martes, 28 de julio de 2020

SANTORAL DE HOY MARTES 28 DE JULIO DE 2020

Stanley Francis Rother, BeatoStanley Francis Rother, Beato
Sacerdotge y Mártir, 28 de julio
Sansón de Dol, SantoSansón de Dol, Santo
Abad y Obispo, 28 de julio
Ramón Emiliano Hortelano Gómez, BeatoRamón Emiliano Hortelano Gómez, Beato
Mártir Laico, 28 de julio
Jesús Aníbal Gómez Gómez, BeatoJesús Aníbal Gómez Gómez, Beato
Seminarista y Mártir, 28 de julio
Orencio Luis (Antonio Solá Garriga), BeatoOrencio Luis (Antonio Solá Garriga), Beato
Religioso y Mártir, 28 de julio
Manuel Segura, BeatoManuel Segura, Beato
Mártir, 28 de julio
José Caselles Moncho y José Castell Camps, BeatosJosé Caselles Moncho y José Castell Camps, Beatos
Mártires Salesianos, 28 de julio
Víctor I, SantoVíctor I, Santo
XIV Papa, 28 de julio
Melchor de Quirós, SantoMelchor de Quirós, Santo
Obispo y Mártir, 28 de julio
Jaime Hilario (Manuel Barbal Cosán), SantoJaime Hilario (Manuel Barbal Cosán), Santo
Mártir Lasallista, 28 de julio
Germán Martín Martín, BeatoGermán Martín Martín, Beato
Sacerdote y Mártir, 28 de julio
Pedro Poveda Castroverde, SantoPedro Poveda Castroverde, Santo
Sacerdote y Mártir, 28 de julio
Nazario y Celso, santosNazario y Celso, santos
Mártires, 28 de julio

BUENOS DÍAS!!!!





lunes, 27 de julio de 2020

DAME PACIENCIA SEÑOR!!


Dame paciencia, Señor 



Es imposible que en el curso de todo un día no nos sobrevenga algún que otro contratiempo: pequeños accidentes o dificultades que nos apenan y mortifican. ¿No es esto un obstáculo permanente para la felicidad? De ninguna manera, si sabemos conservar la paz y la  alegría cuando sobrevienen estas contrariedades. Prepárate con esta oración del P. Víctor Fernández.
 
Señor, acepto que hoy no sea un día perfecto, ya he aprendido que esta tierra todavía no es el cielo. Sólo te pido que mi vida no sea inútil, que lo que yo viva hoy sirva para algo. No pretendo que todo sea fascinante en este día, y quiero regalarte con amor todo pequeño cansancio, sufrimiento, contratiempo o dificultad que deba soportar. Te ofrezco, Señor amado, todo lo que me pueda desagradar en esta jornada, te lo entrego con amor, así como tú te entregaste entero, hasta el fin, en la cruz. Dame mucha paciencia, Señor mío, para poder responder al mal con el bien, para no entrar en una espiral de violencia, para aceptar con calma todo lo que me perturbe en mi relación con los demás. Te lo entrego todo a ti. Recíbelo, Señor.
 
Las adversidades, cuando se las ve venir, son menos de temer que cuando nos hieren de improviso. Acéptalas de buen grado. Debemos estar dispuestos a soportar las penas y así parecerán menos duras. Mira al Cielo y, con una mirada de fe, considera estas cruces como una moneda con la que adquieres bienes inmensos. Que el Señor te dé su paz.


* Enviado por el P. Natalio

LA DECISIÓN MÁS IMPORTANTE


La decisión más importante


El evangelio recoge breves parábolas de Jesús con un mismo mensaje. En los relatos, el protagonista descubre un tesoro enormemente valioso o una perla de valor incalculable. Y reaccionan del mismo modo: venden con alegría y decisión lo que tienen, y se hacen con el tesoro o la perla. Según Jesús, así reaccionan los que descubren el reino de Dios.
 
Al parecer, Jesús teme que la gente le siga por intereses diversos, sin descubrir lo más atractivo e importante: ese proyecto apasionante del Padre, que consiste en conducir a la humanidad hacia un mundo más justo, fraterno y dichoso, encaminándolo así hacia su salvación definitiva en Dios.
 
