Encuentro con Cristo
El cristianismo es la “gran noticia” que sigue necesitando la humanidad. Cristo es la única respuesta a las más íntimas aspiraciones humanas. Nada alivia el corazón del que sufre ni lo libera de sus angustias. No se puede vivir sin fe, sin Dios. André Frossard, escritor francés (1915-1995), en su libro “Dios existe, yo lo encontré” narra su encuentro con Cristo.
“Fue un momento de estupor que dura todavía. Habiendo entrado a las cinco y diez de la tarde (8-julio-1935) en una capilla del barrio latino (de París) en busca de un amigo, salí a las cinco y cuarto en compañía de una amistad (Jesucristo), que no era de la tierra. Habiendo entrado allí escéptico y ateo de extrema izquierda, volví a salir algunos minutos más tarde, católico, apostólico y romano; llevado, alzado, recogido y arrollado por la ola de una alegría inagotable. Al entrar tenía veinte años. Al salir, era un niño listo para el bautismo. Dios estaba allí (en la custodia), revelado y oculto por esa embajada de luz que, sin discursos ni retóricas hacía comprenderlo todo, amarlo todo”…
La ciencia y la técnica —¡demos gracias a Dios!— han avanzado lo inimaginable, pero eso no significa que el corazón de los hombres esté en paz, que nos sintamos más hermanos los unos de los otros. No nos engañemos: nada puede reemplazar la presencia de Dios en nuestro corazón; el amor de Jesús iluminando los caminos de la vida. (APC). Jesús siempre te espera…
* Enviado por el P. Natalio
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