Saber agradecer
1) Para saber
Cuando se tiene una necesidad, es común acudir a quien nos la pueda solucionar. Habría que recordar cuántas veces hemos acudido a Dios para pedirle su ayuda ante un problema. Sin embargo, suele pasar que vamos olvidando todos esos favores. E incluso si alguna vez no vemos la ayuda, aparece la ingratitud, y solemos olvidar todo lo anterior pensando que nunca hemos recibido alguna ayuda.
El Papa Francisco nos invita a ser agradecidos y para ello nos lo facilita hacer memoria y recordar la “gratuidad” de la salvación.
Cuando los escribas y fariseos se presentan como “los justos” ante Jesús, el Señor les recuerda que la justicia, la santidad, siempre viene de Dios, porque a veces “se olvida la gratuidad de la salvación, la cercanía de Dios y se olvida la misericordia de Dios”.
2) Para pensar
Años antes de que falleciera, entrevistaron a un gran boxeador, peso completo, que fue campeón en la década de 1950. Era una persona que el boxeo no la había dañado, y llevaba una vida sencilla y honrada. Se trataba de Floyd Patterson, a quien se le conocía como “El Caballero del Boxeo”. Le preguntaron qué le había ayudado a conservarse así. Él contestó que fue su religión. Le pidieron que si podía explicar un poco más. Entonces relató un sucedido en sus primeros años de matrimonio.
Cuando su hija Jennifer cumplió seis años le regaló un gatito. La niña vivía día y noche para el gatito: lo alimentaba, lo limpiaba, lo peinaba, le ponía adornos, etc. Y sucedió un día, que mientras la niña estaba en la escuela, su gato fue atropellado por un carro y murió. Los padres se preocuparon mucho y decidieron enterrarlo en el patio, pero no sabían qué hacer por la reacción que tendría su hija. Desesperado, Floyd se dirigió a la iglesia y ahí le pidió a Dios que lo ayudara. Regresó más calmado a su casa. Su esposa no quería recibir a la niña, no sabía qué decirle. Floyd esperó a su hija. Cuando llegó Jennifer, a pesar de que siempre iba con su gatito, esa vez subió a su habitación sin preguntar nada. Y no se preocupó ni volvió a referirse al gatito, sino hasta doce años después qué le dijo a su papá: “Oye papá, cuando yo era niña tenía un gatito, ¿verdad?”, y en ese momento Floyd recordó cómo Dios le había ayudado y él nunca se lo había agradecido. Entonces fue tal su remordimiento, que se convirtió y decidió nunca más olvidarse de Dios.
3) Para vivir
Comentaba el Papa Francisco que no podemos olvidarnos de tantas gracias recibidas por Dios y, en particular, la salvación obtenida por Jesucristo por la cual ya tenemos acceso a Cielo.
No podemos pensar que por nosotros mismos conseguimos la salvación haciendo a un lado a Jesús, quien además nos acompaña de continuo sosteniéndonos. Dice el Papa que cuando se pierde esta relación cercana con el Señor, se cae en una mentalidad obtusa que cree en la autosuficiencia de la salvación con el cumplimiento de la ley.
Nunca le agradeceremos bastante a Jesús lo que ha hecho por nosotros, sin embargo, así como quien recibe un regalo lo agradece usándolo, así también al frecuentar los Sacramentos y el trato con el Señor, será una forma de decirle “¡Gracias!”.
Pbro. José Martínez Colín
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