, sino que con cansancio y fatiga, día y noche, trabajamos a fin de no ser una carga para ninguno de vosotros.
No porque no tuviéramos derecho, sino para daros en nosotros un modelo que imitar.
Además, cuando estábamos entre vosotros, os mandábamos que si alguno no quiere trabajar, que no coma.
Porque nos hemos enterado de que algunos viven desordenadamente, sin trabajar, antes bien metiéndose en todo.
A esos les mandamos y exhortamos, por el Señor Jesucristo, que trabajen con sosiego para comer su propio pan.

Palabra de Dios


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (21,5-19):

En aquel tiempo, como algunos hablaban del templo, de lo bellamente adornado que estaba con piedra de calidad y exvotos, Jesús les dijo:
«Esto que contempláis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea destruida».
Ellos le preguntaron:
«Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?».
Él dijo:
«Mirad que nadie os engañe. Porque muchos vendrán en mi nombre diciendo: “Yo soy”, o bien: “Está llegando el tiempo”; no vayáis tras ellos.
Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico.
Porque es necesario que eso ocurra primero, pero el fin no será enseguida».
Entonces les decía:
«Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países, hambres y pestes.
Habrá también fenómenos espantosos y grandes signos en el cielo.
Pero antes de todo eso os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a las cárceles, y haciéndoos comparecer ante reyes y gobernadores, por causa de mi nombre. Esto os servirá de ocasión para dar testimonio.
Por ello, meteos bien en la cabeza que no tenéis que preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro.
Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os entregarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán a causa de mi nombre.
Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas».

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy domingo, 
17 de noviembre de 2019
Fernando Torres cmf


¿Se acerca el final?

      Los medios de comunicación actuales nos ofrecen imágenes de todo el mundo y en el momento en que suceden los acontecimientos. En un mismo informativo de televisión podemos ver las imágenes de unas enormes inundaciones en la China, los incendios en alguna zona de nuestro país y los enfrentamientos brutales de los manifestantes con la policía en algún lugar de Europa, pasando por la marea negra en alguno de los mares, la última crisis entre israelíes y palestinos, la marginación a que están sometidas las mujeres en algún país o el hambre casi crónica y terrible en algún lugar de África. Y muchas otras noticias que llenan la pantalla de nuestro televisor de malas noticias, de desastres naturales y humanos que no sabemos bien cómo vamos a ser capaces de enfrentar. ¿Se acerca el final? ¿Será capaz nuestro mundo de aguantar el envite de la contaminación que nosotros mismos provocamos? ¿Será capaz nuestra sociedad humana de ser más justa y de promover los derechos de todos los hombres y mujeres sin excepción? 

      Hemos de reconocer que a veces nos entra la duda. Tenemos la sensación de que el fin está ya cerca y nos da miedo. Al final todas esas cosas les suceden a otros, pasan en otros lugares. Nosotros tenemos nuestro pequeño rincón de paz. Y nos da miedo perderlo. Sentimos que todas esas cosas amenazan nuestra tranquilidad. 

      Pues ahí llega Jesús y nos dice que no nos preocupemos, que tranquilidad. Dice Jesús que ciertamente van a suceder muchas cosas, y cosas malas: guerras, insurrecciones, terremotos, hambrunas y plagas. Incluso signos extraordinarios en el cielo. Con todo eso, hay que seguir tranquilos. Porque hay más: los creyentes seremos entregados a la autoridad. Se nos tratará como criminales. Pero todo eso no será más que una oportunidad para dar testimonio de nuestra fe. Porque, dice Jesús, ni un sólo cabello de nuestra cabeza será destruido. 

      Por tanto, el mensaje de hoy es claro: tranquilidad y confianza. Como nos dice san Pablo en la segunda lectura, es tiempo para trabajar con normalidad, para vivir una vida decente atendiendo a nuestros propios asuntos y sin inquietarnos ni a nosotros mismos ni a los demás. Es tiempo de dar testimonio de nuestra fe cristiana, una fe que sabe construir la comunidad, la familia de todos los hijos de Dios en medio de todas esas cosas que pasan en nuestro mundo. No vaya a ser que nos pongamos nerviosos pensando en lo que va a suceder en el futuro y se nos olvide vivir el presente, nuestro presente, en cristiano, día a día, minuto a minuto. 



Para la reflexión

      ¿Qué piensas cuando ves los informativos de la televisión y escuchas todas esas noticias malas? ¿Cómo das testimonio de tu fe aquí y ahora? ¿Comunicas serenidad y paz y fe a los que viven contigo? ¿Qué haces para ayudar a construir el Reino, la familia de Dios con los que te rodean?

CUÁL ES LA ACTITUD QUE EL CRISTIANO DEBE TENER ANTE LAS TRAGEDIAS?


¿Cuál es la actitud que el cristiano debe tener ante las tragedias?, el Papa responde
Redacción ACI Prensa
 Foto: Captura YouTube



El Papa Francisco explicó cuál es la actitud que el cristiano debe vivir ante la violencia y las adversidades, que consiste en la esperanza, en el amor y en el perdón.

Así lo explicó el Santo Padre al reflexionar en el Evangelio dominical de este 17 de noviembre antes del rezo del Ángelus, y después de celebrar la Misa en la Basílica de San Pedro con motivo de la tercera Jornada Mundial de los Pobres.

“¿Y cuál es la actitud del cristiano? Es la actitud de la esperanza en Dios, que consiente en no dejarnos abatir por los trágicos eventos. De hecho, son una ocasión para dar testimonio”, señaló el Papa quien añadió que “los discípulos de Cristo no pueden seguir siendo esclavos de temores y ansiedades; en cambio, están llamados a habitar la historia, a detener la fuerza destructiva del mal, con la certeza de que su buena acción siempre está acompañada por la ternura providente y tranquilizadora del Señor”.

En esta línea, el Pontífice destacó que el Señor “nos llama a colaborar en la construcción de la historia, convirtiéndonos, junto a Él, en operadores de paz y testigos de la esperanza en un futuro de salvación y de resurrección”.

