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martes, 29 de enero de 2019

ZAPATERO A TUS ZAPATOS


Zapatero, a tus zapatos



Hay una realidad indiscutible, normal y prevista por Dios con un designio de amor: los talentos han sido distribuidos en forma desigual. ¿No te parece que es con el fin de hacernos crecer en el amor y el servicio complementándonos, ayudándonos, intercambiando los dones, integrándonos a la familia humana? Dedícate, pues, a desarrollar y ofrecer tus propias habilidades

Apeles, ilustre pintor griego, se mostraba muy severo para consigo mismo; lejos de ofenderse por las críticas, las provocaba él mismo. Se cuenta que a veces exponía públicamente sus cuadros, ocultándose detrás del lienzo para oír las observaciones de unos y otros. Un día criticó un zapatero la sandalia de uno de los personajes, y Apeles enmendó el error. Al día siguiente se atrevió el mismo artesano a criticar otras partes del cuadro. Salió entonces el artista de su escondite y le dijo «Zapatero, no pases del zapato» (Larousse).

Si te sientes pobre, con un solo talento y hasta sin ninguno, piensa que todos poseemos el más grande de los talentos: el talento del amor. ¿Quién, si se lo propone, no puede dar amor? Éste es nuestro mayor capital: la capacidad de brindar amor, porque como enseña san Pablo “si no tengo amor, nada soy”. Y no olvides que eres un ser especial, único, irrepetible.



* Enviado por el P. Natalio

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