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viernes, 9 de abril de 2021

¿MUCHACHOS, ¿NO TENÉIS PESCADO?



 «¿Muchachos, ¿no tenéis pescado?»

Rev. D. Vicent MARTÍNEZ

(Valencia, España)



Hoy, los apóstoles vuelven a su trabajo habitual: la pesca. «El relato se sitúa en el marco de la vida cotidiana de los discípulos, que habían regresado a su tierra y a su trabajo de pescadores, después de los días tremendos de la pasión, muerte y resurrección del Señor. Era difícil para ellos comprender lo que había sucedido» (Francisco). Quizá todavía desconcertados, viven con una cierta zozobra y oscuridad, y la pesca resulta infructuosa. ¡No han pescado nada!


Pero, «mientras que todo parecía haber acabado, Jesús va nuevamente a “buscar” a sus discípulos. Es Él quien va a buscarlos» (Francisco). Sin esperarlo, un hombre desde la orilla les dice: «—Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis» (Jn 21,6). Y en efecto, obedeciendo las palabras de aquel hombre, la pesca resulta superabundante: 153 peces, es decir, todas las naciones paganas, porque la buena noticia del Evangelio ha de llegar a todas las personas y a todos los pueblos.

«Dios se deja contemplar por los que tienen el corazón puro» (San Gregorio de Nisa). Por eso, Juan, el discípulo amado, cae enseguida en la cuenta: «—Es el Señor» (Jn 21,7). Sí, el Señor Jesús ha resucitado y vive para siempre, no es un fantasma. Es Él en persona quien les invita a comer.

¡Qué gesto de cariño y de ternura tan admirable el de Jesús para con los suyos! ¿Sabemos agradecérselo? ¿Le hacemos caso cuando nos manda echar la red en la dirección que Él nos indica? Estemos alegres porque el Señor resucitó y a todos nos invita a una vida nueva, la vida de los hijos de Dios que es vida en el amor de Cristo. Y no tengamos miedo porque el amor verdadero expulsa el temor. Nada, absolutamente nada hay imposible para Dios. A nosotros solo nos toca confiar, amar y orar.

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