sábado, 20 de junio de 2020

HOY SÁBADO SE REZAN LOS MISTERIOS GOZOSOS DEL SANTO ROSARIO

Misterios Gozosos
(Lunes y Sábado)


I. ORACIÓN INICIAL

El que dirige el rezo:
En el nombre del Padre, + y del Hijo y del Espíritu Santo.

Todos:
Amén.

El que dirige el rezo:
¡Oh Dios!, tú único Hijo nos ha conseguido con su muerte y resurrección los bienes de la salvación eterna: concédenos que, venerando estos misterios en el Santo Rosario de la Virgen María, imitemos aquello que contienen y obtengamos aquello que prometen.
Por Jesucristo nuestro Señor.

Todos:
Amén.


II. MISTERIOS GOZOSOS

El que dirige el rezo:
Hoy contemplaremos los misterios gozosos. Ellos se caracterizan por el gozo que produce el acontecimiento de la encarnación. Meditar los misterios "gozosos" significa adentrarse en los motivos últimos de la alegría cristiana y en su sentido más profundo. Significa fijar la mirada sobre lo concreto del misterio de la Encarnación y sobre el preanuncio del misterio del dolor salvífico. (Ver "El Rosario de la Virgen María", N° 20).


El que dirige el rezo:
En el primer misterio gozoso se contempla la Anunciación.

"Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre, llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. Y entrando donde ella estaba dijo: "Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo...vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús"... Dijo María: "He aquí la sierva del Señor; hágase en mí según tu palabra"". (Lc 1, 26-28.31-38)

El que dirige el rezo:
Oh Dios, autor de la salvación, que enviaste a tu ángel Gabriel a Santa María para hacerla Madre del Redentor; aviva en nuestra mente la firme convicción de ser tus hijos y de querer vivir siempre en comunión con el Cuerpo de Cristo, que es la Iglesia.
Por Jesucristo nuestro Señor.

Todos:
Amén.

El que dirige el rezo:
Ofrecemos este misterio por la paz del mundo:
Para que los gobernantes de las naciones, responsables de promover el bien común y la concordia entre las naciones, establezcan entre los pueblos relaciones de justicia, de reconciliación y de paz.

Se reza seguidamente un Padrenuestro, diez Avemarías y un Gloria al Padre.
Canto.


El que dirige el rezo:
En el segundo misterio gozoso se contempla la Visitación de Nuestra Señora.

"En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludo a Isabel. Y en cuanto oyó Isabel el saludo de María...quedó llena del Espíritu Santo". (Lc 1, 39-41)

El que dirige el rezo:
Oh Señor, sabiduría y fuerza de los profetas, que inspiraste a la Madre del Verbo encarnado visitar a su distante y anciana prima, para que tu Hijo, que ella llevaba en su seno, santificase a Juan, el más grande profeta; concédenos obtener las gracias y las virtudes por la presencia operante de la Madre de la Iglesia.
Por Jesucristo nuestro Señor.

Todos:
Amén.

El que dirige el rezo:
Ofrecemos este misterio por nuestro Arzobispo el Cardenal Juan Luis, y por todos los sacerdotes de nuestra Arquidiócesis:
Para que vivan su sacerdocio como servicio incansable y donación sin límites a Cristo y a la Iglesia.

Se reza seguidamente un Padrenuestro, diez Avemarías y un Gloria al Padre.
Canto.



El que dirige el rezo:
En el tercer misterio gozoso se contempla el nacimiento de Jesús.

"José y María salieron de Nazaret hacia Belén y, "mientras ellos estaban allí se le cumplieron los días del alumbramiento, y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre"". (Lc 2, 6-7)

El que dirige el rezo:
Oh Señor del cielo y de la tierra, que te complaciste en poner en movimiento a las estrellas del cielo y encaminar a los humildes y doctos hacia la fría cueva en donde María dio a luz a tu Hijo divino; concédenos unirnos en la humildad y el amor a la vida del Verbo encarnado.
Por el mismo Jesucristo nuestro Señor.

