Con sus hermanos y amigos
Hoy te cuento el caso de una familia que se marchó detrás de Cristo, dejando castillos, riquezas y títulos de nobleza. Es el comienzo de la historia de san Bernardo, Padre de la Iglesia por la calidad de sus escritos, abad del monasterio de Claraval por muchos años y legado del Papa para restablecer la paz y la unión entre los reinos de Europa.
Bernardo volvió a su familia a contar la decisión que había tomado y todos se opusieron. Los amigos le decían que esto era desperdiciar una gran personalidad para ir a sepultarse vivo en un convento. Pero Bernardo les habló tan maravillosamente de las ventajas y cualidades que tiene la vida religiosa, que logró llevarse al convento a sus cuatro hermanos mayores, a su tío y treinta amigos de la nobleza que dejaron todo para unirse a Cristo. Dicen que cuando anunciaron a Nervando, el hermano menor, que se iban de religiosos, el joven les dijo: "¡Ajá! ¿Ustedes se van para ganarse el cielo, y a mí me dejan aquí en la tierra? Esto no lo acepto". Y poco después, también él se hizo religioso del Císter.
Esa familia se decidió a seguir con generosidad a Cristo pobre, casto y obediente. Sintieron y siguieron el llamado a una vida entregada totalmente a dar testimonio de los valores del Evangelio. Los bautizados estamos llamados a ser testigos de que el amor a Cristo puede llenar nuestra vida en cualquier condición nos encontremos. También tú, amigo/a.
* Enviado por el P. Natalio
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