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lunes, 10 de septiembre de 2018

OYE TU VOZ INTERIOR


Oye tu voz interior




No siempre lo que aprueban o desaprueban los demás es lo correcto. Es mejor prestar atención a nuestra conciencia para percibir la verdad. No te dejes esclavizar del temor a lo que dirán los otros. El Cura de Ars decía: “¿Saben cuál es la primera tentación del demonio a una persona que ha comenzado a servir mejor a Dios? Es el respeto humano”.  

El cura de Ars dijo en cierta ocasión: “He recibido hoy dos cartas en el mismo correo: una decía que yo era un gran santo y, la otra, que era un hipócrita y un impostor. La primera me hacía mejor de lo que soy y la segunda me hacía peor de lo que soy. Delante de Dios, todos somos lo que somos, nada más ni nada menos”.

Con una comparación ingeniosa san Francisco de Sales nos persuade de lo desacertado que es dar una importancia excesiva al parecer de los que nos rodean: “Temblar ante el juicio de los demás, es como tener reparo de viajar en verano por miedo a las moscas”. Que sepas tomar tus decisiones ante Dios y tu conciencia.




* Enviado por el P. Natalio

ORANDO POR LOS SACERDOTES

Foto: Oblatos de San José - Provincia del Perú

Orando por los sacerdotes




Si un profesor estudia, se prepara y da una clase de 45 minutos, está trabajando. Si un sacerdote estudia, se prepara y hace una homilía de 45 minutos... no trabaja.

Si un psicólogo asiste y aconseja a las personas, está trabajando. Si un sacerdote asiste y aconseja a las personas... no trabaja.

Si un administrador se organiza, realiza reformas, contrata la mano de obra y administra una empresa, está trabajando. Si un sacerdote se organiza, realiza reformas, contrata la mano de obra y administra una iglesia... no trabaja.

Si un contador hace cuentas, hace economía, realiza el balance de las finanzas y hace inversiones, está trabajando. Si un sacerdote hace cuentas, hace economía, realiza el balance de las finanzas y hace inversiones... no trabaja.

Si cualquiera de ellos se toma vacaciones es correcto, porque trabaja. Un sacerdote no puede hacer vacaciones, no puede recibir un sueldo y no merece respeto.... no trabaja.

¡Valora a tu sacerdote! El sacerdote es destinatario de las opiniones más disparatadas.

Si el sacerdote es activo... es ambicioso.
Si es tranquilo... es flojo.
Si el sacerdote es exigente... es intolerante.
Si no es exigente... es indiferente.
Si el sacerdote hace visitas... es incómodo.
Si no hace visitas... es irresponsable en relación a los fieles.
Si el sacerdote está junto a los jóvenes... es inmaduro.
Si está con adultos... es anticuado y pasado de moda.
Si está con niños... es infantil.
Si busca actualizarse... es mundano.
Si no se actualiza... es cerrado.
Si el sacerdote cuida a la familia... descuida a la Iglesia.
Si el sacerdote cuida a la Iglesia... descuida a la familia.
Si no es un buen orador... no está preparado.
Si es un buen orador... es un exhibicionista.
Si busca complacer a todos... no tiene personalidad.
Si busca corregir... es parcial.
Si el sacerdote se viste bien... es vanidoso.
Si se viste mal... es descuidado.
Si no sonríe... es duro.
Si sonríe... es irreverente.
Si hace cosas nuevas... quiere vivir solo de promociones.
Si no los hace... no tiene ideas.
Si el sacerdote es alegre... es poco serio.
Si llora en el altar... es demasiado sensible.
Si el sacerdote habla en voz alta... es irritante.
Si habla bajito... no tiene una voz adecuada.
Si el sacerdote celebra la misa en la calle... está restando importancia al Evangelio.
Si se queda solo en la iglesia...se encuentra entre cuatro paredes.
Si el sacerdote está triste... dicen que ha perdido la fe.
Si el sacerdote se enferma... da demasiada importancia al cuerpo.