Todos:
Amén.

El que dirige el rezo:
Ofrecemos este misterio por todas nuestras familias:
Para que por medio del rezo constante del santo rosario, nuestros hogares vivan cimentados en el amor y en la paz de Cristo.

Se reza seguidamente un Padrenuestro, diez Avemarías y un Gloria al Padre.
Canto.



El que dirige el rezo:
En el cuarto misterio gozoso se contempla la purificación de la Virgen.

"Cuando, según la ley de Moisés, se cumplieron los días de la purificación, subieron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, como está prescrito en la Ley del Señor: "Todo varón primogénito será consagrado al Señor"". (Lc 2, 22-23)

El que dirige el rezo:
Oh Dios, libertador del pueblo elegido, que acogiste en el templo a tu Hijo divino con su Madre Virgen; concédenos por intercesión de la misma Madre de Dios ser presentados a ti en el Paraíso.
Por Jesucristo nuestro Señor.

Todos:
Amén.

El que dirige el rezo:
Ofrecemos este misterio por los enfermos:
Para que el Señor Jesús y nuestra Madre Santa María, salud de los enfermos, los visiten con su amor misericordioso y les den la salud deseada.

Se reza seguidamente un Padrenuestro, diez Avemarías y un Gloria al Padre.
Canto.




El que dirige el rezo:
En el quinto misterio gozoso se contempla el Niño perdido y hallado en el templo.

"El niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin saberlo sus padres...Al cabo de tres días, lo encontraron en el templo sentado en medio de los maestros, escuchándoles y preguntándoles". (Lc 2, 43-46)

El que dirige el rezo:
Oh Padre del cielo, que consentiste que tu Hijo divino se entretuviera contigo, entre los doctores del templo, no obstante las grandes angustias de sus padres por el temor de haberlo perdido; haznos perseverantes en la oración para conseguir los frutos de la redención.
Por Jesucristo nuestro Señor.

Todos:
Amén.

El que dirige el rezo:
Ofrecemos este misterio por el Rosario que estamos viviendo:
Para que Santa María nos eduque a contemplar el rostro de Jesús, su Hijo y así nuestra mirada no se aparte jamás de Él.

Se reza seguidamente un Padrenuestro, diez Avemarías y un Gloria al Padre.
Canto.

III. CONCLUSIÓN.

El que dirige el rezo:
Concluimos el rezo del Santo Rosario dirigiéndole a Nuestra Madre, con amor filial, el rezo de la Salve: Dios te salve, Reina y Madre...

(También se pueden rezar las Letanías).

El que dirige el rezo:
Te pedimos, Señor, que nosotros, tus siervos, gocemos siempre de salud de cuerpo, mente y espíritu, y por la intercesión de Santa María, la Virgen, líbranos de las tristezas de este mundo y concédenos las alegrías del cielo.
Por Jesucristo nuestro Señor.

Todos:
Amén.

El que dirige el rezo:
En el nombre del Padre, + y del Hijo y del Espíritu Santo.

Todos:
Amén.

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY: INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA, 20 DE JUNIO


Lecturas de hoy: Inmaculado Corazón de María
Undécima Semana del Tiempo Ordinario - Año Par
Sábado 20 de junio de 2020


“ Se volvieron a Jerusalén buscándolo ”