“La fe nos hace caminar con Jesús por los caminos, tan a menudo tortuosos, de este mundo, con la certeza de que la fuerza de su Espíritu doblará las fuerzas del mal, sometiéndolas al poder del Amor de Dios” porque “Dios es Amor”, afirmó el Papa.

Por ello, el Santo Padre recordó el ejemplo de los mártires “nuestros mártires, los mártires cristianos de nuestro tiempo, que son más que los mártires del principio, quienes, a pesar de las persecuciones, son hombres y mujeres de paz” y agregó que los mártires “nos dan una herencia para preservar e imitar que es: el Evangelio del amor y de la misericordia”.

“Este es el tesoro más valioso que nos ha sido donado y el testimonio más eficaz que podemos dar a nuestros contemporáneos, respondiendo al odio con amor, a la ofensa con el perdón. Incluso en la vida cotidiana, cuando nosotros recibimos una ofensa, sentimos dolor, pero perdonar. Cuando nosotros nos sentimos odiamos, rezar con amor por la persona que nos odia”, exhortó.

De este modo, el Papa Francisco rezó a la Virgen María para que “sostenga, con su intercesión materna, nuestro viaje de fe diario, en el seguimiento del Señor que guía la historia”.

SANTA ISABEL DE HUNGRÍA, 17 DE NOVIEMBRE



Santa Isabel de Hungría
Viuda
 (1207- 1231)


"Que el Señor nos conceda como 
a su buena Isabel,  el don de un gran desprendimiento para dedicar nuestra vida  y nuestros bienes a ayudar a los 
más necesitados."


SU VIDA

Isabel, a los 15 años fue dada en matrimonio por su padre el Rey de Hungría al príncipe Luis VI de Turingia,  el matrimonio tuvo tres hijos. Se amaban tan intensamente que ella llegó a exclamar un día: "Dios mío, si a mi esposo lo amo tantísimo, ¿Cuánto más debiera amarte a Ti?". Su esposo aceptaba de buen modo las santas exageraciones que Isabel tenía en repartir a los pobres cuanto encontraba en la casa. Él respondía a los que criticaban: "Cuanto más demos nosotros a los pobres, más nos dará Dios a nosotros".

Cuando apenas de veinte años y con su hijo menor recién nacido, su esposo, un cruzado, murió en un viaje a defender Tierra Santa.  Isabel casi se desespera al oír la noticia, pero luego se resignó y aceptó la voluntad de Dios. Rechazó varias ofertas de matrimonio y se decidió entonces  a vivir en la pobreza y dedicarse al servicio de los más pobres y desamparados.

El sucesor de su marido la desterró del castillo y tuvo que huir con sus tres hijos, desprovistos de toda ayuda material. Ella, que cada día daba de comer a 900 pobres en el castillo, ahora no tenía quién le diera para el desayuno. Pero confiaba totalmente en Dios y sabía que nunca la abandonaría, ni a sus hijos.  Finalmente algunos familiares la recibieron en su casa, y más tarde el Rey de Hungría consiguió que le devolvieran los bienes que le pertenecían como viuda, y con ellos construyó un gran hospital para pobres, y ayudó a muchas familias necesitadas.

Un Viernes Santo, después de las ceremonia, cuando ya habían desvestido los altares en la iglesia, se arrodilló ante uno y delante de varios religiosos hizo voto de renuncia de todos sus bienes y voto de pobreza, como San Francisco de Asís,  y consagró su vida al servicio de los más pobres y desampardos. Cambió sus vestidos de princesa por un simple hábito de hermana franciscana, de tela burda y ordinaria, y los últimos cuatro años de su vida (de los 20 hasta los 24 años) se dedicó a atender a los pobres enfermos del hospital que había fundado. Se propuso recorrer calles y campos pidiendo limosna para sus pobres, y vestía como las mujeres más pobres del campo. Vivía en una humilde choza junto al hospital. Tejía y hasta pescaba, con tal de obtener con qué compararles medicinas a los enfermos.

Tenía un director espiritual que para ayudarla en su camino a la santidad, la trataba duramente. Ella exclamaba: "Dios mío, si a este sacerdote le tengo tanto temor, ¿cuánto más te debería temer a Ti, si desobedezco tus mandamientos?"

Un día, cuando todavía era princesa, fue al templo vestida con los más exquisitos lujos, pero al ver una imagen de Jesús crucificado pensó: "¿Jesús en la Cruz despojado de todo y coronado de espinas, y yo con corona de oro y vestidos lujosos?". Nunca más volvió con vestidos lujosos al templo de Dios.

Una vez se encontró un leproso abandonado en el camino, y no teniendo otro sitio en dónde colocarlo por el momento, lo acostó en la cama de su marido que estaba ausente. Llegó este inesperadamente y le contaron el caso. Se fue furioso a regañarla, pero al llegar a la habitación, vio en su cama, no el leproso sino un hermoso crucifijo ensangrentado. Recordó entonces que Jesús premia nuestros actos de caridad para con los pobres como hechos a Él mismo.

El pueblo la llamaba "la mamacita buena".

Uno sacerdotes de aquella época escribió: "Afirmo delante de Dios que raramente he visto una mujer de una actividad tan intensa, unida a una vida de oración y de contemplación tan elevada". Algunos religiosos franciscanos que la dirigían en su vida de total pobreza, afirman que varias veces, cuando ella regresaba de sus horas de oración, la vieron rodeada de resplandores y que sus ojos brillaban como luces muy resplandecientes.

El mismo emperador Federico II afirmó: "La venerable Isabel, tan amada de Dios, iluminó las tinieblas de este mundo como una estrella luminosa en la noche oscura".

Cuando apenas cumplía 24 años, el 17 de noviembre del año 1231, pasó de esta vida a la eternidad. A sus funerales asistieron el emperador Federico II y una multitud tan grande formada por gentes de diversos países y de todas las clases sociales, que los asistentes decían que no se había visto ni quizá se volvería a ver en Alemania un entierro tan concurrido y fervoroso como el de Isabel de Hungría, la patrona de los pobres.

