lunes, 4 de enero de 2021

LOS TRES REYES MAGOS



Los tres Reyes Magos


Una mágica noche de ilusión y alegría

un trío de hombres sabios contemplaba una estrella,

en el cielo el lucero dibujaba una huella

por sagrados senderos de fervor y armonía.

 

Encontraron un Niño, la noche se hizo día,

los hinojos hincaron, ante la visión bella

de Jesús entre pajas y su Madre doncella,

le entregaron presentes, nació la Epifanía.

 

En tropel el gentío al Portal se acercaba,

para adorar al Niño de semblante inocente

que, entre un buey y una mula, feliz se calentaba.

 

Salieron en silencio, sonriendo dulcemente,

desde el pobre pesebre el Niño les miraba

… y los tres Reyes Magos regresaron a Oriente.

 

(Francisco José Briz Hidalgo)

VIVIR SIN ACOGER LA LUZ



 Vivir sin acoger la luz


Todos vamos cometiendo a lo largo de la vida errores y desaciertos. Calculamos mal las cosas. No medimos bien las consecuencias de nuestros actos. Nos dejamos llevar por el apasionamiento o la insensatez. Somos así. Sin embargo, no son esos los errores más graves. Lo peor es tener planteada la vida de manera errónea. Pongamos un ejemplo.

Todos sabemos que la vida es un regalo. No soy yo quien he decidido nacer. No me he escogido a mí mismo. No he elegido a mis padres ni mi pueblo. Todo me ha sido dado. Vivir es ya, desde su origen, recibir. La única manera de vivir sensatamente es acoger de manera responsable lo que se me da.

Sin embargo, no siempre pensamos así. Nos creemos que la vida es algo que se nos debe. Nos sentimos propietarios de nosotros mismos. Pensamos que la manera más acertada de vivir es organizarlo todo en función de nosotros mismos. Yo soy lo único importante. ¿Qué importan los demás?

Algunos no saben vivir sino exigiendo. Exigen y exigen siempre más. Tienen la impresión de no recibir nunca lo que se les debe. Son como niños insaciables, que nunca están contentos con lo que tienen. No hacen sino pedir, reivindicar, lamentarse. Sin apenas darse cuenta se convierten poco a poco en el centro de todo. Ellos son la fuente y la norma. Todo lo han de subordinar a su ego. Todo ha de quedar instrumentalizado para su provecho.

La vida de la persona se cierra entonces sobre sí misma. Ya no se acoge el regalo de cada día. Desaparece el reconocimiento y la gratitud. No es posible vivir con el corazón dilatado. Se sigue hablando de amor, pero «amar» significa ahora poseer, desear al otro, ponerlo a mi servicio. 

Esta manera de enfocar la vida conduce a vivir cerrados a Dios. La persona se incapacita para acoger. No cree en la gracia, no se abre a nada nuevo, no escucha ninguna voz, no sospecha en su vida presencia alguna. Es el individuo quien lo llena todo. Por eso es tan grave la advertencia del evangelio de Juan: «La Palabra era luz verdadera que alumbra a todo hombre. Vino al mundo... y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron». Nuestro gran pecado es vivir sin acoger la luz.

 

(P. José Antonio Pagola)

IMÁGENES RELIGIOSAS DE FANO









 

PENSAMIENTO DEL PAPA FRANCISCO - HOY CONMEMORAMOS EL DÍA MUNDIAL DE LUCHA CONTRA EL CÁNCER - 4 DE ENERO -

 



 Hoy conmemoramos el día mundial de lucha contra el #cáncer, nos unimos en oración por todas las personas que están en esta batalla, para que sus corazones permanezcan llenos de esperanza en el Señor.


#diamundialcontraelcancer


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