¿Qué podemos decir hoy después de veinte siglos de cristianismo? ¿Por qué tantos cristianos buenos viven encerrados en su práctica religiosa con la sensación de no haber descubierto en ella ningún “tesoro”? ¿Dónde está la raíz última de esa falta de entusiasmo y alegría en no pocos ámbitos de nuestra Iglesia, incapaz de atraer hacia el núcleo del Evangelio a tantos hombres y mujeres que se van alejando de ella, sin renunciar por eso a Dios ni a Jesús?
 
Después del Concilio, el papa san Pablo VI hizo esta afirmación rotunda: ”Solo el reino de Dios es absoluto. Todo lo demás es relativo”. Años más tarde, san Juan Pablo II lo reafirmó diciendo: “La Iglesia no es ella su propio fin, pues está orientada al reino de Dios del cual es germen, signo e instrumento”. El Papa Francisco nos viene repitiendo: “El proyecto de Jesús es instaurar el reino de Dios”.
 
Si ésta es la fe de la Iglesia, ¿por qué hay cristianos que ni siquiera han oído hablar de ese proyecto que Jesús llamaba “reino de Dios”? ¿Por qué no saben que la pasión que animó toda la vida de Jesús, la razón de ser y el objetivo de toda su actuación, fue anunciar y promover ese proyecto humanizador del Padre: buscar el reino de Dios y su justicia?
 
La Iglesia no puede renovarse desde su raíz si no descubre el “tesoro” del reino de Dios. No es lo mismo llamar a los cristianos a colaborar con Dios en su gran proyecto de hacer un mundo más humano, que vivir distraídos en prácticas y costumbres que nos hacen olvidar el verdadero núcleo del Evangelio.
 
El Papa Francisco nos está diciendo que “el reino de Dios nos reclama”. Este grito nos llega desde el corazón mismo del Evangelio. Lo hemos de escuchar. Seguramente, la decisión más importante que hemos de tomar hoy en la Iglesia y en nuestras comunidades cristianas es la de recuperar el proyecto del reino de Dios con alegría y entusiasmo.


(José Antonio Pagola)

EL PAPA FRANCISCO PIDE BUSCADORES INQUIETOS DEL REINO DE LOS CIELOS


El Papa pide “buscadores inquietos del Reino de los cielos”
Redacción ACI Prensa
 Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa



El Papa Francisco señaló que se necesitan “buscadores sanamente inquietos del Reino de los cielos”, personas dispuestas a abandonar sus comodidades mundanas para comprometerse en “la construcción del Reino”.

Durante el rezo del Ángelus este domingo 26 de julio desde el Palacio Apostólico del Vaticano, el Papa Francisco reflexionó sobre las parábolas evangélicas del tesoro escondido en el campo y de la perla preciosa.

En esas parábolas “el Reino de los cielos es comparado con dos realidades diferentes ‘preciosas’: el tesoro en el campo y la perla de gran valor”.

“La reacción del que encuentra la perla o el tesoro es prácticamente igual: el hombre y el mercader venden todo para comprar lo que más les importa. Con estas dos similitudes, Jesús se propone involucrarnos en la construcción del Reino de los cielos, presentando una característica esencial: se adhieren completamente al Reino aquellos que están dispuestos a jugarse todo, a ser valientes”.


De hecho, “tanto el hombre como el mercader de las dos parábolas venden todo lo que tienen, abandonando así sus seguridades materiales. De esto se entiende que la construcción del Reino exige no solo la gracia de Dios, sino también la disponibilidad activa del hombre”.

El Santo Padre explicó que esa entrega sólo se logra por medio de la gracia divina: “Todo lo hace la gracia, todo. De nosotros solo depende la disponibilidad a recibirla, no la resistencia a la gracia. La gracia lo logra todo, pero hace falte mi responsabilidad, mi disponibilidad”.

“Los gestos de ese hombre y del mercader que van en busca, privándose de los propios bienes, para comprar realidades más preciosas, son gestos decisivos y radicales”. Gestos “realizados con alegría porque ambos han encontrado el tesoro”.

El Papa insistió en que “estamos llamados a asumir la actitud de estos dos personajes evangélicos, convirtiéndonos también nosotros en buscadores sanamente inquietos del Reino de los cielos. Se trata de abandonar la carga pesada de nuestras seguridades mundanas que nos impiden la búsqueda y la construcción del Reino: el anhelo de poseer, la sed de ganancia y poder, el pensar solo en nosotros mismos”.

“En nuestros días, la vida de algunos puede resultar mediocre y apagada porque probablemente no han ido a la búsqueda de un verdadero tesoro: se han conformado con cosas atractivas pero efímeras, de destellos brillantes pero ilusorios porque después dejan en la oscuridad”.