El mismo día de la muerte de la santa, a un hermano lego se le destrozó un brazo en un accidente y estaba en cama sufriendo terribles dolores. De pronto vio a parecer a Isabel en su habitación, vestida con trajes hermosísimos. Él dijo: "¿Señora, Usted que siempre ha vestido trajes tan pobres, por qué ahora tan hermosamente vestida?". Y ella sonriente le dijo: "Es que voy para la gloria. Acabo de morir para la tierra. Estire su brazo que ya ha quedado curado". El paciente estiró el brazo que tenía totalmente destrozado, y la curación fue completa e instantánea.

Dos días después de su entierro, llegó al sepulcro de la santa un monje cisterciense el cual desde hacía varios años sufría un terrible dolor al corazón y ningún médico había logrado aliviarle de su dolencia. Se arrodilló por un buen rato a rezar junto a la tumba de la santa, y de un momento a otro quedó completamente curado de su dolor y de su enfermedad.

Estos milagros y muchos más, movieron al Sumo Pontífice a declararla santa, cuando apenas habían pasado cuatro años de su muerte.

Santa Isabel de Hungría es patrona de la Arquidiócesis de Bogotá.

Una Historia

No faltó quien acusó a la princesa ante el propio duque de estar dilapidando los caudales públicos y dejar exhaustos los graneros y almacenes. El margrave Luis quería a su esposa con delirio, pero no pudo resistir, sin duda, el acoso de sus intendentes y les pidió una prueba de su acusación.

-- Espera un poco -le dijeron- y verás salir a la señora con la faltriquera llena.

Efectivamente, poco tuvo que esperar el duque para ver a su mujer que salía, como a hurtadillas, de palacio cerrando cautelosamente la puerta. Violentamente la detuvo y la preguntó con dureza:

-- ¿Qué llevas en la falda?

-- Nada..., son rosas -contestó Isabel tratando de disculparse, sin recordar que estaba en pleno invierno-.

Y, al extender el delantal, rosas eran y no mendrugos de pan lo que Isabel llevaba, porque el Señor quiso salir fiador de la palabra de su sierva.

ORACIÓN

Oh Dios misericordioso, alumbra los corazones 
de tus fieles; y por las súplicas gloriosas de Santa Isabel, haz que despreciemos las prosperidades mundanales, y gocemos siempre de la celestial consolación. Por nuestro Señor Jesucristo.  
Amén.

FELIZ DOMINGO




sábado, 16 de noviembre de 2019

IMÁGENES DE ADVIENTO 2019



ESQUEMA DE ADVIENTO 2019


Esquema del Adviento 2019



Inicia con las vísperas del domingo más cercano al 30 de Noviembre y termina antes de las vísperas de la Navidad. Los domingos de este tiempo se llaman 1°, 2°, 3° y 4° de Adviento. Los días del 16 al 24 de diciembre (la Novena de Navidad) tienden a preparar más específicamente las fiestas de la Navidad.

El tiempo de Adviento tiene una duración de cuatro semanas. Este año 2019, comienza el domingo 1 de diciembre, y se prolonga hasta el 22 de diciembre. Podemos distinguir dos periodos. En el primero de ellos, aparece con mayor relieve el aspecto escatológico y se nos orienta hacia la espera de la venida gloriosa de Cristo. Las lecturas de la misa invitan a vivir la esperanza en la venida del Señor en todos sus aspectos: su venida al final de los tiempos, su venida ahora, cada día, y su venida hace dos mil años.

En el segundo periodo se orienta más directamente a la preparación de la Navidad. Su nos invita a vivir con más alegría, porque estamos cerca del cumplimiento de lo que Dios había prometido. Los evangelios de estos días nos preparan ya directamente para el nacimiento de Jesús.

En orden a hacer sensible esta doble preparación de espera, la liturgia suprime durante el Adviento una serie de elementos festivos. De esta forma, en la misa ya no rezamos el Gloria, se reduce la música con instrumentos, los adornos festivos, las vestiduras son de color morado, el decorado de la Iglesia es más sobrio, etc. Todo esto es una manera de expresar tangiblemente que, mientras dura nuestro peregrinar, nos falta algo para que nuestro gozo sea completo. Y es que quien espera es porque le falta algo. Cuando el Señor se haga presente en medio de su pueblo, habrá llegado la Iglesia a su fiesta completa, significada por solemnidad de la fiesta de la Navidad.

Tenemos cuatro semanas en las que Domingo a Domingo nos vamos preparando para la venida del Señor. La primera de las semanas de adviento está centrada en la venida del Señor al final de los tiempos. La liturgia nos invita a estar en vela, manteniendo una especial actitud de conversión. La segunda semana nos invita, por medio del Bautista a «preparar los caminos del Señor»; esto es, a mantener una actitud de permanente conversión. Jesús sigue llamándonos, pues la conversión es un camino que se recorre durante toda la vida. La tercera semana preanuncia ya la alegría mesiánica, pues ya está cada vez más cerca el día de la venida del Señor. Finalmente, la cuarta semana ya nos habla del advenimiento del Hijo de Dios al mundo. María es figura, central, y su espera es modelo estímulo de nuestra espera.

En cuanto a las lecturas de las misas dominicales, las primeras lecturas son tomadas de Isaías y de los demás profetas que anuncian la Reconciliación de Dios y, la venida del Mesías. En los tres primeros domingos se recogen las grandes esperanzas de Israel y en el cuarto, las promesas más directas del nacimiento de Dios. Los salmos responsoriales cantan la salvación de Dios que viene; son plegarias pidiendo su venida y su gracia. Las segundas lecturas son textos de San Pablo o las demás cartas apostólicas, que exhortan a vivir en espera de la venida del Señor.

El color de los ornamentos del altar y la vestidura del sacerdote es el morado, igual que en Cuaresma, que simboliza austeridad y penitencia. Son cuatro los temas que se presentan durante el Adviento:

Primer Domingo: 1 de diciembre

La vigilancia en espera de la venida del Señor. Durante esta primer semana las lecturas bíblicas y la predicación son una invitación con las palabras del Evangelio: "Velen y estén preparados, que no saben cuándo llegará el momento". Es importante que, como familia nos hagamos un propósito que nos permita avanzar en el camino hacia la Navidad; ¿qué te parece si nos proponemos revisar nuestras relaciones familiares? Como resultado deberemos buscar el perdón de quienes hemos ofendido y darlo a quienes nos hayan ofendido para comenzar el Adviento viviendo en un ambiente de armonía y amor familiar. Desde luego, esto deberá ser extensivo también a los demás grupos de personas con los que nos relacionamos diariamente, como la escuela, el trabajo, los vecinos, etc. Esta semana, en familia al igual que en cada comunidad parroquial, encenderemos la primer vela de la Corona de Adviento, color morada, como signo de vigilancia y deseos de conversión.