Primera lectura
Lectura del segundo libro de las Crónicas 24, 17-25
Después de la muerte de Joadá, los jefes de Judá fueron a rendir homenaje al rey, que les hizo caso. Abandonaron el templo del Señor, Dios de sus padres, y sirvieron a los cipos y a los ídolos. Por este pecado la cólera estalló contra Judá y Jerusalén. Les envió profetas para convertirlos al Señor, pero no hicieron caso de sus amonestaciones.
Entonces el Espíritu de Dios vino sobre Zacarías, hijo del sacerdote Joadá, que, erguido ante el pueblo, les dijo:
«Así dice Dios: “¿Por qué quebrantáis los mandamientos del Señor? ¡No tendréis éxito! Por haber abandonado al Señor, él os abandonará”».
Pero conspiraron contra él y, por mandato del rey, lo apedrearon en el atrio del templo del Señor. El rey Joás, olvidándose del amor que le profesaba Joadá, mató al hijo de este, que murió diciendo:
«¡Que lo vea el Señor y lo demande!».
Al cabo de un año, un ejército de Siria se dirigió contra Joás, invadió Judá y Jerusalén, mató a todos los jefes del pueblo y envió todo el botín al rey de Damasco. El ejército de Siria contaba con poca gente, el Señor le entregó un ejército enorme, por haber abandonado al Señor, Dios de sus padres. Así se hizo justicia con Joás.
Al marcharse los sirios, dejándolo con múltiples dolencias, sus servidores conspiraron contra él para vengar al hijo del sacerdote Joadá.
Hirieron a Joás en la cama y murió.
Fue sepultado en la Ciudad de David, pero no en el panteón real.


Salmo
Sal 88, 4-5. 29-30. 31-32. 33-34 R. 

Le mantendré eternamente mi favor.

Sellé una alianza con mi elegido,
jurando a David, mi siervo:
Te fundaré un linaje perpetuo,
edificaré tu trono para todas las edades. R/.

Le mantendré eternamente mi favor,
y mi alianza con él será estable.
Le daré una posteridad perpetua
y un trono duradero como el cielo. R/.

Si sus hijos abandonan mi ley
y no siguen mis mandamientos,
si profanan mis preceptos
y no guardan mis mandatos. R/.

Castigaré con la vara sus pecados
y a latigazos sus culpas.
Pero no les retiraré mi favor
ni desmentiré mi fidelidad. R/.


Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Lucas 2, 41-51

Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por la fiesta de Pascua.
Cuando Jesús cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedo en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres.
Estos, creyendo que estaba en la caravana, anduvieron el camino de un día y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén buscándolo.
Y sucedió que, a los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba.
Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre:
«Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Tu padre y yo te buscábamos angustiados».
Él les contestó:
«¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en las cosas de mi Padre?».
Pero ellos no comprendieron lo que les dijo.
Él bajó con ellos y fue a Nazaret y estaba sujeto a ellos.
Su madre conservaba todo esto en su corazón.


Reflexión del Evangelio de hoy


Mandaré eternamente mi favor
Nos encontramos ante un pasaje difícil de comprender, pues asistimos a un momento de la historia del pueblo de Israel que le da la espalda a Dios. Mata a sus profetas, y no reconocen lo que el Señor ha hecho por su pueblo, se aparta de sus mandatos y reciben su castigo. El rey es un rey orgulloso y no ve los dones que ha recibido.

Esto nos lleva a recordar cuando en otro pasaje se nos dice que Dios envió a profetas y no lo escucharon, y por último nos mandó al Hijo, y tampoco lo escucharon… y también lo mataron.

Dios sigue mandando hoy profetas, sigue enviando a su Hijo, y hoy, como hace miles de años, seguimos sin reconocerlo, seguimos sin ver su rostro.

Esta lectura recuerda que somos débiles, que aunque tengamos otro reino, no somos frágiles, pero también nos recuerda que para Él somos todo, que nos seguirá enviando profetas y nos seguirá mandando a su Hijo, y que, como dice el salmista “no les retiraré mi favor/ ni desmentiré mi fidelidad”.

Se volvieron a Jerusalén buscándolo
Dentro ya del tiempo ordinario, celebramos la solemnidad del Inmaculado Corazón de María, y en este día, la Iglesia nos proclama esta lectura, este pasaje muy conocido, y que tal vez por eso, se nos escapan muchas de las cosas que nos dice.