Hoy, en algún lugar del mundo, un sacerdote celebró su primera  misa...
Hoy, en algún lugar del mundo, un sacerdote celebró su última misa, no porque muriera, sino porque el cansancio y la decepción le llevó al extremo de renunciar.
¿Renunciar a su cruz? ¿Renunciar a Jesús?  No... Simplemente no pudo más.

Ser sacerdote es un desafío enorme. Es una cuestión de llamada y de donación. El sacerdote es una persona, que tiene sentimientos.

¡Comprende a tu sacerdote! El sacerdote es un ser humano que necesita de las ovejas como éstas necesitan de él. Es el portador de la Buena Noticia.

Ama y comprende a tu sacerdote. Reza por tu sacerdote y apóyalo.

POR QUÉ EL SACERDOTE BESA EL ALTAR EN LA MISA?

¿Por qué el sacerdote besa el altar en la Misa?
¿Cuál es su significado? Vamos a descubrirlo


Por: Daniel Alberto Robles Macías | Fuente: Catoliscopio.com 



Al iniciar la celebración eucarística, el sacerdote, después de la procesión de entrada, inmediatamente hace una reverencia al altar y lo besa. Este signo siempre ha llamado mi atención ¿Cuál es su significado? Vamos a descubrirlo.
La Misa está llena de muchos signos que la hacen rica y especial. El beso es uno de los actos de expresión más usados en el mundo. A través de éste manifestamos el cariño, el respeto y el amor que le guardamos a algo o a alguien. Este gesto en la celebración eucarística cobra también un sentido de amor y respeto.
Ahora bien, el altar, desde la antigüedad, era el lugar propio para el sacrificio, en él se ofrecían ofrendas y sacrificios a Dios como signo de adoración y agradecimiento. Para los cristianos es el centro del espacio celebrativo, en torno al cual nos reunimos porque en él se hará presente Cristo. El altar nos recuerda a Cristo resucitado y, a la vez, en él se realiza el sacrificio, del cual nos hace parte. Cristo es el sacerdote que ofrece el sacrificio, es la víctima que libremente se ofrece y, a la vez, es el altar donde se lleva a cabo dicho sacrificio.
Asimismo, el altar simboliza la mesa en la que Jesús instituyó el Sacramento de la Eucaristía junto con sus discípulos; y que como a ellos, parte y reparte para nosotros su pan.
Así nos lo afirma el Catecismo de la Iglesia Católica cuando dice:
El altar, en torno al cual la Iglesia se reúne en la celebración de la Eucaristía, representa los dos aspectos de un mismo misterio: el altar del sacrificio y la mesa del Señor, y esto, tanto más cuanto que el altar cristiano es el símbolo de Cristo mismo, presente en medio de la asamblea de sus fieles, a la vez como la víctima ofrecida por nuestra reconciliación y como alimento celestial que se nos da (1383 CEC).
La Instrucción General del Misal Romano también nos dice:
El altar, en el que se hace presente el sacrificio de la cruz bajo los signos sacramentales, es también la mesa del Señor, para participar en la cual, se convoca el Pueblo de Dios a la Misa; y es el centro de la acción de gracias que se consuma en la Eucaristía. (296 IGMR)
En consecuencia, este signo que hace el sacerdote de besar el altar, al principio y al final de la Misa, es una señal de veneración a Cristo que se encuentra representado en él. En la persona del sacerdote, nosotros los fieles también formamos parte de ese beso, con el que recibimos al Señor que momentos más adelante se hará presente.
Finalmente, cuando un altar es consagrado y bendecido, según la tradición de la Iglesia: “Debe observarse la antigua tradición de colocar bajo el altar fijo reliquias de Mártires o de otros Santos, según las normas litúrgicas.” (1237, § 2. Código de Derecho Canónico) Por lo tanto, cuando el sacerdote besa el altar, besa a Cristo y con él a todos los santos que gozan ahora en su presencia.

ORACIÓN A SAN NICOLÁS DE TOLENTINO POR LAS ALMAS DEL PURGATORIO


Oración a San Nicolás de Tolentino 
por las almas del purgatorio


¡Oh glorioso Taumaturgo y Protector de las almas del purgatorio, San Nicolás de Tolentino! Con todo el afecto de mi alma te ruego que interpongas tu poderosa intercesión en favor de esas almas benditas, consiguiendo de la divina clemencia la condonación de todos sus delitos y sus penas, para que saliendo de aquella tenebrosa cárcel de dolores, vayan a gozar en el cielo de la visión beatífica de Dios. Y a mi, tu devoto siervo, alcánzame, ¡oh gran santo!, la más viva compasión y la más ardiente caridad hacia aquellas almas queridas.