Segundo Domingo: 8 de diciembre

La conversión, nota predominante de la predicación de Juan Bautista. Durante la segunda semana, la liturgia nos invita a reflexionar con la exhortación del profeta Juan Bautista: "Preparen el camino, Jesús llega" y, ¿qué mejor manera de prepararlo que buscando ahora la reconciliación con Dios? En la semana anterior nos reconciliamos con las personas que nos rodean; como siguiente paso, la Iglesia nos invita a acudir al Sacramento de la Reconciliación (Confesión) que nos devuelve la amistad con Dios que habíamos perdido por el pecado. Encenderemos la segunda vela morada de la Corona de Adviento, como signo del proceso de conversión que estamos viviendo.

Durante esta semana puedes buscar en los diferentes templos que tienes cerca, los horarios de confesiones disponibles, para que cuando llegue la Navidad, estés bien preparado interiormente, uniéndote a Jesús y a los hermanos en la Eucaristía.  

Tercer Domingo: 15 de diciembre

El testimonio, que María, la Madre del Señor, vive, sirviendo y ayudando al prójimo. La liturgia de Adviento nos invita a recordar la figura de María, que se prepara para ser la Madre de Jesús y que además está dispuesta a ayudar y servir a quien la necesita. El evangelio nos relata la visita de la Virgen a su prima Isabel y nos invita a repetir como ella: "Quién soy yo para que la madre de mi Señor venga a verme?.

Sabemos que María está siempre acompañando a sus hijos en la Iglesia, por lo que nos disponemos a vivir esta tercer semana de Adviento, meditando acerca del papel que la Virgen María desempeñó. Te proponemos que fomentes la devoción a María, rezando el Rosario en familia, uno de los elementos de las tradicionales posadas. Encendemos como signo de espera gozosa, la tercer vela, color rosa, de la Corona de Adviento.

Cuarto Domingo: 22 de diciembre

El anuncio del nacimiento de Jesús hecho a José y a María. Las lecturas bíblicas y la predicación, dirigen su mirada a la disposición de la Virgen María, ante el anuncio del nacimiento de su Hijo y nos invitan a "Aprender de María y aceptar a Cristo que es la Luz del Mundo". Como ya está tan próxima la Navidad, nos hemos reconciliado con Dios y con nuestros hermanos; ahora nos queda solamente esperar la gran fiesta. Como familia debemos vivir la armonía, la fraternidad y la alegría que esta cercana celebración representa. Todos los preparativos para la fiesta debieran vivirse en este ambiente, con el firme propósito de aceptar a Jesús en los corazones, las familias y las comunidades. Encendemos la cuarta vela color morada, de la Corona de Adviento.

SANTA GERTRUDIS, ABOGADA DE LAS ALMAS DEL PURGATORIO, 16 DE NOVIEMBRE


Santa Gertrudis. Mística. 
Abogada de las almas del purgatorio 
 16 de Noviembre



Santa Gertrudis es la abogada de las almas del purgatorio. Fue Santa Gertrudis quien propagó la devoción al Sagrado Corazón  
Santa Gertrudis fue una religiosa de gran cultura filosófica y literaria. Es considerada la abogada de las almas del Purgatorio. Santa Gertrudis fue la primera en propagar la devoción al Sagrado Corazón y el culto a San José. Los demás santos que después propagaron estas devociones se basaron en revelaciones de Santa Gertrudis. Es la patrona de las personas místicas, porque ella fue la primera gran mística de quien se tenga historia

Fiesta: 16 de Noviembre
Más tarde aparecerán otras grandes místicas como Santa Brígida, Santa Catalina, Santa Teresa y Santa Margarita, etc., pero la primera de la cual se conocen las revelaciones recibidas es nuestra santa de hoy. Por eso Santa Brígida es tan importante para la Iglesia.

Biografía de Santa Gertrudis.


Santa Gertrudis nació en Eisleben (Alemania) en el año 1256. A los 5 años fue llevada al convento de unas monjitas muy fervorosas y allí demostró tener cualidades excepcionales para el estudio.

Sobresalía entre todas por la facilidad con la que aprendía la literatura y las ciencias naturales, y por su modo tan elegante de emplear el idioma.

Hasta los 25 años, Santa Gertrudis fue una monjita como las demás, dedicada a la oración, a los trabajos manuales y a la meditación.

La conversión de Santa Gertrudis.
Santa Gertrudis sentía una inclinación sumamente grande por los estudios, aunque era a los estudios mundanos de literatura, historia, idiomas y ciencias naturales.

Pero en esa edad, Santa Gertrudis recibió la primera de las revelaciones que la hicieron famosa, y desde aquel día su vida se transformó por completo. Cuando iba a acostarse, le pareció ver al Señor en forma de joven.

Así lo cuenta ella:

"Aunque sabía yo que me hallaba en el dormitorio, me parecía que me encontraba en el rincón del coro donde solía hacer mis tibias oraciones y oí estas palabras: «yo te salvaré y te libraré. No Temas» Cuando el Señor dijo esto, extendió su mano fina y delicada hasta tocar la mía, como para confirmar su promesa y prosiguió: «Has mordido el polvo con mis enemigos y has tratado de extraer miel de las espinas. Vuélvete ahora a Mí, y mis delicias divinas serán para ti como vino» Entonces se interpuso un seto de espinos entre los dos. Pero Gertrudis se sintió como arrebatada por los aires y se encontró al lado del Señor: Entonces vi en la mano que poco antes se me había dado como prenda, las joyas radiantes que anularon la pena de muerte que se cernía sobre nosotros".

