El poderoso ha hecho en mi singulares maravillas. Por eso todas las generaciones me llamarán bienaventurada.
Dios ha desplegado todo su poder misericordioso al encarnarse, y esa su inmensa bondad acoge a todos los hombres.
El Señor colmará de bendiciones a todo el que tenga hambre y sed del mensaje evangélico, y dejará abandonado en el pecado a quien rechace a Dios Redentor.
Y tendrá el Cielo en premio eterno todo el que viva en la gracia de la Buena Nueva de Jesús.
Reine Jesús.
Así sea.
MARÍA FUE CONCEBIDA SIN PECADO ORIGINAL
Hemos considerado en los días precedentes la singular misión de la Virgen. Con el título de hoy comenzamos los singulares privilegios que Dios concedió a María para que Ella cumpliese fielmente su altísima y transcendental misión.
Dios creó a nuestros primeros padres en la gracia santificante y en este felicísimo estado siempre hubiéramos vivido nosotros sus hijos aquí en la Tierra. Pero he aquí que Adán y Eva desobedecen a Dios en el Paraíso y en ese pecado todos los hombres somos concebidos. De esta herencia o común desgracia en la que cada uno de los ser humanos vamos cayendo al ser engendrados hay que excluir ala Virgen pues o solo para Ella Dios decretó una ley de gracia para su concepción.
Cuando el Señor dijo en el Paraíso terrenal que entre la serpiente diabólica y la mujer, o la Virgen, a quien se refiere la profecía, ponía perpetua enemistad, nos revela con ello que María en ningún instante de su ser tendría el pecado original o pecado alguno personal puesto que la enemistad entre María y el diablo sería perpetúa.
Al saludar el Ángel en la Encarnación a la Virgen por la llena de gracia, nos dice con ello que María siempre estuvo libre de la mancha original ya que el término llena de gracia e somo el nombre propio y específico del ser natural de María.
Santa Isabel llama a la Virgen "Bendita entre las mujeres" sin distinción alguna desde el primer instante de su ser porque jamás estuvo sujeta a maldición y siempre participó con el Hijo de perpetua bendición. (Epis. apost. Ineffabilis Deus).
Pío IX, el día 8 de diciembre de 1854, declara verdad de fe revelada por Dios "que la Santísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de culpa original, en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Jesucristo salvador del género humano (Ineffabilis Deus).
La Virgen se aparece en Lourdes en el año 1858 a Bernardita y preguntándole ésta quién era, la celestial Señora contesta: "YO SOY LA INMACULADA CONCEPCIÓN".
FLOR ESPIRITUAL: Hagamos la renovación de la promesa de nuestro Bautismo renunciando al pecado con un acto de Contrición.
Pbro. Manuel Varon Varon
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