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viernes, 7 de septiembre de 2018

FRENTE AL SEMÁFORO: ANÉCDOTAS Y VIDA DE SAN JOSÉ MARELLO - SEMÁFORO 3


FRENTE AL SEMÁFORO
Semáforo 03
   CRECÍA COMO LA UVA 



  “Hay que ser santamente alegres, estar siempre contentos de todo, hasta de nuestras caídas, porque nos hacen más humildes.” 
(San José Marello)  



 La vida de José en San Martino seguía llena de tantas cosas, pequeñas aventuras, cierto, no tan famosas como las del futuro san Juan Bosco, quien en Castelnuovo d´Asti, no tan lejos de San Martino, había hecho hablar de sí.   También en aquel entonces los muchachos sabían hacer sus travesuras, cometer pequeñas injusticias y tantas mentiras, hasta merecerse algunas cachetadas. 

¿Así habrá sido también para el muchacho Marello? Se supone que sí, pero también se distinguía de sus compañeros por sus muchas bellas dotes. En efecto, encontraos un montón de alabanzas a su favor. 

 - ¿Quién es ese muchachito que sirve tan bien en el altar? Preguntaba la Marquesa de Sostegno, que vivía en el castillo de San Martino. 

- ¡Quisiera que todos Uds. Fueran como el alumno Marello! decía el maestro. 

- Querido Vincenzo, decía el Párroco, Dios ha querido consolarte de tantos dolores con este buen muchacho.  

 A José le gustaba estar con sus compañeros. Siempre fue un muchacho extravertido, alegre, chistoso. Le gustaba jugar a la peloto que en aquellos tiempos era como el fútbol de ahora. ¡Cuántos partidos en los prados en las tardes domingueras, después de vísperas!   

La alegría llena toda la vida de este muchacho como una gran luz. Él sabía que la alegría gusta a todos y haces mucho bien. Este difundir alegría será siempre una de las características de su apostolado.    

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