Páginas

sábado, 13 de octubre de 2018

FRENTE AL SEMÁFORO: ANÉCDOTAS Y VIDA DE SAN JOSÉ MARELLO - SEMÁFORO 14


FRENTE AL SEMÁFORO
Semáforo 14
  ¡OH, LA CORRESPONDENCIA!




   “Si hablando, escribiendo y meditado cosas bonitas, nuestra alma se embellece y mejora, ¿para qué no escribir, hablar y meditar siempre…?”. (San José Marello)   




¡Quizás los ecónomos y tesoreros no se encontraran de acuerdo con José Marello sobre el valor de la correspondencia! Pero José de seminarista y de sacerdote tenía una muy grande estima de la correspondencia. Tenemos una parte de su rico epistolario con los amigos, especialmente durante las vacaciones. 

En realidad podía haber sido un epistolario más rico, si los amigos hubieran tenido el miso amor a la correspondencia o hubieran conservado las cartas que José les escribía.   Pero ya se sabe cómo andan las cosas. Hay quienes conservan celosamente las cartas y hay quienes apenas las han leído las destruyen de inmediato. Vean como escribía a un amigo sobre el valor de la correspondencia.

 - ¡que magnifica cosa es la correspondía! Nos hace pasar horas divinas: nos une espiritualmente con los más queridos amigos, nos da ocasión para expresar con alegría las dulces suaves palabras de la amistad; nos ofrece traspasar a otros todos los sentimientos, todos los latidos de nuestro corazón.   

Usemos con frecuencia de este buen mensajero que es la correspondencia. Sirvámonos de ella para comunicarnos unos con otros, gozos y dolores, para reír y para llorar juntos para poner común nuestras esperanza, nuestros temores, para reforzar nos con mutuos estímulos en el arduo camino de la virtud.    

DEBES HACERLO COMO ÉL


Debes hacerlo como Él



Si perdonas en nombre de Cristo, debes hacerlo como Él. ¡Qué difícil! Pero hay que intentarlo porque Cristo quiere perdonar, y el hombre necesita ser perdonado, y tú eres, bien o mal,  el ministro del perdón. 

          No te canses de absolver, aunque falte mucho para igualar al modelo; no te canses de limpiar las almas que son joyas para Dios; pero si además lo tratas de hacer como Él lo haría, ¡mil gracias! Necesitan los hombres sentir la mano de Cristo en el hombro, el beso de Dios en la frente; la mano que enjuga las lágrimas.

Tú eres esa mano y ese beso de Dios; intenta hacerlo como Dios.   Si bendices como Él, te bendecirán; si enjugas lágrimas con idéntica ternura, ellos te amarán; si les besas en la herida purulenta, sanarán.  

          ¡Qué difícil!  Pero tienes que intentarlo, aunque al principio no te salga igual; intenta hasta que seas de verdad ese Cristo en la tierra, ese Cristo que los hombres odian, y que, sin embargo, necesitan más que el pan y el vino.   Te necesitan como el pan y como el vino; no te escondas de ellos, aunque sólo en el cielo te lo agradezcan.  

          Tus manos deben acostumbrarse a absolver y hacerlo con gusto y con amor; tu corazón debe aprender a perdonar, a perdonar mucho, a perdonar con amor. Si perdonas en nombre de Cristo, debes hacerlo como Él.



Autor: P. Mariano de Blas L.C. 

VIVE



VIVE



Si consigo evitar que un corazón se rompa,
 no habré vivido en vano.

Si consigo aliviar el dolor de una vida, calmar una pena, o tan sólo que vuelva el zorzal desvalido a su nido, no habré vivido en vano.

Quien hace algo para ayudar sincera y gratuitamente a los demás, no ha vivido en vano. Vive en vano solamente aquel que se cierra, estéril, en su egoísmo. Aquel que pasa distraído a la vera de quien sufre.

Vive en vano el que sólo piensa en acaparar y nunca en compartir. Nada de lo que hayas hecho en favor de los demás será inútil.