Desde esa fecha, Santa Gertrudis cambió por completo su preferencia en la lectura y dedicó todos su tiempo a leer la Santa Biblia y los escritos de los santos padres, especialmente San Agustín y San Bernardo. Ella cuenta:

"Cambié el estudio de ciencias naturales y literatura, por el de la teología y la Sagrada Escritura".

Después de la primera revelación, Gertrudis siguió viendo al Señor "veladamente", a la hora de la comunión, hasta la víspera de la Anunciación.

Ese día, el Señor la visitó en la capilla durante los oficios de la mañana y, desde entonces, le concedió un conocimiento más claro de Él, de suerte que empezó a corregirse de sus faltas mucho más por la dulzura de Su amor que por temor de su justa cólera".

Los cinco libros del "Heraldo de la a bondad de Dios" (Comúnmente llamados "Revelaciones de Santa Gertrudis"), de los que la santa sólo escribió el segundo, contienen una serie de visiones, comunicaciones y experiencias místicas, que han sido ratificadas por muchos místicos y teólogos distinguidos.

Santa Gertrudis habla de un rayo de luz, como una flecha, que procedía de la herida del costado de un crucifijo.

Cuenta también que su alma, derretida como la cera, se aplicó al pecho del Señor como para recibir la impresión de un sello y alude a un matrimonio espiritual en que su alma fue como absorbida por el corazón de Jesús. Pero la adversidad es el anillo espiritual que sella los esponsales con Dios.

Santa Gertrudis recuesta la cabeza en el costado de Jesús.
En la fiesta de San Juan Evangelista, Santa Gertrudis tuvo una visión de Nuestro Señor, quién le permitió descansar su cabeza en la Llaga de Su costado.

Al escuchar el palpitar de Su Corazón, ella se tornó hacia San Juan, quién estaba también presente. Le preguntó si había escuchado lo mismo en la Ultima Cena, cuando se reclinó sobre el pecho del Señor y de haberlo escuchado, por qué no lo relató en su Evangelio. San Juan le contestó lo siguinete:

"La revelación del Sagrado Corazón de Jesús estaba reservada para tiempos posteriores cuando el mundo, aumentando en frialdad, necesitaría ser reavivado en el amor".

La muerte de Santa Gertrudis.
Cuando le fue anunciado que se acercaba su muerte exclamó:

"Esta es la más dulce de las alegrías, la que más había deseado, porque voy a encontrarme con Cristo".

Y dictó sus últimos pensamientos acerca de la muerte, que son de lo más sublime que se haya escrito.

Santa Gertrudis sufrió diez años de penosas enfermedades y murió el 17 de Noviembre de 1301 o 1302. Tenía alrededor de los cuarenta y cinco años.

Ni Santa Gertrudis ni su hermana fueron canonizadas formalmente, pero Inocencio XI introdujo el nombre de Gertrudis en el Martirologio Romano en 1677.

Clemente XII ordenó que se celebrase su fiesta en toda la Iglesia de occidente.

Oración de Santa Gertrudis por las almas del purgatorio.
El Señor le dijo a Sta. Gertrudis que cada vez que rezara esta oración, pudiese librar 1000 almas del purgatorio:

"Padre eterno, yo te ofrezco la preciosísima sangre de tu Divino Hijo Jesús, en unión con las misas celebradas hoy día a través del mundo por todas las benditas animas del purgatorio por todos los pecadores del mundo, por los pecadores en la Iglesia Universal, por aquellos en propia casa y dentro de mi familia.

Amen".


SÉ REALISTA Y CONCRETO


Sé realista y concreto



Hay quienes “no tienen los pies sobre la tierra”, sencillamente vuelan. Vuelas, cuando consideras tus sueños como realidad; cuando pasas el tiempo concibiendo planes que jamás realizas; cuando no te adaptas a las personas y a las cosas. Soñar tu vida no es vivirla. Tienes derecho a aferrarte de un extremo del ensueño para seguir adelante, pero jamás para alejarte de la realidad (M. Quoist).

Una característica de las personas que han triunfado en la vida es su capacidad de ser realistas y concretos. Han tenido sueños que los han impulsado a trabajar y luchar, pero han comenzado desde lo que tenían a la mano, de lo posible y cotidiano. Fíjate metas posibles. Lo posible es fácil y simple. Crece con lentitud, pero crece con seguridad. Pon tan solo constancia e ilusión, y verás cómo el éxito coronará la fortaleza que has puesto en perseverar.

Alimenta en el corazón grandes ideales para movilizar tus ocultas energías. Pero, al mismo tiempo trata de ser realista cuidando los pequeños esfuerzos que te conducirán al logro de tus ilusiones. Asombra el número de cosas difíciles que la gente decidida y concreta logra realizar. Tú deberías formar parte de ese grupo especial.


* Enviado por el P. Natalio

LA GUÍA DEL ESPÍRITU SANTO


La guía del Espíritu Santo



1)  Para saber
El Concilio Ecuménico Vaticano II fue convocado por san Juan XXIII. Se cuenta que la mañana en que el Papa Juan le comunicó a su secretario su decisión para convocarlo, le comentó con su característico buen humor que pensaba que el Papa no era asistido por el Espíritu Santo. El secretario se sorprendió, pues sabía que el Espíritu Santo asiste siempre a la Iglesia y en especial al Papa. Entonces con delicadeza le peguntó al Papa por qué lo decía. El Papa sonriendo ante el desconcierto de su secretario le aclaró: “No se confunda Monseñor, efectivamente el Espíritu Santo no asiste al Papa, sino que el Papa es el asistente del Espíritu Santo”.

Con ello dejaba claro que quien conduce la Iglesia es Dios mismo y el Papa solo ha de obedecer las inspiraciones que recibe del Espíritu Santo.

El Papa Francisco, siguiendo su reflexión sobre los Hechos de los Apóstoles, hizo referencia al primer Concilio en la Historia de la Iglesia que fue en Jerusalén. Al terminar, escribieron a Antioquía las conclusiones, comenzado su carta diciendo: “El Espíritu Santo y nosotros pensamos que…”. Con ello mostraban cómo eran conscientes de que el Espíritu Santo es quien guía y acompaña a la Iglesia.