María, junto a José y a su hijo, va a cumplir con lo que dictan las leyes de su pueblo.

Peregrinan a Jerusalén.

A la vuelta se dan cuenta de que su hijo no está, tienen que cambiar de sentido, volver a Jerusalén a buscarlo.

Y continúa con la conversación de Jesús y sus padres, en la que él mismo manifiesta quién es y para qué está ahí.

Y María guardaba todo en su corazón.

Peregrinar, cumplir, cambiar de sentido.

Estas acciones nos invitan a una conversión del corazón.

Cumplimos, sí, vamos a misa, estamos comprometidos en muchos apostolados, queremos a Dios, somos cristianos…, pero hoy debemos cambiar de sentido en nuestra peregrinación, debemos volver a Jerusalén, y preguntarnos qué Dios hay en nosotros, qué es lo que tenemos que cambiar. Volver a Jerusalén es volver a su Palabra, volver a la verdadera misión que Dios tiene para cada uno de nosotros.

Y allí, junto a Él, tendremos a María, a su Inmaculado Corazón que nos invita a depositar en ella todo lo que llevamos en el nuestro.


Dña. Rosa María García O.P. y D. José Llópez O.P.
Fraternidad Laical de Santo Domingo de Torrent, Valencia.

MEDITACIÓN SOBRE EL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA

Inmaculado Corazón de María 




María, Madre de Jesús y nuestra, nos señala hoy su Inmaculado Corazón. Un corazón que arde de amor divino, que rodeado de rosas blancas nos muestra su pureza total y que atravesado por una espada nos invita a vivir el sendero del dolor-alegría.

La Fiesta de su Inmaculado Corazón nos remite de manera directa y misteriosa al Sagrado Corazón de Jesús. Y es que en María todo nos dirige a su Hijo. Los Corazones de Jesús y María están maravillosamente unidos en el tiempo y la eternidad...

La Iglesia nos enseña que el modo más seguro de llegar a Jesús es por medio de su Madre.

Por ello, nos consagramos al Corazón de Jesús por medio del Corazón de María. Esto se hace evidente en la liturgia, al celebrar ambas fiestas de manera consecutiva, viernes y sábado respectivamente, en la semana siguiente al domingo del Corpus Christi.

Santa María, Mediadora de todas las gracias, nos invita a confiar en su amor maternal, a dirigir nuestras plegarias pidiéndole a su Inmaculado Corazón que nos ayude a conformarnos con su Hijo Jesús.

Venerar su Inmaculado Corazón significa, pues, no sólo reverenciar el corazón físico sino también su persona como fuente y fundamento de todas sus virtudes. Veneramos expresamente su Corazón como símbolo de su amor a Dios y a los demás.

El Corazón de Nuestra Madre nos muestra claramente la respuesta a los impulsos de sus dinamismos fundamentales, percibidos, por su profunda pureza, en el auténtico sentido. Al escoger los caminos concretos entre la variedad de las posibilidades, que como a toda persona se le ofrece, María, preservada de toda mancha por la gracia, responde ejemplar y rectamente a la dirección de tales dinamismos, precisamente según la orientación en ellos impresa por el Plan de Dios.

Ella, quien atesoraba y meditaba todos los signos de Dios en su Corazón, nos llama a esforzarnos por conocer nuestro propio corazón, es decir la realidad profunda de nuestro ser, aquel misterioso núcleo donde encontramos la huella divina que exige el encuentro pleno con Dios Amor.

HISTORIA DE LA DEVOCIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA

Historia de la devoción al 
Inmaculado Corazón de María


La historia de la devoción del Inmaculado Corazón se inicia en el siglo XVII, como consecuencia del movimiento espiritual que procedía de San Juan Eudes.

Más adelante, en diciembre del año 1925 la Virgen Santísima se le apareció a Lucía Martos, vidente de Fátima, y le prometió asistir a la hora de la muerte, con las gracias necesarias para la salvación, a todos aquellos que en los primeros sábados de cinco meses consecutivos, se confesasen, recibieran la Sagrada Comunión, rezasen una tercera parte del Rosario, con la intención de darle reparación.