En cambio, “la luz del Reino no es de fuegos artificiales, es luz. Los fuegos artificiales duran solo un instante, la luz del Reino te acompaña toda la vida. El Reino de los cielos es lo contrario de las cosas superfluas que ofrece el mundo, es lo contrario de una vida banal: es un tesoro que renueva la vida todos los días y la expande hacia horizontes más amplios”

Quien ha encontrado este tesoro, aseguró el Pontífice, “tiene un corazón creativo y buscador, que no repite, sino que inventa, rastreando y recorriendo calles nuevas, que nos llevan a amar a Dios, a amar a los otros, a amarnos verdaderamente a nosotros mismos”.

“El signo de quien camina en este camino hacia el Reino es la creatividad. Siempre buscando más. La creatividad es esa que toma la vida y da la vida, y da, y da, y da. Siempre busca modos diferentes de dar la vida”.

El Papa Francisco concluyó su reflexión previa al Ángelus subrayando que “Jesús, Él que es el tesoro escondido y la perla de gran valor, no puede hacer otra cosa que suscitar la alegría, toda la alegría del mundo: la alegría de descubrir un sentido para la propia vida, la alegría de sentirla comprometida en la aventura de la santidad”.

ARRESTAN A MONAGUILLO QUE CONFESÓ SER EL AUTOR DEL INCENDIO EN LA CATEDRAL DE NANTES


Arrestan a monaguillo que confesó ser el autor del incendio en la Catedral de Nantes
Redacción ACI Prensa
Foto: EWTN



Un colaborador de la catedral de San Pablo y San Pedro, solicitante de asilo de origen ruandés, ha sido detenido el 25 de julio como autor confeso del incendio que el pasado 18 de julio destruyó el órgano del templo y dañó parte de la estructura del templo.

El detenido, que también hacía de monaguillo de forma ocasional y que tenía el encargo de cerrar la catedral, ya había sido interrogado por la gendarmería francesa después del incendio y puesto en libertad. Sin embargo, en un nuevo interrogatorio ante el juez, confesó ser el autor del incendio que provocó en tres puntos diferentes del edificio.


El autor confeso del incendio, de 39 años, católico y de nombre Emmanuel, se encontraba en trámites para obtener el estatuto de refugiado, pero su caso se había rechazado y había recibido la notificación de expulsión del país.

Ahora se encuentra detenido y acusado del delito de destrucción y degradación por medio de un incendio y se enfrenta a una posible condena de 10 años de prisión y el pago de 150.000 euros de multa.

Según declaraciones de su abogado, Quentin Chabert, al diario local Presse Océan, el detenido “está consumido por el remordimiento y la vergüenza por la magnitud del suceso”. “Rechaza amargamente los hechos y confesarlo ha sido para él una liberación”.

El detenido había llegado a Francia en el año 2012 y fue acogido en la diócesis y se le dio un empleo como ayudante en la catedral.

En un comunicado de la diócesis de Nantes, recogido por el diario ABC, se señala que “la diócesis desea que se haga toda la luz y confía en la justicia. Para no interferir en la investigación judicial, no se hará ningún comentario sobre tal proceso”.


El incendio de la catedral de Nantes, un templo gótico flamígero construido entre 1434 y 1891, causó la total destrucción del órgano barroco. 

Las llamas se concentraron en la nave principal de la catedral junto al acceso principal y destruyeron las vidrieras de los ventanales de la fachada.

Esta catedral ya había sufrido daños en un bombardeo en 1944, durante la Segunda Guerra Mundial, y en otro incendio en 1972.

EL EVANGELIO DE HOY LUNES 27 DE JULIO DE 2020



Decimoséptima semana del Tiempo Ordinario - Año Par
 Hoy es: Beato Roberto Nutter (27 de Julio)

“ El Reino se parece al grano de mostaza… ”

