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jueves, 20 de septiembre de 2018

POSEÍDO POR EL ESPÍRITU SANTO


Poseído por el Espíritu Santo



“El Espíritu Santo está presente tanto hoy como en tiempos de Jesús y los Apóstoles... está y actúa, llega antes que nosotros, trabaja más y mejor que nosotros. A nosotros no nos toca ni sembrarlo, ni despertarlo, sino ante todo reconocerlo, recibirlo, secundarlo, abrirle camino, seguirlo” (Carlos Martini). Una anécdota que pasó en la península de Athos, poblada de monjes.

Cuando se llegaba a la puerta de su eremitorio, el padre Serafín tenía la costumbre de observar al recién llegado de la manera más impertinente, de la cabeza a los pies, durante cinco largos minutos, sin dirigirle ni una palabra. Aquéllos a quienes ese examen no hacía huir, podían escuchar el  áspero diagnóstico del monje: “En usted no ha descendido más abajo del mentón. De usted, no hablemos. Ni siquiera ha entrado. Usted... no es posible... ¡qué maravilla! Ha bajado hasta sus rodillas...” Hablaba del Espíritu Santo y de su descenso más o menos profundo en el hombre.

Así es como juzgaba la santidad de alguien: según el grado de ser poseído por el Espíritu. El hombre perfecto, el hombre transfigurado era para él, el habitado todo entero por la presencia del Espíritu Santo de la cabeza a los pies. "Esto no lo he visto –decía– sino una vez”. Trata de dejar al divino Espíritu un amplio espacio en tu vida.

* Enviado por el P. Natalio

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