Al final de tu vida lo que de verdad tendrá importancia, será la ayuda que habrás prestado a los otros. En el momento de la verdad, solamente los otros constituirán tu recompensa.


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 13 OCTUBRE


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
13 Octubre




Amarás al Señor tu Dios con todo tu  corazón, con toda tu alma y con todo tu espíritu.

El amor a Dios y el amor al prójimo son el compendio de toda la Ley, y de esos dos preceptos cobran valor y significado los restantes.

Jesucristo nos exige un amor total;  no se contenta con parcialidades, exige la totalidad de la entrega, tanto a Dios como al prójimo; quiere que lo ames no de cualquier manera, sino con todo tu corazón, con toda tu alama y con todo tu espíritu.


P. Alfonso Milagro

HORARIOS DE TRANSMISIÓN DE LA CANONIZACIÓN DEL DOMINGO 14 OCTUBRE 2018


Sigue la transmisión de la canonización del domingo por EWTN en estos horarios
Redacción ACI Prensa





El 14 de octubre EWTN transmitirá en vivo la canonización de los siete beatos Pablo VI, Mons. Óscar Romero, Nazaria Ignacia de Santa Teresa de Jesús, María Caterina Kasper, Vincenzo Romano, Francesco Spinelli y Nunzio Sulprizio.

La ceremonia será presidida por el Papa Francisco en la Plaza de San Pedro en el Vaticano.

La transmisión especial de EWTN comenzará el 14 de octubre a las 10:30 a.m. hora de Roma (Italia) y Madrid (España).

Para Argentina, Uruguay, Brasil, Paraguay y Chile, la transmisión comenzará a las 5:30 a.m.


En Miami y Nueva York (Estados Unidos), Venezuela, Puerto Rico, República Dominicana y Bolivia, podrán ver la programación especial desde las 4:30 a.m.

Para Ciudad de México, Panamá, Colombia, Ecuador y Perú, la transmisión comenzará a las 3:30 a.m.

En El Paso (Estados Unidos), Costa Rica, Guatemala, El Salvador, Nicaragua y Honduras, podrán ver la ceremonia desde las 2:30 a.m.

Para Los Ángeles (Estados Unidos), la transmisión comenzará a la 1:30 a.m.

La canonización también podrá seguirse en el sitio web de EWTN y en las páginas de Facebook EWTN Español, ACI Prensa, y Church Pop en Español.


Repetición

Se transmitirá una repetición de la ceremonia por EWTN en Argentina, Uruguay, Brasil, Paraguay y Chile a las 5:00 p.m.

Para Ciudad de México, Panamá, Colombia, Ecuador y Perú, se emitirá a las 4:00 p.m.

En El Paso (Estados Unidos), Costa Rica, Guatemala, El Salvador, Nicaragua y Honduras, podrán verla desde las 3:00 p.m.

Para Los Ángeles (Estados Unidos), la repetición comenzará a las 2:00 p.m.

TODO ESTÁ LISTO PARA LAS CANONIZACIONES DE MONS. ROMERO, PABLO VI Y OTROS 5 BEATOS


Todo está listo para las canonizaciones de Mons. Romero, Pablo VI y otros 5 beatos
Redacción ACI Prensa
 Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa



En la Plaza de San Pedro del Vaticano ya está todo preparado para la canonización, mañana domingo 14 de octubre, del Papa Pablo VI, del Obispo Mons. Óscar Romero, del sacerdote Vincenzo Romano, de las religiosas María Caterina Kasper y Nazaria Ignacia March, y del laico Nunzio Sulprizio.

Desde hace varios días, la fachada de la Basílica vaticana está engalanada con los tapices que representan los rostros de cada uno de los nuevos santos. También está ya preparado el altar frente al atrio de la Basílica y las sillas para los fieles en la plaza rodeada por la imponente columnata barroca de Bernini.