Primera lectura
Lectura del libro de Jeremías 13, 1-11

Esto me dijo el Señor:
«Ve, cómprate un cinturón de lino y rodéate con él la cintura; pero no lo metas en agua».
Me compré el cinturón, según me lo mandó el Señor, y me lo ceñí.
El Señor me dirigió la palabra por segunda vez:
«Toma el cinturón que has comprado y que llevas ceñido; ponte en marcha hacia el río Éufrates y lo escondes allí, entre las hendiduras de las piedras».
Fui y lo escondí en el Éufrates, según me había mandado el Señor.
Tiempo después me dijo el Señor:
«Vete al río Éufrates y recoge el cinturón que te mandé esconder allí».
Fui al Éufrates, cavé y recogí el cinturón del sitio donde lo había escondido: estaba estropeado, no servía para nada.
Entonces el Señor me habló así:
«Esto dice el Señor: Del mismo modo consumiré la soberbia de Judá, la gran soberbia de Jerusalén. Este pueblo malvado que se niega a escuchar mis palabras, que se comporta con corazón obstinado y sigue a dioses extranjeros, para rendirles culto y adorarlos, será como ese cinturón que ya no sirve para nada.
Porque del mismo modo que se ajusta el cinturón a la cintura del hombre, así hice yo que se ajustaran a mí la casa de Judá y la casa de Israel —oráculo del Señor— para que fueran mi pueblo, mi fama, mi alabanza y mi honor. Pero no me escucharon».


Salmo
Salmo: Dt 32, 18-19. 20. 21 R/. Despreciaste al Dios que te engendró.


Despreciaste a la Roca que te engendró,
y olvidaste al Dios que te dio a luz.
Lo vio el Señor, e irritado
rechazó a sus hijos e hijas. R/.

Pensando: «Les ocultaré mi rostro,
y veré cual es su suerte,
porque son una generación pervertida,
unos hijos desleales». R/.

«Me han dado celos con un dios que no es dios,
me han irritado con sus ídolos vacíos;
pues yo les daré celos con un pueblo que no es pueblo,
con una nación fatua los irritaré». R/.



Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Mateo 13, 31-35

En aquel tiempo, Jesús propuso otra parábola al gentío:
«El reino de los cielos se parece a un grano de mostaza que uno toma y siembra en su campo; aunque es la más pequeña de las semillas, cuando crece es más alta que las hortalizas; se hace un árbol hasta el punto de que vienen los pájaros del cielo a anidar en sus ramas».
Les dijo otra parábola:
«El reino de los cielos se parece a la levadura; una mujer la amasa con tres medidas de harina, hasta que todo fermenta».
Jesús dijo todo esto a la gente en parábolas y sin parábolas no les hablaba nada, para que se cumpliera lo dicho por medio del profeta:
«Abriré mi boca diciendo parábolas;
anunciaré lo secreto desde la fundación del mundo».




Reflexión del Evangelio de hoy
Este Pueblo se niega a escuchar mis Palabras


Jeremías está a la escucha de la Palabra; en esta perícopa el Señor le habla cuatro veces para que profetice mediante una acción simbólica que Yahvé le hace realizar para que el pueblo vea lo que sucederá con ellos, es el símbolo del cinturón de lino.

El profeta escucha la Palabra a diferencia del pueblo que no quiso escuchar ni seguir los mandatos del Señor.

El cinto tiene que ser de lino que es material caro, fino, y que lo usaban los sacerdotes. Jeremía vivía en Anatot donde habitaban los sacerdotes, llevará ceñido el cinto que no podrá ser lavado, no puede tocar el agua; por eso se irá manchando poco a poco; como el pueblo con quien el Señor hizo su Alianza, estaba ceñido a Él y se va alejando de sus mandatos.

Al dejarlo entre las rocas del Éufrates y luego recogerlo totalmente estropeado muestra cómo será consumido el Pueblo por su gran soberbia al apartarse de Yahvé.

El pueblo elegido tenía una preciosa misión, ellos eran “el Pueblo de Yahvé” que le darían fama dándole a conocer a través de sus alabanzas en el culto; con el testimonio de su vida coherente serían su “ornamento”. La vocación es muy grande, como el lino, pero no fueron fieles y corrompieron su vocación.

Estar atentos a la Palabra requiere un corazón humilde, siempre disponible, oídos de aprendiz para ser fieles a Dios. Es fácil salirse del camino, pero siempre podemos volver, convertirnos y retomar el seguimiento a la Palabra.

Expuso el Reino en Parábolas
Las dos parábolas que hoy emplea Mateo, la de la semilla y la de la levadura, expresan cómo el Reino crece de una manera escondida y silenciosa; el grano de mostaza, siendo tan pequeño, crece hasta hacerse un arbusto y presta un servicio a los pájaros que puedan reposar en él. La levadura hace crecer la masa para que el pan sea blando y sirva de alimento.

El Reino es vital, fecundo, si lo dejamos crecer en nosotros, pero requiere de nuestra disposición.