Amén.

SAN NICOLÁS DE TOLENTINO, 10 SEPTIEMBRE


Hoy es fiesta de San Nicolás de Tolentino, patrono de las almas del purgatorio
Redacción ACI Prensa






San Nicolás de Tolentino nació en San Angelo (Italia) en 1245; se dice que su madre, avanzada en años, no había podido concebir y junto a su esposo hicieron una peregrinación al Santuario de San Nicolás de Bari donde ella rogó a Dios por un hijo que se entregara al servicio divino, tiempo después quedó embarazada.

Mientras crecía, el pequeño Nicolás pasaba horas en oración, escuchaba con entusiasmo la Palabra de Dios, llevaba a su casa a los pobres para compartir con ellos lo que tenía y se deleitaba en leer buenos libros como estudiante.

Después de escuchar el sermón de un fraile o ermitaño de la Orden de San Agustín, se decidió a renunciar al mundo e ingresó a la Orden en el convento del pequeño pueblo de Tolentino. Hizo su profesión religiosa antes de haber cumplido los 18 años de edad y en 1271 fue ordenado sacerdote en el convento de Cingole.

Los últimos 30 años de su vida, aproximadamente, Nicolás vivió en Tolentino. Predicaba en las calles, administraba los sacramentos en asilos para ancianos, hospitales y prisiones. Asimismo pasaba largas horas en el confesionario.


Cuando por gracia de Dios obraba algún milagro, pedía a los presentes que “no digan nada sobre esto. Denle las gracias a Dios, no a mí".

Los fieles, impresionados de ver las conversiones que obtenía y su profunda espiritualidad, le pedían que intercediera por las almas del purgatorio y esto le valió, muchos años después de su muerte, ser nombrado “Patrón de las Santas Almas”.

El Santo padeció por mucho tiempo de dolores de estómago y poco a poco su salud fue empeorando.  

Un día se le apareció la Virgen María y le dio instrucciones para que pidiera un trozo de pan, lo mojara en agua y se lo comiera con la promesa de que se curaría por su obediencia. Así sucedió y en gratitud, San Nicolás bendecía trozos de pan similares y se los daba a los enfermos, obteniendo numerosas sanaciones.

Partió a la Casa del Padre el 10 de septiembre de 1305 y fue enterrado en la iglesia de su convento en Tolentino.

Muchas décadas después fue expuesto su cuerpo incorrupto y se dice que al parecer un hombre extranjero le cortó los brazos para llevárselos a su país natal, pero fue capturado por un flujo de sangre que brotó de las extremidades del Santo.

Un siglo después se hizo el reconocimiento de los huesos y se vio que los brazos amputados se hallaban intactos y empapados en sangre. Siglos después se repitió el derramamiento de sangre fresca de los brazos de San Nicolás de Tolentino.




Infancia


Desde su infancia se decidió a renunciar a todo lo superfluo, así como practicar grandes mortificaciones, y, desde temprana edad, adoptó el hábito de ayunar tres días a la semana, miércoles, viernes y sábados. Cuando creció añadió también los lunes. Durante esos cuatro días solo comía una vez por día, a base de pan y agua.

Su mayor deleite se hallaba en leer buenos libros, en practicar sus devociones y en las conversaciones piadosas. Su corazón le perteneció siempre a la Iglesia. Sus padres no escatimaron en nada que tuvieran al alcance para mejorar sus geniales aptitudes.

Siendo aún un joven estudiante, Nicolás fue escogido para el cargo de canónigo en la iglesia de Nuestro Salvador. Esta ocupación iba en extremo de acuerdo con su inclinación de ocuparse en el servicio a Dios. No obstante, el santo aspiraba a un estado que le permitiera consagrar directamente todo su tiempo y sus pensamientos a Dios, sin interrupciones ni distracciones.