2)  Para pensar
El Papa Francisco se refirió a que la Iglesia tiene las puertas abiertas para todos, para que entre quien quiera, también los paganos y ateos, a todo el que sea dócil al llamado del Espíritu Santo.

Hace años, en un viaje de San Juan Pablo II a París, hubo una gran concentración de jóvenes en un famoso estadio deportivo llamado Parque de los Príncipes. Al terminar el acto, un joven se acercó y le grito: “Soy ateo, ¡ayúdeme!”. El Papa se acercó al muchacho y, tomándole aparte, le dirigió unas palabras. Ya en Roma, el Papa le dijo a su secretario que estaba preocupado, pues le parecía que su respuesta al joven ateo fue insuficiente y le encargó que lo localizaran. Aunque parecía una misión imposible, gracias a muchas personas que colaboraron y a las fotografías, encontraron al joven ateo. Le dijeron que el Papa había pedido que lo buscaran para decirle que estaba preocupado y rezaba por él. El joven contestó que después del acto fue a una librería y compró el Nuevo Testamento. Al abrirlo y leer, encontró la respuesta a sus dudas. Ahora recibía clases de la fe católica y pronto sería bautizado.

Podemos afirmar que por la oración del Papa y de muchos otros, el joven recibió la gracia del Espíritu Santo para su conversión. Pensemos con que actitud escuchamos al Espíritu Santo y si somos diligentes para poner por obra lo que nos inspira.

3)  Para vivir
Pero no pensemos que el Espíritu Santo solo inspira al Papa, al encargarse de dirigir a la Iglesia, sino que también dirige a cada uno de sus miembros. De ahí la importancia de ser dóciles al Espíritu Santo que desea guiarnos a la vida eterna y al amor de Dios.

El Santo Padre invitó a pedirle a Dios que nos ayude a vivir el diálogo, la escucha y el encuentro con nuestros hermanos y hermanas en la fe y con los que están lejos. Así nos alegraremos al ver la fecundidad de la Iglesia, que está llamada a ser “madre gozosa” de muchos hijos.


Pbro. José Martínez Colín

DE LA ORACIÓN A LA VIRTUD: CÓMO ES EL CAMINO


De la oración a la virtud: cómo es el camino
La oración va abriendo nuestros ojos a nuestra maldad


Por: Saúl Castiblanco | Fuente: GaudiumPrress.org




Es necesaria la desconfianza en uno mismo, hay que poner toda la confianza en Dios y lo indispensable de recurrir a Él continuamente por medio de la oración. Hoy intentaremos trillar el camino que va de la oración -de las gracias que se obtienen con la oración- al verdadero cambio de vida.

Decía el Prof. Plinio Corrêa de Oliveira que uno de los frutos más apreciados de las gracias que vienen con una oración bien hecha es la formulación de firmes principios: a medida que la persona reza recibe conocimientos y fuerzas, y con estos ella debe ir consolidando su estructura de formulaciones morales, gran dique este en el momento de la tentación.

La oración trae un fortalecimiento de la convicción de que debemos regirnos por los 10 mandamientos, y nos va aclarando la importancia y las implicaciones más finas, más detalladas, de esos 10 mandamientos.

La oración va abriendo nuestros ojos a nuestra maldad, la intrínseca, la potencial y la actual, y nos va mostrando el camino para salir de la maldad y arribar al bien, que tiene como una de sus etapas más importantes la decisión firme en el alma de hacer el bien y evitar el mal. Pero miremos como resume este caminar el P. Lorenzo Scúpoli, en El Combate Espiritual 1:

"Aborrecer lo que es malo. (...) conviene nos ejercitemos en sentir un gran aborrecimiento y asco hacia el vicio que queremos vencer". 2 Lo dicho por el P. Scúpoli sobre un vicio se debe extender a toda trasgresión a cualquier mandamiento. Pero es claro que cada hombre tiene un vicio capital al que más tiende. En todo caso, todos los vicios tienen como madre más que el ocio a la soberbia, y por tanto la soberbia, el orgullo, siempre debe ser objeto de nuestro desprecio y de nuestro ataque.

"Tenemos que hacer actos contrarios a los que las pasiones y malas inclinaciones nos proponen. Así, por ej., si la ira quiere invitarnos a la venganza, debemos rezar por el bien de la persona que nos ofendió. Si la tristeza trata de inclinarnos al desánimo, debemos cultivar pensamientos de alegría y de esperanza". 3 Entonces, ver la necesidad de negar las inclinaciones de la propia naturaleza e ir actuando en contrario, aunque sea con cosas pequeñas, como 'hormiguita', lo que termina construyendo una gran edificación.

Es precisa la persistencia, que va unida al no desánimo. La generalidad de los espiritualistas afirma que más que la caída, lo que el demonio quiere es el desánimo, porque ahí corta de raíz cualquier ímpetu hacia la virtud. Entonces no desanimar: el desánimo es fruto del orgullo, pues es la mera naturaleza humana orgullosa no queriendo aceptar su debilidad. Por el contrario, el humilde no desanima, él sabe que lo normal en él son las caídas, pero que con la gracia de Dios, él ira realizando los actos contrarios a las malas pasiones que terminarán construyendo la virtud: "Ya sabemos que para adquirir una mala costumbre o un vicio se necesitan muchos pecados repetidos, y de la misma manera para conseguir una virtud contraria a ese vicio se necesitan repetidos y frecuentes actos buenos hasta lograr adquirir la buena costumbre que sea capaz de enfrentarse al vicio y alejarlo. Y aún más: son necesarios más actos buenos de virtud para formar una buena costumbre, que actos pecaminosos para formar un vicio, porque al vicio le colaboran las pasiones y malas inclinaciones, y en cambio a la virtud se le opone nuestra naturaleza corrompida y viciada por el pecado". 4 Entonces, tranquilos, y... para adelante.

Finalmente, "hay que mortificarse en lo que es lícito. (...) Se llama lícito lo que es permitido, lo que se puede hacer o decir sin cometer pecado". Si dejamos de hacer algunas cosas que incluso son lícitamente placenteras "la persona se va acostumbrando más fácilmente a dominarse a sí misma, y cuando le lleguen los atractivos de las pasiones y de los malos instintos ya tiene fuerza de voluntad y podrá salir vencedora de muchas tentaciones". 5

Por tanto, a rezar, a luchar, a levantarse, a seguir rezando, siempre con confianza y perseverancia.