El Reino, como el grano de mostaza, es una semilla muy pequeña, es decir, que es humilde, no aparece con gran esplendor, no es autosuficiente y para crecer en nosotros debe ser acogido. Esta semilla respeta nuestra libertad, no nos coacciona, es discreta y solicita nuestro permiso para crecer; cada uno de nosotros debe regarla en nuestra tierra y cuidarla para que no se infecte. El Reino requiere de nuestra apertura y entrega libre porque es Amor gratuito, es el Don de Dios que es nuestro bien. Dejar crecer el Reino significa alimentar este Amor con la escucha de la Palabra y su puesta en práctica en una vida coherente y comprometida, crece además con una vida orante y sacramental.

Un testimonio de fe que dejó crecer el Reino en su vida y hoy recordamos, es el Beato Roberto Nutter, sufrió el destierro y la prisión por la fe en la persecución religiosa en el siglo XVI en Inglaterra; estando en la cárcel profesó en la Orden de Predicadores, mantuvo firme su fe hasta el momento del martirio; que su intercesión nos ayude a que el Reino crezca también en nosotros; él lo vivió en su época, a nosotros nos toca vivirla hoy, en esta realidad en que vivimos la situación de la pandemia, ésta es una oportunidad para que el Reino siga creciendo más y más; que muchos puedan cobijarse en nuestras ramas.

¿Cómo estoy dejando que el Reino crezca en mi vida?


Sor Mª Carmen Viveros O.P.
Monjas Dominicas, Yerbas Buenas - Chile

FRENTE AL SEMÁFORO: ANÉCDOTAS Y VIDA DE SAN JOSÉ MARELLO - SEMÁFORO 30


Semáforo 30
DESPACITO CON LOS CASTIGOS


"Pidamos al Señorque nos dé un corazón ancho y lleno de dulzura.
Hay que ser fuertesy amables como San Francisco de Sales"

San José Marello


En el examen final, cuenta don Sabbione, yo y mi amiguito, habíamos terminado la traducción del latín bastante rápido; de todos modos, antes que todos los demás.

Don Cortona, que estaba de vigilante se acercó imaginando que habíamos plagiado. Después de unas duras preguntas, muy poco convencito de nuestra inocencia, como castigo nos mandó a la Iglesia.

- ¡Vayan a la Iglesia, rezarán el Rosario entero!, -fue la orden-. ¡No vendrán al comedor antes de haber terminado todas las 150 Ave Marías! ¿Entendido?

Faltaba más o menos diez minutos para el almuerzo y mi amigo me dijo:

- Oye,  ¿cómo se hace para rezar un Rosario entero y llegar a tiempo al almuerzo?

- Bien,  -le contesté-, yo tengo una idea...

- Dilo rápido, que el tiempo corre.

- Escúchame. Hagamos así: Yo digo "Ave" y tú contestas "Santa". En pocos minutosvamos a terminarlo todo.

- ¡Magnífico! Vamos, tú empiezas, me contestó, entusiasmado por mi secreta intervención.

Así hicimos. Después, como si nada, salimos de la capilla al patio, Don Cortona estaba alerta.Tenía un ojo que no fallaba.
Como si nada, caminábamos hacia el comedor: pero mirando con la colilla del ojo lo veíamos que se acercaba: era alto, medía casi dos metros.

Pronto nos bloqueó:
- ¿Han rezado el Rosario entero?
- Claro, contestamos con la cara tranquila.
- ¿Y cómo han podido hacerlo en seis o siete minutos? preguntó desconfiado y mirando el reloj.

Puestos entre la espada y la pared, después de echar una ojeada al amiguito y conseguido su consentimiento, descubrí el secreto.

Don Cortona estalló en una carcajada que llenó todo el patio. Cuando se calmó nos dio un ligero manotazo a cada uno y nos mandó al comedor. Después se fue a contarle al Padre.

Nosotros lo vimos reírse en gusto y decir a don Cortona:
- La culpa es tuya. En lugar de castigarlos, debías haberles dado un premio y aprende a no dar castigos imposibles.

FRENTE AL SEMÁFORO: ANÉCDOTAS Y VIDA DE SAN JOSÉ MARELLO - SEMÁFORO 29


Semáforo 29
¡DINERO, DINERO, DINERO!


"Quien no desea nada de este mudo, es dueño de todo"
San José Marello

Había momentos, dice don Cortona, en los cuales la crisis económica se hacía desesperada. Estábamos todos aterrorizados frente a una perspectiva de miseria, y ¿por qué no? de quiebra de la obra.