Su vida sacerdotal


Con estos deseos de entregarse por entero a Dios, escuchó en cierta ocasión un sermón, de un fraile o ermitaño de la orden de San Agustín, sobre la vanidad del mundo, el cual lo hizo decidirse a renunciar al mundo de manera absoluta e ingresar en la orden de aquel santo predicador. Esto lo hizo sin pérdida de tiempo, entrando como religioso en el convento del pequeño pueblo de Tolentino.

Nicolás hizo su noviciado bajo la dirección del mismo predicador e hizo su profesión religiosa antes de haber cumplido los 18 años de edad. Lo enviaron a varios conventos de su orden en Recanati, Macerata y otros. En todos tuvo mucho éxito en su misión. En 1271 fue ordenado sacerdote por el obispo de Osimo en el convento de Cingole.

Su aspecto en el altar era angelical. Las personas devotas se esmeraban por asistir a su Misa todos los días, pues notaban que era un sacrificio ofrecido por las manos de un santo. Nicolás parecía disfrutar de una especie de anticipación de los deleites del cielo, debido a las comunicaciones secretas que se suscitaban entre su alma tan pura y Dios en la contemplación, en particular cuando acababa de estar en el altar o en el confesionario.

Durante los últimos treinta años de su vida, Nicolás vivió en Tolentino y su celo por la salvación de las almas produjo abundantes frutos. Predicaba en las calles casi todos los días y sus sermones iban acompañados de grandiosas conversiones. Solía administrar los sacramentos en los albergues de ancianos, hospitales y prisiones; pasaba largas horas en el confesionario. Sus exhortaciones, ya fueran mientras confesaba o cuando daba el catecismo, llegaban siempre al corazón y dejando huellas que perduraban para siempre en quienes lo oían.

También, con el poder del Señor, realizó innumerables milagros, en los que les pedía a los recipientes: "No digan nada sobre esto. Denle las gracias a Dios, no a mí." Los fieles estaban impresionados de ver sus poderes de persuasión y su espiritualidad tan elevada por lo que tenían gran confianza en su intercesión para aliviar los sufrimientos de las almas en el purgatorio. Esta confianza se confirmó muchos años después de su muerte cuando fue nombrado el "Patrón de las Santas Almas".



Sus sacrificios


Nuestro Señor, por su gran amor a Nicolás, quiso conducir al santo a la cumbre de la perfección, y para ello, lo llevó a ejercer la virtud de distintos modos. Nicolás padeció por mucho tiempo de dolores de estómago, así como malos humores.

Hacia los últimos años de su vida, cuando estaba pasando por una enfermedad prolongada, sus superiores le ordenaron que tomara alimentos más fuertes que las pequeñas raciones que acostumbraba ingerir, pero sin éxito, ya que, a pesar de que el santo obedeció, su salud continuó igual. Una noche se le apareció la Virgen María, le dio instrucciones de que pidiera un trozo de pan, lo mojara en agua y luego se lo comiera, prometiéndole que se curaría por su obediencia. Como gesto de gratitud por su inmediata recuperación, Nicolás comenzó a bendecir trozos de pan similares y a distribuirlos entre los enfermos. Esta práctica produjo favores numerosos y grandes sanaciones.

En conmemoración de estos milagros, el santuario del santo conserva una distribución mundial de los "Panes de San Nicolás" que son bendecidos y continúan concediendo favores y gracias.



Última Enfermedad


La última enfermedad del santo duró un año, al cabo de la cual murió el 10 de septiembre de 1305. Su fiesta litúrgica se conmemora el mismo día. Nicolás fue enterrado en la iglesia de su convento en Tolentino, en una capilla en la que solía celebrar la Santa Misa.

En el 40 aniversario de su muerte, su cuerpo incorrupto fue expuesto a los fieles. Durante esta exhibición los brazos del santo fueron removidos, y así se inició una serie de extraordinarios derramamientos de sangre que fueron presenciados y documentados.