En la tercera aparición de Fátima, Nuestra Madre le dijo a Lucía: "Nuestro Señor quiere que se establezca en el mundo la devoción al Corazón Inmaculado. Si se hace lo que te digo se salvarán muchas almas y habrá paz; terminará la guerra.... Quiero que se consagre el mundo a mi Corazón Inmaculado y que en reparación se comulgue el primer sábado de cada mes.... Si se cumplen mis peticiones, Rusia se convertirá y habrá paz.... Al final triunfará mi Corazón Inmaculado y la humanidad disfrutará de una era de paz."

En un diálogo entre Lucía y Jacinta, ella, de diez años, dijo a Lucía: "A mí me queda poco tiempo para ir al Cielo, pero tú te vas a quedar aquí abajo para dar a conocer al mundo que nuestro Señor desea que se establezca en el mundo la devoción al Corazón Inmaculado de María".

"Diles a todos que pidan esta gracia por medio de ella y que el Corazón de Jesús desea ser venerado juntamente con el Corazón de su Madre. Insísteles en que pidan la paz por medio del Inmaculado Corazón de María, pues el Señor ha puesto en sus manos la paz del mundo."

El Papa Pío XII, el 31 de Octubre de 1942, al clausurarse la solemne celebración en honor de las Apariciones de Fátima, conforme al mensaje de éstas, consagró el mundo al Inmaculado Corazón de María.

Asimismo, el 4 de mayo de 1944 el Santo Padre instituyó la fiesta del Inmaculado Corazón de María.

HOY SÁBADO 20 DE JUNIO LA IGLESIA CELEBRA AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA

Hoy la Iglesia Universal celebra al Inmaculado Corazón de María
Redacción ACI Prensa





Al día siguiente de la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, la Iglesia celebra la Fiesta del Inmaculado Corazón de María con la finalidad de manifestar que estos dos corazones son inseparables y que María siempre lleva a Jesús.

Esta celebración fue establecida por el Papa Pío XII en 1944 para que por medio de la intercesión de María se obtenga "la paz entre las naciones, libertad para la Iglesia, la conversión de los pecadores, amor a la pureza y la práctica de las virtudes".

San Juan Pablo II declaró que esta festividad en honor a la Madre de Dios es obligatoria y no opcional. Es decir, que debe realizarse en todo el mundo católico.

Durante las apariciones de la Virgen de Fátima a los tres pastorcitos en 1917, nuestra Señora le dijo a Lucía: “Jesús quiere servirse de ti para darme a conocer y amar. Quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón”.

“A quien le abrazare prometo la salvación y serán queridas sus almas por Dios como flores puestas por mí para adornar su Trono".

En otra ocasión les dijo: "¡Sacrificaos por los pecadores y decid muchas veces, y especialmente cuando hagáis un sacrificio: Oh, Jesús, es por tu amor, por la conversión de los pecadores y en reparación de los pecados cometidos contra el Inmaculado Corazón de María!”


Muchos años después, cuando Lucía era postulante en el Convento de las Doroteas en Pontevedra (España), la Virgen se le aparece con el niño Jesús y, mostrándole su corazón rodeado de espinas, le dijo: “Mira, hija mía, mi Corazón cercado de espinas que los hombres ingratos me clavan sin cesar con blasfemias e ingratitudes”.

“Tú, al menos, procura consolarme y di que a todos los que, durante cinco meses, en el primer sábado, se confiesen, reciban la Sagrada Comunión, recen el Rosario y me hagan compañía durante 15 minutos meditando en los misterios del rosario con el fin de desagraviarme les prometo asistir en la hora de la muerte con las gracias necesarias para su salvación".

INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA...SED LA SALVACIÓN DEL ALMA MÍA





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