La expectación es máxima. Muchos fieles, y turistas, se agolpan junto a la valla que separa la ciudad de Roma de la Ciudad del Vaticano para observar los preparativos, y fotografiar el inusual aspecto de la Basílica de San Pedro, bajo la inmensa cúpula construida por Miguel Ángel, decorada con los 7 tapices de los santos.

Además, el hecho de que estas canonizaciones se celebren durante el transcurso de la XV Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos, da al evento un mayor interés.

Aunque todos los nuevos santos son una gracia de inmenso valor para el conjunto de la Iglesia, no es una novedad afirmar que hay dos que centran una atención especial de los fieles: el Papa Pablo VI y el Arzobispo de San Salvador Óscar Romero.

Pablo VI es el tercer Papa del siglo XX canonizado, después de San Pío X, San Juan XXIII y San Juan Pablo II (este último, aunque falleció en 2005, desarrolló la mayor parte de su Pontificado en el siglo XX). Las reliquias del nuevo Papa santo permanecerán en su actual emplazamiento en las grutas vaticanas, bajo la Basílica, muy cerca de la tumba de San Pedro.

Pablo VI

Pablo VI nació en Lombardía, Italia, el 26 de septiembre de 1897. Su Pontificado comenzó el 21 de junio de 1963, tras el fallecimiento de San Juan XXIII, hasta su muerte en el Palacio Apostólico de Castel Gandolfo el 6 de agosto de 1978.


Durante su Pontificado se desarrolló y clausuró el Concilio Vaticano II iniciado por su predecesor. Escribió seis encíclicas, de las cuales destacan la Populorum Progressio del 26 de marzo de 1967 y la Humanae vitae del 25 de julio de 1968. Además, inició la etapa de viajes pontificios como instrumento papal de evangelización.

Mons. Óscar Romero

Mons. Óscar Romero nació en Ciudad Barrios, El Salvador, el 15 de agosto de 1917. Fue nombrado Arzobispo de San Salvador el 8 de febrero de 1977. Desde ese momento inició su defensa de los derechos humanos en medio de una naciente guerra civil entre la guerrilla de izquierda y el gobierno de extrema derecha.

Su condena de los crímenes contra la humanidad cometidos contra la dictadura que regía su país, le valió numerosos enemigos. El 24 de marzo de 1980 fue asesinado por un francotirador frente al altar donde celebraba Misa.

ESTA ES LA VIDA DE PABLO VI, EL PAPA SANTO QUE DEFENDIÓ LA VIDA Y LA FAMILIA


Esta es la vida de Pablo VI, el Papa santo que defendió la vida y la familia
Redacción ACI Prensa





Pablo VI, el Papa que defendió la vida y la familia con su encíclica Humanae Vitae y que llevó a término el Concilio Vaticano II, será declarado santo este domingo 14 por el Papa Francisco junto a otros seis beatos.

Giovanni Battista Enrico Antonio Maria Montini, nombre con el que fue bautizado Pablo VI, nació en Lombardía (Italia) el 26 de septiembre de 1897. Fue el segundo de los tres hijos de Giorgio Montini, abogado, periodista, director de la Acción Católica y parlamentario italiano; y de Giudetta Alghisi.

El 29 de mayo de 1920, a la edad de 22 años, fue ordenado sacerdote y enviado a Roma a estudiar en la Pontificia Universidad Gregoriana, en la Universidad de Roma La Sapienza y en la Academia Pontificia Eclesiástica.

Cuatro años después fue asignado a la oficina de la Secretaría de Estado, donde permaneció por 30 años.


El 1 de noviembre de 1954, con 57 años de edad, fue nombrado Arzobispo de Milán. San Juan XXIII lo creó cardenal el 15 de diciembre de 1958.

En 1963 fallece San Juan XXIII, cuando aún se estaba realizando el Concilio Vaticano II.

Es así como se convoca a un cónclave y el Cardenal Montini es elegido Papa el 21 de junio de ese año, tomando el nombre de Pablo VI. Entre sus principales obras está el haber continuado el Concilio Vaticano II, hasta su clausura el 8 de diciembre de 1965.