El santuario no tiene pruebas documentadas respecto a la identidad del individuo que le amputó los brazos al santo, aunque la leyenda se ha apropiado del reporte de que un monje alemán, Teodoro, fue quien lo hizo; pretendiendo llevárselos como reliquias a su país natal. Sin embargo, sí se sabe con certeza que un flujo de sangre fue la señal del hecho y fue lo que provocó su captura. Un siglo después, durante el reconocimiento de las reliquias, encontraron los huesos del santo, pero los brazos amputados se hallaban completamente intactos y empapados en sangre. Estos fueron colocados en hermosas cajas de plata, cada uno se componía de un antebrazo y una mano.

Nicolás de Tolentino fue canonizado por el Papa Eugenio IV, en el año 1446. Hacia finales del mismo siglo XV, hubo un derramamiento de sangre fresca de los brazos, evento que se repitió 20 veces; el más célebre ocurrió en 1699, cuando el flujo empezó el 29 de mayo y continuó hasta el 1ro. de septiembre. El monasterio agustino y los archivos del obispo de Camerino (Macerata) poseen muchos documentos en referencia a estos sangramientos.

Dentro de la Basílica conocida como el Santuario S. Nicolás Da Tolentino, en la Capilla de los Santos Brazos, del siglo XVI, se encuentran reliquias de la sangre que salió de los brazos del santo. En un cofre ubicado encima del altar de plata, se halla un cáliz de plata del siglo XV, que contiene su sangre. Una urna del siglo XVII, hecha de piedras preciosas, tiene en exhibición, detrás de un panel de vidrio, el lino manchado de sangre que se cree que fue la tela que usaron para detener el flujo que hubo en el momento de la amputación.

Los huesos del santo, con excepción de los brazos, estuvieron escondidos debajo de la basílica hasta su redescubrimiento en 1926, fecha en que los identificaron formalmente y los pusieron en una figura simulada, cubierta con un hábito Agustino. Los brazos incorruptos, todavía en sus cubiertas o cajas de plata del siglo XV, se hallan en su posición normal al pie de la figura. Las reliquias se pueden apreciar en un relicario bendecido por el Papa Pío XI.

San Nicolás fue uno de los santos (junto a San Juan Bautista y San Agustín), que vinieron del cielo para llevar a Sta. Rita al convento. Ella también fue de la orden agustina.

VATICANO ANUNCIA PROYECTOS PARA PREVENIR ABUSO DE MENORES EN TODO EL MUNDO


Vaticano anuncia proyectos para prevenir abuso de menores en todo el mundo
Redacción ACI Prensa
Crédito: Alexey Gotovskiy - ACI Prensa




Al concluir su asamblea plenaria realizada en Roma del 7 al 9 de septiembre, la Comisión Pontificia para la Protección de Menores anunció una serie de proyectos destinados a la prevención de abusos sexuales de menores en todo el mundo.

En un comunicado publicado este domingo 9 de septiembre por la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el grupo de expertos que trabajó con víctimas de abusos perpetrados por miembros del clero, anunció que pondrán en marcha “una serie de proyectos piloto, el primero de los cuales será en Brasil”.

“Continuando con el trabajo de los miembros fundadores, estos proyectos son un mecanismo para crear ambientes seguros y procesos transparentes a través de los cuales las personas que han sido abusadas puedan dar un paso adelante”, precisó el texto.

Por su parte, el grupo de expertos de la comisión de “Educación y Formación” expuso una serie de futuras iniciativas en seminarios de formación y conferencias a nivel local.

En abril de 2019, la Comisión patrocinará una Conferencia sobre Protección para los Responsables de la Iglesia en Europa Central y Europa del Este. El mismo mes, junto con la Conferencia Episcopal Brasileña, la Comisión ofrecerá una semana de formación en protección destinada a obispos y formadores en Aparecida, Brasil.


Luego, en noviembre de 2019, los miembros fueron invitados a intervenir en un encuentro del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) en México.

En 2020 la Comisión co-patrocinará un Congreso sobre Protección de Menores destinado a los que trabajan en el ámbito eclesial y la sociedad civil de las Américas, en Bogotá, Colombia.

Por otro lado, el grupo de trabajo “Líneas Básicas y Normas de Protección” compartió sus progresos, como “el desarrollo de instrumentos de auditoría para ofrecer a las conferencias episcopales locales y contribuir así a la supervisión de sus políticas y mecanismos de protección”.