Era siempre el mismo problema, ¿dónde encontrareldinero? Santa Chiara gastaba un montón de dinero día a día. Sólo él estaba siempre tranquilo.

Las cosas tuvieron un matiz más alarmantecuando Mons. Marello salió para Acqui. Entonces me tocaba a mí -dice don Cortona- pensar en la economía y a veces me parecía que iba a perder la cabeza.

Cierto día, empujado por los urgente problemas económicos y por algunos proyectos míos, tomé la decisión de viajar a Acqui para exponerle la situación.

Así hablando me vino a la mente decirle:
-Don Bosco en Turín simepre pide dinero para sus obras...
Mons. Marello pronto me contestó:
-Sí, y el Beato Cottolengo no pide nunca!.

Quería decir que cada uno tiene que seguir también en esto el impulso de su conciencia.Y su conciencia era de no pedir. No quería de ninguna manera molestar ala gentecon colectas fastidiosas, abusando de la paciencia de la buena gente.

A este respecto el Can.Carlo Morra decía a nuestro cohermano Jacinto Carretto:
- Los Oblatos no hacen como ciertas familias religiosas que siempre andan pidiendo y buscando dinero. Mons.Marello no lo habría permitido. Ese sí, que era un santo, y confiaba sólo en Dios.

IMÁGENES DE PENSAMIENTOS DE SAN JOSÉ MARELLO, FUNDADOR DE LOS OBLATOS DE SAN JOSÉ























FELIZ SEMANA!!!





domingo, 26 de julio de 2020

EL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 26 DE JULIO DE 2020


Lecturas de hoy Domingo 17º del Tiempo Ordinario - Ciclo A
Hoy, domingo, 26 de julio de 2020



Primera lectura
Lectura del primer libro de los Reyes (3,5.7-12):

En aquellos días, el Señor se apareció en sueños a Salomón y le dijo: «Pideme lo que quieras.»
Respondió Salomón: «Señor, Dios mío, tú has hecho que tu siervo suceda a David, mi padre, en el trono, aunque yo soy un muchacho y no sé desenvolverme. Tu siervo se encuentra en medio de tu pueblo, un pueblo inmenso, incontable, innumerable. Da a tu siervo un corazón dócil para gobernar a tu pueblo, para discernir el mal del bien, pues, ¿quién sería capaz de gobernar a este pueblo tan numeroso?»
Al Señor le agradó que Salomón hubiera pedido aquello, y Dios le dijo: «Por haber pedido esto y no haber pedido para ti vida larga ni riquezas ni la vida de tus enemigos, sino que pediste discernimiento para escuchar y gobernar, te cumplo tu petición: te doy un corazón sabio e inteligente, como no lo ha habido antes ni lo habrá después de ti.»

Palabra de Dios


Salmo
Sal 118,57.72.76-77.127-128.129-130

R/. ¡Cuánto amo tu voluntad, Señor!

Mi porción es el Señor;
he resuelto guardar tus palabras.
Más estimo yo los preceptos de tu boca
que miles de monedas de oro y plata. R/.

Que tu bondad me consuele,
según la promesa hecha a tu siervo;
cuando me alcance tu compasión,
viviré, y mis delicias serán tu voluntad. R/.

Yo amo tus mandatos
más que el oro purísimo;
por eso aprecio tus decretos
y detesto el camino de la mentira. R/.

Tus preceptos son admirables,
por eso los guarda mi alma;
la explicación de tus palabras ilumina,
da inteligencia a los ignorantes. R/.


Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (8,28-30):

Sabemos que a los que aman a Dios todo les sirve para el bien: a los que ha llamado conforme a su designio. A los que había escogido, Dios los predestinó a ser imagen de su Hijo, para que él fuera el primogénito de muchos hermanos. A los que predestinó, los llamó; a los que llamó, los justificó; a los que justificó, los glorificó.

Palabra de Dios


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (13,44-52):

En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: «El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo. El reino de los cielos se parece también a un comerciante en perlas finas que, al encontrar una de gran valor, se va a vender todo lo que tiene y la compra. El reino de los cielos se parece también a la red que echan en el mar y recoge toda clase de peces: cuando está llena, la arrastran a la orilla, se sientan, y reúnen los buenos en cestos y los malos los tiran. Lo mismo sucederá al final del tiempo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los echarán al horno encendido. Allí será el llanto y el rechinar de dientes. ¿Entendéis bien todo esto?»
Ellos le contestaron: «Sí.»
Él les dijo: «Ya veis, un escriba que entiende del reino de los cielos es como un padre de familia que va sacando del arca lo nuevo y lo antiguo.»