Escribió seis encíclicas: Ecclesiam Suam (6 de agosto de 1964), Mense maio (29 de abril de 1965), Mysterium fidei (3 de septiembre de 1965), Christi Matri (15 de septiembre de 1966), Populorum Progressio (26 de marzo de 1967), Sacerdotalis Caelibatus (24 de junio de 1967) y Humanae Vitae (25 de julio de 1968), sobre la regulación de la natalidad.

El nuevo santo también impulsó el diálogo ecuménico, como su histórico abrazo con el Patriarca de Constantinopla Atenágoras en 1964 y el mutuo levantamiento de excomuniones.

Además, inició la era moderna de los viajes pontificios con visitas a países de los cinco continentes, además de Tierra Santa y la sede la ONU en Nueva York. Durante su viaje a Filipinas en 1970 fue el blanco de un intento de asesinato.

En su motu propio Ecclesiae sanctae, del 6 de agosto de 1966, señaló que los obispos debían presentar su renuncia al cargo al cumplir los 75 años de edad.  Este requisito se hizo extensivo a los cardenales en 1970.


Asimismo, en 1969 promulgó la reforma litúrgica.

También modificó la elección papal al establecer que solo los cardenales menores de 80 años pueden participar en los cónclaves.

Pablo VI celebró seis consistorios entre 1965 y 1977. Así, creó cardenales Karol Wojtyla en 1967 y a Joseph Ratzinger en 1977.

Pablo VI falleció en Castel Gandolfo el 6 de agosto de 1978 luego de un pontificado de 15 años. Fue beatificado el 19 de octubre de 2014 por el Papa Francisco.

ORACIÓN PARA PEDIR LA INTERCESIÓN DE SAN OSCAR ROMERO



El asesor eclesiástico de SIGNIS, el sacerdote mexicano Luis García Orso, comparte una oración que ayuda a alabar a Dios pedir la intercesión de San Romero de América para que la misión de las y los comunicadores católicos del mundo asuma el compromiso de "luchar por la justicia, trabajar por la paz y la reconciliación, defender la dignidad de todo ser humano y para dar voz a los que no tienen voz en la sociedad".


Aquí la oración en la Canonización de  San Romero


Dios Padre misericordioso,
Tú que llamaste a tu hijo Óscar Arnulfo Romero a ser discípulo fiel de tu Palabra viva, abre nuestros corazones para saber escucharte en el encuentro contigo y con el pueblo, y para comunicar desde tu Amor la verdad de lo que somos como hijos de Dios y hermanos en Cristo.

Tú que lo llevaste a caminar con tu Hijo al lado de los pobres, de los desamparados y de los oprimidos, haz que nunca nos apartemos de ellos, que sintamos sus gozos y esperanzas, y que los sirvamos con ánimo y caridad, bendecidos con el testimonio de Monseñor Romero.

Tú, Señor, que hiciste de la vida y muerte de Monseñor Romero grano de trigo sembrado para morir y dar fruto, alienta con su intercesión todos nuestros trabajos en tu nombre, y fortalece en nosotros el espíritu de entrega, sacrificio y generosidad, para que el mundo tenga vida verdadera.

Tú que convertiste a Monseñor Romero en “micrófono de Cristo” en medio de la violencia, la opresión y el sufrimiento de tu pueblo, toma también nuestras personas y nuestra misión de comunicadores, para luchar por la justicia, trabajar por la paz y la reconciliación, defender la dignidad de todo ser humano y para dar voz a los que no tienen voz en la sociedad.

Danos valor y una enorme confianza en Ti, en medio de nuestras debilidades, como lo hiciste con Monseñor Romero. Danos, por su intercesión, la gracia de ser testigos fieles de tu Reino en medio del mundo y comunicadores de la verdad desde un corazón compasivo.
Amén



Luis García Orso, SJ.