En una entrevista concedida a Vatican News, el presidente de la Comisión Pontificia para la Protección de Menores, Cardenal Sean Patrick O'Malley, sostuvo que “ciertamente, los recientes hechos en la Iglesia han centrado la atención de todos en la urgente necesidad de una respuesta clara de la Iglesia sobre el abuso sexual de menores”.

“Por supuesto, una de las responsabilidades de la Comisión es tratar de escuchar a las víctimas. Siempre atentos a escuchar los testimonios de las víctimas, que aportan a nuestras deliberaciones y nuestros juicios”, destacó.

Sobre los avances de la Iglesia en prevención de abusos, el Cardenal O’Malley aseguró que “la Comisión ha sido incansable en llevar el mensaje de protección a todo el mundo” y que, desde su última reunión, sus “miembros han participado en más de 100 conferencias en todo el mundo”.

“También estamos trabajando diligentemente en las pautas y mejores prácticas, y una de nuestras últimas iniciativas es desarrollar herramientas de verificación que puedan ser utilizadas por las Conferencias Episcopales para medir la implementación y el respeto por ellas”.

“De esta manera, cuando los obispos vienen a Roma con motivo de las visitas ad limina, demostrarán cómo van a ser capaces de poner en práctica las directrices que cada Conferencia Episcopal ha sido el encargado de desarrollar por la Santa Sede y el mismo Santo Padre”, agregó.


Sobre el futuro próximo, anunció que una de sus “iniciativas ahora es crear en varios continentes los “Survivors’ Advisory Panels” (Comités de consulta para los supervivientes)”.

“El primero será en Brasil, pero hemos iniciado el proceso también en África y en Asia”, señaló.

Entre otras actividades, el Purpurado informó que llevan a cabo a “programas de educación y capacitación para aquellos que están en la cúspide de la Iglesia, para que nuestros obispos, sacerdotes y religiosos sean conscientes de la gravedad del asunto y tengan las herramientas para responder de manera que pongan como prioridad la protección de los menores y el cuidado pastoral de la víctima”.

Finalmente, aseguró que una de sus responsabilidades más grandes “es formar a los líderes de la Iglesia” y, hasta el momento, el trabajo ha sido exitoso.

“Creo que estas reuniones han sido muy exitosas. Esta semana los miembros de nuestra Comisión se encontrarán con los líderes de la Conferencia Episcopal Italiana y la Congregación para la Doctrina de la Fe”, concluyó.

PAPA FRANCISCO ADVIERTE CONTRA UNA DOBLE VIDA QUE LLEVA A NO ANUNCIAR BIEN EL EVANGELIO


El Papa advierte contra una doble vida que lleva a no anunciar bien el Evangelio
Redacción ACI Prensa
 Foto: Vatican Media




El Papa Francisco advirtió en la homilía en la Misa que presidió en Santa Marta de la hipocresía de vivir un cristianismo mundano y de no anunciar el Evangelio como se debe, por lo que invitó a no “aguar el anuncio del Evangelio”.

“La novedad del Evangelio, la novedad de Cristo no es solo que transforma nuestra alma, es transformarnos a todos nosotros: alma, espíritu y cuerpo, todos, todo, es decir, transformar el vino, la levadura, en odres nuevos”.

“La novedad del Evangelio es absoluta, es total; es para todos, porque nos transforma desde dentro hacia fuera: el espíritu, el cuerpo y la vida diaria”, añadió.


El Papa explicó que “mucha gente busca vivir el cristianismo ‘de las novedades’. Pero hoy no se puede hacer así, no se puede vivir así. Y cuánta gente que vive de las novedades que vienen propuestas por el mundo es mundana, no acepta toda la novedad. Hay una diferencia entre ‘la novedad’ de Jesucristo y ‘las novedades’ que el mundo nos propone para vivir”.

“Alguno podría decir: ‘Pero padre, somos débiles, somos pecadores…’. Esto es otra cosa. Si tú aceptas ser pecador y débil, Él te perdona, porque parte de la novedad del Evangelio es confesar que Jesucristo ha venido para el perdón de los pecados. Pero si tú dices que eres cristiano convives con estas novedades mundanas…. No, esto es hipocresía”.