QUÉ DEBE HACER UN CATÓLICO CON LAS CADENAS DE ORACIÓN DE WHATSAPP?


¿Qué debe hacer un católico con las cadenas de oración de Whatsapp?
¿Qué hacer cuando el mensaje incluye condiciones a cumplir para "que Dios nos oiga"?


Por: n/a | Fuente: Catholic.net




Desde hace algunos años es común recibir a través de Whatsapp las conocidas “cadenas de oración”, que exhortan a reenviar un mensaje a todos los contactos en un cierto periodo de tiempo con el fin de recibir una bendición de Dios y evitar “un castigo”.

Ante este tipo de oraciones que circulan por Internet, ¿qué es lo que debe hacer un católico?

El sacerdote mexicano, P. Sergio Román, explicó cómo responder a estas cadenas en un artículo publicado en el Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México (SIAME).

¿Qué hacer?

“En primer lugar, lo que debemos hacer es recordar que Dios no puso condiciones a la hora de invitar a sus discípulos a orar, por lo que lo recomendable es borrar el texto, aunque quien nos lo haya enviado sea nuestro mejor amigo. ¿Y no pasa nada? ¡Absolutamente nada! No se preocupen”, indicó.


En segundo lugar, el presbítero sostuvo que se puede “aprovechar este tipo de cadenas como un recordatorio para orar por las muchas necesidades del mundo”, sin embargo, no se puede “dejar de señalar que intrínsecamente son malas, y no deben hacerse ni seguirse, porque presentan una imagen equivocada y supersticiosa de Dios”.

En tercer lugar, tener una legítima la devoción a Jesús, a la Virgen y a los santos, porque “de esa manera estarían haciendo una propaganda buena que serviría para instruir a otras personas y para animarlas a compartir su devoción”.

Razones por las cuales las cadenas NO son recomendables     

1. Causan molestias

Si bien que estas cadenas son hechas por “personas de buena fe que piensan que de ese modo ayudarán a fomentar la devoción a algún santo”, el P. Román asegura que “lo único que hacen es causar molestias a sus contactos, sobre todo a aquellos que, por ignorancia, se dejan esclavizar por las cadenas”.


2. Fomentan supersticiones

Fomentan la superstición al hacer creer que las gracias divinas dependen de la repetición sin sentido de una acción que no tiene ninguna importancia, sostiene el presbítero.

3. Se asemejan a la magia o brujería

“Las cadenas rayan en la magia o en la brujería, que atribuye a las cosas el poder que solo Dios tiene y que considera que hay fórmulas infalibles para obligar a Dios a hacer nuestros caprichos”, concluyó el P. Román.

Nota de Catholic.net: Los mismos criterios se aplican a cadenas de oración difundidas por medio de otras redes sociales.

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY SÁBADO 16 DE NOVIEMBRE DE 2019


Lecturas de hoy Sábado de la 32ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, sábado, 16 de noviembre de 2019



Primera lectura
Lectura del libro de la Sabiduría (18,14-16;19,6-9):

Un silencio sereno lo envolvía todo, y, al mediar la noche su carrera, tu palabra todopoderosa se abalanzó, como paladín inexorable, desde el trono real de los cielos al país condenado; llevaba la espada afilada de tu orden terminante; se detuvo y lo llenó todo de muerte; pisaba la tierra y tocaba el cielo. Porque la creación entera, cumpliendo tus órdenes, cambió radicalmente de naturaleza, para guardar incólumes a tus hijos. Se vio la nube dando sombra al campamento, la tierra firme emergiendo donde había antes agua, el mar Rojo convertido en camino practicable y el violento oleaje hecho una vega verde; por allí pasaron, en formación compacta, los que iban protegidos por tu mano, presenciando prodigios asombrosos. Retozaban como potros y triscaban como corderos, alabándote a ti, Señor, su libertador.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 104,2-3.36-37.42-43

R/. Recordad las maravillas que hizo el Señor

Cantadle al son de instrumentos,
hablad de sus maravillas;
gloriaos de su nombre santo,
que se alegren los que buscan al Señor. R/.

Hirió de muerte a los primogénitos del país,
primicias de su virilidad.
Sacó a su pueblo cargado de oro y plata,
y entre sus tribus nadie tropezaba. R/.

Porque se acordaba de la palabra sagrada
que había dado a su siervo Abrahán,
sacó a su pueblo con alegría,
a sus escogidos con gritos de triunfo. R/.



Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (18,1-8):

En aquel tiempo, Jesús, para explicar a sus discípulos cómo tenían que orar siempre sin desanimarse, les propuso esta parábola: «Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni le importaban los hombres. En la misma ciudad había una viuda que solía ir a decirle: "Hazme justicia frente a mi adversario." Por algún tiempo se negó, pero después se dijo: "Aunque ni temo a Dios ni me importan los hombres, como esta viuda me está fastidiando, le haré justicia, no vaya a acabar pegándome en la cara."»
Y el Señor añadió: «Fijaos en lo que dice el juez injusto; pues Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos que le gritan día y noche?; ¿o les dará largas? Os digo que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?»

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy sábado, 
16 de noviembre de 2019
Enrique Martínez, cmf


RECLAMANDO INSISTENTEMENTE JUSTICIA

Es fácil trasladar esta parábola de Jesús a una escena contemporánea. Digamos que hay un juez que debe decidir la expropiación de una vivienda. La demandante, una viuda, que está desamparada, le escribe dos o tres cartas cada día, un par de correos electrónicos, hace innumerables llamadas telefónicas, pone un sinfín de faxes, y sus amigos de la plataforma antidesahucios hacen varios «scratch» para apoyarla y pedir justicia.  Cuando él trata de salir de casa o de su lugar de trabajo, ella o quienes la apoyan le está esperando con un cartel que dice: «Estoy esperando». Finalmente el juez no puede aguantar más a esta viuda impertinente, y sin analizar siquiera el caso, decide concederle todo lo que quiere.