SOBRE AQUELLO DE NO JUZGAR


Sobre aquello de No Juzgar
Cuando le decimos a alguien: “No juzgues” ya estamos haciendo un juicio nosotros mismos.


Por: P. Nelson Medina, O.P. | Fuente: elblogdelafe.com 




La expresión “no juzgar” hay que saberla entender porque de otro modo lleva a contradicciones insolubles.

Piensa nada más en esto: Cuando le decimos a alguien: “No juzgues” ya estamos haciendo un juicio nosotros mismos.

Piensa también en que si uno quisiera evitar absolutamente TODO juicio, uno no podría decir nada sobre los que secuestran niñas para violarlas y matarlas porque entonces uno estaría “juzgando” al que cometió tales hechos.

Y piensa además que si uno intentara evitar TODO juicio moral, resultaría imposible educar a un niño o a un joven porque educar siempre implica expresar juicios morales; como por ejemplo: “No sigas el camino de los corruptos, que se roban el dinero del pueblo.”

Por último, démonos cuenta de que lo de “no juzgar” se dice y repite machaconamente cuando se trata de ciertos comportamientos (y pecados) mientras que otros sí son condenados duramente. Es frecuente que se aplique lo de no juzgar a temas de afectividad y sexo (implicando que cada quien viva su sexualidad más o menos como le parezca) mientras que el tráfico de drogas o las actividades de la mafia se condenan sin tapujos. O sea que evitamos juzgar en cuanto a los pecados “de moda” y sí juzgamos las lacras “de moda.”

Todo eso muestra que el sentido de las palabras de Cristo no podía ser–y no es–que debemos abstenernos de decir si las cosas son buenas o son malas. Uno no puede ver un secuestro o una violación, por ejemplo, y quedar amordazado por esta interpretación de las palabras de Cristo hasta el punto de no poder denunciarlo porque “eso sería juzgar.”
Entonces, ¿cómo entender rectamente la enseñanza del Señor?

Un buen punto de partida es que Cristo no hablaba español, ni latín; quizás entendía bastante griego pero su mente y corazón provienen del pueblo judío y de la raza hebrea. Lo mejor es explorar las palabras “justicia/juicio” (mishpat) y “juzgar” (shaphat ó shafat) desde el hebreo. Y lo primero que uno nota es que shafat es un verbo que equivale a “gobernar” de modo que el que hace justicia es ante todo el mismo que gobierna, o sea, el rey. Puesto que Dios es el rey del mundo y el soberano de las naciones de la tierra, es claro que “hacer justicia” o dar el “mishpat” corresponde a Dios.

En nuestras sociedades, en cambio, los juicios suceden en juzgados, y pueden ser apelados, e ir a distintos tribunales, de más alto rango; o por el contrario, hay casos que pueden prescribir y ya no ser sometidos al sistema judicial. En Israel, y en general en todos los pueblos antiguos, el juicio sobre una situación o sobre una persona, era algo que sucedía UNA VEZ y que venía directamente del soberano (no había nuestra famosa separación de poderes: ejecutivo, legislativo y judicial); pronunciar juicio no admitía en principio apelación y definía para siempre el destino de una persona. esa es la idea de “juzgar” que está detrás de la advertencia de Cristo.

“Juzgar” en lengua hebrea, es tomar el lugar del juez, y el único juez es Dios, cuyos “juicios” indican la verdad definitiva y el destino final de cada persona.

    De modo que “no juzgar” equivale a: “No pretendas tomar el lugar de Dios creyendo que puedes conocer o definir el desenlace final de la vida de otra persona.”

Por supuesto, ese mandato no implica que suspendamos toda opinión sobre todo comportamiento pues entonces ni siquiera la predicación sería posible.

Y no olvidemos que el mismo Cristo nos invitó a practicar la corrección fraterna (Mateo 18,15–17). ¿Cómo podría yo corregir a mi hermano si cada vez que le fuera a decir que está haciendo algo incorrecto él me dijera: “¡Tú, cállate: me estás juzgando.”