Esta es la diferencia. "Y Jesús nos había dicho en el Evangelio: ‘estad atentos cuando os digan: ‘el Cristo está allí, y allí, y allá’. Cristo es solo uno, y Cristo es claro en su mensaje".

Francisco dijo entonces que “el camino de aquellos que acogen la novedad de Jesús es el mismo de Jesús: el camino hacia el martirio”.

Pero el Papa distinguió entre el martirio cruento y el de cada día: “estamos en camino y somos observados por el gran acusador que suscita a los acusadores de hoy para que caigamos en contradicción”.

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 10 SEPTIEMBRE


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
10 septiembre



El Maestro nos afirmó: Si me persiguieron a mí, también los perseguirán a ustedes (Jn 15,20).

Ahí radica nuestra dignidad: Ser como el Maestro. Si sufrimos y morimos con él y como él, más tarde también resucitaremos y triunfaremos con él y como él.

El sufrimiento, el dolor, la persecución es algo pasajero; la victoria, la dicha, la felicidad son lo definitivo. Y es que no hay otro medio de llegar a lo definitivo, si no es pasando por lo temporal.

A la luz, por la cruz.


P. Alfonso Milagro

EL EVANGELIO DE HOY LUNES 10 SEPTIEMBRE 2018


Lecturas de hoy Lunes de la 23ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, lunes, 10 de septiembre de 2018


Primera lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (5,1-8):

Se sabe de buena tinta que hay un caso de unión ilegítima en vuestra comunidad, y tan grave que ni los gentiles la toleran: me refiero a ése que vive con la mujer de su padre. ¿Y todavía tenéis humos? Estaría mejor ponerse de luto y pidiendo que el que ha hecho eso desaparezca de vuestro grupo. Lo que es yo, ausente en el cuerpo pero presente en espíritu, ya he tomado una decisión como si estuviera presente: reunidos vosotros en nombre de nuestro Señor Jesús, y yo presente en espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesús, entregar al que ha hecho eso en manos del diablo; humanamente quedará destrozado, pero así la persona se salvará en el día del Señor. Ese orgullo vuestro no tiene razón de ser. ¿No sabéis que un poco de levadura fermenta toda la masa? Barred la levadura vieja para ser una masa nueva, ya que sois panes ázimos. Porque ha sido inmolada nuestra víctima pascual: Cristo. Así pues, celebramos la Pascua, no con levadura vieja (levadura de corrupción y de maldad), sino con los panes ázimos de la sinceridad y la verdad.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 5

R/. Señor, guíame con tu justicia

Tú no eres un Dios que ame la maldad,
ni el malvado es tu huesped,
ni el arrogante se mantiene en tu presencia. R/.

Detestas a los malhechores,
destruyes a los mentirosos;
al hombre sanguinario y traicionero
lo aborrece el Señor. R/.

Que se alegren los que se acogen a ti,
con júbilo eterno;
protégelos, para que se llenen de gozo
los que aman tu nombre. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (6,6-11):

Un sábado, entró Jesús en la sinagoga a enseñar. Había allí un hombre que tenía parálisis en el brazo derecho. Los escribas y los fariseos estaban al acecho para ver si curaba en sábado, y encontrar de qué acusarlo. 
Pero él, sabiendo lo que pensaban, dijo al hombre del brazo paralítico: «Levántate y ponte ahí en medio.» Él se levantó y se quedó en pie. 
Jesús les dijo: «Os voy a hacer una pregunta: ¿Qué está permitido en sábado, hacer el bien o el mal, salvar a uno o dejarlo morir?» 
Y, echando en torno una mirada a todos, le dijo al hombre: «Extiende el brazo.» 
Él lo hizo, y su brazo quedó restablecido. Ellos se pusieron furiosos y discutían qué había que hacer con Jesús.