Identificarse (en la medida de lo posible) con la situación de esta mujer, me suscita algunos puntos para la meditación y la oración personal:

+ Aquella mujer continúa orando e insistiendo como una forma de permanecer en sus «derechos» pisoteados, sin rendirse, ni conformarse con la situación. La persistente queja fortalece su interior para seguirlo intentando, para que la injusticia que le afecta termine de una vez. Aunque no consiguiera nada.

+ La «queja», el «grito», la «protesta», la «denuncia» son también modos de orar. Hay situaciones vitales en las que no sale del corazón sino el grito, la protesta airada, el clamor. Muchos seres humanos casi sólo pueden expresarse así. Este modo de orar nos lo enseñan personajes bíblicos como Job pidiendo explicaciones por todas sus desgracias, o el propio Moisés cuando se queja del pueblo que Dios le ha encomendado conducir. Incluso el Magníficat de María podría leerse en esta clave. Por no nombrar tantos Salmos. Es éste un modo poco acostumbrado de orar. A pesar de que la Liturgia de las Horas es una continua invitación a orar desde el «pellejo» del enfermo, del perseguido, del tratado injustamente... Podría ser hoy una buena oportunidad para hacer nuestra oración desde las víctimas del tifón de Filipinas, de tantos parados y desahuciados sin ayudas, de tantos mayores con las pensiones recortadas, de...

+ No es infrecuente que algunos hermanos, después de mucho orar e insistirle a Dios esperando su ayuda, su justicia... sin ver aparentes resultados... acaben renunciando a la oración... y por lo tanto a la fe: "Cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?" Seguramente que detrás de muchas de las faltas de constancia en la oración personal y comunitaria, tengan algo que ver con esto: queremos eficacia, resultados, cambios en nuestra situación. Y es legítimo que lo esperemos. Pero la oración es también un modo de decirnos a nosotros mismos que queremos vivir nuestras desesperanzas «apoyados» en Dios, de la mano de Dios, para que la situación no nos pueda, a pesar de que todo siga igual. Esa fue de algún modo la oración del Hijo del hombre en vísperas de su Pasión. Oración que le ayudó a seguir adelante hasta el final, sin que se le ahorraran sufrimientos ni injusticias. Pero con una confianza inquebrantable en que, poniéndolo todo en sus manos, el Padre haría algo. Y ¡vaya si lo hizo! Esa es la resistencia, la paciencia, la perseverancia en la que tenemos que entrenarnos, a la que el propio Jesús nos invita en esta parábola.

+ La viuda de la parábola ora esperando «justicia». Me temo que no es muy frecuente entre nosotros, en la oración personal y comunitaria, orar por la justicia que a tantos les falta. Salvo cuando esa «injusticia» nos afecta personalmente. Pero Jesús dice que esa oración es finalmente escuchada, y que debemos insistir en pedirla. Para nosotros... y para los que la sufren. Me invito a mí mismo, y humildemente también a ti,  a tener esto en cuenta, y a poner, si es posible, rostro concreto a tantos que en nuestra tierra  -a veces muy cerca de nosotros-, han convertido su «grito» en «grito silencioso»... por falta de fuerzas para reclamar que alguien les escuche.

Enrique Martínez cmf

EL PAPA FRANCISCO ANUNCIA QUE PODRÍAN INTRODUCIR EL PECADO ECOLÓGICO EN EL CATECISMO


El Papa Francisco anuncia que podrían introducir el “pecado ecológico” en el Catecismo
Redacción ACI Prensa
 Foto: Vatican Media



El Papa Francisco reveló que el “pecado ecológico” podría ser introducido en el Catecismo de la Iglesia Católica.

Así lo indicó el Santo Padre el 15 de noviembre al recibir en audiencia a los participantes del 20º Congreso Mundial de la Asociación Internacional de Derecho Penal con el tema “Criminal Justice and Corporate Business”.

“Nosotros debemos introducir -lo estamos pensando- en el Catecismo de la Iglesia Católica el pecado contra la ecología, el pecado ecológico contra la casa común, porque es un deber”, destacó el Pontífice.

Durante su discurso, el Santo Padre destacó que “un sentido elemental de la justicia requeriría que ciertas conductas, de las que las empresas suelen ser responsables, no queden impunes”. En particular, se refirió a “todas aquellas que pueden ser consideradas como ‘ecocidio’: la contaminación masiva del aire, de los recursos de la tierra y del agua, la destrucción a gran escala de flora y fauna, y cualquier acción capaz de producir un desastre ecológico o destruir un ecosistema”.

En esta línea, el Papa Francisco recordó que los participantes al Sínodo de la Amazonía propusieron “definir el pecado ecológico como una acción u omisión contra Dios, contra el prójimo, la comunidad y el medio ambiente”.

“Es un pecado contra las generaciones futuras y se manifiesta en actos y hábitos de contaminación y de destrucción de la armonía del medio ambiente, en transgresiones contra los principios de interdependencia y en la ruptura de las redes de solidaridad entre las criaturas”, explicó el Papa.

Además, el Pontífice afirmó que “el ‘ecocidio’ debe entenderse como la pérdida, daño o destrucción de ecosistemas en un territorio determinado, de modo que su disfrute por parte de los habitantes se haya visto o pueda verse gravemente afectado” y añadió que “se trata de una quinta categoría de crímenes contra la paz, que debería ser reconocida como tal por la comunidad internacional”.

“En esta ocasión, y a través de ustedes, quisiera hacer un llamamiento a todos los líderes y referentes en este sector para que contribuyan con sus esfuerzos a garantizar una protección jurídica adecuada para nuestra casa común”, dijo el Papa a los expertos de Derecho penal reunidos en el Vaticano.

En el número 82 del documento final del Sínodo de los Obispos para la Amazonía, que fue votado el pasado 26 de octubre, los Padres sinodales propusieron la definición del “pecado ecológico” y la creación de “ministerios especiales para el cuidado de la ‘casa común’ y la promoción de la ecología integral a nivel parroquial y en cada jurisdicción eclesiástica, que tengan como funciones, entre otras, el cuidado del territorio y de las aguas, así como la promoción de la encíclica Laudato si”.
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