En resumen: el mandamiento de No Juzgar significa que no usurpemos el lugar de Dios en cuanto a qué va a suceder finalmente en la vida de una persona; pero ello no impide que reconozcamos, en nosotros mismos y en los demás, cosas que son incorrectas y que deben ser corregidas.

ESTA ES LA VIDA DE MONS. OSCAR ROMERO, EL MÁRTIR QUE MURIÓ CELEBRANDO LA EUCARISTÍA


Esta es la vida de Mons. Oscar Romero, el mártir que murió celebrando la Eucaristía
Redacción ACI Prensa
Crédito: Daniel Ibáñez - ACI Prensa



Mons. Oscar A. Romero, el Arzobispo de San Salvador asesinado en 1980 mientras celebraba una Misa, será canonizado el próximo 14 de octubre por el Papa Francisco junto a otros seis beatos, entre los cuales destaca el Papa Pablo VI.

Oscar Arnulfo Romero nació en Ciudad Barrios, en el este de El Salvador, el 15 de agosto de 1917, día de la Asunción de la Virgen María.

Creció en el seno de una familia humilde. Desde pequeño era conocido por su amor a las cosas sencillas y las comunicaciones.

En una ocasión, cuando era todavía un niño, asistió a una ordenación sacerdotal que le dejó impactado, y generó en él un deseo profundo de convertirse en sacerdote. 

Ese deseo se haría realidad años más tarde, tras estudiar entre 1931 y 1937 en el Seminario Menor de San Miguel de los padres Claretianos y en el Seminario San José de la Montaña con los jesuitas.


En 1939, cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, fue enviado a Roma para completar su formación en Teología en la Pontificia Universidad Gregoriana. Fue ordenado sacerdote el 4 de abril de 1942 y en agosto de 1943 regresó a El Salvador, donde lo nombraron párroco en Anamorós, en el este del país.

La Oficina de Canonización del Arzobispado de San Salvador afirma que Oscar Arnulfo fue un sacerdote caritativo y entregado, que no aceptaba obsequios que no necesitara. 

Fue elegido Secretario de la Conferencia Episcopal de El Salvador y luego en el Secretariado Episcopal de América Central. El 25 de abril de 1970 fue nombrado Obispo Auxiliar de San Salvador.

En esta sede empezó a acercarse a la difícil situación política del país, donde gobernaba el Ejército.

Mons. Óscar Arnulfo Romero fue nombrado Arzobispo de San Salvador por el Papa Pablo VI el 8 de febrero de 1977. Desde ese momento inició su defensa de los derechos humanos en medio de una naciente guerra civil entre la guerrilla de izquierda y el gobierno de extrema derecha.

La persecución, que incluían expulsiones y asesinatos contra sacerdotes y laicos, le llevó a enfrentarse abiertamente con la dictadura, a la que responsabilizó de las muertes. Con sus acciones obtuvo un importante prestigio a nivel internacional.

En sus homilías en la catedral y en sus frecuentes visitas a las poblaciones, Mons. Romero no se cansó de denunciar y condenar repetidamente los violentos ataques contra la Iglesia y los salvadoreños. 

Esto hizo que fuera blanco de una agobiante campaña en su contra por parte de los sectores poderosos del país, del gobierno y de las organizaciones político-militares de izquierda. En los diarios recibió calumnias, insultos y amenazas de todo tipo. Varios de sus amigos sacerdotes fueron asesinados durante ese tiempo. 

Incluso obispos y sacerdotes buscaron manchar su nombre, calumniándolo ante las autoridades de Roma. A pesar de ello, Mons. Romero recibió el apoyo del Papa Pablo VI.

Posteriormente también el Papa Juan Pablo II respaldó su posición y le animó a continuar por la senda de la justicia y la pacificación de El Salvador. 

Sin embargo, el 24 de marzo de 1980 fue asesinado por un francotirador frente al altar donde celebraba Misa.

