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miércoles, 5 de octubre de 2022

EL ROSARIO ES UN EVANGELIO ABREVIADO



El Rosario es un “Evangelio abreviado”


“Grande es la fuerza de un ejército que tiene en su mano no la espada, sino el Rosario”. Estas palabras del beato papa Pío IX († 1878) bastan para refutar los argumentos de quienes piensan que el Rosario es una oración mecánica, superficial e ineficaz, por ser repetitiva. 

Quienes acceden a esta llamada “oración de los simples” pueden comprobar, de forma tangible, su extraordinaria eficacia. Muchos papas han fomentado esta devoción y, gracias en particular a las apariciones marianas que nunca han dejado de recomendarla, ha sobrevivido a través de los siglos y actualmente goza de un entusiasta renacimiento.

En su forma actual, el Rosario está compuesto por 20 misterios, que permiten repasar la vida de Jesús: se le llama “el Evangelio abreviado”.

El uso de la palabra "misterio" merece una breve explicación. Esta palabra designa el carácter profundo, la virtud inherente de una cosa, un secreto en el campo de la fe cristiana. El sacrificio de la Misa se llama así el “Santo Misterio”. El género dramático medieval utilizaba el término para designar la puesta en escena del nacimiento, la pasión y la resurrección de Cristo, y la vida de los santos. Es en este sentido que hablamos de los misterios del Rosario.

El Rosario antes contaba con tres tipos de “misterios”, ligados a los ciclos de la vida de Cristo y de la Virgen María: 

• Misterios gozosos (infancia de Cristo): la Anunciación, la visitación de María a Isabel, el nacimiento de Jesús, la presentación de Jesús en el Templo de Jerusalén y Jesús perdido y hallado en el Templo. 

• Misterios dolorosos (pasión de Cristo): la oración de Jesús en el huerto, la flagelación, la coronación de espinas, Jesús con la cruz a cuestas y la crucifixión.

• Misterios gloriosos: Resurrección, Ascensión, Pentecostés, Asunción, Coronación de la Virgen María.

El papa San Juan Pablo II, retomando una tradición medieval, añadió a estos tres tipos de misterios un cuarto:

• Misterios luminosos. Corresponden a la vida pública de Jesús, entre el Bautismo y la Pasión: el bautismo de Cristo, las Bodas de Caná, el anuncio del Reino de Dios; la Transfiguración y la institución de la Eucaristía.

Por lo general, solo se reza un tipo de misterios al día y no los cuatro. Los que rezan el Rosario todos los días, rezan los misterios gozosos los lunes y sábados; los misterios dolorosos, los martes y viernes; los misterios gloriosos, los miércoles y domingos; y los jueves, los misterios luminosos.


Fuente: Isabelle Rolland (Un minuto con María) 

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