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy domingo, 26 de julio de 2020
Enrique Martínez de la Lama-Noriega, cmf


DISCERNIR EL REINO DE DIOS


        La Escritura nos cuenta que Dios a veces se sirve de los «sueños» para ponerse en contacto con las personas. Es el caso del joven Salomón: «Pídeme lo que deseas que te dé». 

          Si a mí me ofreciese Dios algo así, no sé muy bien lo que le pediría. No sé si para mí o para otros: capacidad para poner en marcha una empresa exitosa, encontrar una pareja que merezca le pena, inteligencia para obtener buenas titulaciones académicas... ¡qué sé yo! Acabar con el hambre en el mundo, capacidad para sanar tantas enfermedades, habilidad para consolar tantos sufrimientos y curar tantas heridas del corazón... Lo que cada uno llega a ser depende radicalmente de las elecciones que haga. Porque lo que elige lo va convirtiendo en un tipo concreto de persona.

      El joven Salomón, consciente de su poquedad y de las responsabilidades que le esperan, pendiente de las personas a las que debe guiar y atender... pide «un corazón atento para juzgar (hacer justicia) a tu pueblo y discernir entre el bien y el mal». Y Dios le concede «un corazón sabio e inteligente».

     Cada palabra es importante. Y la suya es una oración conveniente y necesaria para todos los bautizados, porque todos (cada cual según su vocación) tenemos la tarea de cuidar de "inmenso" pueblo de Dios (la Iglesia, pero no sólo: el pueblo de Dios es también la humanidad). Un corazón «atento», que sepa hacer «justicia» (era ésta una tarea especialmente querida por Dios para sus reyes), y «discernir» el bien del mal. 

Del discernimiento se ha ocupado repetidamente el Papa Francisco , porque seguramente es una urgencia hoy en el mundo y en la Iglesia: son dones del Espíritu: sabiduría y discernimiento. Tomo algunas ideas de su exhortación apostólica Gaudete et Exsultate (167-169): 

Hoy día, el hábito del discernimiento se ha vuelto particularmente necesario. Porque la vida actual ofrece enormes posibilidades de acción y de distracción, y el mundo las presenta como si fueran todas válidas y buenas. Sin la sabiduría del discernimiento podemos convertirnos fácilmente en marionetas a merced de las tendencias del momento.

Cuando aparece una novedad en la propia vida, hay que discernir si es el vino nuevo que viene de Dios o es una novedad engañosa del espíritu del mundo o del espíritu del diablo. En otras ocasiones las fuerzas del mal nos inducen a no cambiar, a dejar las cosas como están, a optar por el inmovilismo o la rigidez. Entonces impedimos que actúe el soplo del Espíritu. Somos libres, con la libertad de Jesucristo, pero él nos llama a examinar lo que hay dentro de nosotros -deseos, angustias, temores, búsquedas- y lo que sucede fuera de nosotros -los "signos de los tiempos"- para reconocer los caminos de la libertad plena: "Examinadlo todo; quedaos con lo bueno" (1 Ts 5,21).

El discernimiento no solo es necesario en momentos extraordinarios, o cuando hay que resolver problemas graves, o cuando hay que tomar una decisión crucial. Es un instrumento de lucha para seguir mejor al Señor, para estar dispuestos a reconocer los tiempos de Dios y de su gracia, para no desperdiciar las inspiraciones del Señor, para no dejar pasar su invitación a crecer.

El discernimiento espiritual no excluye los aportes de sabidurías humanas, existenciales, psicológicas, sociológicas o morales. Pero las trasciende. Ni siquiera le bastan las sabias normas de la Iglesia. Recordemos siempre que el discernimiento es una gracia. Se trata de entrever el misterio del proyecto único e irrepetible que Dios tiene para cada uno y que se realiza en medio de los más variados contextos y límites. No está en juego solo un bienestar temporal, ni la satisfacción de hacer algo útil, ni siquiera el deseo de tener la conciencia tranquila. Está en juego el sentido de mi vida ante el Padre que me conoce y me ama, el verdadero para qué de mi existencia que nadie conoce mejor que él. El discernimiento, en definitiva, conduce a la fuente misma de la vida que no muere, es decir, conocer al Padre, el único Dios verdadero, y al que ha enviado: Jesucristo (cf. Jn 17,3). No requiere de capacidades especiales ni está reservado a los más inteligentes o instruidos, y el Padre se manifiesta con gusto a los humildes (cf. Mt 11,25).