El 3 de febrero de 2015 el Papa Francisco reconoció su martirio y fue beatificado el 25 de mayo de ese mismo año por el Cardenal Angelo Amato, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, en San Salvador.

EL EVANGELIO DE HOY SÁBADO 13 OCTUBRE 2018


Lecturas del Sábado de la 27ª semana del Tiempo Ordinario
Sábado, 13 de octubre de 2018



Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas (3,22-29):

La Escritura presenta al mundo entero prisionero del pecado, para que lo prometido se dé por la fe en Jesucristo a todo el que cree. Antes de que llegara la fe estábamos prisioneros, custodiados por la ley, esperando que la fe se revelase. Así, la ley fue nuestro pedagogo hasta que llegara Cristo y Dios nos justificara por la fe. Una vez que la fe ha llegado, ya no estarnos sometidos al pedagogo, porque todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús. Los que os habéis incorporado a Cristo por el bautismo os habéis vestido de Cristo. Ya no hay distinción entre judíos y gentiles, esclavos y libres, hombres y mujeres, porque todos sois uno en Cristo Jesús. Y, si sois de Cristo, sois descendencia de Abrahán y herederos de la promesa.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 104,2-3.4-5.6-7

R/. El Señor se acuerda de su alianza eternamente

Cantadle al son de instrumentos, 
hablad de sus maravillas; 
gloriaos de su nombre santo, 
que se alegren los que buscan al Señor. R/.

Recurrid al Señor y a su poder, 
buscad continuamente su rostro. 
Recordad las maravillas que hizo, 
sus prodigios, las sentencias de su boca. R/.

¡Estirpe de Abrahán, su siervo; 
hijos de Jacob, su elegido! 
El Señor es nuestro Dios, 
él gobierna toda la tierra. R/.


Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Lucas (11,27-28):

En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a las gentes, una mujer de entre el gentío levantó la voz, diciendo: «Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te criaron.»
Pero él repuso: «Mejor, dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen.»

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio del sábado, 13 de octubre de 2018
 CR


Queridos hermanos:

Jesús universaliza la dicha. Sólo un vientre lo pudo llevar; sólo dos pechos lo criaron; sólo una mujer lo dio a luz, como paso o puente entre el embarazo y la crianza. Es, en cierto modo, la singularización máxima de la dicha (perdónese la palabra "singularización"). Pero a Jesús le interesa convertir el punto en una línea, y la línea en un plano, y el plano en un volumen. Quiere alargar, dilatar, ahondar. Quiere que la felicidad no sea un monopolio, ni un oligopolio. La quiere democratizar: todos han de poder tener acceso a ella. Todos, sin diferencia ni distinción: varones y mujeres, pequeños y grandes, judíos y griegos, circuncidados e incurcuncisos, esclavos y libres.

¿Cómo? Pues haciendo todos algo semejante a lo que hizo María: concebir y dar la luz. Concebir la Palabra a través de la escucha, es decir, a través de la acogida por la que la alojamos y la dejamos madurar y crecer en nosotros. No realicemos un aborto provocado de la Palabra, expulsándola del seno de la conciencia. Puede producir malestar y causar trabajos, perturbar la placidez en que vivíamos, hacernos sufrir. Vienen a ser algo parecido a las molestias y mareos que experimenta la embarazada.

Dar a luz la palabra: cumplirla. Si no la cumplimos, nos parecemos a lo que decía el profeta: concebimos, sentimos dolores, nos retorcimos, dimos a luz: nada, viento. Nos nace un feto ya muerto. Es preciso, por tanto, guardar la palabra y cumplir la palabra. La mejor forma de guardarla es darle cumplimiento. Ese es el don, ese es el reto; esa, la gracia, esa, la tarea. Prestemos oído para la escucha y pongamos manos a la obra. Es lo que se nos ha dicho también en la parábola del buen samaritano, que concluye con estas palabras: “Ve y haz tú lo mismo”.