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy lunes, 10 de septiembre de 2018
 CR


 No enfrentéis el culto a Dios y el amor al hombre

“¿Hacer el bien o hacer el mal?”, “¿Salvar o dejar morir?”. Tan elemental es la pregunta que parece demagógica. Pero es una pregunta de Jesús. Una vez más, la pelea entre el imperativo de la ley y la necesidad de hacer el bien a la persona que sufre. La escena se produce en la sinagoga, en el centro del culto, en un día que es sábado. La parálisis de un hombre en su brazo derecho tiene la culpa. ¿Curarlo o no curarlo? Las dos partes lo tienen claro: La ley es terminante, dicen los fariseos. El hombre es lo primero, proclama Jesús.

Aunque cuesta creerlo, los enemigos de Jesús se cierran a reconocer la evidencia. “Se pusieron furiosos”, describe el Evangelio. Hay gente que enfrenta la ley y el amor. Diríase que, por no se sabe qué ocultos mecanismos interiores, desaparecen del alma humana los más elementales sentimientos. En el corazón del hombre se secan la compasión, la ternura, la misericordia, todo.

Todo había ido degenerando. El sábado vino de la mano de Dios, tras la creación de las cosas que le habían salido tan buenas. Era día de descanso, día de la alegría del pueblo después de la liberación de Egipto, día de la Alianza. Pero se fue tornando en algo insoportable y ridículo. Tan exagerado que llegó a nimiedades como no poder arar la tierra o recoger leña. Bien sentenció el Maestro: El hombre es Señor del sábado.

También en nuestros días, quién lo diría, las pequeñas batallitas nos impiden, a veces, abrirnos a proyectos más incitantes. Colocar la lupa en ciertos puntos pequeños y discutibles se convierte en lastre pesado que nos obstaculiza realizar o, por lo menos, ver acciones encomiables. Podemos dar una imagen de una religión seca, formalista, dura, de espaldas a la vida y al dolor de los hombres. El más clásico Tomás de Aquino pedía que la ley (y la norma) fuera “ordenación de la razón para el bien de todos”; pues, como quería Jesús en la sinagoga, que las normas no hagan sufrir inútilmente a los hijos de Dios.

Volvamos a los orígenes. Al sábado en que el Señor descansó. Y a nuestro domingo, Pascua y Resurrección. Aquí no se enfrentan el sábado y la curación, la ley y el amor, el culto a Dios y el amor al hombre. Pero si son la misma cosa: “Lo que hicisteis con uno de estos mis pequeños hermanos conmigo lo hicisteis”.

FRENTE AL SEMÁFORO: ANÉCDOTAS Y VIDA DE SAN JOSÉ MARELLO - SEMÁFORO 4


FRENTE AL SEMÁFORO
Semáforo 04
¡TE HAREMOS CURA!  


“Esta es nuestra misión: hacer conocer, hacer amar, hacer practicar la doctrina de Jesucristo”. (San José Marello)  



 José era un muchachito algo distinto de los otros muchachos del pueblo. La educación recibida y el haber residido en Turín le habían dado un trato amable y una manera de conversar fácil.   Inteligente más de lo común, comprendía al vuelo y bien lo que se le enseñaba. Le gusta hablar y hacerse escuchar.   

Todo esto movió a Don Torchio, el párroco, en el cuarto año de primaria a invitarlo a dar lecciones de catecismo a los más pequeñitos. José lo hizo de todo corazón. Varias veces el párroco se escondía a escuchar las lecciones tan amables del muchacho. A vece le vino el deseo… ojala se haga sacerdote.  

 También la gente veía en él un futuro sacerdote. Debía ser algo frecuente en las familia hablar de eso, porque a los compañeros de José les gustaba decirle como estribillo -¡Te haremos cura, te haremos cura!   En fin, parte en broma, parte en verdad todos pensaban que él tenía las cualidades para ser un estupendo sacerdote.   Solo el padre soñaba para su hijo el camino del comercio. José en silencio estaba escogiendo en su corazón la parte mejor ser un feliz embajador de Dios entre los hombres, un amigo de los pobres: en serio.   


NOTA: Don Torchio lo vio sacerdote, secretario del Obispo, Canónigo; le presentó la mitra de Obispo a nombre del pueblo y lo acompaño a Roma a la consagración episcopal y a Acqui para la toma de posesión como nuevo Obispo.