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lunes, 10 de septiembre de 2018

ORANDO POR LOS SACERDOTES

Foto: Oblatos de San José - Provincia del Perú

Orando por los sacerdotes




Si un profesor estudia, se prepara y da una clase de 45 minutos, está trabajando. Si un sacerdote estudia, se prepara y hace una homilía de 45 minutos... no trabaja.

Si un psicólogo asiste y aconseja a las personas, está trabajando. Si un sacerdote asiste y aconseja a las personas... no trabaja.

Si un administrador se organiza, realiza reformas, contrata la mano de obra y administra una empresa, está trabajando. Si un sacerdote se organiza, realiza reformas, contrata la mano de obra y administra una iglesia... no trabaja.

Si un contador hace cuentas, hace economía, realiza el balance de las finanzas y hace inversiones, está trabajando. Si un sacerdote hace cuentas, hace economía, realiza el balance de las finanzas y hace inversiones... no trabaja.

Si cualquiera de ellos se toma vacaciones es correcto, porque trabaja. Un sacerdote no puede hacer vacaciones, no puede recibir un sueldo y no merece respeto.... no trabaja.

¡Valora a tu sacerdote! El sacerdote es destinatario de las opiniones más disparatadas.

Si el sacerdote es activo... es ambicioso.
Si es tranquilo... es flojo.
Si el sacerdote es exigente... es intolerante.
Si no es exigente... es indiferente.
Si el sacerdote hace visitas... es incómodo.
Si no hace visitas... es irresponsable en relación a los fieles.
Si el sacerdote está junto a los jóvenes... es inmaduro.
Si está con adultos... es anticuado y pasado de moda.
Si está con niños... es infantil.
Si busca actualizarse... es mundano.
Si no se actualiza... es cerrado.
Si el sacerdote cuida a la familia... descuida a la Iglesia.
Si el sacerdote cuida a la Iglesia... descuida a la familia.
Si no es un buen orador... no está preparado.
Si es un buen orador... es un exhibicionista.
Si busca complacer a todos... no tiene personalidad.
Si busca corregir... es parcial.
Si el sacerdote se viste bien... es vanidoso.
Si se viste mal... es descuidado.
Si no sonríe... es duro.
Si sonríe... es irreverente.
Si hace cosas nuevas... quiere vivir solo de promociones.
Si no los hace... no tiene ideas.
Si el sacerdote es alegre... es poco serio.
Si llora en el altar... es demasiado sensible.
Si el sacerdote habla en voz alta... es irritante.
Si habla bajito... no tiene una voz adecuada.
Si el sacerdote celebra la misa en la calle... está restando importancia al Evangelio.
Si se queda solo en la iglesia...se encuentra entre cuatro paredes.
Si el sacerdote está triste... dicen que ha perdido la fe.
Si el sacerdote se enferma... da demasiada importancia al cuerpo.

Hoy, en algún lugar del mundo, un sacerdote celebró su primera  misa...
Hoy, en algún lugar del mundo, un sacerdote celebró su última misa, no porque muriera, sino porque el cansancio y la decepción le llevó al extremo de renunciar.
¿Renunciar a su cruz? ¿Renunciar a Jesús?  No... Simplemente no pudo más.

Ser sacerdote es un desafío enorme. Es una cuestión de llamada y de donación. El sacerdote es una persona, que tiene sentimientos.

¡Comprende a tu sacerdote! El sacerdote es un ser humano que necesita de las ovejas como éstas necesitan de él. Es el portador de la Buena Noticia.

Ama y comprende a tu sacerdote. Reza por tu sacerdote y apóyalo.

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