           Me parece suficiente apuntar estas claves... que darían de sí para una más larga reflexión y comentario. Cada cual vea la conveniencia y el modo de hacerlo. Sí que importa que caigamos en la cuenta de la relevancia de las elecciones (u omisiones) que vamos haciendo en nuestro seguimiento del Señor, en la búsqueda de su voluntad. Lo que voy eligiendo me va «haciendo» o me va «alejando» de lo que estoy llamado a ser. 

        Podemos enlazar aquí con el contenido del Evangelio. En él encontramos a alguien que tiene que discernir qué hacer cuando encuentra «por casualidad» un tesoro en un campo. Un comerciante que, "buscando" perlas finas, encuentra una especialmente valiosa. Y unos pescadores que, después de echar la red, tienen que «discernir» entre los peces buenos y los malos. Sirven a Jesús estos ejemplos para seguir hablando del Reino:

       § El Reino de Dios o de los cielos es «aquello que pertenece a Dios» y que se nos propone como proyecto, como sentido, como objetivo para nuestra existencia. Es todo un «contenedor» de valores que nos vienen de Dios... para que vayamos discerniendo y construyendo el andamio de nuestra vida personal y de nuestra sociedad aquí en la tierra.  

       § El Reino de Dios significa cómo son las cosas cuando Dios anda por medio, cómo son las personas cuando se dejan hacer y guiar por Dios. Es decir: cómo es el mundo cuando nada se opone a la voluntad de Dios. Por eso podemos identificar perfectamente el Reino con la persona de Jesús: alguien que es pura voluntad y obediencia al Padre.  

     § O sea que hablar del Reino es lo mismo que hablar de la «felicidad profunda» a la que aspira cualquier ser humano, y que Dios mismo ha tomado como su primera ocupación y su principal empeño y objetivo. Y nos importa mucho conocer cómo es ese Reino de Dios, cómo es ese proyecto de Dios, cómo puedo encontrarme con el Dios que me busca y se preocupa por mi plenitud/felicidad aquí,  y también después. ¡Esto sí que es un tesoro, o una perla preciosa!

        Algunos apuntes y criterios para ir discerniendo el Reino: «Todo lo estimo basura, con tal de conocer a Cristo y el poder de su resurrección" «A los que aman a Dios todo les sirve para el bien». «Hemos sido predestinados a reproducir la imagen de su Hijo, para que él fuera el primogénito entre muchos hermanos» (San Pablo). Para conseguir el tesoro o la perla especial... hay que deshacerse, renunciar, prescindir: sólo puedo «comprar» si me deshago de lo que tengo (y que vale menos). Y que lo que encuentro tan valioso... y me hace renunciar a todo... no lo vivo como una renuncia, pues, me llena de alegría, precisamente porque es lo más valioso.

          Para terminar, me permito recoger unas afirmaciones de Fernando Cordero, sscc, sobre esas ocasiones  en que nos encontramos por sorpresa con el Reino presente, invitándonos a reconocer y encontrar tantas más: hay tanto reino escondido por esos campos de Dios... incluido el campo que yo soy...

“El reino de los cielos se parece a aquel enfermo que, en medio de la crisis del Covid-19, llenó de esperanza a todos los que tenía a su alrededor”.

“El reino de los cielos se parece a aquella madre que saca adelante a sus hijos ella sola”.

“El reino de los cielos se parece a aquella misionera que, a pesar de sus años, atiende como enfermera a las personas de un poblado de África”.

“El reino de los cielos se parece a aquella empresaria generosa que actúa más con el corazón que con los criterios de la empresa”.

“El reino de los cielos se parece a aquel dibujante que, cuando la pandemia azotaba a la población, él seguía repartiendo esperanza y alegría”.

“El reino de los cielos se parece a aquella mujer que busca encontrar unos días para irse de retiro”.

“El reino de los cielos se parece a aquel matrimonio que comparte su estupendo ático para que otros puedan ver las vistas desde su casa”.

“El reino de los cielos se parece a tantos capellanes que, a pesar del riesgo de contagio, no dejaron a un lado a los enfermos de Covid-19”.

Y ahora, seguid, vosotros…

Enrique Martínez de la Lama-Noriega, cmf 
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...